Está en la página 1de 36

República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN CIVIL

Magistrado Ponente
FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ

Bogotá, diecinueve (19) de diciembre de dos mil doce


(2012)
Aprobada en sala de catorce (14) de noviembre de dos mil doce (2012)

Ref: Exp. 7600131100082004-00003-01

Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por


los demandados Miguel Ángel, Carlos Andrés, Diana Carolina y
Paola Vanessa Clavijo González, frente a la sentencia de 23 de
agosto de 2011, proferida por la Sala de Familia del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cali, dentro del proceso ordinario
de Milena Gómez Yunda contra los impugnantes y la menor X X X
X X X X X X X X X X1, en su calidad de herederos determinados
de Arcángel Clavijo Valencia y los herederos indeterminados de
éste.

I.- EL LITIGIO

1.- La accionante solicitó declarar la existencia de la


unión marital de hecho que mantuvo con Arcángel Clavijo Valencia
y la consecuente sociedad patrimonial.

1
Nota de Relatoría: En aplicación al numeral 8 del artículo 47 de la ley 1098 de 2006 “Por la cual se expide el Código de la Infancia
y la Adolescencia” se prescinde del nombre del menor, debido a que esta providencia puede ser publicada.
República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

2.- Fundamentó sus reclamos como a continuación se


compendia (folios 22 a 24, cuaderno 1):

a.-) Milena Gómez Yunda y Arcángel Clavijo Valencia


iniciaron una convivencia permanente, desde el mes de enero de
1992, por más de diez años y hasta el fallecimiento del compañero,
ocurrido el 8 de noviembre de 2003, conservando como domicilio y
residencia, mientras duró, la ciudad de Cali.

b.-) Ambos eran divorciados y con sociedades


conyugales disueltas y liquidadas, mediante escrituras de 20 de
marzo de 1991 y 21 de diciembre de 1992, además de que “no
celebraron capitulaciones”.

c.-) Durante la relación procrearon a la menor X X X


X X X X X X X X.

d.-) Conformaron, como consecuencia del vínculo de


pareja, una sociedad patrimonial compuesta por cuatro inmuebles
y un vehículo.

e.-) Arcángel Clavijo Valencia falleció el 8 de


noviembre de 2003.

3.- La curadora ad litem, que se designo a la menor X


X X X X X X X X X X X X y a los herederos indeterminados
de Arcángel Clavijo Valencia, contestó el libelo ateniéndose a lo
que resultare probado (folios 35, 36 y 66). Los demás sucesores
conocidos del causante se opusieron, aduciendo que a pesar de la

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 2


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

cesación de los efectos civiles entre sus padres, estos siguieron


“conviviendo (…) de manera permanente como pareja” y
trasladaron su domicilio a Estados Unidos, añadiendo que si en
gracia de discusión se admitiera una relación de su progenitor con
la promotora, existiría una “coetaneidad de uniones maritales” que
impide el reconocimiento de la “sociedad patrimonial” (folios 51 al
56).

4.- El Juzgado Octavo de Familia de Cali profirió


sentencia en la que declaró la unión marital de hecho entre Milena
Gómez Yunda y Arcángel Clavijo Valencia del mes de enero de
1992 al 8 de noviembre de 2003, pero negó lo relacionado con la
sociedad patrimonial entre compañeros permanentes (folios 298 al
323, cuaderno 1).

5.- Apelada la decisión por la demandante y los


hermanos Clavijo González, además de surtirse el grado de
consulta respecto de la menor X X X X X X X X X X X por
serle adversa y estar representada por curador ad litem, el superior
confirmó el numeral primero, que reconoció la unión marital, y
revocó lo demás, para acceder a la sociedad patrimonial entre
compañeros permanentes del 22 de diciembre de 1992 al 8 de
noviembre de 2003, fecha en que quedó disuelta y en estado de
liquidación.

II.- FUNDAMENTOS DEL FALLO IMPUGNADO

Admiten la siguiente síntesis (folios 29 a 64, cuaderno


6):

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 3


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

1.- Se encuentran reunidos los presupuestos


procesales de competencia y no hay motivo de invalidación de lo
hasta acá rituado.

2.- Con la expedición de la Ley 54 de 1990 se crearon


dos figuras jurídicas: “la unión marital de hecho independiente en
si misma, y la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes
para cuya existencia exige la Ley, entre otros requisitos, el que
surja con base en la existencia de una unión marital de hecho”, la
primera con el fin de reconocer efectos jurídicos a la decisión libre
de conformar la familia y sin que “su única utilidad sea para servir
de base de la sociedad patrimonial entre compañeros
permanentes”, lo que quedó esclarecido con la expedición de la
Ley 979 de 2005 y “un tránsito jurisprudencial que pretende
reconocerle el carácter de estado civil a la condición de compañero
permanente, tránsito que se inició con el auto del 18 de junio de
2008”.

3.- Los efectos civiles a que se refiere la regulación


citada ha tenido desarrollo jurisprudencial de la Corte Suprema de
Justicia y de la Corte Constitucional, así como legislativo,
trascendiendo a aspectos como la protección que el Estado debe
brindar a la familia y diversos campos del ordenamiento jurídico.

4.- Para la estructuración de la unión marital de hecho


deben cumplirse tres requisitos, a saber: estar conformada por dos
personas, hombre y mujer, o por personas de un mismo sexo, en
los términos de la sentencia C-075 de 2007 de la Corte
Constitucional; no existir matrimonio o vínculo matrimonial eficaz
que una a la pareja que la conforma; y ser manifiesta a través de la

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 4


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

comunidad de vida y de propósitos, de manera permanente y


singular.

5.- Con base en ese marco de referencia “la a quo


fundó su determinación después de realizar un análisis de las
pruebas testimoniales y documentales acopiadas, dando crédito
probatorio a los testimonios recogidos a petición de la parte actora,
quitándole todo mérito demostrativo a las declaraciones
recaudadas a solicitud de los demandados”, por lo que se debe
realizar el examen del caudal probatorio arrimado en ambas
instancias a solicitud de parte y de oficio, teniendo en cuenta que
“existen dos grupos de testigos: a). El primero, conformado por
quienes defienden la versión de la parte actora y que está integrado
por Patricia Liliana Enríquez Orozco, Néstor Ramírez Cuartas,
Jaime Muñoz y María Patricia Calero Campo; y b). El integrado por
quienes propugnan por la posición de los demandados que se
oponen a las pretensiones de la demandante, conformado por
María Gloria Elsa Mena de Ramos, Ruth Márquez Ruiz y Heiber
Arias Gutiérrez”.

6.- Los declarantes convocados por la accionante “con


absoluta certeza y al unísono afirmaron que entre la demandante y
Arcángel Clavijo Valencia existió una unión marital de hecho desde
el año 1992 hasta el fallecimiento del último de los mencionados,
de lo que tuvieron conocimiento directo”, mientras en las versiones
de los que pidieron los contradictores “existe muchas
incongruencias e inexactitudes que les resta credibilidad y mérito
probatorio”.

7.- La contraposición entre los dos grupos de


deponentes obliga a precisar las razones que le dan credibilidad a

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 5


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

uno de ellos y se la restan al otro, lo que exige un estudio de las


condiciones particulares de cada testigo “respecto de su
personalidad, las circunstancias que pudieron o no percibir, los
acontecimientos sobre los que versan sus declaraciones, la
credibilidad que le merece como resultado de una valoración de las
pruebas en conjunto, exponiendo razonadamente los motivos que
le asignan mérito o demérito a las pruebas recaudadas”.

8.- El primer grupo tiene en conjunto “mayor armonía


en sus afirmaciones y percepciones de los hechos investigados,
perceptible de la simple lectura de sus declaraciones”, mientras que
en el segundo en el afán de “desvirtuar la unión marital que existió
entre la demandante y Arcángel Clavijo” cayeron en imprecisiones
y contradicciones, además de que “basada la defensa en la
continuidad de la convivencia de los ex esposos, en esas
declaraciones nada se aportó sobre cómo, cuándo y de qué
manera esa convivencia entre los ex esposos existió”.

9.- Se acoge, en consecuencia, lo dicho por el


conjunto coherente, que con la documental aportada y los
interrogatorios de parte absueltos por la accionante y la opositora
Diana Carolina Clavijo, permiten concluir “sin lugar a duda que
entre la demandante y Arcángel Clavijo Valencia existió una unión
marital de hecho, la cual perduró en el tiempo desde enero de 1992
hasta el 8 de noviembre de 2003, fecha del fallecimiento del último
de los señalados”.

10.- Establecido lo anterior, se debe precisar si entre los


compañeros se conformó la sociedad patrimonial y a partir de
cuándo. La Ley 54 de 1990 al crearla no la definió, pero en su
estructura la asimiló al régimen de la sociedad conyugal, ya que “se

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 6


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

constituyen ambas en una masa común patrimonial que deberá ser


liquidada, estando los activos que van a conformarla en cabeza de
los compañeros permanentes individualmente considerados,
quienes hasta tanto no se estructure una causal de liquidación,
gozan de absoluta libertad de administración y disposición de sus
bienes que tienen vocación de ser comunes para la integración de
la referida masa patrimonial, en las mismas condiciones que ocurre
para los cónyuges en el régimen patrimonial del matrimonio”;
además, a pesar de que en su “conformación, existencia,
declaración judicial y liquidación depende integralmente de la
conformación de la unión marital de hecho”, puede ser posterior a
ésta o nunca surgir a la vida jurídica.

11.- El artículo 2° de la citada ley establece dos


presunciones legales para su existencia, esto es, que haya
perdurado más de dos años, si no existe impedimento para que sus
integrantes puedan contraer matrimonio, o que, existiendo la
imposibilidad en uno o ambos compañeros, hayan disuelto y
liquidado la sociedad conyugal previamente conformada. Esta
norma la interpretó la Sala de Casación Civil en sentencias de 2 de
septiembre de 2003 y 4 de septiembre de 2006, en el sentido de
que es suficiente “para abrir paso a la conformación de la sociedad
patrimonial entre compañeros permanentes el que la sociedad o
sociedades conyugales preexistentes de los compañeros
permanentes hayan sido simplemente disueltas pero no
necesariamente liquidadas”.

12.- El artículo 1820 del Código Civil establece que la


sociedad conyugal se disuelve, entre varias razones, por el mutuo
acuerdo de los cónyuges capaces elevado a escritura pública. En
este caso Arcángel Clavijo Valencia liquidó la sociedad conyugal

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 7


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

que se formó por su matrimonio con Gilma González Benavides,


por escritura pública 4878 del 21 de diciembre de 1992 de la
Notaría Once de Cali, y lo propio hizo la promotora con la que tuvo
con Fabio Ortíz Sanchez, según instrumento 2957 del 20 de marzo
de 1991 de la Notaría Décima de la misma ciudad, como se acreditó
con copia auténtica y los registros civiles de matrimonio y
nacimiento con la constancia de inscripción, y a pesar de que no
obra la anotación en el libro de varios, ese requisito no es necesario
en este caso, pues, fueron los contradictores quienes solicitaron su
incorporación.

13.- Las fotografías y grabaciones allegadas no


acreditan “ni por asomo, prueba alguna de convivencia del
causante y la demandante o del primero de los enunciados con su
ex esposa Gilma González Benavides”, sino que demuestran la
participación en actividades de familia, en consideración que con
ambas tuvo descendencia y no tienen la virtualidad “por si sol[a]s,
de generar prueba idónea de los asuntos que son objeto de
averiguación en este proceso”.

14.- La negación de la unión marital por parte de Milena


Gómez Yunda en trámite disciplinario que adelantó la Procuraduría
General de la Nación contra el causante, como ese mismo ente de
control lo concluyó, “resultó tan inverosímil” que, “a pesar de contar
con el apoyo de otros testigos”, ordenó compulsar copias para abrir
a la accionante investigación penal por el delito de falso testimonio,
perdiendo peso esa declaración “por lo que habiendo negado
falsamente la inexistencia de su relación con el causante, dicha
negativa no tiene ninguna trascendencia” al no tener la virtualidad
de dejar sin valor las demás pruebas recaudadas.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 8


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

15.- La convivencia de la pareja tuvo efectos


patrimoniales “a partir de la disolución y liquidación de las
sociedades conyugales previamente conformadas por el hecho de
los matrimonios que tuvieron con terceros”, o sea, desde el 21 de
diciembre de 1992, fecha en que lo hizo Arcángel Clavijo, por ser
posterior, quedando disuelta esa sociedad y en estado de
liquidación el 8 de noviembre de 2003, cuando falleció el mismo.

III.- LA DEMANDA DE CASACIÓN

Un cargo se formuló contra lo resuelto por el ad quem,


invocando la casual primera del artículo 368 del Código de
Procedimiento Civil por la senda indirecta.

CARGO ÚNICO

Acusa la violación de los artículos 1°, 2°, 3°, 4° y 6° de


la Ley 54 de 1990, derivada de yerrros de apreciación probatoria.

El ataque se desarrolla en los siguientes términos:

a.-) En lo medular el fallador diferenció dos grupos de


testigos. Uno de ellos, conformado por Patricia Lilliana Enríquez
Orozco, Néstor Ramírez Cuartas y María Patricia Calero Ocampo,
que afirmó al unísono la existencia de la relación marital de hecho
pretendida. Demeritó así mismo los practicados a petición de los
recurrentes como consecuencia de “ostensibles e insalvables
errores de apreciación probatoria”.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 9


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

b.-) Cuando se advierte la presencia de dos conjuntos


de declaraciones que afirman hechos diametralmente distintos,
“incumbe al juzgador sopesar, de la mano de las reglas de la sana
crítica, las distintas testificaciones y escoger aquellas que en
verdad sean dignas de credibilidad”, sin que por ello “esa selección
sea fruto de la veleidad o la arbitrariedad del juez”, como lo tiene
precisado la Corte en sentencias de 16 de noviembre de 1999 y 2
de septiembre de 2005, exp. 7781; así como la doctrina.

c.-) Puede ocurrir, como sucede en este caso, “que el


sentenciador perciba y reseñe la prueba en su realidad ontológica,
esto es, sin tergiversarla (o por lo menos que esa estimación no se
discuta), pero al abordar la empresa de ponderarla, so pretexto de
escrutarla bajo las reglas de la sana crítica, arbitrariamente la
deseche, hipótesis en la cual incurrirá en un arquetípico error de
hecho por actuar caprichosamente, contrariando los mandatos de
la lógica, el sentido común, la ciencia y la experiencia”.

d.-) Precisamente eso ocurrió con lo narrado por María


Gloria Elsa Mena de Ramos y Heiber Arias Gutierrez, a lo que se
le restó credibilidad porque, a pesar de ser “amigos entrañables” de
Gilma y Arcángel, calidad que estos no se adjudicaron,
desconocían lo relacionado con la disolución del vínculo y la
liquidación de la sociedad conyugal, aplicando una regla de la
experiencia contraevidente y disparatada, pues, “para el fallador,
todas las personas que rodean a una pareja tienen que estar
enteradas de sus vicisitudes conyugales, así aquella no las
comente”. Además, lo apreció sesgadamente y cercenó en cuanto
a su conocimiento de que compartían el lecho, al considerar, en
contra de la evidencia de las pruebas, que “la relación de los

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 10


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

testigos con los esposos se limitaba a reuniones sociales o


políticas”.

Ni siquiera tuvo en cuenta para el efecto que Gilma


González declaró que después de separados exteriorizaron ante
terceros un trato de cónyuges.

Si bien la señora Mena de Ramos es “testigo de oídas


en lo concerniente con las frecuentes visitas que el señor Clavijo
hizo a su familia en Miami”, no lo es en cuanto al “conocimiento de
la pareja, su convivencia como marido y mujer hasta el fallecimiento
de aquel en la ciudad de Cali y el lugar de su domicilio conyugal en
esa ciudad”, ni es mendaz “en ese específico punto (…), pues de
esas visitas dan razón otros testimonios con los que se abstuvo de
conectarlo ese fallador, incidiendo en ese concreto aspecto, en un
yerro de derecho con violación medio del artículo 187 del Código
de Procedimiento Civil, por no valorar las pruebas en conjunto”.

Las supuestas contradicciones en relación con los


trámites para la entrega del cadáver y el funeral de Arcángel Clavijo
son insubstanciales, porque en últimas dijeron no saber quién los
hizo, y respecto de la forma como se instaló la familia a su regreso
de Estados Unidos, es coincidente María Gloria con Diana Carolina
Clavijo y Gilma González, por lo que “en consecuencia, incurrió en
un superlativo error el Tribunal al desechar integralmente los
referidos testimonios aduciendo verdaderas nimiedades”.

e.-) Omitió el fallador la declaración rendida por


Arcángel Clavijo ante la Procuraduría General de la Nación, en la
que “además de negar la unión marital que ahora pretende la
accionante, él mismo se consideraba, días antes de morir, aún

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 11


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

casado con la señora Gilma González”; el documento en el que un


funcionario público que tuvo acceso a la hoja de vida de Arcángel
Clavijo, pudo constatar que relacionó a su esposa e hijos y como
dirección de residencia la calle 8 oeste N° 25B-24; y escritos en los
que con posterioridad a la disolución del vínculo señaló como
cónyuge a Gilma González.

f.-) No advirtió que en vista de las amenazas de que


fue objeto el fallecido “su familia conyugal tuvo que migrar a
Estados Unidos” y si “el mencionado señor hubiese realmente
cohabitado con la demandante y su hija común, habrían sido ellas
las que se hubieran desplazado a los Estados Unidos para proteger
su integridad”.

g.-) Lo que contestó Ruth Márquez Ruiz se descalificó


por aspectos meramente accidentales y secundarios, que no
afectan en la esencia su dicho, “razón por la cual las sutiles
incoherencias sobre aspectos insubstanciales, lejos de restarles
mérito probatorio, los robustece”.

h.-) Incurrió en error de derecho “con violación medio


del último inciso del artículo 187 del C. de P.C. (…) toda vez que
se abstuvo de señalar el mérito probatorio que le atribuía a la
declaración de Gilma González”, la cual advirtió y utilizó como
“parámetro para comparar otras testificaciones, pero nunca dijo
cuál era el valor de la misma, ni precisó si le concedía o negaba
eficacia probatoria”.

i.-) Son igualmente inadmisibles los criterios de


estimación de las declaraciones recaudadas a solicitud de la
accionante, ya que “exigir celosa armonía en los testigos lejos de

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 12


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

ser un sano criterio de valoración de la prueba testimonial, es un


inadmisible principio de estimación pues da cabida a testigos
aleccionados, carentes de sinceridad y espontaneidad”.

No tuvo en cuenta que “a ninguno de esos testigos pudo


constarle que existió en el año 1992 la unión marital de hecho que
erradamente encontró probada", que manifestaron conjeturas
“pues nunca presenciaron que la demandante y el señor Arcángel
Clavijo convivieran como marido y mujer” y los viajes a Estados
Unidos, Europa, Cuba y Cartagena, “apenas si ponen en evidencia
la existencia de un romance temporal, mas no de una relación
marital”.

A pesar de no advertir motivos de sospecha en los


testimonios, paso por alto que Néstor Ramírez lo es “pues es el
padre de una sobrina de la demandante, además de tener una
relación de familia con la hermana de esta” y que eludió responder
a las preguntas que se le formularon.

De tal manera que “si los criterios que dijo atender


fuesen aceptables, lo cierto es que los aplicó con tal capricho y
arbitrariedad, que al hacerlos obrar sobre los testimonios que la
accionante postuló con mayor razón habría que desecharlos”, en
vista de que también incurrieron en contradicciones entre ellos y
aún dentro de sus mismas versiones.

j.-) Se pretirieron la confesión extrajudicial de Milena


Gómez Yunda y las manifestaciones de Arcángel Clavijo, así como
las declaraciones de Armando Muñoz García y José Hober
Rodríguez Aldana, practicadas dentro del trámite disciplinario que

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 13


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

adelantó la Procuraduría, con las que se desvirtuaba la convivencia


entre los dos primeros.

k.-) Desdeñó el ad quem la afirmación de la


demandante dentro de dichas diligencias de que lo que existió con
Arcángel Clavijo fue un simple amorío mas no una relación marital,
“al hacer obrar inadmisibles reglas de apreciación probatoria”, con
lo que violó “el principio que prohíbe contravenir los actos propios
(venire factum proprium)” referido por la Corte en sentencia de 24
de enero de 2011, máxime cuando la investigación que se le
adelantó por falso testimonio culminó con fallo absolutorio del 20
de octubre de 2010 del Juzgado Segundo Penal del Circuito de
Descongestión de Cali.

l.-) No se censura la valoración dada a los documentos


citados en los numerales 6.1 a 6.7, 6.9 a 6.13, 6.15 y 6.17 de la
providencia, pero incurrió en yerro de jure al conceder eficacia a los
documentos que reposan a folios 5 a 17 del cuaderno 5, pues
fueron aportados en copia, en contravención de los artículos 254 y
268 del Código de Procedimiento Civil y las pautas de la Sala Civil,
según fallo del 4 de noviembre de 2009.

m.-) El juzgador no precisó el mérito que confería a la


declaración extraprocesal de Susana Valencia de Clavijo, lo que
“comporta un error de derecho con infracción medio del artículo 187
del C. de P.C.”, pero, de considerar que la tuvo en cuenta ya que
“dijo apoyarse en la prueba documental allegada y no descartó esa
testificación expresamente”, cometió igual equivocación afectando
el artículo 299 del mismo estatuto.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 14


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

n.-) La certificación expedida por Colsanitas, en la que


figura la promotora como afiliada a cargo de Arcángel Clavijo, se
produjo en 2001, por lo que no podía servir para acreditar que
existió unión marital de hecho desde 1992, por lo que “en ese
aspecto también incurrió el juzgador en error fáctico por adición del
contenido de la prueba”.

o.-) Al valorar el interrogatorio de parte absuelto por la


demandante “cometió un incuestionable error de derecho, con
infracción medio del artículo 195 del C. de P.C., toda vez que la
declaración de parte adquiere relevancia probatoria solamente
cuando envuelve una confesión” y no podía “apoyarse en los dichos
de la actora que apuntalan su pedimento”, como lo ha enseñado la
Corte en sentencia del 25 de marzo de 2009.

p.-) Mientras que de la versión de la opositora Diana


Carolina dedujo aseveraciones que no hizo, con lo que “incurrió en
otro yerro fáctico manifiesto”, toda vez que “si tangencialmente la
deponente admitió haber conocido a la demandante en una
reunión política de su padre, o haber conocido a la hija de aquella,
tales hechos no comportan de ninguna manera la aceptación de la
unión marital demandada”.

q.-) Está probado que Arcángel Clavijo no abandonó el


hogar que formó con Gilma González y sus hijos, por lo que nunca
pudo conformar unión marital con la accionante, pues, “si bien el
mencionado señor pudo tener en algún momento un furtivo y fugaz
amorío con la señora Milena Gómez Yunda, ese devaneo nunca se
consolidó en una relación marital singular y permanente”, con los
requisitos de la Ley 54 de 1990 y de conformidad con fallo de la
Corte del 20 de septiembre de 2000.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 15


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

r.-) De todas maneras, si “se admitiera que algunas


vacilaciones suscitan sus planteamientos, igualmente habría que
inferir que no cumplió con la carga que le incumbía, motivo por el
cual el asunto debe decidirse en contra suya, toda vez que su
cometido procesal no era el de generar dudas sino forjar certezas”.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

1.- Milena Gómez Yunda accionó contra los herederos


determinados e indeterminados de Arcángel Clavijo Valencia,
solicitando que se declare la existencia de unión marital de hecho
que sostuvo con el causante, así como el reconocimiento de la
sociedad patrimonial entre compañeros permanentes derivada de
la misma.

2.- La sentencia del Tribunal confirmó lo resuelto por


el a quo que reconoció la unión marital de hecho entre Gómez
Yunda y Clavijo Valencia, pero revocó el desconocimiento de sus
efectos económicos y tuvo por conformada la sociedad patrimonial
del 22 de diciembre de 1992 al 8 de noviembre de 2003, fecha del
deceso del compañero, y dispuso su disolución y liquidación.

3.- Miguel Ángel, Carlos Andrés, Diana Carolina y


Paola Vanessa Clavijo González impugnaron lo resuelto al
considerar que se equivocó el juzgador cuando estimó las pruebas
recaudadas, que no acreditan los requisitos de singularidad y
permanencia exigidos por la Ley 54 de 1990 y confundió un
romance sin trascendencia con una relación marital, además de

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 16


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

que en vida del padre éste siempre mantuvo comunidad de vida


con su progenitora Gilma González.

4.- El recurso de casación, por ser un medio de ataque


contra la decisión que cierra el debate procesal, no puede
emplearse como si se tratara de otra instancia, una nueva
oportunidad para replantear el debate o la posibilidad de formular
propuestas alternas de valoración de los medios de convicción que,
aunque razonables, no alcancen a derruir el trabajo interpretativo
del juzgador.

Se acusa en este caso el fallo de ser violatorio de


normas sustanciales por vía indirecta, como consecuencia de
equivocaciones en la apreciación de las pruebas recaudadas,
señalando respecto de unos la incursión de yerros de facto y, en
relación con otros, la presencia de errores de derecho.

La demostración de un error de hecho manifiesto en la


apreciación de las pruebas, implica una labor argumentativa
encaminada a develar la relevancia de la equivocación, por existir
disparidad evidente entre las conclusiones del fallo, con lo que
arrojan los elementos recaudados para acreditar los hechos
planteados por las partes en litigio.

Sobre este punto la Sala expuso que “al denunciarse en


el punto la comisión de errores de hecho probatorios, pertinente
resulta memorar que no cualquier yerro de esa estirpe es suficiente
para infirmar un fallo en sede de casación, sino que se requiere que
sea manifiesto, porque si se edifica a partir de un complicado
proceso dialéctico, así sea acertado, frente a unas conclusiones
también razonables del sentenciador, dejaría de ser evidente, pues

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 17


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

simplemente se trataría de una disputa de criterios, en cuyo caso


prevalecería la del juzgador, puesto que la decisión ingresa al
recurso extraordinario escoltada de la presunción de acierto”
(sentencia del 9 de agosto de 2010, exp. 2004-00524).

Si se adiciona el reclamo con la equivocación de jure en


el examen de algunos de ellos, debe observarse si respecto de
esas específicas probanzas se lesionaron normas de estirpe
probatoria, relacionadas con su incorporación, práctica y efectos.

Así lo ha explicado la Sala, pues, ha dicho que “[e]n el


error de derecho -cuyo ineludible punto de partida es la percepción
material u objetiva del medio por parte del sentenciador-, también
es del caso llevar a cabo una comparación entre la sentencia y el
medio, según se ha anticipado, mas en este supuesto lo será para
patentizar que conforme a las reglas propias de la petición, decreto,
práctica o apreciación de las pruebas, el juicio del sentenciador no
podía ser el que…consignó. En consecuencia, si dijo que la prueba
era apta para demostrar el hecho o acto, debe hacerse notar que
no lo era en realidad; o si la desestimó como idónea, debe
puntualizarse que sí era adecuada. Todo, con sujeción a las
susodichas normas reguladoras de la actividad probatoria...”
(sentencia de 13 de octubre de 1995, expediente 3986; reiterada
en la de 6 de abril de 2011, expediente 54001-3103-004-2004-
00206-01).

Y si dentro de las estipulaciones lesionadas por el error


de derecho se invoca el artículo 187 del Código de Procedimiento
Civil, como tiene dicho la Corte “en procura de que ese error
aparezca, debe el impugnante demostrar que la tarea evaluativa de

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 18


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

las distintas probanzas cumplida por el sentenciador se llevó a cabo


al margen del análisis de conjunto pedido en el artículo 187, o sea,
poniendo de manifiesto cómo la apreciación de los diversos medios
lo fue de manera separada o aislada, sin buscar sus puntos de
enlace o de coincidencia. Ese y no otro debe ser el criterio a
seguirse cuando de individualizar este tipo de yerro se trata. En
consecuencia, si, con prescindencia de las conclusiones obtenidas
en el campo de los resultados de la prueba, pues es asunto que
cae en el terreno rigurosamente fáctico, la referida tarea valorativa
se ciñó a la norma citada, no será admisible la prédica de la
sustitución del examen de conjunto realizado por el sentenciador
por el que proponga el recurrente. Expresado de otra manera, se
debe tener un cuidado sumo para que el planteamiento no derive
hacia el aspecto de la objetividad de los hechos pues en éste la
cuestión queda ya bajo el influjo del error de hecho que como se
sabe tiene una naturaleza distinta a la del error de derecho”
(sentencias de casación números 067 de 4 de marzo de 1991, 047
de 28 de abril y 055 de 6 de junio de 1995; 5 de junio de 2009,
expedientes 4102, 4174 y 00205-01; reiterada en sentencia del 25
de mayo de 2010, exp. 7300131100042004-00556-01).

5.- Se encuentran debidamente establecidos, como


puntos que inciden en la decisión a adoptar, los siguientes:

a.-) Que Arcángel Clavijo Valencia y Gilma González


Benavides contrajeron matrimonio el 25 de marzo de 1972;
disolvieron y liquidaron su sociedad conyugal, mediante escritura
pública 4878 de 21 de diciembre de 1992 de la Notaría 11 de Cali;
y obtuvieron la cesación de efectos civiles del vínculo católico,
según sentencia del 18 de noviembre de 1997 proferida por el

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 19


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

Juzgado Tercero de Familia de Cali (folios 1 y 6, cuaderno 1 y 927


a 933, cuaderno 3).

b.-) Que de dicha unión fueron fruto los hijos Miguel


Ángel, Carlos Andrés, Diana Carolina y Paola Vanessa Clavijo
González (folios 10 a 13, cuaderno 1).

c.-) Que Milena Gómez Yunda y Fabio Ortiz Sánchez


se casaron el 17 de septiembre de 1977; disolvieron y liquidaron su
sociedad conyugal, mediante escritura pública 2957 de 20 de
marzo de 1991 de la Notaría 10 de Cali; y cesaron los efectos civiles
de su unión religiosa, según sentencia del 12 de diciembre de 1997
proferida por el Juzgado Séptimo de Familia de esa misma ciudad
(folios 7, cuaderno 1 y 954 a 958, cuaderno 3).

d.-) Que X X X X X X X X, nacida el 9 de diciembre


de 1993, es hija extramatrimonial de Milena Gómez Yunda y
Arcángel Clavijo Valencia (folio 8, cuaderno 1).

e.-) Que Gilma González Benavides, Diana Carolina y


Paola Vanessa Clavijo González, fijaron su residencia en Estados
Unidos en junio de 2000 y regresaron a mediados de 2003 al país.

f.-) Que Milena Gómez Yunda y Arcángel Clavijo


Valencia realizaron varios viajes juntos a destinos nacionales e
internacionales.

g.-) Que Arcángel Clavijo Valencia falleció el 8 de


noviembre de 2003 (folio 5, cuaderno 1).

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 20


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

6.- El interés por superar las inequidades sociales y el


trato discriminatorio hacia las familias naturales inspiró la
producción de jurisprudencia de la Corte, admitiendo como
generador de derechos el esfuerzo común de las parejas que
tomaban la decisión libre y voluntaria de hacer vida en pareja,
alejada de los ritos del matrimonio; es así como con la sentencia de
30 de noviembre de 1935, G.J. 1987, p. 476, se les empezó a
reconocer efectos económicos bajo la figura de la sociedad de
hecho, con los condicionamientos de la legislación civil sobre la
materia.

Tal aporte previsor, se vio reflejado con posterioridad en


la expedición de la Ley 54 de 1990, al introducir en el ordenamiento
jurídico la figura de la unión marital de hecho, que en su artículo 1°
la definió como “la formada entre un hombre y una mujer, que sin
estar casados, hacen una comunidad de vida permanente y
singular”, recibiendo quienes la conforman la denominación de
compañeros permanentes.

A pesar de que para la época de su expedición se


restringieron sus alcances para los nexos afectivos entre “un
hombre y una mujer”, esta regulación ha ido adquiriendo mayor
repercusión con posterioridad a la promulgación de la Constitución
Política de 1991, que en el artículo 42 contempla como fundamental
el derecho a la familia, en sus diferentes manifestaciones, y le
atribuye al Estado el deber de protegerla de una manera integral.

Es así como la Corte Constitucional en sus sentencias


C-075 de 2007 y C-029 de 2009 hizo extensivos a las parejas del
mismo sexo los derechos reconocidos a los vínculos afectivos entre

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 21


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

heterosexuales, de donde en la actualidad el concepto de unión


marital de hecho se refiere a una comunidad de vida entre dos
personas, de igual o diferente sexo, con ánimo de singularidad y
permanencia.

7.- Esta Corporación ha considerado que la unión


marital de hecho, como una de las fuentes del núcleo fundamental
de la sociedad que es la familia, siempre y cuando se cumplan los
anteriores requisitos, da origen a un estado civil. Esta circunstancia
tiene gran connotación, pues, trasciende al campo del orden
público, lo que impide que la calidad de compañero o compañera
permanente dependa de que esta se admita o niegue a
conveniencia por cualquiera de los integrantes de la familia natural,
pues, la misma emana de los hechos y encuentra amparo en la ley.

Al respecto señaló la Sala que “el segmento de mayor


relevancia social y jurídica de la Ley 54 de 1990, concierne al
reconocimiento del statu normativo de la unión marital de hecho
como forma expresiva de la relación marital extramatrimonial,
comunidad singular de vida estable, genitora de la familia y de un
estado civil diverso al matrimonial. Y, en este sentido, la norma
ostenta un marcado cariz imperativo o de ius cogens al referir a la
familia y al estado civil, cuestión de indudable interés general,
público y social (…) la [acción] tendiente a la declaración de
existencia de la unión marital, es materia de orden público, propia
de la situación familiar, del estado civil y es indisponible e
imprescriptible, lo cual no obsta para que las partes la declaren por
mutuo consenso en escritura pública o en acta de conciliación (art.
4º, Ley 54 de 1990), en tanto el estado civil dimana de los hechos,
actos o providencias que lo determinan (art. 2º, Decreto 1260 de

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 22


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

1970), en el caso de la unión marital declarada por los compañeros


permanentes; sin que tal posibilidad se entienda como dispositiva
del estado civil, por mandato legal indisponible, so pena de nulidad
absoluta, pues el legislador autoriza conciliar las diferencias
respecto de la existencia de la unión, es de ésta y no de la
conciliación ni de su reconocimiento declarado, de la cual dimana
(…) Por esto, la Corte, recientemente rectificó la doctrina sostenida
antaño por mayoría que desestimaba el estado civil originado en la
unión marital de hecho (Autos A-266-2001, 28 de noviembre de
2001, exp. 0096-01; A-247-2004, 10 de noviembre de 2004, exp.
0073-00, A-179-2005, exp. 00042-01, A-028-2006, 30 de enero de
2006, exp. 01595-00, A-081-2006, 21 de marzo de 2006, exp.
11001-02-03-000-2005-01672-00, entre otros), puntualizando los
cambios normativos ‘que tienden a darle a la unión marital de hecho
un tratamiento jurídico equiparable o semejante al del matrimonio’,
por ejemplo, ‘la Ley 1060 de 2006, mediante la cual se introdujeron
importantes reformas al Código Civil, reputa como hijo de los
cónyuges o compañeros permanentes, al que es concebido
durante el matrimonio o durante la unión marital de hecho o al que
nace después de expirados los ciento ochenta días subsiguientes
a la celebración de aquél o a la declaración de ésta’, la eficacia
legal de la declaración formal por mutuo consenso expresado ante
notario o en conciliación para conformarla (Leyes 640 de 2001,
artículo 40, numeral 3º y 979 de 2005, artículo 4º, numerales 1º y
2º), la regulación de los derechos y obligaciones derivados de la
sociedad patrimonial, su reconocimiento legislativo ‘para todos los
efectos civiles’, el surgimiento de la familia ex artículo 42 de la
Constitución Política ‘por vínculos naturales o jurídicos’, matrimonio
o ‘voluntad responsable de conformarla’, la igualdad de trato a
ambas formas de constituirla, los derechos y deberes personales

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 23


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

inmanentes a la comunidad de vida permanente y singular, por todo


lo cual, ‘así como el matrimonio origina el estado civil de casado, la
unión marital de hecho también genera el de ‘compañero o
compañera permanente’’ y si bien no la ley no la ‘designa
expresamente (…) ‘como un estado civil’’, tampoco ‘lo hace con
ningún otro, simplemente los enuncia, aunque no limitativamente’,
imponiendo el deber de registrar ‘los demás ‘hechos, actos y
providencias judiciales o administrativas relacionadas con el estado
civil’’, en todo caso, ‘distintos, a los que menciona’ (Auto de 17 de
junio de 2008, exp. C-0500131100062004-00205-01) (…)
Adviértase, entonces que la acción judicial tendiente a la
declaración de la unión marital de hecho, podrá ejercerse durante
su existencia, aún unidos los compañeros permanentes y, por
ende, antes de su terminación o después de ésta y es
imprescriptible en lo relativo al estado civil” (sentencia de 11 de
marzo de 2009, exp. 2002-00197).

8.- Se hace necesaria la anterior introducción en vista


de que la sentencia del ad quem confirmó la resolución de primera
instancia de declaración de unión marital de hecho entre Milena
Gómez Yunda y Arcángel Clavijo Valencia, lo que es constitutivo
de estado civil, aspecto que legitima a los impugnantes para acudir
en casación al tenor del numeral 4 del artículo 366 del Código de
Procedimiento Civil, independientemente de los efectos
económicos que se reconocieron al desatar la apelación, cuando
se tuvo por conformada la sociedad patrimonial entre compañeros
permanentes y que se constituye en un tema accesorio contra el
cual no se enfilan los ataques del cargo, pero que de salir avante le
cerraría el paso por ser precisamente uno de los presupuestos para
su materialización.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 24


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

9.- No prosperará la acusación formulada por las


razones que se expresan a continuación:

a.-) La valoración que le dio el Tribunal a la prueba


testimonial recaudada no luce antojadiza o amañada, en vista de
que, al contrario de lo que argumenta el censor, fue el producto de
un análisis exhaustivo y pormenorizado que generó un alto grado
de convencimiento sobre la existencia de la relación pretendida por
la demandante.

Es así como luego de resumir lo dicho por todos los


declarantes, procedió a identificar las dos tendencias de los
mismos, para resaltar las virtudes de los solicitados por la
accionante en cuanto a su coincidencia, coherencia, espontaneidad
y conocimiento directo de los hechos, mientras que encontró que
“en las declaraciones rendidas por el grupo de testigos convocados
a instancia de la parte demandada existe muchas incongruencias
e inexactitudes que le resta credibilidad y mérito probatorio”.
Acto seguido cuestionó las versiones de María Gloria
Elsa Mena de Ramos y Heiber Arias Gutiérrez, pues, a pesar de
haber manifestado ser cercanos a los esposos Clavijo González,
no se enteraron de aspectos trascendentales en una relación de
pareja como era la liquidación de su sociedad conyugal y “que se
divorciaron”; además de que la primera fue testigo de oídas de los
continuos viajes de Arcángel Clavijo a los Estados Unidos, presentó
contradicciones con lo narrado por Diana Carolina Clavijo y Gilma
González, e hizo afirmaciones disímiles a lo que arrojaron los otros
medios de convicción.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 25


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

Las anteriores conclusiones no son ajenas a la realidad


procesal, ya que la cercanía de los deponentes con Arcángel y
Gilma no es el producto de una interpretación sesgada o amañada
del fallador al resaltar que Mena de Ramos y Arias Gutiérrez
“afirmaron ser amigos entrañables” de la pareja, sino que dicho
calificativo coincide con lo que expresaron los testigos y sirvió de
base para formular los cuestionamientos que les restaron
credibilidad.

María Gloria Elsa Mena de Ramos al hacer el relato de


lo que sabía sobre los hechos de la litis señaló que conocía a
Arcángel Clavijo y Gilma Gonzalez “desde hace 23 años” y podía
dar fe de la unión que existió entre ellos “por ser tan allegados”; por
su parte Heiber Arias Gutiérrez al ser preguntado “cómo se enteró
usted que la señora que vio el día del entierro del señor Arcángel
Clavijo era la Señora Milena Gómez Yunda.- Contestó: Porque ella
se me presentó, me saludó simplemente, me dijo que el doctor
Clavijo me tenía una gran estimación”, sin embargo ambos fueron
enfáticos en que no estaban enterados de la liquidación de la
sociedad conyugal o su separación.

Tanto la decisión de partir los bienes comunes que


realizaron los esposos en el año 1992, como la cesación de efectos
civiles del matrimonio religioso declarada en 1997, son hechos
trascendentales que superan la órbita de lo privado para surtir
consecuencias en el ámbito social, razón que justifica la extrañeza
del sentenciador por la ignorancia de tal situación en personas que
se dicen tan cercanas a la relación de pareja.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 26


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

Además, la disparidad de ambas atestaciones es


evidente, pues mientras Mena de Ramos afirmó en relación con los
trámites de entrega del cadáver de Arcángel Clavijo que “yo estuve
presente en todos los trámites de la entrega del cadáver de
Arcángel Clavijo después de su muerte, y sé que fue su señora
esposa Gilma González y Carlos Andrés Clavijo González,
igualmente durante su velación en el Concejo Municipal estuvimos
solamente su esposa, sus cuatro hijos y la familia más allegada, o
sea los hermanos de Gilma, sobrinos, y amigos de la política, etc.”,
Heiber Arias Gutiérrez dijo que “cuando a él lo mataron Gilma se
encontraba en Bogotá fuera de la ciudad” y agregó que Milena
Gómez Yunda habló con él el día del entierro, con lo que admite su
presencia en las exequias.

No son por lo tanto intrascendentes e irrelevantes las


conclusiones del fallador, pues, como acertadamente advirtió, no
obstante que los declarantes dijeron tener cercanía con Arcángel y
Gilma, desconocían aspectos de la vida en pareja de los que
normalmente debían estar enterados y sus exposiciones, más que
demostrar la permanencia de la relación de sus amigos, buscaban
desvirtuar la presencia de la promotora en la vida de Clavijo
Valencia, lo que rebatían las contundentes declaraciones de los
otros testigos.

b.-) Todo lo relacionado con las diligencias


disciplinarias adelantadas por la Procuraduría General de la Nación
contra Arcángel Clavijo, en la cual se ventiló la unión marital que
este sostenía con Milena Gómez Yunda y que ambos negaron, esto
es, la confesión extrajudicial de Milena Gómez Yunda y las
manifestaciones de Arcángel Clavijo, así como las declaraciones

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 27


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

de Armando Muñoz García y José Hober Rodríguez Aldana, quedó


comprendido en la contundencia del argumento de que “tal y como
lo concluyó el encargado de ese proceso disciplinario y que de la
misma manera lo concluyó la juez de primera instancia en este
proceso, esa negación de la inocultable relación marital resultó tan
inverosímil, a pesar de contar con el apoyo de otros testigos en ese
sentido en ese disciplinario, que el mismo encargado del proceso
disciplinario decidió ordenar que se compulsaran las copias
pertinentes para [que] la aquí demandante fuera investigada
penalmente por el delito de falso testimonio; de todo lo cual se
concluye que esa declaración realizada por la demandante ante la
Procuraduría carece de peso, no solo frente a las pruebas
recaudadas en ese proceso disciplinario, sino de las aquí
recaudadas, por lo que habiendo negado falsamente la inexistencia
de su relación con el causante, dicha negativa no tiene ninguna
trascendencia para la decisión que aquí finalmente se tomará, pues
no tiene la virtualidad de dejar sin valor las pruebas que en este
proceso se recaudaron”.

El efecto envolvente de lo expuesto comprende, por


ende, la poca importancia de la negativa de ambos compañeros en
la investigación disciplinaria, la cual era inocua para las fines
absolutorios pretendidos, ya que los efectos de inhabilidad que se
derivaba de la relación marital no se hacían extensivos al
parentesco de afinidad en segundo grado, como se resaltó en la
decisión absolutoria de la Procuraduría, lo que pudo incidir en la
decisión favorable a Milena Gómez Yunda que anuncian los
recurrentes profirió el 20 de octubre de 2010 el Juzgado Segundo
Penal del Circuito de Descongestión de Cali, de la cual no hay
constancia en el expediente.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 28


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

Así mismo, esa posición es coherente con los alcances


que le confiere la Ley 54 de 1990 a las uniones maritales de hecho
como fuente de estado civil, que, se reitera, trasciende al orden
público y no queda al arbitrio o veleidad de sus integrantes.

No se observa, en consecuencia, la omisión del análisis


de las diligencias disciplinarias y las pruebas recaudadas dentro de
las mismas, que debían valorarse como un todo, lo que en efecto
se hizo.

c.-) El que no se advirtiera por el juzgador que Gilma


González Benavides, Diana Carolina y Paola Vanessa Clavijo
González salieron del país como consecuencia de las amenazas
recibidas por Arcángel Clavijo contra su integridad y la de su familia,
lo que no ocurrió con la demandante y su hija, y desvirtuaría el nexo
entre ellos, no pasa de ser una especulación del censor sin ningún
peso, en la medida que no sólo Clavijo Valencia permaneció en el
país, sino que también lo hizo su hijo Carlos Andrés.

Además, no es descabellado que, independientemente


de los motivos que llevaron al cambio de domicilio de Diana
Carolina y Paola Vanessa, para esa época menores de edad,
estuvieran acompañadas de su progenitora, sin que conlleve una
demostración de permanencia del vínculo entre sus padres, el que
cesó con la sentencia del 18 de noviembre de 1997, proferida por
el Juzgado Tercero de Familia de Cali.

d.-) La acusación de que se violó del artículo 187 del


Código de Procedimiento Civil en cuanto a que no se valoró la

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 29


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

declaración de María Gloria Elsa Mena de Ramos en conjunto con


los demás medios probatorios, respecto de los constantes viajes de
Arcángel Clavijo a Estados Unidos, no aparece debidamente
estructurada, pues, se limita a afirmar de manera genérica que “el
señor Heiber Arias Gutiérrez fue testigo presencial de esas visitas
de Arcángel Clavijo a la residencia de la familia en Miami, toda vez
que se hospedó en casa de ellos, en esa ciudad, e inclusive les
colaboró con el trasteo. Adicionalmente, dijo que aquel y Gilma
González dormían en un mismo cuarto. En el mismo sentido Ruth
Márquez relató que el señor Clavijo viajaba 7 veces al año a visitar
a su familia y que permanecía allí por 15 o 20 días. Incluso la misma
demandante aludió a esas visitas”, dejando de lado que no existe
duda alguna sobre los traslados del fallecido a “visitar” su familia y
que en algunas ocasiones se quedó en el lugar donde residían sus
hijas.

Lo que no encontró demostrado el Tribunal es que las


mismas correspondieran a la continuación de la relación de pareja
que tuvieron los esposos, máxime cuando en la referencia que hizo
la accionante dijo haber acompañado a Arcángel Clavijo en una
ocasión a Estados Unidos quedándose en el apartamento de
Miguel Ángel Clavijo González, con quien viajaron a Europa,
agregado que no es atacado en la censura.

Además, con dicho reclamo también se incurre en un


entremezclamiento de errores de hecho y de derecho sobre un
mismo medio de prueba, lo que repugna a la técnica de casación.

e.-) En cuanto a la declaración de Ruth Márquez Ruiz,


tampoco aparece desenfocada la estimación que le dio el ad quem,

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 30


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

por cuanto al tratarse de una persona que manifiesta convivir con


la familia Clavijo González desde hace más de 21 años, mayor
grado de certeza debía existir en su relato.

No es de poca monta la inconsistencia de que mientras


dicha testigo señala que “don Arcángel luego fue a Miami por las
niñas a principios de julio del año 2003, y al mes siguiente llegó su
señora esposa doña Gilma, ellos llegaron al Ingenio donde una
hermana de doña Gilma, Esperanza González, entonces yo me fui
con ellos también”; Gilma González señala que “llegué a la casa de
mi hermana Esperanza González, en el Ingenio, donde allí
compartimos Arcángel Clavijo, Diana carolina, Paola Vanessa
Clavijo, y luego ya nos establecimos en nuestra casa Los Cristales,
hasta la fecha de la muerte de mi esposo”; y, por su parte, Diana
Carolina Clavijo González sólo informa que “cuando llegamos a
Cali nos quedamos en la casa de una tía Esperanza González, y
nos quedamos mi mamá Gilma González, mi hermana Paola
Vanessa y yo”.

Quiere decir que tres personas que dicen haber vivido


la misma situación, esto es, haber compartido techo en una casa
extraña, no coinciden ni siquiera en quienes gozaron de la
hospitalidad de Esperanza González, existiendo precisión
únicamente respecto de que allí se quedaron Gilma González,
Diana carolina y Paola Vanessa Clavijo González, quedando en
duda que lo hicieran Ruth Márquez y Arcángel Clavijo.

f.-) No se configura tampoco la violación medio del


artículo 187 del Código de Procedimiento Civil en la apreciación del
testimonio rendido por Gilma González, al utilizarla como
“parámetro para comparar otras testificaciones, pero nunca dijo

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 31


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

cuál era el valor de la misma, ni precisó si le concedía o negaba


eficacia probatoria” y la declaración extraprocesal de Susana
Valencia de Clavijo, sobre la que guardó silencio.

El sólo hecho de que se hiciera alusión a la primera para


confrontar a otros deponentes es suficiente para concluir que la
valoró en sus justas proporciones y, si guardó silencio respecto de
la segunda, fue porque no la consideró idónea para los fines del
debate, que es precisamente lo que aducen los impugnantes.

Tiene precisado la Corte que “cómo si bien es cierto el


inciso 2º del artículo 187 del Código de Procedimiento Civil le
impone al fallador exponer razonadamente el mérito que le asigna
a cada medio de prueba, también lo es que cuando, pese a no ser
lo suficientemente explícito, en todo caso alcanza a expresar de
algún modo los motivos de su determinación, ese vacío no
necesariamente genera un error de derecho, como sugiere la
recurrente, dado que, de acuerdo con lo indicado, dicho yerro
surgirá únicamente cuando se verifique alguna de las hipótesis
descritas, en ninguna de las cuales se enmarca la situación
denunciada” (sentencia de 25 de mayo de 2004, exp. 7127).

g.-) En la exposición de las deficiencias en las


deposiciones recibidas a instancia de la accionante, incurren los
censores en los mismos yerros que injustificadamente le endilgan
al Tribunal, puesto que se reduce a situaciones intrascendentes
como el hecho de la temporalidad de su conocimiento, como si
todos ellos tuvieran que estar enterados de la relación marital de
Arcángel y Milena desde sus inicios, o que ellos no hubieran
interactuado con terceros con posterioridad al momento en que
decidieron compartir sus vidas.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 32


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

Carece de fundamento por ende la objeción a la labor


desplegada por el sentenciador, cuando en el estudio de lo narrado
por este grupo de testigos conjuntó su dicho para extraer de ellos
las coincidencias y complementar los aspectos que no sabían los
unos con aquello de lo que estaban enterados los otros.

h.-) Sobre los motivos de sospecha al relato de Néstor


Ramírez “pues es el padre de una sobrina de la demandante,
además de tener una relación de familia con la hermana de esta”,
no es esta vía extraordinaria la indicada para proponer tachas
contra los declarantes, lo que se debió hacer al momento de su
recepción, para ser tenido en cuenta al momento de producirse el
fallo.

Dejando lado tal falencia, tampoco se observa un


cuestionamiento concreto a los hechos de que dice estar al tanto el
declarante ni su íntima relación de amistad con Arcángel Clavijo
Valencia, lo que lo ubica en un lugar privilegiado dentro de los
testigos en que se sustenta el pronunciamiento cuestionado.

En ataque similar al aquí propuesto dijo la Sala que “el


error de hecho que se imputa por haberse apreciado el dicho de
personas que se encontraban incursas en causales de sospecha,
se descarta por completo, dado que para restarles credibilidad no
era suficiente, como se pretende, poner al descubierto el motivo
que los afectaba, o simplemente afirmar, cual se hizo, que por esas
circunstancias los declarantes iban a expresar ‘dichos que no son
ciertos’ (…) El ataque, entonces, debió enderezarse contra el
contenido intrínseco de la prueba testimonial, esto es, al decir de la

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 33


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

Corte en el antecedente último citado, ‘que la propia versión


testifical no permite concederle, por ningún motivo, credibilidad; en
una palabra, demostrar, con la labor crítica inherente, que lo
declarado por el testigo, antes que enervar la desconfianza con que
se lo mira de comienzo, acabó confirmándolo. Porque, insístese, lo
sospechoso no descarta lo veraz’” (sentencia de 22 de marzo de
2011, exp. 2007-00091).

i.-) La queja sobre la eficacia dada a los documentos


que reposan a folios 5 a 17 del cuaderno 5, que obran en copias,
es intrascendente, en la medida que la declaratoria de existencia
de unión marital de hecho pretendida se cimentó en las
declaraciones practicadas a instancia de la promotora, existiendo
poca relevancia para la “prueba documental aportada” y sin que
mucho menos se le diera valor de convicción a los que alude el
cargo.

j.-) Por último, en cuanto a los interrogatorios


absueltos por Milena Gómez Yunda y Diana Carolina Clavijo
Gonzalez, si bien el objetivo que se persigue con el interrogatorio
de parte es la obtención de prueba de confesión, el hecho de que
lo expuesto por los litigantes no les sea perjudicial, no quiere decir
que se constituya en un elemento ajeno al escrutinio del fallador,
toda vez que lo que allí conste puede ser confrontado con lo que
brota de los demás medios de convicción, ya sea para desvirtuarlos
o conferirles mayor peso, como ocurrió en esta oportunidad.

10.- El cargo, entonces, no prospera.

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 34


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

11.- Como la decisión es adversa a los recurrentes, de


conformidad con el último inciso del artículo 375 del Código de
Procedimiento Civil, en armonía con el precepto 19 de la Ley 1395
de 2010, se les condenará en costas, en las que se incluirán las
agencias en derecho que se fijarán en esta providencia, y
atendiendo a que el libelo fue replicado (folios 60 a 66).

IV.- DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Civil de


la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia en nombre de
la República y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia de 23
de agosto de 2011, proferida por la Sala de Familia del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cali, dentro del proceso ordinario
de Milena Gómez Yunda contra Miguel Ángel, Carlos Andrés,
Diana Carolina, Paola Vanessa Clavijo González, y X X X X X X
X X X X X X, en su calidad de herederos determinados de
Arcángel Clavijo Valencia y los herederos indeterminados de éste.

Costas a cargo de la parte recurrente, las que serán


liquidadas por la Secretaría, y en las que incluirá la suma de seis
millones de pesos ($6’000.000) por concepto de agencias en
derecho.

Notifíquese y devuélvase

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 35


República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil

FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ

MARGARITA CABELLO BLANCO

RUTH MARINA DÍAZ RUEDA

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ

JESÚS VALL DE RUTÉN RUIZ

F.G.G. Exp. 7600131100082004-00003-01 36

También podría gustarte