Texto basado en el decreto “Domus ecclesiae” de la congregación del Culto
divino y la disciplina de los sacramentos. Normas para la concesión del título de Basílica menor, 6 de junio de 1968 por la Sagrada Congregación de Ritos (Acta Apostolicae Sedis. LX, 1968, 536-539)
Introducción
La casa de la iglesia o la casa de Dios es aquel lugar donde
la comunidad cristiana se reúne. Desde siempre ha sido uno de los principales signos de la santa Iglesia, la esposa de Cristo que está presente en la peregrinación de este mundo.
Hay que distinguir entre:
- La iglesia (en minúscula) es la construcción dedicada a
Dios. - La Iglesia (en mayúscula) que es realidad instituida por Jesucristo, es el templo real y espiritual, el Cuerpo de Cristo.
La Madre Iglesia ha cuidado la belleza y el esplendor de las
iglesias para su idoneidad para el desarrollo de las celebraciones litúrgicas.
Iglesia Catedral y basílicas mayores y menores.
Entre las iglesias de una diócesis, el primer lugar y la mayor
dignidad corresponde a la catedral, en la que se encuentra la cátedra, signo del magisterio y del poder del Obispo, párroco y pastor de la diócesis, y signo de comunión con la sede de Pedro. Después se encuentran las iglesias parroquiales, que son la sede de las distintas comunidades de la Diócesis. También encontramos santuarios y ermitas, a los que peregrinan los fieles.
Entre las iglesias hay unas que adquieren una especial
importancia por su vida litúrgica y pastoral, a ellas el Santo Padre concede el título de Basílica. Con este título se expresa un vínculo particular con la Iglesia de Roma y el Papa.
Encontramos dos tipos de Basílicas:
● Mayores: se encuentran en Roma y son cuatro, San
Pedro, lugar donde reposan los restos del apóstol Pedro y el lugar donde reside el Papa. San Juan de Letrán, es la catedral del Obispo de Roma. San Pablo extramuros, lugar donde fue enterrado el apóstol Pablo y santa María la Mayor, pues es la iglesia más grande e importante de Roma dedicada a la Madre del Señor. ● Menores, son aquellas iglesias que se distinguen de las demás, en una diócesis, por su vida litúrgica, su vida pastoral e historia, arquitectura…
Condiciones para obtener el título de basílica menor.
1. Debe ser un templo dedicado a Dios, y ser el centro de la
actividad litúrgica y pastoral en la Diócesis, especialmente la Eucaristía y la Penitencia, donde se cuide de modo especial la liturgia y la participación activa del pueblo de Dios.
2. Tiene una dignidad ejemplar, una amplitud del templo para
la posibilidad de realizar las celebraciones de manera digna y ejemplar. Los espacios celebrativos como el altar, el ambón, la sede tienen que ser lugares verdaderamente litúrgicos y que expresen lo que son, de acuerdo con las necesidades de la liturgia.
3. Que tenga un significado especial dentro de la Diócesis:
construida por un hecho histórico religioso, tiene una reliquia o cuerpo de algún santo, o por la veneración de alguna imagen de algún santo especial.
4. Se debe considerar el valor de la iglesia, su importancia
histórica y artística.
5. Es necesario un número suficiente de sacerdotes para la
atención litúrgica y la pastoral de la iglesia, especialmente para la celebración de la Eucaristía y de a Penitencia, así como para favorecer la oración y el desarrollo del año litúrgico.
6. Se requiere un número suficiente de monaguillos y de una
schola cantorum adecuada para fomentar la participación de los fieles también con música y cantos sagrados.
Compromisos y deberes propios de la basílica en el contexto
litúrgico-pastoral:
El titulo de Basílica Menor conlleva también unos
compromisos.
1. En la Basílica Menor se debe promover la formación
litúrgica de los fieles, instituyendo:
● Un grupo de animación litúrgica.
● Cursos de formación y catequesis. ● Series de encuentros e iniciativas análogas. Conviene dar importancia al estudio y difusión de los documentos del Papa y de la Santa Sede, especialmente a los relativos a la sagrada liturgia.
2. Esmérese en el cuidado en la preparación y desarrollo de
las celebraciones del año litúrgico.
3. La Palabra de Dios debe anunciarse con responsabilidad
tanto en la homilía como en la predicación extraordinaria.
4. La promoción de la participación activa en la Eucaristía y
de la liturgia de las horas, sobretodo Laudes y Vísperas.
5. Además cultívense debidamente la piedad popular de
forma apropiada.
6. El canto es una acción en la que liturgia adquiere una más
noble. Cuídese que los fieles participen en el canto de las diversas partes de la Misa, especialmente las que se encuentran en el “Ordinario”.
Si en la basílica se reúnen fieles de diferentes naciones o
idiomas, es útil que sepan cantar juntos la profesión de fe y el Padre Nuestro en latín, utilizando algunas melodías sencillas como las compuestas en canto gregoriano, que es el canto propio de la liturgia romana.
Se deben celebrar con especial cuidado para manifestar el
vínculo con la Cátedra de Pedo las fiestas de:
● La Cátedra de San Pedro (22 de febrero),
● La solemnidad de los santos Pedro y Pablo (29 de junio). ● El aniversario de la elección o el inicio pastoral del Papa. Concesiones adscritas al título de basílica menor.
La Basílica también tiene unos privilegios o concesiones:
1. Se concede indulgencia plenaria a aquellos fieles que
visiten la Basílica y que participen en algún rito sagrado o al menos rezan el Padre nuestro, el Credo, acudan al sacramento de la confesión y a la Eucaristía, así como la oración por el Sumo Pontífice en determinados días:
● En el día del aniversario de la dedicación de la Basílica;
● El día de la celebración del titular (15 de Agosto, Ntra. Sra. de la Asunción) ● En la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, apóstoles (29 de junio); ● En el día del aniversario de la concesión del título de Basílica (9 de marzo) ● Una vez al año en el día que establezca el Ordinario local, (en la fiesta de Ntra. Sra. de los Remedios, último domingo de Agosto) ● Una vez al año en el día libremente elegido por cada fiel.
2. Las llaves decusadas, es decir cruzadas, pueden ser
utilizadas en los estandartes, mobiliario, en el sello.
3. El rector de la basílica o su responsable, puede llevar a
demás de la sotana o el hábito religioso y sobrepelliz, una muceta negra con bordes, botones y ojales rojos.