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C O N S E J O S U P E R I O R D E L A J U D I C AT U R A
S A L A A D M I N I S T R AT I VA
G U S TAV O C U E L L O I R I A RT E
Presidente
ESCUELA JUDICIAL
«R O D R I G O L A R A B O N I L L A »
G L A D Y S V I R G I N I A G U E VA R A P U E N T E S
Directora
La acción
de tutela
Bernardita Pérez Restrepo
c o n s e j o s u p e r i o r d e l a j u d i c at u r a
e s c u e l a j u d i c i a l «r o d r i g o l a r a b o n i l l a »
universidad nacional de colombia
fac u lta d d e d e r e c h o , c i e n c i a s p o l í t i c a s y s o c i a l e s
© e sc u e l a j u dic ial rodr igo l ar a bon i l l a
isbn
Preparación editorial:
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Derecho
Contenido
introduccion
Fuentes 159
La acción de tutela
Introducción
de este trabajo –y este punto fue acordado con los jueces que
participaron activamente en su formación–, no fue de manera alguna
hacer un inventario de las dudas procedimentales de los jueces en el
día a día de la tutela, sino, por el contrario, tratar de abordar sus
fundamentos teóricos y estructurales, para dilucidar estas dudas o
problemas procedimentales. Una paráfrasis a Kant se hace necesaria
aquí: Si la teoría no sirve para la práctica es porque la teoría está mal
concebida; no es posible disociar la teoría de la práctica.
La tutela contra providencias judiciales también merece nuestra
atención, en especial porque ha sido un tema muy polémico desde los
debates en la Constituyente y más aún a partir del pronunciamiento
de la Corte Constitucional sobre la inconstitucionalidad de algunos
artículos del Decreto 2591 de 1991; además de las iniciativas de reforma
que se han propuesto a este tema desde diversas esferas, hasta la propia
del poder judicial, que en la actualidad se encuentra en el portafolios 15
del ministro del Interior y de Justicia. Por ello, y por su evidente
importancia, presentaremos nuestras consideraciones sobre esta
problemática.
Finalmente, agradezco la confianza que la Escuela Judicial
Rodrigo Lara Bonilla ha depositado en mí para presentar esta propuesta
sobre la acción de tutela ya que ha respetado en el pleno sentido de la
palabra todos los conceptos aquí formulados, sin mencionar siquiera
una glosa por razones conceptuales o de políticas de la Institución.
Así mismo, a todos los magistrados y jueces que participaron
activamente en la creación y discusión de este módulo, y que con
respeto, paciencia y sabiduría hicieron observaciones importantes al
respecto. A ellos, muy especialmente por haber compartido conmigo
momentos memorables, dedico este trabajo, que también es suyo.
1 La acción de tutela como un
recurso a la constitucionalidad
e
EJEMPLOS, EJERCICIOS Y CASOS PRÁCTICOS
a
A U T O E VA L U A C I Ó N
Al tratar la acción de tutela como instrumento de la
constitucionalidad o de la supremacía constitucional, deben
haber quedado comprendidos los siguientes planteamientos:
• ¿Cómo se construyó en la cultura occidental el concepto de
supremacía constitucional?
• ¿Cuál fue el modelo de justicia constitucional que se tuvo
en cuenta en Colombia para elaborar el concepto de
supremacía constitucional y por qué?
• ¿Cuáles fueron los aportes de la Ley Fundamental de Bonn
para el constitucionalismo colombiano de 1991?
• ¿Cuáles fueron los fundamentos de los constituyentes de
1991 para adoptar la acción de tutela?
• ¿Definieron o no los constituyentes de 1991, el alcance de
la revisión de tutela por la Corte Constitucional y qué
problemas plantea esta cuestión?
36 • ¿Qué entendemos por justiciabilidad de la Constitución?
GLOSARIO
Abordar la acción de tutela como una acción garante de la
N O TA S A L C A P Í T U L O I
1
Andrés Lira González, El amparo colonial y el juicio de amparo
mexicano, México: Fondo de Cultura Económica, 1972, p. 35.
2
El siglo XVII nos ha legado unos textos clásicos y fundamentales
de la filosofía política que son piezas significativas de la discusión
entre el derecho como voluntad y monopolio del monarca, o el
derecho como creación racional, caso por caso, de los jueces. Se
tratºa del aporte de Francis Bacon con su propuesta de codificación
legal a James I (Essays) y el debate entre Hobbes y Coke sobre los
fundamentos del Common Law (A Dialogue Between a Philosopher
and a Student of a Common Laws of England, de Hobbes).
3
Los diversos autores mexicanos que han estudiado el Recurso de
amparo sostienen la tesis de que el mismo Mariano Otero se basó
en la concepción norteamericana del control, que había conocido a
través de la obra de Alexix de Tocqueville La democracia en América, 37
y que no tuvo en cuenta, por desconocerlas, las instituciones
correspondientes al amparo en la prolongada etapa colonial (Cfr.
Eduardo Ferrer Mac-Gregor en La acción constitucional de amparo en
México y España), México: Editorial Porrúa, 2000.
4
Héctor Fix Zamudio, El juicio de amparo, México: Editorial
Porrúa, 1964.
5
Eduardo Ferrer Mac-Gregor, op. cit., p. 4.
6
Gustav Radbruch, El espíritu del derecho inglés, Madrid: Marcial
Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales, 2001. Traducción de Juan
Carlos Peg Ros.
7
Aunque no hace parte de este estudio, los textos más
significativos de Hans Kelsen sobre hderecho constitucional son:
La garantía jurisdiccional de la Constitución y ¿Quién debe ser el
defensor de la Constitución?, escritos en 1928 y 1931 respectivamente.
8
Gaceta Constitucional, No. 56, 19 de abril de 1991, p. 14. Asamblea
Nacional Constituyente. Ponente: Juan Carlos Esguerra
Portocarrero. Imprenta Nacional.
9
Manuel Gaona Cruz, Control y reforma de la Constitución en
Colombia, Bogotá: Ministerio de Justicia, Superintendencia de
Notariado y Registro, 1988, tomo II, p. 49.
10
Indico entre comillas que apenas formalmente, para referirme a
que las normas constitucionales no lo consagran expresamente; no
obstante ello, la Corte Constitucional en sentidas decisiones ha
insistido en la necesidad y legitimidad del precedente judicial
la acción de tutela
38
2 Características de la
acción de tutela
o
Uno de los temas centrales de la acción de tutela es sin
lugar a dudas su caracterización, esto es, la definición
de los elementos que la diferencian de las otras acciones
que construyen el entramado de acciones judiciales en 39
el orden jurídico. Caracterizándola es la forma adecuada
como pueden establecerse decididamente los linderos
constitucionales y legales con acciones que
aparentemente le son próximas.
El juez, ante el planteamiento de una acción tutelar,
tiene el deber de delimitar conceptualmente la acción
de tutela para saber si está o no en presencia de un
debate que debe darse en sede constitucional o, por el
contrario, si debe diferirlo al debate de la justicia
ordinaria. Para ello, debe utilizar como herramienta los
requisitos esenciales y las características de la tutela,
que son los instrumentos que le ayudan a definir tan
complicado conflicto técnico-jurídico.
El que la tutela sea la acción procedente en ciertas
circunstancias para reclamar derechos constitucionales
fundamentales, obliga al juez a pensar necesariamente
en dos cosas: qué son los derechos constitucionales
fundamentales y cuáles son esas circunstancias o
particularidades del caso que los hacen tutelables. Pues
bien, el juez debe tener bien definida una doctrina de
los derechos constitucionales fundamentales, esto es,
saber qué son y cuáles son. En segundo lugar, debe
saber y tener muy claro si basta o no con estar en
presencia de uno de estos derechos, para que se desate
satisfactoriamente la pretensión tutelar. En este tópico
es donde entra a precisarse en qué circunstancia,
la acción de tutela
B. Requisitos esenciales
abstracto; ella varía según las circunstancias propias de los hechos: una norma
de aplicación inmediata (art. 85) puede tener mayor o menor eficacia
dependiendo del caso en cuestión; lo mismo un valor o un principio. El juez
debe encontrar, en la relación hecho-norma la decisión más razonable, no sólo
desde el punto de vista jurídico sino también desde el punto de vista fáctico.
De acuerdo con esto, la enumeración del artículo 85 no debe ser
entendida como un criterio taxativo y excluyente. En este sentido es
acertado el enfoque del artículo segundo del Decreto 2591 de 1991
cuando une el carácter de tutelable de un derecho a su naturaleza de
derecho fundamental y no a su ubicación.
una vía de hecho al decidir sobre el asunto que ante ellos se debate,
están libres de toda injerencia de otra jurisdicción en el ámbito de la
interpretación que hacen sobre el alcance de la normatividad que
aplican y en lo relativo a las resoluciones que adoptan” (T-098 de
1998, magistrado ponente: José Gregorio Hernández Galindo).
La Corte entiende que por tener efectos transitorios la decisión de
tutela, al decaer en sus efectos, el juez de conocimiento no está atado a la
decisión del juez de tutela, y alude a la tesis del “núcleo del debate”. La
transitoriedad indica que con la decisión definitiva del juez ordinario cesan
los efectos de la decisión del juez de tutela, no que la doctrina del juez de
tutela sobre el entendimiento de la Constitución sea o no obligatoria para
el juez ordinario. Es obligatoria porque la doctrina constitucional del juez
constitucional es obligatoria para los jueces ordinarios, máxime si reproduce
o es coherente con la que ha definido la Corte Constitucional. Si el núcleo
78 del debate en los dos procesos versa sobre un juicio de constitucionalidad,
será obligatoria la doctrina del juez de tutela. Para este evento es muy
provechosa la tesis de la Corte Constitucional sobre los efectos inter pares
(Auto ICC-225 de 2001) de las decisiones en juicio de constitucionalidad
por inaplicabilidad y la tesis del acatamiento del precedente, so pena de
vía de hecho (SU-640 de 1998).
En conclusión, para definir el marco de obligatoriedad de la
decisión transitoria del juez de tutela para el juez ordinario de
conocimiento del litigio, es necesario precisar lo siguiente:
• El objeto del debate ante el juez de tutela y ante el juez ordinario.
Ante el primero se solicita la suspensión, cesación u orden de protección
temporal y ante el segundo, que desate el conflicto de manera definitiva
entre las partes. En este caso, la decisión provisional del juez de tutela
no vincula necesariamente al juez ordinario.
• Hay que tener en cuenta el aspecto probatorio. En el proceso
tutelar la prueba vale aún como sumaria; en el ordinario, es esencial la
contradicción por ser proceso de partes y por ello, el resultado en uno
y otro puede ser diferente. En este caso, la decisión provisional del
juez de tutela no vincula al juez ordinario.
• Cuando el objeto del proceso de tutela es un juicio “objetivo”
de constitucionalidad, esto es, cuando se trata de verificar si una norma
es o no constitucional. En tal caso la doctrina es la acogida por la
Corte Constitucional y no es menester acudir a valoraciones probatorias
específicas, la decisión del juez de tutela vincula al juez ordinario, como
vincula el precedente.
Características de la acción de tutela
• ¿Qué significan los cuatro (4) meses que estableció la ley para acudir a
la jurisdicción?
El legislador de la tutela definió que cuando la acción de tutela
tiene efectos transitorios –y obviamente los tiene por mandato
constitucional, no del juez, como hemos insistido–, es obligatorio acudir
al juez ordinario en el término de cuatro (4) meses. El término
estipulado si bien es cierto que puede considerarse un tanto arbitrario,
es adecuado porque no sería tolerable fijar efectos indefinidos a la
80 decisión transitoria del juez de tutela; pues se estaría haciendo una
invasión injustificada en la justicia ordinaria.
El término de los cuatro (4) meses no es suspensivo de las
acciones ordinarias. Su naturaleza jurídica indica que por tratarse de
una tutela transitoria, los efectos de la decisión tutelar decaen si en
dicho plazo, no se acude a la jurisdicción ordinaria a través de la acción
judicial correspondiente.
En cuanto a la fijación del término de los cuatro (4) meses para
acudir a la jurisdicción, hay que precisar que:
• Tratándose de una acción contencioso administrativa el juez
de tutela no tiene potestad para determinar que son cuatro (4) meses
a partir de la decisión de tutela; son cuatro meses contados a partir de
la notificación de la decisión que puso fin a la actuación administrativa.
De ahí que sea inadecuado y cause desconcierto, el que el juez de
tutela fije los cuatro meses para acudir a la jurisdicción contencioso
administrativa. En este caso, el juez de tutela deberá advertir que debe
acudirse a la jurisdicción contencioso administrativa en los términos
establecidos por el Código Contencioso Administrativo y, de todos
modos, en término no superior a los cuatro (4) meses desde la
notificación del acto administrativo, todo ello en aras de mantener los
efectos de la decisión tutelar.
• Si el juez de tutela produce una decisión mediante la cual ordena
completar un acto administrativo17, la caducidad empieza a contarse a
partir de la notificación del acto que se expide en cumplimiento de la
tutela. Esto en virtud de la misma legislación administrativa, según la
Características de la acción de tutela
e
EJEMPLOS, EJERCICIOS Y CASOS PRÁCTICOS
1.- El Ejecutivo expidió el Decreto 1382 de 2000
reglamentario de la acción de tutela. Mediante el mismo
pretendió modular la acción de tutela contra las decisiones
judiciales y fijar o determinar otros elementos de la tutela.
Precise y argumente la naturaleza de este decreto y con los
elementos dados, determine si aún un juez de tutela podría
en un caso concreto, inaplicarlo.
2.- Explique sustentadamente por qué razones el Decreto
2591, vigente en la mayoría de sus normas, es
materialmente una ley estatutaria.
3.- Tomemos la Constitución en su Título III, de los derechos
fundamentales, y simultáneamente tomemos una
codificación legislativa, , la laboral, esto es, el Código
Sustantivo de Trabajo, para delimitar conceptualmente la
naturaleza de los derechos que encontramos en una y otra
codificación. Vamos a tratar de explicar por qué unos tienen
82 eficacia directa y los otros no. ¿Qué factores son realmente
los que determinan que unos derechos tengan tales
características? Así mismo, vamos a precisar si realmente los
derechos que se encuentran en la Constitución gozan de
eficacia directa, e igualmente si algunos derechos de la
legislación laboral también gozan de este privilegio, y ver
entonces qué sucede?
4.- Tomemos la Sentencia C-134 de 1994 de la Corte
Constitucional, con ponencia de Vladimiro Naranjo Mesa, y
resumamos los argumentos constitucionales referentes a por
qué la acción de tutela procede contra particulares y por qué
no era necesario que el constituyente delegara en el
legislador la configuración de los eventos de la tutela contra
particulares.
5.- El artículo 6º del Decreto Ley 2591 de 1991 contiene una
fórmula muy particular sobre la existencia de otros medios
de defensa judiciales: “ ”. Analice detenidamente la
constitucionalidad o no de la valoración que debe hacer el
juez de la existencia del medio de defensa judicial, para
definir si concede la tutela como mecanismo principal o
transitorio.
Características de la acción de tutela
a A U T O E VA L U A C I Ó N
Habremos entendido la teoría expuesta en el capítulo si somos
capaces de dar respuesta a los siguientes interrogantes:
¿Por qué razones la acción de tutela es esencialmente judicial y
constitucional?
¿Cuáles son las características de los derechos fundamentales?
Debemos precisar con claridad qué significan contenido esencial
y eficacia directa. Siguiendo la jurisprudencia de la Corte
Constitucional, debemos encontrar en la doctrina elaborada por
ella, qué significa realmente “contenido esencial” de un derecho
fundamental y cuándo el núcleo básico es realmente “duro e
impenetrable”.
¿Cuál es la naturaleza de la acción de tutela?
¿Qué significa la transitoriedad de la acción de tutela?
¿En qué términos debe acudirse a la acción ordinaria, una vez se
haya producido una decisión en sede constitucional de tutela?
83
¿Puede el juez de tutela, en todo caso, determinar que debe
acudirse a la jurisdicción ordinaria en el término de cuatro
meses? Explique y fundamente las particularidades de este
tema.
g GLOSARIO
Fue deseo expreso del constituyente que la normatividad
de la tutela fuera de rango constitucional y
complementariamente de ley estatutaria. Esta decisión
del constituyente significa que se pretende vedar la
actuación del Ejecutivo en lo que a la regulación de la
garantía de protección de los derechos fundamentales se
refiere. Por mandato constitucional, la tutela puede ser
regulada normativamente por el legislador estatutario
en lo que no tiene regulación constitucional. El juez
constitucional revisa la constitucionalidad del acto del
legislador antes de que entre en vigencia y el Ejecutivo
se limita a sancionar la ley estatutaria sin que pueda
siquiera hacer objeción por inconstitucionalidad. De ahí
que la regulación normativa de la tutela se establezca
entre constituyente, legislador estatutario y juez
Jconstitucional.
La existencia del Estado de derecho y la separación de
poderes exige perentoriamente que exista un poder
la acción de tutela
N O TA S A L C A P Í T U L O I I
11
Gaceta Constitucional, No. 77, 20 de mayo de 1991, p. 9. Asamblea
Nacional Constituyente. Ponentes: Jaime Arias López y Juan Carlos
Esguerra Portocarrero. Imprenta Nacional.
12
De manera muy perniciosa el Ejecutivo ha tratado de invadir la
competencia normativa del legislador estatutario, indicando que
sólo reglamenta el Decreto 2591 de 1991. Sin embargo, la
jurisdicción constitucional presidida por la Corte Constitucional, en
buena hora ha puesto en su lugar las perversas pretensiones del
Ejecutivo.
13
“...La Sala reitera lo manifestado en sentencia... en el sentido de
que por haber sido expedido el Decreto 2591 de 1991 en desarrollo
de las facultades a que se refiere el artículo transitorio 5º del literal
b) de la Constitución Política, tiene fuerza de ley en virtud de lo
dispuesto en el artículo transitorio 10. Y si bien la materia que 85
regula puede ser objeto de una ley estatutaria, ello lo será para el
futuro por cuanto para el caso concreto existía la referida
autorización especial” (Sentencia de la Sección Primera, Sala de lo
Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, expediente
3344. Magistrado ponente Libardo Rodríguez Rodríguez, 10 de
junio de 1993).
14
Considero muy adecuado para el asunto, estudiar la doctrina que
se encuentra en texto El derecho dúctil de Gustav Zagrebelsky,
editado por Trotta y traducido por Marina Gascón Abellán.
Igualmente, el capítulo “Razón práctica” del texto El concepto del
derecho, de Robert Alexy editado en español por Gedisa.
15
No obstante, no constituye el objeto de este trabajo hacer un
estudio de la teoría de los derechos fundamentales y por ello, hay
que remitir al operador jurídico a la lectura y estudio de textos que
sirvan de ayuda para ahondar en el tema. Así que en materia de
doctrina nacional, el texto del profesor Tulio Elí Chinchilla Herrera
(¿Qué son y cuáles son los derechos fundamentales?) es quizá el trabajo
más serio y aproximado a los problemas medulares de esta teoría.
Y, sin lugar a dudas, el texto de doctrina extranjera más connotado
y de ineludible estudio, es el del alemán Robert Alexy (Teoría de los
derechos fundamentales).
16
En estas decisiones, que la Corte ha denominado de
“constitucionalidad condicionada”, y en especial a la que nos
referimos, parece extraño y exótico que el ciudadano deba justificar,
alegar y probar la competencia del juez cuando el mandato del
artículo 29 de la Carta establece que precisamente la competencia
la acción de tutela
86
3 Valor jurídico de la doctrina
de las decisiones de tutela
o
En esta unidad nos proponemos estudiar el valor jurídico
de la doctrina de la Corte Constitucional en las decisiones
de tutela, esto es, la producida en las salas de revisión (T),
en las salas plenas de unificación jurisprudencial (SU) y
también en los casos en que se hace control de
constitucionalidad a las leyes que desarrollan derechos
constitucionales fundamentales. La importancia que el
tema reviste indica que debemos precisar y aclarar si las
sentencias de esta corporación obligan o no a los jueces
de la República o, al contrario, interfiere y obstaculiza la
independencia y autonomía funcional del juez.
Para abordar este tema, precisaremos en primera
instancia, la relación existente entre la justicia ordinaria y
la constitucional para determinar que el juez de tutela
actúa en sede constitucional, aunque cotidianamente sea
un juez de la jurisdicción ordinaria. En segundo lugar,
analizaremos la revisión de la tutela y su carácter para
precisar los móviles que tuvo el constituyente al crear esta
figura y demostrar que no fueron otros que la unificación
doctrinaria en materia de derechos constitucionales
fundamentales. En tercer lugar, abordaremos
directamente la discusión en Colombia sobre el valor de la
doctrina de la Corte Constitucional y precisaremos en qué
casos obliga y en cuáles es apenas doctrina probable. Y,
finalmente, haremos una breve reseña del valor jurídico
de las sentencias de unificación de la Corte Constitucional
(SU) para precisar su importancia, alcance y valor, y
mostrar cómo el desconocimiento de su doctrina, puede
dar lugar a la nulidad de una sentencia T y a una en las
instancias de tutela.
a. Relación justicia ordinaria y justicia constitucional
La Constitución Política de Colombia de 1991 mantuvo el
carácter jurisdiccional de las decisiones de control de constitucionalidad
que se había adoptado en el Acto Legislativo 3 de 1910. En cuanto se
refiere a la tutela, que como se ha dicho, se trata de un proceso
jurisdiccional en justicia constitucional, se adoptó el modelo alemán
de la Ley Fundamentaehl de Bonn de 1949 que, a su vez, estuvo
influenciado por el constitucionalismo norteamericano. El proceso
tutelar es jurisdiccional y difuso, al contrario de la Constitución alemana
donde es jurisdiccional y monopolizado en el Tribunal Constitucional.
Todo juez ordinario, en nuestro modelo, es juez de tutela o de
amparo constitucional. De allí que sea precisamente en un modelo
como el nuestro en el que es necesario diferenciar con toda precisión
el ámbito de la justicia ordinaria y el de la justicia constitucional de la
tutela. Máxime cuando el mismo juez ordinario en sede de jurisdicción 89
ordinaria puede ser juez de la constitucionalidad, cuando apela a la
figura de la inaplicabilidad por inconstitucionalidad a que se refiere el
artículo 4º de la Constitución.
En los regímenes de los que tomamos el modelo, como el español,
el juez ordinario tiene muy claramente configuradas sus competencias.
Allí no existe la figura de la inaplicabilidad por inconstitucionalidad sino
la de la cuestión de inconstitucionalidad, que corresponde a la justicia
constitucional esencialmente concentrada. Las competencias de los
jueces ordinarios se refieren a la definición de los litigios de partes con
pretensiones muy concretas de intereses individuales. Los jueces
ordinarios no hacen juicios ni objetivos ni subjetivos de
constitucionalidad. Esta competencia está reservada con exclusividad
al juez constitucional19.
En estos términos, definir el ámbito del juez constitucional y su
relación y diferencia con el del juez ordinario, es esencial para la
protección misma de la tutela. En el capítulo anterior hicimos algunas
precisiones importantes para definir la naturaleza de la tutela transitoria
y es justamente éste el elemento que constituye la debida escisión
entre la jurisdicción constitucional y la jurisdicción ordinaria. Como
ya lo advertimos, el constituyente estableció la tutela como mecanismo
principal para la protección de los derechos fundamentales que no
tuvieren acciones judiciales propias en el orden jurídico colombiano.
Quizá este es el “florero de Llorente” de la confusión.
Si el juez de tutela es juez principal de conflictos de partes en los
la acción de tutela
co
la acción de tutela
e
EJEMPLOS, EJERCICIOS Y CASOS PRÁCTICOS
a A U T O E VA L U A C I Ó N
Una vez concluido este capítulo, debemos tener elementos
suficientes para entender las fuentes del derecho en el
orden jurídico colombiano y saber especificar su tránsito
desde el constitucionalismo de 1886 hasta la Constitución
de 1991, y su desarrollo normativo y jurisprudencial.
g GLOSARIO
1.- Para asegurar la separación y correcta armonía entre
la justicia ordinaria y la justicia constitucional, es
necesario mantener en los cauces de la transitoriedad
las decisiones de tutela, transitoriedad como
suspensión, como se ha dicho, y dejar al juez ordinario -
que acata la decisión protectora de los derechos
fundamentales del juez tutelar- la decisión del
contencioso de partes.
El juez constitucional se mantiene en sus competencias
constitucionales para asegurar la autonomía de la
jurisdicción ordinaria, si y sólo si se limita a proferir la
“orden de protección de los derechos fundamentales”,
y deja al juez ordinario la decisión del litigio de partes a
través de la aplicación de las normas legales y
constitucionales, como es de su competencia. Esta
figura está bien asegurada, con los efectos transitorios
de la decisión tutelar, hasta que se produzca la decisión
del juez ordinario competente.
Valor jurídico de la doctrina de las decisiones de tutela
g
2.- Creemos que la revisión de la tutela por parte de la
Corte Constitucional reafirma su posición de máximo
tribunal de la constitucionalidad y se fundamenta en la
necesidad de una doctrina unificada sobre los derechos
fundamentales para la garantía de la igualdad. Cabe
recordar también que el juez de tutela es juez de la
constitucionalidad, independientemente de la jurisdicción
a la que se encuentran adscritos y, por ello, a través de la
revisión, es como se unifica la justicia constitucional.
3.- Del seguimiento de la línea jurisprudencial de la Corte
Constitucional en materia del valor del precedente,
específicamente referido a los derechos fundamentales,
podría concluirse lo siguiente:
• La doctrina de la Corte Constitucional que define el
alcance, contenido, núcleo esencial y eficacia directa de un
derecho constitucional fundamental, obliga como doctrina 109
integradora que es,
• La doctrina de la Corte Constitucional que revisa la
constitucionalidad de una ley y define el alcance,
contenido, núcleo esencial y eficacia directa de un derecho
constitucional fundamental, obliga como doctrina
integradora que es,
• La doctrina de la Corte Constitucional sobre derechos
fundamentales obliga tanto a la que se profiere en los
fallos de revisión como en los de control de
constitucionalidad, siempre que haga parte de la ratio
decidendi,
• La doctrina de la Corte Suprema de Justicia actuando
como jurisdicción ordinaria y que defina el alcance,
contenido, núcleo esencial y eficacia directa de un derecho
fundamental, obliga a todos los jueces de esa jurisdicción,
si y sólo si la Corte Constitucional no ha sentado doctrina
sobre el tema,
• Los jueces pueden separarse de la doctrina que les obliga
siempre que justifiquen de manera suficiente y adecuada
los motivos que los lleva a hacerlo,
• Si los jueces se separan de la doctrina de la Corte
Constitucional, sin explicar y argumentar expresamente las
razones que los conducen a ello, se produce una vía de
hecho por violentar el derecho de igualdad.
N O TA S A L C A P Í T U L O I I I
19
En los modelos de justicia constitucional europeos que
adoptaron la propuesta de justicia concentrada de Kelsen, los jueces
que advierten en los procesos ordinarios la inconstitucionalidad de
una norma, sólo tienen competencia para hacer el juicio de
relevancia, esto es, entender que hay un conflicto constitucional,
que no tienen competencia para resolverlo y enviarlo al Tribunal
Constitucional para que éste decida de fondo sobre el asunto.
20
Presidencia de la República, Centro de Información y Sistemas para la
preparación de la Asamblea Nacional Constituyente. Transcripción de
seciones, Comisión Primera, 7 de mayo de 1991, p. 28.
21
Esta teoría se encuentra suficientemente fundamentada en el
clásico artículo de Hans Kelsen, La garantía jurisdiccional de la
Constitución, escrito en 1928, que recoge los trabajos del profesor
de Viena sobre la jurisdicción constitucional. Realmente este
documento constituye un verdadero clásico sobre el tema y es de
ineludible estudio para cualquier jurista.
22
Ver, por ejemplo, entres otras, las sentencias T-13 de 1995 y C-
400 de 1998.
4 La acción de tutela contra
providencias judiciales
a. Fundamentos en el derecho comparado
Los regímenes jurídicos inspirados en el modelo de imperio de
la ley de la Revolución Francesa, adoptaron el principio de la “cosa
juzgada” como un metavalor. La sentencia judicial en firme no podía
ser objeto de revisión alguna y sólo por la vía de la Casación era posible
anular las decisiones judiciales. Esta figura, según los fundamentos
dados por este modelo, era la garantía de la Separación de Poderes,
esto es, la separación funcional entre el legislador y el juez. Si el juez se
atrevía a interpretar, inaplicar o desconocer la ley correspondiente al
caso, la máxima instancia judicial podía “anular” la decisión del juez,
sólo en los eventos de interferencia de las competencias del legislador.
Materialmente, se trataba de una nulidad por incompetencia del juez.
El juez encargado de esta función era precisamente la máxima instancia
judicial de la jurisdicción ordinaria que, a su vez, actuaba realmente
como un estafeta del legislador. Cumplía una función delatora frente a 113
la Asamblea Nacional, quien a través de sus informaciones en torno a
las leyes que los jueces se atrevían incompetentemente a interpretar,
inmediatamente expedía una Ley Interpretativa, reservando, en
consecuencia, la interpretación a la autoridad del legislador. Es el
surgimiento de las leyes interpretativas.
Nos ha parecido un tanto extraña la figura de la tutela contra
sentencias y nos ha costado mucho trabajo familiarizarnos con el tema,
ya que desde el más arraigado sistema de “imperio de la ley”, las
sentencias judiciales podían anularse por la vía de la casación. La
particularidad estribaba en que la nulidad se producía por violación al
régimen de primacía de la legalidad. La casación significaba
materialmente y ha significado aún una nulidad legal, esto es, la
declaratoria de la nulidad de la sentencia por incompetencia, es decir,
por interferir las funciones exclusivas del legislador.
Obviamente, los modelos contemporáneos que han desarrollado
un concepto de “supremacía de la Constitución”, abandonando el
modelo de “supremacía de la ley”, han adoptado igualmente un
instrumento para mantener en cintura a los poderes constituidos que
no respetan la supremacía constitucional. Lo novedoso de este sistema,
es que también el legislador es considerado como poder constituido,
y por tanto, como poder que debe mantenerse en los cauces
constitucionales, so pena de anularse también sus decisiones. ¿Qué otra
cosa sino es esto, constituye la decisión de inconstitucionalidad de ley
producida por un Tribunal Constitucional?
la acción de tutela
c. En la C omisión Legislativa
Entre la promulgación del Acto Constituyente de 1991 y la
expedición del Decreto Ley 2591, hay un período de tiempo (unos 117
cuatro meses), corto pero muy productivo para la discusión sobre la
tutela contra las providencias judiciales. Los altos estamentos judiciales
(Corte Suprema de Justicia y Consejo de Estado) se oponían
férreamente a la tutela contra las providencias de sus despachos
judiciales y prácticamente a la Constitución misma.
“El Congresito” o “Comisión Legislativa” que debía aprobar o
improbar las normas que con base en las potestades constitucionales
de las disposiciones transitorias expidiera el Presidente de la República,
recibió muchas presiones de las mencionadas altas jerarquías de la
rama judicial, abanderadas de la lucha contra la tutela a favor de las
providencias judiciales. Los fundamentos presentados eran el valor de
la seguridad jurídica, la cosa juzgada y el valor de la jerarquía de los
altos estrados judiciales. Sin embargo, la propuesta que salió adelante
fue la presentada por el gobierno nacional, que con algunos matices,
reconocía la tutela contra providencias judiciales.
El Gobierno expidió el Decreto Ley 2591 de noviembre 11 de
1991 “no improbado” por la Comisión Legislativa, que entró en vigor
inmediatamente fue promulgado en el Diario Oficial y que, como hemos
venido sosteniendo, tiene carácter material de ley estatutaria.
Es oportuno reseñar ahora que entre la vigencia de la
Constitución y la expedición del Decreto Ley 2591, muchos jueces
tutelaron providencias judiciales encontrando fundamento en el artículo
86 de la Constitución, que indica que la tutela procede contra cualquier
autoridad pública. Sería bien interesante hacer una investigación sobre
la acción de tutela
e
EJEMPLOS, EJERCICIOS Y CASOS PRÁCTICOS
1.- Vamos a hacer una lectura de la Sentencia T-006 de 1992 de
la Corte Constitucional para encontrar allí la fundamentación
de la tutela contra providencias judiciales en general, y en
especial contra las decisiones de las altas Cortes. Escojamos los
cinco argumentos principales. Seguidamente vamos a leer la
Sentencia C-543 de 1992 en su parte motiva e igualmente
clasifiquemos los cinco argumentos centrales con los que la
Corte definió por qué no existe la tutela contra providencias
judiciales. Finalmente, vamos a leer el salvamento de voto y
encontremos los argumentos que justifican la tutela contra
providencias judiciales.
Vamos a responder las preguntas siguientes:
• ¿Realmente el constituyente no incorporó dentro del artículo
86 de la Constitución a la autoridad pública jurisdiccional y,
para su caso, entendió que sólo cuando actuara como
funcionario de hecho?
130 • ¿Puede o no sostenerse la doctrina de la cosa juzgada
metaconstitucional?
• ¿Es coherente la doctrina de la vía de hecho con la
argumentación que se dio en la parte motiva de la Sentencia C-
543 de 1992?
• ¿Es entendible la tutela contra sentencias en los eventos de
dilaciones injustificadas, actuaciones de hecho y cuando la
actuación cause un perjuicio irremediable, y sólo como
mecanismo transitorio, como los sostuvo la Corte
Constitucional?
• ¿Se ha sostenido la doctrina sobre la tutela contra
providencias judiciales en la doctrina de la parte motiva de la
Sentencia C-543 de 1992, o cómo y por qué razones no se ha
seguido su desarrollo desde allí?
• ¿Explique e identifique si la doctrina sobre la vía de hecho en
las providencias de jueces y altas cortes es la misma, o tiene
diferente fundamento y soporte teórico?
2.- En materia de tutela contra decisiones de tutela, explique
en qué se fundamenta y analice si realmente es hoy sostenible.
3.- Leeremos la Sentencia Su-132 de 2002, que versa sobre la
autonomía e independencia del juez en la valoración
probatoria y en qué eventos el defecto fáctico puede devenir
una vía de hecho tutelable. Después de su lectura definiremos
en qué eventos puede haber tutela contra providencias
judiciales (vía de hecho en la doctrina de la Corte) referida a la
valoración probatoria. Revisemos la evolución doctrinaria con
respecto a la Sentencia T-442 de 1994, que fue fundamental en
el desarrollo de este tema.
La acción de tutela contra providencias judiciales
a
A U T O E VA L U A C I Ó N
En este capítulo hemos abordado uno de los temas más
complejos de la acción de tutela: la tutela contra
providencias judiciales. Desde la construcción del Estado
de derecho en el régimen liberal occidental, la sentencia
judicial se edificó como el instrumento de las palabras de
la ley y para la garantía de la estabilidad del régimen, su
intangibilidad. De ahí que se construyera el instituto
jurídico de la “cosa juzgada legal”. Hoy, por la evolución
del concepto, se viene a hablar de la “cosa juzgada
constitucional” y ello traslada la intangibilidad de la
decisión judicial al escenario de la constitucionalidad. No
en vano el constituyente de 1991 en la única norma
constitucional que habla de cosa juzgada, es en el
artículo 243, al establecer la cosa juzgada constitucional.
Con estos elementos básicos y sustanciales, el mismo
constituyente no despreció la tutela contra la autoridad
judicial, se negó a delimitar el tema en la normativa de 131
tutela y prefirió conservar el término “autoridad
pública”. Desde allí, y por ello mismo, que haya que
incluir a la autoridad judicial como eventual vulneradora
de los derechos constitucionales fundamentales y, por
ello, tutelable.
Finalmente, la doctrina que se ha elaborado en Colombia
sobre la tutela contra providencias judiciales pasa por
dos decisiones muy importantes, que deben estudiarse
con cuidado para advertir cómo y en qué términos debe
abordarse el tema de la tutela contra sentencias: desde la
T-006 de 1992 hasta la C-543 de 1992. En esta última,
encontrar la figura que se utiliza para la tutela contra
sentencias, esto es, la vía de hecho. Sin embargo, los
fundamentos de la tutela contra providencias judiciales –
en el lenguaje de la Corte, vía de hecho–, se encuentran
en los considerandos de la Sentencia T-006 de 1992 y en
el salvamento de voto de la Sentencia C-543 de 1992, por
todas las razones que se expusieron en este capítulo.
la acción de tutela
g GLOSARIO
La acción de tutela contra las providencias judiciales no
constituye una invasión de la jurisdicción ordinaria. La
tutela contra providencias se dirige contra el juez que
ha violentado ostensible y flagrantemente un derecho
constitucional fundamental; su objeto es la providencia
judicial y no el proceso. La tutela no sustituye al juez en
su jurisdicción, la decisión del juez de tutela afecta de
nulidad constitucional la actuación vulneradora de los
derechos y ordena al juez rehacer la actuación procesal
ordinaria en lo que haya lugar. El juez de tutela de
ningún modo puede sustituir al juez ordinario; sería
también una violación a la independencia de las
jurisdicciones de protección constitucional y garantía
del debido proceso de las personas.
132
La acción de tutela contra providencias judiciales
N O TA S A L C A P Í T U L O I V
23
El profesor Hans Peter Schneider ha explicado muy bien la
figura en el modelo germano: «Finalmente, también la
jurisprudencia está obligada por la Constitución a aplicar
directamente los derechos fundamentales. Esto es indiscutible, en
primer lugar, en cuanto a los derechos fundamentales del
procedimiento judicial... así como también para las prerrogativas
judiciales garantizadas constitucionalmente. Pero a la hora de
adoptar decisiones judiciales han de tenerse en cuenta también los
derechos fundamentales, como elementos objetivos del sistema.
Ellos inciden sobre el derecho privado cuando se interpretan las
cláusulas generales, y éste, a su vez, hay que entenderlo a la luz de
los derechos fundamentales (efecto de reciprocidad)». (Hans Peter
Schneider, Democracia y Constitución, Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales, 1991, pp. 80-81). Traducción de Luis López
Guerra. 133
24
Danilo Rojas Betancourt, “Tutela contra providencias judiciales”,
en Pensamiento Jurídico, No. 7, Bogotá: Facultad de Derecho,
Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Colombia,
pp. 162-163.
5 Aspectos procesales de la
acción de tutela
2. Solicitud de tutela:
Los requisitos para la formulación de la solicitud de la tutela son
mínimos: el solicitante debe indicar la acción u omisión, el derecho
que considere vulnerado o amenazado, el nombre de la autoridad
pública o del órgano autor de la amenaza y la descripción de las 145
circunstancias relevantes para decidir la solicitud, además del nombre
y dirección del solicitante (artículo 14 del Decreto 2591).
La solicitud puede ser verbal para los menores de edad y cuando
el solicitante no sabe escribir; no requiere autenticación ni postulación.
En el evento de que no pueda determinarse el hecho o razón
que motiva la solicitud, el juez prevendrá al solicitante para que la
corrija, indicándole exactamente cómo debe hacerlo. En caso de no
ser corregida, se rechazará de plano; en el evento de corrección, se
admitirá. Para el efecto de la corrección, la persona dispone de tres (3)
días. Este término no cuenta para el que a su turno tiene el juez para
resolver, toda vez que aún no se ha configurado correctamente la
solicitud y no ha quedado claro para el juez el ámbito de la petición en
sede constitucional.
Lo solicitado, es decir, lo pedido en protección de amparo
constitucional, y el derecho fundamental informado al juez, ni la
autoridad pública u órgano contra el cual se dirige la tutela, constituyen
un límite para la decisión de tutela. El juez tiene el deber de definir la
protección constitucional sin tener en cuenta lo solicitado, puede
hacerlo extra y ultra petita y, quizá más preciso aún, debe proteger el
derecho en los términos en que el derecho se protege, no como lo
entienda el solicitante. El juez también tiene el deber de precisar el
derecho constitucional fundamental vulnerado o amenazado, ya que
opera en toda su extensión el principio iura novit curia. Y en cuanto a
la autoridad pública u órgano contra el que se dirige la tutela, el juez
la acción de tutela
3. Trámite de la tutela:
El trámite de la tutela comporta los aspectos básicos siguientes:
Rechazo de la acción de tutela: No existe en la acción de tutela la
posibilidad de rechazo. El principio que fundamenta la imposibilidad
de rechazo es la misma naturaleza de la acción, pues se trata de la
protección de los derechos constitucionales fundamentales y en estos
casos, toda solicitud de protección, debe ser atendida. Se diría en su
146 contra que violenta el principio de la economía, pero habría que
contraargumentar diciendo que la persona y el ciudadano tienen derecho
a tener respuesta efectiva y material del reclamo de sus derechos, y el
rechazo es un instituto procesal formal que impide desatar de fondo la
acción propuesta. La única excepción proviene justamente de un acto
del tutelante, esto es, el caso del incumplimiento de la corrección de la
solicitud a que se refiere el artículo 17 del Decreto 2591.
Notificación al tutelado: Por cualquier medio que se considere
expedito y eficaz debe notificarse a la autoridad tutelada de la existencia
de la acción de tutela. No se surte propiamente un traslado, se cumple
con informar a la entidad de la existencia de la acción y de las razones
en que se funda para que ella determine si se pronuncia o no sobre tal
petición de protección. Conforme al artículo 19 del Decreto 2591, a la
autoridad tutelada se le concede un término de dos (2) o tres (3) días
para que presente informes y pruebas.
Práctica de pruebas: El juez puede practicar las pruebas que
estime necesarias y que realmente puedan realizarse en tan perentorio
término. De dichas pruebas no se produce traslado a la entidad tutelada,
pero ellas deben practicarse desde el día siguiente en que se ha
notificado de la existencia de la acción de tutela. No existe norma
alguna que indique que así debe ser, pero sería una fórmula elemental
de garantía de la defensa misma del tutelado y en nada obstaculiza el
trámite de la tutela. Quiere ello decir que en las pruebas que hayan de
practicarse en el proceso tutelar sería menester tener en cuenta la
eventual participación del tutelado y por ello, su práctica debe realizarse
Aspectos procesales de la acción de tutela
partes. Los terceros deben ser advertidos de la tutela para que actúen
frente a los “efectos de la decisión”, no frente a la “decisión misma”. Un
ejemplo sería clarificador: un juez de tutela protege el derecho al debido
proceso y declara que una sentencia (de partes) fue vía de hecho, anula
la sentencia y ordena al juez competente dictar nuevamente la
sentencia. Obviamente, la contraparte en el proceso ordinario se ve
afectada por la decisión de la tutela pero no es parte en el proceso de
la tutela, pues no fue ella quien violentó el derecho constitucional
fundamental. La decisión de la anulación de la sentencia le debe ser
informada porque el juez ordinario volverá a avocar conocimiento
sobre el tema y ello evidentemente le afecta, pero le permite discutir,
en sede ordinaria, nuevamente el eventual derecho sustantivo que le
asiste. En este caso, la contraparte en el proceso ordinario, no tiene un
derecho en el proceso de tutela, esto es, el derecho a mantener la
148 sentencia que le favorece. En el proceso tutelar sólo se constata la
violación flagrante en el cuerpo de la decisión del derecho
constitucional fundamental y que ha sido vulnerado, por el juez
ordinario y no por la parte procesal. Por ello mismo no es parte, es
afectado y tendrá derecho a discutir sus derechos en la sede ordinaria;
aquí en la tutela, sólo tendrá derecho a saber de lo sucedido con la
sentencia que le favorecía.
Por lo dicho, no es razonable que el proceso tutelar involucre
como parte a terceros afectados. En conclusión, lo que el juez debe
precisar muy bien es quién es la autoridad vulneradora o amenazadora
del derecho y quién puede verse eventualmente afectada con la
decisión. Quizá hasta podría el juez no medir adecuadamente quiénes
son los terceros afectos y ello no dañaría la decisión de tutela. Otro
ejemplo lo ilustraría adecuadamente: en sede gubernativa se concede
un derecho a sustitución de pensión. En una tutela con carácter
transitorio se ordena compartir con otra persona la pensión. La tutela
va dirigida contra la autoridad pública que debe pensionar y que
seguramente vulneró el derecho de la tutelante. La decisión afectará a
la persona a la que inicialmente se le concedió en exclusividad el
derecho, pero ella no es parte en la tutela y de nada le valdría serlo.
Una vez conozca la decisión de la tutela, tanto como porque no le
llegó la mesada completa, puede acudir a la justicia ordinaria laboral a
discutir su derecho, como también tendría que acudir el beneficiario
de la tutela, puesto que para mantener los efectos de la decisión debe
impugnar jurisdiccionalmente el acto que sólo beneficiaba al primero.
Aspectos procesales de la acción de tutela
4. La sentencia de tutela:
La decisión de tutela en primera instancia debe contener una
orden de protección del derecho constitucional fundamental y debe
contener todos los instrumentos necesarios para que ella sea real y
efectiva. Reza así el inciso segundo del artículo 86 de la C. N.:
La protección consistirá en una orden para que aquél respecto
de quien se solicita la tutela, actúe o se abstenga de hacerlo…
La sentencia de tutela no puede contener decisiones que serían
objeto de la jurisdicción ordinaria en proceso de partes. De ahí lo
perentorio del artículo 86 de la Constitución, al indicar que se trata
sólo de una orden de protección.
La sentencia de tutela es de inmediato cumplimiento y su eventual
la acción de tutela
8. La función de la Procuraduría
Si esa autoridad superior, o sea el Procurador General de la
Aspectos procesales de la acción de tutela
e
EJEMPLOS, EJERCICIOS Y CASOS PRÁCTICOS
1.- Una vez precisada la naturaleza jurídica de la acción de
tutela, explique la importancia de haberla desentrañado y
explíquela utilizando como ejemplo la fundamentación de los
fallos ultra y extra petita en materia tutelar.
2.- A partir del caso siguiente, exponga y explique los
requisitos de la acción de tutela, defina si procede o no y en
qué términos. Un funcionario público de carrera administrativa
fue declarado insubsistente por el nominador. El acto no tiene
recursos gubernativos y han transcurrido tres meses desde su
insubsistencia; el funcionario público acude al juez de tutela
para intentar lograr la protección constitucional.
3.- Explique sustentadamente por qué razones en el incidente
de desacato no interviene como parte el tutelante.
4.- Explique en qué eventos puede rechazarse la solicitud de
tutela y qué fundamenta que sólo exista esta excepción.
5.- Indique qué razones fundamentan el hecho de que las
156 pruebas en el proceso de tutela no se controvierten.
a
AUTOEVALUACIÓN
En este capítulo hemos analizado la naturaleza jurídica
de la acción de tutela, entendiéndola como una acción de
naturaleza constitucional de igual jerarquía al debido
proceso legal y al derecho constitucional fundamental de
petición. Hemos precisado que justamente el juez que
asume el conocimiento de una acción de esta categoría,
deviene en juez constitucional limitado en exclusividad
por la Constitución misma y no por la doctrina general
que regula el debido proceso legal.
Como consecuencia de ello, hemos precisado las razones
por las que “el debido proceso tutelar” no comporta la
bilateralidad de la audiencia, la contradicción probatoria,
el régimen riguroso de las notificaciones, los recursos y el
límite a las decisiones extra y ultra petita.
Hemos hecho igualmente un análisis de lo que significa
el cumplimiento de la decisión de tutela y el desacato por
el incumplimiento doloso de la decisión, por parte de la
autoridad llamada a cumplir con lo resuelto por la
decisión en protección constitucional. En cuanto al
desacato, hemos precisado su naturaleza disciplinaria, su
independencia con respecto al proceso de la tutela
misma y, especialmente, al hecho de que la parte
tutelante no es parte en el procedimiento del incidente
de desacato.
Aspectos procesales de la acción de tutela
g GLOSARIO
1.- La naturaleza de la acción de tutela: se trata de un
instituto esencialmente constitucional para cuya
definición no podemos acudir a cuestiones procesales,
puesto que el proceso mismo es también de regulación
constitucional. Quiere esto decir que la acción de tutela
no hace parte del objeto de estudio del derecho
procesal y por ello, desentrañar su naturaleza para
indicar si se trata o no de una acción, recurso, petición,
juicio o pretensión, sólo conduce a equívocos y a
discusiones anodinas. La acción de tutela, como la ha
definido nuestro régimen constitucional de 1991, esto
es, como acción, constituye una garantía de los
derechos constitucionales fundamentales; es de carácter
constitucional y se formula ante el juez en sede de
jurisdicción constitucional y justo ante él, precisamente 157
porque el objeto de reclamo es la protección de la
Constitución misma.
2.- El debido proceso de la acción de tutela:
Consideramos que la acción de tutela no es el desarrollo
especial del derecho de petición y que tiene su propio
debido proceso. Es la única acción que tiene
configurados sus elementos procedimentales básicos en
el mismo texto constitucional. El juez que tramita la
tutela no es juez de la jurisdicción ordinaria ni actúa
como tal; para cada caso de tutela, deviene en juez
constitucional actuando en jurisdicción constitucional
con las particularidades que ello reviste, verbi gratia, la
sujeción al proceso constitucional de la tutela, como
vimos. Pedagógicamente es útil que el juez de tutela
entienda que al tomar conocimiento de una acción de
tutela deja de ser juez ordinario de la jurisdicción a la
que pertenece y deviene en juez estrictamente
constitucional, cuyo único límite es la Constitución
misma, en la que debe encontrar la respuesta a las
preguntas que se plantee para resolver el reclamo
constitucional en cuestión. La técnica construida por el
arte de la teoría procesal no es objeto de estudio de la
acción constitucional de la tutela y tenerla en cuenta,
dificulta y formaliza la decisión de amparo
constitucional, que tiene como finalidad la protección
de los derechos constitucionales.
la acción de tutela
g
3.- El cumplimiento de la sentencia de tutela: El juez de la
decisión de tutela mantiene incólume su competencia
para la ejecución y cumplimiento de su decisión, así como
para verificar su incumplimiento y producir las sanciones
correspondientes (artículo 27 del Decreto 2591). Esta
competencia es prácticamente indefinida y es una carga
competencial que debe soportar el juez, por la naturaleza
y dimensión de la protección constitucional, que se
constituye en legitimadora del sistema constitucional.
Quizá el juez debe, por esta misma carga, dimensionar su
función esencial de legitimación de la Constitución, que
le ha encomendado el constituyente a él y a nadie más,
en materia de los derechos constitucionales
fundamentales. Es la realización misma de la
independencia y autonomía judicial, que se ve
configurada con la función verificadora, contralora y
158 garante de los derechos fundamentales, respecto a todos
los demás órganos del Estado. Precisamente la jurisdicción
constitucional tiene esa característica especial, es decir,
que controla y verifica el cumplimiento de la Carta
fundamental por los todos los órganos constituidos y
confía al juez –a todo juez de la República– tan
encomiable labor. Por ello se justifica esa competencia
ilimitada temporalmente del juez de primera instancia de
la tutela, como que fue en ése juez y no en otro, en quien
depositó el ciudadano la confianza de protección de sus
derechos.
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