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SEMINARIO METODISTA DR. GONZALO BAEZ CAMARGO DE LA I.M.M.A.

NOMBRE DE LA ASIGNATURA: ANALISIS DE LA REALIDAD

IMPARTE: DOCTOR. HECTOR LAPORTA

Cultura Sociedad e individuo

Clase Chinoy 3

La vida humana decíamos, es vida social. El individuo aislado es una ficción


filosófica (el “buen salvaje” de Rousseau o el hombre pro- social de Hobbes en
constante lucha contra los demás seres humanos) o un accidente trágico, como
en el caso del hombre salvaje. Los hombres no se aíslan para buscar separados
una solución al problema de supervivencia. Viven juntos y participan de una
misma vida común (una tura) que regula su existencia colectiva y les ofrece
métodos para adaptarse al mundo circundante y para controlar y manejar.
dentro de ciertos límites, las fuerzas naturales.

Al considerar la experiencia humana desde un punto de vista sociológico


subrayando los aspectos colectivos de la vida social y los patrones de
conducta establecidos y compartidos, parece que descuidamos al in-
dividuo. Los sociólogos estudian la sociedad y la cultural, las
normas sociales, las creencias colectivas y los valores generales, la
estructura social y la conducta, como entidades diferentes a los
individuos que se desvían o se ajustan a las normas sociales, que
se adhieren a las creencias y valores que predominan en su grupo,
y que participan en la relación es que integran las estructuras
sociales. Sin embargo, sociedad y cultura, como todos los demás
términos abstractos que utilizamos, no viven, ni se comportan, ni
responden, ni se adaptan. ni se ajustan a nada.

Podemos aceptar, en parte, este procedimiento que ignora a los


individuos y las diferencias que existen entre ellos, debido a que la
sociedad y la cultura no dependen de ninguna persona específica,
en cuyas actividades y acciones encuentran su expresión ; con
todo, estos factores pue- den cambiar durante la vida del individuo
o alterarse por su esfuerzo mediante la experiencia social; su
supervivencia misma depende de los demás. Es tas conclusiones no
tienen nada che nove loso; últimamente se ha descubierto un
“experimento” que en cl siglo X I I I reales el emperador Federico II.
Otras de sus locuras era averiguar que lenguaje y modos de expresión emplearían
ciertos niños, cuando creciesen, sin que antes se les hubiese hablado. Así que
ordenó a sus madres adoptivas y sus nodrizas que amamantaran a los niños,
que los bañaran, los lavaran, pero que de ninguna manera los arrullasen o les
hablasen porque quería saber que lengua mas antigua hablarían primero: ¿el
hebreo – la lengua mas antigua-el griego, el latín, el árabe o quizás, la lengua de
sus padres? Pero su trabajo fue inútil porque todos los niños murieron: no podían
vivir sin las caricias, las sonrisas y las dulces palabras de sus madres adoptivas, ni
siquiera pudieron escuchar cantar canciones de cuna ese tipo de canciones se
llamen de cuna, porque una mujer canta cuando nace.

Y anuncia la interacción compleja que existe entre la madre, y los


hijos, y sus consecuencias psicológicas. En esta interacción, el niño
se identifica con sus padres —generalmente el hijo con el padre tiene un
lugar de grandeza y comparación, el niño pretende ser como el padre y
aprende a ser tierno como la madre. Esta c‹anc1usión se lea reforzado
empíricamente gracias a investigaciones recientes dirigirían en particular
por Rcné Spitz, que comparó a los niños de un orfanatorio, y a los
niños de un pueblecillo aislado de pescadores cuyas condiciones físicas eran
deficientes, con un grupo de niños de clase media y especialmente con los
bebes de una guardería adjunta.

Los nvestigaciones han comprobado, por el solo h e c h o de que una es


vital p a r a el desarrollo humano”.' El niño, así corno cl adulto más tarde,
aprende sus hábitos, sus actitudes sus creencias y los valores de su cultura
de quienes lo cuidaron cuando era pequeño y luego de otras personas.
Aprende a satisfacer sus nnecesidades dentro de los cánones aprobados
por su sociedad.

Tenemos las personas que viven en el campo: Un campesino, que caminaba


por una ruidosa calle citadina, tomó del brazo a su amigo, nativo caminando
por l a ciudad él, y le dijo: —Escucha cl silbido del grillo!!

El citadino no oyó nada hasta que su bucólico amigo al grillo fue hasta una
grieta en fachada de un edificio ; cl grillo cantaba sin que las multitudes lo
oyesen.

—cómo es posible que adviertas ese sonido tan débil en medio de

tanto ruido? —preguntó maravillado el citadino.

—Mira —contestó el otro, al tiempo que arrojaba una moneda sobre la


banqueta. Mas de una docena de peatones volvió la cabeza al oír el débil
sonido. *
Este resumen excesivamente breve no hacer justicia a las contribuciones
que Freud nos ofreció para comprender mejor al hombre. La obra de
estos iniciadores ha sido elaborada y calculada corroborada por otros
investigadores ; cl análisis teórico ha sido enriquecido por ellos, y han
utilizado la investigación empírica para explorar los proa esos por los cuales
se forja una personalidad. Sólo qu e la personalidad motivos para
conformarse, o que los hombres han sido condicionados a conducirse
culturalmente de una manera estándar, aun- que estas dos aseveraciones
tengan elementos muy importantes de verdad. Es necesario ir más lejos y
evitar las generalizaciones; nuestro objetivo Institucionales y las
perspectivas culturales.

Condicionados a conducirse culturalmente de una manera estándar, aun-


que estas dos aseveraciones tengan elementos muy importantes de
verdad. Es necesario ir más lejos y evitar las generalizaciones; nuestro
objetivo ulterior será explorar los elementos de este complejo juego de
personalidad y fuerzas culturales y sociales. Debemos tratar de
explicar, si seguimos los postulados de Talcott Parsons, “cómo los
papeles-expectativas del sistema social” se convierten en las
disposiciones necesarias de la personalidad”

Aunque estas observaciones puedan sugerir la dificultad de trazar líneas


tajantes y definidas entre cl estudio de la sociedad y el estudio del
individuo, debido a que ambos dependen del otro y a que deben utilizar
conceptos y teorías formuladas en su interior, no pueden
confundirse las dos disciplinas, ni es posible que se unifiquen en un
futuro cercano. La más fructífera colaboración, así como el trabajo
más productivo, surge de una clara visión de sus diferencias y de sus
relaciones mutuas. Parte del valor de la sociología reside en la ayuda
que puede ofrecer a los que estudian la personalidad, así como la
psicología puede contribuir significativamente para comprender la
organización social y la conducta de grupo. Pero la tarea principal de
la sociología sigue siendo el análisis de la estructura social, los
sistemas institucionales y las perspectivas culturales.

Enriqueciendo actualmente la sociología.

“La Sociología es el estudio de la vida social humana, de los grupos y


sociedades. Es una empresa cautivadora y atrayente, al tener como objeto
nuestro propio comportamiento como seres humanos. El ámbito de la sociología
es extremadamente amplio y va desde el análisis de los encuentros efímeros
entre individuos en la calle hasta la investigación de los procesos sociales
globales.” Anthony Giddens, 1998.

La sociología es una disciplina que se encarga de analizar lo que ocurre o ha


ocurrido en una sociedad. Disciplina significa compromiso, permanencia,
profundidad y gusto. La sociología es también una actitud de conciencia critica
frente a la sociedad. En la disciplina, los estudiantes se forman según
parámetros teóricos y metodológicos de investigación, clásicos y
contemporáneos, que permiten identificar, describir y explicar los hechos, las
relaciones y los conflictos sociales desde diferentes dimensiones (lo religioso, lo
cultural, lo político, lo urbano, etc.)

Las sociólogas y sociólogos, centran su atención primordialmente en los seres


humanos tal y como estos aparecen en la interacción social, o sea, como
actores que, en su comportamiento, se tienen en cuenta unos a otros. Los
principales sistemas o unidades de interacción que interesan a los sociólogos
son los grupos sociales, tales como el grupo familiar o el grupo de iguales; las
relaciones sociales, entre las que se encuentran los roles o papeles sociales, las
relaciones diádicas y las organizaciones sociales, desde las más formalizadas y
burocráticas (gobiernos, sociedades anónimas y sistemas escolares, p. ej.)
hasta las típicamente territoriales (comunidades locales, escuelas, fabricas,
iglesias, etc.), que forman parte integrante de esas comunidades.
 
Pero, si bien los sociólogos se ocupan principalmente de los seres humanos en
su interacción social también estudian los agregados sociales o poblaciones, en
su organización institucional. Raiss, A. (1979). Enciclopedia Internacional de las
Ciencias Sociales, un resumen de Rafael Avear, Sociologo Catefratico U.
Iberoamericana- Los elementos que parece tomar fuerza con el surgimiento de
la sociología, refiere a la posibilidad de eludir el objeto de estudio ser humano,
en tanto que depósito de una infinitud de producción semántica
inexorablemente vinculada al proceder metafísico ontológico. Sin embargo,
¿puede concebirse a la sociología muda para los efectos de referirse al ser
humano? Sobre el ejemplo ilustrativo que constituye el tratamiento de esta
figura que la tradición del derecho natural del siglo XVII ha desarrollado, y a
partir del análisis de las obras sociológicas de Jürgen Habermas y Niklas
Luhmann, en este artículo se pretende poner en tela de juicio la ambición de la
sociología de eludir el ámbito objetual ser humano, para argumentar que
contrariamente a dicha pretensión, se vería empujada (por lo que se
denominará universalismo centrípeto) a desplegar precomprensiones
ontológicas-naturalistas de éste, desde el momento mismo en que se arroja a
conceptualizar lo social. Palabras claves: Sociología Teórica, Ser Humano,
Ontología Naturalista, Teoría Sociológica, Universalismo Centrípeto Teórico. 1
Este artículo, realizado en su momento para optar al Título Profesional de
Sociólogo, forma parte del proyecto FONDECYT número 1080213 titulado “The
normative foundations of modern social theory: the role of natural law”, a cargo
de Daniel Chernilo. Agradezco a Daniel no sólo la confianza al haberme invitado
a participar en su proyecto, sino además la amplia disposición y apertura al
diálogo, que hacen que este trabajo sea también tributario de sus
conocimientos. Quiero agradecer también de forma particular a Juan Miguel
Chávez, quien con su generosidad intelectual ayudó a darle mayor precisión
teórica a partes importantes de este texto. Como es de esperar, tanto Daniel y
Juan Miguel no necesariamente comparten mis argumentos, y por cierto que de
los errores aquí cometidos tampoco son responsables. Rafael Alvear Sociólogo
de la Universidad Alberto Hurtado-

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