Está en la página 1de 1

Jose Alejandro Arteaga Ortiz

Fonoterapia

Reporte vivencial: “¿De qué tenemos hambre realmente?”

Más allá de que el libro me ofrezca muchas herramientas para poder saber e
informarme de una mejor manera para poder intervenir y comprender de manera
profesional los casos de trastornos de alimentación, el libro me hizo recordar
pasajes de mi adolescencia en los cuales tuve algunos indicadores de riesgo de
comenzar a padecer un trastorno de alimentación, los cuales eran medir las
calorías, saltarme algunas comidas, hacer dietas y ejercicio compulsivo, de igual
manera tenía un alto sentido de responsabilidad, podía lidiar con conversaciones
de adultos, sin embargo estaba convencido de que era inferior, mediocre, me
sentía menospreciado, criticado y juzgado por los otros y me sentía fuera de lugar
todo el tiempo. Tuve sobrepeso en la etapa de mi preadolescencia y mi niñez
tardía, y en esa época me vivía como un rechazado, debido a que no tenía
muchos amigos y era objeto de burlas de ciertos compañeros por mi peso, por lo
que descargué mi enojo y tristeza contra mi cuerpo, y en un intento de ser
aceptado me trague la idea de que el estar delgado me daría todo lo contrario que
un cuerpo gordo me dio, es decir aceptación y confianza, esa solo era mi hambre
interna, lo que en verdad quería, y no tenía que ver con la comida ni con la forma
de mi cuerpo, es una necesidad que trasciende más allá de todo eso, y aun
cuando logro estar más delgado, en ocasiones aún siento esa sensación y
necesidad de hambre interna, y en esas ocasiones puedo aun sentirme y vivirme
como alguien gordo, aunque sea una distorsión la puedo vivir como real, ahora me
doy cuenta que solo es un intenso miedo a que las personas me puedan rechazar
y quedarme totalmente solo.

Esos episodios y distorsiones han venido a menos a través del tiempo al aceptar
mi miedo al rechazo, al aceptar y dejarme vivir en la tristeza sin pelearme con ella
y ser consciente que la forma de mi cuerpo, si es delgado o no, no tendría que ver
directamente con la aceptación o el rechazo que las personas me pueden dar; aun
así, me suele costar trabajo lidiar con los estereotipos y los introyectos que me
suelo tragar y convertirlos en “debo de” ser de cierta forma para ser aceptado,
también con la sensación de ser criticado y juzgado por los otros, y recorrer ese
camino de forma más auténtica y consciente es la manera de estar mejor conmigo
mismo, mi cuerpo y mi verdadera hambre para mi desarrollo personal.

También podría gustarte