Mecánica de rocas

Comportamiento de suelos y rocas

CONTENIDO
1. Objetivos

2. Introducción

3. Propiedades mecánicas de las rocas

Macizo rocoso
Coeficiente de poisson νm
Sistemas de clasificación matriz rocosa
Estudio de resistencia de la roca matriz
4. Propiedades mecánicas de las discontinuidades

5. Aplicaciones de la mecánica de rocas

Factores relacionables con la calidad del macizo rocoso
Factores no necesariamente relacionables con la calidad
del macizo rocoso
Factores relacionados con esfuerzos y procesos constructivos
6. Resumen

7. Bibliografía

Objetivos
La mecánica de rocas es la ciencia teórica y aplicada del
comportamiento mecánico de las rocas. Es esa rama de
la mecánica que se ocupa de la respuesta de la roca a los
campos de fuerza de su entorno físico. Es conveniente
subdividir la mecánica de rocas en dos ramas principales,
por un lado, la mecánica de rocas estructurales, que se
ocupa de la estabilidad de las estructuras de ingeniería
en las que el material es predominantemente roca y por
otro lado la trituración, que se ocupa de la reducción de
la roca a pequeños fragmentos mediante la aplicación
de fuerzas externas como en la perforación, voladura,
corte y trituración. Ambas ramas de la mecánica de las
rocas implican el conocimiento de las características
mecánicas de las mismas y sus parámetros resistentes y
constituyentes.
Introducción
Este tema describe los conceptos que engloba la
mecánica de rocas, y los elementos que influyen en la
caracterización de los macizos y de la matriz rocosa.
Entra de un modo profundo en el modo de conocimiento
de estas características y presenta otros elementos
que se ampliarán en temas siguientes como son
tanto las discontinuidades como las clasificaciones
geomecánicas.
Propiedades mecánicas
de las rocas
Macizo rocoso
Los macizos rocosos (las masas rocosas) aparecen en
la naturaleza y en los medios naturales, en las zonas en
las que la geología no se ha visto alterada. Estos macizos
rocosos se encuentran, debido a su formación y a la
serie de alteraciones temporales sufridas afectados por
planos de discontinuidad (discontinuidades) o planos de
debilidad que separan a los bloques de matriz rocosa,
ambos conjuntos la matriz rocosa y discontinuidades
forman el macizo rocoso.
Por tanto, el primer concepto que hay que tener claro
dentro de la mecánica de rocas es este, el macizo rocoso
es la suma de la matriz rocosa y de las continuidades
que lo forman.
Por definición, un macizo rocoso es un medio
discontinuo, anisótropo y heterogéneo conformado
en conjunto tanto por bloques de matriz rocosa y
distintos tipos de discontinuidades que afectan al medio
rocoso, mecánicamente los macizos rocosos pueden
considerarse que presentan resistencia a la tracción nula.
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Esta resistencia a la tracción es consecuencia del
conjunto de discontinuidades. Pero no sólo esta
ausencia de tracción es la parte que está gobernada
por las discontinuidades, sino que el conjunto de
discontinuidades y bloques de matriz gobiernan el
comportamiento mecánico global del macizo rocoso.
Esto implica que para conocer de un modo concreto el
comportamiento mecánico del macizo rocoso hay que
analizar las propiedades de la matriz rocosa por un lado
y por otro las características de las discontinuidades.
Además de esta conformación mixta de las propiedades,
la anisotropía es una de las características básicas
del macizo rocoso. Esta ocurre por la presencia de las
discontinuidades con orientación preferencial de tal
modo que estas discontinuidades generan diferente
comportamiento mecánico en el macizo rocoso en
función de la dirección estudiada y la relación de esta,
es decir, rumbo y buzamiento en relación con el plano
de excavación, ataque o estudio. Este ángulo de ataque
tiene una consecuencia básica dentro de la generación
de anisotropías adicionales, debido a la orientación de
los esfuerzos que afectan el material rocoso.
Las características mecánicas del macizo se estudian
por separado. En primer lugar y a lo largo de este tema
se le dedica a la caracterización de la matriz rocosa.
La matriz rocosa es el material rocoso que ocurre sin
discontinuidades, es decir que son los bloques de roca
intacta que ocurren entre las discontinuidades de roca,
a pesar de que la matriz rocosa se considera continua,
presenta comportamiento heterogéneo y anisótropo
relacionado a la fábrica estructural.
Es necesario señalar que la roca o matriz rocosa a
escala microscópica, también presenta comportamiento
discontinuo, anisótropo y heterogéneo por la presencia
de planos de laminación, microfisuras, orientación
preferente de minerales, foliación, etc, pero desde el
punto de vista geotécnico, la mecánica de rocas de
la matriz rocosa se considera continua e isótropa en
relación con el macizo rocoso en su conjunto. Pero
desde el punto de vista cuantitativo la matriz rocosa se
caracteriza mecánicamente por su peso específico, su
resistencia y su deformabilidad.
Con el fin de determinar adecuadamente los parámetros
de deformabilidad (Ei y νi) y de resistencia (ϕi, ci, σci, σt,
mi) de la matriz rocosa, así como sus posibles rangos de
variación, es necesario realizar pruebas de resistencia
a la compresión uniaxial, ensayos triaxiales y pruebas
de tensión indirecta. Por tanto, ha de tenerse claro que
los parámetros que caracterizan a la matriz rocosa
son ensayos de laboratorio. Aproximarse a los criterios
de resistencia de la roca matriz y a las relaciones
esfuerzo-deformacionales que la rigen es muy importante
de cara a integrarlas en el estudio de la totalidad del
macizo rocoso. Los ensayos de laboratorio más comunes
para obtener estos datos son los de compresión simple,
las pruebas triaxiales y el ensayo brasileño.

La matriz rocosa, tal y como se define presente bastante
variabilidad. De hecho, además de los valores típicos de
laboratorio de deformabilidad, es importante el estudio
del comportamiento de la variación de las características
de la roca matriz en lo que se refiere a los parámetros de
resistencia y deformabilidad. Es muy común que aunque
las muestras provengan de una misma unidad, es normal
que estas muestras se clasifiquen en sus distintos
grados de densidad, dureza, resistencia, porosidad,
alteración, etc. Estos parámetros básicos influyen en
las características finales de deformación y resistencia.
Un cambio en la porosidad, un microfisuramiento más
abierto o alguna alteración en la muestra u otros defectos
que quedan ocultos.
Es muy habitual que en las unidades rocosas que se
estudian se encuentre una gran dispersión con lo que
debe considerarse roca intacta, únicamente el grupo
de probetas sanas y de resistencia mayor, mientras
que el grupo de resistencia menor será considerado
como matriz rocosa deteriorada con características
generales más bajas.
En lo que se refiere al comportamiento de la matriz rocosa,
esta puede presentar distintos tipos de comportamiento,
dependiendo distintas características intrínsecas de
la matriz rocosa, incluso también dependiendo de
los niveles de confinamiento a los que está sujeta.
Los tipos de comportamiento se definen en función de
la fragilidad o ductilidad que presentan las probetas.
Esto implica que las rocas duras y cristalinas tienden
a ser más frágiles, mientras que las matrices rocosas
blandas y débiles presentan una respuesta más plástica
o dúctil ante cualquier tipo de alteración de carga-
deformación (figura 1).
(d)
(c)
(b)
(a)
Figura 1. Esquema de los distintos tipos de comportamiento esfuer-
zo-deformación: a) Falla frágil; b) flujo inestable; c) plasticidad perfecta;
d) flujo estable.
Este esquema es la denominada “curva esfuerzo-
deformación”. Lo particular de la misma es que
presenta cuatro zonas bien diferenciadas hasta su parte
máxima. En la curva esfuerzo-deformación la región
1 es la zona de cierre de fisuras, tiene como efecto
principal la falta de linealidad de esta y lleva aparejado
un aumento de rigidez hasta un determinado punto en
que las microfisuras y los pequeños poros se cierran.
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La zona 2 es la zona elástica-lineal, tanto el módulo
de elasticidad como el módulo de Poisson están
relacionados directamente con las deformaciones en
términos de la Ley de Hooke. En esta región no hay
propagación de las fisuras. En la zona de propagación
estable que es la zona 3 comienza el microfisuramiento;
en este punto, la propagación de fisuras es función de
σ1 y k=σ3/σ1 y la tendencia de los valores de σ1 hace
que se pare el proceso de propagación; a partir del punto
B, el material comienza a perder linealidad. Por último,
en la zona 4, que es la zona de fracturamiento inestable,
la propagación de las microfisuras se comporta de
un modo independiente de σ1. De hecho y como caso
paradójico, incluso en el caso en el que se retire σ1, las
fisuras pueden llegar a propagarse debido a la energía
potencial almacenada dentro de la muestra.
A partir del estudio de la roca matriz y del macizo de un
modo emparejado se determina dos modelos básicos
de comportamiento: el primero de ellos se define para
la roca de mejor calidad, en la que determina una
relación esfuerzo-deformación cercana a lo frágil o
quasi-frágil; suele tratarse de roca en la que la rotura
del material se produce de forma súbita sin que se
desarrollen deformaciones importantes; el segundo de
los comportamientos, que se relaciona con rocas de
peor calidad, es más plástico que frágil, permitiendo
el desarrollo de deformaciones plásticas mayores y el
endurecimiento más prolongado previo a la rotura del
material. Esto es fundamental en la definición de los
procesos de rotura en las excavaciones ya que determinan
los valores de referencia para las formulaciones y las
modelizaciones numéricas.
Coeficiente de poisson νm
En mecánica de rocas no existen correlaciones
empíricas para la estimación del módulo de Poisson del
macizo. Los valores más habituales van desde νm = 0,15
a 0,35. Por lo tanto, este parámetro deberá ser ajustado
a un valor dado por experiencias con casos similares y
sujeto a un análisis de sensibilidad. Por otro lado, en
la actualidad se admite la hipótesis simplificadora de
que el coeficiente de Poisson del macizo rocoso es el
mismo que el de la roca intacta.
Existen valores orientativos relacionados con la calidad
del macizo rocoso. Una roca fracturada podría tener un
módulo de Poisson similar a 0,30 en un caso de carga,
pero para el de descarga es más adecuado utilizar
valores cercanos a 0,20.

Sistemas de clasificación
matriz rocosa
La clasificación de la roca intacta se realiza según las
propiedades de resistencia y/o la deforma¬bilidad.
Existen muchos sistemas de clasificación, se puede
destacar el sistema de clasificación la Sociedad
Internacional de Mecánica de Rocas (ISRM) o el de
Deere y Miller, que se basa en medidas de resistencia y
deformabilidad.
Centrándose en esta segunda clasificación, esta utiliza
dos parámetros: la resistencia última a la compresión
simple (A, B, …, E) y la relación de deformabilidad, que es
el cociente del módulo de elasticidad (tangente al 50 %
de la resistencia) y la resistencia a la compresión simple
(H para alta; M para media y L para baja).
Estudio de resistencia
de la roca matriz
Cuando las muestras de la matriz rocosa se clasifican,
eliminando o, al menos, mitigando la dispersión de
resultados es el momento de clasificar los parámetros
de resistencia a partir de técnicas de regresión no lineal,
en particular mediante métodos como el de Levenberg-
Marquardt, el método Simplex o la regresión lineal.
Los criterios de rotura sugeridos en este capítulo para
determinar la resistencia de la roca matriz son el de
Hoek & Brown y el de Mohr-Coulomb (figura 2).
Figura 2.
La diferencia entre ambos es que el criterio de Hoek &
Brown es no-lineal (parabólico) y considera el efecto del
confinamiento en la resistencia friccionante, mientras
que el de Mohr-Coulomb no considera estos efectos
limitándolo a algunos esfuerzos de confinamiento.
Criterio de Hoek Y Brown
Las relaciones entre mb/mi s y a con el GSI y el D, que a
su vez permiten calcular la resistencia a compresión del
macizo rocoso son (figura 3):
Figura 3.
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Donde mb y mi corresponden con el macizo rocoso y la
roca intacta respectivamente. Los valores de mb/mi y s
se obtienen de las expresiones (figura 4):
Figura 3.
Mohr-Coulomb a partir del
criterio de Hoek y Brown
Tal y como se estudiaba a para los suelos, el criterio de
Mohr-Coulomb es de los más utilizado para la simulación
en terrenos más sueltos, pero existe una serie de
correlaciones para la asimilar los parámetros de Hoek
y Brown y los del criterio de rotura de Mohr-Coulomb.
Esto es importante ya que otorga una importancia a la
resistencia de H y B, utilizando la ley de resistencia tipo
Mohr-Coulomb, de tal modo que se comportará de un
modo similar a uno que utiliza el criterio de Hoek y Brown,
si se le asignan los parámetros equivalentes.
Puede estimarse la cohesión y el ángulo de rozamiento
interno a partir de los parámetros mb, s y σci. Además
de la asimilación de los parámetros, ha de considerarse
el cambio de comportamiento de los criterios ya que el
criterio de rotura de Hoek y Brown posee una no-linealidad
provocada por los esfuerzos de confinamiento (σ3 en el
espacio de los esfuerzos principales o σN en el espacio
de Mohr) y cómo se relaciona con la envolvente de
Mohr-Coulomb (en términos de c y ϕ).
Hay dos modelos paralelos de asimilar ambos criterios:
el primero de ellos es considerar la variación de los
parámetros de acuerdo con rectas de Mohr-Coulomb
tangentes a cada punto de la envolvente de Hoek y
Brown. Ya que el ángulo de fricción interna y la cohesión
son susceptibles de mostrar una fuerte variación para
distintos estados de esfuerzos, se recomienda tomar
un rango de profundidades en el macizo que vaya
desde un par de diámetros por encima de la clave del
túnel hasta uno o dos diámetros por debajo del piso,
aproximadamente; en caso de excavaciones muy
someras se puede considerar el dominio completo del
modelo de análisis. Una vez establecido dicho rango, se
calculan los esfuerzos principales mayor y menor y, a
partir de la simulación del ensayo triaxial a escala real, se
estiman los valores de cm y fm, para cada punto de las
envolvente de Hoek-Brown representada sobre el espacio
de Mohr (σN, t). Para conseguir lo anterior, se utiliza la
solución de Balmer, en la cual los esfuerzos normal y
cortante se relacionan con los esfuerzos principales.

Luego, el ángulo de fricción interna y la cohesión del
macizo, correspondientes con cada valor de σN se
obtienen a partir de las siguientes expresiones donde i
corresponde a un punto dado sobre la curva t-sN y A, B son
constantes del material que se obtienen mediante una
regresión lineal sobre los valores de esfuerzo obtenidos
de la simulación del ensayo triaxial a escala real.
Estas definiciones de las tensiones, el ángulo de
rozamiento interno y la cohesión en cada punto se
calcula según los siguientes algoritmos (figura 5):
Figura 5.
Para la relación entre los parámetros de roca y la
cohesión y el ángulo de fricción interna de la masa de
roca para un intervalo preestablecido de esfuerzos.
Estas ecuaciones se provienen de la curva obtenida
con la ecuación del criterio generalizado de Hoek
y Brown, para unos valores de tensión menores de
σ1< σ3< σ3max, donde σ3max es el valor superior del
rango de esfuerzos de confinamiento sobre el que se
considera la relación entre los dos criterio. El valor
de σ3max se ajusta de tal manera que se equilibran
las áreas arriba y abajo entre la envolvente de
Mohr-Coulomb y la de Hoek y Brown (figura 6).
Figura 6.
El objetivo de todas estas correlaciones es obtener el
valor de σ3max de tal forma que, a diferentes casos de
excavación o casi de estudio, el rango de esfuerzos para
el cual se calculan cm y fm sea equivalente a utilizar el
criterio de resistencia de Hoek y Brown.
La búsqueda del valor del esfuerzo máximo de
confinamiento se realiza de tal forma que el modelo de
Mohr-coulomb, con los valores cm y fm que son obtenidos
a través de σ3max proyectan curvas características
equivalentes a las obtenidas con el criterio generalizado
de Hoek y Brown (figura 7).
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Figura 7. Relaciones entre esfuerzos principales para Hoek y Brown y su
equivalente Mohr-Coulomb.
Donde σcm es la resistencia a la compresión simple
del macizo rocoso calculada a partir del criterio de
Mohr-Coulomb, γ es el peso específico del macizo y H
la profundidad de la excavación.
Propiedades mecánicas de
las discontinuidades
Las discontinuidades geológicas o discontinuidades de las
rocas constituyen planos de debilidad que condicionan el
comportamiento geomecánico de los macizos rocosos,
porque condicionan el mecanismo de deformación y
rotura ante los esfuerzos. Las discontinuidades que
forman parte de los macizos rocosos son planos de
debilidad que tienen diferentes orígenes bien mecánico
o tectónico, sedimentario, enfriamiento de rocas y
metamórfico, las discontinuidades provocan que los
distintos bloques de la matriz rocosa se comporten de
un modo independiente.
La característica más destacada de los planos de
discontinuidad es que la resistencia a la tracción de estos
es muy baja o nula, de tal modo que el comportamiento
viene caracterizado por otros parámetros como es su
resistencia al corte o por la del material de relleno.
La tipología de discontinuidades que se presentan más
habitualmente son las juntas o diaclasas que se forman
en los macizos rocosos. El origen de las diaclasas
puede ser bien por tectonismo (origen tectónico),
bien por enfriamiento del cuerpo ígneo, o por reducción
de la carga litostática.
En la primera de las tipologías, es decir, las de origen
tectónico, están asociadas al plegamiento de las rocas
(sedimentarias principalmente) y a la acción de fallas
geológicas sobre cualquier tipo de roca. Estas diaclasas
asociadas a fallas suelen discurrir de un modo paralelo a
la dirección de falla, mientras que las que provienen de la
presencia de plegamientos suelen ser perpendiculares a
los esfuerzos tectónicos.

El tercero de los orígenes, es decir las diaclasas
de enfriamiento se forman antes o después del
emplazamiento del cuerpo, suelen ser ortogonales entre
sí. Las diaclasas que tienen su origen en la reducción de
la carga litostática suelen ser paralelas a la superficie
topográfica y son menos frecuentes según se aumenta
la profundidad. Los planos de estratificación tienen
relación con la depositación de los sedimentos en las
rocas sedimentarias.
Las esquistosidades son planos o discontuidades que
se forman principalmente por tectonismo intenso, y con
una relación muy intensa en las rocas metamórficas.
De un modo somero, las distintas discontinuidades del
macizo incluyen la descripción de las discontinuidades
de tal modo siendo las más destacadas las siguientes:
orientación, espaciado, continuidad o persistencia,
rugosidad, resistencia de las paredes de la discontinuidad,
abertura, relleno, filtraciones y orientación de estas.
La orientación de las discontinuidades se define por
su rumbo y buzamiento y corresponde a la posición
espacial de los planos de debilidad, de tal modo que un
grupo de discontinuidades cuando presentan similitudes
o son paralelas entre sí se dice que son familias de
discontinuidades. Estas familias de discontinuidades
dependiendo del número de estas tiene mayor o menor
importancia en el futuro comportamiento del macizo.
El espaciado es la característica que define la distancia
perpendicular entre discontinuidades adyacentes. Cuanto
menos espaciado de las discontinuidades, los bloques
de matriz rocosa serán más pequeños. La persistencia
corresponde a la extensión en área o tamaño de una
discontinuidad en el macizo rocoso. Esta característica
tiene su importancia ya que cuanto menor sea la
persistencia, la estabilidad de la masa rocosa es mayor.
La rugosidad corresponde a la aspereza o irregularidad
en la superficie de las discontinuidades. Esto implica que
cuando se presenta una menor rugosidad la competencia
del macizo rocoso es menor. La abertura o apertura
corresponde a la separación que existe entre las paredes
de una discontinuidad. Como es evidente, a menor
abertura, la estabilidad y condición del macizo rocoso
será mayor, mientras que, con una mayor abertura, la
estabilidad y condición del macizo rocoso será menor.
Lo que se denomina relleno se corresponde con
los materiales que se alojan en los espacios de las
discontinuidades. Estos materiales de relleno son muy
heterogéneos de tal modo que, si los materiales de
relleno son limos o arcillas, la competencia del macizo
rocoso es menor, mientras que cuando el relleno
consiste en materiales silíceos, la competencia del
macizo rocoso es mayor.
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Aplicaciones de la
mecánica de rocas
Las aplicaciones de la mecánica de rocas en
la caracterización de los materiales incluyen la
clasificación de este, mediante la descripción de los
parámetros de los macizos rocosos que incluye tanto
el número y orientación de familias de discontinuidades
como el tamaño de bloque y grado de facturación y el
grado de meteorización.
Por tanto, para clasificar el macizo hay que tener en cuenta
estas tres consideraciones y con ellos conjuntamente
se clasifica el macizo. Las clasificaciones son muy
utilizadas e intervienen en muchos tipos de cálculos y
consideraciones geotécnicas.
Para la caracterización del macizo en relación con las
tres características anteriormente comentadas, se
puede resumir que el número o cantidad de familias
de discontinuidades condiciona la intensidad de
fracturación y el tamaño de los bloques de matriz
rocosa, por lo tanto, influye en el comportamiento
mecánico general del macizo rocoso, es así como debe
reconocerse las familias de discontinuidades principales.
La identificación de las familias de discontinuidades
se gradúa de un modo cualitativo, teniendo más
trascendencia en la caracterización la más numerosa.
En lo que se refiere al grado de facturación del macizo
rocoso, hay que destacar que está condicionado por la
cantidad de familias de discontinuidades presentes y el
espaciado que tengan entre las mismas, es así como, el
tamaño de la matriz rocosa es menor a mayor número de
familias de discontinuidades.
Por último, el grado de meterozación está condicionado
por factores medioambientales y procesos físicos,
químicos y biológicos que van descomponiendo la
matriz rocosa. En lo que se refiere a la aplicación directa
de la clasificación del macizo pueden destacarse los
siguientes puntos.
Factores relacionables con la
calidad del macizo rocoso
Los factores considerados en las clasificaciones
geomecánicas y que influyen en el comportamiento
global de un macizo rocoso son: el fracturamiento, las
condiciones de las discontinuidades y la presencia de
agua. Consecuentemente un macizo muy fracturado
tiende a ser menos resistente que uno masivo; aquel
en el que las discontinuidades sean rugosas será más
resistente que uno en el que sean lisas; las características
del relleno de las discontinuidades condicionan de un
modo muy importante la respuesta global del macizo.

Como se comentaba antes la tipología del relleno, si
existe o si tiene características arcillosas o si están
relleno de elementos silíceos y por otro lado la dureza
y deformabilidad de estos, condicionan la calidad del
macizo. Por último, las condiciones de estanqueidad,
humedad o flujo y presión de agua determinarán en gran
medida la resistencia.
Factores no necesariamente
relacionables con la calidad
del macizo rocoso
Un macizo sano y de buena calidad podrá estar
formado por una roca matriz poco resistente o, por el
contrario, un macizo de mala calidad, es decir, poco
resistente por presentar fracturas o alteraciones,
podrá estar formado por una roca matriz muy dura.
Los factores que determinan la resistencia de la roca
matriz principalmente son: la composición mineralógica,
el tamaño de los cristales, la homogeneidad de estos
y la porosidad. Como conclusión de este punto puede
aseverarse la siguiente paradoja y es que un macizo
sano de alta calidad geotécnica, formado por una roca
matriz detrítica como la marga puede tener menor
resistencia que un macizo riolítico muy fracturado y
de baja calidad geotécnica.
Factores relacionados
con esfuerzos y procesos
constructivos
Los estados de esfuerzos y la forma en que las
excavaciones o las construcciones lo afectan son
condicionantes importantes en la respuesta global
de un macizo rocoso. Tanto la historia tectónica o la
profundidad condicionan que los estados de esfuerzos
estén cercanos a la rotura; del nivel de confinamiento al
que se encuentre la obra dependerá el valor del modo de
comportamiento friccionante; la distribución inicial de
los esfuerzos incluyendo desplazamiento o rotaciones
parciales desfavorables para el comportamiento de una
excavación; el tipo de perturbación inducirá modos de
comportamiento diferentes, en procesos de descarga o
en procesos de carga.
El alcance de daño producido al macizo por los procesos
de excavación puede influir de forma importante en
la resistencia de las zonas más próximas a la misma.
En este caso también tiene una gran influencia el modo
de excavación, es decir si es mediante explosivos,
mediante métodos mecánicos, etc.
Relacionándolo con las clasificaciones geomecánicas
que se comentaban de un modo somero anteriormente,
los grupos de factores relacionables o no con la
calidad del macizo rocoso son los que diferencian las
clasificaciones de Bieniawski y Barton. Con el fin de
establecer una correlación entre la calidad geotécnica y
el ángulo de rozamiento interno es necesario tomar en
cuenta de alguna manera los últimos factores señalados
por los esfuerzos o los procesos constructivos.
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Resumen
Como conclusión de todo lo anterior, es importante
no definir únicamente una sola pa¬reja de valores de
los parámetros de resistencia. Las constantes D, GSI,
mi y σ3max tienen una influencia muy grande en los
resultados obtenidos con las ecuaciones de cm y fm al
mismo tiempo que su valor real puede ser muy incierto,
sobre todo en la fase de proyecto y diseño.
Existen relaciones de variación de las funciones de cm y
fm en términos de la calidad geotécnica y para distintos
valores del coeficiente mí de la roca intacta y del
coeficiente de daño D, que se utiliza en clasificaciones
del macizo y geotécnicas.
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