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Escuela Municipal P Adami – 2022 – Historia – 4º B -

El desembarco de Normandía
El “Día D” es conocido popularmente como un día clave, donde se define una situación. Los Aliados le
dieron este nombre al desembarco en Normandía intentando demostrar que fue la clave para derrotar al
nazismo.

Esta es la interpretación que imprimieron EE.UU., Gran Bretaña y Francia (los Aliados) a la “historia oficial”
de la Segunda Guerra Mundial, festejando el desembarco en Normandía en la costa noroeste de Francia,
el 6 de junio de 1944, como el hecho donde los Aliados, liderados por EE.UU., hirieron de muerte y
liberaron a Europa de la dictadura nazi. ¿Cuál fue la realidad?

Más de 7.000 barcos y 12.000 aviones, habían partido de Inglaterra la noche del 5 de junio. En el
desembarco participaron miles de tropas norteamericanas, inglesas y canadienses (murieron o fueron
heridos unos 2.400). Lo que iba a ser un rápido camino a París luego del desembarco, se convirtió en un
largo y lento avance, que terminó llegando a París dos meses y medio después, el 25 de agosto.

Participaron algunos soldados franceses, pero muchos rebeldes se enfrentaron a los nazis, entre los que
había jóvenes, trabajadores y comunistas. Los aliados eran comandados por el norteamericano
Eisenhower. En el camino hacia París, se produjeron lo que los imperialistas llaman “efectos colaterales”,
como el bombardeo de ciudades como Caen, en Normandía (una batalla que duró más de un mes y donde
460 bombarderos de la Royal Air Force arrojaron en un día más de 2.500 toneladas de bombas
explosivas), matando a alrededor de 400 civiles. O como en Saint Lô, bombardeada durante 9 días,
destruyendo el 95% de la ciudad y donde murieron 500 de sus habitantes en 44 días de combate.

¿Cuál fue el objetivo del desembarco?

Era la primera vez que EE.UU. pisaba suelo europeo, a 5 años de iniciada la guerra, dando tiempo a un
importante avance de los nazis sobre el continente. Hasta ese momento sólo había intervenido donde
veía peligrar sus objetivos geoestratégicos como en la llamada “guerra del Pacífico” en su disputa con
Japón por Asia. Desde 1942, estaba en el norte de África, donde puso al frente al almirante Darlan
(colaborador del fascista francés Pétain) como uno de los jefes militares para “liberar” a Europa, una de
las evidencias de la falsa oposición de un bando “democrático” (los Aliados) contra otro “fascista” (el Eje).
Mientras, la URSS pedía que EE.UU. abriera el “segundo frente” en Europa Oriental para reforzar su
avance hacia la Alemania nazi. Pero EE.UU. prefirió dejar que alemanes y rusos se desangraran, así como
que siguieran funcionando los campos de concentración de cuya ubicación y función era totalmente
consciente.

La Segunda Guerra Mundial fue impulsada por todas las potencias imperialistas, para disputarse entre sí
colonias, semicolonias y zonas de influencia y también para derrotar a la URSS, un territorio que el
imperialismo quería recuperar para la explotación capitalista y que, a pesar de su degeneración
estalinista, demostraba a los trabajadores que podían tomar el poder y la superioridad de la economía
planificada.

El enfrentamiento “dictaduras-democracias” era una máscara imperialista para ocultar una guerra de
pillaje, cuyo principal impulsor era EE.UU., ya que no había terminado de definir su hegemonía mundial
en la Primera Guerra, y Alemania, que era un imperialismo que necesitaba expandirse y estaba atado por
los costos de su derrota en la Primera Guerra. EE.UU., retrasó lo más que pudo su intervención en
territorio europeo y sólo lo hizo cuando vio que la verdadera resistencia y fuerzas que comenzaron a
derrotar a los nazis en Europa, eran las masas que como en Italia, Francia o Grecia, se empezaban a armar
y organizar, sobre todo a partir de 1943, y comenzaban procesos revolucionarios que ponían en cuestión
al mismo capitalismo.

Batalla de Stalingrado: una gran derrota para Alemania


El 31 de enero de 1943, el mariscal de campo alemán Friedrich Paul y su sexto ejército se rinden
ante el Ejército Rojo (el ejército de la Unión Soviética). Pues, del ejército alemán prácticamente no
queda casi nada. Después de cinco meses de lucha, Alemania experimenta una aplastante derrota.

A finales de agosto de 1942, el ejército alemán inicia un importante ataque para tomar el control de
la ciudad rusa de Stalingrado. La conquista no sólo tiene un propósito estratégico. Dicha ciudad
lleva el nombre del líder soviético Joseph Stalin, y tiene, por lo tanto, un gran valor simbólico.

Disparos y bombardeos destruyen Stalingrado, pero para conquistar la ciudad los militares
alemanes deben luchar con los soldados del Ejército Rojo, casi casa por casa.  Son atacados por
disparos de francotiradores, que se esconden entre los escombros. Cuando comienza el duro
invierno ruso, la situación empeora aún más.

Para el Ejército Rojo, el invierno es una ventaja. El hielo es lo suficientemente grueso como para
que los tanques atraviesen los ríos. Mientras la lucha callejera continúa, los soviéticos, a finales de
noviembre de 1942, rodean la ciudad con sus tanques. El ejército alemán está atrapado. pero
todavía no se da por vencido. Sólo después de seis semanas cae el telón. En ambos bandos hay
cientos de miles de soldados muertos.

La batalla de Stalingrado es un importante punto de inflexión en la guerra. El ejército alemán no es


imbatible. Esto le da nuevamente esperanza a la Unión Soviética, al igual que a los habitantes de
los territorios ocupados.

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