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Mindfulness neoliberal
Dentro de las consecuencias de la “toma de conciencia” que el mindfulness aboga tenemos
que: se incentiva un centramiento en sí mismo, desviando la atención de las fuentes de
estrés; y el vivir en armonía con el entorno que proponen significa aceptar el capitalismo
como un hecho. Esto es parte de un fenómeno social en el que el neoliberalismo se apropia
hasta del discurso progresista, invadiendo cada rincón con los valores del mercado.
El movimiento mindfulness tomó forma bajo un liderazgo neoliberal, iniciándose en 1979
con la creación de la Clínica para la reducción del estrés de Kabat-Zinn, en la Universidad de
Massachussets. Ese año Margaret Thatcher se convirtió en primera ministra.
Yo, S.L.
Bordieu define el neoliberalismo como: “un programa de destrucción de las estructuras
colectivas capaces de obstaculizar la lógica del mercado puro”. Esta logica, en el dia de hoy,
han abordado hasta al yo, pues vemos ese duparamiento de la identidad en los perfiles de
Twitter, Facebook, Instagra, Linkedin.
Zizek dice del mindfulness que se está “estableciendo como la ideología hegemónica del
capitalismo global”, ya que ayuda a “participar plenamente en la dinámica capitalista
mientras preserva la apariencia de cordura mental”.
Una tecnología del Yo
El mindfulness remarca uno de los más importantes edictos del neoliberalismo: cada uno
debe hacerse cargo de su propio autocuidado. Y es que no hay coerción en los grupos o
talleres de mindfulness, pero se cultiva la propia autodisciplina, la coerción de sí mismo
ejecutada por uno.
El complejo mindfulness-ciencia académica
Numerosos centros investigan científicamente el mindfulness, los hay en prestigiosas
universidades y de otras naturalezas, como el pionero Mind & Life Institute. Estos no solo
investigan, sino que también forman instructores.
En lo que respecta a la psicología positiva, también está ampliamente estudiada, así como
también recibe financiamiento de organizaciones conservadores y derechistas.

El mindfulness como máquina de desimaginar

Este enfocar los problemas al individuo y no a lo colectivo pasa como en el reciclaje, en el
que se pone enfasis en lo irresponsable del individuo que no recicla, en vez de ver el
problema a nivel empresarial. Esto es un tipo detrance neoliberal, una maquina de
desimaginar, pues sofoca el pensamiento critico y radical.

Un giro terapéutico hacia el interior

El profesor Chris Goto-Jones dice que el mindfulness ha llegado a una extraña conclusión:
“La que esta confundida y enferma, en cierto modo, es la mayoría de la sociedad”, por lo
que la respuesta es volverse hacia nuestro interior, hacer un trabajo interno y crecer como
personas.
La corrección consciente

El mindfulness incentiva una forma de ser, una manera de hablar pausada, una etiqueta.
Hablar muy alto o mostrar cualquier signo de emociones fuertes o de crítica suele provocar
miradas incrédulas.
Optimismo cruel

Hay una promesa de bienestar que obviamente, si todas las condiciones sociales se
mantienen, no se logra, siendo solo una fantasía.