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compañía de Jesús

restauración de la
El trasfondo histórico
del restablecimiento de la
Compañía de Jesús en 1814
Manuel Revuelta González, SJ
Universidad Pontificia Comillas

Recibido: 24 de mayo de 2014


Aceptado: 13 de junio de 2014

RESUMEN: Dentro de unas semanas, concretamente el siete de agosto, celebraremos


el bicentenario del restablecimiento de la Compañía de Jesús. El papa Pío VII por
medio de la bula Sollicitudo omnium ecclesiarum (1814), haciéndose eco de la solicitud
de todas las iglesias, del consentimiento casi universal del pueblo cristiano y de las
necesidades del momento presente, la volvía a restablecer a todos los efectos. Sentía
que los jesuitas como «remeros expertos» eran capaces de salvar la barca de la Iglesia
del naufragio que por entonces estaba padeciendo. Un restablecimiento muy lejos de
una mera restauración o de una mera reforma.
PALABRAS CLAVE: Compañía de Jesús, restablecimiento, Pío VII, Sollicitudo omnium
ecclesiarum.

1. Los dos presupuestos Redemptor, de 21 de julio de 1773;


históricos del bicentenario y la persistencia de la misma en
el tiempo intermedio de cuarenta
Este año se cumple el bicentenario y un años transcurridos entre el
del restablecimiento de la Com- breve de supresión y la bula de
pañía de Jesús, proclamado por el restauración.
papa Pío VII el día 7 de agosto de La supresión de la Compañía en
1814 en la bula Sollicitudo omnium 1773 estuvo precedida por quin-
ecclesiarum. Para entender el res- ce años de acoso y derribo, que
tablecimiento hay que tener muy comenzaron con la expulsión de
en cuenta dos acontecimientos Portugal y sus dominios en 1759,
históricos previos, que parecen a la que siguió la supresión en
contradictorios: la supresión de Francia en 1764 y las expulsiones
la Compañía por el papa Clemen- de España y sus posesiones en
te XIV con el breve Dominus ac 1767, y de Nápoles y Parma en

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1768 1. Por el breve de supresión ración!» (Diario, 23 de agosto de


la Compañía dejaba de existir 1773). Ante tamaña injusticia no
como orden religiosa en la Iglesia. quedaba más salida que aceptar
Perdió sus provincias, casas e ins- los designios de la Divina Provi-
tituciones, la despojaron de sus dencia, con la esperanza de que
bienes, y sus superiores quedaron algún día el Señor haría justicia y
destituidos. devolvería el honor a la Compa-
ñía. El Diario de Luengo expresa
Los jesuitas restaurados en 1814
repetidas veces estas conviccio-
respiraban todavía por la herida
nes.
abierta en 1773. ¿Cómo reaccio-
naron? ¿Se sintieron culpables o También hubo jesuitas que toma-
inocentes? El P. Manuel Luengo ron sus desgracias como tema de
no encuentra palabras en su reflexión y examen de conciencia.
Diario para expresar su estupor El P. Manuel de Azevedo asumió
cuando escuchó en Bolonia la in- las tribulaciones de la Compañía
timación del breve de supresión: como motivo para reconocer sus
“Sí: ha muerto la ilustre, la sabia,
defectos. El sacerdote Rodríguez
la inocente Compañía de Jesús. El
de Laso nos transmite las con-
papa Clemente XIV la ha abolido,
fidencias que le hizo el sabio
la ha extinguido, la ha echado
jesuita portugués en 1788: «Vino
por tierra en todo el mundo cris-
a tomar chocolate con nosotros
tiano. ¡Gran mal! ¡Enormísimo
el mencionado Acevedo, que es
escándalo! ¡Injusticia monstruo-
hombre verdaderamente erudito,
sa! ¡Triunfo gloriosísimo de la
Herejía! ¡Sempiterno oprobio de como lo manifestó en sus discur-
Roma, del Papa, de los Cardena- sos. Hablando de la extinción de
les, de los Príncipes católicos y la Compañía, nos dijo, franca-
de sus Ministros! ¡Oh pena, oh mente, que en su concepto debía
dolor, oh desconsuelo increíble, atribuirse a un castigo de Dios,
inexplicable y sobre toda ponde- que quiso humillar la altanería
de un Cuerpo que miraba con
1 desprecio a los otros regulares,
J. A. FERRER BENIMELI, La expulsión
y extinción de los jesuitas (1759-1773), considerándolos inútiles y entre-
Mensajero, Bilbao 2013; M. REVUEL- gados a la poltronería, mientras
TA GONZÁLEZ, El restablecimiento de la ellos llevaban casi todo el trabajo
Compañía de Jesús. Celebración del bi- de confesionario, púlpito, cátedra,
centenario, Mensajero, Bilbao 2013; U.
VALERO (ed.), Supresión y restauración asistencia a enfermos y demás
de la Compañía de Jesús. Documentos, ministerios en que con tanto
Mensajero, Sal Terrae, 2014. aplauso se ocupaban. También

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añadió su pronóstico acerca de capciosa, calumniosa, errónea e


la suerte de este Instituto en lo injusta» 3.
venidero» 2.
El convencimiento general de la
La confidencia del P. Azevedo no injusticia sufrida impulsó a los
deja de ser interesante por su ra- jesuitas a esperar contra toda es-
reza, aunque es posible que Laso, peranza el restablecimiento de la
que no tenía ninguna simpatía inocente Compañía. Esta convic-
a los jesuitas, hubiera recarga- ción les animaba, pero también
do las tintas. Las palabras del les impedía el conocimiento de la
portugués son consideraciones realidad. Muchos vivían tan ensi-
ascéticas en clave de humildad, mismados en su mundo jesuítico,
en las que no se afirma que los que no cayeron en la cuenta de
jesuitas habían sido castigados su aislamiento en el conjunto de
con justicia. Puede decirse que la Iglesia, ni percibieron los celos
suscitados entre los obispos y
todos los exjesuitas, incluso los
religiosos, ni sopesaron las opo-
que se habían secularizado antes
siciones de sus enemigos políti-
de la supresión, estaban conven-
cos. Algunos, como el P. Luengo,
cidos de que no habían dado mo-
atribuirán las persecuciones de la
tivo ni para las expulsiones de
Compañía a una verdadera cons-
sus patrias ni para la supresión
piración anticristiana, cuando la
en toda la Iglesia. En el caso de clave estaba en el despotismo ilus-
los españoles todos estaban de trado de los políticos y en el fuerte
acuerdo con el Memorial que tres regalismo imperante.
de ellos elevaron a las Cortes de
Cádiz en 1812, en el que califica- El segundo hecho histórico es la
ban a la pragmática de Carlos III permanencia de los jesuitas en
como «sentencia abusiva, ilegal, el tiempo intermedio (1773-1814).
Desde la supresión hasta la res-
2
tauración pasaron cuarenta y un
NICOLÁS RODRÍGUEZ LASO, Diario en
el viaje de Francia e Italia (1788). Ed. de años, en los que la pervivencia de
Antonio Astorgano, Zaragoza, 2006, la Compañía se mantuvo en un
417-418. La entrevista se celebró en grupo de verdaderos jesuitas que
Bolonia el 25 de octubre de 1888. So- vivieron como tales en un rincón
bre la personalidad del P. Manuel de
Azevedo (1713-1796), cf. J. VAZ DE CAR-
3
BALLO y J. ESCALERA, DHCJ, tomo I, 315- El Memorial, suscrito por TOLRÁ,
316. En sus epístolas poéticas alabó la ROYO y OTERO, en Valero, op. cit., 49-82.
fidelidad a la vocación de los jóvenes La declaración de inocencia del P. Lo-
jesuitas brasileños e hispanos. renzo Ricci, en ibid., 169-170.

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de Europa. Para que el breve de jos, especialmente en los colegios,


supresión tuviera fuerza de ley donde eran muy estimados.
debía intimarse por el obispo de
cada diócesis a las comunida- Los jesuitas de la Rusia Blanca se
hallaban en un equilibrio ines-
des de jesuitas. En las regiones
table. Querían obedecer al papa,
anexionadas a Prusia y Rusia en el
pero al mismo tiempo tomaban
primer reparto de Polonia de 1772,
medidas para mantener sus co-
se mantuvieron unos trescientos
munidades bajo la protección
jesuitas en catorce comunidades,
incontestable de la zarina. En el
esperando la ejecución del breve
campo diplomático se dio un tira
de supresión. Federico de Prusia
y afloja a tres bandas entre el pa-
y Catalina de Rusia prohibieron la
pa, la zarina y el rey de España.
publicación del breve a los obispos
El mismo Clemente XIV dejó ha-
de las regiones polacas anexiona-
cer: no reconocía a los jesuitas de
das. Lo hicieron por tres razones
Rusia, pero tampoco los prohibía.
de peso: el cumplimiento del tra- Pío VI, que le sucedió, fue un papa
tado de Breslau, en el que se com- dubitativo, cada vez más aterrado
prometían a respetar la religión con la revolución francesa. Daba
católica de sus nuevos súbditos, la buenas palabras a Carlos III que le
inocencia de los jesuitas que eran urgía una condena explícita a los
los sacerdotes católicos más cultos jesuitas rusos, mientras transigía
y virtuosos de aquellas regiones, y con las exigencias de Catalina que
la necesidad de mantener los cen- los protegía decididamente. Pío VI
tros de enseñanza que los jesuitas estaba cada vez más convencido
dirigían con gran competencia. de que la supresión de la Compa-
ñía había sido un error, y por eso
Aquellos jesuitas estuvieron es-
aprobó de palabra su existencia en
perando a que cayera sobre ellos
Rusia, primero de forma velada en
la espada de Damocles. En Prusia
1775, y más tarde de forma clara y
les intimaron el breve al cabo de
patente comunicada al obispo Be-
siete años, en 1780. Pero en Rusia
nislawski el 12 de marzo de 1783:
la zarina Catalina protegió a sus
approbo, approbo, approbo.
jesuitas con obstinada energía.
Unos ciento setenta jesuitas se En Rusia la Compañía se fue
mantuvieron en la Rusia Blanca afianzando poco a poco, forman-
bajo los mismos superiores, cum- do un verdadero cimiento para
pliendo con exactitud las reglas y la futura restauración. A la pre-
Constituciones de San Ignacio y gunta de San José Pignatelli, el
desempeñando los mismos traba- papa respondió que los de Rusia

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eran verdaderos jesuitas. Con esa de Rusia. Pero también se orga-


convicción algunos jóvenes ingre- nizaron grupos de jesuitas en co-
saron en el noviciado que se abrió munidad. Se les concedió en 1803
en 1779, y algunos exjesuitas rein- a los de Inglaterra y Cerdeña; en
gresaron en la Compañía de Rusia 1805 a los de la misión de los Paí-
como particulares, o formando co- ses Bajos y 1806 a los de Maryland
munidades en el ducado de Parma en los Estados Unidos y en 1810
desde 1793. a los de Suiza. Así nacían, como
mechas humeantes, las primeras
El siguiente pontífice, Pío VII, provincias, pequeñas y dispersas,
estaba decidido a restablecer la con sus noviciados disimulados 4.
Compañía desde su elección en
1800. Lo hizo por escrito, cuando Estas concesiones se extendieron
se lo pidieron dos monarcas. A al Reino de las Dos Sicilias con
petición del zar Pablo I, concedió el breve Per alias (el 31 de julio de
por escrito la aprobación de la 1804), a petición del rey Fernan-
Compañía dentro del Imperio do IV, hijo de Carlos III.
Ruso, en el breve Catholicae Fidei (7
Estos restablecimientos parciales
de marzo de 1801). No se restau-
de la Compañía nos plantean el
raba una Compañía nueva, sino la
significado de la bula de 1814. La
misma de San Ignacio, aprobada palabra restablecimiento –al igual
por Paulo III. Puede decirse que que la palabra restauración– tie-
la Compañía quedó entonces ca- ne, entre otros, dos significados:
nónicamente restablecida en su reconstrucción y reparación. Re-
plenitud, aunque limitada geo- construcción significa rehacer una
gráficamente a los dominios del entidad totalmente desaparecida.
Imperio Ruso. Tan pronto como se Reparación significa mejorar una
corrió la noticia de la aprobación entidad deteriorada, para evitar la
escrita surgió una oleada de peti- ruina o el desgaste. El restableci-
ciones de particulares o de grupos miento de la Compañía en 1814 no
para enrolarse en la Compañía. El se ajusta propiamente a ninguno
P. Gruber, General de la Compa- de estos significados. No es una
ñía en Rusia, pidió y obtuvo de la reconstrucción porque la Com-
Santa Sede la facultad de admitir pañía no dejó nunca de existir; y
a quienes desearan agregarse a
ellos, sin necesidad de que se tras- 4
M. INGLOT, La Compagnia di Gesù
ladaran dentro del Imperio Ruso. nell’Impero Ruso (1772-1820) e la sua
De este modo hubo jesuitas suel- parte nella restaurazione generale della
tos que renovaron sus votos fuera Compagnia, Roma 1997.

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tampoco se trata de una repara- de partida de un proceso de cre-


ción, porque no fue suprimida por cimiento que continuará en años
descomposición interna, sino por sucesivos.
ataques procedentes del exterior, y
en ese sentido su restablecimiento
no fue una restauración ni una 2. Los contextos históricos del
reforma. restablecimiento.

El restablecimiento de la Com-
Los grandes sucesos de la historia
pañía debe entenderse como la
universal sirven de marco a la pe-
renovación o reanimación de
queña historia de los jesuitas res-
una existencia que nunca había
tauradores. El breve de supresión
cesado del todo. Se asemeja a la
de 1773 convirtió a los jesuitas
mecha humeante que arde desde
las cenizas, al brote renacido del en una grey dispersa por todo el
árbol desgajado. Algo parecido al mundo. Eran aproximadamente
resto de Israel después del cauti- unos 22.000. Lo peor era que pa-
verio. saban los años y los compañeros
se iban muriendo. Hacia 1814
El cardenal Pacca comparó la puede calcularse que quedarían
Compañía restablecida por la de dos mil a dos mil quinientos,
bula del papa Pío VII con Lázaro una décima parte de los que había
saliendo del sepulcro. El encierro en 1773, pero todos ya viejos, mu-
de la Compañía en el sepulcro chos enfermos, no todos capaces
había durado cuarenta y un años, de reanudar la vida comunitaria.
desde 1773 hasta 1814. Pero, a di- Además de esta grey dispersa
ferencia de Lázaro, la Compañía quedaba un pequeño rebaño en el
no se había muerto del todo. Lo lejano redil de la Rusia Blanca. La
que el papa hizo fue librarla de las microhistoria de los exjesuitas dis-
ataduras de la mortaja para que
persos y de los jesuitas engancha-
pudiera andar de nuevo con plena
dos a Rusia encaja en el contexto
libertad por toda la Iglesia.
histórico de la macrohistoria de
La bula es, desde luego, el pun- los grandes acontecimientos de la
to central en el que descansa la historia universal durante las cua-
Compañía restaurada. Pero es tro décadas que transcurren entre
también el punto final de un 1773 y 1814. La pequeña historia
proceso de restauración que ya jesuítica se encuadra en cuatro
había comenzado previamente, y momentos de la gran historia uni-
es además el punto de arranque o versal.

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1.º La supresión de la Compañía Sagrado Corazón, fueron atacadas


encaja en el marco de las monar- como extrañas y heterodoxas.
quías absolutistas de la segunda
El regalismo imperante tuvo efec-
mitad del siglo XVIII. Desde 1773
tos opuestos en su aplicación a los
el absolutismo imperante se man-
jesuitas. El regalismo absolutista
tuvo durante quince años hasta el
es el que derrumba a la Compañía
estallido de la revolución. El abso-
en los estados católicos, y el que la
lutismo monárquico dominaba las salva en la protestante Prusia y en
iglesias nacionales con un rega- la ortodoxa Rusia.
lismo exacerbado, mientras pro-
gresaban los desafíos teológicos y 2.º La revolución francesa y las
ascéticos jansenizantes. A ellos se reacciones católicas en la última
añadieron los esfuerzos del despo- década del siglo XVIII. La revolu-
tismo ilustrado por dominar des- ción de 1789 no fue ni promovida
de el estado todas las esferas de ni impedida por una Compañía
poder e influjo social. Esto explica que había sido suprimida veinti-
la acometida de los estados contra cinco años antes en Francia.
un cuerpo tan poderoso como era En la última década del siglo de
la Compañía. las luces, a pesar de las coaliciones
La dispersión de los jesuitas en de los monarcas contra la revolu-
ción, ésta logró extender por todas
aquellos años se agravó con la
partes sus innovaciones políticas
propagación sistemática del mito
y sus reformas eclesiásticas. Los
antijesuítico. La difusión de los
excesos religiosos de la revolución
grandes tópicos contra la Com-
comenzaron con la desamortiza-
pañía fue una de las empresas
ción de los bienes de la Iglesia, la
de Pombal, desde la expulsión de supresión de las órdenes religiosas
Portugal en 1759. Los libros y pan- y el cisma de la Constitución Civil
fletos fueron divulgados por escri- del Clero, y derivó en la descris-
tores sin escrúpulos como Plantel, tianización y la persecución. Estos
de manera que puede hablarse de excesos suscitaron en todas partes
una red publicística antijesuítica la repulsa de muchos escritores
perfectamente organizada en toda y dirigentes católicos. Los escri-
Europa. Lo políticamente correcto tores restauracionistas, como los
era el antijesuitismo. Las doctrinas jesuitas Barruel, Hervás o Luengo,
de los jesuitas estaban prohibidas ponían la causa única de aquellos
en los seminarios y universidades desastres en la gran conspiración
y hasta las devociones, como la del anticristiana, cuyo primer logro

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consistió, según ellos, en la supre- gregaciones que actuaron como


sión de la Compañía de Jesús. Hoy sucedáneos y banderín de engan-
no se admite la teoría de la cons- che: las Compañías del Sagrado
piración anticristiana como causa Corazón de Jesús (1794) y de la Fe
única para explicar el ataque a la en Jesús (1797); y las aprobaciones
Compañía, pues la persecución verbales de Pío VI en 1775 y en
que padeció se explica sobre todo 1783 a la verdadera Compañía
por motivos políticos. subsistente en Rusia.
El hecho es que las amargas ex- 3.º Las aprobaciones parciales
periencias de la revolución en el por Pío VII durante los primeros
terreno religioso convencieron a años del gobierno napoleónico
muchos de que una de las causas (1801-1804) y el estancamiento du-
de la revolución había sido la per- rante la guerra hasta 1814.
secución contra la Compañía. Se
dieron entonces «conversiones» Napoleón prolongó las innova-
entre antiguos enemigos, que se ciones políticas y religiosas de
hacían amigos de los jesuitas. la revolución, pero en los cinco
Entre los «conversos» podemos primeros años de su gobierno
señalar a Pío VI y Pío VII, a los mantuvo buenas relaciones con
cardenales Pacca y Consalvi, a la Iglesia. Entre los años 1801 y
muchos obispos y algunos mo- 1805 hay un paréntesis de paz.
narcas, empezando por los tres Son los primeros años del ponti-
Fernandos: el de Parma, el de ficado de Pío VII y los primeros
Nápoles y el de España. Son signi- años en el poder de Napoleón
ficativas las palabras de Consalvi: Bonaparte que, siendo primer
«Cuando vi la revolución france- cónsul, favoreció la paz religiosa
sa y cuando realmente llegué a con el Concordato de 1801. El
entender el jansenismo, entonces papa asistirá a la coronación del
pensé, y lo pienso ahora, que sin emperador en diciembre de 1804.
los jesuitas la Iglesia se encuentra Son fechas significativas, pues
en muy grandes apuros». es en estos años de paz cuando
el papa concedió, por escrito, el
Este cambio de criterios y de restablecimiento de la Compañía
ambiente explica los primeros en Rusia (1801) y las Dos Sicilias
despuntes jesuíticos en la última (1804).
década del siglo XVIII. Tales son el
restablecimiento de las comuni- A partir de 1805 se rompió la paz
dades de jesuitas en el ducado de por las ambiciones de Napoleón,
Parma; la fundación de dos con- que impuso el bloqueo conti-

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nental a Inglaterra, y extendió 4.º La caída de Napoleón, y el


la guerra por todo el continente triunfo del espíritu restauracionis-
desde España hasta Rusia. Entre ta de 1814 explican perfectamente
tanto, las monarquías afran- la publicación, sin obstáculos, de
cesadas imponían la segunda la bula de 1814.
expansión del espíritu revolucio-
La Compañía renació en un am-
nario. En 1806 el rey Fernando
biente político y religioso marcado
fue expulsado de Nápoles por
por la restauración, confirmada en
los franceses, y el trono pasó a
el Congreso de Viena. Se restable-
José Bonaparte, que expulsó a los
cieron las dinastías destronadas
jesuitas de Nápoles, aunque no
y las fronteras antiguas. El papa
de Sicilia. Unos setenta jesuitas
volvía a Roma y recuperaba los
napolitanos tuvieron que refu-
Estados Pontificios. El espíritu
giarse en Roma como exiliados,
racionalista parecía batirse en
bajo la dirección del P. Pignatelli,
retirada ante la recuperación del
que murió santamente en 1811. sentimiento religioso. Había que
Roma fue también ocupada por comenzar reconstruyendo lo que
los franceses en 1808; el papa fue la revolución había destruido. Por
deportado durante seis años, se tanto, la primera reconstrucción
suprimieron todas las órdenes urgente era el restablecimiento de
religiosas y se pusieron en venta la Compañía de Jesús, con el obje-
los conventos. tivo prioritario de asegurar la edu-
El progreso de la Compañía se cación cristiana de la juventud.
interrumpe durante esos ocho El restablecimiento de la Compa-
años. Pero fuera de los dominios ñía se proclamó el 7 de agosto de
franceses siguieron viviendo 1814 en la iglesia del Gesù ante
como verdaderos jesuitas los de la presencia de ciento cincuenta
Rusia Blanca, los de Sicilia, los jesuitas que asistieron llorando de
napolitanos desterrados en Ro- alegría a la «resurrección» de su
ma y los pequeños grupos adhe- amada Compañía. La bula exten-
ridos de Suiza, Holanda, Inglate- día a los Estados Pontificios y a to-
rra y Maryland. El P. Luengo se dos los demás estados y dominios
admiraba en 1808 de que hubiera las facultades concedidas anterior-
unos ochocientos jesuitas vivien- mente al Imperio Ruso y al Reino
do «en cuerpo» en un momento de las Dos Sicilias. De ese modo la
en que prácticamente todos los Compañía quedaba restablecida,
religiosos de Europa habían sido como decía el título de la bula, in
exclaustrados de sus conventos. statum pristinum in Universo Orbi

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católico, sin novedades ni refor- régimen político y religioso que


mas, según la regla de San Ignacio en ellos dominaba. Encontramos
aprobada por Paulo III. Entre las cuatro modelos de restableci-
motivaciones para una decisión miento. 1.º Restablecimientos
tan importante el papa indicaba en países católicos gobernados
su solicitud por todas las iglesias, por monarquías absolutas, en los
el consentimiento casi universal que la Compañía fue restaurada
del pueblo cristiano, las necesida- por un decreto del soberano. El
des del momento presente «que modelo más logrado fue el de
más debemos deplorar que recor- España en 1815. 2.º Restableci-
dar» y la confianza en los jesuitas mientos bajo el derecho común en
como «remeros expertos», capaces países con tolerancia religiosa. El
de salvar del naufragio a la barca mejor modelo se da en la Francia
de la Iglesia, agitada por la tem- de Luis XVIII, donde los jesuitas
pestad. rehacen sus actividades como ciu-
dadanos normales, sin decretos fa-
vorables de las autoridades civiles.
3. Variaciones y dificultades 3.º Restablecimientos en países
de la restauración efectiva donde la libertad religiosa era un
derecho constitucional incuestio-
La bula de agosto de 1814 fue el nable. El éxito de los jesuitas en los
punto de arranque de la extensión Estados Unidos es el mejor ejem-
de la Compañía por el mundo. Fue plo de hasta qué punto la nueva
una reaparición lenta y desigual, Compañía fue capaz de asimilar
porque una cosa es la restauración en beneficio propio las ventajas de
canónica y otra la restauración la libertad. 4.º El modelo de los
efectiva en cada país. Había que restablecimientos misionales (mi-
organizarlo todo y poner orden y siones dependientes de provincias
concierto en un cuerpo singular, madres) se dará más adelante, a
que tenía la cabeza y los principa- partir de los años treinta.
les efectivos en la lejana Rusia. El
zar no permitía que el P. General El restablecimiento de la Com-
Brzozowski se instalara en Roma, pañía ha suscitado discusiones
por lo que hubo que nombrar comparativas entre la antigua y
vicarios que hacían más lento y la nueva, que siempre ayudan a
complicado el gobierno. comprender las diferencias. La
Compañía restaurada lleva mu-
La instalación de la Compañía en chas veces la peor parte en esas
los diversos países dependía del comparaciones. Frente a la Com-

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pañía antigua, abierta al mundo y de 1820 a los jesuitas de todo su


a la cultura de su tiempo, se sitúa Imperio por un riguroso ukase.
a veces, peyorativamente, a una También los expulsó muy pronto
Compañía restaurada conservado- el rey Guillermo I de los Países Ba-
ra, conventual, colonialista, apolo- jos. El rey de Portugal Juan VI ni
gética y antimoderna, incluso siquiera los admitió en sus domi-
desviada del carisma fundacional. nios, pues prohibió expresamente
Estas comparaciones nos parecen la publicación de la bula de 1814.
injustas. Alfredo Verdoy sugiere El apoyo del emperador Francisco
una solución acertada, al enfocar de Austria fue motivado más por
la involución o restauración de la compasión que por convicción,
Compañía de forma integradora, cuando admitió en Galitzia a
no contradictoria 5. Los jesuitas los jesuitas expulsados de Rusia.
restaurados fueron fieles al espíri- Luis XVIII les muestra simpatía,
tu ignaciano, aunque tuvieron que pero no los favorece; mientras su
vivirlo en tiempos muy distintos hermano Carlos X los expulsa de
al siglo XVI, pues en el siglo XIX tu- los colegios-seminarios en 1828 y
vieron que acomodarse a una Igle- les impide la libertad de enseñan-
sia combatida por grupos políticos za. Estos monarcas conservadores
y sociales muy hostiles. eran tan regalistas como los libe-
rales. En cambio, donde había una
Hay que revisar, entre otros tó-
verdadera libertad religiosa, como
picos, el de que los gobiernos
en Estados Unidos, la Compañía
absolutistas surgidos en 1814 fa-
progresó sin encontrar dificulta-
vorecieron a los jesuitas. En los
des estatales.
primeros años el único rey ab-
solutista (a parte del papa) que Más importancia que el cotejo de
favoreció plenamente a los jesuitas las dos Compañías es la identi-
fue Fernando VII. Otro monarca dad de la Compañía restaurada
no menos absolutista que el rey de en 1814 con la fundada por San
España, como era el zar de Rusia Ignacio en 1540. La bula no ofrece
Alejandro I, expulsó en marzo dudas al respecto, y las dificul-
tades sembradas al principio por
5
A. VERDOY, «La Compañía de Jesús algunos sujetos se resolvieron en
restaurada: ¿involución o restaura- 1820, en la primera Congregación
ción?», Manresa 86 (2014), 17-28. Véase General después de la restaura-
también nuestro artículo, «La pervi-
vencia del espíritu restauracionista ción, que eligió General al P. Luis
en la Compañía de Jesús», en ibid., Fortis, y reafirmó solemnemente
45-58. las antiguas Constituciones, Re-

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Manuel Revuelta González, SJ

glas, Decretos de Congregaciones de Paulo III; y se cumplen hoy 275


Generales y Ordenaciones de los años y se ha hecho lo mismo que
Padres Generales, otorgándoles el 7 de agosto, aniversario de su
la misma fuerza que tenían antes restablecimiento». El 7 de agosto
del breve de supresión de Clemen- (primer aniversario de la restaura-
te XIV 6. ción) se festejó con las mismas ce-
lebraciones que tradicionalmente
El testimonio del P. Luengo es
solían hacerse el 27 de septiembre
muy valioso, pues tenía una certe-
(fecha de la fundación). En los dos
za absoluta de la identidad con la
días hubo una misa de acción de
antigua Compañía. El 27 de sep-
gracias «y un pequeño regalito en
tiembre de 1815, unos días antes
el refectorio». Se recordaba con
de emprender su viaje a España,
igual gratitud la fundación de la
escribía en su Diario: «Aniversario
Compañía en 1540 y su restaura-
de la fundación de la Compañía
ción en 1814. El P. Luengo, testigo
de Jesús por el grande español
de la expulsión, supresión y res-
San Ignacio de Loyola, con bula
tauración, afirmaba la identidad
de la Compañía restablecida por
6
Decreto 6 de la CG XX, en Valero, Pío VII con la de San Ignacio apro-
op. cit., 180. Buena síntesis en M. RUIZ bada por Paulo III. El pasado de la
JURADO, «El espíritu de la Restauración Compañía se ofrecía como modelo
de la Compañía de Jesús en sus pri- de identidad. Y el futuro, a pesar
meros años», Manresa 86 (2014), 29-43.
R. DANIELUK, «La Compañía entre con- de la limitación de las personas,
tinuidad y discontinuidad», en Jesui- se presentaba abierto a grandes
tas. Anuario de la CJ, 2014, 44-47. esperanzas. ■

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