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CADENA DE PERDÓN

¿Somos una sociedad rencorosa y vengativa?, a veces parece que sí, sin
embargo observando con atención el ejemplo de las personas que han tenido
experiencias supremamente dolorosas y han perdonado a sus señalados
victimarios nos damos cuenta que no es así. No estamos destinados a
consumirnos en nuestro odio, muchos son los ejemplos de perdón verdadero para
pasarlos por alto ahora que un grupo psicótico desaforadamente pide como única
solución para evitar abuso de menores imponer la llamada cadena perpetua, es
momento de realizarnos un examen como seres humanos. Además del
protagonismo que los medios de comunicación ofrecen a los promotores y que es
una medida abiertamente contraria a la Constitución Política de Colombia, quiero
que cada uno se cuestione, ¿De verdad cree usted que una condena de 60 años
de prisión no es ya una cadena perpetua? ¿Cuánto tiempo necesita usted para
perdonar? ¿Si su hijo o hermano se equivoca no merece una oportunidad? La
mayoría de los promotores de esta iniciativa se consideran creyentes católicos o
cristianos sin embargo es hipócrita rezar el Padre Nuestro y apoyar esta iniciativa
falta de perdón ya que todos saben la respuesta a la pregunta ¿Qué haría Jesús?
La mayoría de nosotros estamos enfermos y la enfermedad es mental, nos ha
nublado la razón y el corazón, y estamos siguiendo a quienes más enfermos
están, a quienes solo funcionan a través de su ego. No evolucionaremos como
seres humanos ni como sociedad mientras promovamos o apoyemos iniciativas
que anulan al ser humano, iniciativas propias de tiempos de las cavernas en
donde dominaba el miedo, el odio, la venganza y la ignorancia. Seguir insistiendo
en esta supuesta solución desvía la atención de las verdaderas causas del
problema y genera uno aún mayor. Necesitamos soluciones evolutivas, como
seres humanos avanzados, libres de prejuicios, de dogmas, de odio, de miedo,
que actúen motivados por el Amor a la vida, no lobos disfrazados de ovejas, que
supuestamente quieren a los niños y olvidan que todos tenemos un niño interno
que no ha sanado sus heridas, que muchos son padres tienen familia, hijos,
hermanos. La mayoría de los condenados por este tipo de conductas provienen de
hogares disfuncionales, faltos de afecto, que con un tratamiento adecuado pueden
regresar a convivir en sociedad, pero nos hemos dedicado a educar con el código
penal convertidos en Vengadores, encerrando hacinados sin oportunidades a
quienes se han equivocado, excluyendo de la humanidad a nuestros hermanos.
Para encontrar la verdadera solución hay que aprender a perdonar, el verdadero
perdón es libertad, estoy completamente seguro que si abrieran las puertas de la
cárcel y salieran la mitad de los que allí se encuentran no pasaría ninguna
tragedia, pero si ganaríamos mucho como sociedad. Dejemos atrás el miedo
avancemos con amor y perdón, no es cierto que necesitemos penas más severas,
necesitamos más amor, más compasión, más aprender a conocernos y en el otro
vemos nuestro reflejo lo que no me gusta de mí, la culpa la proyecto en mi
hermano por eso cuando lo perdono me estoy perdonando también. Cuando le
deseo el infierno al otro es porque yo lo estoy viviendo pero no me doy cuenta, mi
ego siente un gran miedo que expreso en arrogancia y odio, yo tengo la razón, yo
soy el bueno, ustedes son los malos, no me permite ver la viga en mi ojo pero si la
paja en el ojo ajeno, no vemos las cosas como son sino como somos.
Reconozcamos que no sabemos nada de la vida, que todos nos equivocamos,
que intuitivamente sabemos que el odio genera más odio, que la venganza no
favorece a nadie, que actuar motivados por el miedo solo perpetua el circulo de
odio, que no somos quiénes para lanzar la primera piedra, que como hermanos
hay maneras más humanas de tratarnos. También hay que perdonar a los
promotores del odio porque ellos sienten mucho miedo, no han despertado de su
propia pesadilla y creen que todos debemos hacer lo que su mente enferma les
dice, su ego los domina, ven enemigos en todas partes, ven solo guerra y
desolación, pero no podemos seguirlos al abismo de la autodestrucción,
amablemente con comprensión les abrazamos y les decimos que aunque estén
equivocados todos merecemos siempre una nueva oportunidad porque estoy
seguro que todo vamos a despertar, y contribuiremos a crear un mundo que
funcione para todos.

Villavicencio 06 de Junio de 2020

A.O.G.

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