Está en la página 1de 2

R

RAZONES

Yo soy el La imagen del pastor aplicada a Jesús está ampliamente desarrollada en el capítulo 10 del
evangelio de San Juan: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas […].

buen pastor
Conozco las mías y las mías me conocen. […] Y doy mi vida por las ovejas” (Jn 10, 11.14-15).
También está presente en los demás evangelistas. Por ejemplo, Mateo y Lucas refieren la
parábola de la oveja perdida y del pastor que va en busca de ella (cfr. Mt 18, 12-14; Lc 15 ,4-7).

(Jn 10, 11.14) También Mateo narra la imagen del juicio final cuyo juez es “el Hijo del Hombre” que vendrá
“en su gloria”, un “Rey” que “separará a los unos de los otros, como el pastor que separa a las
ovejas de los cabritos” (cfr. Mt 25, 31-32). También en Marcos, cuando Jesús, ante la vista de la
muchedumbre que le sigue, “se llena de compasión por ella, porque estaban como ovejas que
no tienen pastor” (Mc 6, 34; cfr. Mt 9, 36).

En el Antiguo Testamento
Si tuviéramos que anotar las veces que el Antiguo Testamento utiliza esta imagen del pastor
en el sentido de guía del pueblo, la lista sería interminable. Pero esta imagen tiene antes figu-
ras que la han encarnado en su sentido más profano. De Abel se dice que fue el primer pastor
(cfr. Gn 4, 2). En el mismo capítulo se dice que Yubal, un descendiente de Caín, fue “el padre
de los que viven en tiendas y de los pastores” (Gn 2, 17). La condición nómada de aquellos an-
tiguos pueblos hace del pastor uno de los oficios más necesarios, también entre las mujeres,
como es el caso de Raquel (cfr. Gn 29, 9). Los patriarcas Abrahán e Isaac tuvieron pastores a
su servicio. Pero Jacob tuvo que trabajar él mismo largos años como pastor, en servicio de
JOSEP BOIRA su tío Labán para obtener la mano de Raquel (cfr. Gn 30, 29). Jacob, el hijo de la promesa, se
—Profesor de convirtió en servidor, apacentando ovejas de otro. Luego, los hijos de Jacob fueron pastores al
Sagrada Escritura servicio de su padre, entre ellos José, que recibió a sus hermanos en Egipto, donde pastorear
era considerado un oficio abominable (cfr. Gn 46, 34). Pero Jacob, al punto ya de su muerte,
reconoce que Dios ha sido su pastor desde el día que nació (cfr. Gn 48, 15) y para José, en la
bendición de su padre, el Señor será Pastor, Piedra de Israel (cfr. Gn 49, 24). También Moisés,
después de ser rechazado, tuvo que huir y ponerse al servicio de su suegro, pastoreando
sus ovejas (cfr. Ex 2), y justo mientras apacentaba el rebaño el Señor se le manifestó para
encomendarle la misión de liberar y liderar al pueblo de Israel, con la ayuda de su bastón de
pastor (cfr. Ex 4, 2, etc.), un bastón que es de Moisés y del Señor (cfr. Ex 7, 17). Cuando Moisés

34 OMNES — Junio 2022


SAGRADA ESCRITURA

concluyó su misión, pidió al Señor un nuevo guía del pueblo, “para que no sea la comunidad
del Señor como un rebaño que no tiene pastor” (Nm 27, 17). Para reflexionar
Después de los jueces que también guiaron al pueblo, empezó la monarquía. El primer rey,
Saúl, no era pastor, y no supo guiar al pueblo de Dios. Sí en cambio, el segundo, David, que ¿Qué figuras del Antiguo Testamento
antes de ser ungido por Samuel, estaba “apacentando el rebaño” (1S 16, 11). Pero los siguientes destacan por su oficio de pastor de ovejas
reyes perdieron su conciencia de pastores de su pueblo, tal como reprochó el profeta Miqueas y luego como guías del pueblo de Israel?
al rey de Israel: “He visto a todo Israel vagando por las montañas, como ovejas sin pastor” (1R
22, 17 y 2Cro 18, 16). ¿Qué profetas lamentan la falta de buenos
pastores?
El Pastor y los pastores del pueblo
Con estas breves pinceladas que muestran a pastores que ejercitaron ese oficio y fueron luego ¿En qué salmos el Señor es invocado
guías del pueblo de Israel, quedó arraigada en la conciencia israelita la imagen del Señor como como pastor?
Pastor. Algunos versos de los salmos son emblemáticos: “el Señor es mi pastor, nada me falta”
(Sal 23, 1); “salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, sé su pastor y su guía para siempre” (Sal ¿Qué aspecto novedoso vemos en Jesús
28, 9). El Señor es “Pastor de Israel” (Sal 80, 2), y en una lectura alegórica, también el Señor, como pastor de sus ovejas?
el amado del Cantar, pastorea entre azucenas y en los vergeles (cfr. Ct 2, 16; 6, 2-3). Los gran-
des profetas ven al Señor como pastor que se entrega al cuidado de su rebaño: “Apacienta su
rebaño como un pastor, lo congrega con su brazo, lleva los corderillos en su regazo, y conduce
con cuidado a las que están criando” (Is 40, 11; cfr. Ez 34, 15).
El oficio de pastor como guía del pueblo es confiado a otros que lo han de desempeñar en
nombre del Señor y como un servicio a la comunidad. David es el prototipo en los oráculos
del profeta Ezequiel: “Pondré sobre ellas un pastor que las apacentará, mi siervo David. Él las
apacentará, será su pastor” (Ez 34, 23). Zacarías, con la alegoría de los dos pastores, se acerca a
la imagen de Jesús Buen Pastor: uno de ellos “apacienta las ovejas de la matanza”, pero, a pesar
de su bondad, es rechazado: “Seguí apacentando a las ovejas […], y también ellas se hastiaron
de mí” (Zc 11, 4.7-8). Jeremías y Ezequiel lamentan mucho la falta de buenos pastores, pero
en sus oráculos también brilla la esperanza: “Os daré pastores según mi corazón” (Jr 3, 15).
En Jesús tenemos, al fin, al Buen Pastor, “que da su vida por sus ovejas” (Jn 10, 11.15) que
además, tiene otras ovejas que no son del redil de Israel: “A esas también es necesario que las
atraiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un solo pastor” (Jn 10, 16). Por todas
ellas dio su vida libremente en la cruz en obediencia al Padre (cfr. Jn 10, 18); y a todas ellas las
confiará al primero de los Apóstoles: “Pastorea mis ovejas”, le dirá Jesús resucitado a Simón,
hijo de Juan (Jn 21, 15-17), como expresión de amor fiel al Buen Pastor. n

Jn 10, 11.14 leído en la Tradición


Concilio Vaticano II, Lumen gentium, n. 6
La Iglesia, en efecto, es el redil cuya puerta única y necesaria es Cristo. insinuándoles que nadie puede ser buen pastor, si no llega a ser una
Es también el rebaño cuyo pastor será el mismo Dios, como Él mismo sola cosa con Cristo por la caridad y se convierte en miembro del ver-
anunció. Aunque son pastores humanos quienes gobiernan a las ovejas, dadero pastor.
sin embargo es Cristo mismo el que sin cesar las guía y alimenta; Él, el
Buen Pastor y Cabeza de los pastores, que dio su vida por las ovejas. San Juan Pablo II, Carta a todos los sacerdotes, n. 7
Recuerden [los presbíteros] que su ministerio sacerdotal […] está or-
Santo Tomás de Aquino, Sobre el Evangelio de Juan denado —de manera particular— a la gran solicitud del Buen Pastor,
Yo soy el buen Pastor. Con ello quiere estimularlos a la caridad, que es la solicitud por la salvación de todo hombre.

Junio 2022 — OMNES 35

También podría gustarte