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1. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales solo
pueden fundarse en la utilidad común.
4. La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio a los demás. El ejercicio
de los derechos naturales de cada hombre, no tiene otros límites que los que garantizan a los
demás miembros de la sociedad el disfrute de los mismos derechos. Estos límites solo pueden ser
determinados por la ley.
5. La ley solo puede prohibir las acciones que son perjudiciales a la sociedad. Lo que no está
prohibido por la ley no puede ser impedido. Nadie puede verse obligado a aquello que la ley no
ordena.
7. Ningún hombre puede ser acusado, arrestado y mantenido en confinamiento, excepto en los
casos determinados por la ley, y de acuerdo con las formas por esta prescritas. Todo aquel que
promueva, solicite, ejecute o haga que sean ejecutadas órdenes arbitrarias, debe ser castigado, y
todo ciudadano requerido o aprendido por virtud de la ley debe obedecer inmediatamente, y se
hace culpable si ofrece resistencia.
8. La ley no debe imponer otras penas que aquellas que son estrictas y evidentemente necesarias;
y nadie puede ser castigado sino en virtud de una ley promulgada con anterioridad a la ofensa y
legalmente aplicada.
9. Todo hombre es considerado inocente hasta que ha sido declarado convicto. Si se estima que su
arresto es indispensable, cualquier rigor mayor del indispensable para asegurar su persona ha de
ser severamente reprimido por la ley.
10. Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aún por sus ideas religiosas,
siempre que al manifestarlas no se causen trastornos del orden público establecido por la ley.
11. Puesto que la libre comunicación de los pensamientos y opiniones es uno de los más valiosos
derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar, escribir y publicar libremente, excepto
cuando tenga que responder del abuso de esta libertad en los casos determinados por la ley.
12. Siendo necesaria una fuerza pública para garantizar los derechos del hombre y del ciudadano,
se constituirá esta fuerza en beneficio de la comunidad, y no para el provecho particular de las
personas a las que ha sido confiada.
13. Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los gastos de administración, una
contribución común, esta debe ser distribuida equitativamente entre los ciudadanos, de acuerdo
con sus facultades.
14. Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a constatar la
necesidad de la contribución pública, a consentirla libremente, a comprobar su adjudicación y a
determinar su cuantía, su modo de amillaramiento, su recaudación y su duración.
15. La sociedad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su administración.
16. Una sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de
poderes determinada, no tiene constitución.
17. Siendo inviolable y sagrado el derecho de propiedad, nadie podrá ser privado de él, excepto
cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exige de manera evidente, y a la
condición de una indemnización previa y justa.
DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA MUJER Y DE LA CIUDADANA (1789)
En plena Revolución Francesa, Olympe de Gouges (1748-1793) hace pública la Declaración de los
Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, en réplica a la Declaración de los Derechos del Hombre y
el Ciudadano, por considerar que excluía a las mujeres. Opositora a Robespierre, fue acusada de
sediciosa y monárquica, siendo condenada a morir en la guillotina.
Preámbulo
Las madres, hijas, hermanas, representantes de la nación, piden que se las constituya en Asamblea
Nacional. Por considerar que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son
las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de 105 gobiernos, han resuelto exponer
en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer a fin de
que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social les
recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes, a fin de que los actos del poder de las mujeres y los
del poder de los hombres puedan ser, en todo instante, comparados con el objetivo de toda
institución política y sean más respetados por ella, a fin de que las reclamaciones de las
ciudadanas, fundadas a partir de ahora en principios simples e indiscutibles, se dirijan siempre al
mantenimiento de la Constitución, de las buenas costumbres y de la felicidad de todos.
En consecuencia, el sexo superior tanto en belleza en coraje, como en los sufrimientos maternos,
reconoce y declara, en presencia y bajo 105 auspicios del Ser Supremo, los Derechos siguientes de
la Mujer y de la Ciudadana.
1- La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos, Las distinciones sociales sólo
pueden estar fundadas en la utilidad común.
3- El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación que no es más que la reunión
de la Mujer y el Hombre: ningún cuerpo, ningún individuo, puede ejercer autoridad que no emane
de ellos.
4- La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece a los otros; así, el ejercicio
de los derechos naturales de la mujer sólo tiene por límites la tiranía perpetua que el hombre le
opone; estos límites deben ser corregidos por las leyes de la naturaleza y de la razón.
5- Las leyes de la naturaleza y de la razón prohíben todas las acciones perjudiciales para la
Sociedad: todo lo que no esté prohibido por estas leyes, prudentes y divinas, no puede ser
impedido y nadie puede ser obligado a hacer lo que ellas no ordenan.
6- La ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y Ciudadanos deben
participar en su formación personalmente o por medio de sus representantes. Debe ser la misma
para todos; todas las ciudadanas y todos los ciudadanos, por ser iguales a sus ojos, deben ser
igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según sus capacidades
y sin más distinción que la de sus virtudes y sus talentos.
7- Ninguna mujer se halla eximida de ser acusada, detenida y encarcelada en los casos
determinados por la Ley. Las mujeres obedecen como los hombres a esta Ley rigurosa.
8- La Ley sólo debe establecer penas estrictas y evidentemente necesarias y nadie puede ser
castigado más que en virtud de una Ley establecida y promulgada anteriormente al delito y
legalmente aplicada a las mujeres.
9- Sobre toda mujer que haya sido declarada culpable caerá todo el rigor de la Ley.
10- Nadie debe ser molestado por sus opiniones incluso fundamentales; si la mujer tiene el
derecho de subir al cadalso, debe tener también igualmente el de subir a la Tribuna con tal que sus
manifestaciones no alteren el orden público establecido por la Ley.
11- La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los derechos más
preciosos de la mujer, puesto que esta libertad asegura la legitimidad de los padres con relación a
los hijos. Toda ciudadana puede, pues, decir libremente, soy madre de un hijo que os pertenece,
sin que un prejuicio bárbaro la fuerce a disimular la verdad; con la salvedad de responder por el
abuso de esta libertad en los casos determinados por la Ley.
12- La garantía de los derechos de la mujer y de la ciudadana implica una utilidad mayor; esta
garantía debe ser instituida para ventaja de todos y no para utilidad particular de aquellas a
quienes es confiada.
13- Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración, las
contribuciones de la mujer y del hombre son las mismas; ella participa en todas las prestaciones
personales, en todas las tareas penosas, por lo tanto, debe participar en la distribución de los
puestos, empleos, cargos, dignidades y otras actividades.
14- Las Ciudadanas y Ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o por medio de
sus representantes, la necesidad de la contribución pública. Las Ciudadanas únicamente pueden
aprobarla si se admite un reparto igual, no sólo en la fortuna sino también en la administración
pública, y si determinan la cuota, la base tributaria, la recaudación y la duración del impuesto.
15- La masa de las mujeres, agrupada con la de los hombres para la contribución, tiene el derecho
de pedir cuentas de su administración a todo agente público.
16- Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada, ni la separación de los
poderes determinada, no tiene constitución; la constitución es nula si la mayoría de los individuos
que componen la Nación no ha cooperado en su redacción.
17- Las propiedades pertenecen a todos los sexos reunidos o separados; son, para cada uno, un
derecho inviolable y sagrado; nadie puede ser privado de ella como verdadero patrimonio de la
naturaleza a no ser que la necesidad pública, legalmente constatada, lo exija de manera evidente y
bajo la condición de una justa y previa indemnización.
Epílogo
Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El
potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición
y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El
hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus
cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ;Oh, mujeres! ¡Mujeres!
¿Cuando dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la Revolución? Un desprecio
más marcado, un desdén más visible... ¿Qué os queda entonces?, la convicción de las injusticias
del hombre.
LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción
alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará
distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de
cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un
territorio bajo administración fiduciaria, no autónoma o sometida a cualquier otra limitación de
soberanía.
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Artículo 7
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos
tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra
toda provocación a tal discriminación.
Artículo 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que
la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o
por la ley.
Artículo 9
Artículo 10
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con
justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y
obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas
las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron
delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la
aplicable en el momento de la comisión del delito.
Artículo 12
Artículo 13
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Artículo 14
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en
cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos
comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 15
Artículo 16
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por
motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales
derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el
matrimonio.
Artículo 17
Artículo 18
Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no
ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el
de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 20
Artículo 21
1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de
representantes libremente escogidos.
2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas
de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará
mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e
igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.
Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener,
mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y
los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales,
indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
Artículo 23
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le
asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será
completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
Artículo 24
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de
la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Artículo 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la
salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo,
enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por
circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños,
nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.
Artículo 26
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo
concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria.
La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores
será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus
hijos.
Artículo 27
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a
gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le
correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
Artículo 28
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los
derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
Artículo 29
1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar
libre y plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente
sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el
respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral,
del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los
propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 30
Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al
Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos
tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración.
TALLER
b. ¿Qué se señala respecto del nacimiento de las personas? ¿Qué significado tiene?
d. Señale dos de los principios ilustrados que están presentes en ambas declaraciones.
2. Los textos señalan que las personas gozamos de derechos tales como la libertad, la igualdad, el
derecho a la propiedad y el derecho a la seguridad.