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Nadie está obligado a aceptar una herencia, por ende, también se le puede
GUILLÉN46.
ASPECTOS GENERALES
la cualidad de heredero rechaza en una forma pura y simple, sin influir con
FORMA DE LA RENUNCIA
Sobre la forma, el artículo 1.012 del Código Civil señala: “La repudiación de la
herencia debe ser expresa y constar en documento público”, y por lo cual se excluye el
EFECTOS
como si nunca hubiera sido llamado a ella. Sin embargo, la repudiación no quita al
adquisición que la sucesión es”. El llamado por ley o por testamento “puede
sido conferidos”.
Por otro lado, “En las sucesiones testamentarias la parte del renunciante se defiere
a sus coherederos o a los herederos ab-intestato, según lo establecido en los artículos 94354
Según el artículo 1.014 del Código Civil, “En las sucesiones intestadas, la
parte del que renuncia acrece a sus coherederos; si no hay otro heredero, la sucesión se
y sus dos hijos; si uno de éstos repudia la herencia, la porción que le habría
del otro hijo que aceptan. ii) Muere el padre y son llamados a su herencia
partes iguales las porciones de los dos nietos; pero si quien renuncia a la
Asimismo, el artículo 1.015 del Código Civil dispone que: “No se sucede
heredero en su grado, o si todos los coherederos renunciaren, los hijos de ellos suceden por
1.016 del Código Civil al señalar que “no puede ser representado un vocatus
RETRACTO DE LA RENUNCIA
artículo 1.018 del Código Civil: “Mientras el derecho de aceptar una herencia no se
haya prescrito, los herederos que la hayan renunciado pueden aceptarla, si no ha sido
aceptada por otros herederos, sin perjuicio de los derechos adquiridos por terceros sobre los
desaparecer la delación, sino que la pone en suspenso (…). Pese, pues, a ser
ACREEDORES
cuando dispone: “Cuando alguien renuncia una herencia en perjuicio de los derechos
de sus acreedores, éstos podrán hacerse autorizar judicialmente para aceptarla en nombre
y lugar del deudor. En este caso, la renuncia se anula, no a favor del heredero que la ha
renunciado, sino sólo en provecho de sus acreedores, y hasta concurrencia de sus créditos”.
anteriores a la revocación”.
acción ya que no existe norma alguna que la prohíba para estos casos,
además que el supuesto del artículo 1.017 eiusdem, se aplica solo para el caso
herencia en nombre y lugar del deudor, todo lo cual no significa que los
1.- El artículo 1.020 eiusdem dispone que “los llamados a una herencia que se
repudiarla, si dentro de los tres meses de la apertura de la sucesión, o desde el día en que
simples, aun cuando pretendiesen poseer aquellos bienes por otro título”.
3.- El artículo 1.029 del Código Civil dispone que una vez concluido el
inventario, el heredero tendrá un plazo de cuarenta días “para deliberar sobre
puede, ni aun por contrato de matrimonio, renunciar a la herencia de una persona viva,
La renuncia o repudiación de la herencia se considera como si nunca hubiera sido llamado a ella.
Por tanto, cuando un heredero renuncia a la herencia significa que la cesación de su condición
de heredero y la pérdida voluntaria de la adquisición aun no confirmada.
Una característica de la renuncia o repudiación de la herencia es que debe ser libre, por el
monto total y no a condición.
La repudiación de la herencia no envuelve a los legados ni viceversa, por tanto el que renuncia a
la herencia tiene derecho a reclamar a los legados.
En las sucesiones testamentarias la parte del renunciante se defiere a sus coherederos o a los
herederos ab- intestato.
Sin embargo, la Ley establece que el heredero a pesar de haber renunciado a la herencia y
mientras no esté prescrita, los herederos o el heredero que haya renunciado a esta herencia
pueden aceptarlas.
Pero aquí priva que no haya sido aceptada por los otros herederos, sin el respectivo perjuicio de
los derechos adquiridos por terceros en relación a los bienes de esa herencia, donde se toma en
cuenta la prescripción y los actos válidamente ejecutados con el curador de la herencia
yacente, esto es lo que se denomina en la Ley como retractación de la renuncia o repudiación de
la herencia.
Ahora bien, si la renuncia o repudiación de la herencia se ha hecho con perjuicio de los
acreedores, estos pueden solicitar judicialmente para aceptarla en nombre y lugar de su deudor.
La Ley también señala que no se hereda por representación de un heredero que haya
renunciado.
En las sucesiones testamentarias la parte del renunciante se defiere a sus coherederos o a los
herederos ab- intestato de acuerdo a lo señalado en la Ley.
Ambos procesos se encuentran regulados por la norma a fin de garantizar la paz pública y evitar
alterar irregularmente el destino del patrimonio ofrecido en heredad.
Término legal
El Código Civil establece, en nuestro caso (Art. 1011), que el lapso para la aceptación de la
herencia, “no prescribe sino con el transcurso de diez años” tomando en cuenta para el inicio de
éste período el momento a partir del cual se abre la sucesión. Si no se está en posesión de los
bienes de la herencia, el heredero también contará con el mismo plazo para formalizar su
renuncia.
Este es el margen de tiempo que posee todo heredero para asumir, en forma pura y simple o en
beneficio de inventario, la herencia. Sin embargo existen excepciones de ley para la prescripción
decenal. No se aplica el lapso de 10 años cuando:
a.- El de cujus fija en su testamento un plazo menor al previsto en la Ley para la aceptación de la
herencia para aquellos herederos que no forzosos.
b.- Un Juez puede determinar un lapso no mayor a 6 meses a petición de un acreedor del
causante o quien tenga derecho de sucesión para que el heredero declare si acepta o no la
herencia (Art. 1019 CC.). Este lapso puede ser prorrogado (Art. 1030 CC.) si el heredero no se
encuentra en posesión real de los bienes.
c.- El tiempo de realización del inventario judicial es de tres meses con la posibilidad de una
prorroga otorgada por el Juez. Finalizado ése período debe determinar el heredero si acepta
bajo inventario o repudia la herencia. Si no se pronuncia la acepta en forma pura y simple.
En consecuencia, debe entenderse que para el caso de la renuncia a la herencia, aplica la misma
interpretación: en caso de estar en posesión de los bienes la renuncia debe hacerse en los tres
meses siguientes a la apertura de la sucesión más la prórroga que pueda otorgarse; cumplido el
proceso de inventario, el heredero puede decidir repudiarla.
Solamente hay dos formas de aceptación de la herencia: en forma pura y simple o bajo beneficio
de inventario. La primera implica que el heredero acepta la herencia, tal y como lo indica
Vizcarrondo (2008) “sin sujetar su aceptación a las formalidades previstas por la Ley para el
beneficio de inventario”.
El heredero recibe los bienes que les correspondan de la herencia, pero también, con su
aceptación pura y simple, se hace responsable con su patrimonio, de los compromisos o deudas
que arrastre la misma. En términos de ley significa la confusión de patrimonios (el perteneciente
al de cujus y el del propio beneficiario).
Este tipo de aceptación puede ser expresa, cuando se asume a través de un instrumento público
o privado, puede ser tácita, en concordancia a lo previsto en el artículo 1002 del CC., cuando el
heredero realiza un acto que supone, frente a terceros, la voluntad de aceptar la herencia y su
cualidad.
La aceptación pura y simple puede ser también presunta. Es de carácter legal, ya sea por, como
lo indica Vizcarrondo, “conductas asumidas por el aceptante o como sanción por irregularidades
que haya cometido este”.
Entre dichas irregularidades se encuentran: la pérdida del beneficio de inventario y por ende, de
la posibilidad de repudiar, (por prescripción de los lapsos, su no conclusión, por mala fe,
omisión, acciones fraudulentas).
La aceptación bajo beneficio de inventario es obligatoria para menores y entredichos (Art. 998
CC.) además de entes públicos o personas jurídicas (Art. 1000 CC.)
La nulidad relativa solamente puede ser solicitada por el heredero, sus propios herederos, su
representante legal o acreedores. El mismo lapso de prescripción pudiera ser suspendido en el
caso de menores, no emancipados o entredichos. (Art. 1965 CC.)
Si bien el beneficio del inventario protege al heredero de recibir una herencia cargada de deudas
y compromisos que pudieran afectar su propio patrimonio, permitiéndole determinar
claramente la situación de activos y pasivos que pudiera recibir, la separación del patrimonio
protege a los acreedores del de cujus, ante el cual poseen acreencias, evitando que su
patrimonio hereditario se debilite al ser absorbido por el de un heredero con una solvencia
particular poco confiable y bajo la presión de sus propios acreedores.
El artículo 1049 del CC. Indica que tanto los acreedores de la herencia como los legatarios
pueden solicitar a separación del patrimonio del de cujus y el heredero. El artículo 1050 del CC
determina, asimismo, que esta figura tiene por objeto el pago a los solicitantes con preferencia
a los acreedores del heredero.
Tanto acreedores como legatarios solicitantes son los únicos a los cuales cobijará la medida de
separación de patrimonio por lo que otros no solicitantes no podrán ser beneficiarios de este
procedimiento especial no contencioso.
Una vez adelantado el proceso ante la autoridad competente (Juez de Primera Instancia en lo
Civil en donde se produjo la apertura de la sucesión), esta adelanta articulación probatoria
ordenando la realización de un inventario solemne de los bienes de la herencia.
Cuando los acreedores y legatarios hicieron renuncia, tácita o expresa de este derecho.
Cuando hayan recibido en efectivo el pago de las acreencias por parte del heredero o le
haya sido enajenado muebles de la herencia para hacerse pagar su crédito o legado.
MATERIAL CONSULTADO:
Por la sucesión, el heredero como representante del difunto, subentra en todas las relaciones
jurídicas y queda investido de todos los derechos y obligaciones de este como si originariamente
hubiesen surgido en la persona de dicho heredero. El patrimonio del causante es adquirido por el
heredero como una unidad indivisible sin que la transmisión produzca modificación alguna, solo
cambia el titular.
El heredero adquiere todos los bienes y derechos del difunto, de igual forma, subentra en todas
las deudas y obligaciones nuevas, consistente en el cumplimiento de ciertos gravámenes que se
crearon precisamente en virtud de la sucesión. Además, aparece una acción en favor del heredero
llamada la petitiohereditatis, en la cual puede pedir el heredero el reconocimiento de su cualidad
frente a cualquiera que lo desconozca o niegue y reivindicar el patrimonio hereditario de todo
tercero que ilegalmente lo detente.
El principio según el cual el heredero subentra en todas las relaciones jurídicas del difunto, está
limitado a los derechos y obligaciones cuya transmisión es posible. Por regla general se puede
afirmar que no se transmiten al heredero los derechos públicos, y de los privados, aquellos que
ofrecen un cierto carácter público o que, siendo estrictamente privados, se fundan en una relación
personal o se hallan limitados en cuanto a su duración por la ley, o requieren para su ejercicio una
apreciación o valorización de que sólo es capaz su titular.
Derechos Intransmisibles
1. Los derechos y poderes derivados de las relaciones familiares, aunque hay excepciones a
este caso, la acción de desconocimiento del hijo, la de reclamación del estado de hijo, y la
acción de nulidad de los actos cumplidos por un cónyuge sobre bienes gananciales, sin el
consentimiento del otro cónyuge, las cuales si son transmisibles mortis causa.
3. Los derechos y obligaciones tanto del mandante, como del mandatario, derivados del
contrato de mandato.
6. El contrato de arrendamiento de obras, que se resuelve por la muerte del obrero, del
arquitecto o del empresario de la obra. Sin embargo, el dueño de la obra debe pagar a los
herederos de aquel, en proporción del precio convenido, el valor de los trabajos hechos y
de los materiales preparados.
1. Extinción, por confusión, de los derechos reales que el difunto o el heredero tenían sobre
cosas del heredero o del difunto respectivamente, ello debido a que los derechos que
suponen la existencia de dos patrimonios no pueden sobrevivir si estos se concentran en
un titular único, tal es el caso del usufructo, las servidumbres, la hipoteca del heredero
sobre el fundo hereditario o del difunto sobre el del heredero y los débitos y créditos que
entre ambos existieran.
2. Siendo único el patrimonio, tienen derecho a cobrarse de el, tanto los acreedores del
difunto, como los del heredero, éste responde, de todas las deudas del difunto como si las
hubiere contraído el mismo, por lo tanto, responde no solo con el patrimonio hereditario,
sino también con el propio.
Esta segunda consecuencia beneficia a unos y otros acreedores, si se atiende a la doble posibilidad
de que una herencia insuficiente sea adquirida por un heredero solvente o viceversa. Además de
las deudas del difunto, el heredero debe satisfacer, incluso con el propio patrimonio si la herencia
no basta, todas las obligaciones y cumplir todas las cargas que el de cujus le hubiere impuesto en
el testamento o que la ley directamente impusiese al sucesor universal.
Al heredero corresponden, para hacer valer sus derechos contra los terceros poseedores de cosas
de la herencia, todas las acciones personales o reales que correspondieron al difunto, es una lógica
consecuencia de la adquisición de tales derechos por él, de modo que podría obtener con las
mismas acciones que el de cujus hubiera podido ejercitar, el reconocimiento judicial de todo
crédito o derecho real, también le corresponden todas las acciones posesorias, aun cuando no
hubiese aprehendido materialmente los bienes, pues el heredero se reputa poseedor legítimo
contra cualquiera que pretenda dichos bienes.
El jurista Planiol señala que es la acción real dada al heredero contra aquellos que, pretendiendo
tener derecho a la sucesión, detengan de hecho la totalidad o una parte.
Es civil: dado que se basa en la titularidad de una sucesión universal mortis causa, que es
una figura totalmente civil, sin importar que el de cujus haya sido comerciante o no, e
igualmente que el heredero lo sea o no. No obstante en nuestra legislación existe una
excepción, en el sentido de que cuando la acción se refiere a alguna forma de aquellos
bienes que se encuentren afectados por la actividad agraria, pues, quien debe conocer del
procedimiento es el respectivo Juez de Primera Instancia Agraria como lo establece el
ordinal 4º del artículo 212 de la “Ley de Tierras y Desarrollo Agrario”.
Es real: puesto que el fin perseguido es defender un derecho real contra cualquiera que
desconozca o discuta la titularidad de la herencia, sin importar que compone el patrimonio
sucesoral.
c) La posesión que el demandado tiene sobre bienes de la herencia, o la violación ejercida
por parte de éste de derechos sucesorales.
Una reivindicación, del título hereditario, es una vindicatiohereditatis, ya sea que la hereditas se
considere subjetivamente como derecho o cualidad personal del heredero, ya objetivamente
como universalidad o patrimonio. Su objeto es hacer reconocer que el actor es el heredero de
modo que tiende no solamente a obtener las cosas singulares que pertenecen a la herencia
(derechos personales o créditos), sino también, toda ventaja que por causa o con ocasión del
patrimonio hereditario corresponde al heredero y no siendo ello posible, el total resarcimiento de
los daños es ejercitable aun cuando se reclame una parte mínima de la herencia, la misma no se
pierde por prescripción, pues siendo inherente a la cualidad de heredero, es como esta,
inextinguible.
Requisitos
a) La legitimación activa: la petitiohereditatis puede ser ejercida por el heredero testamentario o
legítimo. El heredero único, por la totalidad, el llamado en concurrencia con otros, por la cuota
que le es atribuida.
b) Legitimación pasiva: se da en los casos donde todo poseedor que detente la herencia o una
cuota de esta y que discuta al actor su condición de heredero no servirá para legitimarlo como
demandado la posesión de cosas singulares y que el poseedor para justificar esa posesión invocase
la existencia de un título especial.
Como el objeto de la petitio es la universalidad, cualquier otro título excluye la posibilidad de la
petición, hay dos clases de poseedores expuestos a esta acción: El demandado que aduce en su
favor una causa hereditaria de adquisición a titulo universal, exista o no dicho título; o el que no
aduce título alguno de justificación de su posesión.
-En el primer caso, se ofrece externamente como si fuera heredero siendo otro el verdadero, es lo
que se denomina heredero aparente que puede serlo de buena o de mala fe.
-Es necesaria una posesión actual, si en el momento de deducir la acción tal posesión se transfirió
a otros, deberá aquella dirigirse contra el nuevo poseedor, porque solo este tiene la
facultas restituendi, a no ser que la posesión hubiese sido abandonada dolosamente para frustrar
la acción.
Efectos
Una vez reconocido el título hereditario en el heredero verdadero, el demandado deberá restituir
a este todo lo que pertenece a la herencia, los bienes con sus acciones y frutos, el precio de los
enajenados, el importe de los créditos cobrados y, en general, todo valor que hubiere ingresado
en el patrimonio del demandado a consecuencia de actos de gestión o de disposición de la
herencia.
Responde de esta obligación de modo distinto, el heredero aparente, de buena y de mala fe, y el
mero poseedor.