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Oratoria

Durante esta etapa evolutiva, el papel fundamental de los padres y madres es


querer y enseñar. Estos dos aspectos son básicos para el futuro desarrollo de
vuestro hijo o hija y son dos factores de protección muy importantes para prevenir
conductas adictivas.
El adolescente vive la interacción con su entorno social, aquí la familia cumple un
rol de modulador, permitiendo con ello que el impacto de los factores culturales,
como por ejemplo la moda o socioeconómicos, no perturben su desarrollo
evolutivo. La recomendación más importante a padres y madres es aumentar la
comunicación, tanto con los hijos que se encuentran en la pubertad, como con los
ya adolescentes, de manera que puedan disponer de un apoyo cuando la
inseguridad o la desconfianza con ellos mismos les embargue.
Los padres, al igual que los mentores, juegan un papel importante en la
preparación de habilidades tecnológicas de su hijo/hija, ellos aportan en su
crecimiento, a través de valores y apoyo, hacen posible que los y las jóvenes sean
el talento tecnológico que generarán grandes aportes en un futuro.
Los padres no solo pueden transmitir conocimientos y enseñar nuevas
metodologías para aprender, sino que tienen la posibilidad de educar con amor.
Diversos estudios han llegado a la conclusión de que un escenario de aprendizaje
es más efectivo cuando se transmite en un clima donde prevalece la afectividad.
Dentro de la familia se dan las primeras interacciones, se establecen los primeros
vínculos emocionales y vivencias con las personas cercanas. Es en este medio
donde el niño realiza los aprendizajes sociales básicos que le ayudarán en su
relación consigo mismo y con los otros.
Para que el adolescentes se desarrolle de manera positiva y adquiera cierta
autonomía, es aconsejable que los padres ofrezcan una ambiente que combine el
afecto con la autonomía, mediante pautas de comunicación que favorezca la
iniciativa propia, como por ejemplo, pedir la opinión del hijo/a, respetar su punto de
vista.
Los adolescentes necesitan que sus padres los acepten tal como son, como han
sido educados hasta este momento, y los apoyan mientras van creciendo y
madurando. Necesitan ser queridos, que se los escuche y que se pase tiempo junto
a ellos, en familia, disfrutando y compartiendo la vida.
La familia es una promotora de la salud mental ya que, a través de ella, el niño
adquiere elementos esenciales para lograr un óptimo desarrollo psicológico y
emocional, permitiéndole contar con herramientas para evitar alguna patología
mental o adicción.

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