acaban debilitando tanto nuestra vida que nos llevan a caer al
EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN
1. ¿Qué nombres tiene?
Es el sacramento de la Penitencia, de la Reconciliación, del Perdón, de
la Confesión o de la Conversión.
2. ¿Por qué la Reconciliación después del Bautismo? ¿Cómo se
instituyó?
El Bautismo no suprime la inclinación al pecado, en este sacramento
Cristo da la oportunidad de la conversión a los bautizados que nos
hemos alejado de Él por el pecado.
Jesús envió su Espíritu Santo en la Pascua y soplando sobre ellos les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les
quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos»
(Jn 20, 22-23).
3. ¿Conversión, un bautizado? ¿Eso no es para los no creyentes?
La llamada de Cristo a la conversión de Cristo es una tarea continua y
perseverante de la Iglesia, que recibe en su casa a los pecadores.
4. ¿Penitencia interior?
Es la búsqueda de tener un “corazón contrito y humillado” (Sal 51,19),
es decir un corazón arrepentido, un corazón que se acerca a la
misericordia del Padre. El corazón contrito implica dolor y rechazo del
pecado cometido, el propósito de no pecar y la confianza en la
ayuda de Dios. Esta “contricción” se alimenta de la misericordia de
Dios.
5. ¿Cuáles son los pecados que se tienen que confesar?
Todos los pecados graves que no se han confesado y se recuerdan
desde la última confesión. Para esto nos podemos ayudar de un
examen de conciencia, (cerca de los confesionarios en la Basílica
podemos encontrar uno o en www.basilicacolmenar.com).
6. ¿Qué es un pecado grave?
Según la tradición hay dos tipos de pecado:
 Leves o veniales: aquellas acciones que disminuyen la relación
con Dios, que hacen que nuestra relación se debilite. La suma de
varios pecados veniales no hace un pecado mortal pero sí que
pecado mortal.
 Graves o mortales: aquella acción contraria al amor a Dios, al
prójimo o a uno mismo que rompe la relación. Estas acciones las
podemos concretar en los 10 mandamientos de Dios (Ex 50,1-7; Dt 5,1-
21) y los 5 mandamientos de la Iglesia. Estos “preceptos” son luces en
el camino para subir la escalera de la santidad, no nos tienen que
asustar sino buscar con más fuerza el amor y la gracia de Dios.
7. ¿Qué se requiere para cometer un pecado grave?
 Materia: un acto grave de los descritos antes.
 Conocimiento: saber en el momento que esa acción es algo
grave que rompe la relación con Dios, con la Iglesia, con uno mismo y
el prójimo.
 Deliberado consentimiento: libremente y con conocimiento actúa
contrariamente a la voluntad divina que es la santidad.
8. ¿Cuándo se está obligado a confesar los pecados graves?
Debemos confesar los pecados graves al menos una vez al año pero
sobretodo antes de recibir cualquier sacramento, debemos estar en
gracia.
Una imagen: si un vaso está sucio, antes de poner agua para beberla uno
lo limpia, pues si servimos agua esta se manchará y no la beberemos. Lo
mismo ocurre cuando cometemos un pecado grave, ensucia nuestro
corazón y si nos acercamos a los sacramentos estos no nos aprovechan y
a demás rompe más aún la relación con Dios (sacrilegio).
9. ¿Qué hago para confesarme?
1. Examen de conciencia.
2. La contrición o arrepentimiento de los pecados cometidos.
3. Confesión, que consiste en la acusación completa de los
pecados delante del sacerdote.
4. Satisfacción, es decir, el cumplimiento de la penitencia.
En la zona de los confesionarios hay una guía para acercarte al
sacramento. Puedes pedir ayuda a los sacerdotes que están
dispuestos a celebrar este sacramento especialmente media hora
antes de cada eucaristía, o cuando solicites.
Uno solo puede entender este sacramento con su propia experiencia,
¡acércate al amor misericordioso de Dios Padre!, puedes leerlo del
mismo Jesús en el capítulo 15 del Evangelio de Lucas y luego confesar.