Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Un lugar desolado, es la mejor forma de describir esta pampa, sin ninguna casa cerca
o un parque, solo una gran hectárea de pasto verde y unos cuantos árboles. Aunque así se
vea, para mi es hermoso, puede que sea porque este ha sido mi lugar desde que lo
encontramos cuando éramos más pequeños. Nuestro lugar seguro al que veníamos a jugar
imaginando un mundo con dragones, héroes y cualquier criatura fantástica, medida que
supongo que es parte de crecer y madurar, por lo que pasamos de los juegos a solo disfrutar
Ahora solemos traer una cobija, sentarnos y conversar como si no nos hubiéramos
visto en años, cuando en verdad vivimos pegados el uno al otro. Conversaciones sin
sentido, que nos sacan más de una carcajada, o a veces las más profundas llenas de
preguntas, consejos y miedos. Después de tanto tiempo juntos pareciera que no tenemos
secretos entre nosotros, que somos completamente transparentes con el otro, pero lo siento,
yo si tengo algo oculto, un mundo oscuro al que no quiero que entres y conozcas. No sé con
claridad cuándo este mundo lleno de demonios apareció, ni en qué momento me dejé
arrastrar a él, ni en qué momento empecé a bailar y disfrutar con estos demonios, desde un
principio supe que debía ocultarlo de quienes yo más quiero, pero a quien nunca se lo pude
ocultar fue a las estrellas. Siempre me han gustado las estrellas son algo considerado
hermoso, por que brillan y lo que brilla siempre es bonito, pero pocos son los que ven más
allá y aceptan el hecho de que solo es una roca quemándose a millones de kilómetros de
distancia. Soy parte de esas personas que ven más allá del brillo y ve la piedra,
maravillándose con que algo tan simple, que ni si quiera se puede ver de cerca, sea
Mientras disfrutaba de esta bella noche estrellada remembrando los viejos tiempos,
cuando la vida era más simple, escuché un ruido entre los árboles y grande fue mi sorpresa
cuando de repente apareciste, con nuestra cobija entre tus manos, pero sin el brillo de
alegría que te caracteriza, en tus ojos hay tristeza y tus hombros están caídos, como si te
hubieran puesto un costal de harina en ellos, y con cada paso que das pareciera que
estuvieras muerto en vida, como un zombie. Cuando llegas a estar más cerca de mí, tiendes
acerco para acostarme junto a ti. Ahora, más de cerca, puedo notar con más claridad la
tristeza que predomina en tus ojos. Pareciera que estuvieras tratando de resolver un
problema, lo delata tu ceño fruncido, mirando hacia el cielo, buscando tu respuesta en las
estrellas. Esta noche se ha ido poniendo cada vez más fría con el paso de las horas, ¿qué
hora es? no tengo idea. Pero aquí estamos, acostados sobre la cobija, con nuestros hombros
estarías todo desinflado. Sea cual sea el problema parece que lograste resolverlo, al final tu
respuesta si estaba en las estrellas. Ellas lo saben todo, pues se dice que guardan recuerdos,
vieron nuestro pasado, ven nuestro presente y verán nuestro futuro; bueno, tal vez desde
veo como cierras los ojos por un rato y dejas escapar otro suspiro, para después levantarte,
sin decir una sola palabra y limpiándote las lágrimas que se te escaparon sin aviso, que ni
yo me di cuenta cuando empezaron a salir. Veo como arreglas tu ropa, doblas la cobija y
por última vez miras al cielo, a las estrellas, y mueves tu mano hacia ellas, te despides, para
Ahora caminas un poco más liviano, tus hombros siguen caídos, pero parece que
resolver tu problema te quito un poco de peso de ellos, me pregunto si tendría que ver
conmigo ese problema, tal vez estabas buscando una explicación para poder entender por
qué todo termino así. Pero déjame decirte algo en lo que siempre he creído, no hay que
sentir pena por los muertos, pues son los vivos los que sufren y tendrán que seguir viviendo
con el dolor que esperan que de a poco desaparezca. Lamento hacerte sufrir, pero solo