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A menudo se considera que la aplicación de penas severas no ayudaría a frenar la

delincuencia, porque daría lugar a más violencia y podría causar más trastornos en
nuestro Estado y en los ciudadanos. En primer lugar, se encuentra la pena de
muerte, la cual es una de las más mencionadas. La pena de muerte en el Perú ha
sido utilizada hasta 1979. En el mismo año, esta fue abolida para los delitos
comunes, y solo pueden ser impuestas por los tribunales militares durante los
estados de guerra. Actualmente el 85% de los ciudadanos peruanos están a favor
de que vuelva la pena de muerte para violadores y asesinos. Un segundo ejemplo
es la amputación de mano a los ladrones considerada como una de las más
practicadas por países extranjeros. Algo parecido se estuvo implementando, no por
el Estado si no por los mismos ciudadanos creando una campaña llamada” Chapa
tu choro y déjalo paralitico” ya que de las dos formas se estaría dejando a una
persona con discapacidad. Por lo cual también se estuvo en debate entre las
personas si se debiese implementar esta ley sobre la amputación de dicha
extremidad para que así dejen de delinquir. Por último, se presenta la
implementación del trabajo carcelario, este es el más aceptado por los civiles
peruanos. El trabajo penitenciario más conocido como “La esclavitud moderna” son
actividades realizadas en la cárcel o fuera de ella, suelen ser un sinónimo de
explotación, ya que la ausencia de normas da lugar a prácticas violatorias de los
derechos humanos. Este ultimo fue propuesto por el presidente Pedro Castillo el
cual busca que los prisioneros trabajen por su alimento y laboren en carreteras,
desiertos o cuencas hidrográficas, en la actualidad no volvió a hablar sobre el tema.

Para concluir, no se considera necesario implementar leyes radicales como la pena


de muerte, dado que esto ocasionaría una violación a nuestros derechos humanos
y daría lugar a más violencia en nuestro país. Este tipo de peticiones es ocasionado
por el miedo, desesperación de los ciudadanos, ya que están cansados de que
haya tanta delincuencia y que el gobierno no haga nada. Por otro lado, esta
desesperación está siendo aprovechada por políticos para generar aprobación y
populismo con ese tipo de casos delicados.
Ante esto, es importante hacer entender a la población que la dureza no es la clave
para que deje de existir la delincuencia, siempre hay otras opciones que no sean
tan drásticas como provocar la muerte o lastimar a una persona, por lo que
dejaríamos de lado nuestros principios y valores como ser humanos.

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