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INFORMÁTICO
SÉPTIMO SEMESTRE DE LA
LICENCIATURA EN DERECHO
El ser humano tiene una característica muy especial que es el almacenar y guardar
recuerdos, información en archivos, fotografías, cartas, discos de música, recetas y
mucho más, hemos pasado de tener álbumes de varios kilos de peso con fotografías
humedecidas a tener una memoria USB con miles de fotografías en perfecto estado,
pasamos de usar el disquete donde cabía una canción y algunos documentos a
CDS y memorias, pero con el paso de los años la tecnología avanza tan rápido que
ahora no es necesario contar con un almacenamiento físico, sino que podemos
almacenar nuestra información utilizando una metáfora: la nube.
¿Por qué digo que es una metáfora?, bueno pues porque no es literalmente una
nube sino una interpretación metafórica de “subir” nuestros archivos e información
a una plataforma que no vemos físicamente, pero que existe de forma física y real
en algún lugar del mundo o en varios lugares del mundo a la vez.
Para poder almacenar en la nube basta con tener una conexión a Internet y todo lo
demás es muy fácil, la creación de cuentas de correo electrónico, cuentas en las
plataformas de almacenamiento es tan fácil como llenar un pequeño formulario y
listo, tendremos la posibilidad de hacer uso de la nube con diferentes empresas que
brindan este servicio y elegir la que más nos convenga en capacidad y precio.
Es importante mencionar las tres grandes categorías en las que se divide los
servicios de la nube: infraestructura (IaaS), plataforma (PaaS) y software (SaaS).
Actualmente las grandes empresas que ofrecen este servicio de almacenamiento
en la nube no se limitan en lo que ofrecen, sino que ya existe en el mercado la
posibilidad de realizar acciones específicas como actualizaciones de bases de datos
y procesamiento de imágenes.
Dentro del documento que leí sobre la nube hallé una frase que me explicó todo de
una manera muy sencilla: “La nube está dando lugar a un cambio de paradigma: de
<<tener>> a <<usar cuando lo necesito>>”. La frase anterior revela ante nuestra
conciencia que dejamos de comprar películas en DVD a comprar un servicio que
nos permita ver una película sin necesidad de tenerla en físico o almacenada en
una memoria extraíble. Lo mismo sucede con el dinero, ahora en lugar de ir al
supermercado con dinero físico compramos la despensa con nuestra tarjeta
bancaria o desde un código QR que tenemos en nuestro celular. El pagar un servicio
como un corte de cabello con la estilista de la cuadra ahora se puede pagar con una
transferencia bancaria y listo. Estamos cambiando de lo tradicional físico a lo
moderno y actual, tener, pero de forma virtual.
Las pequeñas empresas que se van formando todos los días por emprendedores
tienen la posibilidad de darse a conocer de manera global gracias a la nube, ya que
ahí pueden subir su información y lo que venden, todas las empresas grandes y
pequeñas pasan de tener un público reducido o mediano a tener un público mundial
con tan solo un clic.
Todo lo anterior no puede ser del todo perfecto también existen los riesgos dentro
del ciber mundo, y este es el de los delitos informáticos, tema ya tocado
anteriormente en otro entregable. Toda nuestra información, la información de todas
las empresas, grandes corporaciones, negocios, compraventas y un sinfín de
movimientos que se hacen en Internet por medio de la nube corren riesgos gracias
a los hackers y es por ello que se busca que en la actualidad se estipulen leyes que
protejan al usuario físico y moral de las estafas y cualquier delito informático,
mientras la tecnología avanza con mucha velocidad también avanza la delincuencia
cibernética y por ello el ser humano debe velar el patrimonio de la sociedad que se
encuentra en la nube.
El futuro por fin nos alcanzó y pronto se rebasará a él mismo, quizá algún día el ser
humano soñó con guardar su información sin tener toneladas de papeleo y por fin
es una realidad. Ante el crecimiento inminente de la forma en la que se guarda,
comparte y se crea la información es necesario mencionar que la humanidad no se
tiene que olvidar que existe, aunque existan las videollamadas, los mensajes de
voz, las fotografías tomadas y en ese mismo instante enviadas, el ser humano
nunca debe olvidar que el contacto físico, la socialización en persona y el contacto
no pueden ser sustituidas por una pantalla táctil. Aprovechemos la tecnología sin
olvidarnos de nuestra existencia humana.