Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Mayo 5, 2022
Introducción
En la actualidad la mayor parte de los bloques económicos están definidos por una
tendencia regionalista, mientras que las relaciones comerciales de carácter no
regional tienden a ser bilaterales, o a darse entre bloques comerciales en
formación.
Si bien es cierto que los bloques económicos que agrupan a un conjunto de países
o una región con el objetivo principal de obtener beneficios mutuos en el comercio
internacional y por consiguiente tener un mayor desarrollo económico que les
permita competir frente a las grandes economías o con otras regiones del mundo,
existen diferentes tipos de bloques económicos los cuales van a variar de acuerdo
con el nivel de integración que tengan los países que conforman ese bloque.
Entre los principales beneficios que trae un bloque económico es la apertura que
tienen los países que lo conforman a un mercado mucho más amplio y de alta
capacidad de consumo lo cual permite que el nivel de sus exportaciones
incremente notablemente lo que beneficia directamente su economía.
Otro aspecto positivo que arroja un bloque económico es la generación de un
mayor número de fuentes de empleo ya que se reactiva el aparato productivo de
cada una de las naciones que integran esta región y que por consiguiente
promueve la creación de nuevas empresas y el mejoramiento de las ya existentes.
Para los consumidores, es decir para cada uno de los habitantes de los países
que estén involucrados en este acuerdo, les traerá una mayor variabilidad de
bienes y servicios con mejor calidad y a un mejor precio.
De igual forma esta integración y trabajo en equipo origina que los países
involucrados tengan un mayor acceso a la capacitación, asistencia técnica y
transferencia de tecnología, ya que cada miembro aporta los recursos necesarios
para que se logre una mejora continua en los procesos y se desarrollen ventajas
competitivas.
El aumento de la competencia extranjera es por sí mismo una razón para que los
negocios se globalicen, a fin de adquirir tamaño y destrezas que les permitan
competir más eficazmente, lo anterior significa una ruptura o resquebrajamiento
del modelo de estado liberal, basado en el principio “dejar hacer, dejar pasar” para
construir un estado interventor o benefactor. Este estado benefactor tendría entre
sus prioridades:
Si bien el proceso globalizador avanza con clara desigualdad, en este rasgo el que
aplica la división de la cadena productiva y la reubicación de sus partes en
diferentes espacios, esto induce la creación de nuevos sistemas productivos
locales, así como la transformación de los ya existentes. Una de las interrogantes
claves es si esta segmentación del proceso productivo, aunada a la libre
circulación de bienes, capitales y eventualmente de personas podría restablecer la
eficiente asignación de recursos de una hipotética economía integrada.
A lo largo del proceso histórico del desarrollo del sistema capitalista, este sistema
económico, político y social ha tenido encuentros y desencuentros, pero lo cierto y
lo concreto es que en el mundo de hoy el capitalismo es el sistema hegemónico
por excelencia. Sería un gran error partir de la premisa de que el proceso de
transnacionalización de la economía nació específicamente en tal año o tal
década, este criterio no resiste el más mínimo análisis económico o histórico. Este
proceso, es parte consustancial e inherente del capitalismo como sistema, lo que
sucede es que en los últimos veinte años se ha acelerado impetuosamente y hoy,
en el contexto de la globalización, esa transnacionalización económica es una
realidad en cualquier latitud del planeta.
La primera se desarrolló desde fines del siglo XIX hasta la primera guerra mundial
y se caracterizo por un fuerte crecimiento del comercio y de la inversión foránea,
en particular de los flujos financieros, con una participación en el PIB parecida a la
actual. En efecto se considera que en el periodo comprendido entre 1895 y 1914
constituyo la “edad de oro” del comercio y la inversión a nivel mundial. De la
primera guerra mundial a la gran depresión de 1929-1933 hubo un claro retroceso
en el comercio internacional, siendo de tal magnitud que la proporción del
comercio de mercancías respecto al PIB de 1913 no se volvió a alcanzar sino
hasta finales de los sesenta y a lo largo de los setenta.
Conclusiones