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Contexto Historico
Concepto
Resultados
El comunismo de guerra logró el propósito facilitar los suministros necesarios para
el Ejército Rojo de manera que pudiese detener el avance del Ejército Blanco, y
así reclamar la mayor parte del territorio del antiguo Imperio ruso. Pero las
medidas severas impuestas por el comunismo de guerra terminaron por devastar
la economía rusa. Los bolcheviques se apropiaron de los medios de producción y
abolieron el derecho de propiedad. Curiosamente, mientras buscaban la paz con
Alemania, promovieron el conflicto interno entre clases. Más tarde todo esto sería
la base para la creación de la Unión Soviética en 1922. El valor del dinero fue
destruido por la impresión sin restricciones de los rublos, lo que llevó, como se
esperaba, a una severa inflación. En enero de 1923 los precios en la Rusia
soviética se habían incrementado unas 100 millones de veces en comparación con
1913. Todos los ciudadanos rusos, ricos o pobres, perdieron sus ahorros de toda
la vida. El trueque y los bienes “gratuitos” otorgados por las instituciones del
régimen reemplazaron a las operaciones comerciales habituales. El comercio
privado al mayor o al por menor estaba prohibido. Todos los ciudadanos adultos
estaban obligados a trabajar donde se les ordenara. Se abolió la independencia de
los sindicatos y se prohibió el derecho de huelga. En las ciudades y el
campesinado periférico, la población experimentó dificultades como resultado de
la guerra. Los campesinos se negaron a cooperar en la producción de alimentos.
Los trabajadores comenzaron a migrar de las ciudades al campo, donde las
posibilidades de alimentarse eran mayores, lo que disminuía aún más la
posibilidad de trueque de productos para la alimentación y empeoró la situación
del resto de la población urbana. Entre 1918 y 1920, Petrogrado perdió el 72% de
su población, mientras que Moscú perdió el 53%. Para 1921 la producción de la
industria pesada había caído al 20% de los niveles de 1913. El 90% de los salarios
se pagaban con bienes en lugar de dinero. El 70% de las locomotoras necesitaban
reparación, y la escasez de alimentos, combinada con los efectos de siete años de
guerra y una grave sequía que persistía, contribuyó a una hambruna que provocó
por si misma entre 3 y 10 millones de muertes. La producción de carbón disminuyó
de 27.5 millones de toneladas en 1913 a 7 millones de toneladas en 1920,
mientras que la producción total de las fábricas en Rusia se redujo al diez por
ciento de lo que producían en 1913. La cosecha de granos cayó de 80.1 millones
de toneladas en 1913 a 46.5 millones de toneladas en 1920. Pero la dictadura
bolchevique logró su permanencia en el poder.
Consecuencias
El Comunismo de guerra complicó aún más las dificultades que la guerra civil
implicaba para el Estado ruso. La negativa del campesinado a entregar su
excedente de producción ocasionó un éxodo masivo de las ciudades al campo, en
donde era más fácil alimentarse, haciendo que grandes ciudades como Moscú y
Petrogrado perdieran alrededor de un 50 y 75% de su población respectivamente,
entre los años de 1918 y 1920.
La escasez originó un mercado negro de bienes, a pesar de que existía una ley
marcial vigente contra la especulación, y el desplome del rublo originó un sistema
de trueque de bienes y alimentos. El 90% de los salarios eran pagados con bienes
en lugar de dinero, y en 1921 se produjo una hambruna masiva que causó entre 3
y 10 millones de muertes.