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Guía de trabajo español 8° Grado

Profesora: Ana Karina Zúniga

• Escriba en su cuaderno la biografía de Daniel Laínez y cada uno de los poemas de


“SONETOS A LOS PIES DE AFRODITA”

Daniel Laínez nació en Tegucigalpa en el año de 1908 y murió en el año de 1959, fue
escritor, poeta, narrador y se dice que también incursiono en la dramaturgia, laboro para
dos grandes revistas de Tegucigalpa, en el año de 1956 le fue otorgado por el congreso
nacional de la república con el premio nacional de literatura; Ramón Rosa.
Por otra parte fue considerado uno de los sobresalientes miembros del denominado grupo
de los 35; grupo compuestos por literatos de alta categoría, en el estaban poetas como
Froilán Turcios., y sus obras estaban llenas de pasiones y sentimentalismos, poemas
para niños, a las madres, habían un gran interés en escribir en cuentos, novelas e
historias.
Laínez quienes sus temáticas principales fueron cuentos, poemas y sonetos se demarco
por ser de corte tradicional, utilizaba el elemento costumbrista y recogía caracteres
populares y de la lingüística hondureña que luego imprimía en sus obras.
Por otra parte escribió grandes obras como las siguientes; Voces íntimas (1935) Cristales
de Bohemia (1937). A los pies de Afrodita (1939).Islas de pájaros (1940) Rimas de humos
y viento (1945) Misas rojas (1946).Poesía varias (1946) Antología poética (1959) Poemas
regionales (1955) Al calor del fogón (1955) Poemario (1956) Sendas de sol (1956)
Poemas para niños (1972)Timoteo se divierte (1946)Un hombre de influencia
(1956)Estampas locales (1946)Manicomio (editado por la UNAH en 1980).

1. SONETOS A LOS PIES DE AFRODITA


1.1 BREVIARIO SENTIMENTAL A LOS PIES DE AFRODITA
1.2 La confesión
“Charlábamos tú y yo en los corredores del solitario caserón paterno; habíase
extinguido el rudo invierno y era el tiempo prociclo de las flores.
De pronto esos tus ojos soñadores, me vieron fijos con mirar tan tierno que, sintiéndome
ahogar de un mal interno, te hice la confesión de mis amores.
Temblaste de emoción y en raudo vuelo, clavaste las pupilas en el cielo, como quien
muda una palabra invoca.
Sonó del ángelus en la blanca ermita, y siendo presa de una fe infinita, lance un suspiro
y te bese en la boca.”[1]
1.3 La cita
“Ya de novios los dos nos dimos cita en el sombrío caserón vetusto, en donde franco
te narre con gusto, la intensidad profunda de mi cuita.
Y allí dejamos una frase escrita, en la suave corteza de un arbusto; compromiso de amor
que era muy justo, hubiéramos llevado hasta la ermita.
Con la tarde emprendimos el retorno; todo era fiesta y esplendor en torno, de confidencias
hubo un gran derroche.
Y por la zigzagueante carretera, anonadados de emoción sincera, andando juntos nos
halló la noche.”
1.4 Bogando
“Era un suave atardecer de estío; como por sobre el lomo de una boa, deslizabase
lenta la canoa, en la indolente impavidez del rio.
En el agua con su suave murmurio elevaba a los cielos una loa, cuando de pronto se
encalló la proa, en un recodo sombrío y pérfido.
Fueron horas de duda y sufrimiento, la luna como lámpara de argento, hizo la noche
cálida y serena.
Un faro -dije- nos depara del cielo… y en un rapto de amor y de consuelo volcamos en
el agua nuestras penas.”
2.5 EN EL PARQUE
“La tarde agonizaba azul y quieta; guiados de una pasión caballeresca, hablamos de
una corte versallesca, del divino Romeo y de Julieta.
Y en un fresco rincón de la glorieta, si verte tan locuaz y picaresca, volqué en la copa,
de tu boca fresca, mis ansias infinitas de poeta.
Fuimos presas de gran sacudimiento y abrasados del mismo sentimiento, quedamos
como en éxtasis profundo.
La banal pequeñez quedo abolida, cuando de pronto nos volvió a la vida, el canto de un
pájaro errabundo.”
1.1 CUANDO CRUZÁBAMOS JUNTOS
“Cuando cruzamos juntos por la alfombra de la verde y prolífica llanura, siempre noto con
férvida ternura, que soy la sombra misma de tu sombra.
Tu noble amor con su poder me asombra; mi boca da pasión se transfigura, sintiendo un
dejo de inmortal dulzura, cuando en mi triste soledad te nombra.
Yo te siento correr entre mis venas, como un raudo torrente de armonía, ungiendo con
su música mis penas.”
Y tú has seguido con valor mis pasos; si mis triunfos de embriagan de alegría, yo te he
visto llorar en mis fracasos.

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