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Justicia y Misericordia

Misericordia:

1 - Compasión que impulsa a ayudar o perdonar: tener misericordia de alguien.

2 - Obras de misericordia, buenas obras que tienen por objeto ayudar.

3 – Benignidad y compasión no merecida.

Parte del registro bíblico de la misericordia de Dios. Justo después que los hijos de Israel cruzaron el Mar Rojo,
Moisés les dirigió en una canción de adoración a Dios, la cual incluyó las siguientes palabras: “Condujiste en
tu misericordia a este pueblo que redimiste; lo llevaste con tu poder a tu santa morada” (Éxodo 15:13)
En el Nuevo Testamento aprendemos que a través de Jesucristo recibimos la misericordia de Dios (1 Timoteo 1:2;
1 Pedro 1:3)
La misericordia y la Justicia Divina van entrelazadas, muchos preguntan: “¿Cómo puede permitir un Dios
misericordioso que muchas almas se pierdan eternamente?”. Algunos concluyen que la misericordia y la justicia
deben ser características divinas mutuamente excluyentes, y por consiguiente, Dios no puede ejercer justicia o ira
ya que Su misericordia prevalece. Esta representación de Dios es errónea, ya que le considera como un abuelo
benévolo que constantemente da regalos generosos, pero que es indeciso para disciplinar. En el trato divino con
la humanidad, se presenta a la misericordia y a la justicia de Dios como dos características completamente
armoniosas.  la misericordia de Dios continúa existiendo, la justicia de Dios no está limitada al tiempo antiguo. 
Dios siempre ha sido justo,por ejemplo, castigó a Adán, ya que el pecado tiene consecuencias (Génesis 2:17).
Si Dios es realmente bueno (y Él lo es), entonces no puede tolerar o pasar por alto lo malo. Él no pasó por alto el
pecado de Adán (Génesis 3:17-19), Caín (Génesis 4:11-13), Saúl (1 Samuel 15:26) o David (2 Samuel 12:8-10), y Él
ciertamente no pasará por alto el pecado en el mundo moderno. No obstante, Dios ha
provisto misericordiosamente un medio para que los pecadores: Él sacrificó a Su Hijo puro y sin pecado. Cristo
fue el único calificado para ser el sacrificio por el pecado, y ya que Él nunca pecó, Su sangre pura puede lavar
nuestros pecados (Apocalipsis 1:5; Hebreos 13:20), permitiéndonos ser justificados delante de Dios en el Día del
Juicio (Tito 3:5; Hebreos 10:19). Pero debemos tomar los pasos necesarios para aplicar esa sangre en nosotros
(Romanos 6:3-4; Colosenses 2:12). 
La justicia y misericordia de Dios no son opuestas. De hecho, nuestro Creador perfecto equilibra las dos
cualidades extraordinariamente. Si esto no fuera cierto, el salmista no hubiera podido proclamar, “Justicia y juicio
son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro” (Salmos 89:14)
Podemos depender en el sistema ético de Dios porque Dios nunca ha tratado al justo y al impío de la misma
manera.
De acuerdo a lo anterior, puedo decir que Dios es 100% justo y misericordioso con nosotros, ya que después del
pecado de Adán y Eva, habíamos perdido cualquier tipo de bendición de Dios al desobedecer la única cosa que Él
les pidió no hacer, totalmente perdidos pueden haberse sentido ellos al perderla protección que les
proporcionaba el paraíso, pero ahí se cumplió la justicia de Dios, pero a su lado la misericordia actuó cuando
nuestro Padre, porque a pesar de su pecado él nunca los abandono y envió a Jesús para el recate de todos
nosotros.
La justicia Divina es parte de la esencia de Dios, y no la de un Dios castigador, del que no puede ver que
cometamos un error porque su ira esta pronta para caer.
Citare un ejemplo: Sodoma y Gomorra (Genesis capítulos: 18, 19) y resaltare dos versículos en especial.

20 
Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de
ellos se ha agravado en extremo,
21 
descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.

El pecado de Sodoma era en gran manera malo, y hacían cosas terribles, tanto que ya había llegado clamor hasta
el Señor, el pasa y Abraham le pregunta, si hubieran 50, 30, 20, a lo que Dios le respondió si hubieran 10 no los
destruiré, pero al llegar a la ciudad, era tanta la depravación y no encontró ni 5 que hicieran lo bueno.
Genesis 19:16
16 
Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas,
según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.
Acá vemos actuando la justicia de Dios con su misericordia, ya que tuvo cuidado de Lot y su familia, al momento
de la destrucción de Sodoma y Gomorra ya que era eminente que fuera destruida por completo a causa de su
maldad.
Hoy en día vemos como la maldad aumentado, el amor se ha enfriado las corrientes modernas que lo único que
hacen es que te alejan de la raíz que es nuestro Señor y su palabra.
Y el enemigo aprovecha todo esto, el es el causante de mal de este mundo los malos deseos de la carne , y en
muchas ocasiones induce al ser humano a cometer los mas terrible pecados para luego ir a la presencia de Dios y
acusar ( Apocalipsis 12:10 Y oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino
de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de
nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado), y a veces es tanto el pecado del ser humano, y Dios es fiel a su
palabra, Él es la santidad misma, y cuando el acusador llega y empieza a citar los pecados y decir: no está escrito
en tu palabra que esto es pecado y lleva a la muerte, y nuestro Padre quisiera poder seguir dando misericordia
pero en algunas ocasiones el mismo ser humano abusa de la misericordia de Dios y apela a su bondad de Padre,
olvidando que Él es la santidad misma y es en ese caso donde la justicia divina se tiene que actuar sobre la
misericordia o la gracia, porque el conoce el corazón del ser humano y sabe si siente arrepentimiento o esta solo
apelando a la misericordia divina cuando su vida está llena de desobediencia y rebeldía.
Por este motivo la gente no puede decir que como un Dios misericordioso condena a una eternidad en el inferno,
cuando mas bien estamos en un tiempo en donde sobre abunda la gracia y la misericordia de nuestro Señor
Jesús, pero cuando seguimos tentando a nuestro Dios, actuando como si el no existiera o como si Él tuviera que a
moldarse a su vana manera de vivir sin ser corregidos, cuando la maldad es tanta y sin arrepintiendo la santidad
de Dios actúa con su Justicia divina.
La Justicia Divina es para los incrédulos, es castigo, ira innecesaria, un Dios malo que no lo deja hacer lo que
quiere, y se venga de ellos, pero para los creyentes es el resultado de un Dios que no miente, que cumple su
palabra, que al que recibe por hijo lo diciplina, lo moldea, la Justicia te hace obediente en el temor santo de un
Padre que nos ama pero también debe poner su palabra por obra.
La misericordia para un incrédulo es un pase libre para hacer lo que quiera, para pecar a sus anchas sin sentir el
más mínimo remordimiento por sus actos, para nosotros los creyentes, son los lazos de amor del Padre, que
sabemos que no meceremos nada, pero su misericordia y gracia nos hacen ser agradecidos con un corazón
humillado porque, aunque la justicia se aplique, sabemos que somos perfeccionados para la venida de Nuestro
Señor Jesucristo.

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