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Programa Filosofía
Facultad de Ciencias de la
Facultad
Educación, Sociales y Humanas
Elemento de competencia 3
Comprender los conceptos fundamentales de los autores
correspondientes a la Edad Contemporánea.
Horas Horas
Temas
AD TI
Nota: AD: trabajo con acompañamiento docente. TI: trabajo independiente del
estudiante.
Criterios de desempeño
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Tema 1: La vita activa en Hannah Arendt
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mundanidad. Gracias al trabajo, que produce objetos con mayor
durabilidad que lo que es producido por la labor, el mundo adquiere un
carácter duradero que proporciona estabilidad a la vida humana. Es decir,
las cosas que son producidas por el trabajo permanecen en el mundo por
más tiempo; nos encontramos la misma cama en nuestra habitación o el
mismo escritorio en nuestra oficina y, en este sentido, encontramos un
mismo mundo duradero que nos proporciona estabilidad, la cual se
perdería si cada día apareciéramos en un lugar distinto con cosas
distintas. La relación con estos objetos se da a partir del uso y no del
consumo, como se da en el caso de la labor. Es el homo faber quien,
siguiendo a Arendt (2005), realiza el trabajo, la fabricación y esta consiste
en la reificación que Arendt describe como el proceso violento en el que
los hombres toman los materiales de la naturaleza para producir cosas.
Esta fabricación parte de un modelo que permanece luego de la
producción del objeto, y es el que permite el carácter de multiplicación de
la fabricación que se diferencia de la repetición como característica de la
labor. Por último, diremos que el trabajo funciona desde las categorías de
medios y fin, pues la cosa fabricada es un producto final y pasado por un
proceso que sería el medio para producirla.
Por último, la acción es, acorde con Arendt (2005):
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mundo cuando nacimos y al que respondemos comenzando algo por
nuestra propia iniciativa” (pp. 206-207).
Arendt (2005) afirma que “El hecho de que el hombre sea capaz de
acción significa que cabe esperarse de él lo inesperado, que es capaz de
realizar lo que es infinitamente improbable” (p. 207), esto dado que la
acción corresponde con la capacidad humana de comenzar, de poner algo
en movimiento, pero dicha capacidad está caracterizada por la
impredecibilidad y la ilimitación. La acción es impredecible porque no se
pueden predecir sus consecuencias −dado que es iniciada por alguien,
pero continuada por los otros en tanto acontece en la esfera pública− y
porque su significado solo se revela con el tiempo. También es ilimitada
porque los hombres pueden reaccionar a la acción con sus propias
acciones, es decir, podría ser originada por alguien, pero los demás que
también son capaces de actuar, “expandirían”, por así decirlo, sus
consecuencias a partir de sus propios actos. Estas dos características
permiten comprender por qué no se ha señalado el sujeto de la acción.
La labor la realiza el animal laborans, el trabajo lo realiza el homo faber,
pero la acción es una posibilidad que, cuando se da, no permite identificar
quién la ha realizado dado que su significado final involucra a los demás
actores “la historia resultante de la acción se interpreta erróneamente
como una historia ficticia, donde el autor tira de los hilos y dirige la obra”
(p. 214)
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Recursos de profundización de aprendizaje
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filosofía moral, a partir de los cuales se clarificará su concepción de las
tres facultades del espíritu. Los dos conceptos serán la “banalidad del mal”
y la “conducta moral”.
Cabe comenzar advirtiendo que la banalidad del mal fue más bien
una “expresión” y no un concepto para la autora. Esta expresión la usó
para referirse al caso de Eichmann, y apunta a la relación entre el mal y
la ausencia de pensamiento:
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pueden causar más daño que todos los malos instintos inherentes,
quizá, a la naturaleza humana. (Arendt, 2011, p. 253)
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de la diferencia del dos-en-uno, al reconocer la diferencia en nuestra
unicidad aspiramos a la coherencia. 2. Implica que juzguemos por
nosotros mismos, para poder ser coherentes con nosotros mismos. 3.
Para evaluar dicha coherencia debemos recordar lo que hacemos. 4. A
pesar de la libertad de la voluntad, esta participa en la conducta moral
cuando se detiene ante las prescripciones negativas de la conciencia
moral, es decir, cuando atiende al “no puedo hacerlo”.
Finalizaremos esta presentación temática reconociendo tres
momentos en los que la autora se distancia de la tradición: Primero,
Arendt (2002) no comparte la concepción tradicional del “mal” en la que
se reconoce un status ontológico de maldad en el agente suponiendo que
este es malo, sino que lo relaciona con la irreflexividad y, en este sentido,
sugiere que es una posibilidad humana pues todos podemos no hacer uso
de nuestra facultad de pensar. Segundo, se distancia de la concepción
tradicional de conciencia moral que supone que está siempre presente y
nos dice lo que debemos hacer y de qué tenemos que arrepentirnos. Para
Arendt (2002), esta conciencia solo da prescripciones negativas y no está
siempre presente, sino que aparece como un pensamiento tardío. Por
último, también se distancia de la concepción tradicional de conducta
moral en tanto no considera que “va de suyo”. Para Arendt (2007), la
conducta moral es contingente, podría no darse pues depende de la
relación del yo consigo mismo.
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El siguiente artículo le permitirá complementar su interpretación
sobre la noción arendtiana de banalidad del mal: Cano, S. (2004).
El sentido arendtiano de la “banalidad del mal”. Horizonte, 3 (5),
101- 130. Disponible en: portal.pucminas.br
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Referencias de la unidad de competencia
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Young-Bruehl, E. (1993). Hannah Arendt, Valencia, España:
Edicions Alfons el Magnánim.
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