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1. Introducción
Esto último no es del todo cierto, pues si bien se plantea título supletorio para la primera
inscripción de dominio; también, se sabe que en el caso de la usucapión esta
diferenciación no se aplica, por cuanto es perfectamente viable en ambos casos.
Lea también: ¿Qué necesito para ganar una prescripción adquisitiva judicial?
Notas prácticas. Primera parte
2. Origen de la confusión
En el caso peruano, ante la omisión de la ley que crea el registro en 1888 de establecer un
procedimiento de inmatriculación de predios cuando el propietario no contase con
titulación pública, su reglamento expedido ese mismo año ya anunciaba la existencia del
título supletorio. Su artículo 215 refiere: “Quien carezca de escritura pública o instrumento
auténtico que complemente la adquisición de un inmueble de su propiedad, necesita para
la inscripción del dominio exhibir títulos supletorios, formados con arreglo al código de
enjuiciamiento”.
En este sentido, el código de enjuiciamiento de aquella época (año 1852) tuvo que ser
reformado, instaurándose el Código de Procedimientos Civiles de 1911, el cual interpretó
de modo análogo la figura del título supletorio, con la prescripción adquisitiva de dominio,
pues al considerar que se trata de un propietario cuyo título se extravió o perdió, este
debía probar una posesión de 40 años al igual que en la prescripción adquisitiva
extraordinaria, plazo que posteriormente con la promulgación de los Códigos Civiles de
1936 y 1984 se redujo a 30 y 10 años respectivamente.
Dicho tratamiento, conllevó a confundir la figura del título supletorio con la prescripción
adquisitiva de dominio, en tal sentido, a continuación se tratará de esbozar algunas
diferencias.
3. Principales diferencias
Estas dos últimas transferencias no son registradas y entre todas ellas ya ha pasado un
periodo de 15 años. En este caso, no es posible formar un título supletorio respecto a la
titularidad de Tulio; el fin principal de esta figura es actuar como sustituto del título que se
extravió, perdió o nunca existió.
En el caso planteado, el título existe a nombre de Claudio, lo que falta son los títulos que
acrediten la propiedad de Pedro y Tulio, para lo que se deberá recurrir al otorgamiento de
escritura pública o, en última instancia, se podría recurrir a la usucapión, en la que
acreditado la posesión por el plazo de 10 años, esta consolidará su derecho.
Sin embargo, dicha distinción no es del todo cierta ya que Ley 27157, dictada con la
finalidad de facilitar la regularización de la propiedad inscrita o no inscrita, en su artículo
8 se faculta a los notarios para tramitar procedimientos no contenciosos de prescripción
adquisitiva de dominio. Para ello, el notario deberá acreditar el cumplimiento de los
requisitos establecidos en el artículo 950 del Código Civil y seguir el procedimiento
contemplado en el artículo 504 y siguientes del Código Procesal Civil.
De este modo, el notario debe cumplir, entre otros requisitos, con la comunicación al
titular del bien que se pretende prescribir, y si este último formula oposición, el
procedimiento es suspendido derivándose su tramitación a la vía judicial.
Lo mismo ocurre con el título supletorio, que para efectos de probar la propiedad,
comunica al que transfirió dicho derecho, quien al oponerse lo vuelve litigioso. En
definitiva, tanto la prescripción como el título supletorio se pueden tramitar en dos vías,
notarial y judicial.
Por otro lado, se señala que en la formulación del título supletorio presupone la propiedad
y, la prescripción adquisitiva de dominio supone la posesión. Es decir, el título supletorio
lo formula el propietario que ha perdido su título y para ello se recurre a la posesión, la
cual debe ser por un tiempo de 10 años (interpretación analógica con la prescripción
adquisitiva de dominio extraordinaria).
Dicha posesión, según Mejorada, “no está sustentada en el hecho de la ocupación real del
bien, sino porque ella es apariencia de titularidad que casi siempre presenta a quien
realmente ostenta el derecho”[ii].
Entonces, ¿cómo probar dicha posesión, si en realidad no existe un título escrito?, de ello
se desprende lo que considero la real diferencia entre la usucapión y el título supletorio; y
es que, esta última tiene un carácter limitado, por cuanto los títulos supletorios pueden
ser judicialmente impugnados en la misma forma y condiciones que un título de dominio
cualquiera, es decir, que dado el caso, que en la cadena de transferencias del dominio se
encuentra un vicio, este no es subsanado por el título supletorio ya que su finalidad es
solo producir el título más no el derecho. En cambio, la usucapión tiene un carácter
absoluto consolidador de la propiedad.
4. Conclusión
El título supletorio es una figura que se usa solo para la primera inscripción de dominio.
Es decir, cuando el propietario carece de títulos escritos con los cuales comprobar su
dominio, pues dicho título puede haberse extraviado o perdido.
Por su parte, la prescripción adquisitiva de dominio se plantea tanto para bienes que se
encuentran inscritos en el registro (usucapión contra tabulas), como para aquellos no
inscritos; aquí, el criterio diferenciador de ambas figuras, más allá de su finalidad, es que
el título supletorio formado en dicho proceso sí se puede impugnar.