PARAFRASEO

Al hablar sobre las teorías éticas contemporáneas se resaltan algunas presiones

diferenciales, específicamente para el caso de la ética, hecho por el cual se hace necesaria
su comprensión para la cotidianidad y los círculos de discusión que sobresalen a partir de
las distinciones sin fundamento, en este caso, se define moralidad al conjunto de códigos
que buscan interpretar las acciones de las personas desde aspectos individuales, sociales o
frente a la naturaleza, esencialmente se traduce el “qué se debe hacer”. Por otro lado, la
ética representa la reflexión sobre los códigos anteriormente mencionados acompañados de
razón mediante la filosofía, sin embargo, debe preceder de acciones morales.

Ahora bien, se pueden entender estas teorías como intermediarias de la razón desde la
moralidad, además respecto a lo contemporáneo se evidencia una discusión ética que se
centra entre lo sustancialista y lo procedimentalista, el primero sosteniendo la búsqueda de
la racionalidad y el segundo, como el descubrimiento de legitimadores de la norma. Este
sustancialismo cuestiona la diferencia entre lo justo y el bien; además, pretende la
recuperación de la felicidad como la meta principal de la ética y moral de una persona.
Según lo expuesto por Alasdair MacIntyre en 1981, se cree necesario la división en tres
grandes etapas: 1. Surgimiento del lenguaje moral, 2. Catástrofe del lenguaje moral y 3.
Restauración del lenguaje moral, aunque de una forma dañada y desordenada.

ÉTICA DE LIBERACIÓN

Este término es acuñado por Dussel E., quien además lo presenta como referencia a un
ética a base de discurso en la que la presentación del principio procedimental hace parte de
la ética. Durante la globalización y exclusión, este autor confirma la existencia de modelos
sobre la modernidad, además bajo este, Europa superó a otras culturas por su racionalidad.
Sin embargo, la filosofía y la ética deberán terminar con la toma de la cultura como centro
del mundo, siendo necesario describir a la modernidad dependiente ya que hace parte este
sistema.

La filosofía de liberación es considerada como una crítica a partir de los discursos de

víctimas y excluidos del sistema teniendo en cuenta la validación universal. Por otro lado,
esta ética dividida en dos grandes partes depende en primer lugar de sus fundamentos en
aspectos éticos materiales, morales-formales y factibles éticos procesuales; como segunda
instancia se refiere a la crítica, validez y praxis de liberación. Además, esta ética de
liberación se constituye por una mirada ontológica donde se practica la verdad (definida
como pilar fundamental desde la racionalidad material de la vida humana); sin embargo, el
criterio formal difiere que la verdad práctica del contenido debe articularse con la validez
intersubjetiva. Finalmente, una vez instituidos las divisiones de esta fundamentación,
aparece el espacio crítico, el cual se divide en tres aspectos: El material crítico, el formal
antihegemónico y la factibilidad ético-crítica de la liberación.