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Discipulado

Orgánico

Entrenando a Otros hacia la Madurez


Espiritual y el Liderazgo

DENNIS McCALLUM
JESSICA LOWERY

Libros Casassa

Publicado originalmente en inglés por New Paradigm, bajo el título


ORGANIC DISCIPLESHIP Copyright © 2012 por Dennis McCallum &
Jessica Lowery, Columbus, Ohio, EE.UU.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser
reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos o
transmitida, en ninguna forma o medio, electrónico, mecánico, fotocopia,
grabación o cualquier otro, sin la previa autorización del editor.

Impreso en Estados Unidos de América.

Todas las citas de las Escrituras son de la Santa Biblia. Las versiones
utilizadas son Nueva Versión Internacional 2015, La Biblia de las Américas
1986, Nueva Traducción Viviente 2010, Reina Valera Contemporánea 2011.

Visite http://membersofoneanother.com/discipleship para un precio al por


mayor (en inglés) y acceso al autor.

Cubierta diseñada por Madison Rhodes

Edición y publicación por Marie Claude Bastres, Etienne Casassa,


Gianfranco Casassa

Traducción por Marcela Chávez Reyes

Revisiones por Marcela Cárdenas, Macarena Sandrock, Fernando


Hinostroza

Libros Casassa
Elogios para Discipulado Orgánico

“Las enseñanzas y prácticas de discipulado expuestas en este libro han


transformado las vidas y ministerios de mis dos hijos que llegaron a ser
parte de Xenos mientras asistían a la universidad. Ambos han florecido
como discípulos efectivos, discipuladores y líderes de Dios. Muchos líderes
obreros de Xenos que se han unido a World Team para la plantación de
iglesias transcultural tienen una ventaja distinta sobre otros obreros que han
aprendido acerca del discipulado, pero no lo han experimentado. Te animo a
leer este libro con reflexión y crítica para que así lo puedas aplicar a medida
que tú y tu iglesia discipulan a otros para seguir a Jesús”.
-Albert Ehmann .
Director Ejecutivo de World Team

“Dennis y Jessica son maestros discipuladores. Dennis ha sido el tutor


personal que ha llevado a la madurez espiritual y al liderazgo a más
personas que ninguno. Yo sé que Discipulado Orgánico es un nuevo clásico
sobre los detalles de qué, por qué y cómo hacer discípulos en el siglo XXI.
Es bíblicamente sólido, teológicamente sano, y prácticamente efectivo.
Cómpralo, léelo, hazlo.”
-Dr. Dave Earley
Director del Centro de Entrenamiento Ministerial
Liberty Theological Seminary

“Discipulado Orgánico es bíblico. Surge de la vida tanto de una persona


como de una comunidad, Xenos Christian Fellowship. La iglesia es testigo
de todo lo que Dennis está hablando. Conozco a Dennis, conozco a la iglesia
y cada vez que voy allí soy inspirado. Muchas veces he dicho que esta
iglesia representa al cristianismo auténtico del Nuevo Testamento. Llega en
un tiempo crucial en la historia de la iglesia, un tiempo cuando estamos
haciendo cristianos sin discipularlos. Que Dios bendiga este libro, y que
alcance a miles y los discipule. Porque su tema importa y satisface, predigo
que este libro llegará a ser un bestseller.”
- Dr. John Perkins
Presidente de John M. Perkins Foundation for
Reconciliation & Development

“Desde hace algún tiempo, aquellos de nosotros en liderazgo en The Meeting


House, hemos sabido que debemos tener el propósito de aprender lo que sea
cuando podamos de iglesias como Xenos. Discipulado Orgánico ha traído
esas importantes lecciones a nuestra puerta. Los autores viven lo que
enseñan y hablan también escrituralmente. Como lectores, estamos invitados
a ver cómo se ven los principios bíblicos encarnados en la comunidad.
Anhelo la creciente salud en The Meeting House y en muchas otras iglesias
por la influencia de este maravilloso libro”.
-Bruxy Cavey
Pastor Maestro de The Meeting House y autor de The End of Religion

“El último mandamiento de Cristo fue hacer discípulos (Mateo 28:18). Pero,
¿cómo es eso en el siglo 21? Discipulado Orgánico ofrece pasos bíblicos
prácticos esclarecedores para hacer discípulos. No esperes fórmulas o
estrategias de rápido crecimiento. El discipulado conlleva trabajo y
sacrificio, y los autores honestamente comparten sus fracasos y lo que han
aprendido de ellos. Yo tuve el privilegio de visitar la casa de la familia
McCallum en junio de 2005. Experimenté lo que se vive diariamente allí. Un
grupo de estudiantes universitarios (tanto cristianos como no cristianos)
apretujados en el salón para hacer preguntas y explorar la fe cristiana. La
familia McCallum, como miles de otros en Xenos, abren sus hogares para
hacer discípulos, quienes hacen más discípulos. De hecho, Xenos Christian
Fellowship tiene mas de dos mil personas reuniéndose semanalmente con sus
discípulos. ¡Pon mucha atención a lo que los autores dicen acerca del
discipulado creativo!
-Dr. Joel Comiskey
Autor y Presidente de Cell Church Solutions

Índice de contenidos
Índice de contenidos
Introducción

SECCIÓN 1: EL DISCIPULADO ENTONCES Y AHORA


1. Comprendiendo: ¿Qué es el Discipulado?
El discipulado en el Nuevo Testamento
Discipulado y Multiplicación
¿Qué acerca de las clases?
Discipulado y movimientos
Después del Nuevo Testamento
Desde el siglo XX al presente

2. Reseña del Discipulado


Creatividad y discipulado
¿Cuáles son nuestras metas cuando discipulamos?
¿Y acerca del discipulado corporativo?
Discipulado y liderazgo
Discipulado versus rudimentos

3. Comienzo
¿Quién debería discipular a otros?
¿A quién deberíamos conseguir para el discipulado?
Prerrequisitos
Características para tener en cuenta
Características engañosas
El corazón hambriento
Pasos hacia el discipulado
Desarrollando la visión
Adquirir Visión
Impartir Visión
Pasos básicos

SECCIÓN 2: COMPONENTES CLAVES EN EL DISCIPULADO


4. Entablar Una Amistad
¿Qué es amistad?
Paso 1: Inicio
Paso 2: Invertir
Paso 3: Evaluar y responder

5. Modelar
La clave para modelar exitosamente
Lecciones de la sicología
Perdiendo credibilidad como modelo
Áreas típicas donde modelar es supremo
¿Estoy cualificado como modelo?

6. Impartir un Amor por las Escrituras


¿Es esencial estudiar la Biblia?
Incorporar el estudio de las Escrituras en tus reuniones
Decidiendo qué estudiar
La confiabilidad de la Biblia
Por qué estudiar y reflexionar en la Biblia es importante
La historia de la Biblia
Los principales temas teológicos en la Biblia
Interpretación
Compartir el conocimiento
Moviéndose hacia el estudio bíblico independiente

7. Oración I: Comienzo
Enséñanos a orar
Comienzo
Tomar la iniciativa
Orar en grupo
Agradecer

8. La Oración II: El Ministerio Y La Oración


La oración centrada en otros
Oración exploratoria
Orando en el nombre de Jesús
Guerra Espiritual

9. Aconsejar
¿Y la consejería profesional?
Consejería no profesional
Áreas típicas para aconsejar: conflictos interpersonales
Áreas típicas para aconsejar: Ensimismamiento
Áreas típicas para aconsejar: Relación de alta expectativa
Áreas típicas para aconsejar: Sexualidad
Áreas típicas para aconsejar: Matrimonio
Áreas típicas para aconsejar: La avaricia
Áreas típicas para aconsejar: Malos hábitos
Fracaso en el consejo
Nuestra herramienta más poderosa

10. Encontrando Falta de Progreso: Discerniendo Qué Hacer


Haz la llamada
Decidir cuándo llamar
Hacer una fogata
Puntos de resistencia
Discerniendo la resistencia
Disonancia
Respondiendo a la resistencia

11. Encontrando Falta de Avance: Practicando la Disciplina en Amor


Preparándose para la disciplina
Reunirse para disciplinar a un amigo
Dar seguimiento
Fracaso en la disciplina
SECCIÓN 3: ENTRENAMIENTO
12. Desarrollo Temprano del Ministerio
Los discípulos que no ministran
Desarrollar convicciones
Oración
Evangelismo
Edificación
Creando motivación
Ofrenda financiera
Expandiendo el ministerio: Evangelismo
Expandiendo el ministerio: Discipulado

13. Camino a la Independencia


Entrenar para el discipulado
Planificación
Manejo de los contratiempos
Habilidades necesarias para entrenar

14. Entrenamiento del Liderazgo de Grupo


Comienzo
La teoría del liderazgo
Delegar y empoderar
Enseñanza
Dirigir la conversación
Evaluación de un grupo

15. Soltar: La Preparación


Enseñanza de la parte de Dios en el ministerio
Perspectiva de fracaso
Integridad y estabilidad
Ceder

16. Soltar: La Transición


Alimentar la motivación continua
17. Liderar Discipuladores
Los discipuladores necesitan supervisión
Objetivos: recordarles la visión
Informar
Desarrollo de un sentido de equipo
Entrenamiento continuo
Entrenando
Reconocimiento
La iglesia bien discipulada

Apéndices
Apéndice 1. Objetivos del discipulado
Apéndice 2. La inspiración de la Biblia
Apéndice 3. Método de estudio bíblico inductivo
Apéndice 4. Hermenéutica histórica-gramatical para lectores laicos
Apéndice 5. Seguridad de Salvación
Apéndice 6. ¿Cómo es Dios?
Apéndice 7. Cinco cosas que ayudan a la gente a crecer
espiritualmente
Apéndice 8. Cuándo recomendar consejería profesional
Apéndice 9. Evaluación de tu grupo
Apéndice 10. Principios para formar equipos de liderazgo exitoso
Apéndice 11. Las responsabilidades del liderazgo

Introducción
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Or-gá-ni-co / adjetivo
Relacionado a, o derivado de organismos vivos.
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CUANDO CONFIAMOS nuestras vidas a Jesús, nos unimos a Él de forma


orgánica. Pablo dice: “Pero el que se une al Señor se hace uno con él en
espíritu” (1Corintios 6:17). Este no es un vínculo institucional o legal.
Cuando Dios nos une a Cristo, nuestra vida se entrelaza tanto con la suya que
llega a ser un vínculo vivo.

Del mismo modo, la conexión de los unos con los otros en el cuerpo de
Cristo es orgánica. En otro pasaje Pablo dice: “así nosotros, que somos
muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de
los otros” (Romanos 12:5 LBLA). En este versículo aprendemos que el
cuerpo de Cristo no es una institución sino un organismo vivo. Cuando
comprendemos nuestra unión mística con Jesús y de los unos con los otros,
rápidamente nos damos cuenta también, de cómo repercute en otras áreas de
la vida y ministerio.

Los cristianos hoy están volviendo a despertar al poder del enfoque orgánico
del ministerio. Este se concentra menos en los roles dentro de la iglesia y
más en las relaciones. En vez de ver a Dios acercándose a la gente
principalmente a través de programas de la iglesia, los líderes con visión
orgánica ven a Dios moviéndose de una persona a otra, creando un impacto
espiritual directo a través de las relaciones de amor. Puede que los
modernistas de occidente vean la iglesia como filas de oyentes pasivos, pero
Dios nos llama a una comunidad donde su vida fluye a través de la gente
como la sangre fluye a través de un cuerpo vivo (Efesios 4:16; Colosenses
2:19). [1]
El crecimiento orgánico toma la forma de células dinámicas que se
multiplican, opuesto a los enfoques lineales que están limitados por
colegios, títulos, publicidad y edificios. Tal como las células vivas se
duplican exponencialmente, el cuerpo de Cristo crece rápidamente en toda
dirección.

Cuando se trata de ministrar, nada es más orgánico que hacer discípulos.


Hacer discípulos depende más de las relaciones de buena calidad que
cualquier otro ministerio. Como verás, hacer discípulos es la forma más
natural y orgánica de expandir y profundizar el cuerpo de Cristo. De hecho,
todas nuestras aspiraciones de ver la iglesia de Dios viviendo nuestra unión
con Jesús colapsarán, si nuestro ministerio de discipulado fracasa. Bajo el
modelo del Nuevo Testamento, donde cada miembro ministra para Dios,
hacer verdaderos discípulos es nuestra mejor esperanza para maximizar el
ministerio de persona a persona en la iglesia hoy.

Por cincuenta años sumados en conjunto, Dios nos ha estado enseñando a


ambos sobre este enfoque dinámico para la expansión del reino de Dios. Él
empezó hace cuarenta años.

Dennis : Cuando yo tenía 19 años, recién había empezado a caminar con el


Señor, estaba tratando de ver cómo servirle. No sabía mucho, y mi vida
cojeaba bajo los estándares cristianos. Fui a una conferencia donde el Dr.
Howard Hendricks habló de discipulado personal. Sentí mi corazón
profundamente conmovido con sus historias de multiplicación y
fructificación a través del discipulado. Pude participar en un almuerzo con el
Dr. Hendricks. Le conté que no había escuchado antes una enseñanza sobre el
concepto de discipulado, y cuán emocionado estaba sobre el tema.
Se inclinó hacia mí y dijo: “La pregunta es, Dennis, si cuando yo vuelva a
Columbus en un par de años, ¿van a haber pequeños Dennisitos corriendo
por ahí?”

Me encogí de hombros tímidamente. Luego de pensar un poco, sonreí. “Sí.


Creo que podrían haber”. Ese fue el día en el que empecé a orar que Dios
me permitiera encontrar a alguien a quien yo pudiera discipular.

Mientras escuchaba al Dr. Hendricks hablar, sentí que el discipulado era


algo que yo podía hacer, a diferencia de otros tipos de ministerios más
públicos porque no tienes que predicar o hacer algo en público. Sabía cómo
hacer amigos, e incluso tenía unos pocos. Mis amigos y yo habíamos
comenzado un pequeño estudio bíblico en casa que estaba creciendo, pero
ninguno de nosotros sabía hacia dónde se dirigía a largo plazo. A menudo,
nos preguntábamos qué debían hacer jóvenes como nosotros, cuyos
corazones en ocasiones ardían con ganas de servir a Dios. Las historias de
Hendricks de cómo un hombre de Dios llamado Walt se había multiplicado a
sí mismo a través de una clase de jóvenes de la escuela dominical, que más
tarde llegaron a ser líderes cristianos de renombre, avivó mi imaginación.
Los pensamientos me golpearon: ¿Qué tal si yo pudiese levantar un par de
discípulos, y ellos hiciesen lo mismo? Quizás podría desatarse un proceso
de duplicación y alcanzar grandes números para Cristo. ¿No es eso lo que
Jesús hizo?

Me acerqué a varias personas que yo conocía, pero ninguno parecía estar


muy interesado. Luego, encontré a otro tipo llamado Gary quien había
aceptado a Cristo recientemente y mostraba señales de entusiasmo en cuanto
a su fe. Le expliqué que había estado estudiando el concepto del discipulado,
donde te reúnes y estudias con alguien, y que yo estaba buscando a alguien
que le interesara hacerlo conmigo. Él aceptó.

Gary y yo empezamos a pasar tiempo juntos varias veces a la semana, y


como yo no tenía auto, él me recogía y me llevaba a algunos grupos de
estudio bíblico donde yo daba mi testimonio o enseñaba. En estas reuniones
muchas veces teníamos la posibilidad de dar testimonio o aconsejar a
cristianos más nuevos en su fe, lo que nos fascinaba. Comenzamos a leer
libros juntos y a examinar pasajes bíblicos. Frecuentemente orábamos juntos,
y nuestra amistad fue creciendo hasta ser muy amigos. No me di cuenta en
ese entonces, pero Dios estaba ya formando una relación que permanecería
por décadas.

Mas tarde ese año, partí con mi primer grupo de estudio bíblico de
secundaria, y creció rápidamente. Gary me ayudó con el grupo, y al año
siguiente, encontramos una manera para hacer que Gary fuera el líder de un
estudio bíblico para estudiantes. Constantemente, compartíamos lo que
íbamos a enseñar y nos consultábamos para ver cómo deberíamos tratar
situaciones en nuestros grupos. Él aprendió a enseñar y a dirigir grupos
durante ese año. Ninguno de nosotros tenía ningún entrenamiento ni
experiencia en el trabajo cristiano. Dios estaba más interesado en la
disposición que en la capacidad, y nosotros teníamos bastante de eso.

De ese vacío de competencia, Dios gradualmente transformó a Gary en uno


de los maestros de la Biblia y líderes más respetados en Ohio central. Ha
llevado a cientos de personas a Cristo, y ha enseñado la Palabra de Dios a
miles. Y aún más importante, ha discipulado a otros hombres comenzando en
su primer año de caminar con el Señor. Los hombres discipulados por Gary
están enseñando y dirigiendo grupos por toda nuestra área y en el extranjero.
Estos hombres han discipulado a muchos otros. Hoy en día, docenas de
grupos involucrando fácilmente a miles de personas, están siguiendo a Dios
por el ministerio de Gary.

Mi amistad con Gary fue mi primera experiencia con el discipulado. La


historia completa se ilustra en nuestra tesis central de este libro: Cuando sea
que la gente desee entregarse a Dios para edificar la vida de otro creyente,
sorprendentes cosas pueden ocurrir. Aunque no parecía mucho en ese
momento, hoy en día miro hacia atrás y me doy cuenta de que, con
diecinueve años de edad, y poca experiencia, Dios me usó para hacer algo
que ha impactado la vida de miles de personas desde entonces. Mirando
hacia adelante, me doy cuenta de que el proceso solo ha comenzado.
Docenas de hombres en las generaciones de discipulado después de Gary,
están aún afanosamente multiplicándose y alcanzando a no creyentes para
Dios. Gary está discipulando a varios más hoy en día. ¿Quién sabe hasta
dónde nos llevará este proceso?
Gary y yo somos colegas de ministerio actualmente. Yo dejé de discipularlo
cuando llegó el tiempo en que sabía tanto como yo (¡lo cual no tardó
mucho!). Más adelante, él y yo fuimos al seminario. Desde esos años, he
continuado discipulando docenas de otros hombres. Estos hombres, y los que
ellos discipularon, forman la base de la fuerza de trabajo de nuestra iglesia,
de otras iglesias, y de nuestros esfuerzos en misiones por todo el mundo.

A través de los años, no todos mis esfuerzos de discipulado han sido tan
exitosos como lo fue con Gary, pero por la gracia de Dios he podido
levantar numerosos discípulos, de los cuales algunos son prometedores
líderes para Dios. Solo el tiempo mostrará cuán fructíferos serán estos
jóvenes líderes a medida que sus ministerios se desarrollen. No necesito a
nadie más que me diga algo que mi propia experiencia confirma: ¡El
discipulado personal funciona!

En los años posteriores al comienzo con Gary, nuestro pequeño estudio


bíblico creció hasta formar una comunidad considerable con cientos de
iglesias-casas en nuestra ciudad y algunas más en otras ciudades. Más de
cinco mil personas actualmente asisten y de alguna manera, la mayoría ha
captado la noción del discipulado personal. Ya no es un individuo por su
cuenta intentando llevar a cabo una tarea improbable. Ahora la gente hace
discípulos dentro del marco de un cuerpo maduro local donde ellos pueden
recibir consejos y obtener apoyo. La dimensión orgánica de hacer discípulos
encaja en forma perfecta con la comunidad de Dios. Trabajar en comunidad
abre puertas que nunca podríamos haber visto si estuviésemos por nuestra
cuenta. La comunidad de la iglesia disfruta de un enriquecimiento increíble
del hecho que la gente no está siendo entretenida, sino discipulada.
Algunas personas huyen del enfoque ministerial de hacer discípulos.
Después de todo, invertir en relaciones por un período de años es costoso. Y
los amigos pueden decepcionarte, pero creemos que el discipulado personal
es tanto bíblico como increíblemente efectivo. Tú también sentirás lo mismo
si tú lees este libro, tomas el tiempo y corres el riesgo de invertir tu vida en
otros en discipulado que da vida.
SECCIÓN 1 :

EL DISCIPULADO ENTONCES Y
AHORA
CAPÍTULO 1

Comprendiendo: ¿Qué es el Discipulado?


El discipulado en el Nuevo Testamento

L A PALABRA “DISCÍPULO” viene de la palabra griega, mathetes :


estudiante o aprendiz. El concepto de discipulado era muy conocido en el
mundo greco-romano. En Grecia los sofistas y los filósofos tenían
discípulos. Pero, la noción del discipulado en el Nuevo Testamento,
probablemente estaba más enriquecida por su uso en el entrenamiento judío
rabínico de esos tiempos. Jesús no fue el primer rabino en tener discípulos.
Juan el Bautista tenía discípulos antes que Jesús los tuviera (Mateo 11:2;
14:12; Marcos 2:18), al igual que los fariseos (Mateo 22:16). El apóstol
Pablo fue discipulado por Gamaliel, uno de los rabinos más prominentes de
la época (Hechos 22:3). [2]
Los rabinos de antaño pasaban años con sus discípulos, enseñándoles su
forma de vida, su comprensión de la escritura, y cómo enseñárselas a otros.
[3]
Al igual que Jesús, a menudo vivían con sus discípulos por períodos
prolongados de tiempo. El proceso de discipulado era la formación
completa de un nuevo rabino, un traspaso de todo lo que el rabino tenía: su
carácter, su conocimiento, sus valores, y su sabiduría.

El discipulado judío de antaño era un proceso educacional, pero contenía


mucho más que nuestro concepto moderno de educación. Los rabinos
transmitían conocimiento bíblico, pero la relación cercana del día a día
entregaba elementos no encontrados en los libros. Esta era una educación
personalizada donde dos hombres formaban una relación cercana de
confianza, en la que el rabino podía reconocer y ministrar las necesidades
espirituales íntimas de su discípulo. Él podía ver con sus propios ojos si su
discípulo estaba viviendo lo que habían estado discutiendo. El objetivo era
producir un cierto tipo de persona. Este estilo de entrenamiento imponía una
atención personal intensiva, y en consecuencia, el rabino se enfocaba solo en
un par de discípulos a la vez.

Jesús tomó este modelo, lo utilizó y lo propagó. Él vivió y viajó con sus
doce; y pareciera haberse enfocado aún más en los tres primeros: Santiago,
Juan, y Pedro. Aunque algunos autores del Nuevo Testamento se refieren a
todos los cristianos como discípulos (en el sentido que todos son seguidores
de Cristo), con creces, el uso principal en el Nuevo Testamento se refiere a
aquellos que eran aprendices de un maestro específico. [4]
Antes de ascender, Jesús le dio el lugar central “al hacer discípulos” en la
gran comisión. “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo [y
enseñen a estos nuevos discípulos a obedecer todos los mandamientos que
les he dado]” (Mateo 28:18-19). Por supuesto que la conversión es
necesaria, pero la conversión sola no es suficiente. Él dejó claro que
debemos hacer discípulos bien enseñados, no solo convertidos.

Pablo (el único apóstol de quien tenemos información biográfica extensa)


también hizo discípulos. Desde el principio, Pablo se dio a la tarea de
entrenar discípulos. Luego de su estadía de tres años en Damasco, escapó
siendo bajado en un canasto por las murallas de la ciudad. Según Hechos
9:25, fueron “sus discípulos” quienes lo bajaron.

Más tarde, Pablo vivió y viajó con muchos jóvenes varones y por lo menos
con una pareja casada, enseñándoles su extraordinario cúmulo de
conocimiento, tanto de las escrituras del Antiguo Testamento (en las cuales
era un experto) como de las impresionantes revelaciones que Dios le había
dado. También tuvieron la oportunidad de ver a Pablo en terreno, y sin duda
participaron conjuntamente en situaciones reales del ministerio. Este tipo de
entrenamiento pudo desarrollar habilidades y entendimiento que ninguna sala
de clases hubiese podido. Pablo estaba en una posición de ver con sus
propios ojos cómo jóvenes obreros ministraban. Esto da como resultado el
mejor tipo de entrenamiento y retroalimentación.

En sus cartas, Pablo menciona con nombre a más de 30 hombres y mujeres


como compañeros de trabajo. Lo más probable es que muchos de ellos hayan
sido discipulados por Pablo, y puede haber habido otros que no fueron
mencionados. En un ministerio que abarca aproximadamente 30 años, Pablo
podría haber tenido fácilmente 30 o más discípulos. [5]

En un famoso pasaje, Pablo instruye a su discípulo más exitoso, Timoteo, a


continuar con el trabajo de discipulado:
“Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos,
encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén
capacitados para enseñar a otros” (2 Timoteo 2:2 NVI).

Nótese que Pablo estaba preocupado de reproducir discípulos por las


siguientes cuatro generaciones: 1) él mismo 2) Timoteo 3) “creyentes dignos
de confianza” y 4) “otros.” De este solo versículo, puedes ver claramente
que Pablo usaba el discipulado personal como una estrategia consciente para
desarrollar el liderazgo en la iglesia del primer siglo. También instó a las
mujeres a discipular a otras mujeres (Tito 2:3-4), una práctica desconocida
en el judaísmo.

En la iglesia del Nuevo Testamento, donde no había seminarios o escuelas


superiores de teología, aparentemente levantaban todo su liderazgo a través
de un proceso de discipulado personal. Considerando que este medio es
frecuentemente mencionado y considerando la ausencia de cualquier mención
de otro medio para levantar líderes, solo podemos suponer que dicho
discipulado probablemente no solo era el medio principal, sino el único
medio usado. Quizás unas pocas personas (¿como Pablo?) espontáneamente
llegaron a ser líderes sin el beneficio de ser discipulados, pero eso era
probablemente escaso.

No solo los líderes, sino la mayoría de los cristianos eran discipulados hasta
cierto nivel en la iglesia del primer siglo. Pablo dice, “A este Cristo
proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres
humanos, para presentarlos a todos perfectos en él.” (Colosenses 1:28 NVI).
Esta descripción general de la estrategia de su ministerio muestra que Pablo
no estaba satisfecho con reunir a un gran grupo de convertidos. Él tenía el
propósito de llevar a cada cristiano hasta un nivel significativo de madurez a
través de un proceso de amonestación y enseñanza.
La evidencia sugiere que la enseñanza personal era muy conocida en la
iglesia del Nuevo Testamento, y no solo para una élite de potenciales
rabinos, como en el judaísmo. La idea de que cada cristiano debiera ser un
discípulo de Jesús probablemente ayudó a abrirse al discipulado universal.

Discipulado y Multiplicación

El período de tiempo entre la muerte de Cristo y el fin del primer siglo, fue
el más fructífero en la historia de la iglesia. Durante estas pocas décadas, el
cristianismo se expandió sin obstrucciones por todo el Imperio Romano, e
incluso, penetró profundamente en África, el Imperio Parto, e India. Las
mejores estimaciones indican que el número de cristianos a fines del primer
siglo era alrededor de 1 millón. [6] Es un incremento de dos mil veces el
número de cristianos antes de Pentecostés (quizás 500 creyentes). Y todo
este crecimiento se vio favorecido por el proceso de discipulado. Sin
medios de comunicación masiva, publicidad, sin edificios de iglesia y sin
seminarios, la iglesia del primer siglo se expandió a una velocidad que
nunca ha sido igualada en los diecinueve siglos venideros. Si el mismo ritmo
de crecimiento hubiera continuado, todos hubieran sido cristianos en la tierra
para finales del segundo siglo. [7]
Observadores tanto cristianos como seculares reconocen a la iglesia del
Nuevo Testamento como un ejemplo perfecto de un movimiento de
plantación de iglesias. [8] En este tipo de movimiento, cada iglesia en casa
lucha por duplicarse a sí misma, plantando iglesias adicionales. El resultado
puede ser un crecimiento exponencial.

Para entender el poder de crecimiento exponencial, imagina el siguiente


escenario: A nadie le desagradaría una iglesia que pudiese ganar cincuenta
mil personas en dos años. De hecho, nunca se ha escuchado de una iglesia en
occidente a la que le haya ido tan bien. Y si ganaran cincuenta mil más cada
2 años, dicha iglesia podría ganar 1.5 millones de personas en un período de
sesenta años. ¡Sorprendente sin duda! Esto sería una verdadera mega iglesia.

Por otro lado, una sola iglesia en casa de treinta personas, donde el miembro
promedio no hiciera nada más que ganar y discipular a otra persona durante
un período de dos años no parecería para nada especial. Ellos tendrían
apenas sesenta personas luego de 2 años, y serían dos iglesias en casa. Pero
si ambos, el grupo original y el nuevo hicieran lo mismo por dos años más, y
este proceso siguiera por los siguientes sesenta años, el resultado sería
mucho más sorprendente que el de la mega iglesia. ¡Sorprendentemente, el
grupo que se ha estado duplicando habría ganado 16 millones de personas!

En sesenta años 1.5 millones versus 16 millones de personas ganadas. En


este punto, ¡el movimiento gradual de duplicación de la iglesia ha
sobrepasado a la mega iglesia más de diez veces! No solo eso, sino que
dentro de veinticinco años más, este grupo que se ha estado duplicando
habría ganado a cada persona en la tierra.

No estamos diciendo que estos números sean realistas, (por ej.: no cuentan
las pérdidas) pero si ilustran el poder del crecimiento exponencial. Sin
embargo, notemos dos puntos importantes en estos cálculos:

1. Para lograr un verdadero crecimiento por multiplicación, la


duplicación de individuos e iglesias debe avanzar sin degradarse. Si
la calidad de los discípulos o de las iglesias baja con cada
duplicación, el proceso entero se estropea rápidamente. La calidad
es clave para la duplicación continua. Historiadores han observado
que movimientos de plantación de iglesias tienden a apagarse
después de cierta cantidad de años. ¿Por qué? Probablemente
porque algunos movimientos dejan de lado la calidad para obtener
cantidad. Otros podrían preocuparse tanto por la calidad que dejan
de duplicarse, cargándose con demasiadas reglas y restricciones. Es
difícil lograr el balance de la calidad con la velocidad de
crecimiento en estos movimientos.

2. En el modelo de multiplicación, los resultados son muy bajos


durante los primeros años, comparado con la mega iglesia. Después
de diez, por ejemplo, la mega iglesia tendría un cuarto de millón de
miembros, mientras que el grupo que se duplica solo tendría 480
miembros en dieciséis iglesias en casa. ¿Puedes imaginarte a estos
grupos comparándose? ¡Cuánto más inferior se sentiría el grupo que
se está duplicando, con menos de quinientos miembros en diez años
de arduo trabajo, al mirar a la mega iglesia cercana, la cual ya ha
alcanzado un cuarto de millón en el mismo periodo de tiempo! En
esta etapa la mega iglesia sería mayor por más de quinientas veces
que el grupo que se está duplicando. Ciertamente, pareciera que, la
bendición de Dios está con la mega iglesia, y no con el grupo que se
está duplicando. (Aunque sabemos que la iglesia que se duplica en
realidad lo está haciendo 10 veces mejor que la mega iglesia,
aunque aún no se note). Sería un gran paso de fe continuar usando el
sistema de duplicación. Cualquiera que se impaciente buscando
resultados rápidos o esté demasiado enfocado en los números,
abandonaría la duplicación.

La multiplicación a través del discipulado es bíblico y poderoso. Dios, que


trabaja desde la eternidad y eternamente es lo suficientemente paciente para
aprobar el ministerio que edifica profundamente en calidad, sabiendo que la
cantidad le seguirá a su debido tiempo.
¿Qué acerca de las clases?

Al promover la multiplicación a través del hacer discípulos, no estamos


diciendo que la instrucción en una sala de clases sea errónea. Pablo la usó
en Éfeso (Hechos 19:9; 20:20), y nosotros la usamos extensamente en nuestra
iglesia. Pero vemos la instrucción en una sala de clases como un
complemento útil para el discipulado personal, no como reemplazo de éste.

La mayor parte de las iglesias locales del Nuevo Testamento probablemente


no tenían acceso a enseñanzas en salas de clases. Para que pequeñas iglesias
en casa pudiesen duplicarse, tenían que ser capaces de levantar un nuevo
liderazgo de en medio de sus propias filas.

Nos gusta la idea de depender principalmente del discipulado personal para


preparar líderes, además de clases disponibles para ayudar a los estudiantes
motivados a agregar rápidamente a sus objetivos, el conocimiento de la
Biblia, teoría del ministerio y teología.

De nuevo, no estamos diciendo que los seminarios son dañinos o erróneos.


La mayor parte de nuestros líderes de punta son graduados de seminarios, y
la erudición que obtenemos de un seminario puede fortalecer en gran medida
la enseñanza en cualquier iglesia. De hecho, nuestra iglesia acoge una
extensión de un campus de un importante seminario. Tiene sentido enviar
personas claves al seminario, para que puedan obtener el conocimiento y lo
traigan de vuelta a la iglesia. Sin embargo, para la mayoría de los líderes en
la iglesia, el discipulado personal (posiblemente complementado
periódicamente por clases de la iglesia) es totalmente suficiente, de hecho,
es una forma de entrenamiento de alta calidad.

Discipulado y movimientos

El discipulado y los movimientos de plantación de iglesia están íntimamente


conectados. El discipulado es un medio para el desarrollo de liderazgo que
permite la multiplicación, ya que no requiere de la formación de líderes a
través de una plataforma central como un seminario o instituto bíblico.
Cuando la mayoría de la gente en una iglesia local se interesa en discipular a
otros, se acelera el crecimiento espiritual. La gente se motiva a alcanzar a
otros a través del evangelismo. Los miembros desarrollan la competencia
necesaria para el liderazgo efectivo. El hecho que una iglesia local use una
estructura como las iglesias en casa es irrelevante (aunque se necesita algún
tipo de estructura para grupo pequeño). El punto es que la gente está
formando relaciones redentoras y Dios está cambiando vidas a través del
poder del amor y su palabra.

Tal como la clave para los movimientos de plantación de iglesia es que las
iglesias se dupliquen, la clave para la duplicación de la iglesia es que los
individuos se dupliquen. Y la duplicación individual es el proceso de
discipulado personal. Por esta razón, antes de que cualquier movimiento de
plantación de iglesia aparezca, el discipulado debe precederlo.

Aún en las iglesias más comprometidas con las formas tradicionales de


crecimiento, el buen discipulado realzará la calidad de vida de la iglesia.
Las iglesias que discipulan grandes cantidades de miembros no tienen
escasez de voluntarios para el ministerio. Tales iglesias retienen más a la
gente nueva y el nivel de compromiso es más alto. En pocas palabras,
cuando la gente en la iglesia está creciendo espiritualmente, todos son
felices. Y nada es mejor para el crecimiento espiritual que el discipulado
personal.

Después del Nuevo Testamento

En los años posteriores a la redacción del Nuevo Testamento, la idea del


discipulado personal fue opacándose. Durante estos siglos los líderes de la
iglesia comenzaron a enfatizar que el clero tenía una posición más alta, que
tenía prerrogativas especiales para liderar la iglesia e incluso servir como
mediadores entre los miembros y Dios. Este cambio aparentemente comenzó
en parte por un esfuerzo bien intencionado para detener la creciente marea
de falsas enseñanzas que amenazaban a la iglesia durante este período.

Pero a medida que el tiempo pasó, la autoridad del clero llegó a extremos
inimaginables, finalmente reservándose el derecho a leer e interpretar la
Biblia. Traducir la Biblia a cualquier idioma llegó a ser ilegal. Cuando los
líderes de la iglesia excluyeron a los laicos de leer y aprender la Biblia,
destrozaron la base para el discipulado personal. [9]

La distinción clero-laico quitó el discipulado personal de las manos de los


cristianos comunes. Desde el momento en que a los cristianos comunes se les
excluyó de las principales áreas de ministerio en la iglesia, el discipulado
personal perdió significado, y de hecho fue olvidado, para la mayoría de los
cristianos. La idea de que alguien podría ayudar a convertir un cristiano
normal como Timoteo en un poderoso líder para Dios, fue reemplazada por
la idea de que la jerarquía de la iglesia crea sacerdotes a través de sus
instalaciones de entrenamiento y el ritual de la ordenación.
La Reforma hizo muy poco por cambiar el pensamiento de la iglesia en esta
área. Ellos continuaron avanzando, en la práctica, aunque no en la teoría, la
idea del clero como completamente diferenciado de la gente laica. [10] Los
sacerdotes aprendían las lenguas y leían los manuscritos de los padres de la
iglesia y las Escrituras durante un riguroso largo proceso de educación. Los
laicos no eran entrenados para enseñar la Biblia o para hacer algún otro
ministerio significativo, como consejería o liderar grupos.

Ciertos movimientos durante el pasado milenio han recurrido al discipulado


personal como su método clave de ministerio. Estos conducen a estudios
interesantes, ya que varios de ellos experimentaron resultados notables. Pero
la tendencia fue a volver a enfoques tradicionales y occidentales de
entrenamiento del liderazgo, o bien, fueron aniquilados por la persecución.
[11]

Desde el siglo XX al presente

Luego, en el siglo veinte, el discipulado reapareció con considerable vigor.


Dawson Trotman fue un vocero importante que trajo la idea del discipulado
personal a la atención del mundo cristiano. Él fue el fundador de Navigators
(Los Navegantes), un ministerio basado principalmente en el discipulado
personal que ha gozado de inmenso éxito en el mundo entero. Pero
Navigators (Los Navegantes) se ven a sí mismos como una organización
paraeclesiástica y, por lo tanto, no se han involucrado en plantación de
iglesia en Estados Unidos de América. Trotman y aquellos que él influenció
han tenido un amplio impacto en otros grupos también. El líder de Cruzada
para Cristo Bill Bright adoptó una forma de discipulado bajo la influencia de
Trotman y de Henrietta Mears. Pero nuevamente Cruzada para Cristo tomó
una posición como grupo paraeclesiástico más que como grupo de plantación
de iglesia. De forma similar, a Trotman se le atribuye influenciar a Billy
Graham para introducir un tipo simple de discipulado en sus cruzadas. Una
vez más, la organización de Graham se ve a sí misma apoyando iglesias
existentes más que plantando iglesias. Aunque ninguna de estas
organizaciones se ha involucrado en plantación de iglesias, ellas han tenido
un impacto increíble en el cristianismo occidental.
Los libros fomentando la idea de hacer discípulos han recibido una amplia
lectura en los últimos años. En los años 60 el autor Robert Coleman escribió
un libro muy influyente, El Plan Maestro del Evangelismo , en el que
proponía una vuelta al patrón de discipulado bíblico. [12] Numerosos otros
líderes evangélicos promovían argumentos similares incluyendo a Howard
Hendricks, Walter Hendrickson, Leroy Eims, Waylon Moore, Bill Hull, Greg
Ogden y otros. [13]
Pero el discipulado ha tenido reveses. También en el siglo pasado. En los
años 70 la idea de hacer discípulos fue desacreditada por el así llamado
“movimiento de pastoreo” en Estados Unidos de América. Este movimiento
fomentaba una teoría de discipulado errónea más hipercontroladora que
facilitadora. Ellos pensaban que aprender a obedecer a una autoridad
humana era una buena manera de aprender cómo obedecer a Dios. En este
movimiento, se animaba a tu discipulador o “pastor” a supervisar casi todo,
incluyendo tus finanzas, elección de citas, y cualquier otra decisión
significativa en tu vida.

Como era de esperar, el movimiento se volvió crecientemente autoritario y


controlador. Al final, la iglesia y la prensa forzaron al movimiento a
desparecer. Pero toda la experiencia en sí dejó una persistente desconfianza
relacionada con la idea del discipulado. Aún hoy, algunos líderes de iglesias
ven al discipulado asociado a una secta, principalmente por el mal fruto
nacido de este movimiento.

Durante todo el siglo veinte, el discipulado ha sido adoptado más


ampliamente en círculos de misiones que en la iglesia occidental.
Numerosos campos alrededor del mundo practican el hacer discípulos como
la forma principal de entrenar al liderazgo en la iglesia local. En parte
debido a la falta de seminarios disponibles y en parte por un deseo de imitar
a la iglesia primitiva, varios campos en América Latina, África y Asia
sistemáticamente se dedican al discipulado personal y a la plantación de
iglesia por multiplicación. Como resultado, los expertos en misiones se han
percatado de varios movimientos sorprendentemente vigorosos alrededor
del mundo hoy en día. [14]
Sin embargo, la mayoría de las iglesias occidentales nunca retornaron
completamente al patrón de discipulado personal del Nuevo Testamento.
George Barna registra el triste hecho de que la iglesia en Estados Unidos de
América habla un montón acerca de discipulado, pero a menudo no lo
practica. [15] El resultado de esta omisión es que los cristianos que asisten a
la iglesia hoy en día, a menudo manifiestan un compromiso superficial,
ignorancia bíblica, e incapacidad para hacer ministerio cristiano avanzado.

Aun cuando el concepto de ministerio laico ha crecido en popularidad en la


iglesia moderna, sin desarrollar el discipulado se encuentra en problemas.
¿Cómo se puede confiar en que los laicos hagan un trabajo de tipo complejo
en el ministerio si están casi completamente sin preparación? Muchas
iglesias tratan de ofrecer clases de entrenamiento, pero éstas no pueden
lograr mucho en términos de cambio de carácter y dominio de habilidades
ministeriales superiores durante sus cursos de cinco o diez semanas.

En los últimos años, vemos señales de un aumento del discipulado en las


iglesias evangélicas occidentales como nunca antes. En un reciente estudio,
George Barna pidió a pastores principales que nombraran sus prioridades
principales en el ministerio. Él reporta, “Las prioridades más frecuentemente
mencionadas fueron discipulado y desarrollo espiritual (47%); evangelismo
y cruzadas (46%); predicación (35%)”. Estas prioridades como adoración y
cuidado pastoral, fueron fácilmente superiores en encuestas anteriores. [16] La
iglesia occidental en su conjunto puede estar incorporando el discipulado
personal como su filosofía de ministerio, pero todavía tiene problemas para
practicarlo.

Algunas iglesias y cristianos individuales practican fielmente el discipulado,


como Barna lo documenta. [17] De hecho, una cantidad creciente de iglesias
han establecido el discipulado como el centro de su ministerio. El modelo
celular, que ha prendido en muchas iglesias estadounidenses, requiere que
cada líder de grupo prepare a un líder ayudante para plantar una nueva
célula. Iglesias famosas como Willow Creek, Redeemer Church, y
Saddleback han dado mayor atención a sus grupos pequeños como un
impulso misionero de la iglesia, y ellos están firmemente dirigiendo la
atención de sus miembros hacia el discipulado personal.
Ya sea que tu iglesia incorpore o no el discipulado como la forma principal
de entrenar a los cristianos, cualquiera puede embarcarse en un proyecto de
hacer discípulos. En este estudio esperamos entregar un modelo e ideas
prácticas para el discipulado, que puede incluso mover a principiantes a
comenzar una vida fructífera de hacer discípulos

CAPÍTULO 2

Reseña del Discipulado

A NTES DE SUGERIR ideas prácticas en diferentes áreas del proceso de


discipulado, nos gustaría compartir una reseña de lo que significa el
discipulado. Nuestro entendimiento se basa en lo que vemos en las
Escrituras y en nuestra experiencia en Xenos Christian Fellowship
(Comunidad Cristiana Xenos), una iglesia local que creció espontáneamente
a comienzos de 1970, durante el Movimiento Jesús. Casi desde el comienzo
de nuestra existencia, el discipulado personal ha estado en el centro de
nuestra filosofía y práctica en el ministerio. Durante la primera década,
Xenos no tenía personal pagado. Todos los ministerios en la iglesia eran
realizados por líderes voluntarios que fueron levantados a través del
discipulado personal. Al aumentar el número de personas, contratamos
personal, pero nunca hemos perdido la ética del liderazgo voluntario y el
discipulado personal. A pesar de una devastadora división a comienzos de
los 90s que nos hizo retroceder diez años, Xenos ha crecido hoy a una
asistencia promedio de 5000.

El discipulado personal es ampliamente practicado en Xenos. Todos los


líderes contratados tienen varios discípulos en todo momento. Pero, además,
los líderes voluntarios no son reconocidos hasta que ya están practicando el
hacer discípulos. Con alrededor de 300 iglesias en casa de estudiantes y
adultos, la mayoría liderados por un equipo de tres a seis líderes, la iglesia
tiene sobre 700 líderes reconocidos y alrededor de 900 miembros de
“equipos de siervos” involucrados en hacer discípulos. En toda la iglesia, la
mayoría de la gente está siendo discipulada, discipulando a otros, o ambos.
Xenos es diferente en otro sentido: la iglesia se enfoca deliberadamente en
la parte más anticristiana de nuestra comunidad. Mientras los expertos en
crecimiento de iglesias han determinado que más del 85% del crecimiento
de iglesia en Estados Unidos de América es el resultado de la transferencia
de miembros de otras iglesias evangélicas, los miembros de Xenos son
exactamente lo opuesto: el 82% de nuestra gente no había pertenecido a
ninguna iglesia al momento que vinieron a Xenos. El 65% de todos los
asistentes a Xenos se describen a sí mismos como no cristianos cuando
llegaron. [18]

El alto porcentaje de convertidos significa que nuestras premisas acerca del


discipulado pueden ser diferentes en cierto modo de la mayoría de las
iglesias. Por ejemplo, Greg Ogden sugiere que los líderes comiencen el
discipulado con los miembros más maduros de la iglesia, y que ellos usen un
pacto de discipulado. [19] Estas son buenas sugerencias para las iglesias
establecidas donde están introduciendo el discipulado por primera vez. Pero
esa gente fue discipulada hace mucho tiempo en Xenos. Hoy estamos usando
relaciones de uno a uno o de uno a dos para ayudar a la gente que acaba de
venir a Cristo y necesita ayuda para empezar en el nivel más rudimentario.
Esta diferencia, como otras, demuestra por qué cada comunidad eclesiástica
debe desarrollar enfoques para discipular que encajen con su contexto. Si tu
experiencia o situación es diferente de la nuestra, tendrás que adaptar
nuestro material a tu situación.

En Xenos cada iglesia en casa busca duplicarse dentro de uno a cuatro años,
dependiendo del tipo de grupo. Para tener éxito, la iglesia en casa debe
levantar un nuevo equipo de líderes y doblar el tamaño del grupo. Los
líderes que saben que tienen que tener rápidamente nuevos líderes listos
están altamente motivados a destacar en su trabajo de discipulado personal.

Este es nuestro ambiente de ministerio. Estamos emocionados por lo que


Dios está haciendo aquí, y queremos compartir algunas de las conclusiones
que componen la visión de discipulado de Xenos, no porque creamos que
estas conclusiones sean las únicas válidas, sino porque afectan algunos de
nuestros argumentos en capítulos posteriores. También creemos que los
líderes cristianos de hoy están interesados en modelos que verdaderamente
hayan funcionado en un ambiente occidental urbano. Estamos conscientes de
que otras iglesias tienen enfoques diferentes para el discipulado que pueden
ser tan válidos como los nuestros. [20]

Creatividad y discipulado

Hacer discípulos es un proceso intensamente creativo, y Dios puede usar


todo tipo de gente para la tarea. El discipulado orgánico es discipulado
creativo. En los estilos orgánicos de ministerio, las listas de procedimientos
están fuera del objetivo. Vemos al discipulador como uno que toma los
conceptos y las situaciones existentes y las combina creativamente en nuevas
formas cambiantes para edificar a los creyentes. Ningún discípulo es igual a
otro y ningún discipulador es igual a otro. Por lo tanto, cualquier intento por
describir la “correcta” forma de hacer discípulos no tiene sentido. Porque el
discipulado es creativo, no ofreceremos un programa o plan de lecciones en
este libro (aunque en los apéndices ofrecemos unas pocas guías de estudio
que podrían ayudar). En vez de un temario, ofrecemos metas y ejemplos que
debieran estimular tu creatividad. Al leer nuestras experiencias e ideas, ora
pidiendo que Dios te ilumine con ideas nuevas que puedas usar en tu
situación. Tus ideas pueden ser bastante diferentes de las que sugerimos.

Aunque hacer discípulos es un proceso creativo, algunos principios son


universales. Trata de escoger aquellas partes de nuestro recuento que se
aplican en la mayoría o todas las situaciones, de las otras partes que podrían
ser cambiadas para encajar con el medio ambiente de tu ministerio.

¿Cuáles son nuestras metas cuando discipulamos?

La mejor forma de pensar acerca del proceso de hacer discípulos es


considerar qué quieres ver tú en la gente bien discipulada. Luego puedes
pensar y determinar qué será necesario para alcanzar esas metas.

Una de las metas principales del discipulado es proveer al cuerpo de Cristo


líderes y modelos a seguir que puedan enseñar a otros y liderar estudios
bíblicos, equipos ministeriales o grupos hogareños. Definitivamente
quisiéramos que nuestros discípulos alcanzaran un punto donde ellos puedan
levantar discípulos y eso implica un nivel de madurez suficiente para
enseñar y modelar la verdadera vida y ministerio cristianos.

Si tenemos cualquier crítica acerca de la literatura popular de discipulado


durante las últimas décadas, sería esta: las sugerencias son sólidas y
necesarias, pero a menudo no llegan lejos. Los temas de muchos libros
populares de discipulado se centran más en los conocimientos básicos de los
nuevos creyentes, que en levantar nuevos líderes. Estamos de acuerdo con
Thomas Graham:
La iglesia evangélica pone tensión en el tema del discipulado. El
enfoque está en ser un cristiano que se autoalimente, que viva una
vida santa, que tenga una vida eficaz de oración y que comparta su
fe. Pero a menudo se pasa por alto discipular gente para que lleguen
a ser líderes maduros en el ministerio. [21]

Para alcanzar el punto donde tus discípulos puedan liderar para Dios,
requiere considerablemente más progreso en varias áreas claves. Pero los
resultados de dicho trabajo bien hecho son emocionantes y probablemente
durarán toda la vida. Recuerda: incluso levantar solo un discípulo es igual a
toda tu vida de servicio a Dios, porque ahora en vez de ser solo tú, ¡son dos!

Hemos condensado una lista sugerida de metas de discipulado en nueve


áreas de crecimiento en el Apéndice 1. Al leer esa descripción, piensa si
sientes que nuestra descripción es muy minuciosa o si nos estamos saltando
factores importantes.

Para resumir, nuestras metas para el discipulado incluyen un cambio radical


en:

Carácter (tener un buen caminar personal con Dios, ser una persona
que ama y tiene buenas relaciones, incluyendo una familia si se
aplica, cambiar el egoísmo por el centrarse en los demás, libertad
del pecado que desacredita, manifestar el fruto del Espíritu, una
vida emocional relativamente estable, etc.).

Entendimiento (una cosmovisión cristiana totalmente desarrollada,


buena teología, conocimiento de la Biblia, y la habilidad para usar
la Biblia en el ministerio, sabiduría, discernimiento, rechazo a la
falsa enseñanza, etc.).

Capacidad de ministerio (habilidad para ministrar eficazmente en


evangelismo, pastorear a otros, discipulado personal, enseñar o
moderar un debate, etc. El crecimiento espiritual nunca está
completo cuando nos beneficia solo a nosotros. Fuimos creados para
dar amor a través de nuestro servicio a los demás).

Juntos, todos estos constituyen a una persona que está “completa en él”,
como Pablo lo dice (Col. 1:28). Muchos de los cambios que buscamos serán
difíciles e involucrarán muchos meses de lucha.

¿Parece intimidante ayudar a un nuevo creyente a ir de la inmadurez y de


estar centrado en sí mismo a una completa madurez? ¡Debería! En verdad,
probablemente nunca veamos un logro completo de incluso la limitada lista
que incluimos en el Apéndice 1 en la vida de cualquiera de nuestros
discípulos. Pero estamos buscando un avance relativo, no perfección
(¿Cuántos de nosotros podemos decir que aún nosotros, como
discipuladores, hemos crecido hasta el punto descrito en cada área?). A
medida que continuemos creciendo y transmitamos pacientemente lo que
conocemos de Dios, nuestros discípulos harán sorprendente progreso en el
curso de los años. Mientras más cerca lleguen a esta descripción ideal,
mejores discípulos serán. Sería preferible que veamos algún progreso en
todas estas áreas que gran progreso en alguna, o ningún progreso en otras.
Que falte cualquiera de estas áreas podría provocar un cortocircuito en el
proceso de discipulado.

Dios es sorprendentemente misericordioso, y él hace un trabajo que parece


imposible que ocurra, más frecuente de lo que esperamos. Por otro lado, la
pura magnitud de los cambios involucrados sugiere que probablemente
debiéramos trabajar con más de un discípulo a la vez. Algunos discípulos
van a encontrar este camino demasiado largo y se rinden. Pero, si perdemos
un discípulo, aún podríamos ayudar a que otros sean formados.

¿Y acerca del discipulado corporativo?


Varios autores y líderes recientemente han argumentado que el concepto de
discipulado individual no es bíblico. Ellos señalan que la mayoría que
promueve el discipulado personal basan sus enseñanzas en el ministerio de
Jesús, que ocurrió antes de que se formara el cuerpo de Cristo. Ellos
argumentan que Jesús discipuló a sus hombres él mismo porque no tenía otra
opción. Igualmente ellos denuncian los abusos que ocurren en grupos como
el movimiento de pastoreo, para mostrar que en el momento en que la gente
empieza a ver a los otros como sus discípulos, probablemente le sigan la
posesividad y el abuso.

En su lugar, ellos argumentan que todos somos discípulos de Jesús, no de


otra persona. También dicen que el cuerpo de Cristo puede discipular a sus
miembros en forma corporativa, a medida que los diferentes dones operan,
dando un resultado más balanceado, todo logra su centro cuando la
comunidad de Dios interactúa. Algunos han dicho que los modelos uno-a-uno
o uno-a-dos refleja un enfoque occidental e individualista a la edificación
espiritual.

Creemos que esta posición es innecesariamente estrecha. Si, el cuerpo de


Cristo debe proveer crecimiento como comunidad. Si, los discípulos pueden
beneficiarse de los diferentes dones de los miembros, recibiendo cosas que
no pueden obtener de una sola persona. Pero ¿estos datos derriban la noción
del discipulado individual? No lo creemos.

Primero, el Nuevo Testamento confirma el discipulado individual además


del ministerio de Jesús, como vimos en el Capítulo 1. Vemos, por ejemplo,
que los “discípulos” de Pablo lo bajaron en una canasta cuando estaba en
Damasco (Hechos 9:25). Más importante, vemos la función del discipulado
llevado a cabo con los grupos misioneros de Pablo y en otros lugares, que
incluye la urgencia a Timoteo de discipular a otros (2Timoteo 2:2). Pablo no
usaba el término discipulado, pero definitivamente fue mentor personal de
aquellos que desarrolló como líderes. [22]

Una clave de por qué rechazamos la visión puramente corporativa del


discipulado es una razón práctica. Considera el dicho: “El trabajo de todos
es trabajo de nadie”. Nuestros estudios muestran que iglesia tras iglesia
donde la visión corporativa de discipulado se ha impuesto sobre la idea del
discipulado individual, la gente simplemente no está siendo discipulada.
Esas mismas iglesias se quejan de que su gente es inmadura, ineficaces en el
ministerio, y están demasiado ocupados para las cosas de Dios. Cuando
estas iglesias necesitan líderes, tienen que contratarlos de otras iglesias.

Por otro lado, las iglesias que persiguen satisfactoriamente el enfoque de


reproducción por grupos células o iglesias en casa casi siempre abrazan la
idea de discipulado personal. Lo mismo es verdad en los campos misioneros
que hemos visitado en otros países. Aquellos con movimientos de plantación
de iglesias por reproducción siempre creen firmemente en el discipulado
personal. De hecho, es difícil imaginar un movimiento de reproducción de
grupos caseros sin líderes de grupos que se encarguen de ayudar a otros a
crecer para el liderazgo. Plantadores de iglesias experimentados no solo
esperan que los nuevos líderes aparecerán cuando llegue el momento, sino
que ellos adoptan las medidas positivas para levantar el liderazgo que se
necesita.

Ciertamente creemos que la gente puede crecer y madurar en un escenario


corporativo sin que nadie los vea como discípulos. Sin embargo, si más
gente lo hace mucho mejor, y más rápido, en un ambiente donde el
discipulado es confirmado y practicado. Esto es particularmente verdadero
en iglesias donde el líder enseña claramente contra versiones posesivas y
controladoras de discipulado. En nuestra iglesia la gente puede ser
discipulada por más de una persona durante diferentes momentos de su vida
cristiana, o aún al mismo tiempo, y no vemos nada errado en eso. Además,
cualquiera que reflejara una visión posesiva o exclusivista del discipulado
sería rápidamente amonestado y corregido. No hay razón para perder esta
valiosa visión del discipulado, simplemente porque cristianos inmaduros han
hecho mal uso del concepto.

Discipulado y liderazgo

No es suficiente ser un cristiano maduro. La iglesia también necesita líderes.


En un cierto nivel, cada cristiano debe ser un líder. Cada vez que
influenciamos a un amigo, estamos liderando. Y cada cristiano debería ser
una influencia para Dios. Si tenemos familias, se espera que lideremos en
ese rol. Así que siempre es seguro que asumamos que Dios quiere que
nuestros discípulos aprendan cómo liderar a otros. Pero ¿qué acerca de los
roles de liderazgo formal? Cuando una persona lidera un grupo, esto
representa un alto nivel de liderazgo. Normalmente, tales líderes son
reconocidos por el cuerpo de Cristo como líderes formales. Sugerimos que,
si tenemos éxito como discipuladores, al menos algunos si no la mayoría de
nuestros discípulos deberían llegar a ser líderes formales.

Hablaremos más tarde ampliamente de desarrollo del liderazgo. Por ahora,


basta decir que, si nuestros discípulos serán verdaderos líderes espirituales
más que líderes solo de nombre, ellos deberán aprender cómo servir e
influenciar a otros para Dios. También tendrán que aprender a enseñar y
dirigir debates en un grupo. Tendrán que aprender a trabajar con colegas del
ministerio en equipo, a valorar a sus grupos, a darles visión y motivación, y
aprender cómo liberar discípulos para formar nuevos grupos. Si vamos a
intentar multiplicar los discípulos como los grupos dentro de la iglesia, se
vuelve una meta urgente desarrollar líderes cualificados.

En un enfoque orgánico del desarrollo de liderazgo, asumimos que Dios


moverá a la gente hacia el liderazgo en forma natural como resultado de su
servicio de amor dentro y fuera del cuerpo de Cristo. En este enfoque, los
colegas humanos “reconocen” a alguien como líder, más que “hacer” de
alguien un líder. Cuando reconocemos líderes, estamos tratando de discernir
quién quiere Dios que lidere su iglesia. De forma segura podemos eliminar a
cualquiera que no haya desarrollado suficientemente un carácter piadoso, ya
que las Escrituras señalan el carácter piadoso como la primera prioridad
para escoger líderes. Desarrollar el verdadero carácter es también la parte
más difícil de hacer discípulos. Por lo tanto, este libro se enfocará más en el
desarrollo del carácter.

Cuando Dios escoge a una persona para el liderazgo, deberían ser evidentes
las marcas de su bendición. Dios moverá a otros a responder al testimonio
de nuestro discípulo, y ellos buscarán a nuestro discípulo para que les guíe y
les enseñe. Señales como éstas muestran que Dios está moviendo a nuestro
discípulo hacia el liderazgo. Vemos que Pablo dice que los siervos deberían
“ser probados primero, y luego, si no hay nada en contra de ellos, que sirvan
como diáconos” (el término diácono significa un ministro o siervo,
1Timoteo 3:10). Esto sugiere que Pablo quería ver evidencia de que Dios
estaba usando a la persona y que podía manejar los rigores del ministerio
antes de reconocerlo como líder.

Discipulado versus rudimentos

Dar los rudimentos a los nuevos cristianos significa darles una orientación
básica de la vida cristiana, incluyendo cómo acceder a su propio alimento
espiritual en la Palabra de Dios. Cuando las personas conocen a Cristo
nuestra primera preocupación es verlos “plantados y edificados en él”, como
Pablo lo pone (Colosenses 2:7). Pero ¿es esto todo lo que esperamos ver en
el discipulado?

Si aceptamos las metas del discipulado como las descritas antes, nos damos
cuenta de que mucho de lo que se conoce como discipulado hoy es
relativamente de bajo nivel. Un proceso de discipulado que dé como
resultado que la gente aprenda cómo leer y memorizar las Escrituras, orar, y
testificar, es un buen comienzo. Pero necesitamos profundizar mucho más si
planeamos desarrollar líderes y modelos de roles en la iglesia a quienes se
les pueda confiar el cuidado de grupos de personas.

Sugerimos que nuestro primer año con los discípulos (si ellos acaban de
conocer a Cristo) estará enfocado en darles los rudimentos de la fe. Pero
también sugerimos que necesitamos un año o más adicional para desarrollar
un carácter maduro y capacidad superior para el ministerio, para que puedan
ser líderes. En una iglesia con grupos hogareños que se multiplican rápido,
podemos buscar este desarrollo después de que la persona ya esté liderando
un grupo. Pero a menos que veamos a los creyentes desarrollar “toda la
medida de la plenitud de Cristo”, ellos seguirán siendo “niños, zarandeados
por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza”
(Efesios 4:13-14).

CAPÍTULO 3

Comienzo
P ARA COMENZAR el proceso de discipulado necesitamos dos cosas: un
discipulador y un discípulo. En este capítulo consideraremos quién está
cualificado para discipular y a quién tú deberías buscar para discipular.

¿Quién debería discipular a otros?

Considerando cuán difícil es la tarea del discipulado, algunos se preguntan


si sería arrogante pensar que ellos están cualificados para discipular a otros.
¿Qué criterios debería una persona cumplir para este ministerio?

Cuando miramos la Biblia, hallamos silencio en este tema. Los ejemplos que
tenemos de discipuladores son altamente cualificados (como Jesús, Timoteo,
y Pablo), pero esto no prueba que sean necesarias cualificaciones tan altas.
Los ejemplos solo nos dicen lo que fue, no lo que debería ser. Pensamos que
el silencio de la Biblia con respecto a las cualificaciones para los
discipuladores sugiere que tenemos bastante libertad en esta área. Debemos
asumir que los ancianos designados por Pablo discipularon gente en las
iglesias de Galacia (Hechos 14:23), sin embargo, estos hombres habrían
sido reconocidos como ancianos solo semanas después de conocer a Cristo.
Claramente, sería muy bueno que el discipulador hubiese avanzado más que
el discípulo, pero aún esto está abierto a discusión. Hemos visto compañeros
espirituales discipularse unos a otros, como “hierro se aguza con hierro”
(Proverbios 27:17).

La mayoría de las veces nos gustaría que un discipulador fuera un cristiano


que hubiese avanzado significativamente en su caminar. Generalmente, nos
sentimos incómodos cuando cristianos muy nuevos intentan discipular. Pero
hemos visto cristianos de solo meses o de un año en el Señor hacer un buen
trabajo con creyentes nuevos, en especial, si ellos tienen buen entrenamiento.
De hecho, tener un discípulo es una gran motivación para crecer. Nos gusta
ver a creyentes tomar un discípulo tan pronto como pueden, porque sabemos
que tanto el discípulo como el discipulador, probablemente, mejorarán como
resultado. Sin embargo, los creyentes que no han superado problemas
flagrantes en sus propias vidas (como inmoralidad sexual o uso de drogas)
deberían buscar ser discipulados antes de tratar de discipular a otros.
Dennis : La mayoría de la gente no tenía idea cuán inmaduro era yo cuando
tuve mi primer discípulo. Como cristiano de un año en el Señor, mi nivel de
conocimiento era extremadamente bajo. Aún no había cortado completamente
con algunos malos hábitos de pecado que habían controlado mi vida como no
cristiano. Aunque yo estaba avanzando espiritualmente, tenía recaídas
periódicas en el uso de drogas y sesiones de toqueteo extremo con mi novia.
Mi vida de oración era anémica. No tenía hábito regular de pasar tiempo
leyendo la palabra de Dios.

Pero desde el tiempo que obtuve un discípulo en adelante, mi


comportamiento y espiritualidad mejoraron rápida y dramáticamente. Me di
cuenta de que no podía permitirme ser indulgente con la carne, y mi nuevo
compañero cristiano me ayudó al rendirle cuentas de mis actos. De hecho, él
era tan espiritualmente receptivo que muy rápido me di cuenta de que
necesitaba ponerme mucho más serio con Dios o pronto él prescindiría de
mí. Dentro de seis meses, mi vida era irreconocible comparada con lo que
era cuando comencé a discipular. Hoy, me avergüenza admitir algunas de las
payasadas en las que me involucré en ese tiempo. Pero, estoy muy contento
de que nadie me dijera que no estaba cualificado para discipular.

Diversos factores pueden cambiar nuestros juicios respecto de quién debe


discipular. Primero, si tu grupo tiene una cantidad grande de cristianos que
necesitan ser discipulados, eso debería abrirte a la posibilidad de que los
nuevos discipulen. Segundo, la mejor opción para que los cristianos nuevos
discipulen es a alguien de su mismo sexo que ellos hayan guiado a Cristo.
Pablo menciona el concepto de paternidad espiritual: “De hecho, aunque
tuvieran ustedes miles de tutores en Cristo, padres sí que no tienen muchos,
porque mediante el evangelio yo fui el padre que los engendró en Cristo
Jesús” (1Corintios 4:15). Difícilmente esperaríamos que nuestros padres
naturales dejaran a sus hijos pequeños tirados por ahí, asumiendo que
alguien cuidaría de ellos. Nos gusta ver a los creyentes dar el paso de
discipular a aquellos que guían a Cristo naturalmente, si ellos están en
condiciones de hacerlo. Si dudamos de la habilidad de un cristiano nuevo
para discipular efectivamente, a menudo es posible apoyarle paralelamente
en un acuerdo de discipulado de tres vías que luego veremos.
El trabajo de discipulado es silencioso, lento y a menudo una labor ingrata.
Sería mejor ver a los cristianos nuevos haciendo este tipo de trabajo que
enseñando públicamente, predicando o liderando. Los roles del ministerio
público son atractivos no solo porque logran un montón, sino porque también
pueden ser acarreados hacia la auto glorificación a través de ese rol. No así
con el discipulado.

Forjar una amistad y tratar de influenciar e instruir a otro dentro de esa


amistad es exactamente el tipo de ministerio que mejor se adapta a los
cristianos nuevos (aunque nuestros líderes más experimentados también
debieran discipular, porque son un ejemplo para la iglesia, además de ser
generalmente más efectivos). A través del discipulado, los cristianos nuevos
pueden aprender todas las habilidades que se necesitan en los principales
ministerios más públicos, pero sin el aplauso público que plantea tanta
tentación para el inmaduro. Al mismo tiempo, encontramos que los que
tienen éxito en el discipulado son los mejores candidatos para el ministerio
público más tarde.

Cuando los cristianos jóvenes tratan de discipular, tienen mayores


probabilidades de tener éxito si es que a su vez están recibiendo
entrenamiento de un discipulador más experimentado, mayor. Si tienes éxito
en el discipulado, tus discípulos se relacionarán con otros a los cuales ellos
puedan discipular; porque parte del discipulado es ayudarlos con sus
propios discípulos. Debieras permanecer junto a ellos durante este proceso
por un buen período de tiempo. Consideraremos el entrenamiento en un
capítulo más tarde.

Algunos cristianos se sienten inadecuados para discipular porque nadie


nunca los discipuló a ellos. Esto es un error. Muchos de nosotros
(incluyendo a Dennis) nunca fuimos formalmente discipulados y hemos sido
capaces de hacerlo bastante bien. La diferencia entre creyentes que fueron
discipulados y aquellos que no, es a menudo cuánto tiempo tardaron en
madurar. Aquellos de nosotros que no nos beneficiamos del discipulado
podemos haber crecido mucho más lento de lo que hubiera sido si nos
hubiera ayudado un buen discipulador. Pero nuestro crecimiento es tan
válido como el de cualquiera.
Entonces, concluimos que la vasta mayoría de creyentes en un cuerpo local
está cualificada para discipular. Por supuesto, aquellos que son más maduros
y experimentados podrían hacer un mejor trabajo que el inexperto, pero para
un cristiano nuevo recibir ayuda de un discipulador menos experimentado es
mucho mejor que no recibir ninguna ayuda.

¿A quién deberíamos conseguir para el discipulado?

Quizás ninguna pregunta es más importante que a quién decidimos discipular.


Un ministerio de discipulado involucra invertir cientos de horas
posiblemente por varios años. La experiencia muestra que podrías terminar
invirtiendo mucho tiempo y esfuerzo para no lograr ningún efecto si la
persona que escogiste no está dispuesta. La mayoría de nosotros que
practicamos el discipulado hemos tenido la experiencia de un doloroso
fracaso cuando eventualmente nos vemos forzados a admitir que, ninguna
cantidad de amor y esfuerzo moverán a una persona que en esencia no está
dispuesta más allá del nivel más rudimentario. Algunos discípulos de hecho
se apartan de Dios en favor de una vida de pecado.
Nunca puedes eliminar el riesgo de que tus esfuerzos terminen en fracaso.
Pero tú puedes minimizar el riesgo si eres cuidadoso al ver con quién te
comprometes en primer lugar. Algunos cristianos se preocupan por la idea
de la selectividad en el ministerio. ¿Es esto parcialidad?

Nunca podríamos justificar ser selectivos acerca de a quién le testificamos.


De la misma manera, deberíamos estar dispuestos a dar ayuda pastoral
general y amistad a todos los miembros del cuerpo de Cristo. Pero cuando se
trata de un compromiso como el discipulado, la selección es esencial por
más de una razón. El motivo más obvio es la mayordomía: no quieres
invertir horas y horas de tu limitado tiempo y energía en una causa perdida.
Pero otra persuasiva razón es que la iglesia necesita líderes maduros y
modelos a seguir, y no puedes justificar perder años haciendo un trabajo
inútil cuando las vidas espirituales de otras personas están en juego.
También tenemos los ejemplos de Jesús y Pablo quienes seleccionaban los
discípulos del montón que les seguía. Finalmente, el discípulo que tú
selecciones mal probablemente sufrirá también innecesariamente. Nadie es
feliz cuando un discipulado fracasa, incluyendo al discípulo fracasado.
Al tratar de discernir a quién discipular, tú deberías orar por un período de
semanas o incluso meses antes de comprometerte a una reunión semanal con
alguien. Pide al Señor que te revele su voluntad en esta decisión altamente
estratégica, ya que una vez que comienzas a reunirte con una persona,
probablemente se te hará difícil parar. Y si cambias de idea y terminas el
discipulado, parte de la amistad puede resultar dañada con sentimientos
heridos.

Si estás temeroso acerca de tu selección, podría ser sabio comenzar un


estudio de corto plazo (cuatro a seis semanas) para ver cuán interesada está
realmente la persona. Estableciendo por adelantado que la serie de estudios
es limitada en duración, la persona no se sentirá decepcionada cuando
termine. Pero si durante ese tiempo tú estás más convencido de que la
persona sería un buen discípulo, quizás no se quejará de continuar el estudio
indefinidamente.
Prerrequisitos

El discipulado, como estamos usando el término, se refiere a un proceso


propiciador de entrenamiento que apunta a ayudar a los cristianos a alcanzar
la madurez y productividad. Esto implica que ciertas condiciones deben
estar presentes antes de entrar en una relación de discipulado.

1. Aquellos que buscamos discipular deben ser cristianos auténticos.


Esto puede parecer demasiado obvio, pero hemos visto a cristianos
tratar de usar los enfoques del discipulado con no cristianos, en la
teoría de que ellos los guiarán a Cristo y luego a la madurez. Los
resultados son generalmente pobres. Los no cristianos no pueden
entender lo que estamos haciendo porque “El que no tiene el
Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él
es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo
espiritualmente” (1Corintios 2:14). Forjar amistad con los no
cristianos es bueno, pero el discipulado debe reservarse para
aquellos con un claro testimonio y evidencia convincente de que son
cristianos.

2. Deberíamos discipular solo a aquellos que están completamente


involucrados en la comunión cristiana. Hemos tenido creyentes que
han pedido ser discipulados aun cuando ellos están solo
involucrados esporádicamente en la vida de iglesia, o ni siquiera
involucrados. Pero creemos que el discipulado es una fuente extra
de alimentación para aquellos que ya están obteniendo vida del
cuerpo de Cristo. Demasiado a menudo, los cristianos que acceden
a discipular a alguien que no ha entendido el valor de la vida del
cuerpo encuentran que sus discípulos nunca desarrollan este valor
porque sus necesidades están siendo substancialmente suplidas por
su discipulador. Si estás dando servicio a la habitación, ¿por qué ir
a un restaurante? La Biblia enseña “El ojo no puede decirle a la
mano: ‘No te necesito’ ” (1Corintios 12:21). La comunión cristiana
incluyendo compartir los dones espirituales, dar y recibir amor
cristiano, es esencial para el crecimiento espiritual saludable y, por
lo tanto, para el discipulado. Instamos a los discipuladores a
trabajar con amigos en una forma más general hasta que ellos
entiendan el valor de la comunión, incluyendo no solo las grandes
reuniones de adoración sino también el involucramiento en un grupo
hogareño donde se pueden construir las relaciones necesarias.

Al estar de acuerdo en participar en relaciones de discipulado con creyentes


ya en comunión, nos damos a nosotros y a nuestros discípulos una
oportunidad razonable de éxito.

Características para tener en cuenta

Pablo urge a Timoteo a dar su tiempo a “creyentes dignos de confianza” (2


Timoteo 2:2). Pero ¿cómo sabía él quién era digno de confianza? Cuando sea
que estás tratando de discernir cosas acerca de la gente, considera esta regla
de oro: el mejor indicador del comportamiento futuro es el comportamiento
pasado. Si tenemos acceso a información acerca del pasado de la persona,
esto debe ser cuidadosamente considerado. No estamos buscando una
persona que nunca tiene problemas. La pregunta crucial es ¿cuál fue su
respuesta cuando tuvo problemas? Una persona que se ha arrepentido de
corazón y ha admitido su falta en el pasado está mostrando algo bueno.
Cualquiera que tiene una historia de búsqueda de Dios en el pasado es
también una buena apuesta como discípulo.
Robert Coleman dice que un corazón dispuesto o leal a Cristo, es la primera
característica a buscar en un potencial discípulo. [23] Esto puede ser verdad,
pero la disposición no siempre debe ser interpretada como cumplimiento. A
veces la gente intratable hace buenos discípulos, y ellos pueden llegar a ser
líderes empresariales, capaces de hazañas que la gente complaciente es poco
probable que logre. No evitaríamos discipular a alguien simplemente porque
argumenta o parece dura de persuadir a veces. Y en el otro extremo, las
personas complacientes pueden ser muy problemáticas como discípulos.

En nuestra opinión, deberías buscar una persona que sea un hacedor .


Santiago menciona la diferencia entre oidores olvidadizos y hacedores
eficaces (Santiago 1:22,23 LBLA). Cuando vemos a cristianos nuevos
tratando de servir a Dios y a otros (ya sea que sean efectivos o no)
deberíamos marcar a esa persona como posible discípulo.

Un creyente nuevo que voluntariamente toma medidas para superar el pecado


es también un hacedor. Los cristianos que leen las Escrituras o libros
relacionados por su cuenta son hacedores. Aquellos que traen amigos no
cristianos a la comunión son hacedores. Los cristianos que dan dinero para
la obra del Señor son hacedores. En muchas áreas diferentes, pero
especialmente en áreas donde otros probablemente no lo notarán (por
ejemplo: cosas no hechas buscando atención), podemos reconocer a los
hacedores como aquellos que realmente pasan a la acción, más que
simplemente hablar de cosas espirituales.

Jesús contó una historia acerca de dos hijos a quienes su padre les pidió que
fueran a trabajar en el viñedo. Uno inmediatamente dijo que lo haría, pero
nunca fue. El otro se negó a ir, pero más tarde se sintió mal y fue a trabajar
(Mateo 21: 28-31). Analizando esta historia, Jesús hizo la pregunta
pertinente, “¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?” Eso es lo que
deberíamos preguntar también. Los cristianos nuevos que argumentan y
luchan contra la verdad, pero más tarde van y hacen lo que es correcto,
deben ser preferidos por sobre aquellos que siempre dicen lo correcto, pero
no son hacedores.

Características engañosas
Diversas características pueden ser engañosas cuando escogemos un
discípulo.
Una persona que es altamente dotada parece ser una elección natural, pero la
experiencia no dice siempre lo mismo. No se trata de evitar a la gente
talentosa. Si todos los otros factores son iguales, en verdad preferiríamos a
la persona más dotada. Pero esto es estrictamente de consideración
secundaria, mucho menos importante que los aspectos de la actitud de la que
hablamos antes.

Las personas con educación o altamente exitosas pueden también parecer


como elecciones naturales, porque pueden ser muy influyentes. Pero este
criterio realmente no tiene valor. Las personas con educación o exitosas son
justamente propensas a distraerse por las oportunidades mundanas, e
incapaces o no dispuestas a dedicarse al crecimiento espiritual y al
ministerio.

Jesús advirtió que era más fácil pasar a un camello por el ojo de una aguja,
que una persona rica entrara al cielo (Mateo 19:24). Mientras que esta
declaración no se aplica directamente al discipulado (donde estamos
escogiendo entre creyentes), el principio parece ser que la gente altamente
exitosa a menudo esta demasiado distraída, y quizás también demasiado
autosuficiente e independiente como para hacerlo bien espiritualmente.
Podrían igualmente tener problemas de orgullo. Visto de esta manera, la alta
educación, o el éxito profesional o atlético podría ser visto en realidad como
factores de riesgo. Nótese que ninguno de los discípulos de Jesús era
altamente educado o notablemente exitoso. Muchos concuerdan que el
discípulo con la mejor educación era probablemente el único proveniente de
Judea, Judas Iscariote. Por otro lado, Pablo parece haber tenido algunos
discípulos bien educados como Lucas, Apolos y Sóstenes.

Como ya lo hemos mencionado, las personalidades complacientes a veces


son vistas erróneamente como deseables para el discipulado. Mientras que
no consideraríamos como un factor de riesgo el tener una personalidad
complaciente, tampoco la consideraríamos como una característica
inherentemente positiva. Algunas personas complacientes son buenos
discípulos, mientras que otras no. Deberíamos ignorar esta característica y
enfocarnos en las características que tienen que ver con la actitud que ya
antes mencionamos.

Especialmente importante acerca de las personalidades complacientes es


que son hacedores. Si una persona complaciente es alguien que complace a
los demás (por ejemplo: siempre le dice a la gente lo que ellos quieren
escuchar) pero no es un hacedor, su complacencia se vuelve un factor de
riesgo. También nos gusta ver la iniciativa en las personalidades
complacientes. En otras palabras, ¿hace la persona complaciente solo lo que
otros sugieren? O ¿inicia esa persona creativamente por su cuenta? Nos
interesa esta pregunta ya que, si una persona complaciente solo actúa sobre
lo que otros sugieren, tal acto puede dar señal de complacer a las personas
en lugar de una espiritualidad genuina.

Las personas físicamente atractivas o con personalidad encantadora parecen


ser más influyentes en la gente en general, y también ellos tienen más éxito
para atraer a los discipuladores. Pero de igual manera que con la gente
adinerada, exitosa o altamente educada, ellos a menudo desilusionan.
Cuando ellos en verdad se convierten en buenos discípulos, esto tiene que
ver más con la actitud de sus corazones que con su apariencia o
personalidad.

La gente que sabe un montón de la Biblia o aquellos que son de trasfondos


cristianos fuertes pueden parecer como buenas elecciones, porque su
trasfondo podría ser como una ventaja. Pero esto en realidad podría ser un
factor de riesgo. A menos que su conocimiento esté acompañado de la acción
consistente de servir y testificar, podríamos estar viendo un mal hábito:
sentado estudiando todo el tiempo, pero no poniendo en práctica lo que
aprenden. Pablo advierte contra “Ese tal padece del afán enfermizo de
provocar discusiones inútiles” (1Timoteo 6:4). Algunos estudiantes de la
Biblia están más interesados en debates doctrinales triviales que en “la fe
que actúa mediante el amor” (Gálatas 5:6). No creemos que estas
características necesariamente deban ser vistas como ventajas.

Viéndolo por el lado negativo, la gente que ha tenido malos hábitos como
exceso de comida, fumar cigarrillos, pornografía, mal hablar, o aún uso
ocasional de drogas o alcoholismo son considerados por muchos como no
cualificados. Eso podría ser un error. Si tales personas continúan
perseverando en las cosas de Dios, podría valer el riesgo de invertir tiempo
y esfuerzo en ellos. Siempre es posible trabajar con ellos en esos hábitos
durante el discipulado, y esos pecados no pueden ser peores que los pecados
de omisión que a veces caracterizan más a la gente con buen
comportamiento.

Probablemente los hábitos de pecados más peligrosos y desalentadores son


los pecados sexuales (promiscuidad, tanto hetero como homosexual),
adicción al alcohol y las drogas, avaricia. Estos pecados son tan potentes en
su poder formador de hábitos y tan debilitantes para el crecimiento espiritual
de una persona, que deberíamos actuar pausadamente. Quizás podríamos
trabajar con esas personas de una forma pastoral general y dejar de lado el
discipulado hasta ver un progreso convincente.

Por último, ninguno de estos factores debe considerarse decisivos. Las


actitudes básicas del corazón son mucho más definitivas que cualquiera de
estos factores engañosos.

Dennis : En 1997 yo cambié de ministerio dentro de la iglesia. Debido a que


mi hermano se fue al campo misionero, yo dejé el ministerio de los adultos y
tomé su rol de líder como cabeza de nuestro ministerio del campus
universitario. Dentro de este nuevo grupo de personas, yo estaba ansioso por
encontrar un discípulo. Un amigo mío que trabaja como capellán de prisión
trajo a una de nuestras reuniones a un joven que acababa de ser liberado
después de varios años en prisión.

Él era un matón callejero de Chicago, que había pertenecido a la banda de


los Latin Kings. Su historia incluía sexo desenfrenado, violencia, robo con
armas, distribución de drogas y aún disparar a la gente. ¡Este chico
verdaderamente tenía algunas peculiaridades! Él era pendenciero,
presuntuoso, desconfiado, y tenía un temperamento peligrosamente malo.
Como muchos en su posición, fumaba cigarrillos, bebía demasiado, y usaba
palabrotas en cada frase que expresaba. Tenía muchas dudas y problemas
con la Biblia. Pero hablando con él, sentí que algo dentro de él me atraía. ¡Él
estaba espiritualmente hambriento!
Comencé a pasar tiempo con él, y pronto él estuvo dispuesto a tener tiempos
de lectura conmigo. Comenzamos una relación que ha durado por más de una
década. Durante esos años hemos pasado tiempo juntos cada semana además
de vernos varias veces a la semana en reuniones. Durante ese tiempo, he
luchado junto a él en un sinnúmero de áreas de su vida. También durante ese
tiempo, él ha guiado a muchas personas a Cristo, completado su educación
superior y ahora dirige una considerable red de iglesias en casa. Él completó
su master en estudios bíblicos y está decidido a vivir para Cristo. ¿La
lección? No siempre se debe juzgar por lo exterior.

El corazón hambriento

En Lucas 19 leemos que Jesús estaba entre una gran multitud y señaló a un
hombre, Zaqueo, para pasar tiempo con él. ¿Por qué Zaqueo? Él era un
criminal, un cobrador de impuestos, y un no creyente. La razón por la que
probablemente Jesús lo escogió, de entre toda la multitud, era que él era el
único ansioso de escuchar a Jesús y se subió a un árbol. Imagínate un hombre
adulto subiéndose a un árbol. ¡Esa es hambre! Y hambre espiritual debe ser
una característica “premium” cuando se trata de escoger un discípulo. Jesús
debe haber mirado por sobre la multitud y vio un hombre arriba de un árbol.
Probablemente él pensó: “Ese es mi hombre”.

Nosotros debiéramos seguir este modelo. Al igual que Jesús, debemos


ignorar las aparentes cosas negativas en la vida de una persona si muestra un
hambre espiritual auténtica. Una persona que ha manifestado hambre
consistente por las cosas de Dios es una oportunidad casi irresistible para
discipuladores experimentados.

Pasos hacia el discipulado

Si tú identificas a alguien que piensas que podría ser un buen discípulo,


¿cómo puedes entrar en una relación de discipulado más estructurada? Las
respuestas a esta pregunta son tan variadas como las personalidades
involucradas. La gente ha usado decenas de vías para el discipulado regular,
y tu creatividad y sensibilidad a la situación son tus mejores guías. Sin
embargo, se necesitan algunas cosas en la mayoría o en todos los casos:
El primer paso es entablar una amistad. Si ustedes ya son amigos, tu
mejor movida es profundizar tu amistad. Lee el siguiente capítulo
para obtener ideas de cómo entablar y profundizar amistades.
Podrías comenzar discipulando a alguien que no conoces bien,
especialmente si esa persona te pide ayuda. En tal caso, tu amistad
se va desarrollando a medida que comienzas el discipulado.

Si piensas que tu amigo está ávido por crecer espiritualmente,


puedes probablemente empezar con una reunión regular de
edificación. Podrías hacerlo de diversas maneras:

- Podrías sugerir reunirse para edificación mutua, como lo


sugerimos antes. De esta forma no parece como que estás
sugiriendo un acuerdo jerárquico.

- Puedes referirte a un estudio que hiciste en el pasado y


preguntarle a tu amigo si estaría interesado en un estudio
similar.

- Podrías usar un enfoque basado en un problema o en una


necesidad. Este acercamiento comienza cuando tu amigo
comenta un problema o necesidad durante las conversaciones
regulares. Por ejemplo, tu amigo podría compartir una
preocupación en su matrimonio. Tú podrías señalar que
escuchaste que cierto libro ha sido útil para otras parejas con
el mismo problema. ¿Estaría interesado en leerlo juntos? O
menciona que desea tener más confianza al compartir de su fe,
que sus amigos le han hecho preguntas que no pudo contestar.
Entonces puedes señalarle que conoces un libro que te sirvió en
esa misma área. En lugar de solo sugerirle que lo lea por su
cuenta, sugiérele leerlo juntos, o pregúntale si estaría
interesado en revisar algunos pasajes de la Biblia que podrían
ayudar.

- A algunas personas les gusta un enfoque directo. En este


acercamiento, tú le explicas lo que es discipulado personal.
Luego preguntas si estaría interesado en embarcarse en un
proyecto así contigo. Este es bueno para creyentes
establecidos. Te da la posibilidad de explicar algunas
condiciones que tú quieres que el proyecto tenga; nivel de
involucramiento, el esfuerzo que tú esperas que él haga, etc.

Independientemente de cómo tú propones la idea, una vez que


ustedes estudian y oran juntos varias veces, tu amigo probablemente
se sentirá satisfecho con la experiencia. La mayoría de la gente
encuentra que Dios usa estos estudios, tiempos de oración y de
compartir para edificarlos, y ellos en forma natural desean más.

Mientras la amistad crece, tú puedes aumentar poderosamente la


motivación de tu amigo desarrollando y compartiendo una fuerte
visión para él.

Desarrollando la visión

Cuando nuestros discípulos captan una visión para su futuro como siervos y
aún como líderes para Dios, ellos se motivan mucho más en su servicio. Los
discípulos tienen que ver hacia dónde va el proceso antes de que ellos den
todo de sí mismos al crecimiento y al ministerio. Como un discipulador,
puedes impartir este sentido de visión a tu discípulo.

En este contexto, visión se refiere a un cuadro de lo que tu discípulo podría


llegar a ser: cómo podría mejorar su vida llegando a ser todo lo que Dios
tiene en mente para él. La gente operando con visión supera a aquellos
operando puramente en una motivación de tarea. [24] En lugar de hacer lo que
siente que debieran o deben hacer, ellos comienzan haciendo lo que quieren
hacer, y con mucha más energía. Cuando la gente tiene un fuerte sentido de
visión para su futuro, ellos no toman en cuenta el sufrimiento o sacrificio
personal necesarios para alcanzar sus metas. En vez de ir como paseando
hacia la meta, ellos comienzan a correr tan rápido como pueden.

Jessica : Laura se convirtió en cristiana, y aunque era tímida, ella comenzó a


invitar a sus amigos no cristianos a la iglesia directamente. Pero cuando
ninguno de sus amigos respondió a Cristo, ella se acobardó y dejó de tratar
de ministrar a otros. Aun cuando yo trataba de animarla, ella parecía
inmovilizada. Como su discipuladora, esto me preocupaba un montón. Me
pasé dos semanas orando que Dios me diera una visión para ella.

Yo sabía que Laura quería ser misionera algún día y que tenía un corazón por
el mundo. El problema era que ella no veía la conexión entre su futura
aspiración y sus actividades ministeriales del presente.
Traté de motivarla en varias ocasiones sin mucho éxito. Finalmente, después
de orar de nuevo por ella, me dirigí a ella de una manera seria. Le mencioné
su deseo de ser misionera y aseveré lo bueno que era ese deseo. “El único
problema es que nunca llegarás allí si no comienzas a hacer ministerio aquí”
le dije. “Si una agencia misionera me pide referencias tuyas, les aconsejaré
que no te envíen al campo. El mejor indicador de un futuro comportamiento
es el comportamiento pasado”.

Esto fue como una sacudida para Laura, porque casi nunca yo la confrontaba.
Hablamos un poco más acerca de su pasividad, la cual podría estar
bloqueando su sueño de ser misionera. Estas habilidades serían más fáciles
de aprender aquí donde el ministerio es más fácil. Si ella era incapaz de
tener éxito aquí, no había razones para pensar que ella pudiera tener éxito en
un ministerio transcultural. “Si aprendes cómo hacer amigos y edificar a la
gente en su fe, probablemente tú terminarás liderando un grupo, como yo.
Cuando puedas duplicar tu estudio bíblico, tú serás una plantadora de
iglesia. Y una plantadora de iglesia es el candidato perfecto para el campo
misionero”.

En los dos años siguientes a esta conversación, Laura ha llegado a ser una
persona diferente. Con quieta determinación, ella comenzó a tratar de
construir su propio ministerio con un nuevo vigor. Hoy, ella es una líder en
su propia iglesia en casa. Ella está trabajando actualmente con tres
discípulos, quienes a su vez tienen sus propios discípulos. Ella ha tenido
éxito en evangelismo y ha llegado a ser una buena maestra bíblica. Ella
pronto debería llegar a ser una plantadora de iglesia y podría algún día ir al
campo misionero como un ministro experimentado.

Adquirir Visión
¿Cómo transmitimos un sentido de visión a los discípulos? El primer paso es
que tú mismo obtengas un sentido de visión para ellos. Ante Dios, tú debes
analizar tus interacciones con tus discípulos, preguntando a Dios qué podrían
llegar a ser si todo fuera bien. Dios usa tu imaginación, combinada con las
categorías bíblicas para crear un cuadro en tu mente de tu discípulo como un
siervo de Dios exitoso y maduro. Mientras persistimos en oración por las
fortalezas que vemos en las personas, Dios puede darnos un creciente
entusiasmo acerca de este cuadro. Normalmente, el cuadro no es muy
específico, sino más bien un cuadro general de cómo sería la victoria en la
vida de una persona dada.

Lograr un sentido de visión para los discípulos puede ser una extensa lucha.
La mayoría de la gente con la que trabajas te enfrentará con muchas cosas
negativas que pueden matar tu visión a menos que tú reacciones de la manera
correcta. El desánimo es un peligro constante para los discipuladores,
porque el crecimiento espiritual es tan lento y tan a menudo interrumpido con
reveses. Pero es crucial que tú continúes pasando tiempo con Dios
enfocándote en el potencial que ves, aunque no se haya realizado aún. Es
sabio pasar tiempo en oración antes de cada reunión con un discípulo,
pidiendo a Dios que reavive tu visión para esa persona.

Impartir Visión

Cuando tú tienes un sentido de visión para un discípulo, solo estás a medio


camino de la meta. Lo siguiente es venderle al discípulo esa visión. Esto
puede tomar algo de tiempo con algunos discípulos, ya que sus propias
perspectivas negativas acerca de sí mismos a menudo les hacen reticentes a
creer que Dios podría usarles de manera importante.

Comienza compartiendo tu visión con otros cristianos influyentes que


conocen a tu discípulo. Compartir tu visión te ayuda a refinarla. Y puede dar
una nueva visión de tu discípulo al del líder que tú le compartas. Si más de
una persona cree en la visión y la comparte con tu discípulo, será más
persuasivo.

Entonces, en el momento correcto, comparte tu visión con tu discípulo.


“¿Sabes? ¡Veo como que realmente podrías llegar a ser uno de los
evangelistas importantes de esta iglesia!” o “Te he observado y pienso que
¡tienes las características de un excepcional maestro de la palabra!”
Prepárate para dar detalles acerca de las cosas que has visto que te dan tal
esperanza. No compartas una visión poco realista, la visión es demasiado
poderosa como para usarla sin cuidado. Sabemos de gente que perdió el
tiempo basándose en visiones incorrectas de su futuro. Tampoco estamos
tratando de halagar cuando compartimos una visión. Debe ser un cuadro que
en verdad creemos que es posible.

Cuando compartes la visión, tu tono convincente y tu entusiasmo personal


tienen un peso persuasivo. Quizás tengas que volver al asunto un par de
veces antes que tu discípulo comience a pensar de manera seria en esto. Si
otros están de acuerdo con tu visión, pídeles que también compartan lo que
ven en esta persona.

Una vez que tu amigo comienza a creer en la visión, las barreras para
realizar esa visión se convierten en desafíos que hay que superar. Ustedes
pueden seguir el curso del progreso juntos, sugiriendo formas para superar
las barreras a lo largo del camino.

Pasos básicos

Una vez que nos sentimos guiados a comenzar un discipulado con un amigo,
necesitamos empezar gradualmente a introducir los elementos básicos del
discipulado:

Entablar amistad
Tener un tiempo regular de reunión
Un creciente compartir interpersonal
Contenido bíblico y teológico apropiado para estudiar juntos
Tiempos de oración
Dar consejería y ayuda a tu amigo en áreas de debilidad
Ayudar a tu amigo a desarrollar un ministerio
Facilitar a tu amigo para seguir una vida de servicio a Dios
Estos componentes no son secuenciales. Aunque podemos ver un progreso
general aquí, la mayoría de estos elementos ocurren simultáneamente. En los
siguientes capítulos cubriremos cada componente.

SECCIÓN 2:

COMPONENTES CLAVES EN EL
DISCIPULADO
CAPITULO 4

Entablar Una Amistad

E L PRIMER PASO en el discipulado exitoso, es formar una buena amistad.


A diferencia de las formas impersonales de educación como en una sala de
clases, el discipulado involucra lo que Pablo llama “hablando la verdad en
amor” (Efesios 4: 15a LBLA). Cuando hablamos la verdad unos a otros en el
contexto de relaciones de amor, creceremos “en todos los aspectos en aquel
que es la cabeza, es decir, Cristo” de acuerdo a Pablo (15b LBLA).

Si puedes hacer un buen amigo, deberías ser capaz de discipular. Por otro
lado, la incapacidad para formar amistades profundas es una absoluta
barrera para la efectividad en el discipular. En este capítulo, hablaremos de
la teoría y práctica de desarrollar amistades de calidad. Mientras lees estas
ideas, piensa acerca de alguien con quien tú podrías aplicarlas.

¿Qué es amistad?

Una amistad en el contexto bíblico es una relación en la que practicamos el


verdadero amor cristiano. Así que lo primero que necesitamos entender es el
amor bíblico.

En las Escrituras, amor tiene un significado muy diferente al de nuestro


mundo de hoy. Jesús dijo: “Y este es mi mandamiento: que se amen los unos
a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el dar
la vida por sus amigos” (Juan 15:12-13). De acuerdo a este pasaje clave, no
es suficiente que te guste alguien. Jesús puso la norma de lo que constituye
verdadero amor cristiano. Debemos amarnos los unos a los otros “como yo
los he amado”, es decir, sacrificialmente. Amar es poner su vida por sus
amigos. En este entendimiento de amor, harás todo lo posible (dentro de la
voluntad de Dios) por el bien de la persona amada. De la misma manera que
Jesús se sacrificó en la cruz por tu bien, tú estás preparado para renunciar a
tus preferencias, tu tiempo, tu tesoro, y conveniencia por el bien de edificar a
tus amigos. Juan explica:

En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros;


también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en
necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor
de Dios en él? Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y en verdad (1Juan 3:16-18 LBLA).
En este pasaje vemos que amor no es solo un sentimiento. Dar los bienes de
este mundo a otro en necesidad es una acción, no un sentimiento. Por
supuesto, tales acciones son compatibles con los sentimientos de afecto y
compasión y pueden emanar de tales sentimientos. Sin embargo, podemos
practicar el amor que se entrega a sí mismo aun cuando los sentimientos no
estén. A veces nuestros amigos pueden ser bastante fastidiosos, o nosotros
justo no nos sentimos a gusto por alguna razón. Pero los dadores de amor
saben cómo manifestarse como siervos aún durante estos tiempos.

También podemos determinar de estos pasajes que amor no es algo que justo
pasa cuando hacemos “clic” con alguien. El lenguaje moral usado
constantemente en la Biblia para describir amor implica que amar a otros es
una decisión que podemos tomar en cualquier momento.
Sugerimos que amor bíblico es:

Un compromiso, con el poder de Dios, para darme a mí mismo en


todas las áreas por el bien de otro.

De acuerdo con esta definición, si amamos a alguien, entonces tenemos una


base para hacer lo que es bueno para esa persona, pero no necesariamente lo
que la persona quiere. Por eso como cristianos, tenemos una base de
disciplina en amor. Mis amigos podrían querer que yo apruebe cualquier
cosa que ellos hagan, pero a veces sería mejor mostrarles mi amor
enfrentándolos por su propio bien, de la misma manera que a veces Dios nos
enfrenta (Hechos 12:6).
¿Cómo puede alguien desarrollar buenas amistades? Veámoslo desde el
principio.

Paso 1: Inicio

En el mundo secular, las amistades son algo así como que “pasan”. Pero
como discipuladores efectivos, queremos ganar la habilidad de iniciar
amistades en cualquier momento con la gente que conocemos. Observa que
Dios siempre toma la iniciativa cuando se trata de amarnos. Juan dice:
“Nosotros amamos, porque Él nos amó primero” (1Juan 4:19). Él también
dice: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como
sacrificio por el perdón de nuestros pecados” (4:10). Esto significa que si
vamos a amar a otros como Cristo nos amó, tenemos que estar listos para
tomar la iniciativa.

De hecho, tomar la iniciativa dando amor es un acto de sacrificio en sí. El


iniciador está más vulnerable al rechazo. El iniciador exitoso tiene que
invertir energía emocional y creatividad para encontrar formas de alcanzar
al otro. Es mucho más fácil responder cuando sentimos que le gustamos a
alguien. Pero el inicio puede ser costoso.
¿Cómo iniciamos amistades?

Conversación de calidad

Primero, trata de iniciar una conversación de calidad que vaya más allá de
conversar del tiempo o los deportes. La forma más fácil de iniciar una
conversación es hacer preguntas acerca de la otra persona y ser un buen
oidor.

Con la gente que no conoces, tus preguntas tienen que ser relativamente
generales al principio, descubriendo quiénes son, dónde viven, qué hacen,
cómo llegaron a donde tú estás, etc. Si tus reacciones a estas preguntas son
amables y amistosas, generalmente tú puedes pasar a preguntas más
profundas. ¿Qué le gusta o disgusta? En la música, en el arte, en actividades
tú tratas de obtener una idea de dónde se encuentran ellos y cuáles son sus
intereses. También, ¿cuáles son sus relaciones principales? ¿Qué hay de sus
relaciones familiares e historia? ¿Quiénes son sus amigos?

Mientras haces preguntas, también debes estar preparado para revelar


información acerca de ti, pero tu enfoque debe ser más en demostrar interés
en la otra persona. Las personas sienten cuando alguien está interesado en
ellos, y ellos generalmente interpretan interés como amistad. Mientras tanto,
aquellos que conversan sobre sí mismos todo el tiempo tienen poco éxito
haciendo buenas amistades.

Como alguien buscando un discípulo y, por lo tanto, enfocándose en hacer


amistades con cristianos, tienes un área fácil donde puedes hacer preguntas.
¿Cómo esta persona se convirtió en cristiana? ¿Cuál es su historia espiritual?
¿Cómo se siente acerca de su experiencia con Dios hasta ahora? ¿En qué
grupos ha estado? ¿Cómo eran esos grupos? Cuando exploramos el trasfondo
espiritual de alguien, ellos mismos sugieren numerosas preguntas
adicionales. Tú puedes hacer preguntas de seguimiento o recordar tus
preguntas para la próxima vez que conversen. Estás esperando construir la
relación sobre aquello que ya ha sido dicho por medio de volver a
mencionar las mismas áreas, para gradualmente expandir tu entendimiento.
Estás tratando de desarrollar un entendimiento profundo de cómo el
funcionamiento interior de otros les afecta. ¿Qué tipo de persona es esta?
¿Por qué tiene las actitudes que manifiesta?

Un cuidadoso oidor puede decir no solo lo que la gente está diciendo, sino
lo que podrían no estar diciendo. Como cuidadoso oidor, estás siempre
atento a cosas que “no añaden” basado en lo que sabes hasta ahora.
Entonces, puedes volver más tarde a explorar estos vacíos de entendimiento.
Cuando tú vuelves a temas que ya trataron en una conversación anterior con
preguntas más profundas, las personas perciben que has estado pensando en
ellas y eso generalmente se interpreta como simpatía. Conversaciones de
calidad así, generalmente combinadas con las del tipo más superficial (como
deportes, tiempo, películas, etc.) conducen a un sentimiento de amistad,
porque la otra persona siente que tú la entiendes. Ellos podrían a su vez,
interesarse en conocerte a ti.

Estas interesantes conversaciones del uno al otro hacen a la gente sentirse


atraída hacia el otro como amigos. La mayoría de nosotros quiere compartir
acerca de sí mismo y disfrutamos comunicarnos, pero nos sentimos
demasiado incómodos la mayor parte del tiempo. Sentimos que otros no se
interesarán en nuestra historia. Los buenos iniciadores que saben cómo hacer
preguntas y cuidadosamente escuchar las respuestas van al grano a pesar de
la incomodidad y hacen que la gente se sienta entendida.

Tiempo

Si tus conversaciones resultan bien, el iniciar para pasar tiempo juntos llega
a ser natural. Dependiendo de la gente con la que te relacionas, tú podrías
sugerir unirte a ellos en alguno de sus intereses que has descubierto en tus
conversaciones. De esta manera, estás siendo sacrificial, porque no estás
pidiendo a los demás que se unan a tus intereses, sino que estás dispuesto a
unirte en lo que a ellos les interesa. Con algunas personas, podrías sugerir
juntarse para tomar un café o para almorzar en algún momento. Algunos
recién conocidos van de pesca, a jugar bolos, a observar a los pájaros, mirar
los eventos deportivos en la televisión, o cientos de otras actividades.

Dennis : Cuando fui a una nueva iglesia en casa en los 80s, me interesaba
encontrar un nuevo amigo para discipular. Había un tipo allí, que era más
joven que yo y venía de una zona de obreros de nuestra ciudad. Su trasfondo
era radicalmente diferente al mío, y su interés en mecánica automotriz era
algo de lo que yo no sabía casi nada. Pero yo tenía un viejo auto que estaba
dándome problemas, así que le pregunté qué pensaba él de mis problemas de
motor. Él se ofreció a revisarlo.

Cuando llevé mi auto, él y yo pasamos horas charlando acerca de la edad del


motor mientras yo lo bombardeaba con preguntas acerca de cómo
funcionaban los motores. Él explicó lo que estaba haciendo y por qué. Al
principio yo estaba simulando estar interesado más de lo que en verdad
estaba. Pero a medida que él desplegaba su pericia en diagnóstico de
motores, aumentó mi interés. Me di cuenta de que este hombre joven que
nunca había ido a la universidad y hablaba con acento del oeste de Virginia y
con pobre gramática, era muy inteligente, perceptivo y amistoso. Él no tenía
idea que yo era el pastor principal de una iglesia grande, o que yo había
hecho años de universidad. Por lo que a él se refería, yo era un tipo amistoso
que estaba interesado en aprender lo que él sabía de autos, y él estaba
contento de enseñarme.

Finalmente, Mike compartió su conocimiento de trabajo en mecánica de


autos conmigo, e incluso me ayudó a comprar mi propio set de herramientas
de calidad. Durante los siguientes años, le compartí un conocimiento de Dios
y la Biblia. Él terminó ganando varios amigos suyos para Cristo, y ellos
ganaron a otros. Al salir de mi círculo habitual de interés para desarrollar
una nueva amistad, adquirí una habilidad que me ha ahorrado miles de
dólares. También gané un discípulo que finalmente llegó a ser un líder de
iglesia en casa con sus propios discípulos.
En otra ocasión, conocí un tipo joven que era abogado, y acababa de conocer
a Cristo. Resultó que él había crecido en una granja y nunca había perdido su
amor por la vida rural. Durante una conversación, él mencionó que añoraba
los días de invierno cuando él y su padre acostumbraban a ir a los bosques a
cortar leña juntos.

Vi mi oportunidad. Acababa de convertir mi chimenea decorativa en una


chimenea de verdad. “¡Oh!, ¿tú crees que podrías enseñarme como cortar
leña? Le pregunté. Resultó que él tenía su propia motosierra y estaba más
que feliz de tener una excusa para salir a buscar buena leña. Después de
nuestro primer viaje a la granja de un amigo, yo no solo estaba feliz de tener
una camioneta llena de leña de calidad, sino que también estaba fascinado
por su conocimiento de los tipos de árboles de calidad y los de mala
calidad. Él podía identificar los árboles aún en invierno (cuando los árboles
en nuestra parte del país pierden sus hojas) solo mirándoles su corteza. Fui a
la biblioteca y pedí libros acerca de leña y de identificación de árboles (¡Oh
si, existen!). Finalmente aprendí las gravedades específicas de cada especie
principal de árbol en nuestra región, cuántos BTUs (unidad de medida de
calor) por cuerda (unidad de medida de leña en Norteamérica) rendían, y
ahora puedo identificar cualquiera de ellos en verano o invierno. Tengo mi
propia sierra ahora, y no carezco de leña de buena calidad.

No mucho después de los viajes a cortar leña, pude lograr interesar a Jim
para que me acompañara a leer la Biblia y orar. Hoy, él y su esposa lideran
una iglesia en casa en nuestra congregación.

Las amistades requieren tiempo. Tú puedes no esperar desarrollar cercanía


en el camino. Tú debes estar preparado para invertir tiempo logrando un
terreno en común con un nuevo amigo. Este terreno en común podría
involucrar compartir situaciones sociales con otros. Si vas a salir con otros
amigos, podrías invitar también al nuevo amigo, o podrías buscar la
oportunidad para unirte a tu nuevo amigo y su círculo social.

El mejor tiempo es el compartido uno a uno. Cuando tú te reúnes con un


amigo a solas, la calidad de la conversación es probable que sea alta, y
puedes plantear preguntas que serían inapropiadas frente a otros. Cuando sea
posible, debes buscar oportunidades para conversaciones espirituales. Tu
continua exploración en la intimidad de un amigo debería ser más fácil a
medida que pasan tiempo juntos. Por supuesto, que debes estar dispuesto a
compartir vulnerabilidades de tu propia vida, pero sin apabullar a tu amigo
con largos monólogos.

Desarrollar una amistad requiere paciencia y perseverancia. Mucha gente


simplemente no está dispuesta a invertir tiempo por un período mayor a seis
meses para desarrollar una buena amistad. Pero en discipulado, estamos
contemplando invertir varios años en una relación, así que desarrollar un
sentido básico de cercanía por más de varios meses no es mucho pedir.

Mientras tu habilidad para iniciar crezca, encontrarás que casi no tienes


problemas comenzando nuevas amistades. Pero tu tiempo es limitado, y esto
conduce rápidamente a una situación donde puedes tener más oportunidades
de pasar tiempo con nuevos amigos de las que tú puedas tomar. ¿Ahora qué?

Si estás interesado en discipular a otros, necesitas en este punto hacer


elecciones. Tú no puedes pasar fragmentos de tiempo en miles de
direcciones y todavía esperar ser efectivo en discipulado. Ante Dios,
necesitas preguntar con quién deberías invertir tiempo extra, esperando
llevar la amistad a un nivel más alto. Enfocándose en pocas personas, tienes
la mejor opción de desarrollar el tipo de amistad que sustentará el
discipulado.

Deberías tratar de encontrar a alguien que esté verdaderamente dispuesto a


seguir la dirección de Dios, alguien a quien tú sientas que puedes hacer una
contribución significativa. De hecho, podría haber varias consideraciones
que entraran dentro de este tipo de decisión, incluyendo liderazgo espiritual
directo. Revisa el Capítulo 3 donde hablamos de los factores a considerar
cuando enfrentas este tipo de decisión prioritaria.

Sentimientos

Las personas son seres emocionales. Aún aquellos que a menudo no


expresan sentimientos fuertes tienen necesidades emocionales. Al iniciar una
amistad, necesitas estar listo para iniciar el compartir emocionalmente, que
involucra un amplio rango de expresiones. Vas a desear compartir tus
sentimientos acerca de terceras partes, eventos externos, u otras cosas en la
vida. Por ejemplo, compartir tus sentimientos acerca de una pieza de música
o una película es un acto de compartir emocionalmente con baja
vulnerabilidad. La gente se siente más atraída a aquellos que exhiben una
cantidad razonable de sentimientos que hacia aquellos que son
completamente impasibles. Revelar que tú eres verdaderamente apasionado
acerca de ciertas cosas (¡incluyendo a Dios!) generalmente es atractivo. La
gente se siente atraída hacia aquellos que son apasionados y expresan esa
pasión.

Más importante es compartir emociones acerca de tu creciente relación con


tu amigo. Los buenos iniciadores muestran discreción y buen juicio acerca
de cuánto y cuándo expresar sus sentimientos. En las relaciones más nuevas
siempre es seguro expresar sentimientos como interés, cordialidad y
entusiasmo. Piensa en una persona con quién conversaste recientemente que
parecía interesado en lo que tú tenías que decir. ¿Acaso no es eso más
agradable que conversar con alguien que parece no interesado o
inexpresivo?

De manera similar, afectuosidad significa que eres capaz de mostrar a las


personas que tú estás feliz de verlos y que te sientes bien con ellos. Una
buena parte de nuestra amabilidad esta señalada con lenguaje corporal.
Sonrisas, apropiado contacto de mirada, un buen apretón de manos, o una
palmadita en el hombro sugiere que tú sientes cordialidad hacia el otro. El
entusiasmo con que tú reaccionas a cosas que tu amigo dice también sugiere
calidez. La gente que no demuestra afabilidad parece como el proverbial
“tipo frío”. Harás agonizantemente lento progreso desarrollando amistad si
vienes como un tipo frío. De hecho, quizás no hagas ningún progreso.

¿Por qué a veces somos fríos? ¿No es acaso porque estamos auto
protegiéndonos? No queremos arriesgarnos a mostrar que nos importa. Los
hombres especialmente temen ser juzgados como “débiles” si muestran
demasiado interés y calidez. A menudo, las personas inexpresivas en verdad
se preocupan y pueden estar siendo afectuosos bajo la superficie, pero nunca
se sabe. No es suficiente sentir cariño, tenemos que expresarla de manera
que otros puedan percibirla. Y eso a menudo significa que necesitamos
empujarnos a nosotros mismos a ser un poquito más abiertos de lo que
estamos acostumbrados.

Por supuesto, algunas personas son extremadamente emocionales. La gente


que se percibe como histérica o que hablan efusivamente de una manera no
natural demasiado pronto en una relación puede parecer amenazante y rara.
Tal emocionalidad excesiva podría retardar tus esfuerzos para desarrollar
una amistad.

¿Cómo puedes determinar cuánto sentimiento revelar en una nueva amistad


que estás iniciando? Una clave es evaluarte a ti mismo. ¿Eres una persona
altamente emotiva? Si es así, no hay razón para empujar. De hecho, quizás
necesites controlarte un poco. ¿Eres en general impasible? Si es así,
necesitarás conscientemente empujar la envoltura hacia afuera. Solo busca
gradualmente moderar tu auto protección y expresar tus sentimientos más
abiertamente. ¡Haz el intento! Quizás necesites observar a las personas que
tú sabes que son emocionalmente expresivas y analizar cómo ellos expresan
los sentimientos. Si no estás seguro de cuán expresivo eres, pregunta a tus
amigos o familia qué piensan ellos.

Dennis : Cuando tenía diecinueve, yo era por definición un tipo frío. Yo


sabía que era una persona profundamente apasionada, y me sentía capaz de
expresar los sentimientos con mis amigos íntimos. Pero con gente nueva,
tendía a ser extremadamente cohibido y tímido. Constantemente me
preocupaba de los incómodos silencios en mis conversaciones con gente
nueva. A veces me molestaba tanto que terminaba las conversaciones. En
situaciones donde había mucha gente y donde se esperaba que yo socializara,
a menudo me iba pronto porque me sentía muy incómodo.

Mi compañero de habitación era lo opuesto a mí. Él era la persona más


extrovertida, emocionalmente expresiva que yo conocía. En un momento
dado, me llevó a un lado para regañarme. Señaló que la gente estaba
interpretando mi incapacidad para socializar y mi acto de desaparecer
después de los estudios bíblicos como una actitud poco amistosa, incluso
como desprecio. Le conté lo difícil que era para mí expresarme cuando no
conocía bien a la gente y le pregunté qué me sugería. Me instó a quedarme a
su lado toda la tarde la siguiente vez que fuéramos al estudio bíblico, donde
la mayoría de la gente era extraña para mí. Él dijo que debía observar cómo
él se relacionaba con la gente nueva y tratar de imitarlo.

La sugerencia me sonó extraña en ese momento, pero después de hablar un


poco, estuve de acuerdo. Comencé a seguirlo a él conversación tras
conversación y trataba de entrar en ellas. Algunas conversaciones con
estudiantes comenzaron a durar largo tiempo y se volvieron bastante
profundas. ¡No podía creer lo bien que funcionó su sugerencia! Me encontré
imitando su forma de inclinarse hacia las personas o darle un empujoncito
mientras se reían. Noté montones de pequeñas acciones y maneras, muchas
de las cuales me sentí bien imitando a mi manera. Le vi empleando su propia
fórmula para establecer comunicación con extraños: “¡Si dice ‘Mu’, tú di
‘Mu Mu’!” En otras palabras, muestra que entiendes, resume lo que la otra
persona está diciendo, y trata de añadir algo. Demuestra que disfrutas la
conversación y quieres que continúe. Me di cuenta de que cuando
verdaderamente yo podía quitar la atención de mí mismo y ponerla en la otra
persona, ocurrían buenas conversaciones.

Durante ese año, mi capacidad para expresar sentimientos aún en relaciones


nuevas aumentó considerablemente. La gente en forma regular comentaba
cuánto yo había cambiado y cuánto les gustaba eso.

Sentimientos más Profundos

A medida que tus amistades progresan, se vuelve natural tener más


emociones valiosas. Por ejemplo, compartir tu gratitud por la relación
misma es un sentimiento vulnerable, pero significativo para compartir con un
amigo con quien has pasado una cantidad de tiempo considerable. A modo
de ilustración, tú podrías decir “Bob, realmente aprecio nuestra amistad.
Siento que la confianza está creciendo entre nosotros”. Saliendo con una
seria expresión de aprecio como esa, probablemente estimularás la calidad
de tu amistad y la llevarás a un nuevo nivel.

Lo mismo se puede decir para expresar lealtad. Lealtad significa decir a tu


amigo que estás ahí para él, que puede contar contigo. Solo diciéndole a
alguien que tú lo consideras uno de tus buenos amigos es una expresión de
lealtad. ¿Por qué deberíamos sentirnos reacios a expresar esos sentimientos?
Quizás porque la relación no se ha desarrollado al punto de que sea
apropiado. Pero más a menudo, somos tímidos para expresar tales
sentimientos porque no queremos arriesgarnos al rechazo o juicio. Nos
vamos a la segura con la distancia emocional de autoprotección.
Probablemente estemos dispuestos a expresar el sentimiento si la otra
persona lo hace primero . Pero esto es simplemente porque no queremos la
carga de iniciar. No nos sacrificamos lo suficiente como para amar a otros
como Jesús nos ama. Sin embargo, si esperamos a que otros inicien, nuestro
progreso en construir amistad será muy pobre.

Recuerda, no estamos tratando de construir una amistad en un corto período


de tiempo. Debemos visualizarnos a nosotros mismos saliendo con un amigo
por un período de meses y gradualmente construir los pilares de la buena
amistad: comunicación abierta, sentimientos cálidos, experiencia común,
entendimiento y lealtad.

Paso 2: Invertir

Si tienes éxito iniciando una buena amistad cristiana, tú podrías decidir que
es el momento correcto para comenzar una inversión de tiempo más regular.
En este punto, debería ser fácil sugerir que los dos comiencen a reunirse en
forma regular con el propósito de edificarse espiritual y mutuamente. Quizás
sugerir que se reúnan para leer juntos. No necesitas sugerir que tu amigo sea
tu discípulo. Puedes estar pensando que el discipulado sea una posibilidad,
pero sugerirlo parece jerárquico. Sugerir que se reúnan para una mutua
edificación es una opción segura; y la sugerencia es perfectamente honesta ya
que tú serás edificado tanto como tu discípulo.

Algunos amigos pueden resistirse a esta sugerencia, y eso dice algo. Tú estás
buscando a alguien que esté hambriento de crecimiento espiritual. Si no
puedes introducir a un amigo a este tipo de reuniones regulares
(generalmente semanal), ese amigo puede estar diciéndote que él o ella no
está interesado en crecimiento espiritual. O ¿es que tu amigo no contempla
un tiempo para eso, y parece extraño? Puedes manejar la situación
gradualmente, buscando entender por qué la renuencia. Pero también podrías
decidir que otro amigo sería mejor para discipular.
Si ustedes han estado hablando acerca del concepto de discipulado durante
sus conversaciones, no es inusual que tu amigo te pregunte si tú lo
discipularías. Esto es ideal, pero no esperes a que esto ocurra, no muchos lo
sugieren. Luego, si tu reputación como discipulador crece, y tu grupo obtiene
una visión de grupo para el discipulado, entonces se vuelve más común.

Convencer a un amigo de la idea de reuniones regulares para la edificación


es un logro importante. Una vez que has llegado a este punto, pueden
comenzar la oración, el estudio, el rendir cuentas uno a otro, y las otras
cosas de las cuales hablaremos en los capítulos siguientes. Pero el
desarrollo de la amistad debe continuar también. En la mayoría de los casos,
tú te comprometes a desarrollar una amistad así por años. Estas amistades
llegan a ser lo mejor en tu vida, y nunca lamentarás el tiempo y el auto
sacrificio de vaciar tu vida en la de otro.

Esta idea de vaciar tu vida en la de otro es lo que llamamos inversión .


Cuando tú inviertes en una relación, tú das de ti consistentemente y con
interés piadoso. Tú das de ti con la esperanza de que, como una buena
inversión de acciones, lo que tú inviertes volverá para el reino de Dios (no
necesariamente para ti), y mucho más.

Pero ese no es siempre el caso. Algunos discípulos deciden apartarse del


camino del discipulado, y no necesariamente podrás hacer algo al respecto.
Nadie sabe cómo hacer que el que no está dispuesto esté dispuesto. Incluso
Dios no hace eso. Es por eso que tu inversión en un discípulo tiene que ser
incondicional. Nunca puedes demandar retribución por lo que invertiste.
Siempre debes estar consciente de que no tienes garantía de que tu proyecto
funcione, aún si pasas varios años y das todo de ti para ello.

¡Con razón que muchos líderes cristianos no están dispuestos a discipular!


Cualquier ministro que esté enganchado a los resultados rápidos y altamente
visibles en el ministerio se apartará del discipulado. Visto de esta manera,
invertir en discipulado es un acto de fe. Debemos venir delante de Dios y
decidir si le creemos a Jesús cuando dice: “El que pierda su vida por mi
causa, la salvará” (Lucas 9:24).

¿Cuánta experiencia en común?


Como mencionamos antes, la inversión en amistades que llevan a
discipulado fructífero se extiende por un período de años. Por supuesto, no
solo estamos entregando en este proceso. También recibimos el disfrutar de
una amistad de calidad, uno de los más grandes gozos de la vida.

A veces encontramos cristianos escatimando la necesidad de invertir tiempo


y hacer actividades con sus amistades, en especial después de que el
progreso de las primeras instancias los ha llevado al éxito. Esto es un error.
Necesitas continuamente buscar oportunidades para añadir a tu “capital de
relación” con tus amigos tomando el tiempo para construir un fundamento
profundo de experiencia común. Capital de relación significa que, igual que
una cuenta bancaria, tienes que depositar dinero antes de poder hacer
cheques. Si quieres desarrollar una amistad en que tú ejerzas influencia
como un líder más que ser una persona complaciente, tú tienes que depositar
a menudo y profundo. El corazón de tu amigo será ganado a través de la
inversión piadosa, pero tu propio corazón será bendecido también.
Experimentarás un afecto y cuidado creciente por tus amigos a medida que te
vacías a ti mismo en sus vidas, y la gente puede darse cuenta cuando tú te
preocupas por ellos.

Cuando han pasado años haciendo cosas juntos, ya sea deportes,


pasatiempos, disfrutan del mismo círculo social, y especialmente comparten
ministerio y comunión, tus amistades alcanzan una profundidad y estabilidad
que puede resistir tiempos difíciles con relativa facilidad. Considera hacer
viajes juntos. Los viajes parecen forjar un sentido de recuerdos compartidos
difíciles de igualar. Para los solteros, vivir juntos es una excelente forma de
tener experiencias comunes. Incluso los matrimonios a veces tienen un
discípulo viviendo con ellos por un tiempo como huésped.

A veces es posible tener un sentimiento de cercanía inmediata con alguien,


pero eso no significa que tienes una relación profunda. Como
estadounidenses que nos gusta la comida rápida e información de internet,
puede ser difícil aceptar la necesidad de inversión a largo plazo. Queremos
cercanía y confianza en forma rápida, pero esa no es la forma en que las
relaciones funcionan.
Por otra parte, si tú aceptas la necesidad de desarrollar profundamente tus
relaciones claves, estarás dispuesto a pasar el tiempo necesario para
construir una cantidad substancial de experiencias comunes. Eso te hará
sentir que tú verdaderamente conoces a la persona, habiéndola visto en
cientos de situaciones únicas. Con un amigo íntimo, tienes la sensación de
que tú compartes tus mundos. Ricos tiempos de rememorar sus experiencias
juntos son edificantes. Si a veces necesitas decirle algo difícil (como
crítica), tu amigo generalmente la aceptará porque sabe cuán profundamente
le amas.

En los próximos capítulos, cubriremos varias áreas importantes de


inversión. Pero además de esas áreas, estas áreas tienen que ver
principalmente con la construcción continua de la amistad.
Paso 3: Evaluar y responder

Los relacionadores prudentes siempre están observando y orando por sus


amigos, tratando de descubrir la verdad en tres áreas claves: 1) su potencial
o fortalezas, 2) sus debilidades, y 3) sus puntos de resistencia.

Potencial

Puedes notar que tu amigo muestra empatía y sensibilidad en una situación


relacional con una tercera persona. Deberías marcar eso y observar
buscando más evidencia de lo mismo. Si piensas que estas son áreas de
fortalezas, has descubierto algo muy valioso: un área de potencial. Estas
áreas son a menudo indicadores del diseño de Dios para tu amigo. Si Dios
diseñó a una persona de cierta manera, ese diseño también dice algo acerca
de la voluntad de Dios para esa persona.

Las áreas de fortaleza son las áreas claves que estás buscando para tratar de
desarrollar una visión para tu discípulo. Quizás notes que tu discípulo es
firme pero amoroso en una situación. Eso sugiere otras capacidades para
trabajar con gente. Quizás notes que al compartir en un estudio bíblico tu
discípulo fue excepcionalmente claro o esclarecedor. Eso podría ser una
señal de un don de enseñanza.
Dennis : Cuando yo tenía 18, acababa de empezar a caminar con Dios. Una
noche fui a un estudio bíblico a una casa del campus, y después un estudiante
más antiguo a quien yo admiraba vino y se sentó junto a mí. Después de
conversar un rato me dijo: “Dennis, la forma en que tú compartiste fue tan
clara y convincente, me siento seguro de que podrías ser un maestro
bíblico”.

Sonreí con timidez y bajé la vista. Nunca en mi vida había considerado la


posibilidad de enseñar o predicar para Dios hasta ese momento. Luego esa
misma semana, mientras me inscribía para las clases del trimestre de
primavera, me apunté en una clase de hablar persuasivo. Sin duda, lo hice
por lo que ese hermano me dijo. Me fue bien en la clase, y un poco después,
acepté algunas invitaciones para dar mi testimonio y enseñar en un par de
estudios bíblicos para estudiantes. Lo disfruté tanto que nunca me arrepentí.

Este hermano más antiguo se mudó de ciudad no mucho después de lo


sucedido, pero dediqué mi vida a enseñar, predicar y al evangelismo
público. Cerca de treinta años después, me topé con él en otra ciudad.
Siempre me pregunté si él tendría alguna idea de cuánto impacto tuvo en mi
vida a través de ese simple comentario. Le pregunté si se acordaba, y por su
reacción, pienso que no. ¿Por qué debería? Fue una interacción de unos
pocos segundos. Es solo para mostrar que nuestras palabras pueden tener
más impacto en otros de lo que pensamos.

Cuando estamos construyendo amistades, debemos estar atentos a las


oportunidades para hablar palabras de ánimo y visión como estas. De esa
manera, podemos promover el potencial que vemos en nuestros amigos. No
inventes cosas o halagues. En vez de eso, está atento y espera hasta que Dios
te dé un claro sentir del potencial real de la persona. Entonces, luego de orar
y meditar, busca la mejor manera, el mejor momento, y las mejores palabras
para promover ese potencial.

Si plantas semillas como esta, quizás luego notes a tu amigo actuando de una
manera que muestra que tomó en serio tu sugerencia. O quizás puede decirte
que está emocionado desarrollando el área que tú le mencionaste. De
cualquier manera, tú ahora tienes el potencial para la motivación. Pueden
acordar trabajar juntos para reunir todas las herramientas necesarias para
maximizar un ministerio en esa área. Pueden leer libros en relación a esa
área o juntos buscar experiencias de terreno que provean la práctica y les
den las oportunidades para la retroalimentación.

A veces las personas sorprendentemente desconocen sus fortalezas. Aun


cuando ellos creen que tienen potencial en un área, ellos pueden mostrarse
reacios a reconocerlo delante de otros. Ellos no quieren parecer
jactanciosos. Pero nuestros dones y capacidades son de Dios, no de
nosotros, así que reconocerlos no es jactancia. Otros están bien conscientes
de las fortalezas que tienen en el campo académico, musical, interpersonal,
artístico o de los negocios, pero nunca han considerado cómo se podrían
aplicar para el reino de Dios. Mucha de esta gente, todo lo que necesita es
un empujoncito tuyo para ver cómo Dios podría usar sus dones y
capacidades y ellos rápidamente mostrarán mucho más interés en las cosas
espirituales.

Debilidades

Si estás pasando considerable tiempo con tu amigo, también notarás


debilidades. Quizás lo veas ponerse furioso con otra persona o, no poder
escuchar en una conversación. Los problemas relacionales son comunes y
numerosos, pero necesitas depurar lo que ves a los puntos claves y centrales
que podrían bloquear la efectividad de un discípulo con la gente.

Durante las conversaciones, quizás sientas que tu amigo es


sorprendentemente ignorante en un área en particular, o quizás notes
actitudes que son erróneas. Los buenos discipuladores discretamente marcan
estas áreas para estar atentos. Mientras oras y planificas qué estudiar con tu
discípulo, Dios a menudo te mostrará cosas que podrías decir o leer que
podrían ayudar. De muchas maneras, puedes buscar oportunidades para
ayudar a tu amigo a que progrese en estas áreas débiles.

La paciencia y la gracia son muy importantes al tratar las debilidades de un


discípulo. El énfasis en las Escrituras sobre debilidades es “ayudar” y
“paciencia”. Pablo dice: “Y os exhortamos, hermanos, a que amonestéis a
los indisciplinados, animéis a los desalentados, sostengáis a los débiles y
seáis pacientes con todos” (1Tesalonicenses 5:14 LBLA). Nota la diferencia
entre estar desalentado o débil, por una parte y ser indisciplinado, por otra.
Indisciplina se refiere a puntos de resistencia, y hablaremos luego de esto
(en el Capítulo 10). Una debilidad no es una negativa deliberada para acatar
la voluntad de Dios, sino una incapacidad para hacerlo, o quizás ceguera
hacia el problema. Todos nosotros somos débiles en ciertos aspectos.
Cuando identificas debilidades en tus discípulos, debes encontrar formas de
ayudarles a mejorar.

¿Cómo podemos ayudar? Claramente, depende del problema. Lo primero es


comenzar a orar. Probablemente estarás orando por largo tiempo y a menudo
por las debilidades que ves en tus discípulos. Parte del aspecto sacrificial
del amor cristiano es el largo tiempo y la inversión emocional de la oración
agonizante. Sin duda esto es parte de que “cada día pesa sobre mí la
preocupación por todas las iglesias” que Pablo decía que era tan duro como
los muchos golpes y prisiones que había soportado (2Corintios 11:28).
Durante largos tiempos de oración Dios te dará entendimiento acerca de
cómo ayudar a tus discípulos en aprietos (también, asegúrate de leer el
Capítulo 9 acerca de consejería).
Un segundo objetivo al abordar áreas de debilidades, es el conocimiento.
¿Está consciente tu amigo que su debilidad es un verdadero problema?
¿Siente ella o él la necesidad de ver un cambio? La gente con debilidades a
menudo está ciega hasta cierto punto acerca de su debilidad. Quizás tengan
justificaciones elaboradas para explicar por qué este o ese tipo de debilidad
no es tan malo. En algunos casos, pueden estar también completamente
ignorantes del problema. Esto es particularmente común en debilidades de
relación. La gente con problemas de ira, de pasividad, problemas de
inadecuación, falta de perdón, amargura, egoísmo y muchos otros,
típicamente sienten que sus reacciones y actitudes están justificadas y son
normales.

Lo mismo puede ser verdad con una multitud de hábitos o deficiencias


causadas por la omisión (por ejemplo: no testificar, no orar, no servir a
otros, no leer la palabra, etc.). Los buenos discipuladores tienen que
formular estrategias para hacer que sus amigos estén conscientes de sus
debilidades y del daño que esas debilidades puedan estar causando. Pero
necesitan hacer eso sin que parezcan acusadores o fastidiosos. Es importante
la sensibilidad y la creatividad, porque la gente podría sentirse insultada
cuando tú le señalas una debilidad.
A veces un enfoque indirecto funciona. Quizás puedes sugerir la lectura de
un libro que trata de la debilidad en cuestión. Durante esa lectura tú puedes
hacer preguntas de manera que ayudes a tu amigo a través de un proceso de
autodescubrimiento. Cuando Dios directamente convence a las personas de
sus problemas, generalmente obtienen un mejor entendimiento de por qué
ellos necesitan cambiar, y tú quedas en una posición de ayudador más que
como acusador. Aunque a veces, tú mismo tengas que señalar el problema.
Hablaremos de cómo hacer esto de una forma más redentora en nuestro
capítulo sobre consejería.

Puntos de resistencia

Todo cristiano que está creciendo finalmente desarrolla puntos de resistencia


a Dios. Estos pueden involucrar una de sus debilidades, pero la diferencia es
que ellos no quieren cambiar. En un área de resistencia, estás viendo no solo
un problema de pecado, sino un pecado de la voluntad, un problema de
actitud. Los intentos de ayudar no harán ningún bien porque, en primer lugar,
tu amigo no ha visto la necesidad de ayuda.

Descubrir un punto de resistencia es siempre una encrucijada difícil en una


amistad en desarrollo. Naturalmente tú anhelas sinceramente ver un cambio
de corazón. Pero tales cambios pueden tomar tiempo y siempre es necesario
un enfoque prudente. Si tratas de forzar un cambio, puede resultar
contraproducente. Sin embargo, no hacer nada es falta de amor. Las acciones
aquí dependen de la oración para saber qué será lo mejor para nuestro
amigo.

No estás atado por ley a tomar ninguna acción en particular. El principio de


amor bíblico es siempre hacer lo que es mejor para la otra persona, sin
ninguna necesidad de seguir principios legales. Tu historial en la relación
tendrá que ser medido de acuerdo con el nivel de rendición de cuentas de tu
amigo. Muchos otros factores necesitan ser medidos también. Porque
trabajar con esas áreas es tan importante y sensible, que hemos dedicado un
capítulo entero a esto (Capítulo 10 “Hallando falta de progreso”).
Si esperas confrontar a tus amigos con sus necesidades y ayudarles con sus
debilidades, tú tienes que estar dispuesto a permitirles hacer lo mismo
contigo. Debes ser tan transparente como sea posible acerca de tus luchas.
Debes estar dispuesto a recibir percepción de tus amigos con gratitud, aún si
ellos son menos maduros que tú. Proverbios 9:8 dice: “No te molestes en
corregir a los burlones; solo ganarás su odio. En cambio, corrige a los
sabios y te amarán” (NTV). Recibir desaprobación con gratitud es una
lección importante de humildad y de ser enseñable. La mejor manera de
enseñar esta virtud a tus amigos es demostrarla en tu propia vida. Una buena
amistad debe convertirse en un compromiso mutuo para desarrollar el
carácter del otro.

Este esbozo de cómo construir una amistad ha sido necesariamente breve,


pero esperamos que te brinde ideas que puedas combinar con tu propia
experiencia para construir amistades prósperas y profundas. Pedro dice:
“Puesto que en obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas para
un amor sincero de hermanos, amaos unos a otros entrañablemente, de
corazón puro” (1Pedro 1:22 LBLA). Si aprendes cómo amar a la gente
fervientemente con el corazón, probablemente serás un buen discipulador.

CAPITULO 5

Modelar

U N DICHO BIEN CONOCIDO entre los discipuladores es “Los discípulos


tienden a hacer lo que tú haces, no lo que dices”. Otro es “No puedes dar lo
que no tienes”. Ambas afirmaciones señalan lo mismo: el poder de modelar.

Los libros y los estudios pueden enseñarte un montón, pero algunas cosas se
aprenden mejor a través de la imitación. Puedes transmitir mejor actitudes y
valores a través de modelar. Cuando tú ves que alguien que respetas, se
enoja por una decisión egoísta que alguien tomó, tú aprendes de forma
memorable lo que es importante para tales personas. Lo mismo ocurre
cuando ves el intenso gozo que muestra un respetado creyente cuando alguien
se vuelve a Cristo. Puedes ver a aquellos que respetas tan entusiastas con
respecto a alcanzar una meta que se rehúsan abandonarla.

Pregúntate a ti mismo: ¿Cómo aprende la gente a sufrir en la fe, en vez de


sentirse mal? ¿De qué manera aprenden ellos a entrar profundamente en la
oración intercesora? ¿Cómo los creyentes nuevos aprenden a dar un paso al
frente y admitir su falta en vez de justificarse a sí mismos? Estas cualidades
y muchas otras son más “adquiridas” que “aprendidas”.

Como discipuladores, esperamos transmitir muchas cualidades espirituales y


de carácter que son más subjetivas que objetivas. Podemos decir a las
personas que deben ser leales a Dios por sobre otros valores en la vida,
pero ¿qué significa eso? Solo cuando las personas están cerca de alguien que
verdaderamente vive de esa manera, ellos en verdad captan el significado, y
se sienten motivados a hacer lo mismo. Por esto el autor de Hebreos dice a
sus lectores: “Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron la palabra
de Dios. Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida, e imiten su fe”
(Hechos 13:7). Cuando notamos que las vidas de la gente espiritualmente
madura son mas saludables que las de otras, esto es “el resultado de su estilo
de vida” y nos hace desear ser de la misma manera.

Jesús fue el ejemplo supremo modelando. Él dijo: “Y este es mi


mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado”
(Juan 15:12). Su vida fue el más puro ejemplo de amor que nadie podría
imaginar. Qué alarmante contraste vemos la noche de la última cena: sus
discípulos argumentando acerca de quién de ellos era el más grande, y él
respondió lavándoles los pies (Lucas 22:24). Después él dijo: “Les he
puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes”
(Juan 13:15). ¿Cómo aprenden humildad las personas? Podemos sugerir que
ellos deben ser humildes, pero si eres como la mayoría de los cristianos,
humildad es algo que aprendiste en gran parte observando a cristianos
humildes que tú respetas.

Pablo sabía que la imitación era la principal vía para el aprendizaje. Por eso
él dijo: “Sed imitadores de mí, como también yo lo soy de Cristo”
(1Corintios 11:1 LBLA). Él les recordó a los tesalonicenses como ellos “se
hicieron imitadores nuestros y del Señor”. Como resultado, ellos “se
constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de
Acaya” (1Tesalonicenses 1:6-7). Luego, señaló que él practicaba el
sacrificio y el servicio para sostenerse a sí mismo y a sus amigos “para
darles buen ejemplo” (2Tesalonicenses 3:9). Les dijo a los Filipenses:
“Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que
han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes” (Filipenses 4:9).

Él también instruyó a sus discípulos a presentarse a sí mismos en forma


consciente como modelos para su gente. Le dijo a Timoteo: “Que nadie te
menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un
ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y
pureza” (1Timoteo 4:12). Para Tito su consejo fue: “Con tus buenas obras,
dales tú mismo, ejemplo en todo. Cuando enseñes, hazlo con integridad y
seriedad, y con un mensaje sano e intachable” (Tito 2:7-8).

La clave para modelar exitosamente

No todos los modelos son seguidos. Muchos esperan liderar a través de


modelar, pero la gente los ignora. Otros son imitados con empeño aun
cuando no sean buenos modelos. ¿Por qué es esto? Jesús nos da una pista en
Lucas 14. Primero, él dio requisitos exactos para ser sus discípulos:

“Si quieres ser mi discípulo, debes aborrecer a los demás, a tu


padre y madre, esposa e hijos, hermanos y hermanas, sí, hasta tu
propia vida. De lo contrario, no puedes ser mi discípulo. Además,
si no cargas tu propia cruz y me sigues, no puedes ser mi discípulo.
Sin embargo, no comiences sin calcular el costo. Pues, ¿quién
comenzaría a construir un edificio sin primero calcular el costo para
ver si hay suficiente dinero para terminarlo? De no ser así, tal vez
termines solamente los cimientos antes de quedarte sin dinero, y
entonces todos se reirán de ti” (versículos 26-29 NTV).

Él verdaderamente está explicando el antiguo dicho que, “si Jesús no es


Señor de todo, no es Señor en absoluto”. Cualquiera que quiera seguir a
Jesús, pero viene con eventualidades como familia, metas económicas, o la
conservación de la propia vida, está profundamente desconfiando de Dios en
su corazón. ¿Por qué rehusaría a dar toda mi vida a Jesús a menos que
sintiera en lo profundo que no puedo confiar mi vida completamente a él?
Aún si adjunto una condición a mi disposición para seguir a Cristo, significa
que todavía soy el que está en control y no Cristo.

Por supuesto, decidir seguir en forma radical es diferente de hacerlo en la


práctica. Ningún cristiano nunca ha vivido completamente un total
compromiso, incluyendo el líder de los discípulos de Jesús, Pedro. En este
pasaje Jesús está llamando a una decisión de corazón, o intentar seguirlo sin
condiciones. Esta es una gran decisión, así que Jesús urge a la gente a medir
el costo. ¿Estás seguro que puedes ceder tu vida entera al liderazgo de
Jesús?

Creemos que esta es una segunda decisión que los cristianos hacen después
de que han venido al Señor y se dan cuenta de lo que está en juego cuando
escogen entre la mediocridad cristiana y la dinámica vida cristiana al cien
por ciento. También encontramos que Dios probará tu decisión en diversos
momentos durante los años que siguen; tendremos repetidas oportunidades
para reafirmar nuestra intención de ir todo el camino con Dios.

Pero el punto crítico del discurso de Jesús está por venir. Él concluye la
conversación con estas palabras:
“La sal es buena para condimentar, pero si pierde su sabor, ¿cómo
la harán salada de nuevo? La sal sin sabor no sirve ni para la tierra
ni para el abono. Se tira. ¡El que tenga oídos para oír, que escuche y
entienda!” (Lucas 14:34-35).

Debemos leer esto a la luz de lo que Jesús dijo antes con respecto a sus
seguidores que son la sal de la tierra (Mateo 5:13). Aquí él está advirtiendo
que la sal puede perder su sabor, y él quiere decir que este es el destino de
aquellos que rehúsan vivir cien por ciento para él. La sal sin sabor es como
una gaseosa sin burbujas nadie quiere beberla. Los cristianos que se retienen
en una forma tentativa de seguir (que no es realmente seguir) finalmente
pierden sus “burbujas”. Ellos no pueden inspirar a otros para entregarse
completamente por Cristo. Ellos no pueden modelar la confianza radical,
porque a cierto nivel en sus corazones ellos desconfían de Dios.
Los discipuladores que se resisten a Dios en un área producen discípulos
que se resisten en diez áreas. Los discípulos casi nunca llegan más alto que
sus mentores. Incluso Jesús dijo: “El discípulo no es superior a su maestro,
ni el siervo superior a su amo. Basta con que el discípulo sea como su
maestro” (Mateo 10:24-25). Si nosotros mismos no hemos establecido
firmemente seguir al Señor en forma radical, no podremos modelar una fe
real para nuestros discípulos.

Durante años de observar a la gente tratar de servir a Dios, vemos vez tras
vez que algunas personas parecen tener increíble influencia para Cristo,
mientras que otros nunca parecen ganar mucho terreno con la gente. La
diferencia no está en su nivel de inteligencia o de sus dones. Ni las
circunstancias tienen mucho impacto. El denominador común con estos
siervos de Cristo altamente influyentes es su alto nivel de compromiso.
Aquellos con áreas de transigencia nunca desarrollan mucho impacto para
Cristo a pesar de tener a veces sorprendentes dones.

Antes de salir a ser un modelo, debes tener una profunda transacción con
Dios. Cuidadosamente piensa en la proposición de Jesús. ¿Estás listo para ir
todo el camino con Dios? Si no, ¿Por qué? Sé lo suficientemente honesto
para admitir tu incredulidad, y pasar tiempo pensando acerca de lo que tu
incredulidad implica para tu visión de Dios.

Por otra parte, si estás listo para hacer este incondicional compromiso para
Cristo, él te usará para cambiar la vida de las personas, quizás más allá de
lo que tú esperas. Si anhelas verte a ti mismo considerado para Dios en esta
vida, realizar ese compromiso es la puerta para la efectividad. El
compromiso total a Cristo no puede ser puesto de lado o minimizado si
queremos ser modelos efectivos.

Lecciones de la sicología

Los sicólogos del aprendizaje social han estudiado en forma extensa el


proceso de aprendizaje a través de modelos. Albert Bandura estudió cómo
los niños escogen y siguen modelos. Incluido en sus descubrimientos estaba
lo siguiente: [25]
Bandura encontró que los niños deben estar atentos a las pistas
pertinentes. El niño puede distraer su atención mientras el
modelo es observado, y por lo tanto fallar en llevar a cabo el
comportamiento apropiado posteriormente. Un maestro puede
ayudar dirigiendo la atención del niño a aquellas partes de la
presentación del modelo que son las más importantes. De
acuerdo a este resultado, modelar tiene una debilidad: la gente
puede no percibir o malinterpretar a los modelos. Ellos pueden
atribuir el éxito de un modelo a una cosa, cuando la razón real era
otra cosa, ellos quizás no están observando o poniendo atención
durante las partes claves del comportamiento.

Por ejemplo, mi discípulo puede observarme enseñar, pero no llegó


a ver cuánto yo estudié de antemano. Así como esos modelos
conscientes, podemos necesitar señalar la correcta interpretación o
características: “¿Notaste lo que le dije a ese tipo? ¿Por qué
piensas que yo usé ese enfoque?” Al hablar de incidentes recientes
como este, podemos verificar que nuestros discípulos están
correctamente percibiendo y entendiendo igual que nosotros.
Vemos a Jesús haciendo esto cuando él pregunta a sus discípulos:
“¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco panes para los
cinco mil, y el número de canastas que recogieron? ¿Ni los siete
panes para los cuatro mil, y el número de cestas que recogieron?”
(Mateo 16:9-10). Esto también explica por qué Pablo tan a menudo
recuerda y explica sus propias acciones, como cuando él les
recuerda a los Corintios: “Cuando fui a anunciarles el testimonio
de Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría” (1Corintios
2:1; ver también sus extensas explicaciones de sus propias
acciones en 2Corintios).

Bandura también encontró que los niños deben ser capaces de


retener en sus memorias lo que han observado para que así esté
disponible cuando lo necesiten. Los recuerdos se desvanecen o
desaparecen con el tiempo, así que las técnicas ayuda-memoria
tales como ensayo, revisión o práctica ayudan a mantener la
imagen en la memoria de la otra persona. Este resultado sugiere
que la repetición es importante. Los discípulos a veces son
sorprendentemente lentos para agarrar las nuevas habilidades y
actitudes de forma duradera. Cualquier discipulador que piense que
es suficiente decir o mostrar al discípulo una vez cómo hacer algo
es bastante ingenuo. Solo después de múltiples repeticiones
podemos esperar que los discípulos capten nuestro modelado de
formas significativas.

Por ejemplo, mi discípulo puede necesitar verme en múltiples


situaciones conflictivas antes que él comience a ver el patrón
consistente de manejo cristiano de conflicto. Un discípulo que está
aprendiendo a enseñar la Biblia puede necesitar intentos alternados
de enseñar él mismo y a la vez, observarme a mí enseñando durante
múltiples ciclos antes de que él adquiera la habilidad
adecuadamente.

Bandura también estudió qué personas tienden los niños a tomar como
modelos. [26] Él encontró que:

Los niños probablemente van a modelar su propio


comportamiento basados más en las acciones de la gente que
ellos ven como importante, que basados en la gente que ellos no
ven como importante. De nuevo esto señala la importancia de la
inversión relacional en el discipulado. Los amigos íntimos son
considerados importantes. Al trabajar en equipos de liderazgo,
tenemos la oportunidad de promover a nuestros compañeros líderes
delante de otros en el grupo, lo que generalmente hace que la gente
esté más dispuesta a seguir su ejemplo. Con suerte, nuestros
compañeros de equipo devolverán el favor.
Los niños probablemente van a adoptar patrones de
comportamiento basados más en modelos de su propio sexo que
en modelos del sexo opuesto. Este es otro argumento para
discipular gente del mismo sexo. [27]

Bandura señaló que los modelos que reciben recompensas como


fama, nivel social alto, o dinero influyen más en los niños que
aquellos que no tienen estos tipos de recompensas. Por supuesto,
ni Jesús ni Pablo recibieron estos tipos de recompensas, pero ellos
recibieron recompensas espirituales. La salud espiritual de los
modelos, las buenas relaciones, y el sentido personal de realización
son atractivas para los discípulos (Hebreos 13:7).

Bandura encontró que los modelos que son castigados por su


comportamiento generalmente no son seguidos. Este es un punto
importante, pero recuerda, el castigo a menudo es un asunto de
interpretación. Aunque Pablo fue golpeado, puesto en prisión, y
hasta apedreado, él vio todo esto como “sufrimientos ligeros y
efímeros” (2Corintios 4:17). Aún después de cuatro años de
prisión, y esperando posible ejecución, Pablo, cuando escribió la
carta a los Filipenses, no hizo otra cosa que gozarse en el Señor con
un sentido de que Dios estaba bendiciéndole más que nunca. En
otras palabras, sufrimiento y castigo no siempre son lo mismo. Este
resultado de Bandura sugiere por qué los líderes que lloriquean, se
quejan y a menudo sienten pena por sí mismos tienen problemas
para liderar. La gente no quiere seguir un ejemplo que lleva solo a
dolor de cabeza y desesperación. Por otra parte, los líderes que
padecen dificultades con acción de gracias y un sentido de victoria
y fe asombran y desafían a sus discípulos. Los discípulos quieren la
habilidad de levantarse por sobre las circunstancias como estos
modelos excepcionales.

Bandura encontró que los niños probablemente van a seguir más


a modelos que son similares a ellos en edad o nivel social, que a
aquellos que les parecen bastante diferentes de ellos mismos. La
mayoría de los padres ya conocen este principio. Los pares de
nuestros hijos tienen tremenda influencia, que al final, rivaliza o
sobrepasa la de los padres en los años de la adolescencia. El punto
principal aquí es que los discípulos necesitan identificarse con
modelos a seguir. Cuando los discípulos pueden verse a sí mismos
como llegando a ser similares al modelo, ellos lo imitarán. La
inversión relacional realza la identificación. Así también la
honestidad y la transparencia. Nuestros discípulos tienen que
vernos como personas reales.
Los intereses comunes y las experiencias comunes llevan a la
identificación. Edad y situación social similares pueden ayudar,
aunque en el contexto del discipulado, no hemos visto mucha
desventaja en ser mayor. Los estudiantes hoy, parecen tener pocos
problemas con modelos mayores que aquellos de hace veinte años.
Quizás el quiebre de las familias en Estados Unidos ha dejado más
estudiantes anhelando un modelo mayor a seguir en quien ellos
puedan confiar. Por otro lado, la edad se convierte en una barrera
importante cada vez que una persona más joven trata de discipular
a una persona significativamente mayor.

Dennis : Vi esto cuando se me pidió que discipulara a unos


hombres mayores cuando yo tenía 22. Estos hombres de entre 35 y
45 años con gratitud aceptaron la enseñanza bíblica que compartía
con ellos. Y aunque ellos me admiraban en algunas cosas, ellos no
sentían que fuera razonable seguir mi ejemplo en sus vidas por las
diferencias en nuestras situaciones tanto de edad como de vida. Fue
un clásico caso de discipulado sin modelar. Ellos aprendieron sus
Biblias y siguieron con el Señor, pero no pude hacer a ninguno de
ellos un líder ya que no querían imitarme.

Ten en cuenta los resultados de Bandura mientras oras por tu efectividad


como modelo. Estos puntos deberían rendir algunas ideas que pudieran
mejorar tu modelar. Aunque la sicología del aprendizaje social es una
disciplina secular, no vemos razón alguna para dudar de sus resultados en
general. Pregunta a Dios cómo estos puntos podrían aplicarse a ti.

Perdiendo credibilidad como modelo

Ya hemos señalado que los modelos que carecen de fe cuando sufren, al


lloriquear y sentir pena de sí mismos pierden credibilidad como modelos. Ni
tampoco los modelos que no están completamente comprometidos con Cristo
inspiran a seguirles. Pero otras cosas pueden costarnos la credibilidad
también.

La deshonestidad puede ser devastadora para cualquier potencial modelo.


En cualquier momento en que un discípulo te coge en una mentira o cualquier
forma de deshonestidad, se rompe la confianza, y la confianza es central para
la disposición de la gente para seguir tu ejemplo. Si dejas deslizar una
mentira, la única cosa que puedes hacer es admitir rápidamente tu error y
pedir perdón. “No fui honesto contigo en esa situación, y eso me molesta,
porque quiero que seamos honestos el uno al otro todo el tiempo”.

Por supuesto, honestidad no significa que tienes que ser exhaustivo en lo que
dices. Siempre puedes decir a tus amigos, “No soy libre para compartir lo
que sé acerca de eso”. Quizás no les guste que les digas así, pero no
resultará en desconfianza. Al contrario, el hecho de que tú guardes
confidencias crea más confianza. La clave es si ellos piensan que estás
siendo reservado por razones de autoprotección o por el bien de otros.

Cualquier tipo de egoísmo es malo para la credibilidad de los modelos. Si


los discípulos sienten que tú estás sirviéndote a ti mismo más que a Dios y a
otros, ellos quizás lleguen a sospechar de todo lo que tú hagas. Tienes que
demostrar que tú tratarás consistentemente de hacer lo correcto, incluso si te
significa una desventaja.

Esto es particularmente importante al tratar con gente y situaciones de


ministerio. Algunas cosas pueden parecer egoísmo aun cuando no lo son, y
quizás tengamos que explicar por qué lo que hacemos está correcto dadas las
circunstancias. Por ejemplo, imagínate un grupo de líderes turnándose para
enseñar en un grupo de estudio bíblico que no está yendo bien. Sabemos de
casos como éste, donde el pastor principal tomó la decisión de hacer él la
mayor parte de la enseñanza.

Eso podría parecer egoísta a los otros maestros, pero si el líder explica que,
dados los problemas que hay en el grupo, él siente la necesidad de poner al
maestro más experimentado al frente más a menudo, la gente generalmente lo
aceptará.

Los líderes deben ser particularmente cuidadosos cuando tratan con


opositores. Rebatir o reprobar a un opositor puede parecer egoísta tanto al
opositor como a los que observan. Por esto Pablo previene a Timoteo: “Un
siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con
todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse. Así, humildemente, debe
corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el
arrepentimiento para conocer la verdad” (2Timoteo 2:24-25). Por otra parte,
si tus discípulos ven que manejas las situaciones de oposición y críticas con
gracia y equidad, su deseo de imitar tu ejemplo crecerá, en especial si
escuchan que oras por tus oponentes.

A menudo la hipocresía extrema arruina permanentemente cualquier


posibilidad de ser imitado. No podemos evitar toda la hipocresía, porque
ningún cristiano es completamente consistente. Pero cuando la hipocresía se
vuelve extrema, cualquier influencia sobre otros está perdida. La hipocresía
común podría incluir situaciones donde tú no haces completamente algo que
has enseñado a otros a hacer. La mayoría de los mentores han tenido un
discípulo señalando una de estas áreas de debilidad. Esto generalmente no es
un problema si admites tu falta y con un natural encogimiento de hombros
dices: “¡Me pillaste!” Tener una actitud de gracia hacia tus propias faltas
como también hacia otros enseña a tu discípulo una lección valiosa.

La mayoría de las formas de hipocresía extrema involucran algún tipo de


deshonestidad implícita. Un líder que continúa enseñando la palabra de Dios
mientras se involucra en episodios de sexo secreto es culpable de hipocresía
extrema. Un creyente que trata de parecer más recto de lo que realmente es,
también comete hipocresía extrema. Considera el caso de Ananías y Safira
en Hechos 5. Ellos dieron dinero a la iglesia de una manera que los hizo
parecer más generosos de lo que realmente eran. Su acción fue una mentira
implícita, diseñada para impresionar a otros cristianos acerca de cuán
avanzados espiritualmente estaban ellos.

La disciplina extrema de Dios por esta acción (muerte) demuestra cuán serio
él ve “la levadura de los fariseos, o sea, de la hipocresía” (Lucas 12:1). Este
tipo de hipocresía crea cinismo en los discípulos. Descartarán lo que dices y
haces por tu hipocresía y al mismo tiempo pueden sentirse más libres para
ser hipócritas ellos mismos. Sin embargo, la verdadera honestidad no crea
cinismo, sino confianza. Aún si tienes que admitir algunas faltas bastante
serias, tus discípulos respetarán tu honestidad.

Áreas típicas donde modelar es supremo


Ya hemos sugerido que las actitudes y valores se transmiten mejor a los
discípulos a través del modelaje. Pero el entrenamiento objetivo
generalmente se puede combinar con el modelaje para lograr el mejor efecto.
Veamos varias áreas donde modelar es supremamente efectivo y cómo el
estudio puede aumentar el efecto.

Amor de sacrificio

Quizás el área más decisiva para modelar para tus discípulos es el


verdadero amor cristiano. Nada ayuda a la gente a aprender a amar tanto
como observar a un amigo íntimo que sabe amar a otros a la manera de
Cristo. Así muchos aspectos del verdadero amor en sacrificio son subjetivos
y deben transmitirse a través de modelarlos:

Cómo empatizar con otros . Desarrollar sensibilidad y


discernimiento cuando te relacionas con otros es una habilidad
clave para los siervos de Dios. Los discípulos necesitan cultivar
tanto una actitud de empatía y la capacidad de proyectar esa
empatía a otros. Ellos necesitan aprender a reflejar los sentimientos
mostrando respuestas emocionales apropiadas a lo que la gente
dice. Para algunos, esta es una de las habilidades relacionales más
difíciles para desarrollar.

Cómo escuchar cuidadosamente . El escuchar activo incluye


cuidadosa concentración en lo que la gente está diciendo como
también lo que podrían estar ocultando. El lenguaje corporal, las
expresiones faciales, y la retroalimentación expresan interés al
escuchar. Los discípulos necesitan aprender paciencia cuando la
gente explica sus cargas. Ellos necesitan hacer preguntas
clarificadoras para ver si ellos entendieron.

Cómo interceder en oración . Hablaremos de esto en nuestro


capítulo acerca de la oración.

Cómo pensar en otros cuando no estamos con ellos . La Biblia


enseña: “Preocupémonos los unos por los otros, a fin de
estimularnos al amor y a las buenas obras” (Hebreos 10:24). El
imperativo en este verso no es estimular a otros, sino a
“preocuparnos”. Es demasiado tarde cuando estás con un amigo, y
en ese momento ponerte a pensar. Los que en verdad aman al estilo
bíblico aprenden a pasar tiempo en oración y pensando en los
amigos, para que cuando se junten tener buenas ideas acerca de qué
decir o hacer para servir a las necesidades de los otros.

Cómo animar a otros efectivamente . Animar es tanto una habilidad


como un arte creativo. Hablaremos más de dar ánimo en nuestro
capítulo sobre consejería.

Cómo perdonar . Los discípulos a menudo no saben cómo perdonar


de corazón. Para la mayoría de la gente, el verdadero perdón es a
veces una verdadera lucha y un buen modelo puede guiar a la gente
a través de esa lucha. Cuando un discípulo observa que tú tienes una
auténtica actitud perdonadora, él o ella ve cómo es una persona
llena de gracia.

Cómo enfrentar a otros en amor en vez de ira. Algunos discípulos


dañan o destruyen las relaciones por manifestaciones impías de ira.
Otros fallan en servir a sus amigos porque no están dispuestos a
enfrentarlos del todo. Hablaremos de enfrentar luego en el Capítulo
10 sobre “Encontrando falta de progreso”. Por ahora, podemos
observar que nada les ayudará más a entender un enfoque de amor
en esta área que el observar a un creyente maduro en acción.

Los cristianos aprenden estas habilidades mientras siguen a Dios durante


toda una vida. Pero la prueba y el error son maestros lentos, aun cuando el
Espíritu Santo esté guiando y enseñando. Para aprender más rápidamente
cómo amar profundamente, debemos mirar a alguien que respetamos y que
está practicando el amor profundo en nuestra presencia. Observar a un
hermano enfrentar a un amigo acerca de algo en su vida puede enseñar más
que muchas horas de lectura. De hecho, la lectura quizás nunca transmita
todos los matices que van con una cuidadosa reprobación de un dotado líder
espiritual. Aún así, la lectura y el estudio del tema pueden mejorar la
capacidad del discípulo para comprender esas habilidades por sí mismo. De
la misma manera que en otras áreas, la combinación del modelaje y el
estudio es mucho más potente para cambiar vidas en forma efectiva que cada
uno de estos por sí solos.

Actitudes

Considera el área de la actitud de uno hacia el dinero. Si tu estilo de vida es


uno de moderación y de relativa simpleza en vez de estar centrado en amar
el dinero y las posesiones, bien puedes ver a tus discípulos gradualmente
tender a un estilo de vida similar. La importancia que le das a ser fiel para
dar financieramente es probable que también comenzará a aparecer en las
vidas de tus discípulos.

Al enseñar principios de mayordomía tú puedes acelerar la transmisión de


esos valores. Estudiar juntos textos de calidad como el libro de Randy
Alcorn: Dinero, Posesiones y Eternidad, [28] puede dar a tus discípulos un
buen entendimiento bíblico y teórico de los asuntos relacionados con la
mayordomía. Leer pasajes bíblicos claves como la parábola del mayordomo
infiel (Lucas 16:1-15) o la enseñanza de Jesús en el sermón del monte
(Mateo 6: 19-34) provee la oportunidad para que el Espíritu trabaje a través
de la palabra de Dios en el corazón de un discípulo. Cuando combinas la
verdad con el ejemplo, Dios los usa como fuerzas poderosas para cambiar
las vidas de los discípulos.

Amor que sobrepasa

Modelas el amor a través de tu relación con un discípulo. Pero eso no es


suficiente. Jesús preguntó “Si ustedes aman solamente a quienes los aman,
¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de
impuestos?” (Mateo 5:46). Estas palabras resaltan la necesidad de practicar
el discipulado en el contexto del cuerpo de Cristo. En comunidad, tus
discípulos ven cómo tú amas a la gente de diferentes trasfondos y
personalidades, incluyendo aquellos que son difícil de amar. Ellos también
necesitan ver tu amor por los que no son cristianos. Tu amor por los no
creyentes y tu celo por verlos volverse a Cristo puede engendrar un amor
similar en tus discípulos. Los discipuladores que no les importan los
perdidos tienden a generar discípulos con la misma debilidad.
Vida interior con Dios

Tu caminar personal con Dios es un área clave de modelaje. Tu amor,


confianza y aprecio de Dios son actitudes subjetivas que no son fácil de
enseñar a través de un libro de estudio. Estas actitudes se aprenden
mayormente a través de años de experimentar la fidelidad de Dios, pero
también a través de la imitación. Primero, aprendes a apreciar a Dios a
través de tu propia experiencia con él durante años. Luego, tu discípulo
puede verdaderamente aprender a través de tu experiencia, un proceso
llamado aprendizaje vicario . En el aprendizaje vicario, la gente adquiere
por sí misma lo que otro ha aprendido, por medio de aceptar la experiencia
del otro como válida y creíble. Esto es modelaje.

La mayoría de los cristianos nuevos tienen un montón que aprender acerca de


la gratitud. Los creyentes nuevos generalmente están descontentos con lo que
han recibido y solo se enfocan en lo que no han recibido aún. El estudio
puede ayudarles a aprender un hábito consistente de dar gracias, pero nada
ayuda más que observar a un creyente maduro que ora y adora a Dios.

De la misma manera, los creyentes nuevos no entienden realmente lo que


significa confiar en Dios con sus vidas. Estudiar las Escrituras tiende a
edificar la confianza. Pero conocer a un creyente más antiguo que ha
aprendido cómo confiar en Dios a un nivel más profundo les muestra cosas
que quizás nunca entenderán de otra manera. Enseñar a los discípulos a
cultivar la confianza y estar en contacto con la razón de por qué estamos
agradecidos, involucra mostrarles por qué son necesarios los tiempos
diarios con Dios en oración y la palabra.

Sufrimiento Victorioso

A través del modelaje, puedes impartir un área clave de confianza en Dios;


la habilidad de sufrir en la fe y aún estar agradecido. Cuando los discípulos
te ven sufrir sin llegar a estar amargado o derrotado, ellos se sienten
desafiados. ¿Cómo puede alguien continuar confiando en Dios, y hasta dar
gracias, cuando está sufriendo? A veces, nada convencerá a la gente de que
una actitud así es realista, sino observar a un amigo íntimo vivirlo justo
delante de sus ojos.

Habilidades de Ministerio

Modelar no solo destaca al transmitir valores y actitudes, también es


poderoso para entrenar discípulos en complejas habilidades ministeriales.
La mejor manera de aprender a compartir la fe es observar el testimonio de
un dotado evangelista. Mucho del buen evangelismo involucra la lectura de
las actitudes del corazón de los no cristianos durante una conversación. Este
tipo de sensibilidad es dinámica, porque tienes que practicarla en el camino.
¿Cuándo uno debería hacer la pregunta de la conversión? ¿Cuándo dejarlo
para más tarde? ¿Cuándo entrar en argumento y cuándo cambiar de tema?
Estos son juicios basados en la experiencia y el discernimiento espiritual.

Tu gozo y sentido de satisfacción cuando compartes tu fe también son


contagiosos. Después de una experiencia de testimonio ustedes pueden
hablar acerca de lo que ocurrió, señalando las partes claves de la
conversación. Cuando los discípulos te ven testificar, ellos no solo aprenden
cómo hacer lo mismo, sino también ganan motivación y deseo de testificar.

También la enseñanza y la predicación se transmiten mejor a través del


modelaje. Aunque los buenos libros sobre predicación pueden ayudar, tus
discípulos destacarán mucho más si puedes mostrarles tú mismo cómo
preparar un pasaje y luego proclamar la palabra de forma viva. Si no tienes
muchos dones para predicar, no está todo perdido. Muchos cristianos han
desarrollado su propio sistema a través de tratar una y otra vez, y puedes
siempre unirte a ellos para escuchar a otros maestros efectivos y tomar nota
de por qué una conversación dada hizo impacto.

Cómo Motivar a Otros

Los líderes se enfocan en ser motivadores. Tenemos que aprender a motivar


a la gente a amar y servir a Dios y a otros. También queremos que nuestros
discípulos aprendan este poder casi místico. Un grupo puede estar sumido
por la apatía o preocupado con otras actividades cuando un líder de calidad
entra en escena. Pronto, la gente comienza a ganar entusiasmo por servir a
Dios. Quizás pueden haber estado haciendo cosas relacionadas con Dios,
pero sin mucho entusiasmo. Los líderes traen un sentido de urgencia,
entusiasmo, o pasión a las actividades que pueden haber parecido monótonas
antes. Bajo la influencia de un líder dotado, la gente comienza a ganar visión
y entusiasmo.

Algunas personas tienen dones como motivadores, pero mucho de esta


habilidad se puede aprender. Cualquiera puede aumentar su habilidad
motivacional, en especial cuando se tiene la experiencia de primera mano
con un buen motivador. Los modelos pueden hacer preguntas a sus discípulos
para asegurarse que están percatándose de las cosas correctas, “¿Notaste
cómo relaté las victorias durante la reunión de oración?”, y asegurarse que
ellos están uniendo los puntos, “¿Por qué piensas que lo hice así?”

Juicio en el Ministerio

Otra habilidad clave que transmitimos a través del modelaje es la madurez


de juicio en las situaciones de ministerio. El comportamiento humano
involucra muchas variables, por lo que se vuelve imposible prescribir la
toma de decisión en el ministerio. En vez de enseñar a los discípulos qué
pensar, necesitas enseñarles cómo pensar. Quizás tengas que decidir si
endurecer tu postura o tomar una situación en particular con calma, si mirar
para otro lado o confrontar a alguien en pecado, si esperar o moverse
inmediatamente, en quién confiar o cuándo alguien está listo, y mil otros
juicios. Todos estos juicios varían de una situación a otra, y se debe estar
informado por las Escrituras, con sabiduría, experiencia, y la guía directa
del Espíritu Santo. Aprender buen juicio en el ministerio a través del tanteo
puede tomar décadas. Nada acelerará más el proceso que estar cerca de un
buen modelo que ya tenga buen juicio.

Las Relaciones con el Sexo Opuesto

Los discipuladores casados tienen la oportunidad de enseñar a sus


discípulos como relacionarse con una esposa y quizás cómo ser buenos
padres. Es importante traer a los discípulos a tu casa donde ellos puedan ver
por sí mismos cómo te relacionas con tu familia. Los discipuladores solteros
tienen la posibilidad de mostrar a sus amigos cómo relacionarse
maduramente con el sexo opuesto. Los discipuladores solteros se dan cuenta
de que no debieran hacer nada cuando tienen una cita amorosa que no
quisieran ver que sus discípulos imitasen. Tus discípulos están observándote
todo el tiempo, y ellos aprenderán la forma madura de vida cristiana u otra
cosa.

¿Estoy cualificado como modelo?

Cuando consideras la multitud de actitudes, valores y habilidades mejor


transmitidas a través del modelaje, fácilmente podrías sentirte intimidado.
¿Eres lo suficientemente maduro como para ser visto como modelo?
¿Quieres arriesgarte a tener un discípulo que te imite no solo en las buenas
cosas de la vida, sino también en las malas? Hasta podrías sentir que es
arrogante dar un paso al frente y ponerse como modelo para ser imitado.

Recuerda, tu valor como modelo es relativo. Ningún modelo es perfecto.


Aún Pablo dijo: “Imítenme a mí, como yo imito a Cristo” (1Corintios 11:1).
Este podría entenderse como: “Solo imiten la parte que se parece a Cristo”.
La pregunta no es: “¿Soy tan bueno como Jesús?” sino, “¿Estoy más adelante
que mi discípulo?” Si tus actitudes y estilo de vida han avanzado más que los
de tus discípulos, entonces él o ella puede aprender mucho de tu modelaje.
Recuerda lo poco que entienden los cristianos nuevos acerca de Dios y la
vida cristiana. Muchas de las cosas de que hemos hablado en este capítulo
toman toda una vida para desarrollarse, y aún entonces, a veces nos sentimos
tristemente incompetentes. Satanás trata de usar la acusación para
persuadirnos de que no valemos como modelos y que debemos abandonar.
Pero aún un modelo lleno de imperfecciones podría ser mejor que ningún
modelo.

Cuando sentimos el dolor del fracaso moral intensificado por el


conocimiento de que estamos siendo modelos inadecuados, ¿qué deberíamos
hacer? Generalmente, tenemos que ser realistas acerca del poder de la carne
y continuar hacia adelante mientras admitimos en forma honesta donde
fallamos. Aquellos que forman discípulos no pueden permitirse el
perfeccionismo. El discipulado es demasiado real para eso. El
perfeccionismo solo conducirá a la falsedad o al abandono. Falsedad,
porque la gente trata de esconder cuánto se han alejado de la perfección.
Abandono, porque la gente pierde la esperanza y se rinde tratando de lograr
un nivel perfecto y legalista. En vez de eso, debemos aprender a aferrarnos a
la gracia.

Lo peor que puedes hacer durante tiempos de derrota espiritual es abandonar


a tus discípulos. Cuán a menudo hemos visto a discipuladores caer en
autoacusación y dejar a su gente, generalmente con espantosos resultados.
Todos estamos dañados, y Dios usa un ejército de gente minusválida
cojeando con muletas y sin piernas para construir su reino. No solo somos
salvos por gracia; sino que también tenemos que aprender a ministrar a
través de la gracia. Los discipuladores más exitosos constantemente se
sorprenden de que sus discípulos lo hagan tan bien, ¡considerando cuán
imperfectos fueron sus discipuladores!

Convertirse en un mejor modelo para otros es una motivación poderosa para


desarrollar tu propio caminar con Dios. Pronto los discipuladores se dan
cuenta de que la espiritualidad real no puede ser fingida en una relación tan
íntima como el discipulado. El discipulado revelará la verdad acerca de tus
debilidades de la misma manera que tu verdadero ser en el matrimonio. Pero
los discípulos aún se benefician si prosiguen “hacia la meta para obtener el
premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14
LBLA).

Quizás tu error fue tan grande que tengas que renunciar a tu rol de
discipulador temporalmente. Es una decisión seria que debe ser hecha con
otros colegas de ministerio y no en la confusión emocional y el
remordimiento del error inmediato. Si sientes que has fallado tan seriamente
o consistentemente que necesitas retirarte de tu rol como discipulador,
primero debes ir donde tus líderes y colegas de ministerio y pedir sus
opiniones. Solo si ellos están de acuerdo, después de oír todos los hechos,
debes retirarte.

Sugerimos este enfoque porque hemos visto muchos casos donde los
discipuladores se han sentido obligados a abandonar, no porque ellos
necesitaran hacerlo, sino porque Satanás los puso bajo acusación por
problemas relativamente menores. Si tu error es tan serio que requiere tu
retiro durante el tiempo de restauración, eso debería ser claro para tus
líderes y colegas también.

En un sinnúmero de diferentes áreas, el modelaje da forma a la actitud y el


comportamiento de los discípulos. A medida que ellos nos imitan a nosotros,
ellos gradualmente se convierten en modelos por derecho propio. En una
comunidad cristiana saludable, la gente está rodeada de ejemplos reales y
creíbles de vida cristiana que motivan poderosamente al cambio.

CAPITULO 6

Impartir un Amor por las Escrituras

J ESSICA: Para mí, la Biblia se ha vuelto una necesidad en el arte del


discipulado. La primera vez que tuve celos por las cosas de Dios, traté de
discipular a algunos amigos. No funcionó. Todos ellos se fueron, cambiando
un caminar con Dios por los placeres mundanos. Fui con mi frustración
donde una mujer cristiana mayor que yo respetaba.
“¿Qué estoy haciendo mal?” le supliqué.
Ella me dio la respuesta prudente: “Quizás no se trata de ti. A veces, aunque
hagamos todo lo correcto la gente escoge en contra de Dios”.
“Lo sé, lo sé”, dije, moviendo mis ojos. “Pero quiero que usted me
diga cómo hacerlo mejor”.
Ella sonrió y me dijo que tenía algo que me podía ayudar. Me dio una lista
de elementos que ayudan a los cristianos a crecer espiritualmente, sugiriendo
que mirara la lista y viera si yo había ayudado a mis amigos en todas esas
áreas.

Cuando me senté sola con la lista, pensé en mi experiencia de discipulado.


¿Hablaba yo con mis amigos de la importancia de comunión con otros
creyentes? Si. ¿Oraba yo con ellos? Si. ¿Los animaba en sus fortalezas y
posibles dones? Si. Entonces vi algo en la lista que no estaba haciendo:
compartir la Biblia con ellos. Nunca había abierto la Biblia en nuestras
múltiples reuniones. Cuando me reunía con mis amigos, generalmente
pasábamos la mayor parte de nuestro tiempo poniéndonos al día, después yo
trataba de dar un buen consejo, y luego orábamos.

Surgió una oportunidad para discipular a una persona nueva. Esta vez iba a
cambiar mi enfoque. Mónica y yo nos sentamos para tomar un café y yo
describí un par de ideas de estudio que tenía. “Quizás podríamos leer
Colosenses juntas y hablar de los principios que observamos. O podríamos
hacer una reseña del Antiguo Testamento. ¿Qué preferirías?” Decidimos
hacer ambos estudios, y acordando esto, también nos comprometimos a un
tiempo de reunión regular más largo. El resultado de estos estudios fue una
sorpresa placentera. Noté que Mónica estaba volviéndose una poderosa
mujer espiritual, alguien con profundas convicciones personales y un
ministerio personal fructífero. A menudo ella me hablaba de lo agradecida
que estaba que la ayudara a “enamorarse de la Biblia”.

Desde entonces estoy completamente convencida de que el estudio de la


Biblia es un ingrediente clave para el discipulado fructífero. He visto que
cualquier cristiano comprometido que esté dispuesto a convertirse en un
estudiante de las Escrituras puede llegar a ser una fuerza poderosa para Dios
en este mundo. He visto a una Mónica convertirse en veinte a medida que el
proceso de multiplicación se desarrollaba. Mi ministerio de discipulado ha
sido mucho más fructífero desde que comencé a priorizar la Biblia como
parte de mi tiempo con los discípulos que es difícil de medir.

¿Es esencial estudiar la Biblia?

En nuestra experiencia, muchos discipuladores ponen poco énfasis en el


estudio de la Biblia con sus discípulos. Demasiado a menudo, nos enteramos
(generalmente por los discípulos) que los tiempos que pasan con sus
discípulos son mayormente sociales. Ellos pueden conversar acerca de
eventos recientes y aún de luchas espirituales. Quizás oren juntos. Incluso
puede que hablen de principios bíblicos. Pero a menudo reconocen que
pasan en verdad poco tiempo estudiando la Biblia o libros relacionados.

A esos discípulos generalmente, no les va tan bien como a otros que tienen
estudio bíblico regular como elemento fundamental de su tiempo con los
discipuladores. Considera varias razones por qué conocer la Biblia
transformará radicalmente las vidas de los cristianos nuevos.

Alimento

La Biblia es alimento espiritual que nos ayuda a crecer. Pedro dice: “deseen
como niños recién nacidos la leche de la palabra no adulterada para que por
ella crezcan para salvación” (1Pedro 2:2 LBLA). De acuerdo con Pedro, las
Escrituras debieran ser tan importantes para nosotros como la leche para el
recién nacido. Pablo les recuerda a los Tesalonicenses que la palabra de
Dios hace la obra de Dios en el interior de los creyentes: “cuando recibieron
la palabra de Dios que oyeron de parte nuestra, la aceptaron, no como
palabra de hombres sino como lo que es de veras, la palabra de Dios quien
obra en ustedes los que creen.” (1 Tesalonicenses 2:13 LBLA).

Transformación mental

En el Nuevo Testamento, a menudo leemos acerca de la necesidad de una


transformación mental. Romanos 12:2 nos llama a “no adopten las
costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación
de su mente”. Y en Efesios 4:23, Pablo suplica: “renuévense en el espíritu
de su mente” (LBLA). Dios quiere cambiar la forma en que piensan nuestros
discípulos, y no solo lo que ellos hacen. Nuestras acciones fluyen de nuestro
pensamiento, así que la transformación de la mente es fundamental para una
vida cambiada. Como discipuladores, necesitamos ver que no es suficiente
dejar a los discípulos con una cosmovisión pobremente desarrollada.

En particular en la cultura de hoy, aprender las Escrituras es urgente porque


los convertidos nuevos vienen a Cristo de forma pasiva, narcisista y
mentalmente apáticos. [29] Aquellos que luchan con sus pensamientos son los
que tienen algo espiritual y persuasivo para ofrecer a sus pares.

Victoria sobre el pecado

Ganar profundidad en la palabra ayuda a la gente a ganar la victoria sobre


sus problemas de pecado. Conocer la palabra no es garantía de libertad del
pecado, sino combinado con la disposición básica y otros factores. Las
Escrituras son uno de los elementos claves que Dios usa para liberarnos de
la esclavitud del pecado. Jesús dijo: “Si ustedes permanecen en mi palabra,
serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los
hará libres.” (Juan 8:31-32 LBLA). Y en este contexto, él se estaba
refiriendo a la libertad del pecado. [30] Dios usa su palabra para traer un alto
sentido de motivación para cambiar todas las áreas de la vida.

Motivación

Como discipuladores, esperamos impartir motivación fuerte y duradera a


nuestros discípulos. Pero ¿cómo se motiva a la gente? En el mundo, la
presión social y la manipulación son formas adecuadas para motivar a la
gente. Cuando una publicidad en la televisión muestra una mujer con poca
ropa con una cierta marca de cerveza, los hombres compran más de esa
cerveza, y ellos no saben por qué. Pero a los publicistas no les importa cuál
es la motivación de la persona. Ellos solo quieren vender cerveza.

Como motivadores cristianos, esto no es suficiente. Queremos que la gente


haga lo correcto, pero también queremos que lo haga por las razones
correctas.
Así que ¿cómo debe ser un cristiano motivado? Sugerimos que:
La gente está motivada cuando está convencida de la rectitud y
urgencia de las metas cristianas hasta el punto de estar ansiosos por
actuar, y seguir actuando para alcanzar esas metas sin importar lo
que otros hagan o piensen.
Vemos que el primer objetivo es que el discípulo esté convencido de lo
correcto y urgente de nuestras metas. El argumento de por qué nuestras metas
son correctas y valiosas proviene de la Biblia. Nada convencerá a la gente
de que el camino de Dios es correcto más que estudiar las Escrituras.
Cuando la gente ve la verdad tan claramente, ellos no pueden negarla,
encontrarán muy difícil dejar el camino del crecimiento, aun cuando sean
tentados, porque ellos ya saben mucho.

El segundo objetivo para motivar a las personas es impartir la urgencia de


nuestras metas. Esta parte tiene que ver con el modelaje y otros asuntos de
liderazgo que trataremos más tarde. Como sugerimos antes, ver las metas
cristianas como urgentes es un asunto de nuestro sistema de valores, y los
valores se transmiten mejor a través del modelaje.

Cuando nos movemos de una base motivacional de imitación a una basada en


las convicciones bíblicas profundas, veremos a nuestros discípulos avanzar
aún sin nuestra ayuda.

Discernimiento y Sabiduría

Todos necesitamos la habilidad de discernir entre lo bueno y lo malo para


florecer espiritualmente. De hecho, tener este tipo de discernimiento es una
clara señal de madurez espiritual de acuerdo con Hebreos 5:13-14: “Porque
todo el que toma solo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia,
porque es niño. Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la
práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal”
(LBLA). De acuerdo con este pasaje, cualquiera que no puede lidiar con las
verdades sustanciales de las Escrituras, es por definición, un niño espiritual.
[31]
Sin el conocimiento profundo de las Escrituras, nuestros discípulos
tendrán poco éxito entendiendo y batallando contra su naturaleza
pecaminosa, contra Satanás, contra las falsas enseñanzas, o contra los
argumentos del mundo que constantemente desafían su fe.

Ministerio

El conocer la Biblia también nos da credibilidad con otras personas. Sin un


conocimiento íntimo de la Biblia, finalmente llegaremos a un tope en nuestra
habilidad de influenciar a otros. 2 Timoteo 2:15 dice: “Esfuérzate por
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse
y que interpreta rectamente la palabra de verdad”.

Esto tiene sentido. Como cristianos, queremos saber qué dice Dios acerca de
nuestra situación, no solo la opinión de otra persona. Cuando las personas
sienten que alguien puede mostrarles la mente de Dios de forma profunda
con relación a sus necesidades actuales, ellos tienden a buscar consejo en
esa persona. 2 Timoteo 3:16-17 establece: “Toda Escritura es inspirada por
Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda
buena obra” (LBLA). La Biblia es productiva en cada área del ministerio del
discipulador. ¿Cómo podemos argumentar que hemos “equipado a los santos
para el ministerio” si no los hemos fundamentado en la palabra de Dios?

Apreciando la Gracia

La Biblia nos ayuda a ver la gravedad de nuestro pecado, y a su vez la


importancia de la gracia de Dios hacia nosotros. Entendemos que, sin la
gracia de Dios, la salvación sería imposible, pero ¿nos damos cuenta de que
lo mismo es verdad para nuestra vida espiritual después de la salvación? Ver
nuestro crecimiento bajo la gracia implica que vemos que todo nuestro
crecimiento debe venir como un don de Dios. “¿O tienes en poco las
riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de
Dios te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4 LBLA). La bondad de Dios
cambia nuestros corazones a un nivel profundo. [32]

Entendiéndose a sí mismo

La Biblia es el mejor lente para ver las importantes verdades acerca de


nosotros mismos. La Biblia es descrita como un espejo, o un tutor. Puede
mostrarnos nuestro verdadero ser, y en el proceso, nos guía a una nueva
dependencia en Cristo. El autoanálisis puede ser un rompecabezas frustrante
e infructífero, pero mientras más nos miramos en el espejo de la Biblia, más
emocionalmente sanos llegamos a ser. Muchos de nosotros nos enfocamos
demasiado en nosotros mismos buscando nuestro propio bien. Al cambiar
nuestro enfoque hacia las Escrituras, obtenemos la perspectiva de Dios
acerca de nosotros mismos y en el proceso le conocemos más íntimamente.

Gozo y Placer

Finalmente, la Biblia es gratificante y placentera una vez que aprendemos a


relacionarnos con ella. Proverbios dice: “Como diversión es para el necio el
hacer maldad, y la sabiduría lo es para el hombre de entendimiento”
(Proverbios 10:23 LBLA).

En otras palabras, ganar sabiduría debería llegar a ser tan placentera como
el más querido pasatiempo o afición. Quizás no sea la experiencia más
placentera las primeras veces que uno trate de leer la Biblia, pero llega a ser
placentera para cualquiera que persevera. Si puedes llevar a tus discípulos
al punto donde ellos realmente comiencen a disfrutar pasando tiempo en la
Biblia, habrás impartido un hábito que puede ayudarles toda su vida.

Incorporar el estudio de las Escrituras en tus reuniones

A menudo comenzamos a pasar tiempo con los discípulos de forma social,


quizás con oración ocasional. Sin tardar, esperamos comenzar incorporando
tiempos de estudio bíblico o lectura de la Biblia. Encontramos que muchos
estudiantes de la generación X e Y no están dispuestos (¡Incluso son
incapaces!) a leer libros por sí mismos, así que a menudo, en verdad, leemos
juntos turnándonos para leer una página y luego hablar de ella.

Algunas personas se frustran al aprender la Palabra, y esta puede ser una


puerta para iniciar un estudio bíblico. Una amiga nuestra, Clara, se quejó de
que no sabía nada del Antiguo Testamento. Después, en privado, me acerqué
y le pregunté si le gustaría hacer un estudio de siete semanas del Antiguo
Testamento conmigo. Clara con entusiasmo estuvo de acuerdo y ahora las
dos estamos desarrollando una relación de discipulado. La gente no siempre
pide ayuda, pero a menudo tiene frustración o están perdidos, y podemos
ayudarle, y esto fácilmente puede llevar a un tiempo de discipulado centrado
en la palabra.

Cuando te conviertes en cristiano tú obtienes una nueva ciudadanía celestial


donde todas las cosas son nuevas (Colosenses 1:13; 2Corintios 5:17).
Imagínate que tu ciudadanía repentinamente fuera cambiada en forma
irrevocable. No serías más norteamericano. Ahora serías un ciudadano de
Tailandia. Piensa lo difícil que sería que nadie te ayudara con el idioma o te
mostrara los alrededores. Te sentirías intimidado y abrumado. Fácilmente
podrías volverte aislado, y quizás hasta te rendirías, y te subirías al primer
avión de vuelta a Norteamérica.

Estas son las mismas emociones que los nuevos creyentes tienen si no son
guiados hacia el alimento espiritual. Pero en vez de coger un avión para
volver a Norteamérica, ellos tienen su antigua patria, el sistema del mundo,
en la punta de los dedos para cuando quieran volver a él.
Ahora imagínate que estás en la misma posición y un ciudadano tailandés se
hiciera amigo tuyo, te ayudara a aprender el idioma, te mostrara un lugar
donde podrías trabajar, te presentara a sus amigos, y te ayudara a aprender
más de la cultura. ¡Qué alivio! Por supuesto que podrías hacer que funcione
tu nueva vida en Tailandia, sin ayuda, pero sería mucho más difícil. El
discipulado es el puente desde lo antiguo a lo nuevo.

Decidiendo qué estudiar

Esta pregunta es difícil ya que tu enfoque en el discipulado puede ser


diferente todo el tiempo. En lugar de recomendar un programa de contenidos,
sugeriríamos algunas de las áreas claves donde tú debes dedicar tiempo.

La confiabilidad de la Biblia

Primero, debemos explicar lo que la Biblia es: la Palabra inspirada de Dios.


Nuestra meta es que nuestros discípulos ganen una confianza básica en la
confiabilidad y autoridad de las Escrituras. También necesitan estar listos
para defender la autoridad bíblica delante de otros que quizás pregunten
acerca de ella. A menos que ellos vean la Biblia como inspirada y con
autoridad, ellos no verán el sentido de estudiar o de seguir sus enseñanzas.
Vemos constantemente que los discípulos que carecen de una alta
apreciación de las Escrituras nunca van lejos en su fe. Varios buenos libros
están disponibles para un estudio así, y hemos incluido una hoja de trabajo
en el Apéndice 2. [33]

Por qué estudiar y reflexionar en la Biblia es importante

Una necesidad clave para la mayoría de los discípulos es la motivación:


llegar al punto donde ellos regularmente sientan la necesidad de estudiar la
palabra por sí mismos. ¿Qué te motivó a ti a estudiar las Escrituras?
Compartir tus propias experiencias y convicciones acerca de las Escrituras a
menudo ayuda a inspirar a tus discípulos. Ofrecerles dirección o formular un
plan también motiva a la gente. Quizás se sientan abrumados por el tamaño
de la Biblia. A veces una simple sugerencia como: “Quizás podrías empezar
leyendo el libro de Juan y escribir cualquier idea o pregunta que te surja en
cada capítulo” es lo suficientemente buena para que la persona se motive a
leer. Cualquier enfoque que les permita alcanzar las metas será más
motivador que simplemente ver el estudio bíblico como una meta vasta e
inalcanzable.

El refuerzo positivo es una herramienta motivacional poderosa. Muéstrales a


tus discípulos cómo la Biblia puede ser gratificante para ellos. Muéstrales
cómo las Escrituras fortalecerán los dones espirituales que ellos poseen. Sé
tan específico como te sea posible. Muéstrales cómo saber versículos de la
Biblia puede traer un montón de poder a las conversaciones que ellos tienen
con sus amigos. Si ellos ven el incentivo futuro que viene con el estudio
disciplinado, ellos estarán más dispuestos a perseverar.

Finalmente, si tu discípulo parece demasiado perezoso para estudiar, podrías


motivarle a través de desafíos. Si alguien ha hecho un compromiso con Dios,
pero no progresa en su vida devocional, él necesita ser advertido. Por
ejemplo, el autor de Hebreos dice: “a estas alturas ya deberían ser maestros”
(5: 12a). Aquí él pinta una visión negativa que toma la forma de: “Tú
podrías estar en un lugar, pero en lugar de eso estás aquí”. La advertencia
puede ser motivadora si logra hacer que tu discípulo sienta la convicción y
se arrepienta. Sin embargo, ese estilo de motivación debe usarse con
moderación. El reproche excesivo puede llevar a los discípulos a abandonar
a sus tutores. Necesitas seleccionar tus luchas y declarar en oración que
estás trabajando con Dios y los planes que él tiene para la vida de una
persona dada. El reproche debe reservarse para los casos donde otras
herramientas motivacionales han fallado.

La historia de la Biblia

La gente necesita entender el cuadro general en la Biblia. Quizás pueda ser


útil hacer una corta reseña de la Biblia. Hay numerosas reseñas de la Biblia,
incluyendo en nuestra página web. [34] Entender el gran cuadro del plan de
Dios a través de la historia ayuda a dar un contexto a cada pequeña sección
de las Escrituras. [35] ¿Cómo encaja la historia de José con el gran plan de
Dios? ¿Por qué los israelitas están sufriendo tanto en Lamentaciones? ¿Por
qué Hebreos habla tanto del sacerdocio? Tú puedes discernir más fácilmente
las respuestas a estas preguntas y muchas otras más cuando conoces la
historia básica y los temas de la Biblia.

Los principales temas teológicos en la Biblia

Debemos enseñar a nuestros discípulos un marco doctrinal básico que les


ayude a entender las relaciones entre los muchos detalles en la Biblia.
Algunos líderes cuestionan la sabiduría de hacer esto, porque podría llevar a
una lectura parcial, pero no estamos de acuerdo.

Todo el mundo tiene una matriz interpretativa cuando leen la Biblia. Esta
cuadrícula es un marco asociativo que vincula los datos en la narrativa en
una forma comprensible. Esa matriz podría plantear una amenaza para la
buena interpretación, ya que tu entendimiento del gran cuadro podría llevarte
a meter a la fuerza los pasajes en esa cuadrícula de una manera que el autor
nunca tuvo la intención. Por ejemplo, los Testigos de Jehová tienen un
elaborado marco teológico que se convierte en sesgo pasaje tras pasaje. Por
ejemplo, cuando Jesús usa la expresión de que Lázaro está dormido, ellos
piensan que esto prueba que las almas duermen desde el momento de la
muerte hasta el día del juicio. Los pasajes que no encajan en la cuadrícula en
realidad se vuelven a traducir para que encajen. Así que cuando Colosenses
2:9 dice: “Porque toda la plenitud de la deidad reside corporalmente en Él”
(LBLA), ellos añaden palabras que no se encuentran en el texto en griego
“Es en él que toda la plenitud de la cualidad divina habita corporalmente”
[36]

Así que a menos que seamos cuidadosos, nuestra matriz podría convertirse
en la verdadera autoridad y la Biblia en una colección de textos de prueba
para tapar los hoyos apropiados, aun cuando no encajen. Esta tendencia se
llama pensamiento paradigmático: una vez que vemos las cosas de una
manera, se vuelve difícil verlas de otra manera.

Por otro lado, sin categorías, la inmensa cantidad de detalles en la Biblia


llega a ser un incomprensible revoltijo, en especial para los lectores nuevos.
Los lectores más nuevos tienden a desanimarse, a menos que vean las partes
encajando en algún hoyo mientras leen.
No proponemos entrar en una teología sistemática detallada con discípulos
nuevos. Pero sí pensamos que se benefician con una infraestructura doctrinal
básica. Un simple libro como el de Paul Little llamado Conoce lo que Crees
, o diversos bocetos como los que usamos en nuestra iglesia deberían ser
adecuados. [37] Pensamos que el estudio inductivo de la Biblia debería seguir
junto con algún aprendizaje tópico sistemático. Sería lo suficientemente fácil
para enseñar a los discípulos a cuestionar cualquier sistema que
compartamos a medida que ellos hacen su propio estudio del texto. También
puedes desafiarlos a comparar diferentes sistemas (tales como las escuelas
de pacto y las dispensacionales, o las escuelas calvinistas o arminianas)
como una forma de evitar el pensamiento paradigmático.

Interpretación

También necesitas ayudar a tus discípulos con la interpretación apropiada de


la Biblia. A veces, aunque la gente está leyendo la Biblia en forma regular,
solo la ven en forma superficial. Quizás ignoren las partes difíciles, quizás
regurgiten las cosas que previamente le han sido enseñadas, o quizás cojan
versículos que suenan bien sin entender el contexto. Puedes enseñarles a
mirar más profundamente, a encontrar el tesoro enterrado en las Escrituras.
Nunca podrás enseñarles todos los principios de las Escrituras, pero puedes
darles una especie de mapa del tesoro mostrándoles cómo interpretar la
Biblia por sí mismos. Incluso los cristianos nuevos necesitan una reseña de
la hermenéutica gramatical histórica. Una de las mejores maneras de
aprender buena interpretación es a través del estudio inductivo de la Biblia
como lo tratamos en el Apéndice 3. Reglas básicas de buena interpretación
dan un marco teórico para la lectura. Incluimos en el Apéndice 4 un boceto
simple que puedes usar para esto.

Al enseñar a tus discípulos cómo usar los comentarios, debes practicar


cautela. Un comentario es la opinión de una persona. Pero los discípulos
indoctos a menudo agarran las interpretaciones tan pronto como las leen, y
no desarrollan sus propias facultades de crítica. Enseña a tus discípulos a
usar los comentarios en tándem, comparando varios comentarios unos con
otros. De esta manera, los discípulos tienen que usar su propio juicio para
decidir cuál argumento es más persuasivo. Los discípulos ganan otro valor al
comparar comentarios cuando ellos ven por sí mismos que los comentaristas
no concuerdan unos con otros. Esto los guarda de aceptar ingenuamente la
explicación de un comentarista a primera vista. Los lectores necesitan ver
que los comentaristas están todos prejuiciados en alguna medida por su
sistema teológico.

Hoy en día, el software bíblico y las páginas web son más baratos que los
libros de papel y funcionan más rápido. Se puede hacer búsquedas en
diversas fuentes en un instante. Los inconvenientes del software bíblico
incluyen la tendencia a incluir comentarios antiguos como Matthew Henry o
Darby que no tienen protección de derechos de autor, pero carecen de la
erudición que hay disponible en los comentarios más nuevos. La biblioteca
de tu iglesia quizás sea un buen lugar para encontrar múltiples comentarios
sin tener que gastar mucho dinero.

Compartir el conocimiento

Los discípulos necesitan aprender a enseñar a otros. Solo porque los


discípulos están leyendo e interpretando la Biblia no significa que ellos
serán capaces de compartir lo que saben con otros. Si vamos a desarrollar
líderes en la iglesia, ellos deben ser capaces de transmitir sus conocimientos
a otros, ya sea públicamente o al menos uno a uno. Enseñar a otros nos ayuda
a apropiarnos de un concepto.

Sin el ejercicio de compartir percepciones con otros, la gente tiende a


estancarse en su conocimiento de la Biblia. Por otro lado, nada es más
potente para aprender y retener percepciones bíblicas que enseñarlas. Debes
instar a tus discípulos a buscar situaciones en las que ellos puedan compartir
lo que aprenden. Ya sea en conversaciones generales, discipulando a un
creyente más nuevo, o enseñando a un grupo, una vez que los creyentes
comparten el conocimiento bíblico parece que lo retienen para siempre.
‘Usarlo o perderlo’ es la regla del aprendizaje bíblico.

Moviéndose hacia el estudio bíblico independiente

Todos los cristianos tienen la capacidad de aprender la palabra por sí solos.


Dios dice que él nos ha dado una mente nueva para entender las cosas
espirituales (1Corintios 2:14-16). Esto significa que cualquier cristiano
debería ser capaz de desarrollar la habilidad de auto alimentarse en la
Palabra.

Una vez que la gente tiene las herramientas para hacer estudio bíblico
personal, ellos generalmente captan más de un estudio personal que lo hacen
por su cuenta, que de un estudio colaborativo. Cuando la gente toma la
iniciativa de estudiar un tema o pasaje por sí mismo, generalmente recuerda
y aplica los resultados del estudio por tiempo más prolongado. Con oración
y paciencia, podemos lograr llevar los discípulos a un punto donde ellos
desarrollen un amor duradero por la palabra de Dios.

CAPITULO 7

Oración I: Comienzo

D ENNIS: Como cristiano nuevo, yo no era fuerte cuando comencé a orar.


Mis tiempos de oración generalmente estaban alternados con sesiones de
lloriqueo, donde me lamentaba por todos mis problemas delante de Dios, y
con rápidas, casi desesperadas súplicas por ayuda. Un rápido “¡Gracias
Dios!” parecía adecuado cuando las cosas salían bien.

Yo estaba viviendo en el campus universitario en una pensión con algunos


amigos cristianos en ese tiempo, y algunos hermanos mayores preguntaron si
podían venir y cocinar para nosotros el desayuno los sábados. Parecía un
poquito extraño, pero estuvimos de acuerdo. Estos cuatro hombres de edad
mediana, eran cristianos maduros. Me imagino que sintieron la carga de
ayudarnos a crecer.

Generalmente no nos levantábamos a las 9:00 los sábados por la mañana, y


ellos a menudo tenían que sacarnos de la cama. Ellos nos alimentaban con
huevos y tocino y con mucho café. Después venía la lectura de la Biblia y
oración. Escuchar a estos hombres orar me cambió la vida. Algunos de ellos
habían caminado con Dios por más de treinta años. El celo y corazón que
ellos ponían en sus largos tiempos de gratitud y alabanza a Dios eran nuevos
para mí. Para un impaciente hombre joven como yo, esto parecía como una
pérdida de tiempo al principio. Tomó un tiempo, pero comencé a dejar que
ellos guiaran mis pensamientos y mi espíritu hacia arriba, lejos de mí mismo
y hacia Dios. Comencé a sentirme lleno con una visión de Dios en toda su
grandeza y amor. Después cuando empezamos a interceder por el ministerio
y las personas, noté una perspectiva diferente: podía ver a quién le estaba
hablando. Mi habitual cinismo y autocompasión se desvanecieron. Sentí el
poder de la oración basada en la fe.

Desde entonces he leído libros sobre la oración, e incluso he tomado clases.


Pero dudo que hubiera aprendido tanto tan rápido de otra manera, si no
hubiese sido sentándome con creyentes mayores que sabían cómo orar.

Enséñanos a orar

A Jesús le gustaba orar.


De acuerdo con el relato de Lucas: “con frecuencia Él se retiraba a lugares
solitarios y oraba” (5:16; ver también 6:12 y 9:28). Entonces, en otra
ocasión, mientras Jesús estaba orando en cierto lugar, después que Él había
terminado, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar” (11:1).
Después de ver a Jesús orar mucho, ellos aparentemente sintieron su propia
necesidad de instrucción.

Las referencias frecuentes de Pablo a su propia vida de oración muestran


que él conscientemente modeló la oración a sus lectores. Él pone énfasis en
que regularmente intercedía por las iglesias (Filipenses 1:4,9; Colosenses
1:3,9; 2Tesalonicenses 1:11).

A menudo enfatiza para que se dediquen a la oración: “Perseveren en la


oración, velando en ella con acción de gracias” (Colosenses 4:2; ver
también Romanos 12:12; Efesios 6:18; y 1 Tesalonicenses 5:17).

El constante énfasis de Pablo y de Jesús en la oración significa que debemos


enfatizar la oración en nuestros ministerios de discipulado. Nuestros
discípulos no irán muy lejos a menos que ellos se conviertan en hombres y
mujeres de oración. Tenemos múltiples áreas para enseñar y modelar si
esperamos fomentar una saludable vida de oración en cualquier discípulo.

Comienzo

Tu primer paso es lograr que tu discípulo ore contigo. La mayoría de los


cristianos nuevos nunca han orado con otra persona, y ellos pueden sentirse
incómodos al principio. Puedes preguntar: “¿Te importa si oro por esto?”
Luego haz una corta y simple oración y continúa con la conversación.
Recuerda no hacer tus oraciones complicadas, teológicas o largas.
Cualquiera de estas oraciones intimidará a los nuevos creyentes que
entonces pensarán que no podrían hacer lo mismo. Ellos deben escucharte
hablando de forma simple, honesta y personal, como con un amigo. Una
oración así les dice a los discípulos: “Tú puedes hacerlo”. Mientras más
ores en presencia de tu discípulo, menos extraño le parecerá.

Pronto será natural preguntar: “¿Por qué no oramos?” Una vez que un
discípulo ora contigo, no importa qué dijo, coméntale que has disfrutado
haber orado juntos a Dios.

Cualquier reticencia para orar generalmente disminuirá cuando tú oras en


presencia de tu amigo. Enseñar sobre la oración ayudará en el proceso.
Encontramos que mientras más aprende la gente de la oración, más
motivadas están para orar. [38]

Trata de introducir oraciones cortas en medio de las conversaciones. Por


ejemplo, tu amigo está compartiendo acerca de algo que realmente le
molesta, di: “¿Por qué no oramos por esto ahora mismo?” y si no hay
impedimento, rápidamente habla con Dios: “Señor, siento que esto realmente
le molesta a ella, y nos gustaría pedirte ayuda…” Encontramos que
frecuentes oraciones cortas son mejores que infrecuentes oraciones largas.
Como cualquier relación personal, tú no guardas todo lo que tienes que decir
y lo viertes en un largo monólogo una vez al día. Es más natural hablar con
Dios a cada instante. También los discípulos deben sentir que orar no
siempre involucra apartar una hora.
Tomar la iniciativa

Atento cuando tus discípulos crucen una frontera significativa: el tiempo


cuando ellos sugieren orar. Te interesa ver que sean iniciadores de oración
por sí solos. Esto podría ocurrir contigo o con otros, pero una parte clave en
el liderazgo espiritual es guiar a otros en oración. Si tu discípulo no inicia la
oración, simplemente puedes preguntarle: “¿Has pedido alguna vez a tus
compañeros de habitación orar contigo?” Esperamos que en los próximos
meses un nuevo discípulo se sentirá cómodo iniciando la oración con otros.

Al mismo tiempo, debes sugerir comenzar a desarrollar el hábito de una cita


diaria con Dios. La mayoría de los líderes concuerdan: no hay sustituto para
este tiempo diario leyendo la palabra de Dios y orando. La mañana es mejor
porque la compenetración con Dios tiende a llevarse durante el día. Esta cita
diaria es un tiempo donde los cristianos nuevos construyen su relación
personal con Dios. Enséñales a acercarse a este tiempo con la expectación
de que Dios puede hablarles, ya sea mientras leen la palabra o durante la
oración. El caminar de los discípulos mejora notablemente cuando ellos
desarrollan este hábito. Una vez que has presentado los argumentos para un
tiempo personal con Dios, simplemente preguntando a los discípulos de vez
en cuando cómo va su tiempo con Dios, será suficiente para motivarles a
desarrollar y mantener este hábito.

Muchos cristianos nunca han entendido completamente el solemne veredicto


de Santiago 4:2 “No tienen, porque no piden”. No nos dejemos llevar por la
teología fatalista creyendo que “lo que sea que ocurra, ocurrirá”. Santiago lo
deja claro, que cuando oramos tenemos el potencial para cambiar el curso de
la eternidad. Pero no orar también puede cambiar el curso de la historia.
Tristemente, este verso podría escribirse en la lápida de muchos cristianos:
“Él no tuvo porque no pidió”. Este verso enseña que, por nuestro propio
bien, Dios a veces deliberadamente retiene la bendición hasta que oramos.
De otra manera podríamos llegar a creer que estamos realizando la obra de
Dios con nuestros propios esfuerzos.
Recuerda las veces en tu vida que Dios ha contestado la oración de forma
poderosa o inesperada y cuéntales estas historias a tus discípulos. Tu
experiencia con Dios es una de las herramientas más poderosas que tienes
para imprimir en los creyentes nuevos con la verdad. Esas historias son
mucho más poderosas de lo que podríamos esperar.

Orar en grupo

Algunas personas oran en grupos de forma natural, pero para otros esto es un
obstáculo importante. Si tus discípulos oran espontáneamente en un estudio
bíblico o en un grupo de oración, no pierdas la oportunidad de compartir
cuán edificante piensas que fueron sus oraciones. Orar en público es una
aventura arriesgada para cualquiera que no ha crecido en reuniones de
iglesia donde la gente ora. Los cristianos nuevos tienen miedo de sonar
estúpidos, y ellos necesitan afirmación inmediata de que se aprecian y son
bienvenidos sus esfuerzos para orar.

¿Y si un discípulo no escoge orar en público? Generalmente, el mejor lugar


para comenzar es con alguna enseñanza sobre por qué Dios nos enseña a orar
con hermanos cristianos. Quizás podríamos señalar que la oración ideal de
Jesús es en grupo, no individual. Incluso parece poner especial énfasis en la
oración de grupo en Mateo 18 cuando dice: “si dos de ustedes en la tierra se
ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi
Padre que está en el cielo” (v.19).

Debes enseñar a los discípulos la diferencia entre la oración en grupo y la


privada. Pablo dice cuando los hermanos se reúnen “Que todo se haga para
edificación” (1Corintios 14:26 LBLA). Eso significa que las oraciones por
mi tía enferma generalmente sería más apropiado que se hagan en privado, o
con uno o dos amigos, y no en un estudio bíblico donde la mayoría no conoce
quién es ella. Un grupo de oración de cristianos guiados por el Espíritu, trata
de sentir corporativamente la mente del Espíritu. Intentan ofrecer alabanza y
acción de gracias por las cosas que harían sentir al grupo agradecido. Dar
gracias en conjunto es una forma de guiar al grupo a tener visión y aprecio
por las grandes cosas de Dios.

Las buenas oraciones de grupo son aquellas que vienen delante de Dios de
una forma que es sensible a cualquier no-cristiano presente. La jerga y
“terminología cristiana” debe evitarse en estas situaciones.
Este es el pensamiento detrás de la reprobación de Pablo al insensible
hablar en lenguas en Corinto. Él señala que: “Tú darás gracias muy bien,
pero eso no fortalecerá a la gente que te oye” (1Corintios 14:17 NTV).
Aunque el problema de los Corintios específicamente involucraba la oración
en lenguas sin interpretación, el mismo principio se aplicaría a cualquier
forma de oración que no edifica, incluyendo las oraciones que marginan a
los no-cristianos (v.23).

Encontramos que cuando los cristianos nuevos entienden la importancia de la


oración en grupo, ellos generalmente se sienten interiormente motivados a
hacerlo, pero no siempre. Quizás necesites desafiar a tu discípulo
directamente: “Disfruto orar contigo mucho, me gustaría que el resto del
grupo tuviera acceso a lo que tienes para dar”. O, quizás podrías tomar una
postura de pregunta: “¿Has pensado alguna vez orar en el grupo casa? ¿Qué
piensas que te está reteniendo?”

Los cristianos nuevos que oran en público exponen su espíritu al cuerpo de


Cristo y públicamente declaran su fe. En un grupo saludable, es seguro que
esa es una experiencia enriquecedora que hace que el cristiano nuevo se
sienta más parte del grupo. Dios bendecirá directamente cualquier esfuerzo
de orar con un sentir interior de que ellos han hecho lo correcto y han dado,
en vez de solo recibir. A medida que animas más de esto mismo, estás
colocando los fundamentos para una futura mentalidad de ministerio que se
extenderá en muchas otras áreas.

Agradecer

Enseñar a los discípulos a ser agradecidos es un proyecto a largo plazo. La


mayoría de nosotros estamos trabajando esto en nosotros mismos, luchando
con nuestra ingratitud innata diariamente. Aún así tenemos que defender la
gratitud con los discípulos si queremos que ellos desarrollen un caminar
espiritual sano.

En la vida de Jesús tenemos una llamativa historia que da valor a la


necesidad de dar gracias. Él les dijo a diez leprosos que fueran a lavarse, y
en el camino, ellos fueron repentinamente sanados. Uno de los diez volvió y
agradeció a Jesús. Podemos ver el asombro de Jesús cuando dijo: “¿No
fueron sanados diez? Pero los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo ninguno que
volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?” (Lucas 17:17-18). ¡Aún el
hijo de Dios parece haberse sorprendido (que no pasaba a menudo) con la
increíble omisión de los nueve de diez de dar gracias por tan extraordinaria
sanidad! Mientras más lo piensas, más te das cuenta de lo extraño que debe
haber sido esto. ¿Puedes imaginarte ir caminando y ver tu horrible e
incurable enfermedad repentinamente desvanecerse? Miras hacia abajo y
dices: “¡Oye, eso funcionó bien!” y seguir en tus asuntos.

¿Qué está mal con esta historia?


La historia de los diez leprosos ilustra por qué Dios considera que dar
gracias es algo muy importante. Debemos enseñar a nuestros discípulos que
Dios no nos llama a dar gracias para su beneficio. Él no necesita nada de
nosotros. El punto es enteramente para nuestro beneficio. Revelamos nuestra
enfermedad interior cuando recibimos aún las más extraordinarias
bendiciones de Dios y pensamos tan poco en ellas que “olvidamos” dar
gracias. Estos nueve leprosos ingratos son una imagen de nosotros. Dios
sabe que los humanos tienen muchos problemas, pero pocos son tan serios
como nuestra falta de gratitud. Estamos tan centrados en nosotros mismos
que podemos recibir casi cualquier cantidad de bendiciones y darlo por
sentado. Tendemos a pensar más en posibles bendiciones que no hemos
recibido que en las innumerables que ya hemos recibido.
La preocupación de Dios aquí no es el resultado de sentimientos dolidos.
Más bien, él esta preocupado por esa falta de gratitud que es señal de la
esencia oscura y mortal de inmundicia moral en el centro de nuestro ser.
Cuando no somos agradecidos significa que todo lo que hemos recibido es
solo lo apropiado y que verdaderamente lo merecemos. El descontento
señala que estamos enojados porque no hemos recibido más. La ansiedad es
señal de nuestras sospechas de que no se puede confiar en Dios y que
tenemos que suplir nuestras propias necesidades. El egoísmo como éste,
derribará todo aspecto de crecimiento espiritual a menos que lo enfrentemos
poderosamente. Dios desea transformarnos de ser personas centradas en
nosotros mismos que pensamos que todo debería girar a nuestro alrededor, a
ser gente centrada en los demás que viven entregándose en amor. Eso nunca
ocurrirá si no aceptamos la legitimidad de nuestro egoísmo interior. La
ingratitud es una señal clara de que el egoísmo está gobernando nuestras
vidas.
La rebeldía contra Dios es mala, también, y la falta de gratitud es un
indicador importante de rebeldía interior. La gente desagradecida nunca ha
aceptado la vida y la situación que Dios ha asignado para ellos. Estamos tan
resentidos con nuestra conformación y situación que borra todo lo bueno que
Dios ha hecho por nosotros. A veces vemos esto claramente: ¿cómo puede
alguien que ha sido rescatado del infierno al increíble precio pagado por
Jesús en la cruz ser desagradecido? ¡Pero qué breves pueden ser esos
momentos! Demasiado rápido nuestros ojos se nublan nuevamente con
nuestras frustraciones y las cosas que carecemos.

A menudo encontrarás un discípulo malhumorado y luchando. Tienes que


estar dispuesto a ponerte en el dolor que está sintiendo y explorar las
razones de esto. Respuestas simples y superficiales solo sirven para
distanciar a la gente. Hablaremos de consejería en un capítulo posterior. En
resumen, si nuestros discípulos están desanimados y derrotados también
tenemos el deber de abordar con ellos la ingratitud.

Tenemos muy buenas noticias en medio de este oscuro panorama de la caída


humana. Cuando Dios nos llama a dar gracias y alabar, él no lo hace porque
es lo que deberíamos estar haciendo. Dar gracias también es la medicina que
tiene el poder de sanar ese oscuro centro interior de egoísmo.

Sí, eso es: dar gracias no es solo el resultado de un cambio de corazón; en


realidad puede ser una causa clave para el cambio de corazón. Los
discípulos nuevos tienden a pensar lo opuesto. Ellos creen que cuando ellos
finalmente tengan paz interior y felicidad, ellos serán agradecidos. Pero la
conexión entre estos dos está claramente explicada en Filipenses 4:6-7.
Después de decir: “Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante
oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras
peticiones delante de Dios…” Pablo continua el pensamiento: “…y la paz de
Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestras mentes en Cristo Jesús” (LBLA).

Cuando analizamos la conexión entre los versículos seis y siete, vemos la


paz y la felicidad prometidas en el versículo siete son el resultado directo (y
son la condición para) las actividades prescritas en el versículo seis. La
oración es una de esas actividades, pero debemos enseñar a nuestros
discípulos que orar no es suficiente. El versículo es claro, se necesitan tanto
la oración como la acción de gracias. La oración sin acción de gracias puede
dejarnos con mentalidad carnal, ansiosos, incrédulos, y descontentos como
nunca.

Mirar a Dios y darle gracias de corazón por quien es él, por su integridad, y
por lo que él ha hecho tiene un profundo efecto en nuestro espíritu. Dar
gracias a Dios es un acto de fe. Para dar gracias a Dios, tengo que reconocer
lo bueno que él es y todo lo que ha hecho por mí. En verdad sentimos un
cambio que viene sobre nosotros cuando damos gracias en forma profunda.
Los problemas que parecían desesperanzadores justo unos momentos atrás
parecen reducirse ante nuestros ojos. Mientras el lente de nuestra mente
retrocede de los ásperos tropiezos de la vida diaria para abrazar el cuadro
completo de un Dios impresionante con su cuidado y amor personal, una
relajación interior se propaga por nuestra alma. [39]

Guiar a nuestro discípulo en un tiempo de dar gracias no resolverá todos sus


problemas. Pero pondrá esos problemas en perspectiva. Repetidamente
hemos visto discípulos revolcándose en la derrota, para luego irse llenos del
Espíritu Santo principalmente porque les ayudamos a entrar en una buena
sesión de dar gracias a Dios. Quizás tengamos que explicarles las promesas
de Dios relacionadas con la situación actual, y sugerir dar gracias por eso.
O, podemos comenzar dando gracias a Dios mientras oramos juntos con la
esperanza de que nuestro discípulo seguirá nuestro ejemplo.

CAPITULO 8

La Oración II: El Ministerio Y La Oración

La oración centrada en otros


J ESÚS INCLUYÓ otra parte en su oración ideal antes de orar por el pan
diario: “Venga tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo”.
La oración del creyente para ver el reino de Dios establecido y expandido en
la tierra es una oración de victoria en el ministerio cristiano. Este patrón de
oración por la promoción del plan de rescate de Dios y por las necesidades
espirituales de otros antes de pedir por nuestras propias necesidades
corresponde con el resto del Nuevo Testamento. Las oraciones de Pablo son
generalmente por otros. Aún cuando él pide oración por sí mismo,
generalmente es que sea lleno del poder para ministrar a otros efectivamente
(ver, por ejemplo: Efesios 6:19; Colosenses 4:3-4; 1Tesalonicenses 5:25; 2
Tesalonicenses 3:1).

Debemos enseñar a nuestros discípulos a igualar sus prioridades en oración


con sus prioridades en la vida. Primero Dios. Enfocarse en él a través de la
acción de gracias y la alabanza es la mejor manera de comenzar un tiempo
de oración. Entonces, podemos ofrecer oración por otros. Después de
reflexionar en la fidelidad, poder y bondad de Dios, sabemos que nuestros
problemas se van a solucionar de todas maneras. Cuando nos vemos a
nosotros mismos en Cristo, nuestras preocupaciones por nosotros mismos
disminuyen mientras que nuestras preocupaciones por otros toman el centro.

Con el tiempo debes convencer a tus discípulos que hablar con Dios acerca
de las personas es aún más importante que hablarles a las personas de Dios.
Tú estás esperando ver muchas cosas logradas en el ministerio: los
corazones de las personas bajo convicción, sus ojos siendo abiertos, vidas
siendo transformadas, los perdidos siendo alcanzados, espíritus malignos
siendo echados fuera. ¡Ninguna de estas cosas se pueden lograr a través de
la ingenuidad humana o el poder de la voluntad! Nada menos que el poder
sobrenatural del Espíritu Santo cambiará verdaderamente las vidas de las
personas o edificará la iglesia.

Cuando oras por otros con tus discípulos, les enseñas a través de tu modelaje
que el poder de Dios es nuestra única esperanza al testificar, predicar,
aconsejar, y motivar a otros. Debes hacer esto expresamente cuando oran
juntos: “Señor, sabemos que nada de lo que podemos decir o hacer tiene
alguna esperanza de éxito a menos que tú des el poder”. Cada vez que tú
enseñas la palabra, deberías orar (con tus discípulos si es posible), “Dios, te
pedimos que tomes la expresión y la transformes en más que palabras.
Estamos confiando en que tu Espíritu llene estas palabras con tu poder
sobrenatural y traspase los corazones de las personas”.

Grupos especiales de oración con el propósito de intercesión son


buenísimos para asistir con los discípulos. Si tu iglesia o grupo en casa tiene
uno, trata de asistir en forma regular. Quizás notes que tus discípulos
comienzan a sentir el placer de juntarse con siervos de Dios ante el trono de
gracia para un extenso tiempo de intercesión. Estos grupos de oración son
buenísimos para estar en contacto con las necesidades y luchas en los
ministerios cristianos. Además, tú y tu discípulo deben comprometerse a
continuar en oración durante la semana por las necesidades en el grupo.

No olvides orar el uno por el otro. Santiago dice: “confiésense unos a otros
sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados.” (Santiago 5:16
LBLA). Al orar por tu discípulo, tú modelas efectivamente la oración
centrada en otros. Pronto seguirá el ejemplo y orará por ti, especialmente si
tú eres transparente acerca de tus necesidades y dificultades.

Si logras enseñar a tus discípulos la oración centrada en otros, impactará


muchas otras áreas de sus vidas. La perspectiva centrada en otros es uno de
los temas centrales del verdadero crecimiento espiritual, y mucho de este
tipo de pensamiento comienza con oración.

Oración exploratoria

Las oraciones no siempre son declaraciones de gracias o declaraciones de


necesidad. Las oraciones también pueden ser preguntas.
Jessica : Cuando yo me convertí en líder cristiana, un líder mayor me
aconsejó: “Asegúrate de reservar un tiempo cada semana para hacer
preguntas a Dios acerca de la gente que estarás liderando”. Fue un simple
pero poderoso consejo. Dios revela su sabiduría acerca de las personas para
que les sirvamos de manera que cooperemos con lo que él está haciendo.

Podemos aplicar la misma técnica a nosotros mismos, pidiendo a Dios que


nos revele qué cosas acerca de nosotros mismos él está esperando desafiar.
Pregunta como David: “Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a
prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame
por el camino eterno” (Salmos 139:23-24).

Debemos venir ante Dios esperando recibir sabiduría acerca de nuestros


planes o dirección. Esperamos ver cada día dónde se mueve Dios para
poder trabajar con él. Cuando nos acercamos a Dios con una actitud de
sumisión y descubrimiento, él nos dará una perspectiva más espiritual. En
vez de decir a Dios: “Aquí están mis planes, bendícelos”, debemos
preguntar: “¿Cuáles son tus planes y cómo puedo yo estar involucrado?” Este
tiempo de escuchar es también el tiempo cuando Dios revelará cómo
podemos bendecir, motivar o animar a otros creyentes. Al orar con una lista
de gente en nuestro grupo, Dios a menudo hará venir pensamientos a nuestras
mentes acerca de lo podríamos decir la próxima vez que veamos a un amigo.

La oración exploratoria es muy subjetiva. Mientras estamos quietos delante


del Señor, quizás recibamos guías sutiles en nuestros patrones de
pensamiento que gradualmente ceden el paso a una nueva convicción en
cierto tema. Sin embargo, quizás no siempre recibamos respuesta a una
pregunta durante el tiempo de oración mismo. Debemos ver cada revelación
que recibimos, ya sea durante el tiempo de oración o después, como una
oración contestada.

Orando en el nombre de Jesús

Nuestros discípulos no estarán equipados para orar como debieran a menos


que les enseñemos la diferencia entre pedidos generales de oración y
aquellos que califican como “pidiendo en mi nombre”. En Juan 14:13-14
leemos una extraordinaria promesa que Jesús hizo: “Cualquier cosa que
ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el
Hijo . Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré”. Este aparente cheque en
blanco de Cristo es a menudo malentendido por los cristianos nuevos. ¿Por
qué no orar que todo el mundo en la tierra reciba a Cristo mañana? Los
creyentes a menudo no notan las dos restricciones de la promesa.

Primero, la oración debe ser “en mi nombre”. Esta expresión significa que la
persona que está orando debe pedir como el agente de Jesús o como uno
autorizado por Jesús. Como un empleado que va a la tienda de pintura a
buscar productos para su jefe a cuenta de la compañía, él no está autorizado
para buscar productos para su propio uso en casa. Él solo debe buscar lo
que su jefe quiere. Orar en el nombre de Jesús no significa simplemente
decir las palabras “en el nombre de Jesús” al final de una oración. Significa
pedir como Jesús pediría. Esta restricción es otra manera de decir lo mismo
que 1Juan 5:14: “Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que,
si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye”.

Jesús también menciona otra condición para que esta promesa en blanco
conteste cualquier oración. La oración debe ser tal que “así será glorificado
el Padre en el Hijo”. La implicación es que las oraciones que no glorifiquen
al Padre no serán respondidas. [40]
Estas restricciones son importantes porque malinterpretar este versículo
como una promesa para contestar todas las oraciones sin restricción puede
llevar a serios problemas. El Dios infinito y personal de la Biblia no puede
ser controlado por nadie, y cualquier esfuerzo para hacerlo es supremamente
irreverente y equivocado. Necesitamos advertir a nuestros discípulos acerca
de esta peligrosa malinterpretación.

En otros casos, los creyentes nuevos no pueden conciliar la promesa de


Jesús de que Dios contestará todas las oraciones, con las observaciones de
que Dios claramente no contestará todas las oraciones. La confusión
resultante puede debilitar su confianza en las Escrituras, o en la oración en
sí. Un discipulador sabio preverá tales problemas y se dispondrá a dar
respuestas.

Entender las condiciones de la promesa radical de Jesús de contestar la


oración de ninguna manera anula la promesa. No, Dios no concede
peticiones que van en contra de su voluntad. Pero tenemos amplio
conocimiento acerca de la voluntad de Dios. Por ejemplo, Pablo dice: “La
voluntad de Dios es que sean santificados” (1 Tesalonicenses 4:3). ¡Una
afirmación radical! Este pasaje enseña que cuando sea que oremos pidiendo
ayuda en un área de pecado, conocemos la voluntad de Dios. De la misma
manera, conocemos la voluntad de Dios cuando oramos que un amigo
obtenga la victoria sobre el pecado. Eso significa que la promesa de Jesús se
pone en práctica. No necesitamos pedir en duda, esperando que Dios
responderá. Debemos orar por liberación del pecado en el nombre de Jesús,
sabiendo en fe que él responderá.

Estos son los casos donde se aplican las enseñanzas de Santiago: “Que pida
con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar,
impulsada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, ese
hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, siendo hombre de doble ánimo,
inestable en todos sus caminos” (Santiago 1:6-8 LBLA).

Debes enseñar a tus discípulos qué podemos orar en el nombre de Jesús, y


qué podemos orar de cualquier manera, pero sin la misma certeza de que
Dios contestará. Al enseñar a tus discípulos lo que Dios promete, también
puedes enseñarles a orar basados en la autoridad bíblica y sostener las
promesas de Dios en fe. El resultado será una vida de oración más confiada
y poderosa. Por ejemplo, un creyente preparándose para enseñar en un
estudio bíblico puede orar que Dios dé poder a su exposición por el bien del
grupo, pero puede dudar de si Dios contestará la oración. Pero basados en el
mandamiento de que debemos “predicar la palabra” (2Timoteo 4:2) y que su
palabra es efectiva para cambiar las vidas (2Timoteo 3:15-17; Isaías 55:11),
este creyente debe orar en el nombre de Jesús y en total seguridad de fe.

Los discípulos que aprenden a hacer uso del poder de la oración en el


ministerio están bien encaminados hacia una vida de servicio espiritual
fructífero.

Guerra Espiritual

Pablo advierte: “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino


contra… fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales” (Efesios
6:12). Aprender a confrontar y vencer a Satanás y los poderes espirituales
malignos es esencial para el crecimiento de cualquier discípulo. La oración
es solo una de las armas prescritas para este conflicto, pero juega un papel
central.

Satanás tiene importantes ventajas sobre los cristianos. El es más inteligente


y experimentado que cualquiera de nosotros. Sus fuerzas son numerosas y
generalmente más disciplinados que los cristianos. A diferencia de los
humanos, ellos no se cansan ni se distraen. Son incansables, mientras que
nosotros tendemos a rendirnos o aflojar.

Pero, tenemos nuestras ventajas también. En primer lugar, Dios está de


nuestro lado, una ventaja que debería ser decisiva. “El que está en ustedes es
más poderoso que el que está en el mundo”, lo declara Juan (1Juan 4:4).
Pablo añade el pensamiento que “las armas con que luchamos no son del
mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas” (2Corintios
10:4).

Además, tenemos otra ventaja clave que necesitamos enseñar a nuestros


discípulos cómo usarla. Ganamos una ventaja porque Satanás tiende a
trabajar de maneras relativamente predecibles . Pablo dice que Satanás no
se aprovechará de nosotros porque “no ignoramos sus artimañas”
(2Corintios 2:11). Al saber cómo trabaja Satanás estamos en una posición de
prever sus movimientos y enfrentarlos con el poder de Dios a través de la
oración basada en la verdad. [41]

¿Cuáles son estas “artimañas” de Satanás? Desde tiempos antiguos Satanás


ha usado el engaño, la tentación y la acusación como sus vías principales
para atacar a los cristianos y a los no cristianos también. Si nuestros
discípulos conocen cómo funcionan estas tácticas, ellos aprenderán a
reconocer la voz de Satanás en sus vidas y en las vidas de aquellos que
sirven.

Mientras enseñamos a nuestros discípulos cómo trabaja Satanás,


probablemente también tendremos que deshacer algunos de sus pensamientos
acerca de Satanás. El verdadero enemigo de Dios no es el ser representado
en las películas y libros populares. ¿Veremos aparecer a Satanás como una
cabeza de monstruo en llamas? ¿Veremos a la gente lanzada por la habitación
o a través de una ventana por un demonio? Estas son las visiones seculares
de Satanás fundamentadas en Hollywood. Tenemos que persuadir a nuestros
discípulos que el poder y debilidad de Satanás tienen más que ver con la
verdad y el engaño que con ninguna otra cosa.

Cuando Pablo describe nuestras “armas de poder divino” que pueden


demoler fortalezas en 2Corintios 10, él continúa explicando: “Destruimos
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” (v.5).
Argumentos, conocimiento y pensamientos: son el idioma de las ideas y
creencias. Parece estar diciendo que esta batalla es una lucha ideológica y
que nuestras mentes son el campo de batalla. Cuando Jesús enfrentó a
Satanás en el desierto su respuesta consistente a cada tentación fue: “Escrito
está…” (Lucas 4:1-13). El poder de la verdad resiste y derriba todas las
mentiras de Satanás. Esto indica cómo tenemos que enseñar a nuestros
discípulos a resistir a Satanás en oración, haciendo uso del poder de la
verdad de Dios.

Los cristianos nuevos a menudo creen lo que Satanás les dice. Sus
sugerencias vienen como pensamientos interiores. Tienen increíble
verosimilitud porque él sabe cómo desarrollar la máxima persuasión basado
en sus observaciones de las tendencias individuales y las circunstancias de
la vida. Satanás continuamente trata de guiar a los creyentes a interpretar su
mundo de una manera que socava la fe y pone a uno mismo en el centro.
Como Dios quiere promover la acción de gracias, Satanás trata de promover
el descontento con lo que Dios provee y ansiedad acerca de si él proveerá
en el futuro. Él trata de convencer a los creyentes de que sus planes
ministeriales o intenciones de testificar nunca funcionarán. Él quiere que
ellos crean que Dios nunca honrará los esfuerzos de personas tan indignas e
infieles. De acuerdo con Satanás, Dios nos mira en continua desilusión y
desaprobación. Si tus discípulos creen cualquier parte de estas mentiras,
ellos podrían ser conducidos hacia la rotunda derrota en la guerra espiritual.

Cuando Satanás miente a los cristianos las apuestas son muy altas. Estas
mentiras son para manipular las mentes de los creyentes, y una vez que
creemos una mentira, se vuelve más fácil creer la siguiente. Y las mentiras
vienen en racimos. Realmente Satanás teje una red de mentiras ya que las
implicaciones de una conducen a la otra. Las tentaciones, acusaciones y
engaños se apilan uno sobre otro, creando mucha confusión y duda de manera
que Satanás puede virtualmente tomar el control de la mente de un creyente.
El creyente generalmente ignora que él está pensando los pensamientos de
Satanás. ¡Todo parece tan obvio! ¡Tan innegable!
Este tipo de toma de poder de los pensamientos del creyente por Satanás no
es posesión demoniaca. Él no está siendo dominado por Satanás (lo que
nunca podría pasar a un cristiano, de acuerdo con 1Juan 4:4). Más bien, él
está convencido por Satanás, habiendo escogido creer las súper verosímiles
ideas presentadas por un ser más brillante que él. A menos que la espiral
descendente sea interrumpida, los creyentes terminarán en “la trampa en que
el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad” (2 Timoteo 2:26). Pedro
sorprendido le preguntó a Ananías: “¿cómo es posible que Satanás haya
llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo?” (Hechos 5:3).
Cuando el corazón de un creyente es “llenado por Satanás” él no está
poseído. Él simplemente ha creído tantas mentiras que ha perdido
completamente su camino espiritual. Pero en cualquier momento puede
regresar para creer lo que Dios dice y derribar todo el castillo de naipes.

Aquí vemos la importancia de orar en la verdad. A medida que tus


discípulos aprendan a orar usando las palabras de fe basadas en la verdad
de Dios, las mentiras de Satanás pierden su efectividad. Un cristiano nuevo
lleno de vergüenza viniendo delante del Señor podría señalar: “Me siento
indigno y distante de ti Dios, pero tu palabra declara que tú me ves como “la
justicia de Cristo” (2Corintios 5:21). Un obrero cristiano joven que perdió
toda su confianza para testificar por un aplastante sentido de indignidad
podría orar usando las palabras de Pablo: “No es que nos consideremos
competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos
ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto…” (2Corintios 3:5-6)

Una mujer soltera bajo tentación podría orar: “Dios, yo sé que Satanás
quiere que yo crea que tu provisión de amor para mí es deficiente. Él quiere
que yo me rinda a la tentación sexual, para que no sea rechazada por mi
chico. Pero te creo a ti cuando dices en tu palabra, ‘mi Dios les proveerá de
todo lo que necesiten, conforme a las riquezas que tiene en Cristo Jesús’”
(Filipenses 4:19). Aquí está la perfecta réplica a las acusaciones de Satanás.
Igual como Jesús pronunció las palabras: “escrito está” para refutar las
sugerencias de Satanás, podemos enseñar a nuestros discípulos cómo usar
las promesas de Dios contra las sugerencias mentirosas de Satanás cuando
oren. Con nuestra persistencia en orar la verdad, sus mentiras pierden poder.
Aquí es donde comienza la lucha. Necesitas enseñar a tus discípulos que
tendrán que luchar a veces por un tiempo prolongado para creer las
promesas de Dios. Esto explica versículos en el Nuevo Testamento como
Romanos 15:30: “Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el
amor del Espíritu, que se esfuercen juntamente conmigo en sus oraciones a
Dios por mí” (LBLA; ver también Colosenses 4:12). Si entiendes la oración,
debes saber que no necesitamos luchar con Dios, ya que él está de nuestro
lado. Ningún tipo de presión nuestra cambiará su voluntad. Al contrario,
luchamos en oración contra Satanás y nuestra propia naturaleza carnal. Al
ejercer su elección de creerle a Dios en vez de a Satanás, tus discípulos
tienen que luchar con el continuo escepticismo interior acerca de lo que Dios
dice. Si ellos ganan, ellos están usando el escudo de la fe que apagará los
fieros dardos que Satanás está disparando contra ellos (Efesios 6:16). [42]

La mayoría de los cristianos nuevos no oran de esta manera. La oración


normal “instintiva” se basa en los sentimientos de uno. Ellos reflejan sus
sentimientos a Dios y suplican un cambio. Al hacer esto, ellos pierden la
clave hacia la oración victoriosa: la verdad. Orar la verdad, respaldado por
la autoridad bíblica, y batallando para creer esa verdad, es una nueva
habilidad para muchos discípulos.

Efesios 6:18 nos muestra no solo una práctica que necesitas enseñar a tus
discípulos (intercesión), sino también una actitud. Los conceptos de alerta y
perseverancia son ambos importantes cuando se trata de guerra espiritual.

La alerta es importante debido al sigilo de Satanás. Él a menudo hace su


trabajo sin que nadie se de cuenta de lo que él está haciendo. De esta
manera, el poder superior que está a nuestra disposición, nunca entra en
acción porque estábamos demasiado aletargados y confusos para darnos
cuenta que Satanás estaba trabajando.

La perseverancia es importante porque Satanás es incansable. Él hace un


ataque tras otro, constantemente probando la debilidad. Si pudiéramos hacer
una oración que terminara la guerra espiritual, todos la hubiésemos orado
hace mucho tiempo. En un juego de baloncesto, tú puedes pedir tiempo fuera
cuando estas cansado o herido. Pero en la guerra, no hay tiempo fuera.
Imagínate a ti mismo en el campo de batalla de pie y levantando las manos y
gritando: “¡Tiempo fuera!” Puedes tomar tiempo fuera si quieres, pero tu
enemigo no se detendrá. El hecho de que estés cansado o herido es
probablemente una buena razón para él para presionar y hacer el ataque más
fuerte que nunca.

Persistencia, alerta, intercesión, orar la verdad, y batallar para creer la


verdad, estas son las armas de nuestra milicia. Si enseñamos y modelamos su
uso con nuestros discípulos, les ayudaremos a evitar desgarradora derrota en
sus propias vidas y en cualquier grupo que pueda ellos luego liderar.

Cuando discipulas satisfactoriamente a tu gente en la oración, ellos llegarán


a amar la oración de gratitud, orar en el nombre de Jesús, orar por otros, y
orar en forma personal.

CAPITULO 9

Aconsejar

L OS DISCIPULADORES EXPERIMENTADOS saben que el carácter y los


problemas personales bloquean el progreso de los discípulos más que
ninguna otra cosa. Enseñar a la gente de la Biblia, cómo orar, y por qué los
asuntos de Dios importan, son todas cosas fundamentales. Pero no es
suficiente aprender lo que la Biblia dice, también tenemos que vivirlo. Sin la
transformación real del carácter, nunca alcanzaremos nuestra meta central de
proveer al Cuerpo de Cristo líderes y modelos que puedan favorecer la
multiplicación. Por eso debes estar listo para moverte en cualquier área de
la vida de un discípulo con sabiduría divina.

Nuestros discípulos necesitan consejo y ayuda en un sin número de áreas:


relacional, funcional, emocional y aún física. Cuando ayudas en estas áreas
estás tomando el rol de consejero. Pablo dice: “Estoy seguro, hermanos
míos, de que ustedes mismos están llenos de bondad y de todo conocimiento,
de tal manera que pueden amonestarse unos a otros.” (Romanos 15:14 RVC).
Él también dice: “Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus
vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da”
(Colosenses 3:16 NTV). La iglesia primitiva no tenía consejeros
profesionales como nosotros hoy. La gente en el cuerpo de Cristo se ayudaba
mutuamente en lo que podían. Creemos que esto debería ocurrir todavía,
especialmente con el más del 90% de los problemas de la gente que no son
clínicos.

¿Y la consejería profesional?

En el mundo moderno, la gente que necesita consejería va donde un


profesional y paga por hora para que le ayuden. Esto podría ser una buena
idea. Como consejeros cristianos no profesionales, debemos trabajar a favor
de los consejeros cristianos profesionales, y no contra ellos. Los buenos
discipuladores han aprendido cómo reconocer cuando ellos están
sobrepasados con los casos clínicos. Si nuestro amigo necesita atención
profesional y tratamos de manejarlo nosotros en lugar de derivarlo, podemos
causar un daño serio.

Entonces, ¿cuándo debes derivar a un amigo a consejería profesional? Si te


encuentras lidiando con cualquier de los siguientes casos, tendrías que
buscar ayuda inmediata:

Pensamiento suicida
Esquizofrenia u otras sicosis
Depresión clínica
Cambios extremos e inexplicados de humor
Situaciones que involucran violencia, incluyendo abuso infantil
Algunos desordenes de ansiedad
Desordenes de personalidad

En el Apéndice 8 incluimos un artículo de una siquiatra cristiana acerca de


algunas de las cosas que se puede buscar cuando estás tratando de
determinar si derivar a tu amigo a un consejero profesional. Si tienes dudas,
puedes ir a la segura y derivar a tu discípulo a un profesional cristiano
confiable para una evaluación. Muchas iglesias tienen consejeros
profesionales ya sea dentro del personal o alguien con quien han
desarrollado una buena relación.

Aún si tu amigo va a consejería, deberías mantenerte involucrado con la


situación. Como alguien que verdaderamente está en contacto diario y vives
en comunión con tu discípulo, estás en una posición de aportar
significativamente a lo que el consejero obtenga. La gente que trabaja tanto
con los consejeros clínicos como con los discipuladores competentes, en
forma consistente hacen mejor trabajo que sólo con consejería clínica.

El consejero profesional Larry Crabb se queja:

Hemos producido una generación de terapeutas, un ejército de


consejeros entrenados para batallar con los problemas que ellos
escasamente entienden porque se han pasado más tiempo en las
salas de clases buscando ser expertos, que en la presencia de Dios
buscando ser sabios. Hemos perdido el interés en desarrollar
tutores, hombres y mujeres sabios que saben cómo llegar al meollo
del asunto y que tienen el poder de utilizar los recursos
sobrenaturales para lidiar con lo que está mal.

Creemos que los buenos discipuladores deberían ser capaces de aconsejar a


la gente en muchas situaciones, a menudo logrando resultados que van más
allá de lo esperado.
Dennis : Un hombre joven vino a verme con serios problemas mentales. Él
había intentado suicidarse un mes antes y casi lo consiguió. Le habían
diagnosticado esquizofrenia, pero después el diagnóstico fue cambiado a
“depresión clínica con características sicóticas”. Él estaba taciturno,
retraído, egocéntrico, y antisocial. Sus doctores le prescribieron una
variedad de drogas que parecían ayudarlo sólo ligeramente.

Por su corazón hambriento y sus súplicas urgentes, comencé a reunirme con


él semanalmente para discipulado, él llego a ser parte de mi iglesia y de la
célula de hombres. Después, se mudó a una casa ministerial relacionada con
nuestra iglesia. Mi evaluación fue que sus problemas eran multifactoriales,
no todos físicos ni químicos. Muchos de sus problemas emocionales eran en
verdad teológicos y relacionados con la identidad. Su uso de drogas, sus
aventuras con mujeres, y su incapacidad para desarrollar relaciones
saludables agravaban seriamente sus otros problemas. Sus doctores
concordaron con esta evaluación.
Hoy, gradualmente le han quitado casi todas las medicinas y ha llegado a ser
un joven amigable, relativamente bien equilibrado. Él aun ocasionalmente
lucha con la depresión, pero se ha involucrado con los otros varones en
nuestra comunidad y ha desarrollado un ministerio personal, incluyendo
discipular a hombres más jóvenes. Más tarde se casó, y junto a su esposa son
ahora líderes en su propia casa iglesia. ¡Nadie diría hoy que este hombre
hace sólo unos pocos años atrás estuvo cerca de la muerte y de ser internado!

No estoy sugiriendo que mi trabajo causó esta notable recuperación. Estoy


seguro de haber hecho definitivamente una contribución, al igual que su
doctor. También, el joven estaba altamente motivado y dispuesto a tomar
fuertes medidas en su vida. Finalmente, el cuerpo de Cristo en una iglesia
casa saludable hizo importantes contribuciones. Esta es la forma que debería
ser. Ningún discipulador debe verse a sí mismo como la única fuente de
ayuda para un discípulo, pero debe recurrir a todas las vías a través de las
cuales Dios pueda trabajar.

Los consejeros profesionales sabios reciben de buena manera la ayuda de no


profesionales que acompañan a sus clientes. Mucha gente necesita ayuda
regular, no sólo una sesión de una hora semanal o mensual y algunas
píldoras. [43]

Consejería no profesional

La mayoría de los problemas de la gente no son clínicos, pero todavía


pueden ser lo suficientemente serios como para bloquear su crecimiento y
desarrollo como personas saludables. En estas áreas debes estar listo para
entregar buen consejo.

En la Biblia, diferentes palabras están relacionadas con consejería. Los


autores bíblicos esperan que los cristianos ministren en todas estas maneras.
[44]
Muchos de nosotros aconsejamos a nuestros amigos sin pensarlo, en
forma natural sugerimos soluciones, u ofrecemos consejo cuando la gente
menciona sus problemas. Cuando nuestro consejo está respaldado con
principios bíblicos y madurez espiritual, ese consejo puede ser muy útil.

Este no es un libro sobre consejería. Pero sugeriremos varias áreas típicas


que pueden necesitar atención, junto con algunas indicaciones generales para
hacer consejería. Al considerar como aconsejar a la gente, considera el
siguiente diagrama:
Más que tratar de llevar a la gente del Paso 1 al Paso 4 (lo que sería simple
legalismo), necesitamos identificar las estructuras de creencias subyacentes
que potencian el patrón de pecado de la persona. Trabajando en el sistema
de creencias primero, tienes la mejor posibilidad de evitar el mero cambio
externo legalista acompañado de mucha falsedad. El cambio real viene de lo
profundo de una persona cuando, ésta adopta la perspectiva de Dios en la
vida, y luego ve al Espíritu Santo usar la palabra de Dios con poder para el
cambio.

Esperamos que estos pensamientos puedan provocar algunas ideas, y tu


propia creatividad y experiencia de vida puedan ser edificadas. Este
capítulo es más bien largo, así que puedes saltarte las áreas de consejería
que no se aplican a tu discípulo. Para una cobertura más detallada visita la
página web de Discipulado Orgánico.

Áreas típicas para aconsejar: conflictos interpersonales

La gente está continuamente incurriendo en peleas el uno con el otro, y tus


discípulos ciertamente tendrán este problema también. De hecho, los
estudios muestran que mientras más cercanos entre sí sean las personas de un
grupo, y mientras sientan mayor urgencia en las metas que comparten, es más
probable que ocurra conflicto y se vuelva violento. Esto significa que una
iglesia local bien motivada y cercanos el uno del otro, se convierte en un
hervidero de conflicto.

El conflicto provee una de las mejores áreas para desarrollar y mostrar el


carácter de Cristo. Demasiado a menudo el conflicto arruina el crecimiento
espiritual de un creyente incluso terminando en aislamiento y deserción
permanente del cuerpo de Cristo. Todo pastor o líder cristiano sabe que
perdemos más gente por conflictos que ninguna otra causa. Los matrimonios
y familias también a menudo son dañados por enfoques inmaduros del
conflicto.

El conflicto no necesariamente es malo. De hecho, los grupos faltos de


conflictos son probablemente disfuncionales. Los grupos solo pueden evitar
el conflicto de una de dos maneras: ya sea que ellos eviten hablar de temas
controversiales, como una forma de pensamiento de grupo, o que ellos estén
tan indiferentes que nadie se preocupa lo suficiente sobre qué pasa en el
grupo. El conflicto es a menudo la ocasión para el pensamiento creativo. La
oposición de otros podría hacernos pensar sobre nuestra posición y traer
nuevas soluciones que a menudo son mejores que la idea original. [45]

Los cristianos maduros desarrollan una maravillosa habilidad para


involucrarse en el conflicto con resultados edificantes y pacíficos. Ellos
saben cómo argumentar su caso sin marginar a otros. Cuando ocurre la
marginación, ya sea entre ellos mismos y otros, o entre terceras partes, ellos
saben cómo traer reconciliación.

Como discipulador necesitarás aconsejar y entrenar a tus discípulos en el


manejo maduro del conflicto en todo momento. Nosotros de forma rutinaria
estudiamos con los discípulos el excelente libro de Ken Sande, El
Pacificador . [46] Este libro está lleno de principios bíblicos y tiene una gran
trayectoria de ayuda a los creyentes para evitar los inconvenientes de los
conflictos injustos. Al dar consejo sobre los problemas conflictivos,
considera los siguientes puntos (muchos de los cuales están ampliados en el
libro de Sande):

El primer paso en cualquier conflicto para los creyentes es adoptar


la perspectiva correcta. En lugar de ver el conflicto como una
ocasión para salirse con la suya, o como una molestia que hay que
evitar, los creyentes maduros ven cada conflicto como una
mayordomía de parte de Dios. En un conflicto, tenemos la
oportunidad de mostrar el poder, amor y sabiduría de Dios. Cuando
dejamos de ver el conflicto como principalmente un combate
horizontal con nuestros oponentes y comenzamos a verlo como algo
que Dios ha permitido que ocurra en nuestras vidas, nuestros ojos
van hacia él. Él comenzará a mostrarnos las cosas que necesitamos
ver para resolver el conflicto a su manera. Pablo nos enseña: “En
conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa,
háganlo todo para la gloria de Dios” (1Corintios 10:31), y esto
incluye el conflicto. Sande dice: “En el conflicto mostramos que, o
tenemos un gran Dios, o tenemos un gran ego y grandes problemas”.
[47]
Después de llevar el conflicto a Dios y ofrecernos a nosotros
mismos como sus siervos listos para hacer como él nos dirija, el
próximo paso es “sacar la viga de mi propio ojo”. Jesús dijo:
“¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás
con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano” (Mateo
7:5). Normalmente, queremos que nuestros oponentes vean qué está
mal con su postura. Pero si no estamos dispuestos a ver dónde
estamos en Dios, tenemos que sopesar dónde podemos estar
equivocados, en cuanto a proyectar hostilidad, mostrar
insensibilidad, ser incapaz de escuchar pacientemente, usar un
comportamiento manipulador, impaciencia o un montón de otros
posibles pecados. Necesitas pacientemente guiar a tus discípulos a
enfrentar sus propias faltas antes de ocuparse de las faltas de sus
adversarios.

Debes aconsejar a tus discípulos a que se propongan en sus


corazones a arrepentirse e ir donde sus oponentes, pidiendo perdón
por sus propias faltas morales en el conflicto. En la mayoría de los
conflictos se da un ritmo negativo: “¡Yo tengo la razón!” “No, ¡ tú
estas equivocado!” “¡No, tú estás equivocado!” etc. Cuando un
creyente maduro vuelve donde su oponente y dice: “¿Sabes qué? Yo
estoy equivocado”, él interrumpe este ritmo negativo y lo reemplaza
con algo nuevo: humildad. Generalmente en ese punto la puerta se
abre hacia el avance y la resolución divina.
Recuérdales a tus discípulos que su arrepentimiento debe ser
honesto, no disculparse por las cosas que nunca han hecho, no
representando al pecado como un “error” y no negando intención ni
responsabilidad. Su arrepentimiento también debe ser genuino, no
decir “Lo siento si te ofendí con lo que dije” o, “No debí haber
gritado, pero realmente estaba cansado” o, “estaba equivocado,
pero tú también”. Estas salvedades o afirmaciones condicionales
estropean los buenos efectos del arrepentimiento y son una
verdadera manifestación de orgullo y auto protección. Finalmente,
cualquier arrepentimiento debe ser incondicional, no confesando la
ofensa con la esperanza de presionar a tu oponente a hacer lo
mismo.
Una vez que tus discípulos inyectan humildad y arrepentimiento en el
conflicto, están en posición, si es necesario, de sacar la astilla del
ojo de su oponente. El conflicto y la amargura son a menudo
avivados por la indignación farisaica. Después de entender su
propia falta, será más fácil perdonar de corazón. Debes estudiar
principios bíblicos sobre el perdón como Efesios 4:32: “En vez de
eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros,
así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (RVC). A
menos que tus discípulos estén preparados para perdonar de
corazón, tienen poca posibilidad de resolver conflictos serios.

Entonces viene la decisión de cómo manejar el contenido de las


posturas erróneas o acciones pecaminosas de los oponentes.
Primero, considerar la opción mencionada en Proverbios 19:11: “El
buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la
ofensa”. En particular, cuando una ofensa no es así de seria, la mejor
respuesta es a menudo abandonar unilateralmente. Entonces ellos
pueden lidiar con otros asuntos. Tal respuesta no es falsa o cobarde,
sino que es gracia. A menos que ellos sean capaces de pasar por
alto ofensas menores, ellos contribuirán a una atmósfera crítica,
rígida que envenena la comunión y la cooperación. Debes enseñar a
tus discípulos a evitar convertirse en intransigentes que aterrorizan a
aquellos a su alrededor, o nunca serán siervos efectivos de Dios.
Estudia proverbios como el siguiente con tus discípulos: “El necio
muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el
insulto” (Proverbios 12:16; ver también Proverbios 15:18; 20:3;
17:14 LBLA).

Alternativamente puedes concluir que algunos asuntos son tan


importantes que deben ser abordados con reprensión, advertencia o
negociación. Lee nuestro capítulo siguiente sobre reprensión y
exhortación (Capítulo 10, “Encontrando falta de Avance”), ya que no
trataremos estos aquí. La reprensión y exhortación son para
problemas mortales y requiere arrepentimiento por el bien de
nuestros oponentes. Aquí vemos la importancia de lidiar con
nuestras propias ofensas primero. Si creemos necesario confrontar
las ofensas de nuestros oponentes, nuestra humildad y empatía hacen
más probable que seamos escuchados.

La negociación es para asuntos sobre los cuales podemos estar en


desacuerdo, pero que no involucran pecado. [48]

Un discípulo que está equipado y entrenado en manejo piadoso del conflicto


se destaca muy por encima de la mayoría de los cristianos con la habilidad
de trabajar efectivamente con la gente. Nunca lamentarás las horas que pasas
enseñando y persuadiendo a tus discípulos para que sigan el diseño de Dios
para resolver conflictos. Generalmente, una vez que un discípulo pasa por un
conflicto de manera piadosa, para él o ella será mucho más fácil en los
conflictos subsiguientes, y no tendrás que enseñar tanto como al principio.

A partir de esta sección puedes ver que como discipulador, estás en una
posición de ofrecer tremenda ayuda cuando aconsejas en las áreas comunes
de necesidad de la vida de tu discípulo. En las siguientes áreas, evitaremos
entrar en la misma cantidad de detalles, pero hay más disponible en nuestra
página web para aquellos que estén interesados en leer más.

Áreas típicas para aconsejar: Ensimismamiento

Quizás tengamos discípulos que nunca dejan de pensar en sí mismos.


Generalmente terminan en depresión y derrota. Aún cuando ellos están con
otras personas, la gente ensimismada, o no pueden dejar de hablar de sí
mismos o quizás se sientan apartados, preguntándose qué piensan otros de
ellos.

¿Cómo podemos ayudar a esas personas? Incluimos pasos típicos:

1. Sensibilización y entendimiento. El egocentrismo es erróneo. Los


discípulos deben primero proponerse una meta para superar el
ensimismamiento basado en la enseñanza bíblica y el poder de Dios.
Ellos necesitan aprender lo que significa estar centrados en otros, y
por qué una vida de amor sacrificial conduce a la realización
personal (Lucas 9:23-24). La libertad del ensimismamiento
comienza en la mente de las propias personas mientras aprenden a
quitar sus ojos de sí mismos y a ponerlos en Dios y en otros.

2. Ideas prácticas. Sugerimos acciones específicas, o tareas en


terreno, que podrían ayudar a los discípulos a avanzar aprendiendo
cómo centrar su atención en otros. Estas podrían ser acciones
tomadas en conversación con otros de acuerdo a los parámetros
sugeridos en el capítulo sobre entablar amistad. También
sugeriríamos que mientras está solo tenga reflexión guiada acerca de
otros.

3. Ayuda y ánimo . Comprueba cómo fue la experiencia en terreno,


hablando de los problemas y victorias. Si tu persona está
confundida o no puede lograrlo, quizás tengas que ir y modelar el
comportamiento tú mismo. Entonces sugiere el próximo paso para
mayor avance.

Trabajar con gente ensimismada es lento, un trabajo paciente. Solo chequeos


regulares sobre cómo va el problema, junto con un número de contramedidas
sugeridas darán probable resultado para un cambio duradero.

Finalmente, deberías comenzar a notar que la persona está “despegando” en


el sentido de que se da cuenta de cómo continuar desarrollando por sí misma
el centrarse en otros, sin una supervisión detallada. Quedamos en una
posición donde podemos usar generosa cantidad de ánimo para perseverar.

Cualquiera que es extremadamente ensimismado probablemente continuará


luchando con esa tendencia por años, quizás de por vida. Pero hemos visto
sorprendentes y permanentes cambios. ¡Qué fantástica victoria, ver a alguien
que estaba atado dentro de sí, convertirse en alguien que puede en forma
creativa moverse en la vida de otras personas con amor! Este es un regalo
tan poderoso para dar, que nos sentiremos gratificados por años de saber que
tuvimos parte en ello.

Áreas típicas para aconsejar: Relación de alta expectativa


Las relaciones personales están en el corazón de la vida y ministerio
cristianos. Cuando estás discipulando en comunidad, deberías estar en una
posición de observar a tus discípulos relacionarse con sus amigos. También
puedes ganar percepción acerca de sus tendencias relacionales de tus
propias relaciones con ellos. Al acumular información en un periodo de
meses, puedes empezar a notar patrones de fortalezas o debilidades que
apuntan hacia oportunidades para darles ánimo o para hablar de cambios
necesarios.

Por ejemplo, puedes encontrar que tu discípulo muestra una tendencia que
pone altas expectativas en otros. Esto se hace evidente cuando la persona
está continuamente ofendida o decepcionada por las acciones u omisiones de
otros. Tales personas son “difícil de complacer” o “de alta mantención” en
sus relaciones. Pareciera que sienten que merecen un cierto tipo de
tratamiento de parte de los demás. Correctamente entendido, estas
expectativas son realmente demandas de amor que hacen de una persona un
buscador de amor más que un dador de amor.

Puedes discernir las altas expectativas de una persona cuando en forma


regular se queja de los amigos. O, puedes escuchar a tu discípulo
describiendo como fueron heridos sus sentimientos en situaciones que suena
sospechoso, el incidente no parece como tan dañino. Puedes ver si las quejas
son legítimas solo con escuchar a tu discípulo, porque la gente con altas
expectativas es capaz de demonizar a aquellos de quienes se quejan de una
manera que suena horrible. Aquí es donde estar en comunidad juntos hace la
diferencia. Tu conocimiento de la otra gente involucrada puede contradecir
las quejas que escuchas de tu discípulo. Quizás hasta hayas estado presente
durante una interacción que más tarde es caracterizada de una manera que
sabes que es exagerada o errónea.

Aun cuando ha sido perjudicado, puedes sentir que hay un problema más
grande con la alta expectativa de la persona que es su incapacidad para
perdonar. Las altas expectativas parecen ir junto con una perspectiva
exigente que no puede pasar por alto las ofensas, aun cuando sean menores.
Esta perspectiva tiende a ser crítica, aún juzgando los motivos de las
personas en forma negativa.
Cuando la gente cree que sus expectativas relacionales son legítimas, esas
expectativas arruinan una relación tras otra. Estas expectativas son un
sistema de reglas que nadie, sino el demandante de amor conoce o acepta. En
consecuencia, los demandantes de amor nunca están satisfechos con sus
relaciones por mucho tiempo. Ellos castigan a los demás por no seguir sus
reglas, creando más sentimientos duros. Su negativa para perdonar los
conduce a formar continuos casos contra las personas. Ellos manifiestan
amargura y sospecha. ¿Cómo podemos ayudar a personas así?

Sensibilización y entendimiento . Ayudar a la gente con altas


expectativas a superar su debilidad puede ser un verdadero juego de
lucha libre. Ellos están convencidos que solo sus expectativas son
razonables. No pueden entender por qué alguien cuestionaría su
derecho de sentirse ofendido o herido. ¡Todo parece tan inevitable!
Pero sabemos que este enfoque de las relaciones es moralmente
erróneo (Efesios 4:32). Es también desastroso en la práctica,
conduciendo a una seguidilla de amistades y matrimonios
distanciados. Es muy difícil para esas personas aceptarlo, pero su
manera de vivir está por debajo del llamado de Dios al amor
cristiano.

A través de un proceso de enseñanza y reprensión gradualmente


convencemos a los discípulos que Dios nos llama a una mejor
forma. Al estudiar lo que las Escrituras dicen acerca del amor,
aprendemos que el verdadero amor sacrificial no tiene altas
expectativas ni siquiera bajas; ¡No tiene expectativas! Pablo explica
que el “amor es paciente” (1Corintios 13:4). Eso significa que el
decepcionante comportamiento de la gente no hiere nuestros
sentimientos ni nos ofende. En lugar de eso, vemos estos como
áreas de necesidad en otros, y pacientemente trabajamos con ellos
para ver el cambio.

Él también dice que el amor “no se irrita” (1Corintios 13:5). En


otras palabras, si una persona llena de amor se enoja, no es porque
perdió los estribos o se ofendió. El enojo solo sería manifestado
por el bien de otro. En algunos casos, una muestra controlada de
enojo puede ser necesaria para decir algo importante. Pero nunca
sería para satisfacer la carne.

Por eso es que el amor “no toma en cuenta el mal recibido”


(1Corintios 13:5). No es que la gente que ama no salga perjudicada,
sino que ellos no los toman en cuenta. Esta reserva aparentemente
ilimitada de perdón está solo disponible para aquellos que han
aceptado su propio perdón ilimitado de Dios. Pablo aún dice que el
amor “todo lo sufre” y “todo lo soporta” (1Corintios 13:7). Esta
imagen de una persona que ama señala a alguien que es
extremadamente fácil de complacer en las relaciones. Cuando una
persona que ama lleva a otra responsable a alguna norma
relacional, lo hace así solo por el bien del otro, no porque se sienta
menospreciado y se proteja a sí mismo.

Necesitamos convencer a nuestro discípulo que no perdonar de


corazón es uno de los pecados verdaderamente serios que una
persona puede cometer. El lenguaje enfático de Jesús señala cuán
importante él pensaba que esto era: “Porque, si perdonan a otros sus
ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial” (Mateo
6:14,15). Debemos sentirnos agradecidos de que esta fórmula
muestra una ley, más que una perspectiva de gracia. Jesús a menudo
enseñó la verdadera intención de la ley de Dios cuando él estaba
refutando la versión aguada de la ley de los fariseos.

Una versión de gracia de la misma enseñanza dice: “Sed más bien


amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, así como también Dios os perdonó en Cristo” (Efesios 4:32
LBLA). En esta versión de gracia, nuestro perdón no depende de si
nosotros perdonamos, sino en lo que ya ha sido dado. Nuestra
respuesta a ser perdonados debiera ser tan radical como Jesús
sugiere. Pablo deja esto aún más claro en otro pasaje:
“soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno
tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros” (Colosenses 3:13 LBLA). “Alguno” y “otro” son
términos muy incluyentes. Es duro encontrar excepciones aquí, en
especial cuando Pablo lo clarifica comparando nuestro perdón de
otros al perdón de Dios para nosotros. La verdad será dura para que
nuestros discípulos con altas expectativas (y en realidad cualquiera)
acepten que Dios llama a los cristianos a perdonar a todos por todo.

En la mayoría de las situaciones, juzgar a otros es un pecado muy


serio de acuerdo a la Biblia. Pablo dice: “Por tanto, no tienes
excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al
juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas
cosas” (Romanos 2:1). Esta afirmación es invariablemente
verdadera. No tenemos que esperar mucho para ver a nuestro amigo
con altas expectativas hacer el mismo tipo de cosas por las cuales
él está resentido con otros. En otro pasaje, Pablo suplica: “Tú,
entonces, ¿por qué juzgas a tu hermano?” (Romanos 14:10).

Él es especialmente crítico de aquel que trata de juzgar los motivos


de otros. “Por tanto, no juzguéis antes de tiempo, sino esperad hasta
que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las
tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los
corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de parte de
Dios” (1Corintios 4:5 LBLA). Señalar motivos siniestros de parte
de otros dan como resultado constante división y juicio injusto.
¡Cuán difícil es para la gente con altas expectativas cambiar en esta
área! [49]
Entonces, como con otras áreas de problemas, nuestro primer
obstáculo será la ceguera a su propio pecado de la persona con
altas expectativas. Antes que veamos cualquier cambio, la persona
debe admitir en su mente que sus expectativas ya no son legítimas
luego de que su perspectiva se enfoca en practicar el verdadero
amor bíblico. A través de la enseñanza, del estudio, y del debate,
tendrás que presentar gradualmente el argumento de lo que es el
verdadero amor y observar a tu discípulo si entiende la diferencia
entre el cuadro bíblico y su propio patrón de relacionarse con otros.
Generalmente, puedes usar unas cuantas preguntas para guiar a la
persona a descubrirse a sí misma. Estudiar buenos libros como el
de Larry Crabb, Entendiendo a las personas , puede ayudar en el
proceso. [50]
Ideas prácticas. Ganar perspectiva es el primer paso. Pero la
acción es diferente. Una vez que has hablado con tu amigo acerca de
que sus hábitos relacionales están por debajo del llamado de Dios
en esta área, estás en posición de ayudarles a mejorar aplicando su
perspectiva anterior. Supongamos que surge otra situación donde tu
discípulo se siente ofendido o herido por alguien en la iglesia.
Puedes dejar pasar su alegato al comienzo, pero más tarde retomar
la situación y preguntar: “¿Tú crees que podría ser otro caso de altas
expectativas de lo cual antes hemos hablado?

Ya sea que él está de acuerdo o no, esto debería llevar a otra


conversación sobre el problema. Si no puedes convencerlo, podrías
considerar olvidar el tema y esperar que Dios haga algo en los
próximos días. Pero si sientes que no ha habido avance, quizás seas
guiado a tomar el tema más enérgicamente. Es importante marcarle
el paso. También lo es la oración. Este es un trabajo paciente,
descrito por Pablo como “cuánta angustia he sufrido por ustedes”
(Colosenses 2:1 NTV). Tú no quieres fastidiar a tu discípulo o
parecer tan crítico que él se cierre y no siga compartiendo sus
sentimientos. Pero si no presionas para el cambio, no amas a tu
discípulo.

Al trabajar con un problema así de serio y dominante, recuerda que


quizás no puedas resolver el problema completamente. Sólo estás
buscando avance. Una vez que los discípulos cogen la idea, el
próximo paso es tratar de vivir la perspectiva bíblica. Trabajar con
el perdón en forma personal y proyectar la gracia de Dios en las
relaciones requiere creatividad de parte de tu discípulo y tuya.
Encontramos que generalmente una vez que las personas con altas
expectativas aceptan la perspectiva de Dios de que sus demandas
son erróneas, el avance se hace notable de ahí en adelante, en
especial si sugieres formas para responder a los sentimientos y
situaciones difíciles. Es fundamental luchar en oración para adoptar
la perspectiva de Cristo, de gracia, en las heridas personales.

Ayuda y ánimo . Los cristianos en crecimiento tienden a desarrollar


un aprecio profundo por el perdón y la aceptación de otros ya que el
Espíritu Santo les guía en esta dirección. Pero puedes hacer que este
proceso vaya más rápido, ayudando a la gente a ver el punto de vista
de Dios en las situaciones de relaciones, animándolos cuando ellos
responden de manera más piadosa. Esto incluye hacerles notar cómo
mejoran las cosas cuando ellos dejan de lado sus expectativas sobre
los demás para, en su lugar, enfocarse en dar.

Aunque los hábitos relacionales como tener altas expectativas, juzgar a


otros, e incapacidad para perdonar son muy comunes, son potencialmente
devastadores y se hace difícil el cambio. En los casos más notables, hemos
visto cambios significativos en apenas un año. Pero en la mayoría de los
casos, ayudar a alguien con este tipo de problema es un proyecto de varios
años, y aún entonces, el cambio solo será parcial. Tu meta es clara: ayudar a
la persona a alcanzar el punto donde él pueda desarrollar y mantener
relaciones profundas, incluyendo una familia saludable. A no ser que él
alcance este punto, es demasiado inmaduro para liderar en la iglesia.

Al reflexionar en el campo de la consejería relacional, puedes ver por qué


muchos obreros cristianos eligen enfocarse en acciones y pecados de la
carne mientras que ignoran los problemas internos como las altas
expectativas relacionales. Enredarse con un patrón relacional arraigado
como este es simplemente demasiado difícil y conflictivo para cualquiera
que demanda resultados rápidos. Por lo tanto, debes buscar continuamente a
Dios, pidiendo por una visión positiva para los discípulos que luchan en
estas áreas. Dios tiene una visión para ellos, y debemos adoptar esa visión
como nuestra.

Áreas típicas para aconsejar: Sexualidad

En nuestro mundo caído, la sexualidad de la mayoría de la gente está dañada


de una u otra manera. La cultura occidental con sus prácticas sexuales
libertinas hace que sea más propenso a que los daños sean severos. Aquellos
discipulando a solteros o parejas casadas jóvenes hoy están regularmente
desafiados por los profundos problemas sexuales de sus discípulos.

Agravando la dificultad está el hecho de que la sexualidad de la gente es una


de las áreas de la vida que produce más vergüenza. La gente que soporta una
carga de vergüenza se vuelve menos dispuesta a admitir sus problemas,
incluso a sus mejores amigos. Puedes estar relacionándote con alguien por
algún tiempo sin tener idea de que bajo la superficie yace un serio asunto
sexual vergonzoso que desgarra el corazón. Ayuda si te anticipas a tales
problemas y buscas las señales.

El alcance del posible problema en esta área es inmenso. Podrías estar


tratando con alguien que es promiscuo y ha desarrollado una visión extra
bíblica del sexo opuesto, como también pérdida de autocontrol. Puedes estar
tratando con alguien que se ha vuelto reacio al sexo debido a las
experiencias pasadas que van desde violación, acoso sexual a fracasos
personales en previas relaciones sexuales. Quizás tendremos que trabajar
con gente que tiene fijaciones sexuales obsesivas. Las prácticas
homosexuales y deseos sexuales también son comunes.

El pecado o disfunción sexual es un área conflictiva, pero esta área es tan


importante que podría desbaratar todos nuestros esfuerzos de entrenar
discípulos maduros. Pablo pone el pecado sexual en una categoría especial
en 1Corintios 6:18, diciendo: “Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los
demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el
que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo”. Él señala
en este pasaje que nada es más dañino que la inmoralidad sexual. La gente
que lucha con problemas en esta área a menudo tiene dificultad para
acercarse a Dios y a los demás debido a sus sentimientos de vergüenza.
También pueden tener dificultad para lograr matrimonios y familias exitosas.
Porque el área de disfunción y pecado sexual es tan inmensa, no podemos
cubrirlo totalmente aquí. Pero varias cosas están claras, y debes tenerlas en
mente cuando luchas junto a tus amigos.

Primero, Jesucristo cambia vidas, y esto incluye arraigados problemas


sexuales. Mientras que el cambio en el área sexual puede ser
exhaustivamente lento, no hay razones para ser fatalista. A diferencia de la
gente en el mundo que cree que tú eres lo que eres, y no puedes (y
probablemente no debas) ser cambiado, nosotros sabemos que sí. El
ministerio de nuestra iglesia en discipulado ha dado como fruto cientos de
ejemplos de vidas restauradas en esta área. Para ser justos, ha habido
muchos fracasos también. Pero Dios tiene el poder y está dispuesto a
ejercerlo para lograr el cambio en la vida de cualquier persona que le siga
con todo su ser.

Segundo, la liberación puede no ser completa. Al menos, la gente con


hábitos sexuales negativos continuará sintiendo tentación en esas áreas, a
menudo, por el resto de sus vidas. Pero enfrentémoslo: todos sentimos
tentación sexual en alguna área. Podemos prever la liberación hasta el punto
de que nuestros discípulos sean capaces de formar matrimonios saludables.

Tercero, con serios problemas sexuales patológicos, quizás necesitemos


buscar la ayuda de un profesional. La pedofilia, el acoso sexual, la
violación, el fetichismo, y la homosexualidad son ejemplos de los problemas
que pueden ser demasiado severos para manejarlos sin ayuda profesional.
Solo asegúrate que el profesional que busques para ayudar no vaya a decirle
al discípulo que está en pecado sexual que no hay nada malo con él y que él
solo necesita aprender a aceptarse a sí mismo. Sería entonces mejor trabajar
solo que introducir una voz que hable en armonía con Satanás.

Cuarto, quizás quieras estudiar el problema en particular que tiene tu


discípulo, en especial si es extraño o poco común. En estos casos las
conjeturas son peligrosas. Al lograr un entendimiento básico de las causas
de los problemas sexuales poco comunes, podrás de mejor manera, trazar
una estrategia para el cambio. Los discípulos con obsesiones sexuales,
fetichismo, orientaciones equivocadas, o extrañas aversiones, incluyendo
frigidez, pueden ser ayudados, pero tendrás que hacer la lectura.

Finalmente, en esta área más que en ninguna otra, enfrentamos dificultad


incluso persuadiendo a nuestros discípulos para revelar sus problemas. La
divulgación es una de las cosas más sanadoras que ellos pueden hacer.
Encontramos que el poder del pecado sexual es grandemente magnificado
por el secreto. El primer paso para apropiarse del poder de Dios para el
cambio es traer el problema a la luz.

Satanás ata a la gente en el fracaso convenciéndolos que sus problemas son


únicos y no tienen esperanza. No les permite que reconozcan sus problemas y
los amenaza diciendo que todo el mundo los rechazará y sentirán asco de
ellos si confiesan. De esta manera, los aparta de la ayuda de los demás y
añade a su vergüenza, porque mantener las cosas en secreto significa que
ellos se convierten en engañadores e hipócritas.

Cuando un discípulo revela un serio problema sexual, tenemos una


oportunidad única de mostrar la gracia de Dios a través de nuestra respuesta
comprensiva y empática. Podemos rápidamente movernos para contrarrestar
su sentido fatalista de que ellos nunca cambiarán. Dadas estas advertencias,
podemos entrar en una típica consejería pastoral:

Sensibilización y entendimiento . Debemos comenzar con un


estudio exhaustivo de los ideales de Dios para la sexualidad. La
gente que logra la victoria sobre el pecado sexual o la patología
sexual lo hacen porque intentan adquirir algo mejor. Discursos
posteriores sobre cuán pecaminosos son sus problemas
generalmente no ayudan a menos que la persona no haya aceptado
que el problema involucra pecado en primer lugar. Distinguir lo
correcto de lo incorrecto en el área sexual es necesario, pero aún
más útil es una visión de lo que el creyente puede tener si sigue el
patrón de Dios para el amor sexual. Leer buenos libros sobre el
tema puede ayudar a impartir una visión de un futuro sexual más
positivo.

Ideas prácticas . Una vez que tu discípulo adopta la perspectiva


bíblica de la sexualidad, tú necesitas acordar con él un plan práctico
de restauración. Dependiendo del problema, ese plan podría variar
tremendamente. Por ejemplo, alguien que es promiscuo puede
necesitar limitar estrictamente el tiempo con sus citas, o quizás
‘abstenerse’ por un tiempo, sin citas. Un hombre adicto a la
pornografía puede necesitar tener su computador con filtros o
monitoreado con software para rendir cuentas a alguien, dando su
clave a alguna persona confiable. Tu plan puede incluir aprender a
desarrollar relaciones interpersonales saludables no-sexuales con el
sexo opuesto o del mismo sexo. Hemos aprendido que las relaciones
humanas saludables son el reemplazo perfecto para la obsesión
sexual. Las cosas que aprendemos de nosotros mismos a través de
las relaciones profundas son las lecciones que nos sanarán más que
cualquier otra cosa. Finalmente, asegúrate de obtener consejo de
consejeros pastorales experimentados o de líderes cristianos que
tengan experiencia trabajando con este tipo de problema.

Ayuda y exhortación. Una vez que tu discípulo está de acuerdo con


un tipo de acción, tú puedes ayudarle preguntando en forma regular
cómo van las cosas. Al desarrollar un nivel de responsabilidad
rindiendo cuentas a otro, puedes fortalecer la fuerza de voluntad de
tu discípulo. A menudo, si ves un período de logros acompañado de
desarrollos positivos en otras áreas de la vida, estás en el camino
hacia el cambio duradero. Muchos discípulos que sufren de
problemas sexuales se dan cuenta que al obtener una visión para ser
usados por Dios y desarrollar buenas relaciones de amor centradas
en los demás conduce a importante cambio. Sin embargo, debes
estar preparado para las recaídas. Las recaídas son extremadamente
comunes con los problemas sexuales, porque los deseos sexuales
son poderosos y nunca cesan. Se debe reconocer cada fracaso,
reclamar la gracia de Dios y la persona debe arrepentirse de verdad.

Ayudar a un discípulo que lucha con un problema sexual es otro ejemplo de


por qué hacer discípulos es controvertido, frustrante y costoso. Pero para
aquellos dispuestos a pagar el precio, la recompensa es autenticidad
espiritual, incluyendo eventualmente familias saludables.

Áreas típicas para aconsejar: Matrimonio

Tenemos que trabajar con los discípulos casados en el área más amplia de
sus vidas: sus familias. Nuevamente, el matrimonio y la familia son áreas de
necesidad tan vastas que solo podemos mencionar algunas de las más
comunes y darte referencias para lectura más avanzada.

Algunos matrimonios están “en yugo desigual” (2Corintios 6:14). En


un matrimonio de yugo desigual, un cónyuge está mucho más
interesado en perseguir las cosas de Dios que el otro. A veces el
cónyuge puede ser un no cristiano o un cristiano tibio, queriendo
decir que su testimonio es confuso, y no se ve evidencia del Espíritu
Santo en la vida del no interesado.
La disfunción sexual es también común en los matrimonios y puede
surgir en el discipulado. Aquí, puede ayudar alguna buena lectura en
el campo de la consejería matrimonial. [51]

En el ámbito de ser padres comúnmente vemos dos áreas que pueden


necesitar ayuda: fracaso para invertir y evitar extremos en el
continuo permisivo-controlador. Si compartes perspectiva con tus
discípulos de forma que les ayude a ganar a sus hijos para una vida
centrada en Dios y sus valores, habrás ayudado tanto a tus
discípulos como a los hijos de manera profunda. Ver la página web
de Discipulado Orgánico para obtener más ideas en estas áreas.
Áreas típicas para aconsejar: La avaricia

En nuestra opinión, la avaricia es el mayor enemigo de la espiritualidad en


la iglesia norteamericana. La Biblia es enfática al enseñar sobre la avaricia.
Pablo dice: “Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad
sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio
del pueblo santo de Dios” (Efesios 5:3). La palabra para avaricia es
pleonexia , que significa una sed continua de más. Aquí vemos la avaricia en
la misma lista junto a la inmoralidad sexual, que debería darnos una idea de
la seriedad que le otorga Dios a este peligro.

Jesús advirtió: “No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas” (Mateo
6:24). Pablo dice así: “Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la
naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos
deseos y avaricia, la cual es idolatría” (Colosenses 3:5 LBLA). La avaricia
es verdaderamente idolatría de acuerdo a Pablo, porque el dinero se
convierte en la cosa alrededor de lo cual nuestras vidas giran.

Hoy en occidente, la avaricia ocurre no sólo por acumular riquezas


innecesarias, sino por la ambición profesional. El arribismo ubica la carrera
en el centro de la vida, tanto para los padres como para los hijos (en el
futuro). La gente atrapada en pleonexia pareciera nunca tener tiempo para las
cosas de Dios. Ellos están tan preocupados por sus carreras y disfrutando o
preocupándose por su dinero y posesiones que no pueden desarrollar
ministerios de calidad. Con su frecuente ausentismo y lealtades divididas,
son incapaces de desarrollar relaciones de calidad o engendrar amor
verdadero de Dios en los demás. La mayoría de los arribistas piensan que la
descripción de la iglesia del Nuevo Testamento es completamente
impracticable hoy.

Uno de los efectos colaterales más tristes de la avaricia es la forma en que


enfría el amor de la gente por Dios y por los demás. Tal como Jesús
advirtió: “porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”
(Mateo 6:21 LBLA). Demasiados cristianos norteamericanos simplemente
no pueden hacer coincidir el entusiasmo que sienten por Dios con el que
sienten con la adquisición del último aparato, la pantalla de cine para el
hogar o la ampliación de la casa. En esta área como otras, un simple consejo
pastoral puede dar buen fruto.

Sensibilización y entendimiento . Al igual que otras áreas, la


ceguera es nuestro primer obstáculo. Rara vez conocemos gente que
reconozca que es materialista. Mucha gente mira a aquellos más
ricos y obsesivos que ellos como materialistas, viendo su propio
nivel de avaricia como normal. Como norteamericanos, vivimos en
un océano de riquezas, sin precedente en la historia mundial. Hemos
llegado a ver la opulencia como tan normal y necesaria, que se hace
muy difícil para mucha gente detectar un problema de avaricia. Los
norteamericanos necesitan comenzar con un detallado estudio de la
palabra de Dios. [52] Como cristianos sabemos que la felicidad en la
vida viene del lado espiritual y relacional de la vida, no de las
posesiones, poder, prestigio o dinero. Si podemos convencer a
nuestros discípulos de esta verdad, estaremos ahorrándoles una vida
vacía y liberándolos para entrar en las “verdaderas riquezas” (Lucas
16:11).

Ideas prácticas . ¿Cómo sale la gente de la avaricia? Piensa con tus


discípulos qué pasos prácticos podrían ayudar (como dar en forma
regular, replantear las compras, cambiar las metas, etc.) para
cambiar en esta área. Un viaje de misiones a corto plazo a un lugar
pobre a menudo ayuda también.
Ayuda y ánimo . Busca observar cambios de actitud y acción que
puedan seguir. Nunca pierdas la oportunidad para animar tales
cambios. De la misma manera, no temas desafiar los comentarios
materialistas o jactanciosos.

Áreas típicas para aconsejar: Malos hábitos

Generalmente las personas son criaturas de hábitos. Los hábitos pueden


trabajar a favor o en contra nuestra. Como discipuladores, esperamos
desarrollar hábitos saludables en las vidas de nuestros discípulos. Pero la
mayoría de los discípulos ya vienen con algunos hábitos que pueden ser muy
esclavizantes.

Jesús advierte: “Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo
del pecado” (Juan 8:34 NTV). La Biblia constantemente advierte acerca del
poder esclavizante del pecado. Pero Pablo nos recuerda que, en nuestra
identidad, “habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos
de la justicia” (Romanos 6:18). Sin embargo, aquellos que trabajan con
personas saben que apropiarse de la libertad del pecado no es un asunto
fácil. Los hábitos de pecado pueden ser increíblemente tenaces.

Al trabajar con cualquier discípulo que está afligido con un hábito de pecado
significativo tienes que considerar varias cosas.
Primero, quizás nunca llegues al punto en que tu discípulo no tenga ningún
habito de pecado. Estás forzado a buscar relativa libertad, no la perfección
(1Juan 2:10). Esto significa que debes sopesar cuán fuerte empujas para el
cambio, una determinación basada, en parte, en cuán dañino es el hábito.
Hábitos extremos como fornicación, homosexualidad, alcoholismo o
adicción a las drogas son obstáculos puros cuando se trata de crecimiento
espiritual. Están perdiendo su tiempo si buscan crecimiento mientras no
tratan con esos hábitos.

También otros hábitos pueden ser casi tan malos. La mentira congénita
bloquea efectivamente el desarrollo de relaciones y descalifica a la persona
de cualquier tipo de liderazgo espiritual. La avaricia es realmente un hábito,
y encontramos que pocas cosas privan a una persona de celo por Dios más
que la avaricia. Las personas con problemas de ira constantemente destruyen
su propia credibilidad y también son descalificados del liderazgo (1Timoteo
3:3). Ladrones habituales o aquellos con un hábito extremo de pereza son un
serio problema cuando tú consideras que ambos se mencionan en conexión
con la disciplina de la iglesia (1Corintios 5:11 “estafador” 2Tesalonicenses
3:3,14). Así también lo son quienes son difamadores habituales (1Corintios
5:11).

Hábitos menores todavía hacen un montón de daño. Comer en exceso y


desórdenes alimentarios son altamente destructivos de la vida social y
sexual de una persona como también su bienestar físico. Fumar cigarrillos es
también destructivo para el cuerpo. La pornografía es un hábito
espiritualmente devastador para millones. La lista sigue.

La esclavitud es mala si el hábito es severo o suave (1Corintios 6:12). Pero


pensamos que debería ser evidente empezar por el comienzo de la lista y de
ahí hacia abajo. La primera consideración es escoger el momento preciso.
Perseguir a un discípulo con un hábito de pecado es trabajo peligroso.
Ninguno de estos hábitos es fácil de resolver, y enfrentas el peligro de
rebeldía o desánimo en cualquier momento que forcejees con esas áreas de
la vida tan cargadas emocionalmente. Podrías esperar y que Dios
directamente los rescate de algunos hábitos menores mientras crecen
espiritualmente. Aunque en el caso de los hábitos más severos, no tienes
elección sino buscar el cambio desde temprano.

La honestidad es clave. El discipulador camina sobre una difícil cuerda floja


entre ser excesivamente permisivo, que no lleva a cambios, y ser rígido
donde las líneas de comunicación se cierran. Cuando tus discípulos ocultan
su pecado, no tienes forma de darles consejos. Nuestra experiencia con la
gente que viene de iglesias evangélicas sugiere que la mayoría de los
pecadores habituales en las iglesias satisface su pecado secretamente.
Admitir el pecado nunca es fácil, pero admitir el pecado a un severo y
antipático discipulador pronto llega a ser muy duro para la mayoría de los
discípulos. Esto es verdaderamente malo, ya que como lo dijimos antes,
traer el pecado a la luz es clave para ver avance.

Aconsejar a las personas con malos hábitos sigue un patrón ahora familiar:
Sensibilización y entendimiento . Deberías comenzar por guiar a
tus discípulos a una perspectiva piadosa de sus hábitos. Necesitas
saber cómo funcionan la dinámica del pecado y el proceso de
adicción en el ámbito más amplio del crecimiento espiritual.
Sabemos que los cristianos están perdonados, así que Dios no va a
retirarse aún si alguien es sorprendido en serio pecado. Pero el daño
hecho por los hábitos va más allá del daño directo causado por el
pecado. Los discípulos también son dañados por la culpa y la
vergüenza que cualquier pecador habitual siente. Estos pueden ser
tan severos que llegan a ser una cuña llevando al creyente lejos de
su única fuente de liberación: Dios y el cuerpo de Cristo.

Deberías trabajar con gente que tiene hábitos de pecado de una


manera paciente y con gracia. La primera clave para la liberación
del pecado es poner un fundamento de gracia. Tus discípulos
necesitan saber que Jesús dice: “Nunca te dejaré; jamás te
abandonaré” (Hebreos 13:5). Este es la plataforma de seguridad
desde donde la gente puede enfrentar su pecado y comenzar a tratar
con él. Ellos necesitan estudiar y aprender a creer en su nueva
identidad en Cristo. Solo cuando lleguen a creer quienes son en
Cristo, sus hábitos perderán poder sobre ellos (Romanos 6: 1-14).
[53]

Deberías guiar a tus discípulos hacia el punto donde ellos admitan


responsabilidad personal. Una persona sorprendida en un hábito
puede sentirse tan esclavizada que tiene poca experiencia en su
libre albedrío. Esas personas a menudo se sienten indefensos y
quizás condenados a permanecer de esa manera. Alimentándolos a
través de las Escrituras, tu propia experiencia y la de otros, debes
persuadirlos de que el poder de Dios es mayor que sus hábitos.
Quizás tengas que trabajar en etapas, al principio buscando cambios
pequeños y trabajando hacia los más grandes.

Ideas prácticas. Siguiente, necesitas una estrategia para el cambio


que coincida con el hábito. Estas estrategias son a menudo un asunto
de sentido común combinado con sabiduría bíblica. A menudo
incluyen restricciones externas. Por ejemplo, un alcohólico puede
necesitar acordar no visitar bares o fiestas donde la gente esté
bebiendo. Un adicto al sexo puede necesitar abstenerse
completamente de citas por un tiempo.

Igualmente, quizás podrías involucrar a un consejero profesional en


algunos hábitos extremos. Al menos, sugerimos que consultes con el
líder cristiano más sabio que conozcas sobre cómo la gente puede
lograr el cambio en este asunto. También sugerimos buscar a
alguien que ha sido liberado del mismo hábito y preguntarle qué fue
útil para él o ella. Las estrategias posibles son muy numerosas para
nombrarlas aquí. Se han escrito libros sobre la mayoría de estos
patrones de pecado, y deberías buscar lectura relevante para más
ideas.

Ayuda y ánimo. A medida que tu discípulo lucha, no ignores el


principio del reemplazo. Las personas con malos hábitos
generalmente no pueden simplemente eliminar los hábitos; ellos
tienen que reemplazarlos con algo. ¿Qué has construido con tu
discípulo que podría potencialmente darle la misma o mayor
gratificación emocional que su hábito? Generalmente, las relaciones
personales se clasifican en los primeros lugares junto con el gozo de
ser usado por Dios en las vidas de los demás y los cálidos tiempos
personales con Dios. Cuando los cristianos ven cuán gratificantes
pueden ser estas alternativas al pecado, finalmente ellos a menudo
deciden tomar fuertes medidas contra sus hábitos esclavizantes.

Fracaso en el consejo

Cualquiera que se enreda en serios problemas personales buscando


un cambio real más que “quitar el polvo” en forma superficial,
enfrentará el fracaso en algún momento. No es fácil buscar el
cambio auténtico en las vidas de las personas. ¿Qué ocurre cuando
nuestros esfuerzos parecen no estar funcionando?

Primero, tienes que tomar una determinación sensible: ¿estás


tratando con debilidad continua? O ¿estás comenzando a enfrentar
un punto de resistencia, donde tu discípulo está básicamente
negándose a dar más pasos? Este juicio no siempre es fácil de
hacer. Por un lado, debes estar consciente de los micro-
movimientos. Aún los más leves movimientos de avance son muy
significativos cuando estás tratando cualquiera de los problemas de
los cuales hemos hablado en este capítulo.

El movimiento podría ser decepcionante, pero tienes que ajustar tus


expectativas a la realidad. Con humanos, el cambio es en general
increíblemente lento. Gracias a Dios por los casos reportados de
liberación del pecado casi instantánea. Pero no esperemos eso. Los
casos de rápida recuperación de serios problemas emocionales o
problemas de pecado son contados. Aún cuando la gente dice que ha
experimentado sanidad instantánea de sus problemas, los problemas
generalmente resurgen más tarde: la sanidad no fue tan completa
como ellos pensaron. Sugerimos que los discipuladores deberían
enfocarse en el crecimiento lento la mayoría del tiempo. En vez de
comparar el avance de tu discípulo con dónde él estaba un mes
atrás, piensa dónde estaba hace un año. ¿Hay alguna diferencia?
También, deberías observar señales de esfuerzo. Aún si no puedes
ver ningún avance en el comportamiento exterior, un creyente que
está poniendo esfuerzo probablemente y eventualmente verá
resultados. Pero, ¿qué sobre los casos donde no estás seguro de ver
ni esfuerzos ni resultados? Hablaremos de esos casos resistentes en
nuestro próximo capítulo.

Nuestra herramienta más poderosa

Cuando ves ya sea un micro-movimiento o esfuerzo, tienes la


oportunidad de usar tu más poderosa herramienta: animar. Los
científicos que estudian cómo aprende la gente han probado que el
refuerzo positivo es lejos más poderoso que el castigo para un
cambio de efecto duradero en la gente. [54]

La Biblia nos urge a animarnos los unos a los otros cuando


tengamos la oportunidad: “mientras dure ese «hoy», anímense unos
a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el
engaño del pecado” (Hebreos 3:13). [55]
Para el reforzamiento positivo de las actitudes piadosas y del
comportamiento es importante dar ánimo por diversas razones. En
primer lugar, haciendo notorio cuando la gente lo hace bien, y
enfatizando cuán feliz te sientes por eso, tú resaltas la importancia
que Dios le da a esas victorias. Al mismo tiempo, el ánimo a
menudo da a tus discípulos la fortaleza emocional para continuar
esforzándose. El ánimo también puede contrarrestar en forma
efectiva las debilitantes acusaciones de Satanás, al recordarle a los
discípulos que en general están creciendo.

Animar tiene una limitación: es altamente efectivo para sostener


una acción, pero mucho menos para iniciar una acción. En otras
palabras, tienes que coger a tu discípulo “haciendo algo bien” antes
de que puedas usar el dar ánimo en forma efectiva. Si animas a tus
discípulos aun cuando no han hecho algo, estás practicando la
adulación, que funciona contra la motivación. La adulación funciona
contra la motivación porque abarata el ánimo. Si siempre te dan
ánimo, ya sea que lo merezcas o no, la gente comienza a
subestimarlo. “Oh, ahí está de nuevo”, podría ser la respuesta
interior de un discípulo que es animado cuando sabe que no
debería. El que da ánimo en verdad pierde credibilidad si adula.
Por lo tanto, necesitas suplicar, empujar, y persuadir con la
esperanza de estimular la acción, sólo entonces animar.

Aun cuando los discípulos toman una acción positiva, no deberías


siempre animarlos. El momento más importante para animarlos es al
comienzo. Cuando alguien trata por primera vez de hacer algo para
Dios, nunca pierdas la oportunidad para animarle. Pero cuando ya
son más regulares en sus movimientos, en realidad obtendrás más
respuesta si solo animas periódicamente. Los científicos han
demostrado que el refuerzo intermitente verdaderamente conduce a
la larga a niveles más altos de motivación que la afirmación
constante. [56] Basados en estos descubrimientos, deberías hacer lo
que Dios a menudo hace: animar a la gente a comienzos de la fase
de aprendizaje de un nuevo patrón de vida, luego animar en forma
más intermitente a medida que continúan. En lugar de depender del
ánimo, los comportamientos positivos comienzan a reforzarlos por
sí solos ya que conduce a una vida más feliz y más satisfactoria.

Intenta conseguir diferentes formas de animar. Por ejemplo, en vez


de ser siempre tú quien anima a la gente, trata de organizar
exhortación indirecta proveniente de otras personas que han notado
algo bueno que podría animar a tu discípulo. Quizás alguien
comparte contigo que el comentario de tu discípulo en el grupo en
casa fue útil. Podrías tú mismo transmitirlo o podrías instar a la
persona que hizo el comentario a decírselo a tu discípulo en
persona. El ánimo que viene de múltiples fuentes tiene más impacto.

El ánimo en público es algo bueno si es de buen gusto. Expresar


admiración por el progreso de tu discípulo en presencia de otros, a
veces, tiene mucho más efecto que hacerlo en privado. En el grupo
de hombres, yo podría decir, “Carlos, ¿por qué no compartes con
los chicos sobre la tremenda conversación que tuviste con ese chico
en tu trabajo?” y continuar mencionando que bueno es que Carlos
está compartiendo de su fe.

Tu exhortación tendrá más poder si mencionas detalles específicos


que te impresionaron de lo que tu discípulo hizo. Dar detalles ayuda
a transmitir que no estás siendo superficial, sino que realmente
estabas poniendo atención. Esto normalmente deja una impresión
más fuerte que el ánimo en general.

Trata de mostrarles a tus discípulos los beneficios que obtuvieron


en cualquier situación en que ellos progresaron. Si ellos ven por sí
mismos cómo el cambio está mejorando sus vidas o ayudando a
otros, ellos podrán avanzar hacia el auto-reforzamiento. El auto-
reforzamiento es clave para los discípulos que son capaces de
continuar progresando sin la ayuda regular de otros.

Al reservar el ánimo para el verdadero avance más que para el


logro rutinario, harás que el ánimo sea algo especial. El uso
excesivo de cualquier reforzador tiende a debilitar su poder de
reforzamiento.
Consideremos la exhortación por escrito. Enviar una tarjeta de
aprecio, detallando lo que has visto y por qué piensas que es bueno,
parece tener impacto especial para la mayoría de la gente. Hazles
saber cómo su progreso te hizo sentir.

Si conoces personas dotadas con el don de exhortación en tu iglesia,


observa cómo trabajan. Puedes aprender un montón de exhortadores
hábiles. Observa los matices, entonación, lenguaje corporal, etc.

Si te conviertes en una persona que exhorta de manera efectiva,


probablemente verás avance en tus discípulos. En particular cuando
se combina con una amistad profunda, el ánimo tiene un poder
increíble para motivar a la gente. Tu discípulo sabe que no eres
simplemente alguien que llegó a una conclusión superficial, sino
que eres demasiado familiar con sus debilidades como para ser
engañado, así que tu ánimo es más significativo.

Sumergirse en los problemas reales de las personas y ayudarles a


avanzar es mucho más difícil que meramente enseñarles algunos
versículos de la Biblia. Los discipuladores pacientes y amorosos
que saben cómo aplicar la sabiduría de Dios y que son fuertes en
exhortación, verán a Dios obrar de manera sorprendente en las
vidas de sus discípulos.

CAPITULO 10

Encontrando Falta de Progreso: Discerniendo Qué


Hacer

N INGÚN DISCÍPULO está completamente dispuesto desde el comienzo y


tampoco continúa dándolo todo por Dios desde ese momento. La mayoría de
los discípulos, tarde o temprano, se topan con algún tipo de crisis en su
avance. Si sientes que tu discípulo no está progresando bien, ¿qué hay que
hacer?

Haz la llamada

Primero, considera si realmente has llamado a tu discípulo a la acción. En


muchas secciones de este libro, hemos sugerido que la instrucción tendrá
efectos positivos a medida que los discípulos desarrollan sus propias
convicciones basados en las Escrituras. Compartir tu visión con los
discípulos es también motivante. Así también lo es tu modelaje. Pero a veces
todo esto no es suficiente. También debes estar dispuesto a llamar
directamente a la gente al cambio.

Tanto Jesús como Pablo desafiaban a la gente directamente cuando era


necesario. Los llamados de Jesús a aquellos que serían sus discípulos son
sorprendentemente fuertes (Lucas 14: 25-35). Vemos un gran ejemplo en
Pablo llamando a la gente en 2 Corintios a dar (caps. 8, 9). Él los persuadía,
urgía y enfáticamente insistía en que siguieran con su compromiso anterior.

La mayor parte del tiempo, los líderes encuentran innecesario llamar a su


gente a la acción. La gente pareciera intuir que ellos deben hacer las cosas
por su cuenta, a medida que el Espíritu Santo mueve sus corazones y que
ellos observen a otros modelos. Oswald Sanders argumenta que la habilidad
para asegurar el cumplimiento sin mostrar autoridad es una marca de un buen
líder. Pero esos enfoques de liderazgo indirectos no siempre funcionan. No
todos captan los golpes de suerte ni las señales indirectas. Debemos aceptar
que Dios pone líderes en el cuerpo de Cristo porque quiere usarlos para
motivar a la gente. Los buenos líderes no tienen temor de mirar de vez en
cuando a alguien a la cara y llamarlo directamente a hacer algo. Un llamado
así no debe ser tosco ni autoritario. Puede ser simplemente decir: “Bob,
necesitas hacer esto. ¿Te parece?”

El llamado directo no es un discurso que hacemos muy a menudo. Cuando la


gente siente lo que debiera hacer o pregunta qué debe hacer, puedes tener un
enfoque consultivo que ayude a los discípulos a aprender cómo pensar por sí
mismos. Pero a veces necesitas hacer el discurso directo sin disculparte.
Dennis : Roberto era un joven e inteligente estudiante que amaba a la gente
más que estudiar. Aunque tenía buena capacidad intelectual, sus
calificaciones subían y bajaban dependiendo de si él quería o no estudiar ese
trimestre. Después de abandonar nuevamente las clases por un trimestre, le
ofrecieron un trabajo que pagaba como cualquier trabajo que él pudiera
obtener como graduado universitario, y se enfocaba en sus habilidades con
la gente. Él compartió que estaba considerando seriamente abandonar la
facultad y hacer carrera con esta compañía.

No dije mucho en ese momento, solo movía la cabeza pensativamente, pero


me preocupaba. Yo sabía que Roberto quería ser maestro de la Biblia como
también líder, y yo veía gran potencial en él en esta área. Oré al respecto por
un par de días antes de reunirme con él nuevamente en nuestra “junta”
regular. Llegado ese día, me sentí guiado a hablarle directamente acerca de
que tomar ese trabajo y abandonar la facultad no era una buena idea. Le
sugerí que, en vez de eso, él debía tomar más en serio la facultad y terminar
en el próximo año y medio. Yo argumenté fuertemente que, con sus dones, él
se arrepentiría más tarde de no tener una carrera. Al mismo tiempo, las
oportunidades como aquella en cuestión eran comunes y corrientes y que
podría conseguir una en cualquier momento. Más que nada, odiaba verlo
tomando la vía de la menor resistencia y rendirse a sus tendencias
irresponsables.

Mi llamado no fue lo que Roberto quería escuchar. Él estuvo argumentativo,


de hecho, discutimos por un rato acerca de los pros y los contras, en algunos
momentos con tonos acalorados, mientras trataba de convencerlo de su
pereza y pobre mayordomía. Cuando se fue, él estaba amurrado. Dejé que lo
meditara. No suavicé el discurso al recordarle que era su decisión, o que
estaría a su lado cualquiera fuera su elección, aunque sentí que esto estaba
implícito cuando oramos juntos. Yo quería que él escuchara claramente que
yo tenía una fuerte opinión al respecto.

Días más tarde, él pasó a verme y me dijo que había decidido que yo estaba
en lo correcto. Me alegré de escucharlo, pero al continuar con su comentario
me di cuenta de que había mucho más. Él fue describiendo cómo él había
tenido la convicción de parte de Dios acerca de su pereza en la facultad y en
todo, y sabía en su corazón que tomar ese trabajo era la forma fácil de
escapar.

En los días posteriores a nuestra conversación, Dios no le había dejado


descansar y se había quebrantado delante de Él. Su vida entera pasó delante
de sus ojos, incluyendo un patrón de irresponsabilidad y de
autocomplacencia. Él se arrepintió delante de Dios y se comprometió a
volver a la facultad y hacer sus otras tareas en la vida con una nueva
perspectiva. Él estaba increíblemente agradecido conmigo por llevarlo al
punto de tomar una decisión al respecto.

Desde entonces, él terminó su facultad con buenas calificaciones y luego se


graduó. Dios le ha prosperado en su ministerio, dándole varios
prometedores discípulos y ha podido multiplicar las iglesias en casa. Ahora
él es un integrante de nuestro gran grupo de maestros y lidera una red de
iglesias en casa. Nunca ha cesado de estar agradecido por mi intervención y
mi llamado a mantenerse en la facultad.

Decidir cuándo llamar

Basado en mi experiencia entrenando a otros discipuladores, yo creo que


muchos discipuladores no habrían hecho el llamado que yo hice en ese caso.
Si lo hubieran hecho, posiblemente no habrían estado dispuestos a
argumentar, o no hubieran estado dispuestos a dejar la situación en un estado
de tensión mientras el Señor trabajaba en los corazones de sus discípulos.
Demasiados discipuladores tienen aprensión de presionar el gatillo cuando
se trata de hacer un inequívoco llamado directo a la acción. Si lo hacen,
ellos lo cualifican tanto que pierde fuerza. Por supuesto, estuve tres años
construyendo un capital relacional con Roberto, y sabía que me escucharía.
Esto era especialmente verdad ya que rara vez lo llamaba a hacer cosas. La
mayoría del tiempo, indicios sutiles, contar una historia, y codazos
divertidos habían sido suficiente para hacerle saber qué pienso. Él sabía
que, si yo me ponía serio sobre algo, debía ser importante.

Era importante; y esa es una de las claves para saber cuándo es necesario un
llamado directo. Si llamamos a la gente todo el tiempo aún por pequeñas
cosas, comenzamos a parecer autoritarios o agobiantes. Entonces, cuando
necesitamos hacer el gran llamado, nuestro discípulo lo descarta como un
caso más en que nos metemos en lo que no nos concierne.

Otra clave para este tipo de decisión es el reciente historial de la relación.


Si últimamente hubiera hecho un llamado importante a Roberto, hubiera
estado reacio a repetirlo. Parte de la destreza del discipulado es saber
cuándo puedes hacer un llamado con una buena probabilidad de que será
acatado. Si sientes que tu llamado será subestimado, normalmente [pero no
siempre] será mejor contener tu consejo.
En el póquer no haces una apuesta grande a menos que creas que lo que
tienes en la mano es bueno. De manera similar, no podemos empujar a la
gente más de lo que el Espíritu Santo los está moviendo.

Hacer una fogata

Cuando haces un llamado directo, debes ser lo suficientemente sensible


como para leer cómo está respondiendo la persona. Basado en la respuesta
que ves, quizás puedes retirarte por un tiempo o seguir avanzando.

Para entender cómo funciona esto, pensemos cómo se hace un fuego. Cuando
intentas hacer una fogata, tienes que hacer las cosas en el orden correcto:
primero juntar el tipo correcto de astillas, palos pequeños, leña mediana, y
troncos más gruesos. Entonces los arreglas de la manera correcta. Solo
cuando todo está dispuesto le enciendes el fósforo. Con suerte, logras una
pequeña llama que se puede avivar lentamente. Las personas que encienden
fuego aprenden que una pequeña llama titilante no necesita más leña; quizás
soplar un poco, pero no más leña. Solo cuando sentimos que el fuego está
creciendo agregamos palos más gruesos.

Asimismo, los líderes aprenden a abordar a las personas receptivas con más
ideas de cómo avanzar. Ellos aprenden a retirarse de la gente no receptiva,
esperando un momento más oportuno. Hacer un llamado intenso a un
discípulo no receptivo generalmente es peor que pérdida de tiempo; también
pone en peligro la relación. Aunque debatiremos más tarde que en ciertos
casos específicos, debemos hacer un llamado intenso aún cuando
anticipemos que será desechado.
Algunos líderes simplemente no harán un llamado fuerte a la gente. Los
líderes que tienen temor de hacer un llamado lo suficientemente intenso
como para crear tensión se convierten en “discipuladores blandos” que
constantemente ven muy pocos resultados en el discipulado. No estás
haciendo ningún favor a tus discípulos cuando no provocas tensión en tu
relación con ellos en momentos claves cuando es esencial un cambio de
dirección en sus vidas. A veces estos llamados tienen que ser hechos con
algo de fuerza y carácter. Estamos tan agradecidos por los creyentes mayores
que nos llamaron a un nivel más alto en diversos momentos de nuestras
vidas.
El discipulado blando es un buen enfoque cuando las cosas van bien. Al
dejar que las decisiones las tomen tus discípulos, o al menos colaborarles en
su toma de decisión, fomentas el pensamiento independiente. Pero los buenos
líderes saben que el estilo de su liderazgo tiene que ser dinámico. A veces el
estilo colaborativo no funciona, así que debes ser directivo.

Al considerar si ser directivo o colaborativo, la importancia de la decisión


en cuestión es un factor. Otro es la competencia del discípulo. Con
discípulos de baja competencia, necesitas un enfoque más directivo. Debes
estar evaluando la competencia de tus discípulos todo el tiempo, sin esperar
que ellos sepan lo que no saben o subestimarles en cosas que ellos ya saben.

Estas decisiones son complicadas, así que no dudes en consultar a colegas


ministeriales competentes y experimentados. Esta es una razón por la que
favorecemos el liderazgo de equipo en nuestra iglesia. En un equipo, los
líderes tienen compañeros que a su vez son líderes y a quienes ellos pueden
consultar para tomar decisiones difíciles en el ministerio.

Puntos de resistencia

Argumentamos antes que los discípulos manifiestan fortalezas, debilidades, y


puntos de resistencia. Hablaremos más de maximizar las fortalezas en el
próximo capítulo. En el capítulo sobre consejería hablamos de trabajar las
debilidades. En este capítulo nos enfocaremos en los puntos de resistencia.

Los puntos de resistencia son diferentes de las debilidades principalmente


cuando se trata de la voluntad de la persona. Un discípulo con una debilidad
quiere cambiar, pero puede tener problemas al hacerlo. Tales discípulos
hacen esfuerzos para cambiar y se angustian cuando fracasan. Como hemos
dicho antes, debemos ser extremadamente pacientes con las debilidades.

Un discípulo que se resiste es diferente. Cuando un discípulo se vuelve


resistente, verás señales de que ella o él no está de acuerdo con el plan de
Dios para su vida. La resistencia no es solo un asunto de comportamiento,
sino más importante, de actitud.

Discerniendo la resistencia

A veces es fácil ver la resistencia. La persona puede declarar abiertamente


resistencia a lo que estás enseñando o quizás simplemente se rehúsa a dar los
pasos que le sugieres. Pero no siempre es así.

La mayor parte del tiempo, la resistencia no es fácil de discernir. Muchos


cristianos quieren ser vistos como dispuestos a seguir a Dios, y ellos
hablarán y actuarán de maneras que sugieren su disposición aun cuando en
verdad no están dispuestos. Puedes sentir la resistencia a Dios aún cuando la
persona asegura que ella quiere seguir los caminos de Dios. Aún más
confusos son aquellos que no se dan cuenta que se están resistiendo. Dios
dice: “Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo
comprenderá?” (Jeremías 17:9 LBLA). La rebeldía y la resistencia a menudo
se sienten natural para aquellos atrapados en ellas. Además, todos somos
resistentes en algún grado. Nadie es completamente obediente, así que ¿cómo
sabemos cuándo es lo suficientemente malo como para que sea tema de
conflicto?

Determinar la diferencia entre debilidad y resistencia es muy importante,


porque el tratamiento para cada una es muy diferente. Para la mayoría de las
debilidades, la gente necesita enseñanza, ayuda y ánimo, mientras que la
resistencia puede necesitar confrontación y disciplina.

Entonces, ¿cuáles son algunas señales de posible resistencia?

1. Las mismas preguntas siguen surgiendo y aún las buenas respuestas


no satisfacen. Cuando los discípulos desarrollan resistencia a Dios,
ellos usan las preguntas más como pretexto para desviar la
convicción que como formas para descubrir la verdad. Por eso ellos
comienzan a parecer menos interesados en las respuestas que en
hacer más preguntas.

2. Los discípulos que se resisten manifiestan pecados de omisión.


Cuando los cristianos no están siendo refrescados por medio de su
relación con Dios, todas las actividades espirituales se convierten
en una carga. La oración, la lectura de la palabra y compartir su fe
son demasiado trabajo para los discípulos que se resisten. Esa falta
de energía espiritual podría ser causada por otras cosas, pero es una
señal de advertencia. Siempre mira más allá de lo que la persona
dice y pon atención a lo que ella hace. Los hechos hablan más que
las palabras.

3. La deshonestidad no siempre es una señal de que los discípulos


están endureciendo sus corazones hacia Dios, pero cuando ellos
endurecen sus corazones, lo que sigue es la deshonestidad. El tipo
de deshonestidad más común es cuando los discípulos evitan
reconocer la culpa. Debes preocuparte cuando te das cuenta de que
tus discípulos están escondiendo algo, en especial cuando se vuelve
un patrón de comportamiento.

4. Los discípulos receptivos generalmente están interesados en cosas


espirituales, pero cuando desarrollan un punto de resistencia, su
interés disminuye. Notarás una disminución general de entusiasmo
para hablar de las cosas de Dios, para orar o para estudiar.

5. Los “vericuetos” son conversaciones infructuosas acerca de asuntos


sin importancia. En especial cuando logras conversar sobre el área
donde el discípulo es resistente, él repentinamente quiere irse por
las ramas.

6. A veces podrías escuchar comentarios sobre lo que un discípulo


hizo a otras personas, que claramente muestra una actitud
problemática. Aunque siempre tienes que ser cuidadoso con los
informes de segunda mano, éstos a veces son usados por Dios para
advertirnos de un problema. A menudo estos informes de segunda
mano nos permiten descubrir la deshonestidad. Siempre deberías
tener una postura de cuestionamiento cuando verificas con tu amigo
acerca de lo que has escuchado, sin asumir los hechos que no has
confirmado.

7. Atento a la actitud defensiva. Aunque cualquiera podría estar a la


defensiva cuando es sorprendido en pecado, rápidamente se vuelve
un patrón regular para aquellos que se resisten. Estar a la defensiva
por el pecado es generalmente por racionalización (donde ellos
explican que lo que hicieron no estaba mal), por minimización
(donde ellos explican que podría haber estado mal, pero no estuvo
tan mal), o al culpar a otro (donde lo que hicieron podría haber
estado mal, pero no fue su culpa).

8. Los discípulos que se resisten generalmente demuestran un cambio


de prioridades. Las cosas del mundo parecen haberse vuelto más
importantes, y ellos tienen problemas para encontrar tiempo para las
cosas de Dios.

Ninguna de estas señales es definitiva en sí misma, y aún viendo la mayoría


de ellas no siempre es definitivo. Es normal que los creyentes nuevos pasen
por ciclos de entusiasmo y frialdad hacia Dios. También, los problemas
emocionales como la depresión podrían resultar en muchos de estos
síntomas, más que un corazón endurecido. Los discipuladores necesitan
sensibilidad espiritual además de criterio objetivo para determinar esto,
Dios a menudo llamará nuestra atención a los hechos o palabras que sean
señal de resistencia.

Discernir la resistencia es tan difícil y tan importante que no debes dudar en


consultar a otros creyentes maduros que están en posición de tener una
opinión. Si conoces creyentes confiables que sean amigos de tu discípulo,
deberías averiguar qué piensan ellos. Al buscar una segunda opinión, trata
de evitar guiar al otro creyente con tus preguntas. La forma en que buscas
ayuda puede predisponer la respuesta que obtengas. En vez de preguntar:
“Siento que Sara está desarrollando una actitud problemática, ¿qué
piensas?” trata de preguntar: “¿Cómo crees que está Sara?”
Discernir la resistencia no es algo inmediato. Cualquier sensación negativa
que obtengas debes examinarla cuidadosamente por días o aún semanas.
Todos tenemos tendencias negativas en algún momento, y sería fácil llegar a
la conclusión errónea. A través de oración y observación continuas,
incluyendo conversaciones regulares con el discípulo en cuestión, Dios
confirmará gradualmente o rebatirá tu sensación de lo que está pasando.

Además de estos puntos, debemos aprender a estar atentos a una excepción


clave: la disonancia. Creemos que la disonancia debe distinguirse de la
resistencia, aun cuando aparezcan muchos de los mismos síntomas.

Disonancia

La palabra disonancia viene de la palabra sónico, así que tiene que ver con
sonido. En particular se refiere a algo que suena sin armonía. A veces
cuando los cristianos (en especial los nuevos) pasan por un período difícil
en su caminar, decimos que están experimentando disonancia. Esto es común
en los creyentes nuevos que experimentan un estallido de entusiasmo después
de recibir a Cristo. Cuando el entusiasmo se va, puede ocurrir la disonancia.
Dios en su gracia puede haber estado sosteniendo al creyente nuevo con
protección y ánimo extra, pero gradualmente los quita para refinar la fe del
nuevo creyente.

La disonancia debe tratarse diferente a la resistencia. Cuando los creyentes


nuevos comienzan a luchar en su fe, debes hacerles preguntas con la
esperanza de descubrir la raíz del problema. ¿Por qué está experimentando
derrota? Sé paciente con alguien que está pasando estos crecientes
sufrimientos. Los creyentes nuevos son más inocentes que los creyentes
resistentes antiguos, porque están aprendiendo acerca de la vida espiritual
por primera vez. Debes persuadirlos en lugar de regañarlos.

Lo mejor que se puede hacer es advertir a los cristianos nuevos acerca de la


disonancia antes que ellos la experimenten de primera mano. Hacemos un
gran daño a los creyentes nuevos si les dejamos creer que la vida cristiana
es un viaje fácil. Cuando ellos comienzan a sufrir, ellos se preguntan si Dios
los ha abandonado.
Vemos cómo Pablo iba por los pueblos hablándoles a los creyentes que solo
unas semanas antes él había alcanzado: “…fortaleciendo los ánimos de los
discípulos, exhortándolos a que perseveraran en la fe, y diciendo: Es
necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de
Dios” (Hechos 14:22 LBLA). ¿Es ese mensaje en verdad “animador”? ¡Sí!
Estar advertido es estar preparado. Pablo está redirigiendo sus expectativas,
y esto quita una de las herramientas claves de Satanás: el efecto choque,
cuando un creyente nuevo pasa de un período de victoria y entusiasmo a un
período de desafección y distanciamiento.

El lado positivo de la disonancia es la resultante fortaleza y resistencia que


los discípulos ganan si perseveran. Los creyentes que resisten un período de
disonancia emergen sustancialmente más fuertes que antes. Debes describir
esta perspectiva positiva a los discípulos nuevos cuando ellos lo sufran, o
mejor aún, antes de que ellos lo sufran. A menos que nuestra fe sea
fortalecida de esta manera, terminaremos como débiles cristianos listos para
la derrota. La fe es lo que nos mantiene caminando, y los tiempos secos de
disonancia son una bendición disfrazada cuando hacen nuestra fe más fuerte.

Para resumir, debemos esperar la disonancia en los cristianos nuevos como


una parte normal del crecimiento espiritual y no interpretarlo como
resistencia. Debemos prepararlos advirtiéndoles que ellos podrían
experimentar disonancia, y debemos hacer especial concesión para la
disonancia en los cristianos nuevos. No debemos reaccionar demasiado a los
comentarios o acciones negativas que ellos manifiesten.

Respondiendo a la resistencia

Una vez que disciernes que tus discípulos se están resistiendo y quizás en
peligro de endurecer sus corazones, aún hay una pregunta: ¿qué debemos
hacer al respecto? Ya que no estás operando bajo legalismo, no necesitas
responder de cierta manera en ninguna situación dada. Bajo la ley, cada
crimen debe ser compensado justamente. Bajo el paradigma de la gracia y el
amor, solo estás sujeto a hacer lo que es mejor para la persona. Esto
significa que tu respuesta podría ser bastante diferente en la misma situación
para distintas personas. Incluso podrías responder de forma diferente con la
misma persona en diferentes situaciones.

¿Cuáles son algunos de los factores a sopesar para determinar cómo


responder a la creciente resistencia a Dios de un discípulo?

Primero, tienes una gama de respuestas disponibles. En un extremo, podrías


“hacer la vista gorda” en el asunto y continuar ofreciendo alimento espiritual
general y amistad en la esperanza de que Dios cambiará directamente el
corazón de la persona. Este enfoque tiene sentido en relaciones más nuevas y
creyentes nuevos que pueden no darse cuenta completamente qué está mal
con sus actitudes. De vez en cuando verás sorprendentes giros en los
discípulos por los cuales estás orando, aún cuando nunca los enfrentaste con
sus problemas.

En el otro extremo, podrías reprender fuertemente a la persona, y exigir un


cambio de corazón. Tal reprimenda podría estar incluso acompañada de
amenazas de varias sanciones. Pablo insta a Tito: “repréndelos severamente
para que sean sanos en la fe”, pero la razón por la que él habla así es porque
estos eran “rebeldes, habladores vanos y engañadores… a quienes es
preciso tapar la boca, porque están trastornando familias enteras, enseñando,
por ganancias deshonestas” (Tito 1:10-13 LBLA). Aquí vemos que: 1) estos
falsos maestros eran conocedores y, por lo tanto, más responsables, y 2)
ellos estaban haciendo daño significativo al cuerpo de Cristo.

En algunos casos extremos las Escrituras enseñan que debemos estar


preparados para sacar a alguien de la comunión antes que dejarlo continuar
en pecado (1Corintios 5; 1Tesalonicenses. 3:12-14; Mateo 18: 15-18).
¡Jesús era capaz de reprender fuertemente, en al menos un caso, echando a la
gente del templo con un látigo (Mateo 23; Juan 2: 14-16)!

La disciplina no está en oposición al amor, de hecho, es parte del amor como


Dios la presenta. Ciertamente Dios nos ama y también está comprometido a
disciplinarnos cuando lo necesitemos para nuestro bien. Hebreos 12 lo
explica:
¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a
ustedes como a hijos? Él dijo: “Hijo mío, no tomes a la ligera la
disciplina del Señor
y no te des por vencido cuando te corrige. Pues el Señor disciplina
a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo”. Al soportar
esta disciplina divina, recuerden que Dios los trata como a sus
propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue
disciplinado por su padre? Si Dios no los disciplina a ustedes como
lo hace con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son
verdaderamente sus hijos, sino ilegítimos (vs. 5-8 NTV).

Dios no necesita disculparse por disciplinarnos. Cualquiera que ve a un ser


amado destruirse a sí mismo y no hace nada simplemente no lo ama, de
acuerdo con la Biblia. Debemos amar lo suficiente para confrontar. El libro
de Proverbios enseña: “Quienes no emplean la vara de disciplina odian a sus
hijos. Los que en verdad aman a sus hijos se preocupan lo suficiente para
disciplinarlos” (Proverbios13:24 NTV).

Aun cuando muchos cristianos aceptan la validez de la disciplina, en


especial cuando se trata de los hijos, ellos pierden esta perspectiva cuando
se trata de nuestros hermanos en el discipulado. Quizás tengan una vaga
sensación de que la disciplina podría ser apropiada para los adultos, pero en
la práctica no están dispuestos a aplicarla. ¿Por qué?

La gente generalmente no hace uso de la disciplina necesaria simplemente


por protección propia y falta de amor. No se sacrifican lo suficiente para
arriesgarse al disgusto que podría desatarse si se atreven a disciplinar. O
peor, ellos no se arriesgarán a perder popularidad tomando una posición
firme.

Los discipuladores que se rehúsan a disciplinar se vuelven discipuladores


“blandos”. Anteriormente discutimos que los discipuladores blandos están
entre los peores en cuanto a la capacidad de fomentar el cambio de vida en
un discípulo. Todos nosotros necesitamos ser amonestados en ciertos
momentos de nuestras vidas, y nadie está en mejor posición para suplir esta
necesidad que un discipulador que ama, que ha invertido en la relación a
través del tiempo.
Sabemos de casos donde los discipuladores blandos finalmente
disciplinaron a sus discípulos y se sorprendieron de encontrar que sus
amigos se sintieron más amados en esos momentos que en ningún otro. Una
cosa es tener a alguien relativamente desconocido que viene y te dice que
estás equivocado; pero cuán diferente es cuando alguien que te ama, se
angustia ante Dios por ti, y al final viene y te reprende. Te das cuenta de que
ellos no estarían diciendo esto, si no fuera importante. Ha menudo hemos
tenido la experiencia de que los discípulos vuelven días después para
agradecernos de corazón por decirles lo que necesitaban escuchar. Con
razón que Pablo recuerda a los Efesios que “por tres años, de noche y de día,
no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas” (Hechos 20:31 LBLA).
Hemos hablado varias veces acerca de que los discipuladores tienen que ser
pacientes. Pero la paciencia no es indulgencia. Veamos la siguiente
comparación:

PACIENCIA INDULGENCIA
Acepta el hecho de que la gente Acepta la falta de cualquier
cambia lentamente. cambio.
Continúa advirtiendo, animando y Anima, pero con poco o nada de
amonestando. advertencia o amonestación.
Aguanta el dolor de la evaluación Pretende que las cosas no están
honesta. tan mal sin importar lo que pase.
Hace que la gente se sienta Nada parece importante porque
segura, pero desafiados y “todo vale”; la gente está
motivados. aburrida y desanimada.
Los obreros son capaces de hacer Gran peligro de gente
el trayecto largo porque sus vidas renunciando porque no ven
están cambiando. progreso o propósito.
La gente está satisfecha con el La depresión espiritual aumenta
progreso gradual pero real. la tentación a pecar.

Entonces, considerando que tu respuesta a la resistencia podría ir desde


deliberadamente “hacer la vista gorda” a reprimenda suave, a fuerte
disciplina, ¿cómo decides qué hacer?
Transparencia

Primero, consideremos el tema de la transparencia. Los diferentes creyentes


rinden cuenta de acuerdo con diferentes normas. Pablo insta a sus lectores:
“continuemos viviendo según la misma norma que hemos alcanzado”
(Filipenses 3:16 LBLA). Los creyentes nuevos difícilmente se atienen a
cualquier norma. No entienden la vida cristiana y a menudo tienen una
perspectiva distorsionada de lo que es correcto y erróneo. Por otro lado, un
líder de grupo en casa es altamente transparente.
Pablo no da listas de requisitos morales para ser miembro del cuerpo de
Cristo, pero sí, da una lista de requisitos para los líderes (1Timoteo 3 y Tito
1). Los líderes pueden necesitar disciplina aún por pecados de omisión
como no hacer su trabajo en la iglesia. La mayoría de los creyentes se
encuentran en algún lugar entre estos extremos. El discipulador cuidadoso
pesa lo que el discípulo sabe y el progreso que logra de acuerdo a eso.
Luego, sacando de múltiples opciones, él selecciona la respuesta más
apropiada.

Historia

La historia reciente y la lejana pueden tener un importante impacto en tu


elección de respuestas. ¿Es ésta la enésima vez que este discípulo se resiste,
o es algo nuevo? Un discípulo que difama y murmura en el cuerpo de Cristo
en forma regular, en especial después que varias personas se han quejado de
ello, puede necesitar fuerte disciplina. Por otro lado, debes ir despacio si no
has visto ese comportamiento antes. Un patrón repetitivo de resistencia
sugiere la necesidad de disciplina más fuerte, mientras que un enfoque más
suave sería apropiado en un problema que se da por primera vez.

Otro punto para considerar es tu propia historia relacional con el discípulo.


Si tu relación ha estado tensa últimamente, esto sugeriría una menor
probabilidad de éxito en la disciplina. Si el asunto no es crucial, un
discipulador sabio quizás espere hasta un momento más oportuno para la
confrontación.
Una persona que consistentemente ha sido receptiva a la reprimenda cuando
la ha recibido, probablemente responderá a una forma suave de
amonestación. Algunas son tan sensibles que solo con una sugerencia leve es
suficiente.

Seriedad del pecado

A veces la resistencia no está conectada con un problema de pecado en


particular (aunque siempre debemos considerar si podría haber un problema
de pecado involucrado). Los estudiantes de las Escrituras saben que algunos
pecados son más dañinos que otros. Escuchamos a cristianos decir: “todos
los pecados son iguales delante de Dios”. Esta afirmación es verdadera
desde la perspectiva de lo que significa estar por debajo de los requisitos de
Dios para ir al cielo. Sin embargo, todos los pecados no son iguales en
términos del daño que hacen al pecador y a los demás. Estos pecados más
dañinos son los que el Nuevo Testamento señala para una disciplina más
fuerte.

Entre estos pecados más serios están los pecados sexuales. Pablo dice que la
fornicación es verdaderamente unir el cuerpo de Cristo a una ramera
(1Corintios 6:15). Él también se está refiriendo a pecado sexual cuando
dice: “un poco de levadura que impregna toda la masa” (1Corintios 5:6
NTV). En otras palabras, la presencia de inmoralidad sexual contamina
poderosamente la iglesia. Él también señala que la inmoralidad sexual es
peor que muchos otros pecados porque “el fornicario peca contra su propio
cuerpo” (1Corintios 6:18 LBLA).

Cualquiera que se involucra en fornicación, adulterio o inmoralidad


homosexual está inmerso en un pecado tan dañino que una seria advertencia
no puede esperar. Incluso los cristianos nuevos involucrados en inmoralidad
sexual deben ser amonestados sin tardanza. Si el fornicario es tu discípulo,
estás perdiendo tu tiempo tratando de fomentar el crecimiento espiritual
hasta que esa situación de pecado sea resuelta. Nunca hemos visto a un
cristiano crecer espiritualmente a un grado significativo mientras ha estado
en inmoralidad sexual.
Otras áreas de pecado son también muy serias. Adicción a las drogas, falsas
enseñanzas, abuso de alcohol, disensión en la iglesia, pereza extrema, e
incluso avaricia están en las listas de pecados que requieren disciplina
formal de la iglesia (Tito 3:10; 1Corintios 5:11; 2Tesalonicenses 3:10-15;
1Timoteo 1:20). Cualquiera de estos pecados bloqueará un mayor
crecimiento espiritual, por lo que los discipuladores deben inclinarse por
confrontar a la persona que está enredada en un pecado así de serio.
Incluso pecados menos graves podrían llegar a ser puntos de resistencia que
podrían contaminar toda la vida espiritual de uno. El punto es que cuando
dejamos de luchar con el pecado, y en su lugar decidimos resistirnos a Dios
en esa área, estamos en peligro de endurecer nuestros corazones. Un creyente
que comienza diciendo “¡No!” a Dios está en verdadero peligro espiritual.
Pero con los pecados que no son así de peligrosos, contaminantes o dañinos,
al menos a corto plazo, quizás podríamos considerar trabajar de otras
maneras que no sea la disciplina fuerte.

CAPITULO 11

Encontrando Falta de Avance: Practicando la


Disciplina en Amor

C UANDO UN discípulo desarrolla un serio punto de resistencia, el


discipulador tiene que venir delante de Dios buscando discernimiento. En
nuestro último capítulo hablamos de formas en que se pueden discernir la
resistencia, y las diferentes opciones en respuesta. Este capítulo es acerca de
una de esas posibilidades: disciplina en amor.

Preparándose para la disciplina

Una vez que estamos de acuerdo en que la disciplina en amor es bíblica y


provechosa para la gente, y disciernes que se necesita reprimenda, entonces
necesitas prepararte. La disciplina incluye riesgos calculados, pero la
preparación cuidadosa aumenta grandemente las probabilidades de que la
amonestación dará como resultado un cambio positivo. Actuar sin pensar en
estas situaciones es peligroso. Aún discipuladores experimentados que
podrían a veces “salirse con la suya” con retos improvisados, saben que la
preparación es preferible e importante para la reprimenda efectiva y en
amor.

Tu primera preparación es la oración. Pidiéndole a Dios que te preceda y


obre en el corazón de la persona antes de que tú hables con ella, aumentas
grandemente la probabilidad de que ella escuche. También necesitas orar
pidiendo orientación mientras tú piensas cómo vas a confrontar a tu amigo.

Puedes prepararte para la confrontación pensando cuidadosamente y orando


por cada uno de los siguientes aspectos:

1. Reúne los hechos. ¿Cómo sabes que este problema es real?


Recuerda lo que has visto y por qué estás seguro de que este asunto
requiere cambio. Especialmente con asuntos subjetivos como
problemas de actitud, necesitas meditar en cómo el problema está
afectando el comportamiento y el semblante de tu amigo. La gente en
pecado generalmente está ciega hasta cierto punto, y necesitan ser
convencidos de que sus problemas son reales y serios. Quizás
tengas que desarrollar la idea de por qué ves un serio problema en
la vida del otro.

2. ¿Cuáles son las razones principales por las que la persona necesita
un cambio de corazón? Piensa en términos de argumentos bíblicos,
el daño hecho a la persona, y el daño hecho a los otros seres
amados. ¿Qué dice la Biblia acerca de este tipo de problema?

3. ¿Qué medidas puede tomar la persona para superar el problema?


Esta es una pregunta difícil, en especial si el problema es
principalmente de actitud. Pero debes venir preparado con pasos
prácticos que la persona pueda seguir. Si la persona es receptiva a
tu amonestación y desea cambiar, tú sugieres estas ideas prácticas.
Nada es más desalentador que ser reprendido y luego ser dejado sin
ideas positivas de cómo ser libre de un problema de esclavitud.
Recuerda que la gente sorprendida en pecado a menudo está confusa
y puede tener falsas creencias que necesitas tratar (como pensar que
su problema no tiene solución). Algunas personas atrapadas con
hábitos necesitan ayuda exterior; ellos pueden ser referidos a
consejería. Otros pueden necesitar un grupo de apoyo donde ellos
puedan aprender cómo ganarle a su hábito. Quizás puedas
recomendar alguna lectura basada en casos similares. Haz la
investigación necesaria para descubrir las sugerencias razonables.

Mientras oras por la situación Dios puede darte ideas, mostrándote


una oración especial de re-dedicación o arrepentimiento que la
persona necesita orar. Pregúntate, “si mi discípulo es totalmente
receptivo a lo que digo, exactamente ¿qué me gustaría verle hacer?”

4. Sopesa las probables consecuencias que se desencadenarán si la


persona no cambia. Necesitas una visión negativa basada en la
trayectoria actual de la vida de la persona. Parte de la confrontación
es la advertencia, y serás más persuasivo en tu advertencia si has
pensado en casos similares y hacia dónde condujeron. No exageres
porque así pierdes credibilidad. La verdad acerca de dónde
conduce el pecado es bastante mala sin exagerar.

5. Piensa en un problema análogo con el que has luchado. Recuerda


cuán difícil puede ser enfrentar el arrepentimiento y el cambio
cuando estás atrapado en actitudes o acciones erróneas. Recuerda
cuán duro es admitir que estás equivocado. Al identificarte con tu
amigo de esta manera, tú desarrollas una empatía más fuerte. Los
estudios muestran que los oradores empáticos son más persuasivos.
Al mencionar algún problema análogo que has enfrentado también
ayuda a evitar cualquier impresión de que eres superior, que es
siempre un peligro cuando confrontas a alguien.

6. Piensa en los beneficios que vendrán si la persona cambia. Para


obtener una visión positiva, debes reflejar todo lo que sabes de la
persona y todo lo que puedes imaginar que él o ella puede llegar a
ser si el problema se resuelve. La yuxtaposición de una visión
negativa y una positiva tiene más poder persuasivo que cualquiera
de ellas por sí solas.

7. Considera tus palabras y tu conducta. Aunque no puedes escribir lo


que vas a decir durante toda la conversación, es sabio al menos
planear cómo comenzarás. Sugerimos formular una afirmación de
apertura que confirme la relación y establezca un tono para la
conversación. Por ejemplo, “Bob, has llegado a ser uno de mis
mejores amigos, y estoy continuamente agradecido por nuestra
amistad. Es por eso que siento la necesidad de hablarte de un
problema que veo”. Comenzando la conversación así, da el contexto
para la amonestación. Tu amigo necesita ver que, aunque ahora estás
siendo crítico, esta interacción debe ser vista a la luz de la historia
de la amistad que es mayormente positiva. La actitud defensiva
podría interferir con la clara comunicación en estas situaciones, y
comenzar con una afirmación verdadera (no halagadora) es una de
las mejores formas de reducir la actitud defensiva.

Decide cómo vas a describir el problema y cómo lo vas a llamar.


¡Escoger las palabras es importante! Las palabras pueden ser
innecesariamente provocativas o fáciles de aceptar. Decirle a
alguien que no fue honesto, por ejemplo, es mejor que decirle que
es un mentiroso. Decirle a alguien que está dañándose a sí mismo
con inmoralidad sexual es más fácilmente aceptado que decirle que
está actuando como una zorra. Proverbios enseña: “La suave
respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira”
(Proverbios 15:1 LBLA).

Tu comportamiento también es importante. Si pareces frío o duro, la


gente tendrá más dificultad para escuchar lo que digas. Piensa cómo
quieres que resulte.

8. ¿En qué punto terminarás la descripción de tus inquietudes y darás


el pase al otro jugador? No deberías predicar un sermón e irte. En
lugar de eso, debes estar pensando cuando vas a preguntar: “así que,
¿cómo te sientes por lo que te estoy diciendo?”
9. Por cualquiera eventualidad, ten diferentes respuestas. Si tu amigo
rechaza lo que dices, ¿qué harás? ¿Continuar argumentando? Podrías
continuar si el asunto es urgente, o si es que crees que puedes
convencer a la persona razonando. Puedes decidir que, si la otra
persona rechaza tu mensaje, lo dejarás por un tiempo: “está bien,
parece que definitivamente no ves lo que te estoy hablando.
¿Estarías de acuerdo si al menos oramos por esto, y le pedimos al
Señor si hay algo que tú necesites ver en todo esto?” Después de
esto podrías tratar de concluir la conversación y esperar varios días
antes de sacar el tema nuevamente.

Cuando te alejas de esta manera, no te estás rindiendo; sino que te


estás apartando lo suficiente para que Dios tenga tiempo de obrar.
En especial con la gente obstinada o aquellos que son demasiado
orgullosos para admitir una falta, este tipo de respuesta a menudo
da buenos resultados. Tal vez descubras la próxima vez que hablen
del tema, que el Espíritu Santo ya ha ganado el argumento por ti. Si
no, siempre puedes volver con más esfuerzos para persuadir y
suplicar.

Este enfoque tiene igualmente otros beneficios. En primer lugar, un


cambio considerable de corazón toma tiempo. Al estirar la
confrontación por algunos días, evitas sentir que tienes que forzar
un cambio de corazón inmediato, y tendrá más probabilidades de
producir un cambio real. Ciertamente no quieres maltratar a nadie.
Puede necesitarse algún argumento, pero no quieres terminar con un
‘cambio de corazón’ producido a la fuerza. Tales cambios son
generalmente superficiales y no permanecen.

¿Y si la persona explota? ¿Y si fluyen lágrimas? Con problemas


serios, algunas respuestas emocionales no son improbables.
Asegúrate de no ser manipulado por pirotecnia emocional.
Considera por adelantado en cómo reaccionarías, recordando que la
reacción inmediata de una persona puede no ser el mejor indicador
de cómo van las cosas en este tipo de conversación. Algunas
personas crecen aprendiendo a usar las lágrimas o el enojo
histérico como una forma para salir del problema. Cuando esas
personas se dan cuenta de que esa táctica no funcionará, puedes ver
un cambio en su comportamiento la próxima vez que ustedes hablen.

Ten en cuenta un plan alternativo en caso de que la persona esté de


acuerdo contigo. ¿Qué palabras de ánimo puedes decir que
recompense a la persona por escuchar? “¡Sara, estoy realmente
conmovida de que tengas la humildad para admitir esto, y pienso
que Dios usará tu humildad de maneras sorprendentes!”

10. Finalmente, necesitas determinar cuán serio es el asunto. Podríamos


imaginarnos diversos niveles de seriedad, cada uno de los cuales
sugeriría un enfoque diferente:

Los problemas que son significativos, pero no serios : Los problemas en


esta categoría son suficientemente significativos como para que algo deba
ser dicho, pero no amenazan la vida espiritual o no son demasiado dañinos.
Muchos problemas de actitud pueden encajar en esta categoría, ya que son
más subjetivos. O, aquí es donde vemos que un creyente cometió un pecado
más o menos serio, pero una sola vez, así que no hay un patrón. Podría ser un
creyente altamente responsable, como un compañero líder que hizo algo más
o menos menor, pero tú sientes que él debería haber actuado mejor. O,
podría ser un creyente nuevo en un pecado más serio, pero con un bajo nivel
de rendición de cuentas; él simplemente no ha sido muy transformado aún.
Con situaciones en esta categoría puedes darte cuenta de que necesitas decir
algo, pero no estás preparado para presionar el asunto hasta el límite. Si tu
amigo se rehúsa a escuchar, podrías dejarlo así. Él podría cambiar de idea
luego, y no valdría la pena poner en peligro la relación presionando el
asunto tanto.

Dennis : Felipe era un hermano nuevo viviendo en una casa con otros
varones cristianos jóvenes. Después de varios informes de los demás acerca
de la cantidad de tiempo que él pasaba jugando video juegos, y desde mi
propia observación, sentí que su hábito se estaba convirtiendo en una barrera
para su avance espiritual. Esperando la oportunidad apropiada, planeé
compartir con él mi carga. Cuando se dio el momento, la conversación duró
menos de quince minutos. Él pensó que yo estaba siendo legalista y no
estuvo de acuerdo acerca de que su juego fuera un problema. Le hice algunas
observaciones acerca de cómo cualquier actividad podría convertirse en una
barrera si se salía de control (1Corintios 6:12). También le recordé cómo él
últimamente había dicho que estaba demasiado ocupado para hacer su tarea
de la clase bíblica que él estaba tomando y me preguntaba cuántas horas a la
semana él estaba perdiendo en esa actividad sin sentido (¡yo tenía razones
para creer que eran más de veinte!). Le insté a tomar mis palabras
seriamente y al menos orar por esto, y seguimos haciendo otras cosas.

Aunque Felipe se rió de la mayoría de mis comentarios, durante las


siguientes semanas, dos diferentes hermanos me comentaron que Felipe
estaba mostrando más moderación en el juego. Desde ese tiempo, él ha
perdido gradualmente el interés en sesiones maratónicas de juego.

Este fue un episodio disciplinario menor, aunque no fue fácil para mí. En
primer lugar, no tenía ganas de hablar de ello, y cuando lo hicimos, me sentí
tentado a presionar duro con mi perspectiva cuando él lo tomó a la risa. Me
alegro de haberme restringido, y creo que le ayudó considerablemente.
Desde esa conversación, he escuchado que él hace las mismas
observaciones a un creyente nuevo que estaba jugando mucho.

Los problemas que son serios, pero no amenazan la vida espiritual .


Quizás tienes un discípulo que está teniendo un problema más o menos serio,
como deshonestidad o ataques de ira. Quizás es alguien que está siendo
extremadamente perezoso y no busca trabajo, o uno que tiene problemas de
avaricia. Estos son problemas potencialmente muy dañinos, pero a menudo
toma tiempo resolverlos. Probablemente tengas que ponerte serio con estas
situaciones, incluyendo discutir el caso por un largo período de tiempo.

Dennis : Bernardo era de un trasfondo cultural donde el éxito financiero y


poseer cosas caras era importante. Como discípulo mostraba que prometía,
pero una y otra vez se metía en problemas comprando cosas caras que le
costaban horas extras de trabajo y quedaba endeudado. Yo enfoqué el asunto
como un problema de consejería, o de debilidad. Leímos varios libros que
yo sabía que eran buenos respecto a la avaricia, pero no parecían hacer
mucho efecto. Él desarrolló la habilidad de hablar de valores piadosos en el
área de las finanzas, pero continuó practicando la misma forma ostentosa e
impulsiva de gastar. Él decidió convertirse en un dador comprometido, pero
su forma de gastar le impedía cumplir su palabra.

Finalmente, comencé a darme cuenta de que él no iba a crecer mucho a


menos que avanzara en esta área. Su entusiasmo y orgullo acerca de nuevas
compras sin sentido a veces eclipsaba su entusiasmo por las cosas
espirituales. De muchas maneras, vi su avaricia asfixiando el fruto que Dios
quería producir en su vida, como Jesús lo había advertido (Mateo 13:22).
Mi periódica y leve desaprobación de su forma de vida parecía tener poco
efecto. Como ya éramos buenos amigos por más de dos años, sentí que
necesitaba establecer límites en este asunto.

Cuando finalmente tuvimos un largo tiempo para hablar, yo francamente


señalé que era pesimista con respecto a su futuro para Dios porque parecía
que no se decidía si servir a Dios o a mamón. Se resistió, sintiendo que yo
estaba exagerando, así que le expuse todo lo que pensaba. Continúe hasta
cierto punto, dejándole claro que realmente me molestaba su falta de avance.
Le conté historias acerca de otros discípulos que había perdido por el mismo
asunto. El dolor era visible en su rostro y en su voz, pero continué
presionando. Realmente no amenacé con dejar de reunirme con él, aunque el
pensamiento rondaba mi cabeza, pero le dejé claro que estaba perdiendo la
esperanza acerca de su crecimiento.
Él reconoció que su avaricia era un problema, como siempre, pero alternaba
esto con declaraciones de que estaba mejorando y un sentido fatalista de que
él no podía cambiar. Nuevamente, presioné sobre este punto. Observé que
siempre ponía dichas excusas, y que estaba rehusando creerle a Dios o
someterse a él en esta área. Señalé que él estaba compensando los déficits
que tenía en las áreas espiritual y de relaciones, con estos esfuerzos por
impresionar con sus posesiones.

Cuando se quedó en silencio, continué compartiendo sobre un fabuloso


futuro que yo creía que le esperaba si solo tuviera un cambio de corazón en
este asunto. Al final, oramos juntos, y aunque él dijo las cosas correctas en
oración, yo no tenía confianza en que hubiese habido un avance. La
conversación duró más de una hora.
Mientras conducía de vuelta a casa, decidí que no se había acabado. Yo
sabía que, si él continuaba de esta manera, yo volvería a confrontarlo
inmediatamente. Porque yo estaba seguro de que esta área destruiría su
caminar o se resolvería, así que me dispuse para la batalla. Yo sabía que él
disfrutaba de nuestra amistad más que todo en la vida, y yo estaba
determinado a usar esa inversión relacional para lograr el cambio. En vez de
adoptar la postura de consejero pasivo, me dispuse a ser el que disciplina de
forma activa y mantenerme de esa manera. Al mismo tiempo, sentí tristeza
por él. Yo sabía lo confuso que es experimentar ese choque entre los valores
que él había perseguido toda su vida y aquellos de su nueva vida cristiana.

Durante los próximos meses, gané la batalla con Bernardo. Por la gracia de
Dios, lentamente le fue dada revelación creciente acerca del estado de su
propio corazón. Mientras él progresivamente reducía su avaricia, su vida
espiritual se elevó consecuentemente. Dentro de meses él era un hombre
diferente. Todos aquellos que lo conocían comentaban lo bien que le estaba
yendo y cómo su actitud había cambiado drásticamente. Bernardo mismo
informaba que era más feliz y estaba más satisfecho que antes.

Como discipulador y amigo de Bernardo, pagué un duro precio por esta


victoria. Pero a medida que él se fue convirtiendo en un líder fuerte y
maestro de la verdad, el resultado fue tan fantástico que casi no recuerdo el
dolor. He tenido luchas similares con la mayoría de los discípulos
prósperos. Pocos son los que se desarrollan completamente sin un punto
importante de resistencia y la correspondiente lucha. Como personas que
amamos sacrificialmente, tenemos que estar preparados para pagar el precio
de cargar la cruz por nuestros amigos. Y la disciplina es a veces el precio
supremo.

Los problemas que amenazan la vida espiritual o a los demás . Algunas


situaciones son tan serias y extremas que no podemos tomar un “no” por
respuesta. Un adicto que no busca ayuda se está destruyendo a sí mismo ante
nuestros ojos. No podemos decir que amamos a alguien si observamos
pasivamente esta destrucción y no estamos dispuestos a pagar el precio para
detenerlo.
Un creyente que está involucrado en discipulado para crecimiento espiritual,
pero también esta practicando fornicación furtivamente, por ejemplo, es una
contradicción caminante. Si amas a ese creyente, no puedes dejar que siga
creyendo que estas dos actividades son compatibles. Si él se rehúsa a
arrepentirse tienes que presionar el asunto al punto donde estás preparado
para imponer sanciones. Estas sanciones podrían incluir finalizar tu relación
de discipulado, confrontar a la persona ante la comunidad de creyentes, o
incluso sacarlo de la comunión cristiana. En tales situaciones dejamos claro
que algunas cosas no serán toleradas en la comunidad de Dios.

Tenemos la esperanza que, si damos estas sanciones, la persona se dará


cuenta de el error que está cometiendo y cambie su corazón. También
tenemos que considerar el bienestar de la iglesia. Los casos graves de
división, el corrupto pecado sexual, o la violencia, todos amenazan las vidas
espirituales de los demás. Siendo demasiado blando con una persona,
podríamos poner en peligro a muchos otros.

Dennis : Sebastián creció en una familia dividida que era extremadamente


disfuncional. Cuando él llegó a Cristo cerca de los veinte años, tenía muchos
problemas serios. Él carecía de autocontrol en casi todas las áreas de su
vida, pero durante uno de sus giros positivos, yo decidí intentar discipularlo.
Yo sabía que era un caso difícil, pero él parecía ansioso y yo tenía el tiempo.
También me atrajo el hecho de que periódicamente el compartía el evangelio
con sus amigos y había traído gente a los estudios bíblicos.

A medida que fue pasando el tiempo, comencé a darme cuenta de que no


estaba avanzando. Sus ataques de ira aterrorizaban a los hombres en la casa
donde se hospedaban juntos, como también a los invitados. Comía en exceso
y estaba destruyendo su cuerpo. Los periódicos episodios de ingesta de
alcohol parecían ir en aumento. Probablemente lo peor de todo eran su
pereza excesiva y su autocomplacencia. No podía conservar un trabajo. No
podía venir a los estudios, ir a la universidad o hacer cualquier cosa que
significara decir “no” a sí mismo.

Aun cuando él mostraba entusiasmo por Dios y la comunidad, a veces, se


hacía más claro que nuestra relación de discipulado de más de un año perdía
sentido. No solo él no estaba avanzando, sino que también estaba
envenenando la atmósfera en su casa y había atemorizado y alejado a
invitados no cristianos que estábamos alcanzando. Después de conversar con
otros líderes, decidimos que debíamos hacer algo. Nuestras periódicas
reprimendas estaban siendo ignoradas.

En etapas, el cuerpo de Cristo gradualmente arrinconó a Sebastián. Después


de otro particular horrible episodio de ira frente a invitados, le dijimos que
estábamos considerando seriamente echarlo de la casa compartida a menos
que fuera a consejería y nos convenciera de que las cosas cambiarían. Él
estuvo de acuerdo, pero cuatro semanas después aún no había llamado al
consejero. Su excusa era que no tenía los fondos (que hubieran sido
mínimos).

Le di a conocer mi opinión al respecto. En un tono deliberadamente enojado,


señalé que él siempre tenía dinero para montones de comida y costosos
discos de golf. Le dije que no me reuniría más con él hasta que cumpliera lo
prometido, porque estábamos engañándonos hablando de discipulado
mientras él vivía una vida que contradecía totalmente todos los aspectos del
carácter del discípulo. Le dije: “podemos conversar después de tu cuarta
sesión”.

Nada ocurrió. Más tarde, otros episodios en la casa llevaron a los hermanos
a expulsarlo. No mucho después abandonó la comunidad cristiana y se mudó
con su novia.

¿Fue este episodio un ejemplo de fracaso en la disciplina? En un sentido sí,


pero yo creo que Sebastián puede estar mejor ahora en el mundo que
viviendo en la iglesia como estaba. En el mundo, Dios se encarga del
proceso disciplinario, como lo hizo con el hijo pródigo (Lucas 15: 11-32).
Vemos al expectante padre que no fue en busca del hijo pródigo en el lejano
país. Él esperó, y la ferocidad del mundo rompió la resistencia del hijo.

En nuestros años de ministerio, hemos visto cientos como Sebastián volver


después de un largo viaje por los horrores del mundo. (Hace poco, Sebastián
se encontró con un creyente de nuestro grupo y le dijo que estaba pensando
en volver). La soledad y falta de amor en el mundo es una experiencia
dolorosa que se vuelve insoportable para los verdaderos creyentes. Cuando
las personas vuelven al Señor después de una experiencia así, ellos
generalmente tienen una completa nueva actitud. Por supuesto, algunos nunca
vuelven, pero la iglesia queda en mejor posición, y si la disciplina fuese
necesaria, la persona probablemente estaría mejor también. Las personas
que obtienen el consuelo de la comunidad de creyentes mientras persiguen
una vida de pecado no crecerán y sus corazones se endurecerán
significativamente, lo que hace el arrepentimiento aún más improbable. Los
creyentes que escogen abandonar la comunión saben que han hecho una
decisión para alejarse de Dios. Cuando llega el sufrimiento, ellos están
menos propensos a culpar a Dios y más propensos a darse cuenta de que son
los únicos culpables.

Si sabes que estás lidiando con un asunto de extrema seriedad, debe cambiar
cómo tú enfocas la disciplina. Ajustar todos estos factores basados en la
edad espiritual de tu discípulo, su transparencia, circunstancias especiales y
su historia personal significa una evaluación difícil. Mientras más seria es la
situación, más urgente se vuelve conseguir completo asesoramiento,
incluyendo el del liderazgo de la iglesia. Afortunadamente, la mayoría de las
situaciones disciplinarias se resuelven mucho antes de llegar a este punto.
Rara vez nos encontramos enfrentados a los casos más extremos.

Reunirse para disciplinar a un amigo

Tu meta principal en la primera reunión es expresar claramente lo que has


planeado decir. Tú esperas que tu discípulo vea el problema en su propia
vida y llegue a ver ese problema de la manera correcta; no en desesperanza
o incredulidad en el poder de Dios para cambiar las vidas. Ya sea en la
primera reunión o en las conversaciones subsiguientes, esperas ver que tu
discípulo también esté de acuerdo de corazón con tu mensaje y decida tomar
las medidas que tú sugieres u otras medidas para lograr el mismo objetivo.
Tu oración debe ser que al actuar en disciplina no termine por distanciarse la
relación, sino que, en verdad, la mejore y la profundice.

No te vayas por las ramas. Recuerda comenzar con tu frase de apertura,


planeada de antemano. Se prudente pero directo. La gente siente cuando
estás dando rodeos y parece sospechoso.
Mientras expones tus puntos, observa cuidadosamente la respuesta de tu
discípulo. Una conversación disciplinaria es una situación fluida, y necesitas
ajustar tu enfoque basado en la respuesta que percibes. La gente receptiva
generalmente no necesita una convicción profunda. La gente que se resiste
puede necesitar más argumento, o puedes decidir retirarte, solo para regresar
como lo hablamos antes. La clave es que estás consciente de cómo está
respondiendo la persona. Haz preguntas si no estás seguro, y disponte a
esperar en silencio las respuestas. Una persona que se queda en silencio
durante una conversación como ésta es difícil de interpretar. Debemos hacer
que hablen acerca de cómo se sienten si queremos interpretar sus respuestas
correctamente.

Ya sea que estamos haciendo un llamado de atención a alguien o


reprendiéndole, siempre debemos hacerlo respetando la individualidad de la
persona, nunca fastidiando o intimidando. Gálatas 6:1 dice: “Hermanos, si
alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben
restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también
puede ser tentado”. Aceptar la reprimenda siempre es difícil, ya que nuestra
carne se resiste a la instrucción y corrección. Cuando añadimos una retórica
egoísta a nuestra reprimenda, lo hacemos doblemente difícil. Piensa cómo es
ser firme pero respetuoso. Siempre da énfasis a la decisión libre que tu
discípulo hará. Debes tener claro que no estás decidiendo por él.

Dar seguimiento

Siempre se debe dar seguimiento a una conversación disciplinaria. Sería


muy antinatural tener una conversación así y luego dejarla en el silencio. Ya
sea que sientes que tu discípulo fue receptivo o no, pronto debes preguntarle
si ha pensado más acerca de la conversación. A veces las respuestas
iniciales pueden ser engañosas. Algunas personas no receptivas revelan más
tarde que fueron más receptivas de lo que uno pensaba. Otros que parecían
receptivos, más tarde tuvieron problemas con lo que uno había dicho. Debes
descubrir qué dirección ha tomado su pensamiento subsecuente.
¡Particularmente perturbador es el discípulo que parece no haber pensado
nada!
Muchas de las interacciones disciplinarias son en verdad una serie de
conversaciones. Si no estás satisfecho con la respuesta que viste, querrás
seguir buscando formas de persuadir e instar. Particularmente en casos que tú
crees que es importante o incluso urgente, tienes que dejar claro que el
asunto no se irá.
“Obstruir” es una táctica donde la gente en pecado ni se resiste abiertamente
ni están de acuerdo completamente. En lugar de eso ellos dan respuestas
vagas y hacen poco o nada. La esperanza del discípulo es que no haciendo
nada, finalmente hará que el discipulador se canse y será aliviado de la
carga de cambiar. Para ser efectivo en la disciplina, debes dejar claro que
no puedes ser burlado. Tú generalmente no necesitas intensificar el debate:
en general es suficiente la simple persistencia para convencer a esos
discípulos que la obstrucción no funcionará y que pronto verás una respuesta
diferente.

Cuando los discípulos responden en forma negativa y rehúsan la convicción


del Espíritu Santo, tienes que enfrentar algunas alternativas difíciles. Ya
mencionamos la opción de abandonar el asunto si sientes que es de relativa
importancia. Pero cuando el asunto es importante, tienes que estar listo para
crear un nivel significativo de tensión en la relación hasta que veas algún
movimiento. Creas tensión al mostrar en forma regular a tu discípulo la
discrepancia entre dónde está él y dónde Dios quiere que él esté. 1 También
puedes periódicamente dejar claro que no estás contento o que estás
preocupado por la falta de cambio.

La tensión es una sensación de incomodidad en la relación. Sin tensión, tu


amigo puede carecer de la suficiente motivación para cambiar. Si has
invertido dedicación y tiempo en la relación con tu amigo, sentirá
motivación significativa para resolver la tensión y volver al punto donde la
relación es agradable. Algunos discipuladores encuentran que es difícil y
poco natural provocar tensión en una relación que previamente ha sido
positiva y de amor. Pero le debes esto a tus discípulos cuando el asunto es
serio. Si reduces la tensión, aunque veas poco o nada de cambio, te
conviertes en un discipulador blando. Toda tu efectividad se verá afectada si
no estás dispuesto a enfrentar un largo episodio de lucha contra el pecado
serio.
Al mismo tiempo que creas continua tensión, debes estar muy alerta a
cualquier cambio de actitud o acción. Normalmente no verás una resolución
completa de un serio pecado o de problemas de actitud después de un
encuentro disciplinario. Dios necesita tiempo para obrar. Más a menudo
vemos movimientos parciales, y generalmente debemos animar cuando
vemos cualquier tipo de movimiento. El ánimo es mucho más poderoso que
el castigo ya que viene a reforzar el cambio, como vimos antes.

Aquellos de nosotros que tendemos al perfeccionismo tenemos que ser muy


cuidadosos para evitar tomar una posición excesivamente rígida en la
disciplina. En especial después del primer encuentro disciplinario sobre un
asunto, quizás tengas que estar satisfecho con movimientos menores en la
dirección correcta.

Quizás aún te sientas interiormente angustiado porque sabes que lo que has
visto está bastante lejos de lo que Dios quiere. Pero el crecimiento es un
proceso lento compuesto de muchos movimientos mínimos que se enlazan. Si
pareces muy rígido, tu discípulo puede sentir que es imposible complacerte
o que eres excesivamente crítico. En estos casos, la tensión ya no sirve más
para estimular el cambio positivo, sino que se vuelve contra el discipulador.
Si permites que tu relación se vuelva lejana, tus posibilidades de ver el
cambio necesario, disminuyen.

Así que, ¿cuál? ¿Tenemos que preocuparnos por ser blandos o por ser
rígidos? Parte de la respuesta tiene que ver con conocer nuestras tendencias.
Algunos de nosotros somos de línea dura por naturaleza. Otros con tendencia
natural a ser blandos. Si sabes qué tipo de persona eres por naturaleza, estás
en una posición de corregir tus propias tendencias. Los de línea dura
necesitan aprender a errar del lado de la gracia. Los discipuladores
permisivos tienen que aprender a mantenerse firmes en los asuntos
importantes, posiblemente bastante más allá de lo que ellos instintivamente
sienten que es correcto. Los colegas de ministerio a menudo pueden ayudar
con esto si están en la misma comunidad y conocen a la gente involucrada.

Fracaso en la disciplina
La disciplina en amor es bíblica, y funciona, pero no siempre. En algunos
casos, aún después de una larga lucha con un asunto serio, tu discípulo puede
permanecer esencialmente sin cambio. Cuando los discípulos rehúsan
responder a la disciplina, aún los problemas moderadamente serios pueden
convertirse en muy serios.

Dichos discípulos no receptivos nos enfrentan a elecciones más difíciles.


¿Estamos preparados para llevar un discipulado con un hermano que no hace
esfuerzos para enfrentar su propia pereza o su no disposición a leer?
¿Estaríamos dispuestos a llevar adelante un discipulado con una mujer que
continua sin ver algo malo en la avaricia? Si continuamos, ¿hacia dónde se
dirige la relación? Aún problemas moderadamente peligrosos como estos,
bloquearán de forma efectiva a tu discípulo de cualquier rol de liderazgo
significativo. Cuando sigues la trayectoria de la actual negativa de tu
discípulo para cambiar y considerar los requisitos de carácter para los roles
de liderazgo, puedes darte cuenta de que enfrentas una situación un tanto sin
esperanza. Cada una de las mismas preguntas que hiciste cuando
seleccionaste al discípulo resurgen en situaciones como esta.

A veces nuestros discípulos decidirán esto por nosotros. Dada la tensión


continua en la relación, el discípulo puede comenzar a restarse de un mayor
involucramiento en el proyecto de discipulado. Los discípulos que rehúsan
arrepentirse generalmente no disfrutan pasar tiempo con alguien cuya sola
presencia les recuerda sus problemas. A menudo hemos visto discípulos en
esta situación que comienzan a no asistir a sus citas con sus discipuladores,
usando malas excusas para justificar su ausencia. Otras veces, la resistencia
a Dios en un área comienza a darse en otras áreas. Mentira, nuevos
problemas de actitud, y omisión pueden empeorar cuando los discípulos no
cooperan.

Espero que hayas pensado en este costo cuando comenzaste la disciplina en


primer lugar. La disciplina a menudo tiende a “polarizar” a la gente. En otras
palabras, mientras algunos se acercan más a Dios, otros se endurecen en
rebeldía y realmente se ponen peor. Este riesgo sugiere que no deberías
aplicar disciplina livianamente. Los peligros de polarización demuestran que
la disciplina debe reservarse principalmente para los problemas más serios,
y solo donde las medidas más positivas han fallado. La cirugía de un tumor
puede involucrar riesgo significativo, pero si el tumor es peligroso, se
justifican los riesgos. No hacer nada también involucra riesgo.

¿Cómo debes responder en vista del fracaso disciplinario? Podrías tener


razón de terminar la relación de discipulado unilateralmente. Puedes
abiertamente conversar esta posibilidad con tu discípulo como parte del
proceso disciplinario. “Jaime, siento que estamos engañándonos a nosotros
mismos al continuar el discipulado cuando es claro que no estás dispuesto a
cambiar”. Puedes pedirle que te dé una razón para continuar. Podrías decir:
“¿Qué harías tú si tuvieras un discípulo que no cambiara su forma de pensar
en un asunto tan serio?”. Al igual que con otras decisiones complicadas en el
discipulado, tienes que considerar múltiples factores:

1. La situación podría cambiar. A veces los discípulos que se resisten


alcanzan un punto donde no se resisten más a Dios y
espontáneamente cambian de parecer. Esta posibilidad es menor
cuando la resistencia continúa por largo tiempo.

2. Debemos considerar las necesidades de la iglesia. Si otros


creyentes están ansiosos de ser discipulados, pero no hay quien lo
haga, se vuelve difícil justificar continuar con un discípulo que no
está dispuesto a cambiar. Pero si no hay otros potenciales discípulos
disponibles, podrías persistir aún cuando haya bajas probabilidades
de avance.

3. Debes considerar toda la inversión que ya has hecho en la relación.


Si tienes años invertidos con la persona, puedes verte tentado a
persistir en vez de dar por perdidos todos tus esfuerzos. Por otra
parte, todos hemos escuchado la expresión “malgastar el dinero”.
Tienes que estar dispuesto a enfrentar la verdad, y un discípulo que
persiste en un serio pecado es probable que te cueste más años de
esfuerzo desperdiciado.

4. ¿Qué piensan tus colegas del ministerio? Mientras mantenemos que


esta es una decisión del discipulador, también creemos que los
colegas deberían ser consultados (probablemente muchas veces)
antes de tomar la decisión.
5. ¿Cuánto ha durado la negativa? Si es un asunto de días o aún de unas
pocas semanas, en general deberías persistir. Hay mucho que perder
como para tomar una decisión apresurada. La decisión de terminar
el discipulado generalmente se toma después de varios meses de
lucha.

Muchos discipuladores son muy reacios a terminar una relación de


discipulado en vías de fracaso. Algunos sienten que tal cosa sería
sentenciosa y falta de amor. Nosotros no estamos de acuerdo. Primero, no
estás apartando a la persona como amigo. Meramente estás terminando la
actividad significativa del discipulado. El discipulado no es un derecho sino
un privilegio. Los discípulos no pueden demandar este nivel de atención
personal y a la vez rehusar tomar decisiones claves para seguir a Dios. Al
advertir a los discípulos que estás considerando terminar con el proyecto, tú
añades otro componente al esfuerzo disciplinario. Hemos visto discípulos
que finalmente cambian su forma de pensar cuando se ven enfrentados a la
posible pérdida de la relación de discipulado.

Segundo, no estás cerrando la posibilidad de volver al discipulado más


tarde. A veces solo después de perder la bendición del discipulado por
algún tiempo los discípulos se dan cuenta de que es mejor cambiar. En varias
ocasiones hemos visto a discipuladores que dejaron de reunirse con un
discípulo que se resistía para más tarde comenzar de nuevo porque la actitud
del discípulo cambió.

Mientras algunos pueden considerar severo poner la relación de discipulado


en juego, ¿cuál es la alternativa? ¿Puedes razonablemente considerarlo
discipulado si el discípulo ha establecido precondiciones que le permiten
continuar en serio pecado? Cuando el pecado involucrado es lo
suficientemente serio para bloquear el futuro liderazgo o crecimiento,
pensamos que la respuesta obvia es “No”. Esto sería seudo-discipulado.
Estás en verdad perdiendo tu tiempo y el de tu discípulo cuando continúas
bajo estas condiciones.

(Dennis) Cuando Jaime no paraba de ir a fiestas donde bebía y donde en


forma regular sucumbía al alcohol y difusas sesiones de besarse con chicas,
le dije que no estaba dispuesto a reunirme con él hasta que comenzara a
tomar su caminar seriamente. Me sentí mal cuando vi que estaba herido. Pero
el tiempo que yo estaba desperdiciando con él, fue útil para otro hombre
joven que estaba siendo ignorado. Ese hermano probó ser un prometedor
discípulo. Mientras tanto, Jaime aún estaba asistiendo, y yo seguí hablando
con él en forma regular. Finalmente, reanudé el discipulado con él porque vi
que él entendía su problema. Él era un hombre diferente, y ahora lidera su
propio grupo.

Mientras esto puede herir a ambos, creemos que los discipuladores con
integridad pondrán su relación de discipulado en juego en casos así y estarán
dispuestos a perder al discípulo más que transigir con un serio pecado.

La disciplina en amor es nueva para muchos obreros cristianos. Puede


parecer contrario a la intuición, dependiendo de tu entendimiento de amor.
Pero cuando tomas tiempo para estudiar la Biblia, reflexionar y orar
profundamente por el problema de tu amigo, y dar el valiente paso de hablar
la verdad en amor, verás a Dios usándote en nuevos niveles para cambiar las
vidas de los demás.

SECCIÓN 3:
ENTRENAMIENTO

A l ayudar a los discípulos a desarrollar su fe, entendimiento y buenos


hábitos espirituales, sentamos las bases para el crecimiento espiritual
saludable. Pero los cristianos que crecen espiritualmente deben responder
dándose vuelta hacia los demás y usando ese progreso espiritual para
bendecir a otros. En este punto, el discipulador se convierte en un
entrenador. Aunque cubrimos estas etapas secuencialmente, generalmente se
superponen ampliamente. El crecimiento espiritual se desarrolla mejor
cuando las personas son hacedores de la palabra. Los cristianos nuevos
deben comenzar a hacer las cosas que hablamos en este capítulo
tempranamente en sus vidas cristianas mientras aún aprenden cómo crecer.
Ministrar a otros proporciona un poderoso incentivo para el crecimiento
espiritual. Aquellos que fracasan en el ministerio no pueden entender por
qué ellos deberían ser celosos al esforzarse y aún sufrir por el bien del
crecimiento.

CAPITULO 12

Desarrollo Temprano del Ministerio


L A MAYORÍA DE LOS CRISTIANOS saben que orar, leer la Biblia, y la
comunión con otros cristianos son vías claves a través de las cuales Dios
alimenta y nutre el crecimiento espiritual. Estos “medios de crecimiento” son
tan esenciales que la falta de cualquiera de ellos finalmente provocará un
cortocircuito en el crecimiento de cualquier persona. Sin embargo, no todos
los cristianos se dan cuenta de que el ministerio es también un medio de
crecimiento, no menos importante que cualquiera de los otros. El ministerio
no es solo para los líderes de la iglesia, sino para cualquier miembro del
cuerpo de Cristo.

Ministerio es la traducción para dos palabras en griego que significan


“servicio”. Ministerio a veces se refiere a hacer el bien en general a otros,
pero más a menudo a hacer el bien con el objetivo de lograr la misión que
Dios asignó a la iglesia: ganar gente para Cristo y edificar a los creyentes en
su fe. De esta manera estamos llevando a cabo las instrucciones de Jesús en
la gran comisión (Mateo 28: 18-20).

La enseñanza del Nuevo Testamento acerca del cuerpo de Cristo deja claro
que la salud de cualquier iglesia local depende de “el funcionamiento
adecuado de cada miembro” (Efesios 4:16 LBLA). Claramente, los
cristianos deberíamos ser celosos de llevar a cabo la misión que Dios nos ha
dado. Pero necesitamos enseñar a nuestros discípulos que esto es más que
hacer nuestra tarea. El ministerio es también un vínculo vital con Dios y un
componente crucial en el crecimiento saludable y la felicidad de cualquier
cristiano.

En algunas iglesias tradicionales, el ministerio a menudo se ha restringido al


clérigo. Los “laicos” o gente común pueden hacer algunas formas de
ministerio como pintar el edificio de la iglesia o cantar una canción. Pero los
roles de ministerio avanzado como consejería, enseñanza de las Escrituras,
liderar grupos, y el discipulado a menudo se consideran inapropiados para
los laicos. Si tus discípulos vienen de una tradición de iglesia donde el
ministerio no se considera esencial para cada cristiano, debes hacer una
reeducación.

Tenemos gran cantidad de Escritura para usar cuando queremos transmitir la


importancia del ministerio personal. Después de compartir el evangelio con
la mujer samaritana, Jesús expresó cómo el hacer la voluntad de Dios
alimentaba su espíritu: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y
terminar su obra —les dijo Jesús” (Juan 4:34). Él añadió: “les envío a
recoger” la cosecha. ¿Por qué el ministerio alimenta nuestros espíritus? Por
la conexión entre ministerio y el concepto de amor servicial del Nuevo
Testamento. Apropiadamente entendido, ministerio significa amar a otros
“no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1Juan 3:18
LBLA; ver también 1Tesalonisenses 2:8). Ministerio es darnos a otros a
propósito para beneficiarlos. Todos los pasajes que enfatizan la centralidad
del amor en la vida del cristiano, están en verdad enfatizando la importancia
del ministerio.

La felicidad viene a aquellos que aprenden a servir a otros en amor


cristiano. Después de lavar los pies de los discípulos, Jesús dijo: “Les he
puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes”
(Juan 13:15). Él también dijo: “¿Entienden esto? Dichosos [bendecidos]
serán si lo ponen en práctica” (Juan 13:17). Ser bendecido es ser
enriquecido, o ser feliz. Muchos cristianos hoy carecen de la bendición que
Dios desea para ellos porque nunca se han dado cuenta de la importancia de
servir a otros. El gozo de vivir centrados en otros excede en gran manera
cualquier placer pasajero que podemos obtener viviendo para nosotros
mismos.

Aprender a involucrarse fielmente en un ministerio en forma regular y


responsable contrarresta un sistema egoísta de valores temporales,
reemplazándolo por la inversión en las cosas eternas como la vida de otras
personas (Mateo 6:19-21 e interpretándolo a la luz de 1Tesalonisenses 2:19-
20). El ministerio también crea una salida y un propósito no egoísta para los
otros medios de crecimiento. Aparte del ministerio, la gente tiende a ver la
oración, el estudio bíblico y la comunión con los hermanos principalmente
como centrado en uno mismo. En ese entendimiento, estas vías de gracia no
darán como resultado un crecimiento más allá de los niveles rudimentarios.

En este capítulo, vamos a hablar de la estrategia para ayudar a tus discípulos


a desarrollar sus propios ministerios. Comenzamos en el nivel más básico,
con discípulos que no hacen nada en términos de ministerio o que son
cristianos nuevos. Luego, analizaremos todo el proceso hasta completarlo, un
discípulo que tiene un ministerio totalmente desarrollado en diversas áreas
claves.

Los discípulos que no ministran

Los discipuladores apenas podrían estar felices con un discípulo que rara
vez o nunca ora. ¿Por qué deberíamos estar felices, cuando tal omisión
arruinaría completamente sus esfuerzos para crecer espiritualmente? Pero
algunos discipuladores parecen no ver ningún problema cuando ellos
trabajan con discípulos que nunca o rara vez se dan a sí mismos en el
ministerio. Esto es un error. En lugar de esto, debemos ver nuestra tarea de
discipular como incompleta y sin sentido a menos que genere “fe que actúa
mediante el amor”. Pablo dice que esto es “lo que vale” (Gálatas 5:6).

¿Por qué algunos discípulos parecen reacios o ineficaces para desarrollar un


ministerio personal? Quizás creen que el ministerio es inapropiado para
laicos, como lo hablamos antes. Otros no están convencidos de que el
ministerio será satisfactorio o aún son demasiado egoístas para estar
ansiosos por servir. Algunos están desanimados por esfuerzos para ministrar
fallidos en el pasado o que han llegado a creer que son incompetentes.
Quizás se resisten a la idea de ministrar porque saben que no han sido
entrenados. Debes explorar el entendimiento y las actitudes de tu discípulo
en esta área para identificar las barreras. Quizás ellos solo ven el ministerio
como un rol de alto nivel, y no se dan cuenta de que ellos podrían comenzar
un ministerio válido y necesario ahora mismo.

Incluso los discípulos con corazones dispuestos y un saludable sentido de


idoneidad de Dios necesitan entrenamiento. Nos abocamos a esta tarea
ahora.

Desarrollar convicciones

Tus discípulos necesitan convicciones firmes, que el ministerio es la


voluntad de Dios para ellos, que es factible, que es esencial, y que sus vidas
se empobrecerán sin ello. Jesús enseñó que amar a otros es amar a Dios
(Mateo 22: 36-40). Juan va más allá cuando dice: “el que no ama a su
hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto” (1Juan
4:20 LBLA). Necesitas convencer a tus discípulos que no tiene sentido
seguir a Dios sin hacer ministerio.

Necesitas también trabajar en la comprensión del amor que tienen tus


discípulos. Quizás ellos consideren una definición de amor que se centra
más en los sentimientos de afecto que en el servicio sacrificial. En el mundo
moderno, amor es un sentimiento. Puede ocurrir a primera vista. Puede ir y
venir inesperadamente. Y si amamos depende de la persona que amamos.

¿Entienden tus discípulos la única interpretación del amor de la Biblia?


Puedes usar cientos de pasajes para mostrar la diferencia entre el concepto
moderno de amor como un mero sentimiento y la perspectiva bíblica de amor
como parte esencial de un servicio comprometido. En sus raíces, la mayoría
de los conceptos modernos de amor se centran en uno mismo, amor es
cuando otro me hace sentir bien. El amor bíblico quita el ego de la ecuación
y lo reemplaza por sacrificio. Jesús enseñó: “Porque el que quiera salvar su
vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará” (Lucas
9:24). Este “perder nuestra vida” por Cristo significa que nos alejamos del
enfoque de vida del ego primero y nos entregamos a los demás.

Como motivador hábil, no deberías restar importancia a cuán agradable es el


ministerio. Lo emocionante de guiar a un amigo a Cristo es demasiado
maravilloso para privarse de ello, y necesitas asegurarte de que tus
discípulos ven tu entusiasmo. Debes compartirles cuán gratificante es tener
discípulos, enseñar la palabra, liderar grupos de personas, servir al
necesitado e involucrarse en el amplio rango del ministerio cristiano. Al
señalar estas cosas, te estás mostrando a ti mismo como modelo. Vemos que
en grupos donde la gente ministra activamente, ellos lo hacen no porque
piensen que es un deber sino porque ellos disfrutan haciéndolo. En tu
presentación del ministerio, debes enfatizar el privilegio que es servir a
Dios y a los demás.

A medida que ayudas a tu discípulo a desarrollar estas convicciones, ellos


generalmente darán algunos pasos vacilantes hacia el ministerio. Estas
pueden ser tan simples como compartir un pensamiento en el estudio bíblico
o ayudar a un amigo a mudarse. Tal vez tenga una buena conversación con un
amigo y pueda compartir su percepción o animar. El discipulador cuidadoso
está alerta a cada cosa que ocurre, porque estamos esperando dar ánimo por
algo que estimulará los esfuerzos más adelante. También, no dudes en sugerir
posibilidades específicas para ministerio adicional.

Oración

Anteriormente sugerimos que enseñes a tus discípulos a orar por otros. El


ministerio es el contexto natural para muchas de estas oraciones. Al
comienzo de una relación comienza orando solo y con tu discípulo por su
ministerio. Cuando clamamos a Dios en forma regular para que él conceda
oportunidades de ministerio para los discípulos, generalmente vemos estas
oraciones contestadas.

Cada vez que te reúnes con tu discípulo, deberías preguntar cómo van las
interacciones con no cristianos en la vida de tu discípulo. Luego deberías
orar por cada uno por sus nombres. Lo mismo ocurre con los creyentes que
nuestro discípulo ha tratado de edificar. Las cosas por las cuales oras son
señales de lo que piensas que es importante para ti. Dios usa estos tiempos
de oración contestando las oraciones y haciendo que las cargas de tus
discípulos por el ministerio crezcan.

Evangelismo

Debemos animar a los discípulos nuevos a compartir su fe desde el


comienzo de sus vidas cristianas. Este es un tiempo cuando es muy probable
que ellos logren que sus amigos no cristianos los escuchen. Ora para que
esta oportunidad no pase sin lograr varias experiencias agradables
compartiendo con sus amigos que están fuera del círculo.

Cada intento temprano de dar testimonio es vitalmente importante, y debes


aprovechar cada oportunidad para animar considerablemente estos intentos.
Enseña a tu discípulo que aún el testimonio sin éxito es una gran victoria. El
sembrador debe sembrar la semilla en todo tipo de terreno (Mateo 13: 1-23).
No querrás que tu discípulo se enfoque demasiado en que la gente se
convierta. Cuando los discípulos llegan a estar demasiado enfocados en los
resultados, a menudo ellos se vuelven tímidos. Tienen temor de decir algo
errado o parecer muy cargante. Los discípulos que se enfocan más en
aprovechar las oportunidades para compartir terminan hablando más y
también tienen más posibilidades de ver el éxito.

Si es posible, debes buscar oportunidades para conocer a los amigos de tus


discípulos, así puedes ayudarles a ganarlos para Cristo. Cualquier
oportunidad que ellos tengan de observarte hablando de las cosas
espirituales con no cristianos será un excelente entrenamiento. Aquí es donde
puedes modelar buen evangelismo o conversaciones pre evangelísticas.

Si tus discípulos tienen éxito ganando un amigo para Cristo (con o sin tu
ayuda), generalmente ellos se entusiasmarán con el evangelismo de ahí en
adelante. A su vez, ese nuevo cristiano podría ser la puerta para el
desarrollo del futuro ministerio de tu discípulo mientras ayuda a su amigo
ahora cristiano a crecer.

Piensa en leer algunos buenos libros de evangelismo con tu discípulo.


Buenas posibilidades podrían incluir Evangelismo Conversacional: Cómo
Escuchar y Hablar de tal Manera que Puedas Ser Escuchado de Geisler, o
Convirtiéndose en un Cristiano Contagioso de Hybels y Mittleburg. Incluso
el libro de Dennis: Descubriendo a Dios: Explorando las Posibilidades de
Fe [57] es bueno para obtener ideas acerca de qué decir.

Mientras animas para testificar, puedes añadir consejos. Después de elogiar


sus esfuerzos para animar a tu amigo, podrías decir: “Bien. Tú sabes, otra
cosa que podrías haber hecho es…” O después de escuchar que un discípulo
no supo cómo contestar una pregunta difícil, podrías decir: “Ah, yo sé una
buena respuesta para esa…” Estas sugerencias a menudo se evidencian
visiblemente en el rostro de un discípulo nuevo. Incluso él podría decir:
“Ah, ¡me hubiera gustado pensar en eso!” A lo que tú podrías responder:
“Bueno, aún no es tarde. Quizás la próxima vez que lo veas, solo di: ‘Estuve
pensando en la pregunta que me hiciste el otro día, y esto se me ocurrió…’”
En esos casos, tú terminas enviando a los discípulos de vuelta a la gente con
quienes están compartiendo, ahora con ideas nuevas. En realidad, tú estás
entrenando al discípulo en el ministerio, y porque los consejos que sugieres
están ligados a conversaciones reales, el discípulo los recordará aún años
más tarde. Esto es entrenamiento en terreno, la mejor forma de
entrenamiento.

Edificación

Aun los discípulos muy nuevos pueden también experimentar con el


ministerio haciendo esfuerzos para edificar a otros cristianos. La mayoría de
los cristianos nuevos que están haciendo amigos en una iglesia local
encontrarán oportunidades para compartir o animar la fe de otros.
Nuevamente, debes estar alerta a actos simples como estos, para que puedas
animar poderosamente a tus discípulos.

Por ejemplo, si ves a tu discípulo conversar con un amigo en el grupo en


casa, más tarde puedes hablar con la otra persona y preguntarle de qué
estaban hablando. Si detectas que la persona disfrutó de cualquier aspecto de
la conversación, tienes la oportunidad de avivar el fuego del celo ministerial
en tu discípulo. “Juan estaba diciendo lo significativa que fue tu
conversación…” O, “Ana dijo que se sintió muy animada por lo que tú
dijiste la otra noche”. Aun si no tienes un informante interno, siempre puedes
averiguar la información: “Parece que tenías una buena conversación con
Roberto. ¿De qué hablaban?” Generalmente, encontrarás algo para animar
mientras los discípulos cuentan sus interacciones con otros creyentes.

Creando motivación

Si logras que tus discípulos busquen testificar y edificar a otros creyentes,


necesitas llamar su atención hacia las cosas correctas. ¿Vieron ellos el poder
de Dios moviéndose a través de lo que ellos hablaban? ¿Se dan cuenta de lo
importante que son sus acciones de ministerio aun en las pequeñas áreas?
¿Se sienten ellos honrados de ser usados por Dios en su servicio? ¿Se han
dado cuenta que podrían tener dones espirituales en estas áreas?
Hacerse preguntas en forma regular son una herramienta clave. “¿Qué
piensas que podríamos decirle a Julia que pudiera ayudarla en esta situación
con sus compañeras de habitación?” o, “Siento que Jorge se ha desanimado
últimamente. Me pregunto ¿cómo podríamos animarlo?” Al hacer esas
preguntas en miles de situaciones diferentes de la vida real, enseñas a tus
discípulos a cómo pensar como siervos. Al mismo tiempo, estás haciendo
sugerencias sutiles.

Supón que hablan de formas de ayudar a un amigo mutuo. Después puedes


encontrar la oportunidad de compartir con ese amigo mutuo lo que ustedes
hablaron. Luego, puedes compartir con tu discípulo que usaste las ideas que
ustedes dos hablaron antes, y parecieron ayudar. En esta secuencia, has
demostrado a tu discípulo cómo pensar creativamente para edificar a otro, y
luego llevarlo a la acción. Por supuesto, en verdad tú estás esperando que tu
discípulo vaya antes que tú y te cuente de su logro. Luego, puedes ser el que
anima nuevamente.

Vemos que la mayoría de los discípulos que están testificando y edificando a


otros creyentes pronto llegan a amar el ministerio. Atento a las señales que
muestran que ellos están buscando activamente las oportunidades para
ministrar en pequeñas formas. Estas pequeñas acciones de ministerio
comienzan a crear un patrón. La forma de vida centrada en los demás
empieza a reemplazar la forma de vida centrado en uno mismo.
Probablemente te darás cuenta que tus tiempos de oración crecen a medida
que oras por la gente y las situaciones que surgen en el ministerio. Siempre
que tu discípulo te cuente de una conversación donde él no tuvo las
respuestas, se abre una nueva área posible de estudio. El hambre por
aprender crece rápidamente en un creyente que ministra.

Ofrenda financiera

Este también es un buen momento para sugerir un ministerio de ofrendar. Dar


es una parte esencial de un ministerio bien equilibrado, y tiene un efecto
potente en el dador como también en la iglesia. Al desarrollar un hábito
regular de ofrendar, los discípulos aprenden que Dios es el verdadero dueño
de su dinero. Al poner sus vidas financieras bajo el liderazgo de Dios evitan
actitudes erróneas que podrían, más tarde, arruinar sus ministerios. Jesús
dijo “El que es confiable en lo poco, también lo es en lo mucho; y el que no
es confiable en lo poco, tampoco lo es en lo mucho. 11 Porque si en el
manejo de las riquezas injustas ustedes no son confiables, ¿quién podrá
confiarles lo verdadero?” (Lucas 16: 10-11 RVC). De acuerdo con este
pasaje, Dios no va a confiar las responsabilidades ministeriales (las
verdaderas riquezas) a aquel que no es fiel en el uso del dinero. Si este
pasaje es verdad, estamos perdiendo nuestro tiempo tratando de ayudar a un
discípulo que no da, a desarrollar el ministerio. Dios se opondrá al avance
de un discípulo así hasta que este asunto sea tratado.

Jesús dijo también: “porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu
corazón” (Mateo 6:21 LBLA). Los creyentes que invierten regularmente en
las cosas de Dios ven sus corazones atraídos hacia donde ellos invierten. En
consecuencia, el crecimiento espiritual potenciado es un subproducto común
del dar con sacrificio.

Expandiendo el ministerio: Evangelismo

¿Está tu discípulo hambriento por el ministerio? Los discípulos que están


hambrientos por el ministerio están en una excelente posición para
beneficiarse de toda área de instrucción espiritual.

Es bueno enseñar principios del ministerio y métodos. Pero sugerimos


primero lograr que los creyentes sirvan y luego , enseñarles los principios y
métodos a medida que ellos se esfuerzan por avanzar. De esta manera ellos
entenderán los principios en un nivel más profundo. Ellos pueden poner en
práctica los métodos inmediatamente, lo que evita que los métodos se
vuelvan ideas desarraigadas que son difíciles de recordar.

El ministerio de la vida real requiere buenos métodos y principios; y cuando


los discípulos son hacedores, ellos sienten esta necesidad intensamente.
Ellos beberán el entrenamiento como los camellos saciándose en un oasis
del desierto. Aprender las estrategias y métodos del ministerio es una gran
fuente de motivación por derecho propio.

Considera el evangelismo como un ejemplo. Muchos creyentes encuentran


que una importante barrera para compartir su fe con amigos es ser capaz de
sacar el tema de Dios y las cosas espirituales con amigos no cristianos.
Puedes ayudar con el juego de rol. Puedes hacer esto informalmente
imaginando situaciones con tus amigos o contando algunas de tus
experiencias abordando el tema del evangelio a la gente. Por ejemplo,
podrías sugerir preguntar a la gente “¿te considerarías tú una persona
espiritual? La mayoría de la gente contesta “si” a esta pregunta. Pero no
importando cómo contesten, podrías continuar preguntando, “¿Por qué no?” o
“¿qué significa eso para ti?” o, como un autor sugiere, podrías preguntar
“¿Tienes alguna creencia espiritual?”

Los cristianos nuevos a menudo encuentran fácil decir simplemente, “Oye, he


estado aprendiendo algunas cosas interesantes de Dios últimamente”. O,
“Siento que estoy teniendo algunas experiencias con Dios recientemente”.
La mayoría de la gente normal responde a eso con “¿qué quieres decir?”
Entonces ellos continúan compartiendo lo que ha pasado en sus vidas.
Cuando sugerimos cosas concretas para decir, será más probable que los
discípulos traten de usar algunas de nuestras ideas.

Asegúrate de que tus discípulos sean capaces de expresar bien el evangelio


de la gracia y puedan compartir sus propias historias en forma efectiva. A
menudo la mejor forma de abrir diálogo positivo y no argumentativo es
contando la historia de uno. Cuando un bien conocido pastor encuestó a su
iglesia que no testificaba para descubrir por qué no estaban dando
testimonio, él descubrió una razón principal: la gente no estaba segura de
saber lo que debían decir. Esto ocurrirá a tus discípulos también a menos
que los equipes con ideas y contenido que ellos puedan compartir con sus
propias palabras. Después que este pastor comenzó un programa de
entrenamiento para evangelismo, la gente comenzó a testificar masivamente y
muchos fueron ganados para Cristo.

Mientras entrenas, sugiere formas de responder a varias preguntas o


comentarios con los que se toparán. El discipulador es un
consejero/consultor en esta situación: “Así que, ¿has tenido más
conversaciones con tal y tal?” “¿Qué dijo ella?” “Y ¿qué le respondiste a
eso?” “¡No está mal! Aquí hay otra idea si eso surge nuevamente…”

También debes equipar a tus discípulos para lidiar con el rechazo y la


hostilidad. Enséñales a responder apropiadamente y con paciencia a
aquellos que no son receptivos al principio. Los cristianos nuevos a menudo
se quedan impactados y desanimados al enfrentar la hostilidad de algunas
personas. Ellos necesitan ayuda para procesar esto rápidamente sin ser
derrotados o para no volverse tímidos. Cuando sientas que tu discípulo se
quedó anonadado por el rechazo, puedes hacer observaciones como estas:

“A veces la gente está a la defensiva cuando tienen convicción. En


otras palabras, ellos son hostiles porque lo que compartiste les ha
recordado el vacío en sus vidas”.

“Algunos de nosotros hicimos lo mismo poco antes de recibir a


Cristo. No puedes dejarte llevar por la primera reacción, porque hay
muchos ejemplos de personas que parecían hostiles, pero después
de poco tiempo vinieron a Cristo”.

Toma tiempo para que la familia y amigos acepten los cambios en


uno de los suyos. La gente estará escéptica en forma natural acerca
de cualquier cambio importante. Pero solo por el hecho de reírse no
significa que no estarán observando para ver si es una fase pasajera
o algo real”.

La gente tiene miedo al rechazo o al ridículo. Intenta el juego de rol para


mostrar cómo una persona podría responder con gracia y en forma victoriosa
al que lo está rechazando. Por ejemplo, un discípulo podría intentar
compartir con su amigo que contra argumenta: “¡No estoy interesado en ese
tipo de estupidez!” Si nuestro discípulo dice: “Ah”; eso será el fin de la
conversación y probablemente el fin de esa oportunidad para testificar. Pero
si él contesta: “En serio; ¿por qué no?” la conversación continúa. Si él sigue
con “¿qué experiencias has tenido con cristianos?”, pueden revelarse
temores o ideas equivocadas que podrían conducir a una conversación
fructífera. Muchos buenos evangelistas no prestan atención a la resistencia o
comentarios negativos. También podríamos contar historias acerca de
aquellos que ridiculizaban y que luego creyeron.

Muchos cristianos son demasiado pasivos cuando comparten su fe.


Recientemente, un creyente compartió cómo él invitó a sus vecinos a venir al
estudio bíblico en su casa. Ellos movieron la cabeza y dijeron “No, no
queremos ir a eso”. Su respuesta: “Oh, está bien” fue demasiado pasiva. Él
debió decir “¿Por qué no?” y aún haber estado preparado para insistir: “¡No
puedo creer que estés juzgando esto antes de haberlo visto!” Incluso puedes
sugerir a tus discípulos a enfrentar a la persona que rechaza: “¿Yo pensé que
tú creías que la gente debe ser de mente abierta?”

Muchas veces la gente ofrece un rechazo a invitaciones como una reacción


automática. Un desafío moderado a su posición a menudo provoca que ellos
cambien de parecer. Aun si no cambian de parecer, esto deja la conversación
en mejor pie. El creyente no está respaldando su negativa al decir directa o
indirectamente “Está bien”.

Cuando das a tus discípulos ideas para testificar, ellos generalmente lo


intentarán, en especial si están orando juntos en forma regular por
oportunidades para testificar. Debes ser capaz de compartir experiencias
recientes que has tenido. Tienes pocas chances de inspirar esfuerzos
consistentes para alcanzar gente para Dios, si tú no estás haciéndolo.
Recuerda, los discípulos tienden a hacer más lo que tú haces que lo que
dices.

Como lo sugerimos previamente, lo mejor para hacer es ir con tu discípulo a


reunirse con sus amigos. A menudo encontrarás oportunidades para testificar,
y tu discípulo verá con sus propios ojos cómo tú lo haces. Probablemente él
tendrá menos problemas en el proceso después que te has ido. Al mismo
tiempo, encontrarás más fácil entrenarlo si en realidad conoces a la gente
involucrada.

Cuando los discípulos se sienten cómodos testificando y tratando de edificar


a los cristianos, probablemente ellos también comenzarán a ver que Dios
lleva fruto a través de sus esfuerzos. Si tú sigues los primeros esfuerzos con
sugerencias frecuentes, dos cosas son cada vez más probables: 1) su
testificar da como resultado que alguien conoce a Cristo, y 2) sus esfuerzos
para edificar a los creyentes dan como resultado crecientes amistades con
otros cristianos. Cualquiera de estos dos se convierte en una puerta para el
ministerio expandido.

Expandiendo el ministerio: Discipulado

Si tus discípulos logran llevar a alguien a Cristo (particularmente a alguien


del mismo sexo) debes animarlos a verlo como su responsabilidad el
nutrirlo para un posterior crecimiento. Puedes sugerir conceptos de verdad
que podrían enseñar a sus nuevos amigos cristianos. Entender cómo y por
qué orar, por qué estar en comunión con creyentes es importante, cómo ver el
sufrimiento, y el rol de la Biblia son todos asuntos que tus discípulos deben
comenzar a cubrir con los nuevos creyentes dentro de los primeros días de
su conversión. La enseñanza bíblica sobre la naturaleza de la gracia y sobre
Satanás también los protegerá en el período más vulnerable de sus vidas
cristianas.

Si el nuevo creyente está en tu estudio bíblico o grupo en casa, podrías hacer


este entrenamiento tú mismo. Pero, ¿por qué no dejar que tu discípulo lo
haga? Aprendiendo cómo alimentar a un nuevo cristiano, tu discípulo
aprende habilidades ministeriales cruciales que serán útiles para toda la
vida. Al mismo tiempo, un discípulo que alimenta a un amigo recién
convertido está edificando una importante relación que ya incluye compartir
verdad y sentirse responsable por el bienestar espiritual del otro. Este tipo
de relación fácilmente podría llegar a ser una relación de discipulado. Y tu
meta, como uno que cree en la multiplicación a través del discipulado, es
que tus discípulos ganen sus propios discípulos.

De la misma manera, si tu discípulo ha estado edificando a cualquier amigo


cristiano, puede abrirse una puerta para el discipulado, aun si la persona
llegó a la fe a través de alguien más. [58] Mientras más alguien anima, sirve e
instruye a otro, más probable es que la persona beneficiada por dicha ayuda,
busque a aquel que le dio para que le brinde más ayuda. En los casos donde
nadie está discipulando al creyente en cuestión, y tú sientes que tu discípulo
demanda un nivel de respeto, deberías sugerir cambiar la relación desde
simple amistad a discipulado.

Jesús dijo: “Es abundante la cosecha, pero son pocos los obreros. Pídanle,
por tanto, al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo” (Lucas
10:2). Si estás trabajando con un discípulo joven que está dispuesto a
discipular a otros, enséñale a orar al Señor de la cosecha y deja que Dios
sepa que él está dispuesto a hacer este tipo de trabajo. Dile que ore por
oportunidades y oren juntos también. Ganar un discípulo podría tomar meses
e incluso un año o más en algunos casos. Otros ganan un discípulo
relativamente rápido después que ellos empiezan a buscar uno activamente.
De cualquier manera, tu discípulo necesita saber que es importante y bueno
buscar un discípulo.

Una vez que tu discípulo comienza a discipular a otra persona, has cruzado
un importante umbral. En vez de hacer solo ministerio informal, según la
necesidad, tu discípulo ahora se está reuniendo formalmente con otro para
desarrollar madurez. Este es el punto donde el entrenamiento va a toda
máquina.

CAPITULO 13

Camino a la Independencia

A MENOS QUE intencionalmente fomentes la independencia en tus


discípulos, puedes crear una ilusión de crecimiento basada en que ellos
obedezcan para complacerte. Este tipo de tutelaje no dará como resultado la
multiplicación, ya que una vez que estás fuera del cuadro, el discípulo pierde
la motivación y la dirección. Tú querrás que tus discípulos sean
independientes, que ellos tengan sus propias convicciones y funcionen bien
cuando están separados de ti. Tú puedes confiar responsabilidades de
liderazgo a dichas personas. Para llegar a este punto, necesitas hacer la
transición desde un estilo de liderazgo más directivo a uno más
colaborativo, que es entrenamiento. El entrenamiento es cómo ayudas a tu
discípulo a volar solo.

Los discipuladores a veces sienten como un instinto de manada que no


entienden totalmente. Se siente bien tener gente “con nosotros”,
compartiendo, pidiendo consejo, trabajando juntos en un grupo. Si un
discípulo va en otra dirección o comienza a tomar decisiones sin consultarte,
puede parecer que él te está desertando. Incluso puedes sentirte crítico o
herido. Esta nueva etapa en el proceso del discipulado podría sacar a la luz
problemas internos en tu vida, problemas de egoísmo o control. En vez de
sentirte feliz que tu discípulo ya no necesite tu dirección, podrías sentirte
poco apreciado. ¡No vayas por ahí!

Finalmente estás alcanzando tu meta: que tu discípulo llegue a un punto


donde no te necesita más. Un discípulo bien enseñado continuará sirviendo a
Dios y a los demás, por años en el futuro con poca o sin ayuda tuya. Aun si
todos abandonan, un siervo de Dios comprometido continuará adelante. Para
alcanzar esta meta, tienes que promover conscientemente la independencia
de la adolescencia espiritual.
Correctamente entendido, ¡ver a los discípulos desplegar sus alas es una
experiencia emocionante! Te das cuenta de que significa que ellos están
cerca de la madurez espiritual, y te sentirás feliz de haberles ayudado. Elton
Trueblood escribió: “La gloria del entrenador es ser el descubridor, el
desarrollador, y el entrenador de los poderes de otros hombres. Pero esto es
exactamente lo que queremos decir cuando usamos la terminología bíblica
acerca del ministerio de equipamiento”. [59]

A medida que tus discípulos crecen, tu rol cambia. En lugar de buscar


estimular la acción, te das cuenta de que el discípulo ya está motivado para
actuar. El entrenamiento involucra dar un paso atrás para tomar tu lugar en
los laterales. Observas cuidadosamente, dando a tus discípulos sugerencias y
consejos en la estrategia, ayudándoles a analizar lo que está pasando, pero
dejando que ellos decidan por sí mismos.

Entrenar para el discipulado

El discipulado es una habilidad que toma años de práctica para desarrollarse


completamente. Mucha gente pasa por un tiempo difícil el primer año que
están discipulando. Esto es normal, y deberías anticipar esos problemas
cuando tu discípulo trata de discipular a otro. Trata de ser amigo con
cualquiera que tu discípulo esté tutorizando. Eso ayuda a que tú hagas las
preguntas correctas en los tiempos de entrenamiento. Puedes comparar tus
propias impresiones con las de tu discípulo.

También podrías ayudar en ciertos momentos, lo que no debiera molestar, si


eres cuidadoso de no tomar el control. Solo debes ayudar cuando tú sientes
que realzarán la relación del discipulado, nunca desacreditar o reemplazar
accidentalmente a tu discípulo. La mayoría del tiempo, debes trabajar con la
otra persona a través de tu discípulo, no directamente. Si logras diseñar el
éxito para tus discípulos, probablemente ellos serán discipuladores toda su
vida. Es mucho más fácil para ellos volver a lograrlo cuando ellos ya han
estado allí.

Muchos discipuladores nuevos necesitan un montón de consejos acerca de


qué estudiar, cómo motivar, cuando avanzar al próximo nivel y cuando
confrontar. Su discernimiento a menudo es cuestionable. Cuando te reúnes
con tu discípulo, debe ser natural preguntar en forma periódica como van las
cosas en la nueva relación de discipulado. Generalmente sometemos a
nuestros discípulos a un montón de preguntas acerca de lo que están viendo y
cómo ellos evalúan el avance.

Aun si no eres cercano a la nueva persona en cuestión, generalmente tú


puedes deducir dónde podrían yacer los problemas de acuerdo a la forma en
que tu discípulo contesta las preguntas. Cuando hablas con tu discípulo de su
ministerio puedes ver que él no puede contestar fácilmente algunas preguntas
que tú le haces. Esto muestra áreas que él necesita explorar más. Cuando él
tiene respuestas, tú puedes comparar lo que él ve con lo que tú observas.
Pero siempre debes ser cuidadoso de no debilitar la confianza de tu
discípulo dudando mucho de sus opiniones. Si tú dudas que tu discípulo esté
viendo las cosas correctamente, trata de hacer uso de más preguntas en vez
de rechazar directamente su opinión. No querrás hacerle sentir que él es
incapaz comparado contigo.

Tus preguntas juegan un papel importante al recordar al nuevo discipulador


etapas claves que de otra manera él podría olvidar. Por ejemplo, quizás tú
sabes que él es débil para animar, y tus preguntas podrían ayudarle a
recordar que debe animar. Finalmente, es probable que él desarrolle este
hábito cuando él vea cuán útil puede ser el dar ánimo. Pero al principio el
entrenador necesita recordárselo en forma regular.

Otra área que tú debes cuestionar es la priorización. Tu discípulo puede ver


muchas áreas de debilidad y necesidad en su discípulo, pero ¿en cuál debe él
enfocarse ahora? ¿cuáles pueden esperar? Al priorizar, le ayudas a los
nuevos discipuladores a evitar llamar a la acción en cientos de áreas a la
vez. Hacer un llamado al cambio en muchas áreas a la vez puede ser
desmotivador, el discípulo puede comenzar a sentir que el crecimiento
espiritual es un proyecto sin esperanza.

Planificación

Los discipuladores experimentados son capaces de planificar


instintivamente. Ellos sienten dónde están sus discípulos, y saben lo que
ellos necesitan la mayor parte del tiempo. Pero los discipuladores nuevos no
tienen esta habilidad. Ellos no están seguros de cómo evaluar a sus
discípulos y no han desarrollado los instintos que se necesitan para la buena
planificación.

Necesitas ayudar a los nuevos discipuladores a analizar detenidamente los


principios y las condiciones en constante cambio que ellos enfrentan con sus
discípulos. Aquí es donde verás el valor de tener tu propia relación con
aquel del cual tu discípulo es tutor. Puedes usar tus propios instintos,
entrenados por la experiencia, para evaluar el progreso y las necesidades en
el creyente más joven. Sutilezas como los cambios de actitud, o una alta o
baja en la motivación puede detectarse mejor a través de un contacto
personal. También tienes la oportunidad de discernir algunos de los
problemas más difíciles, como lo que no está pasando , pero debería.
También puedes ser capaz de ver las fortalezas en la persona que tu
discípulo no se ha percatado.

Si no estás en una posición para desarrollar tu propia relación con una


persona que tu discípulo tutoriza, tienes que reunir tu información a través de
cuidadosas preguntas a tu discípulo. Los discipuladores cualificados saben
cómo leer entre líneas y se dan cuenta de los problemas y las oportunidades
durante el proceso de interrogación. Debes ser cauteloso de no saltar a
conclusiones prematuras, pero puedes sentir estas cosas durante las
conversaciones consecutivas que conducen a una certeza creciente acerca de
tus conclusiones. Observa, no solo lo que él está diciendo sino lo que no está
diciendo. Con frecuencia, es el material que falta lo que da la clave para el
discernimiento.
Trata de llevar a tu discípulo a través de material de discipulado como este
libro u otros, haciendo altos periódicamente para preguntar cómo siente tu
discípulo que le está yendo a él o a su discípulo con las áreas cubiertas.
Asegúrate de seguir con preguntas de “¿Por qué?”: “¿Por qué te sientes de
esa manera?” Al pensar en estas preguntas, ella o él tiene que ir a los
sentimientos e impresiones profundos para considerar los datos reales que
ya sea que apoyan o no sus respuestas. Este es el tipo de pensamiento que él
o ella necesita ejercitar para planificar de forma útil. Tú quieres alejar a tus
discípulos de manejar esto bajo sus temores y llevarlos al análisis cuidadoso
bajo oración.

Cuando tú y tu discípulo se ponen de acuerdo para abordar una necesidad en


otra persona, puedes llevarlo a un proceso de planificación. Ayúdale a
anticipar posibles reacciones y tener algo listo para cada posibilidad.
Podrías tomar su lugar suponiendo algunas formas de cómo él podría
abordar temas posiblemente sensibles. Asegúrate de señalar el papel de la
oración y la reflexión antes de tratar de efectuar el cambio. Dios puede
preparar los corazones de la gente para escuchar lo que decimos. Recuérdale
comenzar la mayoría de las interacciones con algún comentario positivo. Al
enviar a tu discípulo espiritualmente preparado a las interacciones de
ministerio, y con un buen plan, es mucho más probable que sea exitoso.

Al mismo tiempo, algunas áreas irán muy bien con la persona nueva, y te dan
la oportunidad de señalar esto a tu discípulo con ánimo: “¡Si, yo pienso que
has hecho un excelente trabajo guiándolo a una vida de oración!”

Manejo de los contratiempos

Hacer discípulos siempre suena como una gran idea, pero aquellos que
tienen la valentía para comprometerse de verdad con los discípulos pronto
se dan cuenta de que es mucho más duro de lo que pensaron. Los discípulos
a menudo son decepcionantes. Generalmente, el avance es lento. Y nuestras
expectativas a menudo exceden la realidad.

Como entrenadores, desempeñamos un papel fundamental ajustando la


perspectiva de nuestros discípulos a lo que están haciendo. Encontraremos
muchas ocasiones donde necesitamos calmar ansiedades, renovar la fe y
animar al logro.

El entrenador es una fuente importante de influencia positiva en un proyecto


que podría fácilmente desanimar a un discipulador inexperto.

Piensa en una variedad de conversaciones típicas que podrías tener con tu


discipulador inexperto:

Paciencia: Al principio los discipuladores normalmente no están


acostumbrados al largo tiempo que se requiere para un cambio real de vida.
“Tienes que darte cuenta de que estas cosas toman tiempo. Piensa en
dónde estabas tú cuando tenías dos años en el Señor”.

“Tu hombre creció en un hogar altamente disfuncional, él no


entiende cómo se relaciona la gente normal”.
“Recordemos, este hombre lleva solo nueve meses de conocer al
Señor”.

Percepción : Tu discípulo podría estar pasando por alto señales claves de


micro movimiento. El movimiento en la dirección correcta puede ser
bastante sutil de un mes a otro. Necesitas ayudarle a ser sensible al mínimo
progreso para que sea bueno animando.

“Si, ella cayó en pecado, pero ha pasado mucho más tiempo desde
que esto pasó la última vez. Un año atrás ella estaba cayendo varias
veces al mes”.
“¿Ella hizo eso? ¡Es impresionante! No creo que ella hubiera
podido hacer algo así seis meses atrás”.

“Si, ella no ha ganado a nadie para Cristo, pero está compartiendo


su fe. Eso es mucho mejor que otros creyentes”.

“¿Te diste cuenta que ella estaba preguntando por ese pasaje
bíblico? Seguro que ella estuvo leyendo”.
Negatividad : Satanás intentará agobiar a tu nuevo discipulador con
pensamientos negativos.

“No olvidemos que derrotas como estas son típicas en el ministerio.


Recuerdo algo similar con fulano, y él terminó bastante bien”.

“Si, quizás tengas que renunciar por ahora pero esta historia no ha
terminado. Un montón de gente en su situación cambia de parecer
después de un tiempo”.

“Dios es muy poderoso. Espero que no subestimemos su poder para


cambiar los corazones. Quizás en vez de desesperarnos, deberíamos
orar”.

Dando ánimo en general : Toma las oportunidades como apropiadas para


señalar cómo Dios está usando a tu discípulo para llevar verdadero fruto
espiritual.

“No sé si te das cuenta lo sorprendente que es, el haber sido usada


para persuadir a esta mujer para que tenga interés en alguien que no
sea en sí misma”.

“Oye, hubiera sido tan fácil renunciar hace unos meses atrás cuando
las cosas se veían sin esperanza. Pero ¡perseveraste y lograste la
victoria! Espero que recuerdes este giro cuando la decepción
golpee de nuevo”.
“Hace un año, estabas solo enfocado en tu supervivencia. Ahora
estás enfocado en ayudar a alguien más. Deberías sentirte bien por
tu progreso espiritual”.

Estas conversaciones típicas y registros de otras situaciones llaman al


discipulador creativo a involucrarse en un diálogo meditado cuando entrena.

Habilidades necesarias para entrenar

Entrenar es probablemente la parte más creativa de la tarea de discipular.


Los buenos entrenadores tienen que interpretar complicadas situaciones e
idear creativamente respuestas adecuadas. También deben tratar de anticipar
las necesidades y dificultades, para que puedan adelantarse con la
preparación necesaria. Este nuevo nivel de competencia ministerial requiere
nuevas habilidades ministeriales.

Mientras Jesús estuvo conduciendo su ministerio terrenal, él envió a sus


discípulos a viajes de corto plazo para difundir la palabra de Dios. Una
ocasión así fue la que está registrada en Lucas 10:

Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos para


enviarlos de dos en dos delante de él. ‘Es abundante la cosecha —
les dijo—, pero son pocos los obreros. Pídanle, por tanto, al Señor
de la cosecha que mande obreros a su campo. ¡Vayan ustedes! Miren
que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven
monedero ni bolsa ni sandalias; ni se detengan a saludar a nadie por
el camino. Cuando entren en una casa…quédense en esa casa, y
coman y beban de lo que ellos tengan, porque el trabajador tiene
derecho a su sueldo… Sanen a los enfermos que encuentren allí y
díganles: “El reino de Dios ya está cerca de ustedes”. Pero, cuando
entren en un pueblo donde no los reciban, salgan a las plazas y
digan: “Aun el polvo de este pueblo, que se nos ha pegado a los
pies, nos lo sacudimos en protesta contra ustedes… El que los
escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me
rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió.
Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos: Señor, hasta
los demonios se nos someten en tu nombre. Yo veía a Satanás caer
del cielo como un rayo —respondió él (vs. 1-11; 16-18).

En esta descripción vemos a Jesús usando una cantidad de habilidades


claves cuando entrenaba a sus discípulos.

Dirigiendo

Jesús era muy claro y directivo cuando tenía que describir las metas de la
misión. Él dio a los setenta y dos un cuadro de lo que él quería que ellos
lograran. Incluso habló de posibles supuestos y explicó cómo lidiar con
ellos. Él les dijo qué decir, qué hacer, dónde ir, a quién buscar, y cuándo
irse. Así que el liderazgo directivo es apropiado en especial para los
aprendices que tienen poca experiencia.

Pero, aunque él les dio directrices, todavía vemos la enorme


responsabilidad y libertad que dio a sus discípulos. Jesús confiaba en que, si
sus seguidores entendían el cuadro completo, junto con algunas directrices
específicas, ellos resolverían el resto.

Visión

Ya en un capítulo anterior hemos considerado la visión, pero ahora


necesitamos ver cómo la visión está expresada en el contexto del
entrenamiento. Cuando Jesús envió a los setenta y dos, él usó la visión de
tres maneras.

Primero, él explicó su misión de una forma que ellos pudieran visualizarla.


Mientras él explica yendo de ciudad en ciudad, es fácil imaginarse las cosas
que ellos debían hacer. Ellos necesitaban encontrar “una persona de paz”,
quedarse en su casa, aceptar su hospitalidad por el tiempo que él la
ofreciera, y predicar el reino de Dios. Mientras iban de ciudad en ciudad,
ellos no debían llevar provisiones. Es fácil imaginarse ser un viajero con las
manos vacías que busca la hospitalidad de extraños. Jesús quería que ellos
aprendieran cómo depender de la provisión de Dios.

Segundo, Jesús les ayudó a prever los potenciales fracasos que podrían
enfrentar. Él quería que ellos tuvieran el tipo de visión que ve más allá de
las circunstancias superficiales. Quizás habría personas que los
perseguirían. “Está bien” dice Jesús, “pueden verlos como lobos y a ustedes
mismos como ovejas en medio de ellos”. Quizás habría gente que los
rechazaría. “Está bien” dice Jesús, “sacúdanse el polvo de sus zapatos
cuando se vayan de ese lugar. Ellos no los rechazan a ustedes, sino a mí”.
Jesús no envía a los setenta y dos viendo todo color rosa. Él es bien honesto
acerca de las dificultades que pueden enfrentar, pero él quiere que vean más
allá de eso. Las apariencias pueden ser engañosas, pero lo que parece
fracaso, puede en realidad haber estado cumpliendo lo que ellos necesitaban
cumplir.
Por último, Jesús mira más allá del mundo natural, el mundo espiritual.
Cuando los discípulos volvieron llenos de gozo, Jesús elogió su trabajo con
una afirmación peculiar: “Vi a Satanás caer como rayo del cielo”. Algo de su
trabajo tenía consecuencias positivas que solo podían ser vistas con la ayuda
de Dios. Si Dios nos permite ver algo así, debemos compartirlo. Si Dios no
nos da ningún entendimiento de las repercusiones espirituales de nuestras
acciones, debemos simplemente perseverar en fe de que nuestras acciones
terrenales tienen consecuencias sobrenaturales.

Vemos también que Jesús dirigió su atención hacia su identidad, más que
hacia los resultados en el ministerio en el versículo 20: “Sin embargo, no os
regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que
vuestros nombres están escritos en los cielos (LBLA). Él estaba
enseñándoles que ellos necesitaban aprender a ministrar basados en su
identidad, no en sus obras.

Al entrenar a nuestros discípulos, queremos que ellos vean cómo es su


misión, la verdad espiritual detrás de las circunstancias difíciles, y la
realidad sobrenatural más allá de lo que ellos experimentan con sus sentidos.

Práctica

Los humanos aprendemos mejor a través de la práctica. Como


discipuladores, podemos ayudar a nuestros discípulos a practicar el
ministerio de dos maneras: jugando a intercambiar roles y comenzando el
ministerio real.

El intercambiar papeles puede ser complicado y despectivo, pero no tiene


que ser así. Por ejemplo, puedes sacar una situación que tú enfrentaste y
preguntar a tu discípulo cómo hubiera respondido en la misma situación.
Continúa haciendo preguntas hasta que obtengas una resolución satisfactoria.
O, trae a colación una situación que esté enfrentando y pregunta cómo planea
enfocarla. ¿Qué está planeando decir? ¿Qué espera que ocurra? y ¿qué hará
a su vez, si ocurre lo peor?

Además de practicar conversaciones y enseñanzas en tu tiempo a solas con tu


discípulo, los discípulos también necesitan saborear el hacer el ministerio
real. De la misma manera que Jesús dio a sus discípulos la oportunidad de
ministrar mientras él aún estaba físicamente con ellos, también tú debes
permitir que tus discípulos comiencen a ministrar mientras ellos están cerca
de ti.

Establecer objetivos

Dios no quiere que vivamos sin objetivos. Sin ordenar nuestros


pensamientos e intenciones, a menudo nos dejará en un surco centrado en uno
mismo, clamando de vez en cuando a Dios por ayuda. Por eso a algunos
fructíferos discipuladores les gusta establecer objetivos espirituales con sus
discípulos. Como dice el dicho “si no estableces un objetivo, lo harás
siempre”. Los objetivos espirituales no son opuestos a la fe. La Biblia
confirma el establecer objetivos espirituales. Pablo dice: “Así que yo no
corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire”
(1Corintios 9:26). En otras palabras, Pablo establecía objetivos y los
perseguía. [60]

Proverbios advierte que aquellos que rehúsan trabajar de acuerdo a un plan


acarrean desgracia: “Los que por pereza no aran en la temporada
correspondiente no tendrán alimento en la cosecha” (Proverbios 20:4 NTV).
Lamentablemente, muchos cristianos pueden también ser descritos en estos
términos. Al no trabajar con un objetivo, ellos no tienen cosecha.

Los discipuladores que practican el establecer objetivos con los discípulos


lo disfrutan y ven resultados sorprendentes, en especial cuando los objetivos
son entendidos bajo la gracia. [61] Asegúrate que los objetivos que establecen
juntos son alcanzables y medibles, así pueden celebrar el éxito juntos.

Bajo un enfoque de gracia para el establecimiento de objetivos, podemos


regocijarnos aun cuando un objetivo se cumplió solo parcialmente, ya que
los objetivos cumplidos parcialmente indican más crecimiento que no
cumplir objetivos en absoluto. La falta de propósito es mala, pero no peor
que el extremo opuesto del legalismo. La mentalidad legalista convierte los
objetivos en leyes que definen el valor de uno mismo. Los objetivos
espirituales son una herramienta, es decir, un medio para un fin, no lo
principal donde todo termina. Debes explicar cómo una persona bajo la
gracia vería ese fracaso: simplemente establecemos objetivos nuevos y lo
intentamos nuevamente.

Persuasión

Pablo dice: “Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de
persuadir a todos” (2Corintios 5:11). La capacidad de persuadir es de
importancia fundamental a todo obrero cristiano. En Proverbios leemos: “La
lengua del sabio hace grato el conocimiento” (Proverbios 15:2 LBLA).

Una de las mejores formas de persuadir a alguien es demostrar que lo


entiendes. Pasa tiempo orando por un amigo que quieras persuadir. Observa
e intenta apreciar más a tu amigo. Escucha cuando él ore, observa cuando él
sirve a otros, y qué cosas son las que lo hunden. La habilidad para entender a
los demás es un aspecto de la sabiduría.

Tu persuasión también crecerá si demuestras tacto y simpatía. La amabilidad


no es adulación. Puedes decir la verdad de una manera compasiva. A
menudo cuando somos duros con otros, hablamos más desde nuestra
frustración personal que de nuestra preocupación. Es fácil para la gente
coger esa frustración y desacreditar lo que tratamos de decir. Un enfoque
apacible generalmente toca a la gente de forma potente. “La lengua amable
quebranta hasta los huesos” (Proverbios 25:15b LBLA). No estamos
sugiriendo que nunca debas emplear el calor emocional. Jesús mismo
reprendió a sus discípulos en diversas ocasiones (por ej. Mateo 17:17). Pero
necesitas estar seguro de que tu ira es santa y de escoger tus batallas. Las
conversaciones con enojo deben ser escasas y controladas.

La adulación no es persuasiva. La honestidad, sí. “A fin de cuentas, más se


aprecia al que reprende que al que adula” (Proverbios 28:23; ver también
Proverbios 26:28b; 27:6). Si hablas la verdad mientras conservas la
intimidad de la amistad, tus amigos confiarán en ti y probablemente al final
aprecien cualquier cosa difícil que necesites decirles. Los aduladores
pierden el respeto porque ellos parecen ser superficiales y deshonestos.
Lo que algunos consideran persuasión puede estar cercano a mendigar.
Mendigar y hacer sentir culpable son solo efectivos para el cambio temporal
y superficial. La persuasión no es manipulación. La buena persuasión
involucra el uso eficaz de las Escrituras más que los textos fuera de contexto.
Los persuasores también son capaces de desarrollar buenos argumentos
crucialmente sanos que simplemente tienen sentido.

Entrenar involucra persuasión en miles de situaciones. Tu objetivo es


convencer a tus discípulos que un enfoque en particular es el correcto.
Cuando ves a un discípulo dar un enfoque cuestionable a una situación
ministerial, no digas simplemente: “No, hazlo de la otra manera”. Si
continuamente dices a los discípulos qué hacer, tú no desarrollas la
independencia en ellos. Pero si puedes razonar con ellos acerca de los
principios involucrados, equipas a los discípulos para entender las
situaciones similares en el futuro.

No solo esperarías ser persuasivo con tus discípulos, también debes tratar
de enseñarles cómo ser persuasivo con aquellos a quienes sirven. Pablo le
dice a Tito: “Esto habla, exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te
menosprecie” (Tito 2:15 LBLA). ¿Cómo podría Tito impedir que la gente
menospreciara lo que él decía? Este es probablemente un llamado a usar sus
poderes de persuasión, como también la convicción espiritual dada de parte
de Dios. Pablo le enseñó cómo persuadir a otros. Él debe haber usado su
propio ejemplo, como también la retroalimentación de los demás en lo que
era o no era persuasivo en la ponencia de Tito.

Discernimiento

El discernimiento es la habilidad para juzgar la diferencia entre lo bueno y


lo malo, verdad y falsedad, sabiduría y necedad. También implica la
habilidad para ver bajo la superficie los factores de causas subyacentes o
asuntos de carácter. Los siervos cristianos con buen discernimiento ganan
importante ventaja en el ministerio. Estos beneficios incluyen oportuno
reconocimiento de la necesidad, oportunidad o peligro y el ahorro
considerable de tiempo a través de la correcta selección, junto con el
correcto tratamiento de las necesidades y la resolución de problemas antes
de que se tornen demasiado grandes.
Cualquier cristiano puede adquirir esta habilidad. Hebreos enseña que: “El
alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los
sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal” (Hebreos 5:14 LBLA).
Los cristianos maduros han sido entrenados para discernir a través del
estudio profundo de la Biblia y la práctica regular. Este pasaje implica que
todos los cristianos pueden mejorar su habilidad para discernir. El
discernimiento está estrechamente asociado con la sabiduría en el libro de
Proverbios.

Sin discernimiento, los discipuladores son tomados por sorpresa en el


ministerio. Ellos no se darán cuenta que un discípulo está aislándose.
Entonces, cuando las cosas se ponen muy malas parece como una bofetada en
la cara. Sin discernimiento podemos perdernos las oportunidades para dar
consejos preventivos. Sin discernimiento podemos ser engañados por una
farsa. Podemos dar por perdido a alguien de buen corazón solo por su
tosquedad. Todo esto resulta por solo mirar lo externo. “De manera que
nosotros de ahora en adelante ya no conocemos a nadie según la carne”
(2Corintios 5:16 LBLA).

Muchas de las cosas que los discípulos necesitan discernir son subjetivas.
Por ejemplo, si una persona está intentando algo o fingiendo. ¿Cuáles son las
señales de esfuerzo real? O, ellos pueden necesitar discernir cuando alguien
está verdaderamente arrepentido, o si es mero remordimiento por haber sido
atrapado. Nuevamente, ¿cuál es la diferencia entre alguien anhelante por
Dios, versus ser diligente delante de él? Como discipulador, tienes que
pensar mucho sobre asuntos como estos. A lo largo de toda la vida
mejoramos al ejercitarnos en discernir.

El conocimiento bíblico nos ayuda a desarrollar el discernimiento


mostrándonos la perspectiva de Dios en la vida. Por ejemplo, en las
Escrituras aprendemos de la sicología del pecado. El pecado afecta la forma
en que pensamos y actuamos. “El malvado huye aunque nadie lo persiga”
(Proverbios 28:1). Alguien que está pensando sin ninguna intención oculta es
diferente de alguien que está pensando como un pecador. Reconocer esta
diferencia puede ser crucial.
Las personas que son buenas discerniendo también aprenden a ver más allá
de las apariencias. Encuentra cristianos maduros cuyo discernimiento tú
respetas y ponte como objetivo acudir a ellos para pedir consejo. Pregunta
cómo ellos llegaron a las conclusiones que ellos comparten contigo. Los
discipuladores sabios se dan cuenta de que el discernimiento no siempre
tiene que venir de adentro. A veces lo más sabio para hacer es buscar
consejo en alguien más.

La oración con una mente abierta es buena para el discernimiento.


Demasiado a menudo vemos lo que queremos ver más que lo que los hechos
frente a nosotros nos muestran, y Dios puede recordarnos eso. Observa los
factores engañosos comunes. “Ah, tuvimos una buena conversación”, es una
afirmación que con frecuencia escuchamos en conexión con el
discernimiento pobre. Las palabras cuentan menos que los hechos. De la
misma manera, al tratar con una persona obediente que te dice lo que quieres
oír, es muy fácil discernir de forma incorrecta. O, al tratar con una persona
malhumorada que actúa resistiéndose, es fácil pensar que es peor de lo que
realmente es.

En el entrenamiento, tú esperas mejorar el discernimiento de tus discípulos.


Muchas conversaciones de entrenamiento se centran en comparar el
discernimiento con relación a personas o situaciones las cuales ambas te son
familiares. Cuando ves las cosas diferente a tus discípulos, tienes la
oportunidad de preguntar cómo ellos llegaron a tener esas impresiones. Estas
conversaciones a menudo conducen a investigar las motivaciones de la gente
o los principios espirituales subyacentes. La dinámica del grupo, la obra de
Dios en la vida de las personas, la sicología de pecado, y las posibles
movidas de Satanás todas pueden surgir cuando se habla de discernimiento.

Parte de refinar el discernimiento incluye enseñar a los discípulos a no


discernir en exceso. Algunas personas asumen que ellos pueden decir lo que
otros piensan o sienten de una forma que se torna discriminatoria. El buen
discernimiento es principalmente útil para mostrarnos qué preguntas hacer.
Cualquier conclusión en áreas subjetivas como las actitudes o las
motivaciones secretas de los demás debe esperar confirmación a través de
los hechos, incluyendo las revelaciones o acciones de la propia persona. En
otras palabras, si pensamos que una persona está resentida con otra,
podemos hacer preguntas para descubrir la verdad. Pero cuando la persona
admite que está resentida, llegamos a una conclusión. Si sacamos
conclusiones apresuradas basados en nuestra supuesta habilidad para
discernir, a menudo dañamos las relaciones.

También deberíamos repasar con los discípulos las situaciones que


discernieron mal y preguntar por qué ellos creen que perdieron las señales.
Aprender buen discernimiento involucra muchas pruebas y errores. Ser
capaz de ver los errores en el discernimiento ayuda a evitar poner
demasiada confianza en su propio discernimiento. Aplicar los principios
espirituales de la palabra de Dios requiere práctica, como lo dice el autor de
Hebreos. Al guiar pacientemente a un aprendiz a través del proceso de
refinar su discernimiento, podemos aumentar en gran manera su
productividad para Dios y reducir la frustración.

Trata de revisar los objetivos del discipulado como está descrito en el


Apéndice 1 teniendo en mente a tu discípulo. Mirando la lista de
características como esta, mientras te vas preguntando “¿cuál de estas es un
punto doloroso para la persona?” podría ayudar a despertar el
discernimiento.

Si puedes entrenar a tus discípulos para el logro significativo en el


discipulado, los equiparás con todas las habilidades ministeriales más
importantes. Una vez que los creyentes logran el éxito en el discipulado,
generalmente ellos pueden volver a lograrlo vez tras vez en los siguientes
años.

CAPITULO 14

Entrenamiento del Liderazgo de Grupo

S I TODO va bien, algunos de tus discípulos deberían alcanzar un punto


donde ellos están listos para liderar un grupo. Creemos que la mejor manera
de entrar en el liderazgo es primero aprender a liderar a una persona. Si los
discipuladores aprenden a liderar a una persona satisfactoriamente a través
del discipulado, ellos están en una buena posición para intentar liderar un
número mayor.

Generalmente nos gusta ver a los discípulos liderar un grupo pequeño antes
de liderar un grupo más grande. Esto está en armonía con el principio de
Jesús que dice: “El que es honrado en lo poco también lo será en lo mucho”
(Lucas 16:10). También nos gusta ver potenciales líderes compartiendo
activamente su fe. Los líderes que no testifican generalmente no pueden
liderar a sus grupos para que testifiquen.

Si pones gente para enseñar y liderar que no ha testificado o tiene un


ministerio privado como el discipulado, estás presentando a la iglesia
modelos que son inadecuados y que enviarán señales mezcladas a los
miembros. Para desarrollar verdadero evangelismo y discipulado en el ADN
de tu iglesia, necesitas tener cuidado acerca de a quién pones en roles
públicos, como enseñar. En nuestra opinión, el tener conocimiento,
antigüedad, entrenamiento, o dones para hablar no es suficiente. También
creemos que el resto de la iglesia observa a quién respetamos y honramos
como modelos de roles, y por lo tanto, servicio eficaz y convincente en el
ministerio no público es un prerrequisito para los roles públicos. En otras
palabras, si alguien desea enseñar o liderar, las prioridades son:

1. Enséñate y lidérate a ti mismo : gana las cualidades de carácter


típicas de un creyente serio.

2. Enseña y lidera una o más personas : gana un discípulo


(preferentemente un nuevo convertido) o dos o tres y demuestra que
puedes guiarlos al compromiso y cambio de vida.

3. Enseña al público : primero en grupos pequeños y luego en grupos


más grandes.

Comienzo

¿Cómo termina tu discípulo liderando su propio grupo? Él puede iniciar un


estudio bíblico en su vecindario o en su trabajo con amigos. O tu grupo en
casa puede estar listo para plantar un nuevo grupo a través de la
multiplicación. En un enfoque orgánico, cualquier discípulo que está listo
para liderar un grupo tendrá uno o más discípulos y otras personas que
fueron traídos por él o sus discípulos. Estos serían en forma natural los
primeros miembros del nuevo grupo. El enfoque de tu iglesia para la réplica
de grupo será un factor importante.

El liderazgo de grupo representa un nuevo nivel de responsabilidad, con


nuevos peligros y oportunidades. Si has preparado bien a tu discípulo, él
debería tener una buena posibilidad de ascender hacia este rol con éxito.
Pero tendrás que continuar entrenándolo por al menos varios meses, tratando
de construir el éxito. La gente que logró liderar bien sus propios grupos
generalmente retiene un alto nivel de motivación en forma indefinida.

Una forma de comenzar el entrenamiento del liderazgo de grupo es co-


liderar el mismo grupo con tu discípulo por un período de tiempo. Al liderar
juntos, tienes la posibilidad de ver cómo piensa tu discípulo en situaciones y
gente que tú conoces personalmente. De esa manera, puedes comparar tu
propio pensamiento con el suyo. Si lideras un grupo en casa, podrías tener
tu(s) potencial(es) líder(es) sentado(s) en tus reuniones de liderazgo por
unos meses antes de enviarlos con su propio grupo. En nuestra iglesia,
rutinariamente el equipo de liderazgo potencial se reúne con el equipo
existente por varios meses antes de plantar un grupo. De esta manera,
podemos ver la dinámica de su nuevo equipo y tener posibilidades extras
para comentar asuntos que vemos en sus vidas privadas o ministerios. Al
mismo tiempo, los nuevos líderes pueden ver cómo el equipo mayor se
relaciona y toma decisiones. Podemos modelar la dinámica de equipo para
ellos: mostrando respeto mutuo, hablando abiertamente sobre diversos
asuntos, enfatizando la oración, ánimo, unidad, etc.

Algunas iglesias tienen grupos liderados por equipos de líderes. Otras tienen
un solo líder. Pero si tu discípulo es el único líder reconocido en el grupo,
necesitará formar un grupo de compañeros que le ayuden a liderar el grupo, y
esto es realmente un equipo.

Un satisfactorio grupo en casa debe mantener la unidad de sus líderes y sus


integrantes más influyentes. Los liderazgos desunidos son incapaces de
liderar crecimiento en un grupo. Para mantener la unidad del grupo los
discípulos tienen que aprender cómo manejar sus conflictos en forma madura
y rápida. Tu tarea es enseñar a tus discípulos cómo trabajar con su equipo
para desarrollar la unidad y la motivación. Tu propio ejemplo puede ser el
mejor maestro. Sin embargo, también deberías revisar principios como los
del Apéndice 11, “Principios para fomentar equipos de liderazgo exitoso”.

Si muestras a tu discípulo cómo desarrollar un equipo ministerial unido, le


habrás dado la herramienta ministerial posible más potente. Los líderes de
calidad son consistentemente capaces de formar equipos de gente que
disfrutan trabajando juntos. Juntar a la gente y ayudarles a superar las
barreras del entendimiento, los resentimientos personales, celos y prejuicios
es el trabajo típico de los líderes.

Los buenos líderes pueden involucrarse en el manejo del conflicto con


resultados pacíficos. De un equipo unido de líderes con opinión surge un
consenso que motivará muchos grupos.

La teoría del liderazgo

Muchos cristianos no están totalmente conscientes de cómo debe ser un


liderazgo. Quizás tengas que ofrecer instrucción en las áreas de
responsabilidad de liderazgo y características de ese liderazgo. Una visión
de un liderazgo de servicio, en el Señor, facilitador, no controlador puede
ser extremadamente motivador.

Los líderes cristianos tienen responsabilidades espirituales. Como líderes


cristianos somos responsables delante de Dios por la forma en que nos
conducimos. Santiago 3:1 dice: “los que enseñamos seremos juzgados de una
manera más estricta” (NTV). Antes de enviar a alguien como líder, necesitas
estar seguro de que conoce qué roles debe cumplir. Los líderes cristianos
tienen que funcionar en diversas áreas, y como líderes algunos se
desempeñarán mejor en unas áreas que en otras. Los líderes deben evaluar
sus propias fortalezas y debilidades, sin dudar de pedir ayuda en sus áreas
débiles cuando sea posible. [62]

Al mismo tiempo, todos los líderes necesitan estar preparados, en principio,


para desempeñarse en todas estas áreas según la ocasión. En el Apéndice 12
hemos incluido un resumen de los principales deberes bíblicos que los
líderes deberían cumplir. Este sería un buen estudio para hacer con tus
discípulos antes que ellos sean puestos como líderes. Al enseñar a tus
discípulos lo que deben y no deben hacer los líderes, tú les proteges de ser
manipulados más tarde, para asumir roles indebidos.

Delegar y empoderar

Cuando tu discípulo comienza a liderar su propio grupo, debes entrenarlo en


el proceso de delegar liderazgo a los miembros en el grupo que llegarán a
ser los próximos líderes. Los entrenadores pueden ayudar con el
discernimiento necesario durante el proceso de entrenar y dar poder a los
nuevos líderes.

En primer lugar, debemos observar las señales de que nuestros discípulos


están tratando de hacer todo en su nuevo grupo. Los nuevos líderes a menudo
erróneamente piensan que ellos son responsables por todo el trabajo
espiritual en su grupo. Quizás sean débiles en habilidades para delegar.
Cada vez que encontramos líderes nuevos que informan que están cansados o
“estresados” en su nuevo grupo, debemos averiguar si algo del trabajo
podría ser delegado a otros en el grupo. Tenemos que recordarles a los
líderes que su rol no es principalmente pescar, sino enseñar a otros a pescar.
Sentirse estresado o agotado puede también ser el resultado de no depender
de Dios para los resultados en el ministerio.

Otra área donde los entrenadores pueden ser de ayuda en este proceso, es en
el discernimiento de asignar tareas para la gente que está lista. Un exceso en
el delegar podría conducir al desánimo si ponemos a la gente en posiciones
para las cuales aún no está lista; y así terminar en fracaso. Pero al mismo
tiempo, la gente necesita ser puesta bajo presión o su crecimiento se
atrofiará. Así que, dado que esta área no siempre es fácil de determinar, es
útil que los nuevos líderes y los entrenadores tengan conversaciones
frecuentes al respecto.

Enseñanza
Los discípulos que buscan el liderazgo generalmente necesitan aprender
cómo enseñar las Escrituras o dirigir las conversaciones. Esto involucra
dones espirituales, pero también son habilidades que se aprenden, y
podemos potenciar en gran manera la habilidad de un discípulo para
comunicarse con los grupos a través de un cuidadoso entrenamiento.
Comienza este entrenamiento mientras tu discípulo está todavía en tu grupo.
De esa manera, puedes escucharlo enseñar o dirigir una conversación y
sabrás de seguro que él puede comunicarse en forma efectiva en grupo.
Enseñar o predicar generalmente involucra grupos más grandes como las
iglesias en casa, grupos de jóvenes, clases de niños, o eventos especiales.
En general, tendrás que mostrar a tus discípulos cómo preparar una
enseñanza bíblica.

Asegúrate que ellos sepan cómo desarrollar los elementos claves que deben
estar presente en toda enseñanza. Introducciones que cautivan la atención,
conclusiones que resumen el cuadro completo de una manera que la gente
recordará, y contenido claro en el cuerpo de la enseñanza.

A nosotros también nos gusta enseñar a los discípulos cómo presentar la


información en un formato tesis-antítesis. En este enfoque, cada punto
principal está argumentado junto a una antítesis. La antítesis es lo que
argumentamos en contra. El enfoque: “queremos hacer esto, no eso” o “Esto
es verdad, no lo que alguna gente cree”, añade conflicto e interés a una
enseñanza. A la gente le gusta debatir, y en este enfoque, el maestro debate
consigo mismo.

Aun cuando los discípulos tienen excelente contenido en su enseñanza, ellos


a veces carecen de influencia o sentimiento en su presentación. La mayoría
de la gente se siente cohibido al hablar a grupos, por lo que quizás
necesitemos darle aportes y observaciones a su presentación. Deberían
aprender a controlar su volumen, las expresiones faciales, contacto visual y
lenguaje corporal.

Si es posible, en especial cuando un discípulo está comenzando a aprender


cómo hablar en grupo, pídele que traiga su enseñanza y practique contigo.
Esto sirve para dos propósitos: le ayuda a acostumbrarse a dar su enseñanza
frente a una audiencia, y te da la oportunidad de compartir indicaciones que
podrían mejorar la enseñanza. Tu esfuerzo debe ser para contribuir al éxito
en los primeros esfuerzos de enseñanza. Esto evitará que tu discípulo
desarrolle sentimientos de aversión a hablar en público.

Dirigir la conversación

Aún más común que la enseñanza en público, es dirigir conversaciones de


grupo. Dirigir conversaciones de grupo no requiere ningún don espiritual en
particular, por lo que la mayoría de los discípulos deben ser capaces de
aprender cómo dirigir una conversación hábilmente. Desarrollar esta
habilidad dará poder a nuestros discípulos para dirigir en forma efectiva
grupos más pequeños donde mucho del ministerio ocurre.

Al enseñar habilidades de conversación, necesitamos cubrir las principales


secciones en una conversación guiada:

Introducción

En nuestra introducción, tocamos las habilidades del hablar en público. El


líder debe estimular y entusiasmar al grupo acerca del tema en
consideración. Durante esta primera parte de la reunión, la carga está
completamente sobre el líder para elevar la conciencia del grupo con
respecto a los temas. Esto se hace definiendo cuáles son los temas, y por qué
son urgentes. Si esta parte va bien, el líder habrá logrado el interés. La gente
se reacomoda en el asiento, fruncen el ceño, sonríen, ríen y de otras maneras
muestran que han sido impactados emocionalmente, ya sea estimulados,
perturbados, provocados o inspirados.

Sondeos

En seguida, el líder normalmente introducirá “sondeos” o preguntas con la


intención de incitar a los miembros hacia una línea de pensamiento.
Necesitamos enseñar a nuestros discípulos cómo idear sondeos efectivos
para llevar a una buena conversación.

Lo más importante para explicar aquí es que la conversación no es


recitación. El recitar es cuando el instructor llama al grupo a aclarar el
contenido o hace preguntas que requieren conocimiento específico de
contenido de estudio. Por ejemplo, “dónde Pablo enseña al cuerpo de
Cristo”, es una pregunta de lectura porque requiere conocimiento previo que
es leído en el grupo. Esto no conducirá a conversación.

Por otro lado, las preguntas para debate requieren creatividad, resolver
problemas, opinión y experiencia personal. Por ejemplo, tú podrías poner
una aparente contradicción en tu introducción y preguntar al grupo cómo
podría ser resuelto. Por ejemplo: “Pablo dice ‘el conocimiento hace
arrogante, pero el amor edifica’ en un pasaje y ‘que tu amor sobresalga en
todo conocimiento y discernimiento’ en otro. ¿Cómo conciliamos estos
dos?”

O podrías preguntarles cómo una verdad en particular puede aplicarse ya sea


a la vida en general o a supuestas situaciones específicas. “¿Cómo aplicarías
esto a alguien que está preocupado por falta de dinero?” El punto de hacer
buenos sondeos de conversación es estimular el pensamiento y compartir que
está accesible para cualquiera. No necesitan saber el material de antemano,
sino que tienen que involucrarse con el tema. Preguntas excesivamente
simplistas y preguntas de si y no, también hacen que los sondeos sean
pobres.

Respuestas

A medida que la gente sugiere respuestas, el líder del debate debe


responder. Responder durante la conversación es una habilidad compleja
que involucra un breve resumen de lo que la persona quiso decir, aprobación
por sus esfuerzos para compartir y un llamado al grupo buscando más. Pero
las respuestas no pueden ser largas. El líder no debe dar mini sermones
después de cada comentario del grupo porque la discusión colapsará. Luego
también, el líder debe decidir cuándo avanzar hacia otro tema. Estas
habilidades y las otras involucradas en la conducción de una conversación
satisfactoria lleva práctica, y puedes entrenar mejor a tus discípulos si
participas de oyente en las conversaciones que ellos lideran.

Puedes hacer una crítica del contenido y forma de hablar después de una
sesión de práctica, o después de una enseñanza real o intento de conducir una
conversación. Debes ser cuidadoso de no ser demasiado crítico, pero los
discípulos no avanzarán a menos que estés dispuesto a dar la corrección
necesaria. Considera grabar una enseñanza o conversación y revisarla en
forma interactiva con tu discípulo. Asegúrate de señalar los puntos buenos
como también aquellos que necesitan ser mejorados.

Cualquier discípulo que aprende a dar enseñanzas o conversaciones que


edifiquen tiene una valiosa herramienta ministerial que aumentará su
credibilidad y conducirá a oportunidades adicionales de ministerio.

Evaluación de un grupo

Hebreos 13:17 menciona otro rol para los líderes: “cuidan de ustedes”. Los
líderes necesitan vigilar la salud espiritual de su iglesia. Como los buenos
pastores cuidan sus ovejas, necesitamos ser pastores que siguen el ejemplo
de Jesús. Un buen líder periódicamente se hace preguntas como: “¿Hay
alguna tendencia no saludable en nuestra iglesia? ¿Cuál es la causa? ¿Qué
podría ayudar para cambiar esto?”

Si tienes un discípulo conduciendo un estudio bíblico o un grupo, necesitas


mostrarle cómo pensar estratégicamente acerca del grupo. Los buenos
líderes están continuamente haciéndose preguntas acerca de la salud del
grupo. Solo los líderes más naturalmente instintivos se hacen estas preguntas
por iniciativa propia. Con la mayoría de los discípulos, deberías analizar
qué preguntar en diversas áreas. Mientras más específicas son estas
preguntas, más podemos confiar en nuestras evaluaciones. Considera revisar
preguntas como las del Apéndice 10: “Evaluando tu grupo” con tu discípulo.

CAPITULO 15

Soltar: La Preparación
E L SOLTAR A UN DISCÍPULO significa que nuestra tarea está casi
completa. Cuando liberamos a los discípulos, los enviamos a continuar sus
propios ministerios con mucho menos ayuda regular nuestra, excepto el
apoyo que sea necesario. Tarde o temprano, si vamos a continuar formando
nuevos discípulos, tenemos que dejar que los antiguos se vayan. En la
mayoría de los casos, debería ser un proceso natural en el que tanto el
discipulador como el discípulo están de acuerdo. Sin duda ustedes
continuarán disfrutando de su amistad, pero ahora de forma un poco más
distante. Probablemente no tendrán tiempo para reuniones semanales, pero
pueden continuar juntándose ocasionalmente.

La forma más natural de despedir a los discípulos es en relación con la


multiplicación del grupo. Si lideran juntos con tu discípulo por un tiempo, y
tu grupo está creciendo, en forma natural alcanzan un punto donde necesitan
multiplicarse y comenzar un nuevo grupo. En ese punto, tus discípulos salen
a liderar sus propios grupos en forma independiente. En el modelo usado en
algunas iglesias, los discípulos maduros salen solos a comenzar un nuevo
grupo que puede estar constituido por gente de la iglesia ampliada y que
quiere unirse al grupo en casa. En otros casos, los discípulos comienzan un
nuevo grupo desde cero, a menudo con amigos y vecinos a quienes les han
testificado. En las iglesias sin grupos en casa, un discípulo puede unirse al
equipo de un ministerio diferente, o pasar a un área diferente de ministerio
dentro del mismo equipo.

Solo porque tus discípulos comiencen a liderar sus propios grupos no


significa que has terminado. Aunque el proceso de soltar puede comenzar
cuando los discípulos comienzan a liderar sus propios grupos, podría no
completarse por meses. Debes continuar reuniéndote con ellos por algún
tiempo para monitorear su proceso con el nuevo grupo y continuar
entrenándolos hasta que veas que ya no te necesitan. También tienes que
asegurarte de que se han cubierto los puntos claves que les ayudarán a
resistir los rigores del servicio cristiano. Solo entonces estarás listo para
soltarlos completamente.

Enseñanza de la parte de Dios en el ministerio


Si nuestros discípulos van a sobrevivir y florecer en el liderazgo, ellos
deben desarrollar un claro entendimiento y dependencia de la parte de Dios
en el ministerio. Prepárate para enseñar específicamente qué debemos
esperar que Dios supla en nuestros ministerios. Muchos tienen una idea vaga
de que Dios debería ayudar pero quizás no entienden cómo orar. Deberíamos
enseñarles a buscar la ayuda de Dios en dos áreas claves.

En primer lugar, Dios quiere dirigir nuestros ministerios. Los líderes deben
acudir a las Escrituras y al Señor en oración, buscando conocer su voluntad
para su ministerio. El ministerio que se aparta de la dirección de Dios puede
llevar algo de fruto, pero se convierte en “madera, heno y hojarasca”
mientras más se aleja de la dirección del Espíritu Santo (1Corintios 3: 10-
15). De manera interesante, Dios parece dispuesto a continuar usando
algunos ministerios que se alejan del objetivo, aparentemente porque él pone
un valor más alto en alcanzar al perdido que en la fidelidad a su dirección.
Pablo observó este fenómeno en Roma (Filipenses 1: 15-18 ver también
Marcos 9:38-40). Aun en 1Corintios 3, la “madera, heno y hojarasca”
pueden ser usadas por Dios, pero no recibirán recompensa. De hecho, en la
Biblia abundan ejemplos donde Dios continuó usando líderes que iban por
mal camino, y a veces por muy mal camino. ¿Qué debemos concluir?

Dirección

Por un lado, como Dios quiere dirigir nuestros ministerios, debemos buscar
esa dirección a menudo y encarecidamente. Aun cuando Dios puede
continuar usando los ministerios que se alejan del objetivo, asumimos que
llevaremos más fruto espiritual mientras más cerca estemos de su ideal. Esto
es cada vez más obvio de acuerdo pasa el tiempo. En el corto plazo, el
ministerio basado en el hombre puede verse bien, pero tiende a deteriorarse
con el tiempo o trae deshonra al nombre del Señor. Por otro lado, las
personas no deben quedarse paralizadas por la idea de “a menos que sepa
exactamente lo que Dios quiere en cada situación, no puedo seguir adelante”.
Debieran sentirse libres de seguir adelante basados en el conocimiento
general de lo que Dios quiere, y en las áreas en que no estén seguros, pueden
permanecer abiertos a cualquier corrección del rumbo que Dios pueda
querer mostrarles, sabiendo que él no los dejará caer en daño irreversible
(Filipenses 3:15).
La dirección de Dios no solo se extiende a los asuntos importantes como
predicar la palabra o discipular a otros, sino a áreas más subjetivas como
cuando alguien está listo para el liderazgo, o a quién escogemos para
discipular. Los maestros tienen que consultar a Dios acerca de qué
perspectiva dar al enseñar sobre un texto en particular. Los evangelistas
preguntan cuándo hacer un llamado más directo al perdido. Los líderes
deben suplicar buscando entendimiento sobre cuánto esperar de un discípulo
en particular. Todos los creyentes necesitan discernimiento acerca del
próximo movimiento de Satanás. En definitiva, hay miles de decisiones en el
ministerio que requieren de la guía divina.

Empoderar

Segundo, Dios quiere empoderar nuestros ministerios. La declaración de


Jesús de que “separados de mi nada podéis hacer” (Juan 15:5) es
nuevamente una figura literaria. Él no quiere decir que no podemos hacer
nada de nada, sino que no podemos hacer nada de valor espiritual separados
de él. Como líderes cristianos, nos damos cuenta de que dependemos
absolutamente de Dios para cosas como estas:

Evangelismo. Mientras una buena conducta, paciencia, buenos


argumentos y sinceras súplicas importan para el evangelismo, solo
el Espíritu Santo puede finalmente convencer a una persona de su
necesidad de Cristo y llevarle al arrepentimiento (Juan 6:65).

Convicción. Podemos predicar la verdad, pero dependemos de Dios


para poner convicción en el corazón de la gente para seguir la
verdad. Aparte de la convicción espiritual, la gente escuchará la
verdad con curiosidad pasiva. Este es probablemente el poder a que
se refería Pablo en 1Corintios 4:20 “Porque el reino de Dios no es
cuestión de palabras, sino de poder”.

Desarrollo del carácter cristiano. Ningún fanfarroneo ni golpes de


Biblia transformarán las vidas humanas, “porque Dios es quien obra
en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito”
(Filipenses 2:13 LBLA).
Derribando a Satanás. ¿Cómo podría un ser humano esperar
impactar a un ser espiritual como Satanás apartado del poder de
Dios? (2Corintios 10: 3-5; Romanos 16:20).

Las reuniones cristianas llenas con poder espiritual. Pablo pide a


sus amigos que oren para que le sea “dada la palabra” cuando
predique (Efesios 6:19). Él sabía que la predica debe ser ungida por
el Espíritu Santo para que sea efectiva.

No entender o no creer en el rol de Dios en el ministerio siempre tendrá


resultados negativos. Estos resultados incluyen arrogancia durante los
tiempos “propicios”, como también pánico, agresividad y desánimo durante
los tiempos “no propicios”. Por otro lado, en la dependencia del rol de Dios
en el ministerio fomentará la humildad agradecida durante los tiempos
“oportunos”, y perseverancia estable durante los tiempos “no oportunos”
(2Timoteo 4:2). Aquellos que dependen del rol de Dios en el ministerio
tienen la confianza en la idoneidad de Dios para ministrar a través de ellos.

Cuando nuestros discípulos logran el equilibrio en su visión de la parte de


Dios y la parte humana en el ministerio, sus ministerios reflejarán ese
equilibrio. Probablemente estarás observando señales de desequilibrio en
esta área inclusive hasta el momento en que estás soltando a tus discípulos.

Perspectiva de fracaso

Un objetivo clave con los discípulos que egresan es asegurarse de que ellos
desarrollen una teología bíblica del fracaso. Los siervos experimentados de
Dios saben que el ministerio verdadero incluye fracasos como también
éxitos, y generalmente más fracasos que éxito. Esto podría incluir fracaso en
su nuevo grupo. Algunos líderes nuevos se vuelven blandos al experimentar
demasiado éxito. Esos líderes son como un niño montando una bicicleta con
ruedas auxiliares y que piensa que verdaderamente ha aprendido a andar en
bicicleta. Sus padres le advierten: “es un poquito más difícil cuando se
quitan las ruedas”, pero hasta que de verdad se las sacan, el niño continúa
disfrutando una falsa sensación de dominio. Una vez que las ruedas son
quitadas, el niño quizás tenga que sufrir unas pocas y desagradables caídas
que lo harán llorar, y hasta rehusarse a montar en bicicleta nuevamente. Pero
si no se sacan las ruedas, él nunca aprenderá a andar en bicicleta. El
liderazgo exitoso de un grupo de personas para Dios es una tarea compleja
que toma tiempo aprender. Como cualquier tarea complicada, no hay razón
para creer que tendremos éxito la primera vez que intentemos hacerlo, por no
hablar de cada vez que lo hagamos.

En nuestro entrenamiento, el fracaso ha jugado un papel destacado, y de


hecho, un papel crucial que el éxito no hubiera podido jugar. Hemos
fracasado en el liderazgo de grupo, donde los grupos se desintegraron a
pesar de nuestros mejores esfuerzos. Hemos fracasado en evangelismo,
discipulado personal, y variados proyectos ministeriales, a menudo con
vergüenza y una sensación de desgracia pública. Aunque no nos gusta el
fracaso, nos damos cuenta más y más que nada nos enseña más que nuestros
fracasos.
Dennis : Hace unos años, me pidieron que enseñara a un grupo de jóvenes
atletas de un instituto de la zona. Llevé a un amigo que estaba discipulando
en ese tiempo, y comenzamos a reunirnos con este entusiasta grupo de
veinticinco o más nuevos prometedores cristianos. Por seis meses, hicimos
reuniones que en su mayoría parecían ser bastante buenas. Pero por alguna
razón, comenzó a bajar la asistencia en forma continua. Dentro de seis
meses, la asistencia se había reducido a menos de diez estudiantes. Y de ahí
continuó bajando. Finalmente, dos o cuatro jóvenes seguían viniendo. Pero
nosotros seguimos adelante. Una tarde al comienzo del verano, llegamos a la
casa donde era el estudio esa semana, y ¡no había nadie en la casa! Nos
sentamos en el césped del antejardín y esperamos hasta media hora después
que se suponía que comenzaba el estudio. Nadie llegó. Me volví hacia mi
amigo y le dije: “Pienso que hemos terminado nuestro trabajo aquí”.

No todos los fracasos son tan claros. Pero hemos presidido docenas de
fracasos de grupos y proyectos. ¿Por qué Dios permite que el fracaso ocurra
a siervos sinceros? Asegúrate de considerar esta pregunta con tus discípulos
antes de que ellos experimenten el fracaso, para que ellos sepan qué pensar
cuando ocurra.

Del fracaso aprendemos a ser efectivos. La guía bíblica es importante en el


ministerio, pero todavía tenemos que aplicar la enseñanza bíblica área tras
área, y estos son a menudo criterios que requieren sabiduría y experiencia.
El éxito en el ministerio puede a menudo conducirnos a conclusiones
erróneas. Supón que concluimos, basados en nuestro éxito, que nuestros
métodos ministeriales deben ser extraordinariamente buenos. En el
intertanto, nuestro éxito puede ser el resultado de algo completamente
diferente de lo que pensamos. Nuestra atribución del éxito a nuestros
métodos superiores puede ser errónea, pero en general no tenemos forma de
saber eso hasta que fracasamos usando esos mismos “métodos milagrosos”.
La experiencia del fracaso nos sume en un estado de asombro y desilusión, y
este confuso estado mental es exactamente lo que Dios necesita para
sacarnos de nuestro paradigma impulsado por el ego. Solo entonces
podemos escuchar nuevas ideas, nuevas formas de explicar los éxitos
pasados, y desarrollar pensamientos originales para el futuro.

A través del fracaso aprendemos a depender de Dios (2Corintios 11: 30-33).


En el corazón de nuestra carnalidad en el liderazgo a menudo hay una actitud
autosuficiente. Nuestra pobre vida de oración es una señal de advertencia,
pero encontramos fácil ignorarla. El fracaso es mucho más difícil de ignorar.
Cuando fracasamos primero en una dirección y luego en otra, Dios puede
arrinconarnos hacia conclusiones que no estábamos dispuestos a contemplar
antes. Una creciente sensación de ineptitud en lo más profundo comienza a
poner una nota de precaución en todo lo que hacemos. Irónicamente, esta
sensación de impotencia crece al mismo tiempo que sabemos que nuestra
competencia en las habilidades ministeriales aumenta. Esa tensión interna es
exactamente lo que Dios usa para convencernos que solo él puede llevarnos
al éxito espiritual definitivo. Como Pablo lo expresa: “Pero tenemos este
tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea
de Dios y no de nosotros” (2Corintios 4:7 LBLA).

A través del fracaso aumentamos nuestro discernimiento: Uno de nuestros


problemas en el ministerio podría ser que estamos impulsando los objetivos
erróneos. A menudo asumimos que los buenos resultados, como grandes
números, son la voluntad de Dios. Podemos pensar que cierto tipo de
personas son mejores para liderar. Estas suposiciones pueden estar en parte
correctas, pero a menudo pasan por alto importantes excepciones que
podrían conducir a injusticia o corrupción en la iglesia. Dios a menudo nos
muestra a través del fracaso que estamos viendo las cosas de forma
superficial y que necesitamos objetivos que estén más en armonía con el
cuadro total. Podríamos percatarnos de que nuestro pragmatismo conduce a
resultados externos sin la realidad espiritual interna. En otros momentos,
podemos ver que nuestra sobre espiritualidad nos ha llevado a ignorar los
hechos puros y duros de nuestra situación.

A través del fracaso aprendemos a ministrar bajo la gracia. Quizás Dios


tenga que trabajar en nosotros por años para llevarnos al lugar donde
entendemos en nuestro corazón cómo es posible que nuestras habilidades
importan, pero sin ningún egocentrismo por ese hecho. Muchos ministros
jóvenes insisten en basar su identidad en los resultados de sus ministerios.
Generalmente, solo el fracaso profundo nos convencerá de que “Yo soy la
vid… separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5), sin embargo,
necesitamos trabajar duro (ver 1Corintios 15:10). Esta es la actitud
paradójica del obrero maduro, una actitud a la que solo se puede acceder a
través de una combinación de éxito y fracaso.

A través del fracaso desarrollamos convicciones espirituales profundas


acerca del ministerio: Muchos de nosotros nos emocionamos al hacer el
ministerio por las apasionantes experiencias que tenemos mientras lo
hacemos. Tales profundas experiencias son algunos de los más gratificantes
placeres que podemos experimentar en la vida. En un nivel, Dios debe
confirmar nuestro buen sentir por la victoria en el ministerio, ya que él dice
que seremos más “felices” si servimos (Juan 13:17). Pero sentir placer no es
el motivo fundamental para servir a Dios. Debemos aprender a hacerlo
porque Dios lo quiere, aun si nadie más lo desea, aun si no tenemos éxito, y
aun si nos acarrea dolor y frustración. 1Corintios 4:2 dice: “se requiere de
los administradores que cada uno sea hallado fiel”. Él no dice “exitoso”,
sino “fiel”.

El fracaso separa los derrotistas de los siervos. El fracaso es una


experiencia dolorosa que pone la interrogante directamente: ¿Voy a seguir
haciendo algo que a menudo me causa dolor? Dios también usa otras
experiencias dolorosas para poner esta interrogante, tales como traición de
los amigos, desconfianza, falta de aprecio, y acusaciones de nuestra gente.
Pero el fracaso parece ser la suprema experiencia negativa. Dios quiere
saber si estamos preparados para servir en fracaso, o solo en éxito. En
2Timoteo 4:3 Pablo insta a Timoteo “insiste a tiempo y fuera de tiempo”. El
llamado de Isaías en Isaías 6:8-13 prometía un ministerio caracterizado por
el fracaso desde principio a fin. Pero Isaías estuvo dispuesto y fue fiel a ese
llamado, y fracasó. Nadie nunca escuchó a Isaías, y todos los juicios de los
que él advertía eventualmente ocurrieron. Y esto a pesar del hecho de que
¡pasó tres años predicando desnudo! (Isaías 20: 2, 3). ¡Hablando de trabajo
duro! Quizás no seamos llamados a algo tan difícil como Isaías, pero Dios
probará a cada ministro en este punto (a menudo a través del fracaso) para
purificar tus motivos.

El líder así de quebrantado a través del fracaso se convierte en herramienta


útil en las manos del Señor. Pero los líderes no quebrantados son una
amenaza para la salud y espiritualidad de la iglesia. Los líderes
acostumbrados solo al éxito, se convierten ellos mismos en personas
difíciles de liderar. Ellos están siempre convencidos que están bien y
lucharán para preservar su posición como si su autoestima dependiera de
eso, lo cual a menudo es así. En su miedo al fracaso, ellos pueden volverse
absolutamente poco éticos y manipuladores. Cuando el éxito se convierte en
lo principal en el ministerio, Dios debe derribar ese ídolo. El fracaso puede
llegar en otra área que no es nuestro ministerio principal, pero es seguro que
llega.

Los líderes no experimentados en el fracaso no solo temen al fracaso en


ellos mismos, sino también en otros. Ellos podrían no estar dispuestos a
dejar que otros tengan la posibilidad de fracasar, y esto conduce a delegar
poco en el discipulado. Los líderes jóvenes casi nunca son tan competentes
como los antiguos, y la historia muestra que ellos están más propensos al
fracaso. Pero esta observación nos conduce a la interrogante: ¿Es ese
fracaso necesariamente algo malo? Argumentamos que no es necesariamente
malo, en especial cuando nuestros nuevos líderes han sido bien entrenados
en su visión del fracaso. Aquellos que tienen miedo al fracaso tienden al
tradicionalismo que busca proteger el ministerio existente más que abrir un
nuevo ministerio. Cuando la iglesia se vuelve tradicionalista y auto
protectora, pierde el espíritu ofensivo que se necesita para la guerra
espiritual. Terminamos siendo incapaces de penetrar sectores duros de la
comunidad no cristiana.
Es bueno convencer a nuestros discípulos de que ¡nada les hará progresar
más que tener algún buen fracaso en su haber! Podemos asegurarles que no
es tan malo cuando te haces a la idea, y el fruto a la larga vale la pena.

La experiencia del fracaso es siempre una crisis, porque Satanás vendrá y


les sugerirá que Dios les abandonó o que ellos no son dignos para ese
trabajo. Por lo tanto, debemos preparar en forma activa a nuestros discípulos
para el fracaso, como también para el éxito.

Si nuestros discípulos tienen miedo al fracaso, diles que se pregunten a sí


mismos, “¿Qué es lo peor que puede pasarme si fracaso?” ¿El fracaso en el
ministerio verdaderamente pone en peligro nuestras vidas, o solo nuestro
ego? El ministro egocéntrico tiene miedo al fracaso principalmente porque
tendrá que admitirlo delante de colegas u otros, a quienes espera
impresionar. Solo imaginándose admitir su derrota puede hacer que el líder
impulsado por el ego entre en pánico de auto protección. Pero Dios nos
llama a negarnos a nosotros mismos y a servirle en el ministerio, no para
glorificarnos a través de este. Nuestros discípulos debieran imaginarse a
ellos mismos encogiéndose de hombros ante los colegas y diciendo, “No, No
funcionó, pero al menos lo intentamos”. Y no deben olvidar añadir
“¡Supongo que sería mejor intentarlo de nuevo!”

Los discípulos que han desarrollado convicciones profundas acerca de cómo


manejar el fracaso están verdaderamente preparados para la agresividad del
ministerio de la vida real.

Integridad y estabilidad

Los líderes regularmente son golpeados por las circunstancias, por Satanás y
por su propia gente. Todos los buenos líderes deben demostrar que ellos
pueden sufrirlo sin perder la compostura. La gente es atraída hacia la
fortaleza de carácter y tiende a creer lo que los fuertes dicen. Mientras que
pueden sentirse solidarios con el débil, ellos tienden a no seguirlo. Esto no
significa que los líderes deben pretender que no sufren, sino que su
determinación e integridad dictan que ellos mantengan la consistencia aun
frente al sufrimiento.
También significa que un líder continuará persiguiendo los objetivos
correctos y vivirá para Dios aun si nadie lo sigue. Un buen líder no teme al
rechazo de sus seguidores porque su preocupación es hacer lo correcto, y no
ser seguido. Jesús enseñó que el buen pastor “va delante de ellas” lo que
significa que un pastor establece una ruta sabiendo que las ovejas lo seguirán
(Juan 10:4). Cuando la gente siente que un líder está más preocupado de ser
seguido que de lo que Dios quiere, ellos se vuelven cínicos acerca de
seguirle. Mucha gente sospecha de los líderes de todas maneras, y probarán
a los líderes amenazándolos con no seguir. Solo cuando ellos ven que un
líder no puede ser manipulado ellos se darán cuenta de que su opción es
seguir o tomar sus opciones en otra parte.

Debemos enfatizar el valor de la estabilidad con nuestros discípulos. Los


buenos líderes tienden a ser relativamente estables en un período de años.
Mientras que los malos líderes en forma periódica escogen direcciones
radicalmente diferentes, los buenos líderes normalmente se apegan a sus
valores y convicciones centrales. La innovación toma la forma de buscar
caminos nuevos y diferentes de lograr los antiguos objetivos que no han
cambiado durante décadas. Otra forma común de inestabilidad es abandonar.
Los líderes inestables dejan el trabajo por varias razones, mientras que los
buenos líderes permanecen año tras año.

Muchos de los que demuestran una tremenda habilidad carismática natural de


liderazgo terminan siendo malos líderes dado el curso errático de sus vidas,
mientras que otros que manifiestan poca habilidad natural de liderazgo
terminan siendo líderes respetados y efectivos debido a su enfoque
puramente perseverante en los principios bíblicos básicos. En tiempos de
crisis, la gente tiende al pánico y a derrumbarse, y a menudo proponen
soluciones radicales destructivas a los problemas inminentes. El buen líder
es aquel que está firme en la crisis y no puede ser movido del fundamento de
la verdad. La gente es atraída a esa estabilidad y confiabilidad, discerniendo
en forma certera que esa confiabilidad es el resultado de una clara visión del
plan de Dios.

Ceder
Debemos pensar detenidamente con nuestros discípulos cuándo es correcto
ceder. Irónicamente, los buenos líderes también son buenos a veces
cediendo. Mientras que la persistencia y la determinación son importantes, el
perfeccionismo funciona en contra del liderazgo efectivo. Vivimos en un
mundo caído donde nuestras visiones nunca serán completamente cumplidas.
La gente nunca hace exactamente lo que debería hacer, y la vida siempre nos
presenta lo inesperado. Como resultado, los líderes se dan cuenta de que
ellos tienen que obtener lo mejor que puedan, sin insistir en la perfección o
incluso en un acuerdo total. Los líderes sabios se dan cuenta de que mientras
más cerca lleguen del objetivo, mejor, y que cualquier movimiento es mejor
que ningún movimiento. Ellos también se dan cuenta de que sus seguidores
serán muy pocos a menos que incluyan a aquellos que tienen una perspectiva
diferente en algunas áreas, aun cuando generalmente concuerdan en los
asuntos más importantes. Los buenos líderes se dan cuenta de que deben
priorizar los objetivos y ellos se sienten bien cuando los objetivos
principales son alcanzados aun cuando los objetivos menores no. Los líderes
que no priorizan, o que son perfeccionistas, corren el peligro de finalmente
dañarse a sí mismos y a los que les rodean. Son incapaces de formar equipo
y no pueden negociar efectivamente. Al final, ellos casi siempre pierden a
sus seguidores.

A medida que nuestros discípulos progresan liderando a su gente, y nosotros


completamos la tarea de enseñar valores claves como estos, en forma natural
alcanzamos un punto donde comenzamos a sentir que ya no nos necesitan
más. Si tenemos éxito en el discipulado, nos despedimos del trabajo.

CAPITULO 16

Soltar: La Transición

E N NUESTRA EXPERIENCIA, la mejor manera de soltar a los discípulos


es a través del acuerdo.
Los discípulos exitosos naturalmente se van ocupando en la medida que sus
ministerios crecen. Con el tiempo, ellos tienen problemas para agendar una
reunión extra con sus tutores. Tus discípulos pueden sugerir terminar sus
reuniones, y deberías estar de acuerdo, a menos que veas asuntos serios que
todavía necesitan atención. Siempre tendrás la sensación que tienen más
áreas para crecer, pero dicha sensación nunca se disipa completamente. Los
discípulos a menudo desarrollan un ansia saludable de independencia. Si
sienten la necesidad de ayuda, ellos conocen tu número, y tú puedes sugerir
reuniones periódicas.

En otros casos, los discípulos no sugerirán terminar las reuniones contigo,


pero los oirás quejándose acerca de cuán ocupados están. En estos casos,
puedes sugerir reducir las reuniones de semanal a mensual. A ellos
generalmente les agrada esa idea sin mucho argumento. Las reuniones
mensuales son suficientes para estar en contacto acerca de cómo van las
cosas, y los intervalos más largos entre las reuniones animan al pensamiento
más independiente y creativo. Si se dan las reuniones mensuales, o por
cuánto tiempo siguen dándose depende de cuánto tú o tus discípulos las
deseen. Generalmente, tienden a distanciarse en el tiempo y llegan a ser
irregulares.

En forma alternativa, puedes sugerir tener reuniones no programas cuando se


necesite. Ambos entienden que no tendrán reuniones tan a menudo como
antes, pero aún demuestran disponibilidad. Si están involucrados en
diferentes grupos, estas reuniones también tienden a disminuir en frecuencia.
Pero todavía pueden disfrutar de reuniones no frecuentes donde podrán
ponerse al día el uno con el otro.

En algunos casos especiales, podemos continuar con las reuniones


semanales, aun cuando el componente del discipulado haya terminado.
Podemos simplemente disfrutar el hecho de juntarnos en forma regular con
un buen amigo. Yo (Dennis) continúo reuniéndome semanalmente para
desayunar con mi discípulo original, Gary, y ya son más de cuarenta años que
lo hacemos. Por supuesto, hace mucho ya dejamos la relación de discipulado
para pasar a una reunión de amigos. Jesse y yo también nos reunimos
semanalmente, como lo hemos hecho por muchos años. El punto de tales
reuniones no es más que disfrutar de una buena amistad. Aun cuando
lideramos diferentes grupos, es maravilloso seguir en contacto y compartir
perspectivas y darnos ánimo.
Alimentar la motivación continua

Cuando los discípulos han sido liberados, se espera que ellos continúen
sirviendo a Dios, pero ahora sin el entrenamiento y apoyo regular que ellos
tenían cuando tú los discipulabas. Sin embargo, cuando ya no refuerzas
mucho a tus discípulos, puede ocurrir una crisis. Ellos todavía tienen las
recompensas que vienen de una vida de servicio. Pero esto puede ser
notablemente menos gratificante que el ánimo que tú les dabas. Algunos
discípulos comienzan a tener una sensación de aislamiento o falta de
aprecio. Ellos comienzan a enfrentar la interrogante de por qué ellos están
viviendo de esa manera si nadie lo aprecia.

Desde el punto de vista bíblico, nos damos cuenta de que están bajo presión
de parte de Dios para cambiar su base motivacional desde el apoyo
sociológico y el aprecio humano, hacia Dios directamente. Volver a un rol de
apoyo cercano sería en general un error. Aunque puede ser duro ver a un
amigo sufrir, necesitas reconocer que este ajuste es necesario y saludable.

Esta crisis de ajuste puede ser muy aguda si la mayor parte de su motivación
ha estado basada en el apoyo emocional humano de su discipulador. Es por
eso que debes destetarlos de la dependencia de tu estímulo mucho antes de
soltarlos. La crisis también será peor si ellos tienen poco entendimiento de
por qué ellos hacen lo que hacen, o poca convicción personal de por qué sus
objetivos son los correctos y urgentes. Este peligro también sugiere que
debes trabajar con bastante anterioridad un profundo entendimiento y firmes
convicciones acerca del ministerio.

Si te das cuenta de que un discípulo que ya soltaste está luchando durante las
reuniones periódicas después de soltarlo, debes estar listo para entrar en un
proceso de consejería para ayudar a tu discípulo a entender sus propios
sentimientos. Deben ver la importancia de cambiar de una base motivacional
errónea a la correcta. Deben aprender a extraer sus vidas directamente de
Cristo a un nuevo nivel. Puedes señalar estas cosas y ofrecer perspectiva
acerca de sus motivaciones y necesidades emocionales, pero deben descifrar
por sí mismos cómo integrar esas perspectivas en su vida diaria.
Este período después de soltar a tu discípulo es cuando descubres cuán bien
lo hiciste como discipulador. Puedes descubrir que el fundamento que
pensaste que era el adecuado no lo era. Puedes sentir un menguante nivel de
motivación y una creciente tendencia a quitar los ojos del objetivo o incluso
un deseo de abandonar. Si continúas reinsertándote en su agenda con
reuniones periódicas, en general puedes explicar en detalle tal período de
ajuste.

También puedes ayudar significativamente a los discípulos liberados


vinculándolos con un grupo de discipuladores para encontrar comunión y
motivación. Hablaremos de esta opción en el último capítulo.

CAPITULO 17

Liderar Discipuladores

L OS PASTORES, líderes de equipos ministeriales, o líderes para-


eclesiásticos pueden tener éxito al desarrollar un sistema de valores (ethos)
del discipulado en sus grupos. Cuando la gente apoya la idea del
discipulado, el resultado puede ser multiplicación. Con el tiempo, el grupo
puede incluir una cantidad creciente de discipuladores. Liderar
satisfactoriamente un grupo de discipuladores es un desafío clave para el
liderazgo de más alto nivel.

Como líderes en una iglesia donde más de mil personas se reúnen


semanalmente con sus discipuladores, tenemos algunas ideas para compartir
sobre cómo liderar un grupo de discipuladores. Las personas que nos visitan
en Xenos Christian Fellowship constantemente preguntan cómo hacemos que
obreros calificados, empleados de oficinas, ambos adultos con familias y
ocupados estudiantes se esfuercen tan arduamente para discipular y ser
discipulados. La respuesta es complicada, ya que involucra múltiples
factores. Por ejemplo, el ADN de nuestra iglesia incluye alto compromiso y
esfuerzos ministeriales agresivos para todos. Pero además, nuestros líderes
estudian motivación y dan pasos deliberados para mantener entusiasmada a
la gente acerca de lo que Dios puede hacer a través de sus ministerios.
Los discipuladores necesitan supervisión

Algunos auto emprendedores tienen tanta claridad de visión que ellos


continúan trabajando incluso sin ningún ánimo por parte de otros. Pero
mucha gente pierde su norte a menos que los líderes periódicamente los
llamen a sus fundamentos. Cuando tenemos gente sola, podemos esperar que
muchos de ellos tengan un descenso gradual en su celo y enfoque. La misma
gente, si es hábilmente liderada, crecerá en competencia y productividad.

El mejor momento para comenzar a juntar un grupo de discipuladores es


temprano. Si trabajas con dos, tres o cuatro discipuladores, ¿por qué no
juntarse periódicamente para edificación mutua y aprendizaje? Estas
reuniones no necesitan ser frecuentes. Una vez al mes es mejor, pero incluso
una vez en el trimestre es en general suficiente para mantener a la gente
motivada. Si tus reuniones son trimestrales, debes complementar las
reuniones con conversaciones ad-hoc en forma individual con tus
discipuladores durante el tiempo entre reuniones.

Si supervisas una cantidad de grupos en casa, una reunión combinada de


líderes puede servir como tu oportunidad para liderar a los discipuladores
que lideran los grupos. Los asuntos de discipulado tienen que estar
relacionados con asuntos como evangelismo y pastoreo, pero creemos que el
discipulado debe permanecer al frente y al centro. Si la gente persigue el
discipulado en forma efectiva, otros asuntos como evangelismo y trabajo
pastoral deberían avanzar en el grupo en casa. El evangelismo debe avanzar
porque cada pareja de discipulado está esforzándose para lograr el éxito en
evangelismo. El trabajo pastoral avanza porque nadie puede aconsejar y
animar mejor que un discipulador entrenado y motivado.

Cuando tú juntas a los discipuladores para una reunión, asegúrate de que la


reunión sea buena. Ya sea que lo hagas tú o delegues el liderazgo de la
reunión a varios oradores para que roten, debes asegurarte de que estos
ocupados líderes nunca sientan que están perdiendo su tiempo. Una reunión
periódica de discipuladores amigos debe ser un punto predominante en sus
vidas.
Nosotros comenzamos a reunirnos con el grupo de líderes y discipuladores
en nuestra iglesia cuando teníamos alrededor de veinte. Como corrió la voz
de que esa reunión era emocionante, otros quisieron unirse. El grupo creció,
en la medida que los grupos en casa también se multiplicaron. En unos pocos
años, estaban asistiendo más de cien discipuladores y grupos en casa. Hoy
en día, ese grupo ha crecido a mil. Nuestra reunión por lo general incluye la
presentación de un pasaje o un asunto ministerial clave, y tiempo para la
interacción del grupo y la oración. Los líderes generalmente socializan antes
y después de la reunión.

Los líderes deben ver el poder involucrarse en una reunión de


discipuladores como un privilegio. Esperamos asistentes que han estado
discipulando exitosamente por algún tiempo. La asistencia es solo mediante
invitación. La gente regularmente informa que estas reuniones son sus
tiempos favoritos en nuestra iglesia. Es una reunión anual de un retiro de fin
de semana especialmente para discipuladores y líderes de grupos. Los
líderes generalmente terminan estas reuniones, ansiosos de volver al trabajo.

Objetivos: recordarles la visión

Hacer verdaderos discípulos es un trabajo lento, y el progreso puede ser tan


gradual que la gente comienza a empantanarse. Los discipuladores a menudo
tienen que luchar con una letanía de problemas personales y detalles
ministeriales. ¿Cuándo levantan sus cabezas del trabajo y re-adquieren el
gran cuadro?

Los buenos líderes para el nivel alto saben cómo infundir nuevamente la
visión cuando ellos juntan a sus colegas para una reunión. No cometas el
error de pensar que, porque ya enseñaste de la visión, la gente no necesita
escucharla de nuevo. La repetición es necesaria pero también debe ser
variada para evitar el aburrimiento. Puedes enseñar pasajes claves en el
discipulado. Las ilustraciones como la iglesia que se duplica versus la super
iglesia, como se presenta en el capítulo 1 de este libro, también son útiles.
Waylon Moore cuenta una gran historia acerca de una cadena de discipulado
que comenzó con Edward Kimball y finalmente incluía a Billy Graham en su
libro Multiplicando Discípulos. [63] De hecho, muchos libros de discipulado
tienen algunas buenas historias.
Los testimonios de la gente en tu grupo que están teniendo buenos resultados
sirven con doble propósito. Las historias ayudan a desarrollar un sentido de
visión, pero también dan una oportunidad para reconocer y animar a los
discipuladores que están haciendo un buen trabajo.

Tenemos que recordar a nuestros colegas que el discipulado no es fácil, y no


es un método rápido. Tenemos que hacer énfasis en que estamos haciendo lo
que creemos que es la voluntad de Dios, y que estamos dispuestos a pagar un
alto precio para obtener la autenticidad y calidad que el buen discipulado
trae.

Informar

Múltiples factores tienden a debilitar la moral de los discipuladores:

Aun en una red de discipulado que está avanzando bien, la gente


puede no ver mucho avance en su círculo personal durante cualquier
mes.

Satanás siembra activamente el derrotismo en las mentes de


cualquier grupo de discipuladores.

La inherente impaciencia incita a la gente a abandonar el largo


camino del discipulado en favor de los trucos efímeros que pueden
producir resultados rápidos pero superficiales.

Los reveses y desilusiones son parte integral del ministerio de un


discipulador.

Por todas estas razones, creemos que bien vale la pena juntar los hechos
acerca de tu red de discipulado y presentar esos hechos como
retroalimentación. Cuando la gente ve una retroalimentación objetiva acerca
de su trabajo, ellos generalmente encuentran nueva determinación, en
especial si la retroalimentación es positiva.
Para llevar a cabo esta parte, necesitamos la cooperación del grupo de
líderes para ayudarnos a recopilar la información. Mientras más crece la
red, más difícil se vuelve recopilar la información. Si comenzamos pronto,
los líderes se acostumbrarán a la menor molestia que significa reportar el
avance y se percatarán de que es importante, ya que ellos disfrutan recibir la
retroalimentación.

Desarrollo de un sentido de equipo

La gente en el mundo e incluso muchos cristianos, simplemente no entienden


por qué alguien invertiría tanta energía y tiempo en algo como hacer
discípulos. Hemos visto que los discipuladores aman pasar tiempo con
amigos que “lo entendieron”. Los discipuladores comprometidos encuentran
que pueden gozar de un tipo de comunión especial el uno con el otro.

Los líderes para el nivel alto están en una buena posición para fomentar la
comunión entre los discipuladores. Nuestras reuniones o retiros periódicos
son una buena base, pero sobre esa base debemos desarrollar mecanismos
para compartir mutuo. Una de las medidas más fáciles que podemos tomar es
establecer un grupo de correo electrónico solo con invitación para nuestros
discipuladores. Estos fórums son gratis, y un administrador puede controlar
quién accede al correo. Cualquiera escribiendo al fórum automáticamente
envía correos a todos los miembros. El administrador también puede
publicar reglas para el fórum. Instamos a la gente a no inundar a otros
miembros con conversaciones sin sentido o sin importancia. El fórum es
para hablar de asuntos de interés para los discipuladores. La recomendación
de libros es útil. Compartir victorias eleva la moral del grupo. Compartir
problemas da a otros participantes la oportunidad de dar consejo.

Tenemos grupos de correo electrónico para pequeños grupos de


discipuladores (como el equipo de liderazgo de una iglesia en casa) como
también para grupos grandes (como nuestro equipo de siervos de 900
miembros). Los fórums son también un gran espacio para que los líderes
para el nivel alto hagan anuncios. Cuando un grupo planta un nuevo grupo lo
anunciamos vía correo y felicitamos a los líderes. Animamos a los miembros
a contar las historias de la gente que viene a Cristo en sus grupos. Un
constante flujo de historias de conversiones mantiene el tema del
evangelismo en el primer lugar, donde pertenece.

Si tu grupo de discipuladores se torna grande, es necesario medidas


adicionales. Los grupos grandes de discipuladores tienen que dividirse en
grupos manejables. Los grupos de varias docenas de discipuladores pueden
desarrollar una buena comunidad. Si el grupo se torna aún mayor, deben
dividirse, aunque todavía puedes hacer reuniones grandes ya que la gente
experimenta una sensación especial de inspiración al ser parte de un gran
movimiento.

Cuando un grupo de discipuladores crece más de cuarenta o cincuenta, la


iglesia debe también considerar contratar su primer entrenador permanente.
Enfáticamente recomendamos contratar a uno de tu propia gente que tiene un
recorrido establecido de buen trabajo de discipulado. Cuando las iglesias
contratan a alguien de afuera, ellos envían un mensaje negativo a sus líderes
discipuladores: por alguna razón, ninguno de ellos es considerado
suficientemente competente para ser un entrenador. Por otro lado, los
discipuladores por largo tiempo generalmente tienen muchas conexiones con
otros discipuladores y serán más confiables que los foráneos.

Los grupos manejables de líderes pueden tener noches sociales de líderes.


Nos gusta realizar éstas después de una reunión regular de comunión y así la
gente no tiene que apartar otro tiempo para esto. Generalmente nos reunimos
en la casa de alguien y disfrutamos de algún picadillo. Después de una media
hora, reunimos a toda la gente y el líder mayor hace una corta presentación
anunciando cualquier novedad, un corto recordatorio acerca de los asuntos
ministeriales, o cualquier área que entregue esperanza. Quizás hagamos una
vuelta entre los asistentes buscando reportes de cada grupo en casa,
generalmente de acuerdo a algún guión. Por ejemplo, podríamos decir:
“Cuéntennos algo que tu grupo haya aprendido durante el año recién pasado,
y cuál es tu mayor área de necesidad, para que podamos orar por ustedes”. O
podríamos decir: “Descríbannos su próximo equipo de liderazgo y cuál es la
estimación de cuán pronto ellos podrían estar listos para liderar su propio
grupo. ¿A tu juicio cuáles son las mayores barreras que ellos enfrentan?”
La oración corporativa con un grupo de discipuladores siempre es edificante
y se disfruta. Ya sea que el grupo se divide en pequeños grupos u oran todos
juntos, realmente sienten el entusiasmo mutuo y amor por las cosas de Dios.
Un grupo de amigos discipuladores que se reúnen, socializan, comparten y
oran juntos gradualmente desarrolla un profundo y asentado sentido de ser un
equipo. Ser parte de un equipo evita que los discipuladores se sientan solos.
Los líderes que se sienten parte de un equipo también tienden a desarrollar
un nivel de consistencia bastante bueno para el largo plazo.

Entrenamiento continuo

El entrenamiento es motivacional. La gente que invierte su tiempo y esfuerzo


adquiriendo entrenamiento quiere usar ese entrenamiento en terreno. Tus
presentaciones en las reuniones periódicas de equipo pueden incluir
equipamiento útil. Los retiros son especialmente adecuados para
entrenamiento continuo. También deberías considerar ofrecer tres a cinco
semanas de clases para discipuladores y líderes. En nuestra iglesia, los
líderes toman siete clases de diez semanas cada una, como parte de su
entrenamiento básico (aunque algunas de estas pueden tomarse después que
ya están liderando). Pero también ofrecemos oportunidades de educación
continua. Los líderes invariablemente disfrutan de las clases y reportan que
como resultado de ello sus ministerios fueron fortalecidos. Asegúrate de que
cualquier clase que tú ofrezcas sea de alta calidad. Este es un buen tiempo
invertido para los líderes de alto nivel en la iglesia. Equipar a aquellos que
verdaderamente están haciendo el trabajo del ministerio es una de las cosas
más estratégicas que los pastores y líderes pueden hacer con su tiempo. [64]
Uno de los beneficios principales del entrenamiento regular es la creciente
competencia de nuestros discipuladores. Debido a la complejidad de la tarea
del discipulado y la confusión que puede resultar, los discipuladores se
vuelven excepcionalmente abiertos al entrenamiento. Ellos aprecian recibir
un constante flujo de ideas proveniente del liderazgo del nivel más alto.
Algunos principios ministeriales no pueden ser aprendidos adecuadamente
hasta que uno está realmente luchando con los problemas en terreno. Hemos
visto que los líderes absorben en el entrenamiento práctico de una manera
que ellos nunca podrían siendo cristianos nuevos.
Entrenando
Aun cuando los discipuladores pertenecen a un equipo, siguen teniendo
preguntas específicas que necesitan respuestas individuales. Los líderes para
el alto nivel deben estar muy disponibles hacia otros discipuladores,
comprobando constantemente cómo van las cosas, dando consejos y
sugerencias.

Como lo sugerimos anteriormente, cuando un grupo de discipuladores crece,


el liderazgo mayor de la iglesia quizás necesite buscar la ayuda de personal
de entrenamiento. Hemos tenido éxito al contratar entrenadores de medio
tiempo. Aprender de los grupos y de la gente en esos grupos toma tiempo, y
para que el entrenamiento sea efectivo, los entrenadores necesitan un buen
nivel de familiaridad con las personalidades de la gente, sus necesidades
especiales y la historia de los grupos que ellos entrenan. Hemos visto que
los entrenadores a menudo hacen un mejor trabajo supervisando solo un
puñado de grupos en su medio tiempo, que tratar de cubrir docenas de grupos
como entrenadores a tiempo completo. [65]

Entrenar es una capacidad multifacética. Parte de este ministerio involucra


simplemente hacer saber a los líderes que alguien está interesado en lo que
ellos están haciendo. Pero también los entrenadores ayudan a los líderes de
grupos y a los discipuladores en su forma de pensar, haciendo una serie de
preguntas que hacen que el líder piense en su ministerio de la forma que
necesita para ser efectivo. Los líderes pueden volverse fácilmente reactivos
en el torbellino de eventos y problemas de un típico grupo en casa. La tiranía
de lo urgente desplaza el pensar en los asuntos menos urgentes, pero a
menudo más importantes, como el discipulado. Esos líderes se benefician en
gran manera cuando se les hacen preguntas que requieren pensamiento
proactivo. Mientras tanto, los entrenadores nos ayudan, a nosotros el
liderazgo mayor, a mantenernos conscientes de las situaciones que surgen en
los grupos en casa.

Los entrenadores normalmente programan reuniones para revisar las


condiciones en el grupo. Pero también hacen un montón de trabajo
respondiendo a correos electrónicos y llamadas buscando consejo en una
amplia gama de situaciones ministeriales. Enseñamos a los discipuladores y
líderes a buscar la ayuda de perspectivas externas en decisiones
ministeriales complejas. Mientras los entrenadores generalmente dejan la
verdadera toma de decisiones en las manos de la persona a cargo, ellos
pueden sugerir opciones y principios que la persona puede haber pasado por
alto. Al menos él generalmente puede sugerir qué preguntas hacer en la
situación. Aun si el entrenador no tiene nada adicional que ofrecer, los
líderes se sienten confortados sabiendo que un experimentado colega ve las
cosas de la misma manera.

Reconocimiento

Hemos hablado de que dar a luz un discípulo que “está completo en


[Cristo]” es una obra de arte monumental. Los riesgos son muchos y las
recompensas a corto plazo son pocas. Motivar a la gente a dar sus vidas por
el discipulado no es una propuesta simple. Aun así, en muchas iglesias, el
discipulado fructífero nunca es reconocido públicamente. Y por un largo
tiempo, nuestra iglesia no fue la excepción.

Años atrás, nos dimos cuenta de que, en nuestra iglesia, aquellos que cantan
o tocan música, aquellos que preparan eventos y aquellos que predican y
enseñan son todos reconocidos. También reconocíamos el evangelismo
cuando la gente bautiza a aquellos que guiaron a Cristo. Pero extrañamente,
cuando alguien completaba el extraordinario trabajo del discipulado, nada
pasaba. Una razón era que “completar” el trabajo de discipulado es un
concepto subjetivo. ¿Qué significa eso? Después de todo, nosotros
podríamos continuar siendo tutores de un discípulo por muchos años más.

Decidimos que el discipulado debía ser reconocido y celebrado en la iglesia


igual como celebramos el evangelismo cuando bautizamos gente.

Primero, definimos un punto donde pudiéramos decir que el discipulado fue


exitoso. El punto que definimos es cuando los discípulos califican para
miembros en nuestro equipo de siervos. El equipo de siervos en nuestra
iglesia es un grupo de cristianos altamente comprometidos que se han
dedicado a sí mismos a vivir para Dios y servirle. Estos siervos
normalmente han pasado varios años creciendo, aprendiendo y practicando
la vida cristiana. Nosotros en forma deliberada dificultamos la entrada al
equipo de siervos. Nosotros más bien veríamos gente excluida que podría
calificar, que incluir gente que no pertenece. Si tenemos cualquier duda,
esperamos. Nuestros requisitos incluyen:

Cualidades de carácter en línea con las de los diáconos en el Nuevo


Testamento (1Timoteo 3:8-12). Estas cualidades deben ser
observadas y confirmadas por la gente en su grupo en casa en un
período de años.

Participación regular en las grandes reuniones de Xenos y en un


grupo en casa por un período de años.

Completar al menos seis trimestres de nuestras clases de


entrenamiento básico con evaluaciones aprobadas.

Practicar tiempos regulares de oración personal y estudio bíblico.

Practicar ministerio definido, incluyendo evangelismo y discipulado


personal a un nivel considerado efectivo por los miembros de su
grupo en casa.
Liderando actualmente una iglesia en casa excepto especial
excepciones para los ministros en servicio.

Ser un dador comprometido al nivel de nuestro Equipo de Apoyo


Fiscal (implica al menos dar el 5% para el fondo general de nuestra
iglesia).

Ayudar en las necesidades de los ministerios compartidos como el


ministerio de niños, ministerio de jóvenes, la música, iluminación,
sonido, cafetería, etc. al menos un trimestre año por medio.

Nombrado para el equipo de siervos por un miembro actual, y


confirmado por otros miembros.

Aprobado por el liderazgo de nivel alto.

Dispuesto a firmar el Pacto de Siervo de Xenos, que promete


continuas obligaciones como más clases, asistir a las reuniones de
equipo de siervos y vida cristiana madura en general. [66]

Reunir estos requisitos normalmente toma de dos a cinco años de


crecimiento espiritual concentrado. A nuestro juicio, cualquier discipulador
que ayuda a un creyente nuevo a madurar al punto donde él califica para el
equipo de siervos, ha triunfado haciendo un nuevo discípulo. La mayoría de
los nuevos miembros del equipo de siervos continúan siendo discipulados
por algún tiempo después de unirse al equipo, pero tú debes poner el límite
en algún punto.

Con esta definición objetiva de éxito, estábamos en posición de comenzar


públicamente a reconocer el éxito en el proceso de discipulado.
Establecimos celebraciones de cosecha donde más de mil personas asisten.
En estos festivales presentamos a cada nuevo(a) miembro del equipo de
siervos junto con su discipulador(a) principal . Explicamos las
contribuciones del nuevo miembro del ministerio. La multitud vitorea
frenéticamente. También presentamos a cada nueva iglesia en casa plantada
desde la última reunión, y los nuevos líderes en esos grupos cuentan su
historia.

Nuestra iglesia realmente disfruta estas celebraciones de éxito en el más


importante de los ministerios existentes en nuestra iglesia: el discipulado y
la multiplicación de la iglesia.

Por supuesto que ser reconocido ante la iglesia como un discipulador exitoso
no es la razón para hacer discípulos, pero no vemos nada de malo en animar
el buen trabajo. Los nuevos miembros del equipo de siervos y los líderes
aprecian ser felicitados, y los discipuladores disfrutan su reconocimiento. Al
mismo tiempo, estas celebraciones declaran a la iglesia qué importa en
nuestra congregación. Sin embargo, enseñamos a los discipuladores que la
verdadera recompensa no es estar en la plataforma con sus discípulos, sino
ver a sus discípulos en la plataforma con otros discípulos. Cuando vemos el
discipulado multigeneracional, sabemos que el proceso está funcionando
realmente.

Cualquiera que logre confluir un grupo de discipuladores ha desarrollado la


fuerza más potente posible para expandir el reino de Dios. Al liderarlos,
ayudarlos, y darles reconocimiento, estaremos avivando un ministerio que
puede cambiar el mundo.

La iglesia bien discipulada

La gente en el siglo veintiuno está cada vez más frustrada con la iglesia
occidental. Hoy los autores por todos lados insisten en que los cristianos
occidentales modernos son superficiales, no comprometidos, narcisistas, y
tienen una actitud de consumidor. No están ganando a su cultura.
Cuán diferente es cuando una iglesia local entera toma seriamente la tarea de
discipular a su propia gente. El discipulado personal y las relaciones
asociadas con este tienen el potencial de revolucionar completamente
cualquier grupo. La gente que vive en comunidad donde la mayoría es
discipulada a un buen nivel de madurez ¡simplemente aman sus grupos! En el
lugar de la apatía están los que no se cansan de juntarse, no se cansan de las
escrituras, ni de la oración y ni del servicio. Si, una comunidad más unida
también revela más problemas, a medida que las personas revelan unos a
otros la verdad sobre sí mismos. Pero todos saben que lo que están
experimentando es real y que eso lo hace satisfactorio.

Alejarse de un programa de iglesia o de una iglesia orientada al espectáculo


para enfocarse en hacer discípulos debe ser hecho por razones no
pragmáticas. El pragmatismo es cuando la gente basa todo en obtener buenos
resultados. Dicho diferente, mientras los resultados de hacer discípulos son
positivos, un grupo debe volcarse a esto por convicciones bíblicas más que
por un deseo de producir un cierto resultado. Los frutos de hacer discípulos
son a largo plazo y se desarrollan muy lentamente como para satisfacer a los
pragmatistas.

La verdadera interrogante es si los cristianos deben amarse los unos a los


otros, y si amarse los unos a los otros implica discipular el uno al otro. De
acuerdo con Jesús, así es. Y deberíamos estar satisfechos con eso.
Apéndices
Apéndice 1. Objetivos del discipulado

Una de las mejores maneras de concebir la tarea del discipulado es trabajar


desde los objetivos finales. Al considerar lo que te gustaría ver en un
discípulo maduro, puedes razonar en retrospectiva los probables pasos
necesarios para ver esas cosas desarrollarse. La siguiente hoja de trabajo y
el subsiguiente comentario resume nueve áreas donde debes buscar mejorar
la vida de tus discípulos (ver Capítulo 2).

En cualquier momento tú podrías analizar detenidamente dónde se encuentra


tu discípulo en estos asuntos, registrando tus impresiones en los espacios
provistos. Una completa explicación sigue a la gráfica. Si tú no sabes dónde
se encuentra tu discípulo en un asunto en particular, solo di “desconocido” y
busca una oportunidad para explorar esa área más tarde. Para más
información en cualquier categoría mira abajo el texto que corresponde.

Otra forma de usar estos objetivos es revisarlos con tu discípulo estando


presente y preguntarle dónde piensa él que está. Los discípulos a menudo son
más críticos de sí mismos que lo que tú podrías ser. Eso provee la
oportunidad para señalar: “yo pienso que estás siendo demasiado duro
contigo mismo en eso…” Por otro lado, también quizás tengas que decir en
ciertos puntos: “yo pienso que esto podría ser más doloroso de lo que
piensas”.

1. LEY Y GRACIA COMENTARIOS


Sabe cómo confesar el pecado y clamar por
gracia.

Es capaz de establecer objetivos bajo la gracia,


y es capaz de sobreponerse al fracaso y seguir
adelante.
Sabe, expresa y depende del rol de Dios en el
ministerio.

Ha desarrollado prioridades éticas razonables,


en el sentido de que él/ella sabe qué constituye
serio pecado versus pecado menor. El discípulo
está enfocado en los asuntos principales de la
santificación más que en “colar el mosquito y
tragar el camello”.

Entiende el verdadero rol de la ley.

Entiende el verdadero rol de la disciplina.

Consistentemente agradecido de Dios.

2. CAMBIO DE CARÁCTER COMENTARIOS:

Entiende su seguridad en Cristo, y cómo


nuestras acciones deberían ser en el poder de
Dios, no en nuestra fuerza.

Sabe cómo adorar a Dios con todo su ser, en


cada acción, y con entusiasmo.

Entiende el proceso de crecimiento espiritual


versus ajustes rápidos.

Conoce y practica el significado del


crecimiento como estilo de vida.

Capaz de soportar el sufrimiento con una actitud


de fe.

Obedece a Dios la mayor parte del tiempo.


Obtiene la victoria sobre el pecado que nos
desacredita.

Leal a Dios frente a objetivos materialistas.

Sistema de valores eternos.

Convencido que el amor y la entrega de sí


mismo es la clave para la realización.

3. INTERPRETANDO LA BIBLIA COMENTARIOS:

Capaz de expresar y defender la autoridad,


inspiración y canon bíblicos.

Conoce y puede usar la interpretación bíblica


histórica y gramatical.

Sabe cómo hacer estudio inductivo.

Sabe cómo usar las herramientas de estudio de


la Biblia.

Familiarizado con las líneas generales de


ataque en la interpretación bíblica
conservadora.

Sabe cómo armonizar y resolver la mayoría de


los problemas con pasajes.

Entiende la historia de la salvación.

4. ENTENDIENDO A DIOS COMENTARIOS:


Conoce cómo los atributos de Dios se aplican a
la confianza personal, al ministerio y a la
oración.

Capaz de expresar y defender la Trinidad.

Entiende cómo la imagen de Dios se refleja en


los humanos.

5. SATANÁS COMENTARIOS:

Sabe cómo es Satanás y entiende el ámbito


angelical.

Capaz de discernir enseñanza aberrante sobre


demonios.

Sabe cómo reconocer, atar y pelear los ataques


demoníacos en sí mismo y en otros.

Entiende el “sistema del mundo” y la respuesta


adecuada a esto.

6. EVANGELISMO COMENTARIOS:

Capaz de compartir su propio testimonio.

Capaz de testificar y testifica activamente.

Ha aprendido la sensibilidad hacia los


procesos de toma de decisión de otros.

Ha ganado personas para Cristo, o al menos ha


traído personas a las reuniones de la iglesia o
al grupo pequeño que han recibido a Cristo.
Familiarizado con los principales puntos de
vista que se oponen a Cristo en su cultura y
tiene al menos alguna defensa para cada uno.
Entiende y puede refutar en forma efectiva las
ideas equivocadas comunes sobre el
cristianismo.

Entiende y participa en el evangelismo del


mundo.

7. LA IGLESIA Y EL MINISTERIO COMENTARIOS:

Activo en la vida del cuerpo en todos los


niveles necesarios (grandes y pequeñas
reuniones).

Conoce y abraza la importancia del ministerio.

Entiende lo que es la iglesia y puede


distinguirla del pacto del Antiguo Testamento.

Entiende los dones espirituales, los oficios de


la iglesia, la disciplina de la iglesia y las
finanzas de la iglesia.

Ha establecido un ministerio personal dentro y


quizás fuera, de la iglesia.

Es un dador consistente.

Ha ganado a otra persona para el discipulado


personal.

8. RELACIONES PERSONALES COMENTARIOS:


Entiende el amor bíblico y es capaz de
mantener amistades duraderas.

Capaz de manejar y resolver el conflicto


interpersonal.

Practica el dominio propio en el área sexual.

Si es casado(a), se ha ajustado al matrimonio y


cumple su rol de cónyuge y padre/madre.

Ha desarrollado las cualidades de carácter


relacionadas con las relaciones interpersonales
(paciencia, amabilidad, iniciativa, honestidad,
etc.), de tal manera que él/ella es conocido
como una persona que ama tanto dentro como
fuera de la iglesia.

9. ENSEÑAR SOBRE EL ESPÍRITU COMENTARIOS:


SANTO Y JESÚS.

Conoce cuáles son los ministerios del Espíritu y


regularmente depende del poder del Espíritu
para vivir y ministrar.

Conoce la diferencia entre el rol del Espíritu en


el AT y el NT.

Listo para responder a la enseñanza aberrante


sobre el Espíritu Santo.

Busca la guía del Espíritu y responde acorde a


ésta.

Conoce las Escrituras y puede expresar la


unicidad de Cristo, Su doble naturaleza, Su
deidad, Su obra y Su regreso.

Detallada explicación de las nueve áreas mencionadas anteriormente:

1. La gracia de Dios. Nuestros discípulos deben entender los temas


bíblicos centrales de la Ley y la Gracia. Dios trabaja con nosotros a
través de la gracia, que significa un don gratuito e inmerecido. Tanto
la salvación personal como el crecimiento espiritual serán llevados
a cabo a través de la gracia de Dios, más que a través del logro
humano.

Un discípulo que entiende la gracia sabe cómo confesar el pecado y


clamar por el perdón de Dios y su aceptación. ¡Cuán liberador es
admitir nuestros fracasos unos a otros porque entendemos el perdón
de Dios en nuestras vidas! Debemos enseñar a nuestros discípulos
cómo evitar alejarnos de Dios cuando caemos en pecado. Sabiendo
que la gracia también significa que nuestros discípulos son capaces
de establecer objetivos espirituales y buscar conseguirlos bajo la
gracia más que de una forma legalista. Entender la gracia también
los capacitará para superar el fracaso en sus vidas o ministerio, y
seguir adelante. La gracia nos da la valentía para fallar, y al mismo
tiempo, nos da el poder para lograrlo.

Entender la gracia también significa que ellos deben conocer el rol


de Dios en el ministerio, que solo él puede darnos el poder para
ganar a otros y ver cómo cambian sus vidas. Los discípulos
saludables dependen del poder de Dios que se manifieste a través
de ellos cuando ellos van a servirle.

También debemos ayudar a los discípulos a desarrollar prioridades


éticas razonables, en el sentido de que ellos sepan la diferencia
entre un pecado serio y un pecado menor. Queremos que ellos se
enfoquen en los asuntos principales del crecimiento espiritual más
que “colar el mosquito y tragarse el camello”, como hacían los
fariseos. Al tener una mentalidad legalista, la gente quiere enfocarse
en los asuntos menores y/o externos para distraer la atención de sus
fracasos en las áreas importantes. Debemos enseñar a los discípulos
que la gracia nos da la capacidad de ser honestos acerca de dónde
estamos fallando en nuestro crecimiento y ¡asegurarnos de
mostrarles la gracia cuando ellos confiesan! Es posible que
tengamos que enfocarnos en los pecados de omisión (como no amar
a otros, no servir, no orar, etc.) porque son importantes, pero a
menudo ignorados.

Los discípulos necesitan una teología de la ley, y el rol que ha


jugado en la historia de la salvación, llegando a ser nuestro tutor
para guiarnos a Cristo. Hasta que nuestros discípulos no reconozcan
el legalismo en ellos mismos y en otros, ellos serán incapaces de
escapar a las acusaciones de Satanás.

2. Cambio de carácter . Oramos para que nuestros discípulos vean


sus vidas cambiadas y su carácter conformado a la imagen de
Cristo. Tenemos que enseñarles cómo vivir en su identidad en
Cristo, más que por sus sentimientos acerca de la realidad o su
desempeño para Dios. Ver un progreso real en el desarrollo del
carácter es muy lento y difícil. Los hábitos negativos pueden
constituirse en barreras claves para el crecimiento espiritual.
Nuestros discípulos pueden tener un hábito que involucra mala
conducta sexual, comer en exceso, drogas, pornografía, adicto al
juego, ataques de ira, sospecha constante de otros, falta de perdón,
arrogancia, o un sinfín de problemas. Tenemos que descubrir los
problemas y ayudarles a comprender el poder de Dios para el
cambio. Cualquiera de estos o muchos otros hábitos pueden
bloquear completamente el crecimiento espiritual si se deja sin
resolver.

Un punto delicado clave aquí, es aprender cómo iniciar y


desarrollar buenas relaciones basadas en el amor cristiano maduro.
Jesús enseñó que amar a los demás es tan clave para el crecimiento
espiritual como amar a Dios (Mt. 22:36-40), pero la gente viene a
Cristo relacionándose egoístamente con muchos falsos conceptos
acerca de cómo las relaciones deberían funcionar. Nos va a costar
mucho trabajo si queremos ayudar a un nuevo creyente a cambiar de
ser un egoísta demandante de amor o un aislado anti- relación a un
cristiano cálido y amoroso que sabe formar relaciones duraderas de
calidad. Aquí hay un área típica donde solo el conocimiento de
primera mano basado en ver cómo se relaciona alguien con otros
puede esperar marcar una diferencia. El modelaje es clave. Cuando
los creyentes nuevos ven a sus discipuladores amar a otros, ellos se
dan cuenta qué es el verdadero amor. En esta área, vemos la
superioridad del discipulado personal por sobre otras formas de
instrucción.

La transformación del carácter significa no solo amar a los demás,


sino también amar a Dios. Un discípulo exitoso aprende cómo
adorar a Dios de todas las maneras nombradas en las Escrituras.
Esto incluye comprometer completamente su vida a Cristo
(Romanos 12:1), servirle a él en el ministerio (Romanos 15:16),
dar generosamente (Filipenses 4:18; Hebreos 13:15) y alabarle
consistentemente (Hebreos 13:16). Todos estos pasajes usan el
lenguaje de la adoración. La gente necesita ayuda para ver cuán
razonable, bíblico y placentero puede ser adorar a Dios.

Tenemos que convencer a nuestros discípulos que ser conformados


a la imagen de Cristo es un proceso de crecimiento, no una
reparación rápida o un atajo. Muchos en el mundo cristiano de hoy
promueven aproximaciones milagrosas como atajos de la
santificación que son realmente distracciones sin sentido.

Si queremos ayudar a nuestros discípulos a ver el cambio en su


carácter, tenemos que enseñarles a sacar ventaja de los medios de
crecimiento claves presentados en las Escrituras. Ellos deben
aprender la importancia de los tiempos regulares con la palabra de
Dios, profundo involucramiento en la vida del cuerpo y la
congregación, una consistente vida de oración, y ministerio, o
servicio a otros. Dios usa todos estos para transformar las vidas, y
perder uno de ellos podría finalmente bloquear el crecimiento
espiritual (ver Apéndice 7).
También los discípulos deben desarrollar la habilidad de soportar
el sufrimiento con una actitud de fe e incluso acción de gracias si
ellos quieren avanzar hacia la madurez completa. Finalmente, guiar
a los discípulos hacia el crecimiento debe llegar al punto donde
ellos disfruten obedecer a Dios la mayor parte del tiempo. No
esperamos que ellos le obedezcan siempre, pero si esperamos
verlos viviendo una vida generalmente centrada en Cristo,
siguiendo su voluntad, y libres de los hábitos pecaminosos y que
desprestigian.

Especialmente importante en la cultura norteamericana, es que los


discípulos maduros sean leales a Dios por sobre los objetivos
materialistas. Ellos experimentarán muchas dificultades en las áreas
que el mundo demanda respecto que pasen su tiempo haciendo
dinero y disfrutando las posesiones. Estas demandas a menudo
entrarán en conflicto con los objetivos de Dios para sus vidas. Para
ser victorioso en esto, ellos deben desarrollar un sistema de valores
eterno. Un sistema de valores que ve cómo las cosas eternas son
mucho más importantes que los placeres pasajeros. La gente que
tiene un sistema de valores eterno también obtiene su seguridad de
su futuro con Dios más que hacer tesoros en la tierra. [67]

3. Interpretar la Biblia. Debes equipar a tus discípulos para usar sus


Biblias. Hablamos de esto en el Capítulo 6 y los Apéndices 2, 3 y 4.

4. Entendiendo a Dios. Nuestros discípulos deben comprender a Dios


y sus atributos. Esta área de la teología tiene gran impacto en cada
área de la vida y de la interpretación bíblica. El hecho de que
podemos confiar en Dios, la forma en que hacemos el ministerio y
cómo oramos están todos basados en los atributos de Dios
revelados en las Escrituras. Nuestros discípulos deben ser capaces
de corregir los conceptos falsos comunes de la gente acerca de
Dios.

Ellos tienen que comprender la Trinidad y ser capaces de defender


la enseñanza bíblica en esta área clave contra los muchos ataques
de sectas y de la Nueva Era a quienes se enfrentarán. Entender la
personalidad de Dios y sus atributos morales es también crucial
para un correcto entendimiento de los humanos creados a la imagen
de Dios. Ver Apéndice 6 para más ayuda en esto.

5. Satanás . Nuestros discípulos tendrán que conocer acerca de


Satanás. A menos que ellos entiendan quién es él y cómo trabaja,
ellos estarán pobremente equipados para hacer guerra espiritual
efectiva. Ellos necesitarán conocimiento acerca del ámbito
angelical para resistir las enseñanzas no bíblicas sobre los ángeles y
demonios. A menos que ellos sepan cómo reconocer y resistir la
tentación demoníaca, la acusación y el engaño, ellos estarán
continuamente confundidos. Ellos también deben entender la
enseñanza clave del Nuevo Testamento sobre el sistema del mundo y
cómo responder a él. [68]

6. Testificando . Debes enseñar a tus discípulos cómo compartir su fe,


como ya lo tratamos en el Capítulo 12. A menos que los discípulos
se desarrollen en esta área, su caminar cristiano se verá
empobrecido y bien podrían encerrarse en sí mismos. Una versión
ensimismada de cristianismo sería una versión centrada en sí
mismo.

Finalmente, pensamos que Dios quiere discípulos que tengan un


corazón por las misiones mundiales. Debemos tratar de inspirar a
nuestros discípulos a participar en la evangelización del mundo y
tener un entendimiento general de lo que significa misiones.

7. El cuerpo de Cristo . Nuestra séptima área tiene que ver con la


iglesia y las verdades relacionadas a ésta. Los discípulos necesitan
entender lo que es el cuerpo de Cristo y cómo ellos encajan en él
(1Corintios 12-24; Romanos 12; Efesios 4: 1-16). Lo que menos
queremos hacer es desarrollar discípulos individualistas que no
entienden que el crecimiento cristiano es una actividad colectiva
que no puede ser alcanzada en aislamiento. Ellos debieran ser
activos en la vida del cuerpo en todos los niveles: adoración,
estudio bíblico, y la comunión del grupo pequeño, porque solo en
los grupos pequeños ellos serán capaces de desarrollar relaciones y
usar sus dones espirituales.

Además de saber acerca de la iglesia, ellos tienen que entender


específicamente los principios del ministerio cristiano, como lo
tratamos en el Capítulo 12 y 13. Vemos que cuando los discípulos
llegan a tener una mente de ministerio, su crecimiento se acelera
notablemente.
Aparte de estas áreas cruciales, es bueno (si tienes tiempo) darles
información acerca de los asuntos principales en la historia de la
iglesia incluyendo la iglesia primitiva, la iglesia medieval, la
reforma, el despertar evangélico, el surgimiento de la teología de la
liberación, y los recientes movimientos. Preguntas acerca de estos
asuntos surgen con cierta regularidad, así que mientras más los
equipemos en esto, mejor. Sin embargo, esta es probablemente un
área que puedes saltar, si lo necesitas.

Ciertamente los discípulos necesitan algún entrenamiento en asuntos


bíblicos como dones espirituales, los oficios de la iglesia, la
disciplina de la iglesia y las finanzas de la iglesia. [69]

Igualmente sentimos que nuestro trabajo no está completo hasta que


nuestros discípulos lleguen a ser dadores consistentes. Pablo
advierte que los líderes no deben ser “codiciosos de ganancias
deshonestas” (1Timoteo 3:3). Un cristiano que está esclavizado a la
avaricia está imposibilitado para servir a Dios. Jesús advirtió que a
menos que seamos fieles en las áreas insignificantes como el uso
del dinero, Dios no nos confiará las grandes riquezas de la iglesia,
como es velar por las vidas de los demás (Lucas 16: 10-11). Hemos
visto que los discípulos que no dan en forma disciplinada
generalmente hacen líderes débiles. El no dar, en especial en una
cultura tan próspera como la nuestra, es una señal de un problema
más grande de lo que algunos piensan.

8. Relaciones especiales. Además de entender el amor bíblico y ser


capaz de mantener amistades duraderas, los buenos discípulos
deben desarrollar diversas habilidades específicas adicionales que
se aplican a relaciones particulares.

El impulso sexual es poderoso. Hemos visto que muchos


potenciales discípulos están perdidos para el servicio cristiano
debido a que no pueden controlar sus deseos sexuales. Otros se
pierden porque se casan con alguien que no quiere seguir al Señor.
Algunas personas vienen a Cristo ya casados en “yugo desigual”, es
decir, que sus cónyuges no comparten su celo por Dios. Estos casos
claramente muestran por qué necesitamos involucrarnos para ayudar
a nuestros discípulos en esta área crucial como lo tratamos en el
Capítulo 9.

9. El Espíritu Santo y Jesús. Finalmente, debemos enseñar verdades


teológicas claves en las áreas del Espíritu Santo y Jesucristo. Los
buenos discípulos saben cuáles son los ministerios del Espíritu
Santo, y saben cómo depender regularmente del poder del Espíritu
para vivir y para el ministerio. Debemos también prepararlos para
refutar enseñanza no bíblica sobre el Espíritu Santo. Los discípulos
maduros buscan la guía del Espíritu y responden acorde a ello.

Cuando se trata de Jesús, nuestros discípulos debieran tener un


conocimiento básico de la unicidad de Jesús, su doble naturaleza, su
kenosis o vaciamiento de sí mismo (Filipenses 2:7), su deidad, su
obra, y su regreso. Debemos recordar que las sectas siempre atacan
y niegan la Cristología bíblica, así que esta área es especialmente
importante.

Apéndice 2. La inspiración de la Biblia

Creemos que estudiar el argumento para la inspiración bíblica es


fundamental si planeamos usar las Escrituras para entrenar discípulos en
todas las áreas. Es bueno seguir este bosquejo simple, mirando cada
pasaje y hablando de cómo contribuye al caso.

Definición
Inspiración . “Toda Escritura es inspirada por Dios [theopneustos = “Dios
respiró] y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en
justicia” (2Timoteo 3:16). Dios movió de tal manera a los autores de las
Escrituras que el resultado fue la Palabra de Dios escrita, totalmente sin
error en las hagiografías, en cada área incluyendo la teología, historia,
geografía, y ciencia.

Razones para aceptar este punto de vista

Un caso inductivo para la inspiración verbal que evita el razonamiento


circular:

Demostrar la confiabilidad histórica relativa (no inspiración) de los


registros del evangelio.

Prueba bibliográfica . ¿Hay suficientes copias para reconstruir los


originales? ¡Sí! El Nuevo Testamento tiene un número sin
precedentes de manuscritos muy antiguos.

Prueba interna . ¿Se descalifica a si mismo el autor con


contradicciones o conocidos errores de hecho? No. Los evangelios
tienen solo la variación que uno podría esperar de testigos
independientes. Cada uno es internamente consistente.

Prueba externa. ¿Confirman o niegan otros materiales históricos el


testimonio del autor? Los libros del evangelio están confirmados
por testimonio externo de historiadores seculares y por la
arqueología en muchos puntos.

(Ver Los Documentos del Nuevo Testamento, ¿Son Confiables? de


F.F. Bruce, o Estudio de la Introducción al Antiguo Testamento de
Gleason Archer, para detalles en estas interrogantes.)

Veamos las declaraciones de Jesús en cuanto a la Deidad registradas


en los evangelios.
Verifica sus declaraciones deductivamente eliminando las
explicaciones no satisfactorias (el Señor, mentiroso, argumento
lunático) o demostrando la autenticidad de Cristo basada en la
profecía bíblica cumplida.

Por lo tanto, dado que Cristo es Dios, Su enseñanza sobre la


inspiración bíblica tiene autoridad.

La enseñanza de Cristo sobre la inspiración:

Con tus discípulos revisa cada uno de los siguientes pasajes, contestando la
pregunta: “¿Qué enseña este pasaje o implica acerca de la naturaleza de la
inspiración?”

1. El Antiguo Testamento: Jesús sostenía que las Escrituras del


Antiguo Testamento eran la Palabra de Dios y no había error.
Mateo 5:18; 19: 4-5; 12: 39-40; 22: 29-32; Marcos 12: 36; Lucas
17:26-32; 24:44; Juan 5: 39-47; 10:35.

2. Sus propias palabras: Él puso sus propias palabras exactamente en


el mismo plano que el Antiguo Testamento.
Mateo 7:24-27; 24:35; Juan 3:5 “de cierto digo”; 8:31-32.

3. Los escritos de los apóstoles: antes de su muerte, Jesús pre-autorizó


a los apóstoles para escribir las escrituras que estarían directamente
inspiradas por el Espíritu Santo.
Juan 14:26; 15:26-27; 16:13-14.

Los autores humanos concuerdan con la posición de Jesús

Nuevamente, si lees estos pasajes con tus discípulos y determinan qué


enseña o implica cada uno sobre la inspiración, ese conocimiento durará más
tiempo en sus memorias que si simplemente se los dices.

1. El Antiguo Testamento:
Josué 1:8; 22:5; 2Samuel 23:2; Nehemías 10:29
2. El Nuevo Testamento: los autores sabían perfectamente que ellos
estaban escribiendo las Escrituras.

Juan 21: 24; 1Corintios 14: 37; Gálatas 1: 11-12; 1Tesalonicenses


2: 13; 1Timoteo 5:18
(¿Dónde en las Escrituras dice que: “el obrero es digno…?” Es en
Lucas, así que Pablo está confirmando la inspiración de los libros
escritos en su propio tiempo). 2Timoteo 3:16; 2Pedro 1:16-21; 3:2;
3:15 (Pedro confirma la inspiración de los escritos de Pablo), 16;
Apocalipsis 1:3; 22:18-19.

Apéndice 3. Método de estudio bíblico inductivo

Dennis McCallum y Gary DeLashmutt

Usa este plan de estudio para un libro de la Biblia. Selecciona un libro


corto como Efesios o 1Tesalonicenses para estudiarlo. Luego usa este
plan, para demostrar cómo funciona en el libro escogido. Después de
comenzar un tramo juntos (quizás con el capítulo uno y dos), desafía a tus
discípulos a hacer su propio trabajo antes de volver a reunirse. Tú debes
también hacer el tuyo(nuevo) del mismo libro y durante la próxima
reunión, pueden comparar los trabajos y conversar acerca de lo que han
aprendido. Se espera que los discípulos ganen un sentido de dominio en su
capacidad para leer la Biblia y analizar lo que el texto está diciendo.

Introducción

El estudio inductivo es un proceso donde el estudiante junta tantos hechos


acerca del pasaje como le es posible, y solo entonces concluye acerca del
significado. El punto principal de la disciplina es para enseñar a los
discípulos cómo interpretar los pasajes individuales en el contexto de todo
el libro. También enseña a los lectores a evitar llegar a conclusiones
basadas en palabras o expresiones similares en otros pasajes no
relacionados.

Resumen
A. Lee todo el libro escribiendo títulos para cada párrafo. Esto revela
el desarrollo del pensamiento general del libro. Los títulos deben
tener los siguientes requisitos:

1. El título debe ser corto. No se permiten oraciones. Una frase de


unas pocas palabras es el largo máximo. No estamos
escribiendo sinopsis. Resumir nos lleva a que la idea principal
quede claramente fijada en nuestras mentes.
2. El título debe cubrir todo el contenido significativo en el
párrafo. Si hay un tema no cubierto en tu título, necesita
revisión.

3. Decide cómo determinarás, dónde van las divisiones de los


párrafos. Si estás estudiando con un grupo, es probable que lo
mejor sea quedarse con los párrafos existentes. Sin embargo, si
estás estudiando uno a uno, quizás no estés de acuerdo con la
división de párrafos en tu traducción. Esto es solo asunto de
opinión. Puedes decidir dividir los párrafos en un lugar
diferente de aquellos usados en cualquier versión en particular.
Ten la libertad para hablar de dónde deberían ir las divisiones
y por qué (recuerda que éstas no son inspiradas y son diferentes
entre una versión y otra).

B. Recopila todas las referencias al autor, a la audiencia y a las


terceras partes claves. Puedes hacer esto haciendo tres columnas en
una hoja de papel, una para el autor, una para la audiencia y una
para otros. Los datos deben estar señalados con referencia del
capítulo y versículo, y marcado con un asterisco, si más que afirmar
la idea directamente, esta implícito. Los datos implícitos son menos
concluyentes al reconstruir la situación histórica. También puedes
registrar las posibilidades de la editorial. Estas son respuestas a la
pregunta: “¿Por qué podría el autor estar hablando de este tema?”
Por ejemplo, Pablo habla de la supremacía de Cristo en Colosenses
1. ¿Tenían ellos un problema en su Cristología? Aunque esta
interrogante surge más tarde para una completa consideración, es
buena idea comenzar ya considerando posibles respuestas. Solo pon
un signo de interrogación junto a cualquier suposición que hagas, y
no hagas conclusiones aún. Si surge un patrón a través del libro,
esto hace que tus suposiciones sean más probables.

C. De la parte B, resume las situaciones respectivas de cada parte con


un párrafo corto.

D. Registra tus conclusiones acerca de las razones del autor para


escribir el libro. Haz la diferencia entre las razones primarias y las
secundarias. Recuerda que esto podría afectar la interpretación de
algunos pasajes.

Estudio específico (6 preguntas para cada párrafo)

Después de hacer el resumen del estudio para todo el libro, vuelve al


comienzo y haz los siguientes seis estudios para cada párrafo, registrando tus
descubrimientos a medida que avanzas. Para cualquiera de las seis preguntas
que no corresponda a ningún párrafo, solo escribe N/C (No Corresponde).

A. Lenguaje

1. Identifica y define las palabras y frases claves y/o difíciles. Si


es necesario, realiza el estudio de las palabras usando la
concordancia y los diccionarios. Busca otros usos, en especial
los que hace el mismo autor, para entender el significado
probable de las palabras y expresiones.

2. En algunos casos, el estilo del párrafo afecta su interpretación.


Este es el caso si el autor emplea el sarcasmo, la parábola,
diatriba o poesía.

B. Histórico

1. ¿Cómo tu entendimiento del contexto histórico afecta tu


entendimiento de las palabras?

2. Identifica y explica cualquier referencia histórica adicional.


C. Teológico

1. ¿Qué enseña este párrafo acerca de asuntos teológicos tales


como la naturaleza de Dios, el pecado, el hombre, Satanás, la
salvación, la iglesia y la vida cristiana? Limita tus
observaciones a la información en el párrafo a mano a la luz de
los párrafos anteriores.

D. Estratégico

1. ¿Cómo este párrafo encaja en los propósitos generales del autor


para este libro? ¿Por qué escribe este párrafo? ¿Por qué lo
incluye aquí? ¿Cómo se relaciona con la estructura del libro?

Esta es la pregunta que da profundidad a tu interpretación y


asegura que tu aplicación es legítima, porque estas insistiendo
en el mismo punto que el autor original. En la pregunta
estratégica, tú te estás preguntando cómo se suponía que esto se
aplicaba a la audiencia original.

E. Aplicación contemporánea

1. ¿Cómo lo que es enseñado en este párrafo se aplica a nuestro


mundo hoy? ¿Cómo afecta esto a tu cosmovisión cristiana en
general?

2. ¿Cuáles son las implicaciones para la iglesia o los individuos?


¿Cómo este párrafo contrasta con las perspectivas defectuosas
en el mundo hoy?

F. Aplicación Personal

1. ¿Cómo se aplica este pasaje a mi propia vida y ministerio?


¿Cuáles son las implicaciones para mis problemas de pecado,
mis relaciones y crecimiento espiritual en general? ¿Cuáles son
sus implicaciones en las mismas áreas para la gente en mi
ministerio?
El punto aquí es que estés seguro de que estás aplicando el
pasaje a las situaciones reales en tu vida, a medida que Dios
usa la Biblia para hablarte.

Apéndice 4. Hermenéutica histórica-gramatical para lectores


laicos

Por Gary DeLashmutt y Dennis McCallum

Este estudio cubre los principios de la interpretación bíblica de acuerdo al


enfoque histórico-gramatical. Mucho de este enfoque no es sino una forma
de sentido común para establecer el intento del autor original, y equilibra
cualquier verdad descubierta con el resto de la Biblia. Analiza las reglas,
hablando de por qué tienen o no tienen sentido. Luego, mira los versos,
tratando de ver cómo cada uno ilustra la regla mencionada.

1. Interpretar gramaticalmente . El método histórico-gramatical da


por sentado que esas expresiones y palabras tienen un significado
relativamente estable durante ciertos períodos de la historia. Por lo
tanto, comenzamos hablando de qué podemos determinar como lo
normal, el significado común de las palabras, frases y oraciones en
el mayor grado posible. En otras palabras, nuestra interpretación
debe corresponder con la gramática de las palabras en el texto de
manera razonable. De otra manera, el intérprete podría asignarle su
propio significado sin control objetivo. La Biblia podría convertirse
en un horóscopo de dichos vagos que tratamos de introducir en
nuestras vidas de la forma que queramos.

La mayor parte de la Biblia puede ser fácilmente interpretada


simplemente tomando el lenguaje (ya sea el original o la traducción)
de la manera común (Juan 3:36; Hechos 1:11). En otras palabras, si
el sentido simple tiene sentido, no busques otro sentido.

Un sentido simple de lectura no debe confundirse con una


interpretación literal. Debemos permitir las figuras literarias,
simbolismo y lenguaje poético (Marcos 1:5; Lucas 22:19). Si un
pasaje contiene símbolos o un género literario especial (o estilo)
debe indicarse en el texto, ya sea mediante entradas textuales o
porque se requiere de símbolos para que el texto tenga sentido.
Muchos símbolos en la Biblia se explican por sí mismos
(Apocalipsis 1:9-20).

2. Interpretar históricamente . La interpretación histórica significa


que tomamos en cuenta el trasfondo histórico del autor y los
receptores tanto como sea posible. La Biblia fue escrita a gente
común y entendible para cualquiera. Sin embargo, fue escrita miles
de años atrás a una cultura diferente. Por lo tanto, como lectores
modernos, tenemos que tratar de recuperar un sentido general del
significado de las palabras, las frases y conceptos en las culturas
antiguas. No estamos interesados al comienzo en la pregunta: “¿Qué
significa para mí?” sino más bien, “¿qué significaba para aquellos a
quienes fue escrita originalmente?”
Ejemplos:

- Apocalipsis 2: 12-13 – Pérgamo era el centro de la adoración


a Asclepio.

- 1Corintios 11: 4-6 – El pelo cortado era típico de las


sacerdotisas de Afrodita, que también eran prostitutas del
ritual; las cabezas afeitadas eran típicas de las adúlteras
convictas (v.5). Usa diccionarios bíblicos u otros recursos para
descubrir las costumbres, el dinero, la geografía, etc. Luego
encuentra un significado correspondiente en nuestra cultura.

Ejemplos:

- El Buen Samaritano (Lucas 10)

- 200 Denarios (Marcos 6:37)

- 50.000 Dracmas (Hechos 19:19)


- La enseñanza de los fariseos sobre la relación entre
enfermedad y pecado (Marcos 2: 5-10; Juan 9: 1-2).

3. Interpretar Críticamente . Tu interpretación debe tener sentido


racional. Si se permite la interpretación para contradecir el mismo
pasaje u otros pasajes, no hay razón para un método hermenéutico,
ya que podemos hacer que el pasaje diga lo que queramos.

Seis reglas para interpretar en forma crítica

Estas reglas harán posible que llegues a una interpretación sumamente


sólida. Algunas de estas reglas son la consecuencia de una alta
consideración de las Escrituras. En otras palabras, la Biblia entera es el
producto de un autor (Dios) al mismo tiempo es el producto de muchos
autores. Por lo tanto, no es irracional buscar encontrar un mensaje
consistente a través de toda la Biblia. Jesús y los autores del Nuevo
Testamento armonizan los mensajes de pasajes diferentes no relacionados
del Antiguo Testamento cuando lo interpretan (ver, por ejemplo, el
razonamiento de Pablo en Gálatas 3: 6-17).

1. Interpretar a la luz del contexto del pasaje : Sigue el desarrollo


de pensamiento del libro que estás leyendo, asegúrate que tu
interpretación fluye junto con la dirección general del argumento.
Los cambios bruscos de tema no son comunes. Si tienes el
desarrollo de pensamiento de un libro que se centra en un tema y
cambia repentinamente a otro, y luego vuelve al anterior, tu
interpretación es casi certeramente errónea. Considera el contexto
más grande también: ¿cuál Testamento? ¿cuál autor? ¿en qué
período? Nunca veas un pasaje aislado de su entorno. Debe
considerarse el contexto como el tipo de evidencia más importante
en la interpretación de un pasaje. Generalmente el contexto suple
todo lo que necesitamos saber. Debemos ver otras explicaciones
solo cuando no podemos encontrar interpretación críticamente
fehaciente basada en el texto en español del contexto. Cualquiera
que diga que ve un quiebre en el contexto conlleva todo el peso de
la prueba.
Ejemplos:

- Mateo 16: 28 – Se refiere a la transfiguración (en el contexto


del pasaje).

- 1Corintios 14:34 - Significa interrumpir (ver 1Corintios 11:5


– el contexto del libro y del pasaje)

- 1Corintios 3:17 – El desarrollo del pensamiento del pasaje


limita la interpretación, él está hablando de la iglesia como
templo de Dios, no de individuos. Por lo tanto, esto no está
enseñando que el suicidio es el pecado imperdonable. Podemos
ver que algunos conectan este versículo con 6:19, pero es un
contexto diferente. Evita la “interpretación por asociación de
palabras” y en cambio, interpreta usando el desarrollo de
pensamiento.

2. Interpretar a la luz de la revelación progresiva (Hebreos 1: 1-2)


: Mientras que el propósito de Dios para el hombre nunca ha
cambiado, su estrategia para llevar a cabo ese propósito ha pasado
por diferentes etapas. Él ha tratado con el hombre bajo diferentes
pactos. Por lo tanto, es importante preguntar: “¿Bajo qué programa
fue escrito esto?” La aplicación primaria del pasaje será para la
gente bajo ese pacto (principalmente aquí en relación al antiguo
pacto y el nuevo pacto). Hay aplicaciones secundarias para aquellos
bajo otros programas basadas en los principios que tienen
aplicación universal. Nótese aquí problemas especiales en conexión
con el ministerio de Cristo antes de la cruz; Él operó bajo el pacto
del Antiguo Testamento (Gálatas 4:4).

Ejemplos:

- La poligamia era permitida en el Antiguo Testamento, pero en


el Nuevo Testamento se enseña lo contrario (1Timoteo 3:2).
- En el Antiguo Testamento la teocracia era obligatoria, pero en
el Nuevo Testamento se confirman los gobiernos seculares
(Romanos 13: 1-7; Mateo 22:21; 2Crónicas 7:14).

- Los sacrificios de animales, las leyes de alimentos, guardar el


Sábado, los días santos, las fiestas, los sacerdotes y la liturgia,
todo fue cumplido en Cristo y, por lo tanto, están obsoletos
(Colosenses 2:16-17; Hebreos 8).

- El diezmo era absolutamente requerido en el Antiguo


Testamento, pero no lo es en el Nuevo (Malaquías 3:7-12;
Números 18: 21-24; Deuteronomio 14: 22-29; compara con
2Corintios 9: 6-7)

3. Interpretar las Escrituras en armonía con otras Escrituras :


Como la Biblia es inspirada por Dios, no se contradice a sí misma.
Por lo tanto, nunca interpretes las Escrituras de tal manera que se
contradiga. Primero descubre el rango admisible de significado para
el pasaje, luego escoge la interpretación que no contradiga ningún
otro pasaje.

Ejemplos:

- Hechos 2:38 podría estar refiriéndose a la regeneración


bautismal o simplemente añadiendo al bautismo como un
adjunto deseable a los requisitos mínimos para la salvación
(por ej. la fe; compara con Hechos 16:30)

- En Santiago 2:14-26 “justificar” también puede significar


“justificar delante de los hombres” (v.18 comparar con Gálatas
2:16)

4. Interpretar los pasajes no claros a la luz de los pasajes claros :


Las Escrituras enseñan cada verdad fundamental y esencial en forma
clara y muchas veces. Nunca desarrolles una doctrina sobre un
pasaje no claro.

Ejemplos:

- Lucas 16:9 es usado por los católicos romanos para sostener las
indulgencias y el purgatorio.

- 1Corintios 15:29 menciona una oscura y desconocida practica


usada en Corinto. Hoy la iglesia Mormona usa este pasaje para
elevar a sus ancestros muertos a un nivel más alto en el más
allá.
- En 1Juan 5:16-17 el “pecado de Muerte” no está definido. No
fundamentes en ese pasaje una doctrina de apostasía.

5. Interpretar el “espíritu” del pasaje, no necesariamente la


“letra” : No sigas necesariamente el significado literal, en especial
cuando el texto es un género literario propenso a figuras literarias o
aseveraciones coloridas.

Ejemplos:

- Proverbios 22:6 – el libro de Proverbios contiene muchas


máximas, pero no todas son promesas absolutas. No todos los
hijos irán bien, pero muchos de ellos sí.

- Proverbios 15:1 – no todas las palabras amables apaciguarán


la ira, pero en la mayoría de los casos lo hará.
- 1Corintios 11: 1-18 – En algunos pasajes del Nuevo
Testamento la interpretación de la “letra” contradice el
“espíritu” del pasaje. Lo que Pablo señala es que ellos no
debían ofender las sensibilidades culturales orando con la
cabeza descubierta. Al insistir hoy en cubrir la cabeza,
ofendemos las sensibilidades culturales y al mismo tiempo, no
comunicamos sumisión, porque el cubrir la cabeza, hace ya
mucho tiempo perdió significado en la cultura occidental
(comparar con 1Corintios 10:32-33).

6. Interpretar dependiendo del Espíritu Santo, permitiéndole que te


enseñe.

Marque Verdadero o Falso.

- Proverbios 3:5 – “no en tu propia inteligencia” significa que


debemos evitar enfocar la Biblia en un nivel analítico. [Falso:
este pasaje se esta refiriendo a hacer planes autónomos, no a
cómo interpretar las Escrituras).

- Dado que la Biblia es “viva y poderosa”, la interpretación de


un pasaje puede ser diferente para diferentes personas. [Falso:
la aplicación puede ser diferente para diferentes personas,
pero la correcta interpretación es la que el autor quiso decir,
y eso significa que solo una interpretación es correcta].

- A menos que nos acerquemos a la palabra de Dios con una


profunda reverencia por Dios y una pasión por conocer Su
voluntad para nuestras vidas, podemos hacer la interpretación
equivocada. [Verdadero: la falta de estas actitudes podría
llevarnos a distorsionar el significado].

- Si las reglas de interpretación dan una respuesta y el Espíritu


Santo muestra otra, debemos elegir la última. [Falso: Esto
nunca podría pasar. Si pensamos que el Espíritu Santo está
indicando algo diferente al texto adecuadamente
interpretado, es que estamos elevando nuestros sentimientos
o impresiones subjetivas por sobre las Escrituras].

- Debemos orar antes de estudiar para que Dios nos capacite


para entender el pasaje. [Verdadero: Dios puede ayudarnos a
pensar claramente, y él puede mostrarnos cómo aplicar los
pasajes a nuestras vidas].
Apéndice 5. Seguridad de Salvación

Introducción

Este artículo está diseñado para ser estudiado con un creyente nuevo, o
podrías dárselo para que lo lea por su cuenta. El lenguaje es simple y
diseñado para que cualquiera lo entienda, ya sea que tenga un trasfondo de
iglesia o no. Si ustedes lo leen juntos, hagan una pausa para revisar los
versículos mencionados y hablar de cómo se aplican.

¿Qué es salvación?

Somos, por naturaleza, rebeldes hacia Dios y estamos separados de


Él por nuestros pecados (Romanos 3: 10-13, 23; 5:8, 10, 12;
Santiago 2:10; Efesios 2:1).

Dios quiere que la separación termine; él quiere traernos de vuelta a


él y rescatarnos (2Pedro 3:9; Juan 3:16; 2Corintios 5:20).

Él nos busca a lo largo de nuestras vidas “atraeré a todos a mí


mismo” (Juan 12:32).

Dios no nos pasará a llevar ni nos hará justos delante de él en contra


de nuestra voluntad. Responder a su iniciativa y aceptar su oferta de
perdón es la decisión espiritualmente más significativa que tomamos
en la vida (Mateo 23:37; Juan 1:12; Apocalipsis 3:20).

Es importante confesar en oración que hemos sido pecadores, que


queremos reconciliarnos con Dios, y que creemos que Dios puede
lograr esta reconciliación a través de la cruz de Cristo (Romanos
10: 9-13; 1Juan 1: 8-9).

Una vez que hacemos esto, podemos estar seguros de que estamos
reconciliados con Dios para siempre. Nada puede romper esta
relación (Romanos 8: 38-39; Juan 10: 28-29).
También podemos estar seguros de que todo pecado que cometemos
(pasado, presente y futuro) es perdonado por que Jesús pagó el
precio en la cruz (Hebreos 10: 12,14; Colosenses 1: 21-22;
2Corintios 5: 21).

Nuestra nueva identidad

Ahora tenemos una nueva identidad espiritual por el regalo de Dios;


no somos más vistos como “pecadores”. Ahora somos hijos de Dios.
Aunque no nos sintamos así, ha ocurrido un cambio espiritual y
aunque quizás sigamos pecando, el pecado no es más nuestro señor.
Dios ha pagado el precio del rescate para libertarnos de nuestra
vida de esclavitud. El pecado ya no nos describe más (Romanos 6:
6,11,14,18; 2Corintios 5:21).

Porque somos aceptados por Dios, nuestros sentimientos de culpa


deben perder su poder sobre nosotros. Siempre podemos ir a Dios
sin preocuparnos qué piensa él acerca de nuestro comportamiento
(1Corintios 1:9; 2Corintios 5: 16-17; Efesios 1:7; Colosenses 2: 13-
14; Hebreos 10: 19-22).

Podemos esperar con ansias la vida eterna con Dios. Vamos a un


lugar sin el dolor y el odio que llena este mundo. No tenemos que
temer más a la muerte. No tenemos que preocuparnos más por si
estamos “obteniendo lo suficiente” aquí o no, tendremos mucho en
un poco de tiempo, este entendimiento nos libera para pensar en las
necesidades de los demás (Efesios 1:11, 14; 1Corintios 6:14; 15:12-
26, 50-55).

Somos hijos adoptados por Dios. Tenemos pertenencia. Tenemos


una familia con Dios y sus otros hijos. Tenemos un Dios que se
preocupa por nosotros, que quiere darnos buenas cosas, y que nos
entiende (Romanos 8:15-17; 12:5; 1Corintios 12:18; Gálatas 4: 4-7;
Efesios 1: 5-6).

Hemos sido liberados de la autoridad de Satanás. Si tenemos miedo


debido a experiencias extrañas que podamos haber tenido, podemos
estar seguros en el hecho de que ahora pertenecemos a Dios, y Dios
es más poderoso que Satanás (Lucas 10: 18-19; Efesios 1: 20-21, 2:
1-7; Colosenses 1: 13, 2: 10-15; Hebreos 2: 14).

Tenemos un rol único en el propósito de Dios. Podemos encontrar


significado en el hecho que Dios quiere usarnos para ayudar a otros.
Él nos puso donde estamos por una razón (1Corintios 12:18;
2Corintios 3: 9-15, 4:1, 5: 17-20; Efesios 2:10).

Apéndice 6. ¿Cómo es Dios?

¿Cómo sabemos que estamos relacionándonos con el verdadero Dios y no


con un dios que nosotros hemos creado? Como nunca podremos comprender
totalmente al Dios infinito, él ha revelado puntos importantes acerca de su
carácter. Entender el carácter de Dios es importante. Estas características o
atributos de Dios son todos eternos y equivalentes. Nunca debemos poner el
énfasis en un atributo de Dios a costa de otro. Cualquier cosa que decimos
de Dios no debe contradecir estos atributos. Puedes estudiar cada atributo y
leer los versículos, considerando cómo los teólogos deducen estos atributos
de los pasajes mencionados. Luego pregúntate cómo cada particular atributo
de Dios podría afectar tu vida de oración, tu ministerio, tus actitudes hacia
él, etc.

1. Dios es omnisciente . Esto significa que él conoce todas las cosas


reales o posibles al mismo tiempo. Esto incluye el pasado y el
futuro (Salmos 147:5; Isaías 40:28).

2. Dios es omnipresente . Esto significa que Dios trasciende todos los


límites de espacio. Él puede estar en todo lugar al mismo tiempo
(Salmos 139:7-10)

3. Dios es omnipotente . Eso significa que él puede hacer lo que


quiera. El poder de Dios es ilimitado excepto por su propia
naturaleza (Génesis 18:14; 2Timoteo 2:13).
4. Dios es soberano . Esto significa que es dueño de la creación y la
gobierna, y todas sus creaturas dependen de Él. La soberanía no
significa necesariamente que Dios es el causante directo de cada
cosa, sino que nada pasa sin que él lo permita (Salmos 14:1;
Génesis 14: 19; Hechos 7: 24-28).

5. Dios es Dios de amor y gracia . Él trata a su creación con amor y


una actitud de misericordia (1Juan 4: 8, 16; Isaías 30: 18-21; 49:
14-16).
6. Dios es justo . Su carácter moral es la definición de bondad
(Marcos 10:18; Job 34:10; Habacuc 1:13; Santiago 1:13).

7. Dios es inmutable o que no cambia . Él es inalterable en Sus


atributos o promesas. Eso no implica que Dios nunca haga o diga
algo diferente. Solo sus atributos y promesas son invariables
(Hebreos 13:8; Santiago 1:17; 1Samuel 15:29)

8. Dios es verdadero y confiable . Él dice la verdad y no puede mentir.


Él también es fiel (Hebreos 6:18; Números 23:19; Tito 1:2;
2Timoteo 2:13).

9. Dios es infinito . Esto significa tanto que él no tiene comienzo


como que está libre de todo límite. También significa que tiene la
capacidad de llevar todos sus atributos a un grado infinito (Salmos
90:2; Judas 1:25; Isaías 44:6; Apocalipsis 1:8)

10. Dios es auto-existente o independiente . El fundamento de la


existencia de Dios es él mismo. Él no tiene causa y existe por la
necesidad de Su propio ser (Ver el nombre divino Yahweh que
significa “Yo soy”). Este atributo también significa que Dios no
necesita a su creación; él suple sus propias necesidades (Exequiel
3:14; Isaías 40:28; Juan 8:58; Hechos 17:25)

11. Dios es justo o equitativo . Dios no puede ignorar el mal. Él debe


recompensar el mal o el bien equitativamente (Génesis 18:25;
Salmos 19:9; Romanos 2: 1-5).
Apéndice 7. Cinco cosas que ayudan a la gente a crecer
espiritualmente

Es urgente enseñar a los cristianos nuevos acerca de los así llamados


“medios de crecimiento”. Su supervivencia espiritual puede depender de
aprenderlos en las primeras semanas de su caminar cristiano. Sugerimos
revisar esquemas como este, leyendo los versos juntos y hablando de como
contribuye cada pasaje a nuestro entendimiento de esa área.

1. La Biblia. Leer y aprender de la palabra de Dios es como alimento


espiritual: con ella crecemos fuertes; sin ella nuestra espiritualidad
sufre. Revisen cada uno de los siguientes pasajes y hablen de qué
enseña o implica la palabra de Dios y su rol en el crecimiento
espiritual:
Juan 8:31, 32
Colosenses 3:16
Juan 17:17
2Timoteo 2:15
Hechos 20:32
2Timoteo 3:16
Romanos 10:17
Hebreos 5: 11-14
Romanos 15:4
1Pedro 2:2

2. La oración. Oración es hablar con Dios. No podemos desarrollar


una buena relación personal con Cristo sin comunicarnos con él en
forma regular, íntima y honesta. También, en algunos casos Dios
espera hasta que nosotros le pedimos que él actúe (Santiago 4:2).
Revisen los siguientes versículos y traten de determinar qué enseña
o implica cada uno acerca de la oración:
Mateo 6:5-7
Romanos 15:30
Mateo 18:19
1Corintios 14:15
Lucas 18: 1-8
Efesios 6:18
Juan 15:7
Filipenses 4:6
Hechos 2:42
Colosenses 4:2
Hechos 12:5
1Tesalonicenses 5:17
Romanos 8:26-27
1Pedro 5: 6-8
Romanos 12: 12
1Juan 5:14-15

3. Sentido de comunidad. Porque somos una parte (y no un todo) del


cuerpo de Cristo, necesitamos lo que las otras partes del Cuerpo
suplen (1Corintios 12:21-22). Ir a los estudios bíblicos es
importante, pero creceremos aún más espiritualmente si formamos
buenas relaciones con los cristianos que conocemos. Involucrarse
en el cuerpo de Cristo hace al amor de Dios por nosotros y nuestro
amor por Dios más concreto (1Juan 4:20). Estudien cada uno de los
siguientes pasajes y traten de condensar lo que enseña sobre la
comunión:
Hechos 2:42
Efesios 4: 11-16
Colosenses 3: 12-l7
Santiago 5: 16
Romanos 12: 4-16
Efesios 5: 18-21
1Tesalonicenses 5:14
1Corintios 12: 14-27
Filipenses 2: 1-5
Hebreos 3:13
Gálatas 6:2
Colosenses 2: 19
Hebreos 10: 24-25
4. El amor en el servicio. Ayudar a otra gente nos ayudará a crecer
espiritualmente más que ninguna otra cosa, porque nos motiva a leer
más, orar más, y a tener más comunión. “El amor cubre multitud de
pecados” (1Pedro 4:8). Amar a otros nos ayudará a ver la vida
como se supone que debe ser vivida. Estudien estos pasajes sobre el
amor en el servicio y determinen lo que les enseñan o implican
sobre el rol del amor al servir en el crecimiento espiritual:
Juan 4: 34
Efesios 4: 11-13
Juan 6: 1-13
Colosenses 2: 19
Juan 13: 12-17, 34-35
Filipenses 2: 1-4
Hechos 20: 35
1Tesalonicenses 5: 14-15
Romanos 12: 10-13
Hebreos 10: 24-25
1Corintios 12, 13
1Juan 3: 16-18

5. El sufrimiento. A veces pasamos por sufrimiento, y éste puede


ayudarnos a crecer espiritualmente. A veces Dios amorosamente
trae disciplina a nuestras vidas. En otros momentos, el sufrimiento
que experimentamos no viene de Dios, pero él permite que suframos
como parte del mundo caído en que vivimos. Sin embargo, aún el
sufrimiento que resulta del mundo caído, puede ayudarnos a crecer
espiritualmente si dejamos que Dios nos enseñe algo a través de
esto. Toma la decisión de recibir disciplina como una señal del
amor de Dios para ti. Busca activamente aprender lo que Dios
quiere enseñarte a través de cada experiencia de sufrimiento
(Santiago 1: 2-5). Estudien los siguientes pasajes en contexto y
hablen de las conclusiones a las que llegan con cada uno sobre el
rol del sufrimiento en la vida cristiana.
Mateo 18: 15-17
2Corintios 7: 8-10
Lucas 9: 23-24
Filipenses 1: 29-30
Juan 12: 24-26
Hebreos 12: 1-13
1Corintios 10: 12-13
Santiago 1: 2-5
1Corintios 11: 30-32
1Pedro 1: 6-7
2Corintios1: 3-9
1Pedro 2: 19-21
2Corintios 4: 7-13
1Pedro 4: 12-19
2Corintios 7: 8-10

Apéndice 8. Cuándo recomendar consejería profesional

Reconocer desórdenes emocionales

Amy Merker, M.D.

Las siguientes notas son de una conferencia dada por la siquiatra, Dra.
Amy Merker a un grupo de discipuladores sobre cuándo deben recomendar
consejería profesional a la gente.

Introducción

El objetivo de esta conversación es ayudarte a aprender a reconocer los


síntomas de los desórdenes emocionales que podrían indicar que alguien
necesita ayuda profesional. Espero que para el final de esta conferencia
ustedes sean capaces de identificar a las personas que necesitan ser referidas
a un siquiatra, o una clínica mental.
No espero que todos ustedes se conviertan en especialistas en diagnóstico,
pero es útil ser capaz de pensar en el grupo de síntomas que forman un
diagnóstico. En el campo de la siquiatría, tenemos El Manual de Diagnóstico
y Estadísticas de Trastornos Mentales o MDE (DSM IV). Este es la Biblia
de siquiatría e incluye clasificaciones descriptivas de los síntomas o
características clínicas de desórdenes mentales. Sin embargo, no incluye
ninguna información sobre etiología o tratamiento.

Esta noche vamos a hablar de seis categorías de diagnóstico y cómo


reconocer si alguien tiene un desorden emocional:
Trastornos afectivos (Unipolar y Bipolar).

Esquizofrenia (sicosis)

Trastornos de ansiedad (Desorden de pánico, agorafobia, OCD)

Trastornos de personalidad
Trastornos por abuso de sustancias

Trastornos alimentarios

Trastornos Afectivos

Hay diversos tipos de trastornos afectivos, o trastornos del estado de ánimo.


Hay dos Trastornos Afectivos Mayores:

Depresión Mayor

Desorden Bipolar

Estos se llaman “Mayor” debido a su severidad.

Depresión Mayor

Para ameritar este diagnóstico, una persona debe tener al menos cinco de los
siguientes síntomas casi todos los días por al menos dos semanas:
Ánimo triste

Llanto

Retraso sicomotor

Disminución del interés o el placer

Insomnio

Poco apetito
Pérdida de peso

Falta de concentración

Sensación de inutilidad

Desesperanza o culpa excesiva

Ideando el suicidio

Este es el tipo más común de depresión mayor. Sin embargo, hay también un
tipo atípico de depresión mayor en el cual un individuo experimenta aumento
de sueño y apetito, en lugar de disminución.

Enfermedad Distímica (Depresión Neurótica)

Si una persona ha experimentado un estado de ánimo depresivo no por más


de dos años y tiene al menos dos de los síntomas previamente mencionados,
probablemente tiene lo que se llama un Trastorno Distímico (Depresión
Neurótica). Esta es una depresión crónica de nivel bajo y no se considera un
Trastorno Afectivo Mayor. La gente con enfermedad distímica puede
beneficiarse de los medicamentos antidepresivos.

Ambos trastornos ya mencionados se consideran trastornos de estado de


ánimo unipolar porque hay solo una dirección hacia dónde tiende a oscilar.

Trastorno bipolar

El otro tipo de Trastorno Afectivo Mayor se llama Trastorno Bipolar porque


el estado de ánimo de la persona tiende a oscilar en dos direcciones.
La Depresión Mayor y el Trastorno Bipolar se diferencian en que si un
individuo ha tenido o no un episodio maníaco. La persona con la enfermedad
de depresión mayor tiene recurrentes episodios depresivos a través de toda
su vida, mientras que el paciente Bipolar (o Maníaco Depresivo como una
vez se les llamó) tiene episodios depresivos periódicos y ha tenido al menos
un episodio maníaco en su vida.
¿Cómo uno determina si alguien está actualmente teniendo, o ha tenido
previamente un episodio maníaco?

Definición de Episodio Maníaco : Uno o más períodos marcados (unos


pocos días o semanas) con un estado de ánimo predominantemente elevado,
explosivo e irritable, y al menos tres de los siguientes síntomas:

Aumento en la actividad o inquietud física

Más conversador, difícil de interrumpir

Saltando de un tema a otro muy rápidamente (vuelo de ideas o


asociaciones poco precisas)

Autoestima inflada (delirios de grandeza)

Reducida necesidad de dormir (puede estar despierto 3-4 noches


limpiando, etc.)

Fácilmente distraído

Involucramiento excesivo en actividades con un alto potencial de


consecuencias dolorosas: compras compulsivas, inversiones en
negocios tontos, indiscreciones sexuales, etc.

Estas personas pueden incluso volverse sicóticas durante un episodio


maníaco. En otras palabras, ellos pueden perder el contacto con la realidad.
Ellos pueden alucinar, o experimentar delirios.

( Definición de un delirio : una creencia fija falsa cuya falta de evidencia


objetiva no cambiará”. Definición de Alucinación : una percepción
sensorial falsa en la ausencia de cualquier estímulo externo, no meramente
una malinterpretación de algo que en verdad está ahí, por ej. no una ilusión).

Trastorno esquizofrénico
Estas personas están generalmente bien enfermas. Esto se considera un
trastorno sicótico; la gente con esquizofrenia está fuera del contacto con la
realidad. Ellos experimentan delirios y/o alucinaciones. Ya hablamos de los
delirios.

El tipo de alucinación más común es una alucinación auditiva. Mi primera


paciente vino al hospital con papel de periódico atascado en sus oídos en un
intento por disminuir las voces que ella escuchaba. Para considerarse
verdaderas alucinaciones auditivas, estas voces deben experimentarse como
viniendo de afuera de uno, no solo en la cabeza de uno.

Además de los delirios y las alucinaciones, estas personas (con trastornos


esquizofrénicos) son tipificadas por trastornos del pensamiento. Su
pensamiento a menudo no es lineal, lo que significa que no sigue un flujo
lógico.

Alguien dijo una vez que ser esquizofrénico es como soñar despierto. En un
sueño tú puedes ir camino al aeropuerto cuando terminas en el zoológico,
donde te encuentras con un amigo del trabajo y más tarde te das cuenta de
que en realidad es tu hermana. No hay flujo lógico en este tipo de patrón de
pensamiento.

Al hablar con alguien que es activamente esquizofrénico, te puede parecer


difícil seguirlo y puedes terminar pensando “O él está loco, o yo estoy loco”.
Esto se llama descarrilamiento , donde el pensamiento divaga. La gente en
este estado exhibe lo que se llama asociaciones poco precisas o vuelo de
ideas.

Trastornos de ansiedad

El síntoma predominante en este grupo de trastornos es obviamente la


ansiedad. Estas personas son consideradas neuróticas, no sicóticas, ya que
están en contacto con la realidad.
Esta categoría incluye Trastorno de Pánico con o sin agorafobia, Trastorno
Obsesivo-compulsivo, Fobia Social, TEPT (trastorno de estrés
postraumático), y Trastorno Generalizado de Ansiedad.
El Trastorno de Pánico consiste en repentinos episodios distintos de extrema
ansiedad que incluye cuatro o más de los siguientes síntomas:

Dificultad para respirar, palpitaciones del corazón, dolor de pecho,


mareos, sudoración, temblor, o miedo a perder el control o morir.

Estas personas también pueden tener agorafobia y tener miedo de


salir de sus casas. Agorafobia significa, literalmente, miedo a los
espacios abiertos. Estas personas a menudo tienen dificultad para
estar en una multitud. Por ejemplo, ellos pueden sentirse agobiados
y experimentar un ataque de pánico en un supermercado.

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) se caracteriza por obsesiones


recurrentes o pensamientos no deseados, invasivos o compulsiones, que son
comportamientos o hechos mentales repetitivos que la persona se siente
motivada a realizar en respuesta a una obsesión o de acuerdo a ciertas reglas
o rituales.

La persona se da cuenta de que estos pensamientos o acciones son anormales


o excesivos pero no es capaz de controlarlos. Son una fuente significativa de
angustia para la persona y/o interfiere con su funcionamiento social. En otras
palabras, son más que meras preocupaciones excesivas de los problemas de
la vida real.

Ejemplos de TOC incluyen personas que están obsesionadas con la


contaminación y por lo tanto, se sienten forzadas a lavarse las manos
cincuenta veces al día, o a ducharse dos o tres veces diariamente. Jack
Nickolson protagonizó un TOC en la película Mejor Imposible .
Las personas con TOC pueden estar obsesionadas con la simetría, como el
protagonista de Durmiendo con el Enemigo . Ellos tienden a organizar sus
especias, calcetines, etc., y sienten la necesidad de guardar las toallas en
perfecto orden.

Algunas personas con TOC se sienten forzadas a contar, acumular o revisar


las cosas una, y otra y otra vez.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada es el trastorno más común de
ansiedad. Los síntomas incluyen preocupación excesiva que interfiere con el
funcionamiento diario, y al menos tres de los siguientes:

Tensión muscular

Insomnio

Falta de concentración

Sentirse nervioso o exaltado

Irritabilidad o fatiga

Este trastorno es más común en mujeres y a menudo ocurre en personas que


también sufren depresión.

Trastornos de personalidad

Todos tenemos ciertos rasgos de personalidad que hemos desarrollado con


los años. Estos son patrones permanentes, arraigados para percibir y
relacionarnos con el medio ambiente y con nosotros mismos. Cuando estos
rasgos de personalidad se vuelven inflexibles e inaceptables y causan ya sea
significativa disfunción social o funcionamiento ocupacional, constituyen un
trastorno de personalidad.

Ejemplos de esto incluyen: Trastornos de personalidad Narcisista,


Paranoico, trastorno de Ocultamiento de la Personalidad, Dependiente,
Antisocial, Histriónico, Esquizoide, Pasivo-agresivo, y trastorno Límite de
Personalidad.

Es difícil relacionarse con estas personas y pueden ser seres humanos


altamente bruscos. Ellos a menudo se alejan de las personas y caen en un
ciclo de relaciones frágiles, que periódicamente rompen con sus
comportamientos. Ellos a menudo no ven fallas en sí mismos, y por lo tanto,
no consideran que necesiten un cambio. A menudo tienen estrategias bien
rígidas para tratar con la gente o las situaciones, y por lo tanto, tienen
dificultad para asimilar los métodos bíblicos saludables para responder a
las situaciones.

Ellos pueden tener tanto miedo al rechazo que ellos se aferran tan
fuertemente a una persona que la terminan alejando. Ellos se involucran vez
tras vez en relación tras relación con el mismo paradigma autodestructivo.
Ellos también a menudo malinterpretan eventos esencialmente benignos. Por
ejemplo, si traes un amigo a una fiesta en su casa, ellos asumen que lo hiciste
porque no querías hablar con ellos. Ellos son súper sensibles al rechazo o a
ser despreciados de cualquier manera.

Toxicomanía

El punto importante aquí es determinar si una persona que abusa de drogas o


de alcohol meramente necesita ser amonestada para superar el problema, o
si su abuso es tan serio que amerita tratamiento con un programa para
dependencia de sustancias químicas de algún tipo.

Es importante determinar la severidad de su abuso, ya que suspender el


alcohol o las drogas abruptamente podría causar convulsiones por
abstinencia. Algunas personas requieren desintoxicación hospitalaria o un
programa interno de rehabilitación de drogas por 30 días para salir en forma
segura de la sustancia que ellos estaban abusando.

Un patrón de uso patológico involucra la intoxicación a través del día, la


incapacidad para parar o cortar o tener lagunas.
La diferencia entre el abuso de alcohol o sustancia y la dependencia, es que
alguien ha llegado a ser dependiente si ha desarrollado tolerancia o síntomas
de abstinencia. La tolerancia es la necesidad de cantidades notablemente
aumentadas de la sustancia para lograr la intoxicación. Los síntomas de
abstinencia incluyen temblor, náuseas, agitación, y convulsiones.

Es importante determinar si ha tenido que ausentarse del trabajo a causa de


su abuso, y si ha tenido problemas legales como conducir bajo la influencia
de las drogas o el alcohol.

Trastornos alimentarios
Anorexia

Miedo intenso de engordar

Alteración de la imagen del cuerpo, ellos piensan que están gordos


aun cuando están delgados.

Pérdida de peso de al menos el 25% del peso corporal original

Rechazo de mantener el peso corporal sobre un peso mínimo normal


para la edad y la estatura

Enfermedad física no conocida que pudiera contarse por la pérdida


de peso

Amenorrea, (pérdida del ciclo menstrual)

Bulimia

Episodios recurrentes de atracones de comida, rápido consumo de


grandes cantidades de alimentos en un período de tiempo discreto, y
una sensación de falta de control sobre la comida o a menudo comer
en secreto.
Comportamiento compensatorio inadecuado recurrente para evitar
subir de peso, tal como vómitos autoinducidos, abuso de laxantes,
ayuno o ejercicio excesivo.

El atracón de comida y el comportamiento compensatorio ocurren al


menos dos veces por semana por 3 meses.

Preocupación por el peso y la forma

No debido a ningún trastorno físico


Por ejemplo, si estás viviendo en una casa del ministerio, y notas que la
comida continuamente desaparece, puede que haya un bulímico viviendo
entre ustedes. Necesitarás confrontar directamente a la persona por los
atracones y la purga, ya que el secreto es fundamental para el bulímico y la
apertura es clave para la recuperación.

Trastorno por déficit de atención (TDA).

Este trastorno tiene variados síntomas que se traslapa con el Trastorno


Bipolar, pero los síntomas no son episódicos en TDA. En lugar de eso, son
consistentes día a día.

Los síntomas de TDA incluyen: falta de concentración, problemas de


distracción, tendencia a no terminar los proyectos, aburrirse fácilmente,
impaciencia, tendencia al comportamiento adictivo, poca habilidad para oír,
y la tendencia a alejarse en medio de una página o conversación.

Además de TDA, también hay Trastorno de Déficit de Atención con


Hiperactividad que incluye hiperactividad como un síntoma central. Para
recibir el diagnóstico de TDA, los síntomas deben haber comenzado en la
niñez. Este trastorno no comienza en la adultez.
Cuando derivar

Las banderas rojas que hay que buscar para discernir si alguien necesita
ayuda profesional son:

Ideas suicidas

Fuera de la realidad (sicosis)

TOC (trastorno obsesivo compulsivo)

Depresión severa con cambios en el dormir, energía, apetito y


motivación

Adicción a (dependencia de) sustancias (drogas o alcohol)


Causas físicas de depresión o ansiedad que requieren de la
evaluación de un especialista

Veamos algunos de estos con más detalle.

Ideas suicidas

Tú debes preguntar directamente si sospechas que alguien ha tenido


pensamientos de hacerse daño. Es importante que verbalice esos
pensamientos, ya que es menos probable que los lleve a cabo si habla de
ellos. Pregúntale si ha pensado en algún plan al respecto. También pregúntale
si alguna vez anteriormente ha tenido esos pensamientos o si ha intentado
suicidarse en el pasado.

Si él dice: “Me gustaría estar muerto”, no es tan serio como si él dice:


“estoy pensando en tomar una sobredosis, y tengo algunas pastillas”. Si él
tiene un plan debe ser tomado en serio, y debes llevarlo a un centro de salud
mental o a un hospital.

Necesita medicamentos

Si las personas son sicóticos, significativamente deprimidos o experimentan


TOC, deben ser derivados para una evaluación de un siquiatra para
determinar si necesitan medicamentos. Individuos con síntomas de
Depresión Mayor, Desorden Bipolar, y algunos casos de Desorden Distímico
es probable que necesiten medicación con antidepresivos.
También las personas con TOC, trastorno de pánico con o sin agorafobia, u
otro trastorno de la ansiedad tal como tricotilomanía (tirarse el pelo) pueden
beneficiarse con medicamentos antidepresivos o anti ansiedad.

Aquellos con esquizofrenia definitivamente necesitarán una droga


antipsicótica.

Los últimos estudios muestran que los que sufren trastornos alimentarios
pueden beneficiarse de medicamentos, pero el grupo de terapia puede
también ser bastante bueno para estas personas. Si alguien con un trastorno
alimentario también tiene un trastorno del estado de ánimo, puede
beneficiarse de los antidepresivos.

Lamentablemente, los medicamentos parecen no ayudar a la gente con un


desorden de personalidad. Sin embargo, si alguien con un desorden de
personalidad también está deprimido, entonces puede ser útil un
antidepresivo. Los siquiatras acostumbraban a decir que el único tratamiento
efectivo para alguien con desorden límite de la personalidad era una
sicoterapia semanal por un mínimo de 5 años. Yo pienso que la terapia puede
ayudar a estas personas, pero el crecimiento espiritual es probablemente su
mejor opción.
Muchas personas son reacias a tomar medicamentos debido al estigma
cultural añadido a esto. Ellos temen que esto implique que ellos estén
“locos”. Sin embargo, si alguien está deprimido, los medicamentos pueden
corregir un desequilibrio en su neuroquímica y restaurar el funcionamiento
normal.

Los medicamentos solos no siempre son suficientes, pero la terapia


individual y/o conyugal en combinación con los medicamentos a menudo es
muy útil. La mayoría de los estudios muestran que la combinación de
medicamentos y terapia provee la mejor opción para la recuperación.

La gente a menudo necesita tener su pensamiento o perspectiva en línea con


la verdad de Dios para ayudar a prevenir la recurrencia futura de los
problemas.

La necesidad de hospitalización

Si las personas son suicidas u homicidas, ellos deben ser admitidos en un


hospital. En estos tiempos, tener un problema severo como éstos, es la única
forma de que una persona se pueda internar en el hospital. Si son sicóticos e
incapaces de cuidarse a sí mismos, entonces ellos también deben ser
internados.

La necesidad de desintoxicarse
Si son dependientes de las drogas o del alcohol puede que deban
hospitalizarse para la desintoxicación. Ya que si alguien que es dependiente
del alcohol lo deja de golpe, está en riesgo de convulsiones por el síndrome
de abstinencia. En el hospital sus signos vitales pueden ser monitoreados de
cerca, y se le puede administrar medicamentos para prevenir las
convulsiones debido a la abstinencia.

La necesidad de sicoterapia específica

Yo creo que el tipo de sicoterapia más bíblica es probablemente la terapia


de comportamiento cognitivo. Este tipo de terapia intenta identificar el
pensamiento erróneo y lo reemplaza con la verdad. Esta terapia es
particularmente buena para TOC, trastorno de ansiedad social y fobias.

La necesidad de derivar a un especialista

Siempre es importante descartar cualquier causa física de depresión o


ansiedad. Si alguien está agotado y desmotivado en realidad podría estar
anémico o tener hipotiroidismo. Si la tiroides de alguien está muy alta, él
puede verse ansioso. El escrutinio de exámenes de sangre puede identificar
estas causas físicas.

Conclusión

En conclusión, vale la pena mirar a las personas heridas teniendo en cuenta


estos tipos de síntomas. Si sospechas que alguien está deprimido, por
ejemplo, quizás quieras averiguar sobre sus patrones de sueño y
alimentación. También es crucial que le preguntes directamente si ha tenido
pensamientos de hacerse daño. Si es así, ¿tiene un plan?

Si alguien empieza a alucinar o comienza a escuchar voces, se requiere que


sea evaluado tan pronto como sea posible, en particular si está
experimentando alucinaciones auditivas que le dicen que se haga daño o
haga daño a otros.
En mi opinión, siempre es mejor errar en el lado seguro. En otras palabras,
yo tomo en serio cuando alguien menciona suicidio y que lo intentará,
entonces lo aparto para averiguar qué está pensando. Si tiene un plan, yo
pienso que lo mejor es derivarlo(la) a un profesional inmediatamente. Los
profesionales han sido entrenados para determinar el aspecto letal y ellos
deciden si alguien necesita ser internado, no tú. También deberías dar un
informe escrito a la oficina de Xenos (la iglesia) acerca del evento diseñado
para asegurarse que ocurra todo lo que es necesario.

Apéndice 9. Evaluación de tu grupo

Un esquema como éste está diseñado para ayudar a los líderes a ordenar sus
pensamientos y cualquier información objetiva sobre cómo le está yendo a su
grupo. Este tipo de evaluación generalmente saca hechos a luz que se
perderían en una simple sensación interior sobre cómo le está yendo al
grupo.

I. Cruzada/evangelismo

1. ¿Cuántas personas han estado por primera vez en el grupo


en casa durante los últimos seis meses? ¿Te sientes
satisfecho con ese nivel de alcance?

2. De esas personas que fueron por primera vez al grupo en


casa los últimos 6 meses, ¿cuántos eran probablemente no
cristianos? ¿Piensas que tu gente está hablando a no
cristianos o principalmente a otros cristianos?

3. ¿Qué proporción de gente en el grupo, crees tú, que está


compartiendo activamente su fe?

4. ¿Ves una tendencia en la actitud de la gente hacia


evangelizar en los pasados meses? ¿Cómo describirías la
moral del grupo respecto a evangelizar?
5. En general, ¿tienes la impresión de que tu iglesia es débil,
medio o fuerte en el área de evangelizar?

6. En resumen: ¿Cómo percibes tú el evangelismo en el


grupo? ¿Cómo puedes animar al progreso o estimular al
cambio?

II. Seguimiento (se refiere a cuán bien el grupo continúa


involucrándose y la conversación regular con los invitados
que van por primera vez).

1. De la gente que vino por primera vez los últimos meses,


¿cuántos aún están viniendo? ¿Cuál es la relación entre los
que vinieron por primera vez y los que se quedaron? (Por
ejemplo, en promedio, quizás una persona permanece, de
cuatro que vienen de visita)

2. ¿Se encargan los miembros de saludar y hablar con la gente


nueva? ¿Sus conversaciones incluyen contenido espiritual?

3. ¿Qué pasa con la gente que ha estado perdida por los


últimos 4 meses? ¿Fueron las pérdidas inevitables (en que
el grupo dio lo mejor que podían), o fue el resultado de
poco trabajo (por ej.: la persona fue ignorada)?

4. En resumen: ¿Hace seguimiento tu grupo a la gente nueva, o


es ésta una debilidad? ¿Cómo podrías animar al progreso o
estimular al cambio?

III. Desarrollo de liderazgo

1. ¿Has identificado a las personas que podrían ser tus


potenciales líderes?

2. Nombra los hombres y mujeres que es más probable que


alcancen el liderazgo del grupo, en términos de
probabilidad.
3. ¿Hay otros discipulando gente en tu grupo? ¿Quién está
discipulando a quién?
4. ¿Quién en tu grupo piensas que realmente desea ser un líder
de grupo algún día? Si no estás seguro que puedas contestar
esto, ¿qué pasos deberías dar?

5. ¿Tienes alguna persona casada que desee liderazgo cuyo


cónyuge no está interesado? ¿Qué debe hacerse?

6. ¿Puedes pensar en alguien en el grupo que debería ser


discipulado y que no está siéndolo?

7. En resumen: ¿Cómo calificarías al grupo respecto de


desarrollo de liderazgo? ¿Cómo podrías animar al
progreso o estimular al cambio?

IV. La Vida de Cuerpo (se refiere a la calidad de comunidad y a


las relaciones)

1. ¿Cómo evaluarías la salud emocional o de relación general


en el grupo? ¿Están las personas involucradas en amarse
los unos a los otros?

2. ¿Aprecian los miembros de tu grupo la vida de cuerpo


como un valor significativo en sus vidas?

3. ¿Cuán bien, piensas tú, que la gente está ayudando en el


ministerio de los demás?

4. ¿Qué hace la gente después de la reunión del grupo?


¿Disfrutan quedándose para relacionarse con los demás, o
se van pronto?

5. ¿Cuán profundo es el involucramiento entre los miembros


durante la semana?
6. ¿Qué porcentaje del grupo asiste en forma regular a las
reuniones grandes de tu iglesia? y ¿Hacen ellos algo juntos
después de esas reuniones?

7. En resumen: ¿Cuán satisfecho estás con la calidad de la


vida de cuerpo en tu grupo? ¿Ves alguna necesidad de
cambio en esta área?

V. Oración

1. ¿Tiene el grupo una reunión especial de oración


intercesora?

2. Si no hay una reunión especial de oración, ¿hay alguna


oración intercesora incluida en otras reuniones?

3. ¿Sabes de otras ocasiones en que los miembros se reúnen


para orar?

4. ¿Entienden los miembros de tu grupo la importancia


doctrinal que involucra la oración? ¿Has enseñado
apropiadamente sobre la oración?

5. En resumen: ¿Estás satisfecho con el ministerio de oración


del grupo? ¿Cómo puedes animar al progreso o estimular al
cambio?

VI. Las reuniones del Grupo

1. ¿Es posible que las enseñanzas o conversaciones no sean


lo suficientemente buenas como para captar el interés de la
gente? ¿Cómo calificarías las enseñanzas?

2. ¿Piensas que los maestros o líderes de debate están


obteniendo la retroalimentación adecuada en sus
presentaciones? ¿Cómo lo sabes?
3. ¿Quién es el mejor maestro o líder de debate en el grupo?
4. ¿Enseña esa persona más a menudo que los demás?

5. ¿Está vivo o muerto el compartir? ¿Por qué? (por ej.: las


enseñanzas son muy largas, una persona monopoliza la
conversación, demasiado silencio, etc.).

6. ¿Están los miembros comprometidos con la salud de la


reunión? ¿Cómo los ves que están contribuyendo?

7. En resumen: ¿Cómo describirías la calidad de tus


reuniones? ¿Cómo podrías animar el progreso o estimular
al cambio?

Conclusión:

¿Con qué puntos claves te estás quedando de esta evaluación?

En una escala de 1 (el grupo podría decaer pronto) al 10 (lográndolo muy


bien en la mayoría de los sentidos), ¿cómo calificarías tu grupo esta vez?
Encierra en un círculo tu opinión, y luego compara las notas y las razones
con otros líderes.

1----2----3----4----5----6----7----8----9----10

Apéndice 10. Principios para formar equipos de liderazgo


exitoso

Es bueno leer y orar con esta lista de puntos una o dos veces al año.

Animando a compañeros líderes

¿Puedes nombrar las características personales que tú admiras en


cada uno de tus compañeros líderes? Si no, tú necesitas pasar tiempo
delante de Dios pidiendo que Dios te ayude a tener una valoración
más realista de tus colegas.
¿Puedes nombrar logros ministeriales que tú aprecias de cada líder?
De nuevo, ora para que tus ojos sean abiertos, y por la humildad
para admitir el valor de otros para el ministerio.

¿Has expuesto en persona, cualquiera de estos puntos a tus


compañeros líderes durante los últimos dos meses? Si no, estás
retrasado en tu rol de estimulador. Ellos encontrarán difícil de
aceptar tus críticas y tus consejos si debilitas el darles ánimo.

Ora por visión para cada uno de tus compañeros líderes. Pide a
Dios que te muestre por qué sus contribuciones personales son
importantes. Luego busca una oportunidad para expresar tu visión a
cada uno de una manera realista, no llamativa.

Oren unos por otros. Hagan de sus tiempos de oración oportunidades


para revisar lo que Dios ha otorgado a la iglesia a través de cada
uno de tus líderes, no solo un tiempo para preocuparse y resolver
problemas.

Resolver conflictos personales

Tómate un tiempo para explicar con detalle y resolver los conflictos


a medida que surgen. Ayúdense unos a otros a resolver los
problemas personales ayudando a otros a comunicar sus
preocupaciones e intereses. Un pacificador con influencia puede
ayudar a la gente a entender las posiciones de los demás.

Si los líderes se han ofendido o se sienten heridos, el conflicto se ha


movido desde la categoría orientada a los asuntos, a un conflicto
afectivo basado en los sentimientos. Estos conflictos afectivos son
más peligrosos y requieren atención especial. Revisa la sección
sobre consejería de conflictos interpersonales para tener algunas
ideas de cómo resolver conflictos de forma bíblica (Capítulo 9,
Consejería).
El dar ánimo es especialmente importante en momentos de conflicto.
La controversia necesita equilibrarse con ánimo, amabilidad y
aprobación.

Dedica tiempo para relacionarte social y positivamente con otros


líderes. Pasar tiempo con tus compañeros líderes debería ser una
prioridad. Los líderes que se vuelven relacionalmente indiferentes
están más propensos a los malos entendidos y a sospechar de los
demás.

Si surge un problema que no se puede resolver, busca la ayuda


foránea. El liderazgo de tu iglesia debería ser capaz de mediar
cualquier disputa.

Los líderes deben estar de acuerdo en un estándar realista y de


arduo trabajo para el liderazgo del grupo. Los líderes que no están
viviendo sobre esa norma deben ser enfrentados abiertamente y no a
sus espaldas y desafiados a dar un paso adelante.

Si sientes que debes hacerle una crítica a tu compañero líder, tu


percepción de cualquier falta por parte del otro líder debe ser
objetiva y seria. Eviten provocarse unos a otros por asuntos sin
importancia, que conduce a una atmósfera crítica.

Observar el principio de “el hombre encargado”

Debes practicar la precaución extrema cuando tengas pensamientos


negativos con respecto al ministerio de otro líder, en especial si ese
trabajo se lleva a cabo donde no puedes observarlo personalmente.
Debido a que la persona encargada es la que mejor puede juzgar lo
que está ocurriendo.

El valor de otros líderes en esta situación es principalmente el de


cuestionar la situación, más que definirla. En otras palabras,
mediante un proceso de cuestionamiento, los otros líderes deben
sacar a relucir cualquier duda que ellos tengan acerca del ministerio
del líder responsable. Sin embargo, si las respuestas dadas son
sensibles y corresponden con el hecho objetivo, éstas deben ser
creídas. También, si un líder contradice un relato dado por un
miembro, nosotros debemos estar dispuestos a creer al líder por
sobre el miembro, de acuerdo a 1Timoteo 5:19. Aun cuando este
pasaje se refiere específicamente a los ancianos, el principio parece
ser que debemos atribuir alta credibilidad a los relatos de los
líderes.

A menudo será necesario reevaluar tu impresión después de hablar


con la persona encargada. Si la duda persiste, generalmente debes
guardarlo para ti hasta que la situación se aclare completamente.

Los líderes deben ser muy cautelosos de las tendencias encontradas


en la mayoría de las personas para criticar a otros obreros, y que
sienten que “yo lo sé mejor”. Debemos ser muy reacios a
inmiscuirnos en el proceso de toma de decisión de otros líderes más
allá de cuestionarlos.

Sin embargo, todos los líderes debieran someter a cuestionamiento


sus ministerios por parte de otros líderes, incluso el cuestionamiento
de naturaleza cercana. Solo siendo cuestionado es que
reexaminamos nuestras propias posiciones, y por lo tanto, otros
líderes nos benefician.

Un líder que se rehúsa a ser cuestionado o que se ofende por ser


cuestionado está demostrando una actitud inmadura que contradice
el liderazgo en equipo. Esa negativa llega a ser un asunto en sí y
debe ser resuelto antes de que se pueda esperar un nivel razonable
de cooperación. Mientras cualquier líder puede reaccionar a la
defensiva al principio, no tenemos excusa para continuar en esa
postura.

No desistas de un líder que estalla cuando es cuestionado. Este


problema no se irá y debe ser resuelto a cualquier costo. Si es
necesario busca ayuda en el liderazgo mayor de la iglesia.

Compromiso para el éxito


Cada líder de grupo debiera comprometerse con el objetivo de ver
el éxito en el trabajo de todos los demás líderes. A menos que
podamos honestamente afirmar que este es nuestro objetivo, nada de
lo que digamos es confiable, ya que no estamos trabajando con la
motivación de tratar de ayudar. Si hay rivalidad o indiferencia en
nuestro corazón, nuestras perspectivas serán sesgadas y sin amor.

Comunicando respeto

Otros líderes deben ser vistos como colegas y tratados con todo el
debido respeto. Debemos ver a los compañeros líderes de una
manera que asume su competencia básica, y debemos comunicar esto
con la conducta y las palabras usadas en una reunión de líderes.
Piensa cómo se comunica el respeto. Los líderes que desprecian a
sus colegas o los insultan no están siendo respetuosos.

Enfocándose en el ministerio

A menos que todos los líderes estén focalizando la mayor parte de


su atención y esfuerzos en el trabajo que se necesita y que es
efectivo, la frustración y la negatividad inevitablemente aparecerán.
Los buenos equipos de liderazgo son proactivos. Verificar si la
mayor parte del tiempo y esfuerzo de los líderes y obreros están
siendo usado para enfocarse en los problemas, o en el ministerio
estratégicamente sano y positivo.

Sigue el principio de enfocarte en el campo receptivo. Jesús enseñó


a sus seguidores a enfocarse en las ciudades que estaban dispuestas
a escuchar más que en aquellos que rehusaban el mensaje (Lucas
10:8-11). Dentro de la esfera de cada ministerio, identifica a las
personas más receptivas y prometedoras en este momento particular.
Evita los tres errores más comunes en esta área: a) tratar de
alimentar a la fuerza a un creyente (o no cristiano) que no quiere; b)
ignorar los buenos cristianos en crecimiento porque “ellos lo están
haciendo bien”; c) “engrasar la rueda chillona”, ocupar todo el
trabajo de la iglesia (y todo el tiempo de conversación en la reunión
de líderes) en gente que exige y se queja fuerte, sin considerar a los
demás que exigen menos y prometen más. A menos que resistamos
esta tendencia, comenzaremos a sentir que la mejor manera de
obtener atención es tener una crisis de fe o un quiebre emocional.

Lidiando con la negatividad

Todo equipo de liderazgo y todo líder tiene que lidiar con la negatividad y el
derrotismo de vez en cuando. Estas actitudes son extremadamente dañinas
para la moral del grupo y de los compañeros líderes. Al lidiar con la
negatividad, recuerda lo siguiente:
1. Distinguir entre negatividad y realismo. Tenemos que admitir los
problemas auténticos antes de que podamos resolverlos. Sin
embargo, debemos evaluar toda área de problema sin exageración, y
debemos permitir que el poder de Dios obre en la situación.

2. Los líderes necesitan recordarse unos a otros que el trabajo


cristiano, como en toda guerra, está lleno de reveses e infortunios
inesperados. ¡Pero hay también inesperadas victorias! Los
contratiempos que vemos hoy debemos verlos a la luz de toda la
historia de la obra de Dios en el grupo. Generalmente podemos ver
que ha habido reveses periódicos, pero por sobre todo progreso.

3. La negatividad con respecto al ministerio de otros líderes es


particularmente sospechosa (ver el comentario anterior acerca del
hombre a cargo).

4. Debemos tratar de equilibrar verbalmente los hechos negativos con


positivos en la reunión de líderes. Qué terrible error sería tener la
mayoría de la gente en nuestro grupo buscando seriamente el
crecimiento, pero enfocarnos en los pocos que no están interesados.

5. Un líder que está proyectando negatividad y derrotismo en la


reunión de líderes debe recordársele que exprese fe en Dios.

6. Cuando los verdaderos problemas surgen, ¿están los líderes solo


lamentando la situación? O ¿están ellos también dando pasos para
corregir la situación? Si no es posible dar pasos, es poco sabio
pasar mucho tiempo hablando de esa situación en particular.

Apéndice 11. Las responsabilidades del liderazgo

Cuando los cristianos comienzan a liderar para Dios deben tener


una idea clara de lo que ellos esperan proveer como líderes. No
asumas que la idea de todos acerca de lo que los líderes deben
hacer es la misma. Analiza estas cuatro áreas considerando
cuidadosamente lo que los líderes deben y no deben hacer en cada
área.

Provisión

El Señor es mi pastor,
Nada me falta. (Salmos 23:1)

Los líderes son responsables de ver que aquellos a su cargo sean


capaces de tener acceso a la provisión para su desarrollo, bienestar
espiritual y personal. Esto no significa que los líderes deben
proveer todo el alimento ellos mismos, aunque de forma natural
proveen una gran parte. Los seguidores son responsables de ir y
tomar por sí mismos la provisión disponible después que los
líderes les han mostrado dónde y cómo encontrar el alimento. Aquí
las analogías como la usada por Pablo en 1Tesalonicenses 2 (de una
madre alimentando a su bebé) colapsa. Pablo estaba principalmente
señalando su sentimiento de amor por los tesalonicenses, no cuán
dependientes ellos debían ser. Parte de equipar a los cristianos
nuevos es enseñarles cómo alimentarse.

Los líderes deben proveer alimento espiritual, como la palabra de


Dios. Ellos deben proveer buena enseñanza bíblica y ayudar a
entender los pasajes difíciles. Los líderes también deben proveer
estructuras que son propicias para la vida de cuerpo y para el
crecimiento espiritual. Por estructuras, queremos decir reuniones u
otras disposiciones para capacitar a la gente para reunirse en
grupos grandes y pequeños adecuados para el funcionamiento del
cuerpo de Cristo. La gente debiera poder adorar, estudiar, orar
juntos, compartir, traer invitados no cristianos, y hacer preguntas.
Generalmente, se necesita más de un tipo de reuniones para suplir
estas necesidades.

Protección

Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno


porque tú estás a mi lado. (Salmos 23:4)

Los pastores son útiles para proteger a su grey de los lobos. Aunque
no estamos llamados a eliminar todos los peligros de la iglesia, una
iglesia bien guiada es generalmente un lugar seguro para crecer. Los
líderes deben esforzarse para ver que la iglesia o ministerio esté
libre de aberraciones doctrinales, personas peligrosas o que
constituyen una amenaza, y perturbaciones que hacen la vida del
cuerpo imposible.

Los líderes deben pesar el nivel de libertad versus control que ellos
ejercerán. Después de todo, los cristianos nuevos necesitan
exponerse a un amplio rango de puntos de vista, de gente y
situaciones problemáticas. ¡Esta es la vida real! Los líderes deben
ser cuidadosos de no exceder su autoridad legítima. Dios da
autoridad a los líderes en el área específica del ministerio. Ellos no
están autorizados a dirigir las vidas privadas de la gente en un área
no moral. Pero si el peligro comienza a amenazar el bienestar de los
miembros, los líderes deben actuar para proteger. La gente a veces
necesita ser protegida aun del daño que ellos mismos se pueden
hacer, y esto podría ameritar disciplina en amor.

Dirección

En verdes pastos me hace descansar.


Junto a tranquilas aguas me conduce (Salmos 23:2).

El mundo asume que la gente automáticamente sabe qué hacer


basado en sus sentimientos. Dios rechaza esta idea, y a cambio
promueve la idea del liderazgo. A sus ojos, a menudo necesitamos
consejo externo sobre qué dirección tomar. Aparte de lo que los
creyentes puedan aprender directamente de la palabra de Dios o las
sugerencias que ellos escuchan de su interior, los creyentes pueden
a veces necesitar la sabiduría de los líderes piadosos. Ciertamente,
un grupo o ministerio necesita líderes que sugieran o incluso a
veces que insistan en una dirección en particular en la operación de
ese ministerio.

Nuevamente, dirigir no sugiere que los seguidores no pueden o no


deben desarrollar su propia habilidad para aplicar la verdad a sus
vidas de manera sabia. Por lo tanto, el líder piadoso a veces
retendrá su consejo y llamará a los miembros a decidir por sí
mismos. Solo cuando la gente comete errores ocasionalmente, ellos
desarrollarán la sabiduría para evitar errar en el futuro. Por eso,
ningún líder debe buscar dirigir todos los aspectos de un ministerio
en particular, por no hablar de las vidas de aquellos involucrados.

Dirigir no es controlar. Los líderes nuevos deben ser enseñados a


rehuir cualquier actitud controladora sobre las vidas de otros.
Dirección significa tocar una nota clara en la trompeta. Mientras los
miembros más avanzados pueden beneficiarse mayormente de un
enfoque consultivo que rehúsa decir lo que debe hacerse, los
cristianos nuevos a menudo necesitan dirección. Los grupos también
necesitan dirección. Los grupos sin liderazgo flaquean
prácticamente en todo. Pero los grupos con líderes fuertes pero
humildes que pueden fomentar un caso convincente mediante su
dirección tienden a florecer.

Al mismo tiempo, los líderes deben ser advertidos de que algunas


personas desean depender de alguien, y ellos no deben permitir
esto. Los miembros de grupos a veces piden dirección en áreas
donde ellos deben tomar sus propias decisiones, tales como con
quién comprometerse, o cómo administrar su dinero, o cómo criar a
sus hijos. Los líderes son libres para compartir consejo en estas
situaciones, pero ellos deben dejar en claro que la decisión debe
tomarla el miembro.
Motivación

Tu vara y tu cayado me infunden aliento/me reconforta (Salmos


23:4b)

Alguien dijo que sin visión el pueblo perece. A menudo, Dios envía
a los líderes a impartir visión a su pueblo y a conceder el don de la
motivación. Motivar a la gente es completamente diferente a la idea
de emitir imperativos o instrucciones. Mientras que a veces estas
pueden ser apropiadas, aquí nos referimos a los líderes
comportándose de tal manera que otros sienten entusiasmo o se ven
impulsados a actuar en cierta dirección. Los líderes efectivos son
capaces de agitar y entusiasmar a la gente que anteriormente estaban
apagados, lánguidos, apáticos, y aburridos. Los líderes pueden
desarrollar e impartir una visión de vida piadosa y realización que
la gente adopta como propia. Después que la gente actúa, los buenos
líderes saben cómo animar a más de lo mismo a través de palabras
positivas.

Algunos líderes son capaces de entusiasmar, pero no a largo plazo.


Con otros, sus seguimientos han continuado para ansiosamente
seguir a Dios por años. Esta habilidad para provocar motivación a
largo plazo es aún más complicada, porque la gente tiene que
gradualmente disminuir la ayuda motivacional de los líderes y debe
ser enseñada a obtener motivación directamente de Dios. La
destreza y creatividad de los líderes los capacita para sentir lo que
se necesita a diferentes niveles de madurez espiritual y responder
como corresponde.
[1]
Ver un recuento detallado de las implicaciones de las iglesias modernas de nuestra unión mística con
Jesús en el libro de Dennis McCallum, Members of One Another: How to build a biblical ethos into
your church [Miembros Unos de Otros: Cómo desarrollar un sistema de valores en tu iglesia]
(Columbus OH: New Paradigm Publishing, 2010). El título es un libro compañero de Organic
Discipleship [Discipulado Orgánico]. Si encuentras que te gusta este libro, pero tienes más preguntas,
Members of One Another [Miembros Unos de Otros] sería una buena lectura a seguir .
[2]
Ver el libro Patterns of Discipleship in the New Testament [Patrones de Discipulado en el
Nuevo Testamento] de Richard Longenecker (Grand Rapids, MI, William B. Eerdmans Publishing Co.,
1996), 3. El hecho de que todos en los evangelios hablen de discipulado de una manera que no necesita
definición indica que ellos estaban trabajando desde un común entendimiento ya aceptado.
[3]
El libro apócrifo de Ben Sirach (Eclesiástico) habla de discipulado durante el tiempo pre-cristiano.
Ben Sirach exhorta al estudiante prospecto a encontrar un maestro sabio. El pupilo debe “pegarse” al
maestro (6:34) y casi constantemente estar en su casa (6:36). Los discípulos del primer siglo
necesitaban un permiso de sus esposas para ausentarse más de 30 días mientras estaban estudiando con
sus rabís (Mishnah, Ketubot 5:6). Conozca acerca del discipulado rabínico en Mentoreando para la
Misión de Günter Krallmann (Waynesboro, GA: Authentic Media, 2002) 31-34.
mientras estaban estudiando con sus rabís (Mishnah, Ketubot 5:6). Conozca acerca del discipulado
rabínico en Mentoreando para la Misión de Günter Krallmann (Waynesboro, GA: Authentic Media,
2002) 31-34.
[4]
Los autores del Nuevo Testamento, Lucas y Juan, a veces usan el término “discípulos” para
referirse a todos los seguidores de Jesús no importando su nivel de compromiso o proximidad a él. En
especial en el libro de los Hechos, Lucas frecuentemente usa el término “discípulos” como un sinónimo
de “cristianos” (ver Hechos 9:19; 9:26; 11:26; 11:29; 13:52; 14: 20-22, 28; 15:10; 18:23, 27; 19: 9,30; 20:1;
20:30; 21:4, 16). Así es que Lucas principalmente en el libro de los Hechos, se refiere a todos los
seguidores de Jesús como discípulos, aunque todavía distingue entre los discípulos de Jesús y los de
Pablo (9:25) y los de Juan El Bautista (19:1).
El uso de la palabra discípulo hecho por Lucas es diferente a la mayoría de su uso en el Nuevo
Testamento. El término aparece diez veces más frecuentemente refiriéndose a estudiantes en el más
íntimo sentido descrito antes (más de 260 usos en el Nuevo Testamento). Por un lado, todos los
cristianos podían ser llamados discípulos de Cristo. Pero eso no borra el significado usual del término
(tanto en el Nuevo Testamento como en las fuentes contemporáneas judías y greco-romanas) como un
aprendiz especial siguiendo a un maestro en particular. “Discípulo” puede no siempre seguir una
definición técnica en particular, y el significado depende del contexto. En este libro, estamos hablando
del proceso de entrenamiento personal de líderes en la iglesia primitiva usado como el medio principal
para levantar nuevos líderes. Nadie discute que ésta era la manera principal en que los primeros
cristianos desarrollaron el liderazgo durante el período apostólico. Incluso aquellos que no usan la
palabra discipulado (como Pablo) conciben claramente el proceso de entrenamiento personal. Para el
punto de vista contrario, (que el discipulado personal fue erradicado después de Jesús) ver Christ’s Call
to Discipleship [ El llamado de Cristo al Discipulado] de James Montgomery Boice (Chicago: Moody
Press, 1986) 16, o Following the Master: A Biblical Theology of Discipleship [Siguiendo al Maestro:
Una Teología Bíblica de Discipulado] de Michael J. Wilkins (Grand Rapids MI: Zondervan Publishing
House, 1992) 24-47. Los autores como estos tienden a ver el uso de la palabra por Lucas como
cancelando los otros usos.
[5]
Pablo probablemente discipuló a la mayoría de estas personas hasta un punto u otro: Timoteo, Silas,
Priscila, Aquila, Tertius, Sóstenes, Tíquico, Epafrodito, Aristarco, Juan Marcos, Jesús el Justo, Epafras,
Lucas, Demas, Silvano, Crescente, Tito, Erasto, Trófimo, Eubulo, Pudente, Lino, Claudia, Artemas y
Onésimo. Probablemente, él discipuló a otros, como algunos de los líderes en las iglesias que plantó y
que no son mencionados por sus nombres en sus libros.
[6]
Por ejemplo, la World Chritian Encyclopedia [Enciclopedia Mundial Cristiana] estima que en
el año 100 d. C. había un millón de cristianos en el Imperio Romano en una población de 181 millones.
Enciclopedia Mundial Cristiana: Un estudio comparativo de las Iglesias y Religiones en el
Mundo Moderno d. C. 1900-2000 del editor David B. Barrett (Oxford: Oxford University Press,
1982), 3. Recientemente, Rodney Stark escribió un libro ofreciendo una estimación completamente
inverosímil de solo ocho a veinte mil cristianos para fines del siglo primero. Apoyamos a la mayoría de
los historiadores para rechazar esta estimación. En primer lugar, podemos dar cuenta de ocho mil
cristianos dentro de los primeros capítulos de Hechos, a menos que estos relatos fueran completamente
descartados (como lo son por Stark. En segundo lugar, su estimación se basa en una fórmula
matemática que asume el 40% del crecimiento por década en 300 años, terminando con seis millones de
cristianos en el tiempo de Constantino. Pero esta no es la forma en que crecieron los cristianos. El
crecimiento fue aún mejor durante los primeros años y disminuyó un poco después. El Aumento del
Cristianismo de Rodney Stark (Princeton: The Princeton University Press, 1996).
Para un recuento más responsable ver Latourette que dice: “Nuestros registros, aunque insatisfactorios,
son suficiente para mostrar que por el año 180 d. C. los cristianos estaban en todas las provincias del
Imperio y en Mesopotamia”. A History of the Expansion of Christianity, Vol. 1 [Una Historia de la
Expansión del Cristianismo, Vol. 1] de Kenneth Scott Latourette (Grand Rapids, MI. Zondervan
Publishing House, 1970) 85. Él también observa: “Nunca en la historia de la raza este registro ha sido
igualado. Nunca en un tiempo tan corto ninguna otra fe religiosa, o para esos propósitos, ningún conjunto
de ideas religiosas, políticas o económicas, sin la ayuda de fuerza física o de prestigio social o cultural,
ha logrado una posición tan imponente en una cultura tan importante” 112. Por supuesto el Islam y el
comunismo se expanden rápidamente, pero ambos han usado la fuerza militar. Vemos que Tácito se
refiere a la “inmensa multitud” de cristianos capturados durante la persecución de Nerón en los años 60
d. C. Anales XV.44 de Tácito. Poco después del primer siglo, el gobernador anti cristianos, Plinio dice
que en su provincia, los cristianos eran tan numerosos que los templos estaban vacíos y que no podían
vender animales para los sacrificios o leña (Plinio, 10.96.1-2).
[7]
Solo hasta el día de hoy ha vuelto a haber un nivel comparable de crecimiento en alguna parte del
mundo, desafortunadamente no incluye Europa ni los Estados Unidos. Ver Invading Secular Space:
Strategies for tomorrow’s Church [Invadiendo el Espacio Secular: Estrategias para la Iglesia de
Mañana ] de Martin Robinson y Dwight Smith (Grand Rapids, MI: Monarch Books, 2003) Capítulo 1.
También ver Church Planting Movements [ Movimientos de Plantación de Iglesia] de David
Garrison (Midlothian, VA: WIG Take Resources, 2004).
[8]
Acerca de la diferencia entre movimientos e instituciones, ver On Charisma and Institution
Building [Sobre el Desarrollo de Carisma e Institución] de Max Weber (Chicago: The University of
Chicago Press, 1968); The Sociology of Religion [La Sociología de la Religión] , traducida por
Ephraim Fischoff de Max Weber (Boston: Beacon Press, 1963); y The Charismatic Leader: Behind
the Mystique of Exceptional Leadership [El Líder Carismático: Detrás de la Mística de un
Liderazgo Excepcional ] de Jay Conger (San Francisco, CA: Jossey-Bass Publishers, 1989).

[9]
El entrenamiento personal todavía se daba en este período, pero la gente no lo veía más como
fundamental para levantar liderazgo en la iglesia. Por ejemplo, el movimiento monástico tenía mentores
o directores espirituales, pero su objetivo era la santidad personal y la trascendencia. En la iglesia de los
siglos segundo y tercero, los laicos eran entrenados en lo básico del cristianismo por los catecúmenos
quienes daban pequeñas clases para el propósito de instruir a los nuevos creyentes. Los sacerdotes y
obispos eran cada vez más desarrollados en las escuelas como lo son hoy. Los mentores o sacerdotes
mayores, asignados a los estudiantes eran más como consejeros personales y guías espirituales durante
su estadía en la escuela que entrenadores de campo en el ministerio, como Pablo. Aun cuando algunos
sacerdotes y obispos eran entrenados a través del proceso de ser aprendiz, la sorprendente mayoría de
los miembros de la iglesia nunca recibía ningún entrenamiento personal. Ver un buen estudio de este
período en A History of the Expansion of Christianity, Vol. 1. [ Una Historia de la Expansión del
cristianismo, Vol. 1] de Kenneth Scott Latourette.
[10]
Como William Pauck explica la perspectiva de los reformadores, “Todos los creyentes cristianos,
por lo tanto, son ministros, siervos, sacerdotes, por virtud de su fe en la Palabra de Dios, pero no todos
pueden o deben asumir la función de predicar, enseñar y aconsejar. En bien del orden, algunos deben ser
apartados del grupo de creyentes para comprometerse al oficio del predicador…’todos somos
sacerdotes’ escribió Lutero, ‘en tanto que somos cristianos, pero aquellos que llamamos sacerdotes son
ministros [siervos] seleccionados de en medio nuestro para actuar en nombre nuestro y su sacerdocio
en nuestro ministerio’”. Wilhelm Pauck, “The Ministry in the Time of the Continental Reformation” [“El
Ministerio en el Tiempo de la Reforma Continental”] en The Ministry in Historical Perspectives [El
Ministerio en Perspectivas Históricas] de H. Richard Niebuhr y Daniel D. Williams, Ed (New York:
Harper & Rowe, Publishers, Inc. 1956, 1983) 112. Calvino dice: “Ni la luz ni el calor del sol, ni ninguna
carne o bebida son tan necesarias para el alimento y sustento de la vida presente, como el oficio
apostólico y pastoral es para la preservación de la iglesia en el mundo” 115.
[11]
Por ejemplo, el movimiento subterráneo medieval conocido como los valdenses practicaban el
discipulado ampliamente. Giorgio Tourn cita las descripciones católicas de ese tiempo diciendo: “Cada
uno de ellos, viejo y joven, hombres y mujeres, día y noche, no paran de aprender y enseñar a otros”. Y
los Valdenses mismos decían, “En nuestros hogares, las mujeres enseñan a la par con los hombres, y
uno que ha sido alumno por una semana enseña a otro”. The Waldensians: The First 800 Years
(1174-1974) [los Valdenses: Los primeros 800 años (1174-1974)] de Giorgio Tourn. Traducido del
italiano por Camillo P. Merlino, Charles W. Arbuthnot, Editor (Torino, Italia: Claudiana Editrice, 1980) p.
6, 21, 39. Otra descripción dice: “hombres y mujeres, grandes y chicos, día y noche no cesan de
aprender y enseñar, el obrero que trabaja todo el día enseña o aprende de noche… Cuando alguien ha
estudiado por siete días, él busca a alguien para enseñarle, como una cortina que tira de otra. Quien se
excuse diciendo que no puede aprender, ellos le dicen ‘aprende solo una palabra [versículo de la
escritura] cada día, y después de un año tú sabrás trescientas, y avanzarás”. “The Passau Anonymous:
On the origins of Heresy and the Sect of the Waldensians” [“La anónima Passau: En los orígenes de la
herejía y la Secta de los Valdenses”] en Heresy and Authority in Medieval Europe [Herejía y
Autoridad en la Europa Medieval] de Edward Peters (Philadelphia, PA: The Penn Press, 1980); 150-
153. El pietismo alemán, bajo el liderazgo de Jacob Spener promovió el uso de los grupos en casa con
líderes laicos. Ver el ensayo de Dennis McCallum “La contribución de Philip Jacob Spener a la doctrina
protestante de la iglesia” http:// www.xenos.org/essasys/spen_a.htm . El temprano movimiento
Wesleyano y el movimiento de iglesias en casa en China también dependía casi exclusivamente del
discipulado personal para el entrenamiento del liderazgo. Ver el ensayo de Dennis McCallum
“Watchman Nee y el movimiento iglesia en casa en China http://www.xenos.org/essay/nee1.htm , y el
libro El Radical Wesley y los Patrones para la Renovación de la Iglesia de Howard Snyder (Downers
Grove, Ill.: Inter-Varsity, 1980).
[12]
El Plan Maestro de Evangelismo de Robert Coleman (Editorial Unilit, 2015).
[13]
As Iron Sharpens Iron [Hierro se aguza con Hierro] de Howard & William Hendricks (Chicago,
Moody Press, 1999); The Lost Art of Disciple Making [El perdido arte del Discipulado] de Leroy
Eims (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing Co., 1979); Multiplying Disciples: The New
Testament Method of Church Growth [Multiplicando Discípulos: El método de crecimiento de
iglesia del Nuevo Testamento] de Waylon Moore (Colorado Springs, CO: NavPress, 1981); Lifestyle
Discipleship [El discipulado como estilo de vida] de Jim Peterson (Colorado Springs: NavPress,
1993); Disciples Are Made, Not Born [Los Discípulos Se Hacen, No Nacen] de Walter A. Henrichsen
(Wheaton: Victor, 1974); the Disciple making Pastor [El Pastor del Discipulado] de Bill Hull (Old
Tappan, NJ: Revell, 1988). Ver nuestra lista de libros para ver más títulos.
[14]
Ver Church Planting Movements [Los Movimientos de Plantación de Iglesia] de David
Garrison. Hemos tenido la oportunidad de observar los movimientos explosivos de plantación de iglesia
basados en discipulado en Cambodia e India. El movimiento de iglesia celular ha dado como resultado
grandes movimientos en varios continentes. Ver Home Cell Group Explosion: How Your Small
Group Can Grow and Multiply [La Explosión del grupo en casa celular: Cómo tu pequeño
grupo puede crecer y multiplicarse] de Joel Comisky (Houston: Cell Group Resources, 2002).
[15]
Growing True Disciples [Formando Verdaderos Discípulos] de George Barna (Ventura, CA:
Issachar Resources, 2000), Capítulo 3, “The State of Discipleship” [“El estado de Discipulado”]. Él
también cita algunas notables excepciones.
[16]
Barna Update, de George Barna, http:\\www.barna.org\FlexPage.Aspx?
Page=BarnaUpdateNarrow&BarnaUpdateID=182.
[17]
Growing True Disciples [Formando Verdaderos Discípulos] de George Barna, Capítulos 6,7.
Incluso por su definición extremadamente liberal (donde discipulado podría ser participar en un grupo
espiritual de chat en línea), solo una minoría de evangélicos norteamericanos han sido discipulados. En
la estricta norma donde discipulado implica una reunión semanal con un mentor, sus cifras parecen
mostrar que solo el 3% de los evangélicos norteamericanos informan ser discipulados.

[18]
A nivel nacional, menos del 20% del crecimiento de la iglesia viene a través de la conversión, que
es a través de la gente que previamente no eran seguidores de Cristo, pero aceptaron a Jesús como su
salvador y se comprometieron a involucrarse en la iglesia”, del libro Grow Your Church From the
Outside In [ Haz Crecer a tu iglesia desde Afuera] de George Barna (Ventura CA: Regal Books,
2002) 132. El autor Ken Sidey concuerda: “Quizás el desafío mayor del crecimiento de la iglesia en
Norte América viene de estudios que muestran que más del 80% de todo el crecimiento en las iglesias
que están creciendo viene de la transferencia, no de la conversión”, de “El Crecimiento de la Iglesia
ajusta sus Fórmulas” de Ken Sidey, Christianity Today (Junio, 24, 1991), 46. En Xenos, sospechamos
que la estrategia de evangelismo de la iglesia norteamericana basada en reuniones centradas en
adoración más que en la duplicación individual puede tener algo que ver con estos descubrimientos no
favorables. Las cifras de Xenos vienen de una investigación nacional de iglesia de los miembros de
grupos en casa completado en abril de 2005.

[19]
Transforming Discipleship [Discipulado que Transforma] de Greg Ogden (Downers Grove Ill:
Intervarsity Press, 2003) 190.
[20]
Para más información sobre Xenos Fellowship, visita nuestra página web en http://www.xenos.org ,
o siéntete libre de visitarnos, en especial durante el Instituto Anual de Verano de Xenos (XSI).

[21]
“Leadership Development: An Empowerment Model” [“Desarrollo de Liderazgo: Un Modelo de
Fortalecimiento”] de Thomas M. Graham, PhD. (La Habra, CA: The Center for Organizational and
Ministry Development, 1995) 2.

[22]
Quizás Pablo evitaba el término porque él quería evitar alguna de las asociaciones encontradas en el
pensamiento griego acerca de “discípulos”, tales como un discípulo que tiene una relación homosexual
con su tutor.

[23]
El Plan Maestro de Evangelismo de Robert Coleman, 50 y siguientes.

[24]
Ver The Power of Vision [El Poder de la Visión] de George Barna, (Ventura, CA: Regal Books,
1992).

[25]
Adaptado del libro de Albert Bandura, Social Learning Theory [Teoría de Aprendizaje Social]
(Englewood Cliffs, N.J. Prentice-Hall, Inc., 1977).
[26]
Del libro de Albert Bandura y R.H. Walters, Social Learning and Personality Development
[Aprendizaje Social y Desarrollo de la Personalidad] (New York: Holt, Rinehart, y Winston, 1963),
10-11, 50, 84, 94-100.
[27]
Rara vez estamos de acuerdo con el discipulado de diferente sexo. Las excepciones podrían incluir
mujeres mayores discipulando a hombres más jóvenes o padres discipulando a sus hijas u otro
parentesco cercano.
[28]
El libro de Randy Alcorn , Money, Possessions and Eternity [Dinero, Posesiones y Eternidad]
(Wheaton: Tyndale House Publishers, Inc., Revised Edition, 2003).
[29]
Creemos que el libro de J.P. Moreland, Love God With All Your Mind: The Role of Reason in the
Life of the Soul [Ama a Dios con Toda tu Mente: El rol de la Razón en la Vida del Alma]
(Colorado Springs: Navpress, 1997) es lectura esencial hoy día, en especial para los generación X y los
mileniales.
[30]
Vemos que David también enseña esto en su clásico Salmo exaltando las maravillas de la palabra
de Dios: “De tus preceptos adquiero entendimiento; por eso aborrezco toda senda de mentira” (Salmo
119:104) y “En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti” (Salmo 199: 11).
[31]
Ver también Proverbios 2:6: “El Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios”
y Proverbios 3: 13 LBLA: “Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el hombre que adquiere
entendimiento”.
[32]
Los maestros legalistas piensan que enfocarse demasiado en la gracia conducirá a la apatía o
negligencia en la vida cristiana. Pero Pablo dijo que la gracia tenía el efecto opuesto en él: “Pero por la
gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho
más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí” (1Corintios 15:10 LBLA). Él también
señaló que lo que importa no es nuestra fortaleza para hacer las cosas de Dios, sino nuestra
dependencia de Él para que trabaje a través nuestro. “Él me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder
se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades,
para que el poder de Cristo more en mí” (2Corintios 12:9 LBLA). Cuando nuestros discípulos
impregnan sus mentes de las Escrituras, ellos estarán mucho más fortalecidos “en la gracia que hay en
Cristo Jesús” (2 Timoteo 2:1 LBLA).
[33]
Nuestro favorito es el libro de R. Laird Harris, The Inspiration and Canonicity of the Bible [La
Inspiración y Canonicidad de la Biblia] (Greenville, SC: A Press, 1995). Ver también el libro de
Norman Geisler y William Nix, From God to Us [De Dios para Nosotros] (Chicago, IL: Moody
Publishers, 1974).
[34]
http://www.xenos.org/books/cdm.htm.
[35]
Ve una explicación simple del plan de Dios a través de las edades desde la caída de Satanás hasta
el futuro eterno en la primera mitad del libro de Dennis McCallum, Satan and His Kingdom, What the
Bible says and How it Mateers to You [ Satanás y Su Reino: Lo que la Biblia dice y Cómo se
Relaciona Contigo] (Minneapolis: Bethany House, 2009).
[36]
La Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras ,
http://www.watchtower.org/e/bible/index.htm , Colosenses 2:9.
[37]
El libro de Paul Little, Know What You Believe [Conoce lo que Crees] (Downers Grove Ill.: IVP
Books, 2008) o ver las guías gratuitas en http://www.xenos.org\classes\principles\index.htm.
[38]
Buenos libros para analizar incluyen títulos como Oración de Ole Halesby (Augsburg Books,
Updated Edition, 1994), Too Busy Not To Pray [Demasiado Ocupados para Orar ] Biil Hybels
(Downers Grove IL: IVP Books; 20th Anniversary Edition, 2008) y A Praying Life: Connecting with
God in a Distracting World [ Una Vida de Oración : Conectando con Dios en un Mundo
Distractor] Paul Miller (Colorado Springs: Navpress, 2009).
[39]
Esta es la “iluminación de los ojos de nuestro corazón” por la que Pablo ora: “Mi oración es que los
ojos del corazón sean iluminados, para que sepan cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las
riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para
con nosotros los que creemos” (Efesios 1:18-19 LBLA). Esta iluminación de los ojos de nuestro corazón
generalmente no viene de la nada. Viene cuando vivimos delante de Dios con gratitud y reconocimiento
de lo que ya vemos. Entonces, Dios nos muestra más.
[40]
Santiago lo deja claro, que Dios no responderá todas las oraciones, en particular si “pedimos mal”.
“Cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones”
(Santiago 4:3). Por supuesto, ningún creyente que conoce a Dios deseará ninguna oración respondida
que no esté de acuerdo a su voluntad. Él es el único que sabe lo que es mejor para nosotros y para los
demás.
[41]
Por supuesto, seríamos negligentes si no sugiriéramos la lectura del mejor libro nunca escrito en el
tema: Satanás y su Reino de Dennis McCallum.
[42]
Esto es también lo que Pedro quiere decir cuando dice: “Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro
adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero resistidle
firmes en la fe …” (1Pedro 5:8-9 LBLA, énfasis nuestro).
[43]
Este joven estaba perfectamente dispuesto a prescindir de la confidencialidad y dejar que su
terapeuta hablara conmigo, como lo está mucha gente. La extrema obsesión con la confidencialidad en
el mundo moderno es un fenómeno reciente. Sólo en los años 90 los legisladores comienzan a legislar
activamente para mantener la vida de todos en forma secreta. En nuestra opinión, mantener la extrema
confidencialidad funciona en contra de la verdadera comunidad. La idea de aconsejarnos unos a otros
en nuestros problemas no tiene sentido donde nadie permite al otro conocer lo que realmente está
ocurriendo en sus vidas.
[44]
Las siguientes palabras se usan en el Nuevo Testamento y están dirigidas a todos los cristianos:

Parakaleo (107 veces en el Nuevo Testamento): anima, consuela, exhorta


1Tesalonicenses 5:11 “Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo
estáis haciendo”.
Hebreos 10:25 “…animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se
acerca”
Didasko (97 veces en el Nuevo Testamento) enseñar, instruir (formal o informalmente)
Colosenses 3:16 “Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y
aconséjense unos a otros con toda sabiduría”

Noutheteo (11 veces en el Nuevo Testamento): amonestar; aconsejar.


Romanos 15:14 LBLA “En cuanto a vosotros, hermanos míos, yo mismo estoy también convencido de
que vosotros estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento y capaces también de amonestaros los
unos a los otros”

Elencho (17 veces en el Nuevo Testamento): reprobar, exponer, condenar, refutar


2 Timoteo 4:2 LBLA “Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende,
exhorta con mucha paciencia e instrucción”

Epitaimao (33 veces en el Nuevo Testamento) reprender, advertir, hablar seriamente


2 Timoteo. 4:2 ver arriba
[45]
Creactive Conflict in Religious Education and Church Administration (Conflicto Creativo en
Educación Religiosa y Administración de Iglesia ) de Donald E. Bossart (Birmingham: Religious
Education Press, 1980), 38. Bossart revisa una cantidad de formas en que el conflicto puede en verdad,
mejorar los grupos.
[46]
The Peacemaker: A Biblical Guide to Resolving Personal Conflict ( El Pacificador: Una
guía Bíblica para Resolver el Conflicto Personal ) de Ken Sande (Grand Rapids, MI: Baker Books,
1991, 1997).
[47]
The Peacemaker (El Pacificador) de Ken Sande, 22.
[48]
La mayoría de los conflictos son una combinación de desacuerdo afectivo y material. El conflicto
afectivo es cuando los sentimientos de las personas han sido heridos, o están ofendidos en forma
personal por algo que la otra persona hizo (por ej.: sentir que le han faltado el respeto, insultado,
rebajado, etc.). Los conflictos materiales se centran en asuntos reales, como dónde ir de vacaciones o
cómo hacer un grupo de estudio bíblico.
Debes enseñar a los discípulos a lidiar con la parte afectiva de cualquier conflicto primero. La gente no
negociará positivamente en asuntos materiales cuando ellos están luchando con duros sentimientos hacia
sus oponentes. Pero si lidiamos con los sentimientos duros, debemos ser capaces de avanzar hacia las
habilidades requeridas para la buena negociación. Comienza con oración, pidiendo a Dios que te revele
qué significa la posición de los oponentes y por qué la mantienen. Busca los intereses subyacentes que
podrían alcanzarse de otra manera.
En seguida, asegúrate que tus discípulos entienden los hechos. Ellos deben estudiar la situación, siendo
cuidadosos de no apresurarse a conclusiones. Enséñales a identificar sus propios intereses, incluyendo
dónde ellos pueden ceder o conceder una prórroga a sus oponentes, y dónde ellos sienten que deben
mantenerse firmes. Ellos deben trabajar en las nuevas opciones que puedan ser aceptables para ambas
partes y estar listos para mostrar a sus oponentes por qué estas nuevas opciones los beneficiarán y sus
intereses subyacentes serán satisfechos.
Querrás entrenar a tus discípulos en cómo enfrentar a sus oponentes, cómo comenzar las negociaciones
con algunas reflexiones positivas que mantengan las relaciones, cómo invitar a aportar ideas, cómo
darse por vencido en asuntos menos importantes, y cómo persuadir a los oponentes para aceptar los
asuntos importantes. Quizás tengas que ir con tu discípulo a una reunión como mediador y mostrarle a él
en persona cómo usar estas habilidades. Ver también la excelente sección sobre negociación de Sande.
[49]
En griego la palabra “juzgar” puede ser usada de diferentes maneras, similar al uso en español.
Tener buen juicio en una situación es algo bueno. Significa que podemos diferenciar lo bueno de lo malo,
lo verdadero de lo falso, e importante de lo no importante. De manera similar, encontramos referencias
positivas a juicio en el Nuevo Testamento, donde “juzgar” significa “discernir”. Jesús insta a sus oidores
a “juzgar lo que es correcto” (Lucas 12:57). Pablo dice que él había juzgado a un hombre en Corinto, en
el sentido de que había determinado que su comportamiento era inaceptable en la iglesia (1Corintios
5:3). Él dice a los Corintios: “Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados”
(1Corintios 11:31LBLA). Aquí nuevamente juicio significa discernimiento. El juicio es malo cuando es
condenatorio, o da como resultado el desprecio hacia alguien.
[50]
Entendiendo a las Personas de Lawrence Crabb (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing
House, 1987).
[51]
Los libros que hemos encontrado útiles incluyen Terapia Marital: estrategias basadas en
aprendizaje social y principios de intercambio de comportamiento de Neil S. Jacobson y Gayla
Margolin (New York: Brunner/Mazel, 1979); Los Siete Principios para Hacer que el Matrimonio
Funcione de John M. Gottman, Nan Silver (New York, NY: Three Rivers Press, 1999); Cómo Actuar
Bien Cuando tu Esposo Actúa Mal de Leslie Vernick (Colorado Springs, CO: WaterBrook Press,
2001); La Guía de una Pareja para la Comunicación de John Gottman (IL: Research Press, 1979);
Confrontaciones Cruciales de Kerry Patterson, Joseph Grenny, Ron McMillan, Al Switzle (New York,
NY: McGraw-Hill, 2004); Conversaciones Difíciles: Cómo Hablar de lo que Más Importa de
Douglas Stone, Bruce Patton, Sheila Heen (New York, NY: Penguin Books, 1999).
[52]
Puedes comenzar con las guías de la página web de Discipulado Orgánico. También recomendamos
estudiar el libro Dinero, Posesiones y Eternidad de Randy Alcorn (Wheaton IL: Tyndale House
Publishers, 2003).
[53]
En este asunto, ver el libro Caminando en Victoria de Dennis McCallum (Navpress, Xenos 1992,
2003).
[54]
Ericksen, hablando en el contexto de educación dice: “La investigación básica y aplicada sobre el
reforzamiento confirma el dominio de la recompensa sobre el castigo. Este recordatorio es relevante
para la instrucción porque es tan fácil hacer comentarios que son críticos, negativos, sarcásticos y
amenazantes acerca de lo que un estudiante cree, dice y hace. Una humillación directa o implícita a un
estudiante puede rápidamente deshacer la débil lealtad y sentimientos de identificación hacia el maestro
y el área de conocimiento que él o ella representa”. Del libro La Esencia de la Buena Enseñanza de
Stanford C. Ericksen (San Francisco: Jossey-Bass Publishers, 1984), 44, 46.
[55]
Ver también Romanos 12:8, donde Pablo menciona el don espiritual de animar e insta a aquellos con
el don a usarlo. Pablo a menudo dice que él está mandando a uno de sus discípulos a la iglesia local,
para que pueda animarlos (Efesios 6:22; Colosenses 4:8; 1Tesalonicenses 3:2). Él insta a los
tesalonicenses “Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis
haciendo” (1Tesalonicenses 5:11; ver también 5:14). Cuando escribe a sus discípulos, él repetidamente
los insta a animar a su gente (2Timoteo 4:2; Tito 2:6, 15).
[56]
Ericksen explica: “Un significativo descubrimiento es el poder que se retiene al ser reforzado
solamente de vez en cuando, el fenómeno del tragamonedas o del pescador paciente. Por razones que
aún están bajo debate teórico, el material aprendido bajo condiciones de refuerzo irregular [intermitente]
permanece mejor que si fuera aprendido bajo refuerzo constante o regular”. La Esencia de la Buena
Enseñanza de Stanford C. Ericksen (NY: Jossey-Bass, 1984) 45.
[57]
Que debe salir a la venta en el 2012. [NT en inglés]
[58]
Esto asume que aquel que alcanzó a la nueva persona, no está en el mismo grupo, o por alguna otra
razón no está en una posición de discipular al nuevo creyente. Por ejemplo, aquel que alcanzó al nuevo
creyente puede ser del sexo opuesto o puede estar demasiado ocupado para discipular a la persona. En
algunos casos, la persona no está interesada o no está cualificada para discipular a alguien. Sin
embargo, no saques ninguna conclusión apresuradamente. Creemos que permitir que aquellos que hacen
evangelismo exitoso también disfrutan discipulando a aquellos que alcanzaron, es bueno para la moral
del grupo y es un enfoque más orgánico con muchos beneficios. Esto es a lo que probablemente Pablo
se refiere en 2 Timoteo 2:6. Ver una exposición más detallada de cómo tomar decisiones de este tipo y
qué factores podrían descalificar a alguien del ministerio en el libro Miembros los Unos de los Otros ,
de Dennis McCallum, capítulos 13 y 14.
[59]
Lo Mejor de Trueblood: Una antología de Elton Trueblood (Nashville: Impact Books, 1979), 140.
[60]
Ver también 2 Timoteo 2:5; 1 Timoteo 4:7-8; Efesios 5:15-16; 2Corintios 5:9; y Lucas 13:32.
[61]
Para evitar alcanzar nuestras metas por medio de los esfuerzos humanos (Gálatas 3:3), debemos
ser cuidadosos de poner nuestros objetivos bajo la soberanía de Dios en fe (Santiago 4: 13-15). Santiago
no está en contra de establecer objetivos; él solo quiere que nosotros los establezcamos de manera que
dependan de la voluntad de Dios.
[62]
Un artículo útil aquí puede ser el de Dennis McCallum, “¿Qué es un líder cristiano? 12 Formas de
Concebir Líderes” (http://www.xenos.org/classes/leadership/11leader.html).
[63]
Multiplying Disciples: The New Testament Method of Church Growth, (Multiplicando
Discípulos: Los Métodos de Crecimiento de Iglesia del Nuevo Testamento) de Waylon Moore.
[64]
Algunos pastores me (Dennis) han preguntado de dónde saco tiempo para enfocarme en el
discipulado y equipamiento. La respuesta es que he sido liberado de muchas de las funciones que
típicamente ocupan el tiempo de los pastores. En nuestra iglesia, la mayoría de los ministerios están
delegados a las iglesias en casa. Cuando alguien se enferma, tiene un accidente o tiene un bebé, los
líderes y los miembros de su propia iglesia en casa hacen las visitas. También hemos dado la autoridad a
nuestros líderes de iglesias en casa para casar y hacer funerales. Como pastor principal, yo solo caso a
la gente de mi propia iglesia en casa. Los líderes de las iglesias en casa también hacen consejería a sus
propios miembros, o los envían a nuestro personal de consejería o a profesionales externos. Yo no
aconsejo personas excepto aquellos en mi propia iglesia en casa, o a los líderes que estoy entrenando.
También hemos contratado un personal administrativo idóneo bajo la responsabilidad de un equipo de
administración. Todas estas competentes personas hacen funcionar la iglesia, liberando a nuestro
liderazgo mayor para enfocarse en trabajar con gente. También tenemos un conjunto de predicadores y
maestros de calidad que pueden sustituirnos si necesitamos ausentarnos por un fin de semana. Nuestro
equipo de ancianos comparte la convicción de que nada de lo que nuestros líderes mayores hacen con
su tiempo es más valioso para la iglesia que desarrollar nuevos líderes. Ellos en forma periódica
comprueban que yo no esté demasiado ocupado con trabajos que otros podrían hacer. El resultado de
esto es que los otros del liderazgo mayor y yo estamos libres para enfocarnos en desarrollar la nueva
generación de líderes. Me he dado cuenta de que más que ninguna otra cosa, la falta de tiempo libre
para discipular y entrenar, es el resultado de la falta de prioridad de los pastores en esta área.
Demasiados pastores son reacios a delegar a otros esas funciones tradicionales que consumen tiempo, o
a enseñar a sus compañeros líderes por qué deberían enfocarse en equipar a los santos.
[65]
Algunos de nuestros entrenadores llegan a ser empleados de tiempo completo sirviendo en otras
capacidades como dar clases o trabajar en administración para completar equilibradamente su tiempo.
Otros pueden trabajar en un trabajo de medio tiempo porque ellos tienen otras vocaciones productivas
(como, por ejemplo, médicos o comerciantes) o porque son dueñas de casa con un segundo trabajo.
[66]
Puedes leer más sobre el Equipo de Siervos y el Pacto de Siervo en
http://www.xenos.org/admin/steam.htm

[67]
Para una mejor enseñanza de esto, asegúrate de que tus discípulos lean Dinero, Posesiones y
Eternidad de Randy Alcorn (Wheaton: Tyndale House Publishers).
[68]
Nuevamente, la herramienta que usamos para esto es Satanás y Su Reino: Lo que la Biblia dice
y Por qué es Importante para Ti de Dennis McCallum (Minneapolis: Bethany House Publishers,
2010).
[69]
Nuestra herramienta preferida para esto es Miembros los unos de los Otros de Dennis
McCallum.

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