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LIBRO DEL LEVÍTICO

Situado en el corazón de la sección de Sinaí (Ex 19 – Nm 10), el Levítico es un libro con su propia identidad literaria. En él
la revelación divina se traslada de la montaña (Ex 19,3) a la Tienda del encuentro (Lv 1,1).

Esta obra de la corriente sacerdotal, interesada en la construcción del santuario (Ex 25-40), en la inauguración del culto y
en la regulación del comportamiento de Israel como asamblea cultual (Levítico), y en la organización de la comunidad
(Num 1-10). Las leyes sobre los sacrificios, los sacerdotes, la pureza ritual, las fiestas, etc., están orientadas hacia el culto
de la comunidad israelita en el santuario.

UN LIBRO LEGISLATIVO

Dios debe ocupar el primer lugar en los valores del pueblo porque él lo ha elegido y lo ha rescatado de la esclavitud (22,
33; 26, 13).

El pueblo debe mantener la relación y comunión con Él establecida por el pacto de la alianza.

El pueblo debe ser santo y estar en las condiciones adecuadas porque la santidad de Dios así lo exige (19,2; 20,26; 21, 8).
Para eso se tiene que diferenciarse de toda nación pagana y separarse de ellas, marcando así su identidad como un
pueblo distinto de las demás naciones y culturas circundantes. La forma de su santificación consiste en el cumplimiento
de los receptos de Dios (20,8; 21,8; 22,32)

La mayor parte de las leyes son prescripciones cultuales y rituales que buscan salvaguardar la pureza de cada miembro
del pueblo, puesto que es la condición para entrar en contacto con las cosas, tiempos y lugares santos

Rasgos literarios

Son cuatro los principales elementos literarios que integran el Levítico: Leyes, narraciones, parénesis y fórmulas
introductorias.

Leyes: Ocupan la mayor parte del libro. En la primera parte (1-15), predominan los textos rituales, sus destinatarios son
los sacerdotes o los laicos (cf. Lv 10,11). En la segunda (17-26), abundan las leyes casuísticas y apodícticas.

Narraciones: Se reducen a tres perícopas: 8-10; 16; 24, 10-23.

 8-10 es propiamente narrativa


 16 mezcla la narración con ritos y motivos legales
 24, 10-23 un ejemplo de utilización de una narración para fines legales.
Parénesis: Se centra casi exclusivamente en la segunda parte del libro, concretamente en los capítulos 18-26.

Fórmulas: La más frecuentes y significativas están construidas con el verbo dabar (hablar) y sirven para introducir el
discurso de Yahvé a Moisés.

 La fórmula básica es: “Yahvé habló así a Moisés”, que se repite 27 veces a lo largo del libro.
 En la Ley de pureza ritual (cap. 11-15) y solo en ella, aparece 4 veces la fórmula “Yahvé habló así a Moisés y
Aarón”.
 En 10,8 Yahvé se dirige únicamente a Aarón.

Estructura del libro

La mayor parte de los exégetas coincide en dividir el libro en cuatro secciones y un apéndice:

1. Ritual de los sacrificios (1–7).


2. Consagración de los sacerdotes y reglas complementarias
(8–10).
3. Leyes de la pureza e impureza (11–16).
4. El «Código de santidad» (17–26).
Apéndice. Rescate de los dones dedicados a Dios (27).

El ritual de los sacrificios (1–7) contiene leyes referentes a los holocaustos, ofrendas, sacrificios por el pecado y
sacrificios de comunión. Esta sección se concluye en 7,37-38 con un resumen. La consagración de los
sacerdotes (8–10) describe la investidura de Aarón y sus hijos como sacerdotes y la inauguración del culto. Es
la concretización de lo ya prescrito en Ex 28–29 sobre los ornamentos del Sumo sacerdote y su consagración,
como se ha visto en
el estudio del Éxodo. Las leyes de la pureza e impureza establecen qué animales son puros e impuros, las
enfermedades de la piel que provocan impureza, la «lepra» de vestimentas y casas, e impurezas del hombre y
la mujer por flujos sexuales (11–15). El «día de la Expiación» (16) no es propiamente un tratado de leyes de
pureza e impureza, sino la gran fiesta de la purificación con que culmina toda esta sección. Sin embargo,
algunos prefieren separarlo de las leyes de pureza ritual porque no se trata ya de preceptos, sino de la fiesta
de la purificación.
El «Código de santidad» (17–26) recibe su nombre por insistir en la idea de la santificación: «Sean santos
porque yo, Yahvé, su Dios, soy santo» (19,2; cf. 20,7; 21,7; 22,16). Contiene leyes casuísticas y apodícticas
sobre el uso de la sangre de los animales, las relaciones sexuales prohibidas, fiestas de culto, lugares sagrados,
el año jubilar, la preocupación social por los pobres, inmigrantes y esclavos. Para algunos especialistas, la Ley o
Código de santidad inicia en el capítulo 19, donde comienza a insistir en este tema (19,2). Sin embargo, la
mayoría se inclina por su inicio en el capítulo 17, donde se habla de la sangre de los animales sacrificados,
elemento muy
usado para la consagración. Por último, aunque el libro terminaba en 26,46 con una conclusión,
posteriormente se añadió el capítulo 27, un apéndice sobre los pagos por el rescate de votos ofrecidos a Dios,
formando parte canónica del libro.

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