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Son tiempos de la tercera guerra mundial… Casi toda la población del país ha muerto por los

bombardeos que ha sufrido. Los sobrevivientes que quedamos somos pocos jóvenes y niños que
pudimos ser refugiados dentro de cuevas subterráneas durante algunos días hasta que la tragedia
terminara.

Quedábamos solo dos jóvenes que pudimos sobrevivir bajo tierra durante la guerra… Mi novia y
yo. Los demás no pudieron soportar la inanición, la falta de agua o no lograron sobrevivir por las
heridas tan críticas que tenían.
Dos días después de terminar los bombardeos salimos de las cavernas para poder inspeccionar el
territorio y encontrar un nuevo hogar… Y lo hicimos. Todo era tan solitario, al parecer quedaba
una cantidad considerable de víveres y medicamentos para poder consumirlos, pero había algo
bastante extraño y es que todos los servicios seguían funcionando; Agua, luz, teléfonos públicos,
celulares, internet, etc. Todo era como si la gente solo se hubiera esfumado.

Mi novia se quedaba en la casa a cocinar o limpiar mientras yo salía a cazar, pescar o recolectar
frutos, era un trabajo de tiempo completo y me dejaba muy agotado pero no quedaba de otra. Tal
vez me habría venido bien algo de ayuda pero aún quedaban algunos peligros y no me gustaba la
idea de que le pasara algo, sabía que ella detestaba la idea de la mujer que solo se quedaba en
casa pero creo que esta vez comprendió la gravedad del asunto.

Ya había pasado una semana y había recolectado suficientes víveres para ese día y para el
siguiente, así que decidí descansar por un día con Rita o eso planeaba al menos hasta que decidí
que era mejor dar un rondín por el lugar, quien sabe, tal vez podríamos encontrar a alguien vivo
con suerte. Ya habíamos pasado toda la tarde buscando pero no había señales de nada.
– Se parémonos, yo iré al Oeste del pueblo y tú el al otro lado. Si tengo suerte te llamare de
inmediato, has lo mismo ¿Si? – Dijo Rita mientras me tomaba del antebrazo y con un brillo de
esperanza en los ojos me miraba fijamente con el deseo de que aprobara su idea – ¡Por favor Tyler!
– Subió su tono de voz y su mirada era más penetrante y llena de fuego.
– Bueno~ supongo que no habría problema, solo ten cuidado –
– Si, tú también. Nos vemos en un rato, suerte – Salió corriendo del lugar y solo observaba el agitar
de su ropa.
– Dios mío por favor cuida de ella – Mire al cielo por mi suplica donde las nubes grises ocultaban el
sol, agache la mirada y salí ahora yo corriendo a donde me correspondía.

– ¡HOLA! ¡¿ALGUIEN PUEDE OIRME?! – No importaba que tan fuerte gritara o que tan
minuciosamente buscara, no podía encontrar a nadie. Era deprimente no encontrar señales de
vida… – ¡Hola! ¡Por favor si me escuchan hagan ruido o algo! – El cielo se oscurecía cada vez más y
los truenos que resonaban por las calles advertían de una gran tormenta – ¿Ah? – Reaccione al
escuchar un golpe, gire mi cuerpo al lado derecho y pude ver como al final de la calle había un
brazos que caía tendido – ¡¿Ah?! ¡Resiste, ya voy! – Corrí a toda velocidad con el corazón alegre de
saber que había encontrado vida, pero el sentimiento fue muy efímero al ver que lo que estaba
tendido en el suelo era el cadáver de un hombre siendo despedazado por los perros
hambrientos… –Tiene que ser una broma… – Dije con tristeza mientras agache la cabeza y azote
con fuerza el costado de mi puño derecho contra la pared. La lluvia se dejó venir y yo me di la
vuelta cabizbajo por la decepción que tuve, pero en ese momento mi celular timbra y una luz de
esperanza se mostraba.
– ¡Tyler he encontrado a uno! Su nombre es Max, estamos por la central de autobuses por la
tienda de comics ¡¿APRESURATE QUIERES?! Descuida Max tod- – Sin poder dejarme decir algo me
colgó de inmediato, estaba actuado bastante agresiva y grosera pero supongo que era porque no
quería que lo perdiéramos… Pero algo no me daba un buen presentimiento…

Me apresure a llegar al lugar y casi sin aliento los observe. Ella estaba acariciando su cabello
mientras él estaba recostado sobre sus piernas.
– Calma Max, la ayuda ya llego. ¡¿NO PUDISTE LLEGAR MUCHO MÁS TARDE TYLER?! ¡¿QUÉ
IBAMOS A HACER SI LO PERDIAMOS?! Ahora muévete y cárgalo en tu espalda ¡Rápido antes de que
la tormenta empeore! – No me tuvo piedad alguna para tratarme tan mal justo cuando ella no
tenía por qué hacerlo… No tenía nada de aliento y me sentía débil por el esfuerzo, pero no dije
nada incluso cuando los celos me tragaban desde adentro por como la vi a ella acariciándolo, me
mantenía en la idea de que lo hacía por compasión.
La persona lucía solo un poco pálida por desnutrición y deshidratación, pero no tenía heridas
graves, solo algunos raspones, podría sobrevivir sin problemas... Entonces~ ¿Por qué tanta
premura? Deje de hacerme preguntas y lo monte a mi espalda, no tendría problemas en
trasportarlo, ya que tenía la misma complexión deportiva que mía al igual que la altura.
– Resiste Max te pondrás bien – Dije mientras giraba de cabeza lo veía por la vista periférica al igual
que veía como Rita tomaba su mano y lo veía con preocupación.
– Cuando lleguemos te daré un gran plato de sopa caliente con algo de carne y arroz, ya verás
cómo te pondrás mucho mejor – Ella le sonrió compasivamente mientras lo animaba.
– Gracias… – Decía en voz baja al no tener mucha fuerza.

Llegamos a la casa empapados y al parecer ya era noche. Los truenos sonaban muy fuerte y la
lluvia era muy pesada.
– Déjalo en nuestro cuarto – Dijo Rita
–Entendido, dense un baño y vístanse. Dale algo de mi ropa y una toalla para que se cambie, tú
también deberías de cambiarte o sí no te vas a resfriar, yo calentaré la comida, cuando termines de
vestir me ayudaras y me cambiare yo ¿Si? –
– Si – Aseguro mi chica
– Bien – Dije mientras salía del cuarto y al cerrar su puerta se escuchaba el llanto de Max. Pegue el
oído a la puerta para oír más claro.
– Calma, todo se mejorara, me tienes a mí, así que calma – Mi corazón dolía al oír eso pero
seguramente solo era mi imaginación por celos. Me aparte de la puerta y me dirigí a la cocina para
preparar la comida y que el huésped recuperara su fuerza.

Ya había pasado un rato desde que la comida había sido calentado pero aun no salían de la
habitación <<Seguramente Rita le está dando ánimos, quien sabe que cosas haya tenido que
pasar>> Pensaba y observaba la sopa. Se escuchó que jalaban las sillas, me sorprendió el repentino
sonido pero al volver mi mirada al frente era mi novia cargando sobre su hombro al nuevo
superviviente.
– Perdona que te hayamos hecho esperar para la cena, estábamos resolviendo unos asuntos, ¿No
es así Max? – Rita jalaba la silla y sentaba a Max para luego voltearlo a ver para saber su respuesta.
Él solo asintió con su cabeza
– Lo mejor será que comiences a comer o te desmayaras, tus heridas no son de gravedad pero
sufres de desnutrición y deshidratación, la comida que calenté fue a la necesidad de tu cuerpo y el
agua que tienes en esa jarra es un suero de coco que he preparado para que tu cuerpo pueda
recuperarse pronto, así que adelante y buen provecho, mañana hablaremos sobre lo que te ha
pasado – Dije con amabilidad esperando que pudiera decir algo pero solo se veía una mirada vacía
y cansada.
– Te ayudare a comer, solo tendrás que abrir tu boca y masticar – Rita se sentó a su lado y como si
se tratara de un niño pequeño le daba la sopa con una cuchara.

– Muchas gracias por la comida – Dijo el inquilino un poco mejor al terminar de cenar – Pero creo
que dormiré un poco, me siento muy cansado –
– Yo te llevare a la habit- –
– No… Yo lo llevare, tu siéntate y cena, son casi las doce y necesitas cenar o tendrás pesadillas –
Me levante de mi lugar, tome mi plato y el de él, los encastre para dejarlos en el fregador –Yo me
encargo, tranquila – Rita solo me veía un poco molesta.
– Nada de eso, lo llevare yo, además tú sigues mojado y ni te has bañado – Ella se levantó enojada
de la mesa por haberla interrumpido – El dormirá en la habitación y en tu litera, tu dormirás en la
sala – Solo nos observábamos mutuamente…
– Pero debes cenar – Solo me di la vuelta para ir por mi ropa
– No tengo hambre –
– Te enfermaras si no comes –
– No pasara nada por una noche –
– Me iré a bañar, descansen. Mañana me iré a las 8 de la mañana a buscar más comida y
posiblemente supervivientes por las cavernas en los huertos de coco, regresare tarde, necesito
recoger más comida porqué ahora que somos tres la comida al parecer estará un poco racionada si
no hago nada – Me sentía más frio y solo abrazaba mi toalla al sentirme un poco triste.

Termine de darme mi baño y vestirme así me dirigía a la sala, la cual estaba al lado de la única
recamara donde estaban Rita y Max, la puerta estaba cerrada, la abrí y ahí estaban los dos
descansando.
<< ¿Por qué me tratara tan mal? Ni siquiera me deja interactuar con él para nada… Tal vez todo
mejorara mañana~>> Me recosté en el sofá, caí dormido y no sabía ni la hora en que paso.

Tuve pesadillas durante la noche y en la mañana se me había hecho un poco tarde para ir a mi
“Trabajo” pero nadie lo noto porque seguían dormidos… Tome una mochila grande para acampar,
unas cuerdas, mi machete y todo lo que necesitara para la aventura.

Los días seguían pasando y yo tenía que ir temprano y regresar tarde para poder dar un sustento a
la casa… No tenía descansos y a veces no comía nada por darles lo poco que había conseguido. Al
pasar los días Max lucía cada vez mejor… Pero la situación entre Rita y yo empeoraba… No podía
acércame a Max o hablar con él… Mi habitación ya no era mía, era de él y ella… Rita cada vez se
distanciaba más de mí… Poco a poco me estuve volviendo invisible… Al pasar el mes yo solo era la
persona que llevaba la comida pero no era importante ahí… Ellos convivían y hablaban pero a mí
no me notaban porque casi no me encontraba en casa o aun que lo hiciera simplemente no me
veían… Al llegar en la noche Rita me dejaba un plato de comida servido con una nota de amor y
eso me hacía tener esperanzas de que estábamos bien…

Un día había logado juntar suficiente comida para tres días así que decidí salir temprano de la
búsqueda e ir a casa. Corte unas bonitas flores para dárselas a Rita, pero por culpa de los espinos
me corte profundo y la sangre brotaba, pero por lo menos recibir un abrazo de ella y disculparme
por no poder estar mucho tiempo en la casa con ella valdría la pena. Al llegar a la casa no se
encontraba Rita, solo estaba Max sentado en el sofá escribiendo algo en su celular, él estaba
cubierto de tierra, parecía que estaba haciendo alguna clase de refugio por si llegaban a atacarnos
otra vez. Era mi oportunidad de hablar con él pero antes de que pudiera decir algo solo sonrió, se
acercó, me tomo de mi hombro izquierdo con mucha confianza y me dijo.
– A que mi novia es muy linda ¿No lo crees? – Extendió su brazo mostrándome una conversación.
El corazón se me encogió y mis pupilas se achicaron por la sorpresa… Era el número de Rita y las
conversaciones estaban acarameladas, se decían “Amor”, “Mi niña” o “Mi niño”… Se decían
cuanto se amaban… El último mensaje de ella fue “Mi amor he podido encontrar unos dulces
como los que te gustan y un poco más de agua” durante ese día y hace unos cuantos minutos…
Estaba devastado y rogaba porque fuera mentira, procuraba que mi dolor no se notara — Si, ella es
muy linda contigo… — Solo le devolví el teléfono —Me tengo que ir, olvide unas cosas en la
huerta, nos vemos al rato — Salí corriendo a toda velocidad y las lágrimas dejaban rastro en la
tierra seca… Al llegar donde tenía mi herramienta, tomé el machete que estaba clavado en una
palmera. Empecé a dar cortes a los arboles con mi coraje y tristeza hasta derrumbarlos…
— ¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿POR QUÉ?! — Di un fuerte tajazo y el árbol cayó a la primera —¿Por qué
me pasa esto a mí? ¿Qué hice mal? — Caí de rodillas y lloraba con la cara apuntando al cielo, subía
mis brazos y con mis manos jalaba mis cabellos… — Tal vez Rita encontró a la novia de Max y le
dio su celular para que ellos pudieran comunicarse porque ella está en otro refugio con más
personas — Abrí los ojos mojados en lágrimas y me calmaba — Seguramente fue eso, ¡Ugh! —
Exclame al querer levantarme y me mareé, volví mi vista al suelo y había charcos ligeros de sangre
por las cortadas de las espinas cuando corte las flores —Tengo que regresar, se está haciendo
noche y debo curar mis heridas o me desmayare — La luz del sol se notaba anaranjada pero aún
quedaban algunas horas de luz.

Llegue a la casa y al estar afuera escuche unos quejidos y unos ligeros golpes, eran las voces de Rita
y Max —¿Hmm…? — Me exprese y sin hacer ruido me apresure entre y el ruido provenía de la
habitación. Grave error…. He ahí el cuerpo desnudo de mi amada acostada sobre la cama con la
entre pierna de un hombre desnudo que hacia un vaivén con su cadera con precisión mientras sus
manos estrujaban con fuerza su pecho y la embestía con fuerza a sobre la cama… Ella abrazándole
con fuerza, gimiendo ahogadamente por su beso desenfrenado… No me escucharon… No me
notaron… El corazón se rompió cual cristal… Cerré la puerta… Mi visión era cada vez más
borrosa, tome el botiquín, lo coloque aun lado mío, me recargue mis codos sobre mis rodillas
mientras escuchaba el chillido de la cama y los gritos de placer de ambos... Me levante del sillón
mire al suelo y ahí estaban gotas de mi sangre que aun brotaba, tome el botiquín, una fruta y salí
de la casa tambaleándome y apunto de desmayarme por la pérdida de sangre…
— Es mejor morir~ — Caí de rodillas y miraba como la sangre manchaba mi antebrazo… Comencé
a curarme mis heridas — No… No voy a morir…. No voy a morir… No voy a morir, no voy a morir,
no voy a morir, no voy a morir, ¡NO VOY A MORIR! — decía con más rapidez e enjundia mientras
terminaba el vendaje, me comí con coraje la manzana que traía conmigo para recuperar energía,
me levanté y corrí al huerto donde tenía mis armas y herramientas, me puse el cinturón donde
cuelgo mi machete y los cuchillos, tomé la mochila donde recolectaba comida y me la colgué del
lado izquierdo.
—Recuperare lo que he conseguido a costa de mi propia sangre, sudor y lágrimas — Con una
mirada llena de determinación observe la luna porque ya había oscurecido y me dirigí a la casa
donde había destruido mi corazón.
Parecía que estaban dormidos porque realmente no se escuchaba ruido, me adentre a la casa y me
fui a la cocina y empecé a tomar la comida que yo había conseguido… termine la tarea y al salir se
escucharon los pasos apresurados junto con la voz de una chica gritar – ¡Tyler! ¡¿Dónde estabas?!
Estaba muy preocu- — Se frenó y calló cuando apunte la punta de mi machete contra su cuello con
mi mano izquierda.
— No te me acerques… ¡ALEJATE! — Mi mirada expresaba odio y rencor por su traición... Las
lágrimas de rabia no se hicieron esperar.
—¡¿PERO QUE TE PASA TYLOR?! ¡¿TE VOLVISTE LOCO O QUE?! ¡Soy yo tu novia! — Gritaba con
miedo Rita.
— ¡CALLATE, NO QUIERO OIRTE! — La sangre me hervía.
-- ¡Pero que pasa! Rit- — Interrumpí al hombre al que le había salvado la vida… salió solo con una
toalla pequeña que cubría la parte baja de su cuerpo. El cuchillo que arroje solo corto un poco de
su cabello.
— No se acerquen… No les hare daño… pero no se me acerquen por favor —Agaché la cabeza y
comencé a sollozar —No quiero volverlos a ver… Nunca más… — Baje el machete que apuntaba a
la garganta de aquella mujer sin moral —-Espero que puedan ser muy felices juntos, que tengan
hijos… que se casen o lo que sea… hagan lo que les plazca… no me importa… Solo recuerden
esto… En tiempos de guerra todo se vale… “En la guerra y en el amor todo se vale” Ahora tiene
sentido todo e incluso es irónico ¿No? Jeje —
— Tyler~ —
— No tendré piedad si pasan hambre o frio… si mueren no considerare ni enterrar o cremar sus
cuerpos inertes… Sobrevivan hasta el final de esta guerra tan dura que hace que hasta los mismos
compañeros te apuñalen por la espalda~ — Me di la vuelta y me fui del lugar cabizbajo… El viento
era frio y el cielo mostraba algunas nubes junto a una gran luna plateada… Sin un lugar a donde ir
camine durante horas para alejarme lo más que pude… Hasta que encontré una cabañita en una
montaña, era muy acogedora. Encendí la luz, puse a calentar un poco de sopa, me senté sobre la
entrada de la puerta que miraba hacia el mar, era tan bello, se podía apreciar todo el lugar lleno de
árboles… pero en ese momento solo brotaban mis lágrimas por lo que había vivido, me levante,
apague la estufa, me serví la sopa. Al terminar mi cena solo me abrace a mí mismo y me recosté en
el suelo para observar lo que había afuera del lugar.
– Todo estará bien… Ya lo veras – Apapachándome observe como pasaba una estrella fugaz
–Deseo por lo menos tener una noche de paz… – Esa noche fue el inicio de una nueva vida y fue la
primera vez que pude sentirme en paz a pesar de estar devastado y solo.

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