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En mis dos cartas anteriores de esta serie, proporcioné una lista de cinco
principios básicos relacionados con la provisión de Dios.
Las Condiciones
Antes de reclamar las promesas contenidas en los versículos anteriores,
debemos hacer un análisis bíblico simple para descubrir las condiciones
que se adjuntan a las promesas, teniendo en cuenta que las promesas
solo se dan a aquellos que cumplen las condiciones. Combinando los
dos pasajes, encontramos que se establecen en total tres condiciones
simples. ¿Puedes elegirlos?
Debemos:
1. Teme al Señor.
2. Busca al Señor.
3. Camina erguido.
Siempre que cumplamos con estas tres condiciones, entonces la
Escritura dice que Dios no nos negará nada bueno. ¿No es
emocionante?
¿Bueno O Malo?
Las preguntas que quiero plantear en esta carta son: “¿La pobreza es
buena o mala?” “¿Las riquezas son buenas o malas?” En lugar de una
respuesta basada en las emociones o la tradición religiosa, quiero una
respuesta lógica, objetiva y bíblica, una que tenga un efecto decisivo en
la forma en que vivimos. Si las riquezas son malas, debemos
desvincularnos de ellas y no involucrarnos en ninguna actividad o
proceso que genere riqueza. Sin embargo, tengo la convicción de que las
Escrituras clara y consistentemente dan la respuesta opuesta: las
riquezas son esencialmente absolutamente buenas. Hay multitud de
Escrituras que podríamos usar para apoyar esta conclusión, pero debo
contentarme con solo unas pocas.
Por otro lado, casi todos ellos pueden ser mal utilizados y
abusados. Obviamente, el poder puede ser mal usado y abusado, y muy
a menudo lo es. La fuerza, las riquezas, la sabiduría, también pueden ser
mal utilizadas. Creo que Salomón es un ejemplo de un hombre que tenía
una sabiduría tremenda y la usó mal, porque terminó en idolatría. El
hecho de que algo sea absolutamente bueno en sí mismo no significa
que no pueda ser abusado o mal utilizado. Pero seríamos muy tontos si
rehusáramos la cosa simplemente porque se puede abusar de ella.
La Fuente Es Dios
Un factor importante en la evaluación de algo es determinar su origen. En
1 Crónicas 29:12, David está orando al Señor y dice de manera muy
sencilla: “Tanto las riquezas como la honra proceden de ti”. ¿Cuál es la
fuente última de riqueza y honor? ¡Dios mismo!
El Factor Obediencia
Esto nos lleva a un principio básico que se enfatiza constantemente a lo
largo de las Escrituras: la obediencia a Dios trae prosperidad y
abundancia. Considere, por ejemplo, lo que Dios dice en Deuteronomio
28. Este capítulo está dividido en dos porciones. La primera parte, los
versículos 1 al 14, enumera las bendiciones que siguen a la obediencia a
Dios. La segunda parte, los versículos 15 al 68, enumera las maldiciones
que siguen a la desobediencia a Dios. En un momento veremos ambos:
primero las bendiciones y luego las maldiciones.