Está en la página 1de 1

ABC. DOMINGO 23 DE NOVIEMBRE 0E 197S. PAG. 39.

JORNADA HISTÓRICA
EN LAS CORTES Y EN LA CALLE: UN CLAMOR

pido el mensaje del noevo


a
ADR1D. (Crónica desde las
Cortes Españolas.) Cuando
el presidente del Consejo de
Regencia, Alejandro Rodríguez de
Valcárcel, concluida la ceremonia de
la jura, gritó: «¡Viva el Rey!», y la
Cámara entera, puesta en pie, res-
pondió con un «¡Viva!» clamoroso
y enfervorizado, las lágrimas, incon-
tenibles, brotaron en muchos rostros,
lo misino de los hombres situados
en el Banco Azul que de los que
ocupaban los escaños o llenaban los
palcos disponibles para los invitados.
La multitud apiñada y estremecida (que
seguía desde las calles las incidencias de la
ceremonia a través de los altavoces), con-
tagiada por el fervor, prorrumpió en una
interminable ovación, sólo comparable a la
que se produjo en el interior del palacio
de las Cortes en una singular, en cierto Don Juan Garlos 1, a su llegada a la plaza de las Cortes, pasa revista a !a
modo patética, y en cualquier caso gran- compañía de honores del Batallón de Infantería del Ministerio del Ejército.
diosa, osmosis de emociones.
¡Cuántos años desde que no vibraban es- Recientes a la Cámara— ocuparon, sin serlo, tras de simpatía de que fue objeto el Rey
tas paredes con idéntico grito! escaños de procuradores. Esto fue posible Hussein de Jordania, y oirás quisicosas de
Para cuantos respondieron al «¡Viva!» del dado ¡o exiguo del recinto, por ¡os que deja- menor importancia, como el hecho de que
presidente del Consejo de Regencia por aca- ron l i b r e s los representantes saharauis (a pesar de haberse advertido que no de-
tar el mandato contenido en ese esiremecedor (inasistentes a ios últimos tres Plenos) y pot bían portarse condecoraciones) el único mi-
documento postumo del Caudillo leído por estar situados los miembros del Consejo dei litar que no las llevara fuera el teniente ge-
Arias Navarro ante las cámaras de la tele- Reino en lugar preferente, fuera de sus asien- neral Díaz Alegría.
visión; para cuantos siempre consideraron tos habituales. Entre los no procuradores En ei palco preferente, la Infanta Pilar,
que la gran reconciliación nacional no po- instalados en el hemiciclo recordamos a hermana de Don Juan Carlos, compartía la
dría realizarse sino bajo el Poder moderador dos nietas del General Franco (una de ellas, primera fila con la marquesa de Villaverde,
de la Corona; para cuantos intuían que la Mariola, con su esposo, señor Ardid, y Ma- la señora de Arias Navarro y la señora de
injusticia cometida contra Franco por mu- ría del Mar), a don Juan Herrera, marqués de Valcárcel.
chas naciones occidentales no sería pro- Viesca de la Sierra, al ex ministro señor
rrogada contra e< Rey; para cuántos fuera En su proximidad, los Duques de Cádiz,
de estas consideraciones se sentían atraídos Fernández de la Mora y a don Martin Gon- la Reina de Albania, el marqués de Villa-
por la viril gallardía del nuevo Soberano y zález del Valle, barón de Grado. verde, el Duque de Cádiz, la Infanta Marga-
por el indiscutible hechizo colectivo que Durante estos minutos de espera, los pro- rita, el Duque, de Badajoz y el doctor don
ejerce Doña Sofía, la emoción producida por curadores comentaban entre si los matices Carlos Zorita.
aquel «¡Viva el Rey!» (¡primero que se escu- que podían apreciarse en la colocación de En un palco próximo, Nelson Rockeíeller,
chaba en este mismo recinto desde hace las diversas personalidades o los más míni- vicepresidente de los Estados Unidos, con-
más de cuarenta y cuatro años!) fue inten- mos detalles relacionados con las mismas. versaba en voz baja con e¡ hermano dei
sísimo y patente Así, la extraodinaria belleza y elegancia de Sha de Persía; diplomáticos de uniforme,
la primera dama filipina, excelentísima se- adscritos al departamento de Protocolo, tra-
LOS PRELIMINARES ñora tmelda de Marcos; la ovación de que ducían o informaban a los representantes de
ios pasillos de las Cortes estaban abarro- fue objeto en la calle el general Pinochet, países extranjeros, y en un palco lateral, la
tados desde mucho antes de iniciarse la presidente de Chile, por el «beau geste» de venerable y popular figura ds don José María
ceremonia, y muchas personas —no perte- su presencia y sus declaraciones; las mues- Pemán esperaba con emoción contenida «se

También podría gustarte