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Una anécdota del Comandante Hugo Chávez Frías

“…Nunca se me olvidará la lección que me dio la mujer de este pueblo aquellos días
terribles de diciembre de 2002. No había combustible para el transporte, gas doméstico, la gente
tenía que caminar para ir al trabajo o al hospital. No había alimentos suficiente, los imperialistas
y los lacayos negaron todo esto además cerraron los comercios redes de transporte de alimentos
y hasta el beisbol profesional fue suspendido. Recuerdo que fui al 23 de enero para ver con mis
propios ojos el ánimo popular y la presión de los medios y del imperialismo desde afuera, había
una gran incertidumbre y la oligarquía pedía ¡fuera Chávez!, recuerdo una mujer muy fuerte
ella, con aquella familia a cuestas: - Mira mis hijos, mira mi esposo inválido, mira mis nietos -
no tenía para darle de comer a su familia, ya que no se conseguía gas, la mujer agarrándome de
los hombros llorando: - ¡mira Chávez!, esa madera que está ahí quemándose para cocinar, son
las patas de lo que me queda de la cama ¡mira muchacho!, si tuviera que tumbar la casa para
cocinarle a mis hijos tumbaría la casa, ¡carajo pero no te rindas muchacho! - y se lo dije allí
delante de sus hijos y su marido ¡Te juro que no me voy a rendir, no nos vamos a rendir!...

El imperio y los apátridas se han dado cuenta que un golpe de Estado en Venezuela, es
imposible porque consiguieron a una clase obrera, a unos soldados, a un pueblo y a un Gobierno
que fueron capaces de resistir el embate imperialista que nos saboteó toda la industria petrolera y
la producción de alimentos. El pueblo rescató al Comandante y al hilo constitucional porque no
tenemos miedo sencillamente hemos decidido ser libres.

TODO 11 TIENE SU 13 VIVIREMOS Y VENCEREMOS….

Una anécdota del Comandante Hugo Chávez Frías

“…Nunca se me olvidará la lección que me dio la mujer de este pueblo aquellos días
terribles de diciembre de 2002. No había combustible para el transporte, gas doméstico, la gente
tenía que caminar para ir al trabajo o al hospital. No había alimentos suficiente, los imperialistas
y los lacayos negaron todo esto además cerraron los comercios redes de transporte de alimentos
y hasta el beisbol profesional fue suspendido. Recuerdo que fui al 23 de enero para ver con mis
propios ojos el ánimo popular y la presión de los medios y del imperialismo desde afuera, había
una gran incertidumbre y a la oligarquía pedía ¡fuera Chávez!, recuerdo una mujer muy fuerte
ella, con aquella familia a cuestas: - Mira mis hijos, mira mi esposo inválido, mira mis nietos -
no tenía para darle de comer a su familia, ya que no se conseguía gas, la mujer agarrándome de
los hombros llorando: - ¡mira Chávez!, esa madera que está ahí quemándose para cocinar, son
las patas de lo que me queda de la cama ¡mira muchacho!, si tuviera que tumbar la casa para
cocinarle a mis hijos tumbaría la casa, ¡carajo pero no te rindas muchacho! - y se lo dije allí
delante de sus hijos y su marido ¡Te juro que no me voy a rendir, no nos vamos a rendir!...

El imperio y los apátridas se han dado cuenta que un golpe de Estado en Venezuela, es
imposible porque consiguieron a una clase obrera, a unos soldados, a un pueblo y a un Gobierno
que fueron capaces de resistir el embate imperialista que nos saboteó toda la industria petrolera y
la producción de alimentos. El pueblo rescató al Comandante y al hilo constitucional porque no
tenemos miedo sencillamente hemos decidido ser libres.

TODO 11 TIENE SU 13 VIVIREMOS Y VENCEREMOS….

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