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001 Generalidades
001 Generalidades
una norma (o interpretarla). En el art. 1063, por ejemplo, se establece que para
interpretar el significado de las palabras debe recurrirse al “uso general”, excepto que
tengan un significado específico que surja de la ley, del acuerdo de las partes o de los
“usos y prácticas del lugar de celebración”.
2°) Integrativas que sirven para llenar las lagunas del derecho (*). Completan las
reglas jurídicas cuando la ley o el contrato no las han previsto. Son las referidas en el
art. 964 inciso C que remite a los usos y prácticas del lugar de celebración para
integrar las cláusulas de los contratos; y
3°) Contrarias a la ley que son las que se apartan o contradicen un texto legal y que de
acuerdo al art. 1 del Código no pueden tener efectos derogatorios de la ley.
El valor de la costumbre ha sido reflejado en el art. 1° del Código, el cual dispone
como regla general, que los usos y costumbres no pueden crear derechos, sino
cuando las leyes o los interesados se refieran a ellos o en situaciones no regladas
legalmente.
Observamos, como ejemplo, que en la regulación del contrato de franquicia, el Código
de manera expresa remite a la aplicación de los usos y costumbres comerciales
locales o internacionales (art. 1514, inc. E). En la compraventa de cosas muebles, el
art. 1147 que se refiere al plazo de entrega de la cosa vendida, remite a la aplicación
de las costumbres antes que a la ley, si dicho plazo no ha sido fijado en el contrato.
Son muchas las referencias a los usos y costumbres que hace el Código, bastando
esas dos que hemos mencionado como ejemplos.
Surge ahora de la ley una clasificación de los usos y costumbres, de acuerdo al ámbito
donde rigen, distinguiéndose entre locales e internacionales (CCC, arts. 1161).
Ha quedado como doctrinaria la clasificación según la materia en la que se aplica y
que distingue entre: 1°) Usos generales, que son los que se aplica a todo acto jurídico;
y 2°) Especiales que rigen en determinadas actividades especiales, como el comercio
de lanas, cueros o cereales, en la actividad bancaria, los contratos de franquicia, etc.
También debe advertirse que se encuentran normas de orden público (*) que dejan sin
efecto la aplicación de las reglas de las costumbres en el art. 1096, el cual declara
aplicables -antes que las costumbres- las normas del Código a todas las personas
expuestas a las “prácticas comerciales”. Es decir, se aplican en primer lugar las
normas legales y solamente en caso de no regularse la conducta por la ley, se
aplicará las costumbres o prácticas comerciales.
Sumamos a lo expuesto que el art. 1800 permite que las costumbres se sumen a las
leyes como fuente alternativa de obligaciones, frente a una declaración unilateral de
voluntad.
Finalmente, vale hacer presente que el Código Civil y Comercial se refiere en varias
partes a las “buenas costumbres”, las cuales deben ser consideradas como el
conjunto de reglas impuestas por la moral social.
5. 3. Contratos
En una economía de mercado, el Estado debe actuar según el principio de
subsidiariedad, respetando la iniciativa privada y la realización de negocios lícitos
por los particulares.
En nuestro ordenamiento jurídico dicho principio de subsidiariedad tiene vigencia,
especialmente, como regla básica en materia de contratos (*), posibilitando que las
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establecen jurisprudencia obligatoria que debe ser aplicada por todos los tribunales
que pertenecen al fuero donde han sido dictados. Por ese motivo, pueden ser
considerados estas resoluciones judiciales excepcionalmente como reglas obligatorias
y también fuentes formales del derecho.
Destacamos finalmente que el Código Civil y Comercial reconoce expresamente varias
figuras que sirven para guiar la correcta aplicación del derecho o ejercicio del derecho,
incluyendo en su título preliminar disposiciones sobre el principio de buena fe (art. 9),
la prohibición de actuar con abuso del derecho (art. 10), abuso de posición de
dominante (art. 11) y en fraude a la ley (art. 12).
6. La empresa y el derecho
La realidad social muestra la existencia de unidades económicas que tienen su
propio carácter y movimiento, tienen "vida propia", con independencia del
propietario o de los sujetos que participan o se vinculan con ella.
Observamos que los dependientes y el principal dedican sus esfuerzos al "negocio"
o a la “empresa” y no a la persona de su titular. Los terceros tratan con el titular a
través de la "empresa". Se consigue crédito también a través de la “empresa” que
sería la verdadera titular del crédito.
A pesar de verificarse esta realidad de organizaciones empresarias como unidades
económicas, no existe un concepto general y único de empresa en el derecho, ni
una rama del derecho que esté estructurada sobre la base de los elementos y
actividad de las empresas. Sólo existen conceptos de empresa que se dan en
diversos ordenamientos legales, pero que se han regulado y desenvuelven con las
finalidades propias de cada uno de esos ordenamientos y que no pueden ser
generalizados o utilizados más allá de esos ámbitos específicos.
En el Código se hace referencia a la empresa como actividad cuyo desarrollo exige
llevar contabilidad y registros contables (art. 320). En la Ley General de Sociedades
19.550 el concepto se utiliza a los fines de definir la tipicidad de las sociedades (art.
1). En la Ley de Contrato de Trabajo 20.744 (art. 5), que contiene la mejor definición
legal sobre el instituto (aunque aclara que la definición es “a los fines de esta ley”),
el objetivo es determinar quien es el responsable por la relación laboral.
La Ley General de Sociedades (19550) frente a toda sociedad supone la existencia
de una empresa. Así surge del art. 1° de dicha ley. Dice dicho artículo: Habrá
sociedad si una o más personas en forma organizada conforme a uno de los tipos
previstos en esta ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción o
intercambio de bienes o servicios, participando de los beneficios y soportando las
pérdidas.
Bien podríamos tomar esa definición para caracterizar la empresa, eliminando las
referencias al “tipo” de sociedad para aplicarla a toda empresa, aún a aquellas
unipersonales cuya existencia no hacen nacer una persona jurídica.
A pesar de esta omisión del sistema legal de definir la empresa prescindiendo del
carácter de persona jurídica o de persona humana del empresario (sujeto que se
encuentra al frente de la empresa), pueden destacarse los siguientes elementos
necesarios para que exista una empresa para el derecho: a) Un mínimo de medios
materiales y personales (naturaleza, capital y trabajo); b) Una mínima medida de
organización unitaria para la coordinación de los elementos naturaleza, capital y
trabajo; y c) todo ello destinado al cambio o a la actuación en el mercado.
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Bibliografía
RIVERA, Julio C., MEDINA, Graciela (directores) y otros: Código Civil y Comercial
de la Nación comentado, La Ley, Bs.As. 2014.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española., 22° edición,
www.rae.es
TORRE, Abelardo: Introducción al Derecho. Perrot, Buenos Aires, 1972.
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Glosario
Bien común: Razón esencial o causa orientadora de la existencia del Estado.
Conjunto de las condiciones sociales que permiten y favorecen el desarrollo integral
de las personalidades. En su contenido, comprende el bien “esencial” para el
desenvolvimiento intelectual, moral y cultural del hombre y el bien “instrumental”,
comprensivo de los medios materiales necesarios para la subsistencia (Dromi). El
preámbulo de la Constitución Nacional usa la fórmula “bienestar general” que se ha
considerado equivalente a bien común, conforme jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación.
Boletín Oficial: Publicación periódica en la que el Estado cumple su obligación de dar
publicidad legal a sus actos, como las leyes, decretos, llamados a licitación pública,
remates judiciales, citaciones judiciales, etc.
Contrato: Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una
declaración de voluntad común, destinada a reglar sus derechos (CCC, art. 957). Su
naturaleza es la de una norma o ley individual y fuente objetiva de derechos (CCC,
arts. 959, 962 y concordantes).
Costumbre: Comportamiento de hecho general, constante y uniforme, sentido como
socialmente necesario. También puede ser definida como la observancia constante y
uniforme de una regla de conducta por los miembros de una comunidad social con la
convicción de que responde a una necesidad jurídica (De Ruggiero - Maroi).
Derecho: Sistema de normas coercibles, que rigen la convivencia social o la conducta
humana en su interferencia intersubjetiva (Torré). Explicación: Sistema de normas:
porque es un conjunto ordenado y jerarquizado de reglas de conducta. Coercibles:
Susceptibles de ser aplicadas mediante la fuerza, en caso de inobservancia. Rigen la
convivencia social: Rigen las relaciones de los seres humanos entre sí.
Derecho positivo: Derecho vigente o efectivamente aplicado.
Derecho natural: Conjunto de principios normativos, puramente ideales, de validez
universal y permanente. Para algunos, estos principios ideales no son otra cosa que la
idea de justicia.
Doctrina: Estudios de carácter científico que los juristas realizan acerca del derecho
(García Maynez). Conjunto de teorías y estudios científicos, referentes a la
interpretación del derecho positivo, para su justa aplicación (Torré).
Empresa: Coordinación de diversos elementos: capital, naturaleza y trabajo,
destinados al trueque (Vivante). Podría agregarse como otro elemento, la
presentación de una unidad económica. Se trata entonces de una unidad
económica organizada mediante la cual el empresario actúa en el mercado
(Raisch). A pesar de ello, en el sistema legal no es centro de relaciones jurídicas ni
sujeto de derecho (Romero). El art. 5 de la Ley de Contrato de Trabajo (20744)
contiene una definición de empresa, aunque exclusivamente a los fines de las
relaciones laborales, indicando: se entiende como "empresa" la organización
instrumental de medios personales, materiales e inmateriales, ordenados bajo una
dirección para el logro de fines económicos o benéficos.
Estado: Forma de organización política de la comunidad para asegurar el bien común
(ver). Sus elementos esenciales son el territorio, la población y el poder. Bidart
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predica de las leyes cuya observancia no pueden dejar de lado las convenciones de
los particulares, en tanto que el carácter de orden público alude a los motivos o
fundamentos por los cuales se dispone esa imperatividad de la ley (Llambías). Clases
de orden público: Dentro de este orden público económico, como asimismo en el
orden público en general, un importante sector distingue o diferencia entre un
orden público de protección y un orden público de dirección. Siendo este
último, el orden público de dirección, aquel por el cual los poderes públicos se
proponen realizar ciertos objetivos económicos, a cuyo fin en algunos casos los
actos privados quedan sujetos, dentro de otras medidas, a autorizaciones
estatales y es menester una apreciación concreta de la situación de que se trate,
por una autoridad competente, dándose la aprobación cuando el Estado no se
opone al contrato pero quiere controlarlo. El orden público de protección es
aquel que tiende a resguardar a una de las partes, pero también -y
principalmente- el equilibrio interno de los contratos.
Sentencia: Decisión de un juez que pone fin al proceso, estableciendo la solución del
conflicto.