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Segregación de la vivienda social: reducción de oportunidades, pérdida de


cohesión

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Francisco Sabatini Guillermo Wormald


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Capítulo I

segregación de la vivienda social:


reducción de oportunidades,
pérdida de cohesión

Francisco Sabatini y Guillermo Wormald

Cómo citar:

APA: Sabatini, F. & Wormald, G. (2013). Segregación de la vivienda social:


reducción de oportunidades, pérdida de cohesión. En F. Sabatini,
G. Wormald & A. Rasse (Eds.), Segregación de la vivienda social: ocho
conjuntos en Santiago, Concepción y Talca (págs. 12-31). Santiago, Chile:
Colección Estudios Urbanos UC.

ISO: SABATINI, F.; WORMALD, G. Segregación de la vivienda social:


reducción de oportunidades, pérdida de cohesión. En SABATINI,
Francisco, ed.; WORMALD, Guillermo, ed. y RASSE, Alejandra, ed.
Segregación de la vivienda social: ocho conjuntos en Santiago, Concepción y
Talca. Santiago de Chile: Colección Estudios Urbanos UC, 2013. pp. 12-31.
segregación de la vivienda social: reducción de
oportunidades, pérdida de cohesión.
Francisco Sabatini, Guillermo Wormald

Las políticas habitacionales chilenas tienen una larga historia de logros,


cuyo resultado es que hoy la gran mayoría de los hogares de estratos
populares reside en una “casa propia”. La confluencia entre el interés
político de las autoridades y el interés económico de las empresas en el
objetivo de reducir el “déficit habitacional” ha sido, tal vez, la razón de
dicha persistencia y éxito.

Subsidiar la demanda en vez de la oferta no ha sido más que otro


jalón de esta larga historia. Instaurada a comienzos de los años ochenta
durante la dictadura del general Pinochet, la política de “subsidio ha-
bitacional” (voucher que subsidia la demanda de los hogares) ha tenido
gran productividad y ha sido mantenida y mejorada por los gobiernos
posteriores de distinto color político.

Es también parte de esta historia el que los conjuntos de vivienda so-


cial así producidos casi invariablemente hayan sido implantados en la
periferia más alejada y peor servida de cada ciudad. De hecho, siempre
ha existido conciencia de este “efecto secundario”, que ha acompañado al
logro mayor: el acceso a la “casa propia”, verdadero hito en los procesos
de integración social de los grupos populares. El año 1939, el presidente
Pedro Aguirre Cerda ya aludía a “la tradición de construirlas [las habita-
ciones obreras] en barrios especiales, en los alrededores de las ciudades,
acentuando así las diferencias sociales” (Aguirre Cerda, 1939, p. 12).

Sin embargo, los efectos negativos de la segregación espacial de la vivien-


da social han estado incrementándose en los decenios recientes y, de ser
mal menor, han devenido problema crítico que demanda atención espe-
cial. Este cambio ha ocurrido cuando, producto de los profundos cambios
aparejados a la nueva economía liberal, los mecanismos “funcionales” de

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Capítulo I _ Segregación de la vivienda social: reducción...

integración de los grupos populares a la ciudad se han debilitado. En el


contexto de una mayor precariedad laboral –promovida como “flexibili-
zación laboral” desde el establishment político y empresarial– y de un de-
bilitamiento de esa relación orgánica entre partidos y grupos populares
que era característica de la política de antaño, la segregación residencial
ha cesado de ser un mero efecto secundario o mal menor.

Esta fue la intuición y la motivación original que nos llevó a empren-


der el estudio “Barrios en crisis y barrios exitosos producidos por la polí-
tica de vivienda social en Chile: influencia de la segregación residencial
y lecciones de política” (en adelante, estudio Anillos 1),1 el cual cubrió
ocho conjuntos de “vivienda básica” de Santiago, Talca y Concepción, la
vivienda social para los hogares más pobres de Chile al ser construidos
y habitados, siete años antes de realizar nuestro estudio. Los conjuntos,
de similar antigüedad, arquitectura y cantidad de viviendas pero de dis-
tinta situación de segregación residencial, fueron investigados a través
de una encuesta con una muestra de casi 1.800 hogares, de unas treinta
entrevistas en profundidad por conjunto y una serie de grupos focales,
además de muchas horas y notas de trabajo etnográfico realizado en los
conjuntos de Santiago.

Los capítulos de este volumen corresponden a trabajos no publicados


generados en el marco de dicho estudio, que cubren los principales
hallazgos de Anillos 1: en lo cuantitativo, cómo la segregación espacial
de la vivienda menoscaba las oportunidades de las personas y de los
hogares en materia de superación de la pobreza, empleo remunerado y
acceso a servicios (capítulos 1, 5 y 6); y en lo cualitativo, cómo la segrega-
ción deteriora la cohesión del grupo y favorece una reproducción de los
estigmas, la discriminación social y la instalación del gueto al interior
de estos barrios (capítulos 1, 2, 3, 4 y 7).

1. La localización de la vivienda social

El libro Los con techo, que editaron Alfredo Rodríguez y Ana Sugranyes
el año 2005, sin duda marcó un hito en la crítica a la política habitacio-
nal neoliberal, aquella basada en la entrega de subsidios habitacionales,
1 Estudio dirigido por Francisco Sabatini, Guillermo Wormald, Gonzalo Cáceres y Rodrigo
Salcedo, como parte del Primer Concurso Nacional de Proyectos de Anillos de Investigación
en Ciencias Sociales (2006-2008), que se enmarca en el Programa Bicentenario de Ciencia
y Tecnología (PBCT), administrado por la Comisión Nacional de Investigación Científica y
Tecnológica (Conicyt, Chile) y financiado a través de un Convenio de Préstamo suscrito entre
el Gobierno de Chile y el Banco Mundial.

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segregación de la vivienda social: ocho ...

poniendo una luz de alerta frente al exitismo que la rodeaba sin con-
trapeso hasta hace poco. Pero la crítica que ofrecía ese libro se nos re-
presenta como demasiado general. Aunque revelaba preocupación por
la dimensión urbana del problema de la vivienda social, destacando su
localización en la periferia urbana, esta variable –la localización– no
aparecía como un factor que podía marcar alguna diferencia para resi-
dentes de distintos conjuntos, sino como una constante que se sumaba
a otras limitaciones quizá más severas de la vivienda, como su reducido
tamaño y su discutible calidad.

Nuestra hipótesis fue, en cambio, que la misma vivienda social, in-


cluso de exiguo tamaño y baja calidad, podía tener muy distinto efecto
en la vida de las personas, en el progreso de los hogares y en la suerte
de los barrios, según su grado de segregación espacial. Por esa vía, nos
asistía la convicción de que era tarea de los tiempos que venían poner
en evidencia las limitaciones de los criterios de “focalización social” que
han sustentado la política de “subsidio habitacional” y su éxito cuanti-
tativo. A su manera, los reparos que los economistas del mainstream
siguen enarbolando frente a los programas dirigidos a territorios y lu-
gares porque “desfocalizan” la inversión social, pecan de lo mismo que
objetamos al volumen Los con techo: no reparar suficientemente en la
importancia que tienen la localización y el grado de segregación de la
vivienda social en la profundización de la pobreza y la acentuación de
las diferencias sociales, cuestiones tempranamente destacadas por el
presidente Aguirre Cerda.

Es más, la focalización social opera como factor que contribuye a la


segregación residencial. Al circunscribir con celo partidas específicas de
la inversión social (en este caso, el subsidio habitacional) a los hogares
pobres a los que estaba destinada, la política habitacional favorece la
construcción de complejos de vivienda socialmente uniformes. Y esta
homogeneidad es la dimensión más dañina de la segregación residen-
cial, porque aísla a quienes habitan dichos complejos, de otras personas
o familias de diferente condición social. Dificulta que interactúen, en el
barrio y otros espacios públicos, con otros ciudadanos de distinto origen.

Una encuesta realizada el año 2006 a los residentes de Santiago,


Valparaíso y Concepción sobre “preferencias de regulación urbana”
mostraba la clara prioridad que dan los ciudadanos a la localización de
la vivienda dentro de las ciudades. Para mejorar la política de vivienda
social, el Estado debería priorizar la localización antes que el tamaño de
las casas, opinó un 69 por ciento de los entrevistados, siendo algo ma-
yor ese porcentaje entre los más pobres y los más jóvenes (ProUrbana

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Capítulo I _ Segregación de la vivienda social: reducción...

& OSUAH, 2006). Entretanto, las autoridades, la prensa y el debate


público sobre la política de subsidio habitacional seguían centrados en
las cuestiones de tamaño y calidad de la vivienda social.

2. Efectos de la segregación espacial de la “vivienda básica”

Los resultados de nuestro estudio Anillos 1 nos permiten afirmar que


la segregación residencial sí importa, como señalaban las hipótesis del
proyecto: i) reduce el acceso físico a las oportunidades de trabajo y a
los servicios, como salud y educación; y ii) favorece la formación de es-
tigmas territoriales que agudizan esas desventajas urbanas y favorecen
procesos de desintegración social.

Los principales resultados del estudio nos mostraron que, en efecto,


la segregación residencial tiene consecuencias negativas. Al vivir en
medio de personas de similar condición social y alejados de los centros
de actividad de su ciudad, la mayoría de los integrantes de hogares po-
pulares que han accedido a la “vivienda social” enfrentan importantes
escollos y problemas que afectan su bienestar y sus proyectos de vida.

Las encuestas y el trabajo de campo cualitativo aplicados en cada uno


de los ocho conjuntos estudiados, nos permitieron medir en los hogares
residentes los efectos de la segregación tanto objetiva como subjetiva.
La opción de estudiar barrios conformados por programas de vivienda
básica, en vez de estudiar muestras de hogares de estratos bajos extraí-
dos de toda la población de cada ciudad, nos permitió privilegiar el acer-
camiento cualitativo al fenómeno y, por lo mismo, profundizar nuestro
conocimiento sobre cómo se vive la segregación, qué significa para las
personas afectadas y cómo estas se adaptan o se defienden de ella.

En lo referente a los efectos de la segregación objetiva, podíamos an-


ticipar de anteriores estudios, y de la literatura especializada, que los
registraríamos, como de hecho lo hicimos. Ello no deja de ser impor-
tante. Medir aquello que “todo el mundo sabe” puede ser un respaldo
clave para el diseño y aplicación de nuevas políticas públicas, lo que es
especialmente válido para las políticas de control de la segregación, cuya
necesidad concita un creciente consenso.

Complementariamente con lo anterior, sin embargo, nos entusias-


maba la posibilidad de conseguir un conocimiento más profundo de la
segregación residencial, especialmente de sus dimensiones subjetivas.

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segregación de la vivienda social: ocho ...

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Capítulo I _ Segregación de la vivienda social: reducción...

Tal vez el problema social más grave vinculado a ella, problema que desta-
ca en la literatura especializada a nivel internacional, sea la instalación del
“efecto gueto” en los barrios donde se aglomeran las personas vulnerables
o discriminadas de cada ciudad (Massey & Denton, 1993). En la ciudad la-
tinoamericana es un fenómeno relativamente nuevo que, por lo mismo,
no conocemos bien. Nuestra tradición de ciudades con asentamientos
informales surgidos en la confluencia de migraciones y pobreza, no in-
cluía el gueto de crimen y degradación social que mirábamos desde lejos
en la realidad de otras naciones, en particular los Estados Unidos.

La esperanza, la organización y la lucha por el derecho a la vivienda


resultaban antitéticas con esos antros de desesperanza y desintegración
que son los guetos urbanos. Mejorar nuestro conocimiento de las cla-
ves sociológicas de este problema emergente de nuestras ciudades, que
afecta tan severamente los proyectos de vida de los hogares populares,
es sin duda un importante desafío de diseño de la política pública.

Revisaremos primero los principales efectos de la segregación espacial


objetiva que medimos en nuestro estudio de los conjuntos de vivienda
básica en Santiago, Talca y Concepción, y luego cubriremos los efectos de
la segregación subjetiva, que en el extremo consisten en la entronización
del “efecto gueto” en estos barrios de aglomeración de hogares pobres.

3. Efectos de la segregación objetiva

La segregación se asocia con menor movilidad social, con desempleo,


con inactividad del cónyuge y con largos tiempos de viaje, como vere-
mos a continuación, comparando la situación por ciudades y entre los
conjuntos de diferente situación de segregación de cada ciudad.2

a) La segregación dificulta la superación de la pobreza (Gráfico 1)

Destaca la diferencia que la segregación espacial hace en Santiago en


materia de movilidad social. Un 42 por ciento de los hogares que acce-
dierona la vivienda propia en el conjunto menos segregado, y que eran
2 En Santiago, siempre son los mismos dos conjuntos (los situados en los sectores Bajos de
Mena y Colón Oriente), lo mismo que en Talca, en que se estudiaron solo dos conjuntos (uno
en el sector Carlos Trupp, de antigua segregación y ahora en proceso de reducción de la se-
gregación; y otro en un sector de segregación más reciente, el denominado Barrio Norte). En
cambio, de los tres conjuntos estudiados en Concepción, los gráficos muestran los conjuntos
con valores más distantes en la variable bajo análisis, generalmente el ubicado en Concepción
Centro con uno de los dos restantes, el de San Pedro o el de Talcahuano.

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segregación de la vivienda social: ocho ...

de estratos populares (D y E) en ese momento, había devenido en clase


media siete años después. En cambio, esa proporción fue solo de 17 por
ciento en el conjunto más segregado. Veremos que la diferencia que
origina la segregación en movilidad social se relaciona con diferencias
en materia de acceso a empleos y en la calidad de estos.

En comparación con Santiago, en Concepción y en Talca la segre-


gación no hace mayor diferencia, aunque debemos reparar en que en
la ciudad de menor tamaño, Talca, y en menor medida en Concepción,
ciudad de porte medio, la movilidad social de quienes han accedido a la
vivienda social es, per se e independientemente de la segregación, signi-
ficativa. El acceso a la “casa propia” a través de los programas de vivienda
social ha sido por mucho tiempo un mecanismo de integración social en
la sociedad chilena, lo que hoy está en cierto grado perturbado por la se-
gregación residencial, especialmente cuando esta alcanza niveles altos.

b) La segregación se asocia con mayor desempleo del jefe de hogar (Gráfico 2)

El punto más alto en materia de desempleo del jefe de hogar lo representa


el conjunto más segregado de Santiago, y los conjuntos de vivienda básica
restantes de las tres ciudades marcan un nivel de desempleo intermedio.

Nuevamente, como en el caso de la movilidad social, la segregación


asociada al desempleo tiene un efecto claro en la ciudad más grande y
mucho menor en las dos restantes, más pequeñas.

c) La segregación se asocia con mayor inactividad de la cónyuge3 (Gráfico 3)

La inactividad de las cónyuges es muy alta en los conjuntos de vivienda


básica, especialmente en las ciudades de provincia, pero la segregación
afecta su nivel de actividad ,especialmente en Santiago. Las cónyuges de
los estratos populares de esta ciudad están más incorporadas al mundo
del trabajo remunerado que sus congéneres de provincia, pero están
más afectadas por la segregación. Como se ve en el Gráfico 3, hay 19
puntos porcentuales de diferencia entre el nivel de inactividad de las cón-
yuges del conjunto más segregado en comparación con las del menos
segregado de Santiago, mientras que esa diferencia es menor al compa-
rar conjuntos según segregación en cada una de las otras dos ciudades.

Por su parte, las que residen en el complejo de vivienda más seg-


regado de Santiago parecen incorporarse al trabajo remunerado en un

3 Excepcionalmente, los cónyuges son hombres.

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Capítulo I _ Segregación de la vivienda social: reducción...

porcentaje menor que las de conjuntos menos segregados (43 por ciento
versus 59 por ciento), pero parecen hacerlo solo cuando dicho empleo
compensa monetariamente las desventajas de la segregación, como son
la mayor distancia y los riesgos de seguridad de tales desplazamientos.
A ello podríamos atribuir que sus remuneraciones sean más altas que
aquellas de las cónyuges de conjuntos menos segregados.

d) La segregación se asocia con mayores tiempos de viaje al trabajo (Gráfico 4)

El Gráfico 4 muestra que, en materia de viajes al trabajo, la segregación


afecta más a los residentes de vivienda básica de Santiago, y más al
cónyuge que al jefe de hogar.

Como era de esperar, los tiempos de viaje son mayores en Santiago,


lo mismo que la diferencia que hace la segregación espacial. La poca im-
portancia que muestra tener la segregación en los desplazamientos del
cónyuge en Concepción podría deberse a que el conjunto de Talcahuano,
el más alejado del centro de Concepción de los tres estudiados, está
emplazado en una zona industrial con oferta de empleo.

e) La segregación afecta negativamente las trayectorias laborales

Las trayectorias laborales de los jefes de hogar se ven menoscabadas por


la segregación, especialmente si son mujeres.

En el estudio de trayectorias laborales en los conjuntos de vivienda


básica de Santiago que se incluye en este volumen,4 se observó que los
jefes de hogar hombres acceden a empleos de menor calidad y tienen
mayor riesgo de perder el empleo cuando viven en conjuntos más se-
gregados. Entre otros factores, enfrentan mayores costos y tiempos de
viaje. Por su parte, de acuerdo con el mismo análisis, las jefas de hogar
mujeres de la vivienda básica más segregada que trabajan fuera de casa,
son afectadas por una mayor rotación laboral en comparación, por una
parte, con los hombres jefes de hogar; y por otra, con las mujeres jefas
de hogar de conjuntos menos segregados.

f) En suma, la segregación reduce las oportunidades de progreso de los ho-


gares y los hace más vulnerables frente a la pobreza

Los efectos antes señalado de la segregación –en la calidad del empleo,


el ingreso monetario del hogar y el acceso de sus miembros a servicios
4 Capítulo 6: “Segregación residencial y riesgo de desempleo: trayectorias laborales de jefes de
hogar residentes en proyectos de vivienda social en Santiago, Chile”.

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segregación de la vivienda social: ocho ...

Gráfico 1

Gráfico 2

Gráfico 3

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Capítulo I _ Segregación de la vivienda social: reducción...

Gráfico 4

Gráfico 5

Gráfico 6

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segregación de la vivienda social: ocho ...

como educación y salud– forman parte de un cuadro general de au-


mento de la vulnerabilidad social y de reducción de la “geografía de
oportunidades” (Galster & Killen,1995).

El estudio de los efectos de la segregación de la vivienda básica en


materia de vulnerabilidad social y estructura de oportunidades que se
entrega en un capítulo de este libro, y que se basa en datos cuantitativos
provenientes de las encuestas a los distintos conjuntos de Santiago,5
llega a conclusiones bien contundentes. Entre ellas, que la segregación
aleja los lugares de trabajo, deteriorando la calidad de vida de los je-
fes de hogar; reduce las oportunidades de las mujeres de integrarse al
mundo del trabajo remunerado; y restringe la posibilidad que tienen las
personas de utilizar los recursos y servicios estatales.

En términos más espaciales, se pudo medir el efecto neto de la con-


dición propia de la segregación –la de ser un hogar pobre rodeado de
otros hogares pobres– en el aumento de la vulnerabilidad. Aunque hay
otros factores de importancia en la reducción de la vulnerabilidad a la
pobreza que afecta a los hogares de extracción popular, como la educa-
ción, el control de la segregación residencial emerge como una tarea
central en materia de política social y urbana.

4. Efectos de la segregación subjetiva

La segregación espacial de la vivienda básica facilita la formación de


estigmas territoriales. Los estigmas territoriales son una versión am-
plificada de los estigmas sociales –las personas son doblemente es-
tigmatizados por ser pobres y por vivir en un barrio de pobres–, que
afecta negativamente a los residentes en dichos barrios. Como veremos
a continuación, los estigmas territoriales los afectan en cuestiones tan
concretas como las oportunidades laborales o los deseos de mudarse.

a) Vivir en un conjunto segregado dificulta la búsqueda de trabajo (Gráfico 5)

Las cifras muestran que los efectos de la segregación subjetiva –es decir,
de la imagen o apreciación que las personas tienen acerca de la segrega-
ción objetiva, sean residentes de los conjuntos estudiados o habitantes
de la ciudad– son relativamente parecidos entre las ciudades estudiadas.
La proporción de residentes que piensan que su lugar de residencia los
5 Capítulo 5: “Segregación residencial, acceso a oportunidades sociales y vulnerabilidad a la po-
breza en la Región Metropolitana de Santiago”.

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Capítulo I _ Segregación de la vivienda social: reducción...

perjudica en la búsqueda de trabajo es aproximadamente treinta puntos


porcentuales mayor en los conjuntos más segregados en comparación
con los menos segregados.

Por otra parte, el estigma territorial parece tener mayor efecto cuanto
más pequeña es la ciudad. La razón sería que en una ciudad pequeña
todos identifican los barrios “malos”, mientras que en la gran ciudad las
personas solo retienen en su memoria algunos de los numerosos barrios
periféricos que han sido estigmatizados. En efecto, en Talca el estigma
territorial perjudica en la búsqueda de trabajo a más de la mitad de los re-
sidentes en el conjunto más segregado; a menos de la mitad en el de Con-
cepción; y a solo un tercio de los del conjunto más segregado de Santiago.

Es posible que en las ciudades de mayor tamaño el estigma territorial


afecte a todos los conjuntos de vivienda social, pero en una escala local.
En cambio, muchos de ellos pueden beneficiarse por el anonimato a
escala de toda la ciudad. Así, la “mala fama” que menoscaba las posibi-
lidades de empleo de los residentes de vivienda social solo afecta a unos
pocos barrios identificables por la población de toda la ciudad.

b) La segregación se asocia con las ganas de abandonar el conjunto habita-


cional (Gráfico 6)

Las ganas de irse de los conjuntos más segregados de cada ciudad son
muy altas (de ser posible, entre 76 y 80 por ciento de los encuestados
abandonaría el conjunto), siendo entre 7 y 10 puntos porcentuales más
altas en Talca y Concepción en comparación con Santiago. Nuevamente,
la segregación subjetiva parece más importante en las ciudades peque-
ñas. Las ganas de mudarse son, en efecto, mayores en las ciudades de
provincia que en Santiago.

La proporción de los que quisieran dejar su conjunto de vivienda bási-


ca es significativa, de aproximadamente un tercio o más de los hogares,
y aparece asociada con la situación de segregación de los conjuntos.

c) Los estigmas territoriales elevan la vulnerabilidad social

El estigma que recae sobre los conjuntos más segregados reduce la es-
tructura de oportunidades del lugar.

Este es un lugar que está casi al fin del mundo (…) aquí cuesta un
montón traer enfermeras, cuesta un montón traer médicos; traemos
médicos que, generalmente, son ecuatorianos, porque ellos están más

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segregación de la vivienda social: ocho ...

dispuestos a trabajar donde les ofrezcan trabajo. (Médico de consulto-


rio, conjunto con alta segregación)

Esta dimensión subjetiva de la segregación ayuda a deteriorar las rela-


ciones de confianza entre los residentes y a debilitar el capital social y la ca-
lidad de vida, además de reducir las oportunidades de personas y hogares.6

Como resumiremos en los siguientes acápites, esta pérdida de cohe-


sión interna incluye otros fenómenos, que se estudian y discuten con
más detalle en varios de los capítulos del libro; entre ellos, la reelabo-
ración de los estigmas y discriminaciones sociales hacia el interior del
barrio segregado; el deterioro de los proyectos de barrio; la frustración
de los residentes jóvenes, que los deja más propensos al “efecto gueto”;
y, precisamente, la “guetización” de los barrios de vivienda social.

d) La reelaboración de la segregación hacia el interior del barrio

La estigmatización territorial que suele acompañar a la segregación de


la vivienda social, como factor de discriminación entre clases o catego-
rías de personas a nivel de la ciudad, cobra realidad también al interior
de los conjuntos de vivienda básica. En palabras de un joven de un con-
junto de vivienda básica de alta segregación:

No somos iguales a los que están parados en la esquina. Somos muy


distintos. A veces pagan justos por pecadores. Acá la gente es más
piola; ocurre tráfico o cosas, pero queda ahí, queda internamente. Allá
[en el sector vecino], si alguien cae detenido o alguien sale [de la cár-
cel], se sabe; toda la “población” se entera.

Esta energía disociadora es “administrada” al interior de los barrios a


través de procesos de “microxenofobia” que tienden a establecer fronteras
internas entre grupos de vecinos. Como forma de segregación entre veci-
nos del mismo conjunto habitacional, la microxenofobia está en buena
medida motivada por el síndrome de la “adolescencia urbana”. Las per-
sonas recelan de quienes se han instalado cerca porque amenazan los pro-
yectos de movilidad social que el acceso a la “casa propia” prometía sustentar.

Estas microgeografías de la segregación, y sus efectos de debilita-


miento o desintegración de la comunidad de los barrios de vivienda
básica, están descritas y analizadas en el capítulo 2 del libro.7
6 Véase capítulo 5: “Segregación residencial, acceso a oportunidades sociales y vulnerabilidad a
la pobreza en la Región Metropolitana de Santiago”.
7 Capítulo 2: “Microgeografías de la segregación: estigma, xenofobia y adolescencia urbana”.

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Capítulo I _ Segregación de la vivienda social: reducción...

e) La segregación destruye el barrio como proyecto colectivo

Cuando la segregación agrega desventajas a la condición social y ma-


terial menoscabada de estos hogares, parecen colarse con facilidad las
lógicas de la competencia, el recelo y la discriminación. El sistema de
subsidio habitacional chileno ha sido relativamente eficiente en foca-
lizar la inversión social en los hogares más pobres, mismo éxito que
favorece la homogeneidad en pobreza de los conjuntos de vivienda.
Personas que no se conocen, de una parecida condición socioeconó-
mica, son puestas a vivir en pequeñas viviendas indiferenciadas en los
mismos edificios. La necesidad de diferenciarse y la desconfianza se
instalan con facilidad. En tal contexto, agravado por los estigmas que
agreden al nuevo conjunto, especialmente si es más segregado, no hay
capacidad de reacción colectiva organizada y pierde fuerza el proyecto
común, que no había sido más que el sueño de un barrio integrado o
comunitario. En cambio, cuando la segregación espacial de la vivienda
social es menor, tiene más posibilidades de surgir una identidad de “no-
sotros”, que puede fungir de herramienta para negociar la integración
–al menos simbólica, si no real– a la ciudad.

f) La segregación afecta los proyectos de los jóvenes

Con base en datos censales y la evidencia cualitativa aportada por el


trabajo de terreno, en el capítulo 4 se registran los efectos que para los
jóvenes de Santiago tiene el hecho de vivir en aglomeraciones de vi-
vienda básica. Lo que se observa básicamente es un desajuste entre sus
expectativas y la limitada estructura de oportunidades que enfrentan.8
La segregación residencial dificulta incorporarse a trayectorias educa-
cionales y laborales más exitosas. Sin embargo, y contrariamente a lo
que suele creerse a nivel de opinión pública, los jóvenes de estos con-
juntos exhiben valores en concordancia con la cultura del mainstream y
una actitud conformista con la estructura social.

g) La segregación ayuda a “guetizar” los conjuntos de vivienda social

Antes que el barrio mismo, el gueto es un efecto social, una serie de


conductas negativas que se refuerzan entre sí, y que la segregación
espacial –como lejanía, y especialmente como homogeneidad social–
ayuda a incubar en los barrios. Relataba una mujer de un conjunto de
alta segregación de Talca:

8 Capítulo 4: “El baile de los que sobran: segregación residencial, oportunidades y jóvenes en
Santiago de comienzos del siglo XX”.

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segregación de la vivienda social: ocho ...

… hay dificultad porque uno dice de dónde viene y como que hay un
rechazo (…). Fui a pedir un crédito, tenía todos los papeles listos y
cuando digo que vivía para acá, agarra el papel, lo hizo tira la galla y
dice: “Lo siento, pero no puedo darle (…) a la gente de [ese barrio]”.

La distinta situación de segregación de los conjuntos de vivienda bá-


sica determina posibilidades diferentes de evolución futura para sus re-
sidentes y para los barrios como tales. La “guetización” de estos barrios
es más probable cuando la segregación es alta; y su “moyenización”, o
tendencia a devenir en barrio de clase media, cuando es menor. Esta
hipótesis es fundamentada con datos de Santiago en el capítulo 7.9

La guetización es, tal vez, la amenaza principal que se cierne sobre la


vivienda social. Es, asimismo, tal vez el principal desafío que enfrentan
las políticas urbanas en materia de integración social.

h) Escalas geográficas de la pérdida de cohesión

Hemos visto que la segregación de la vivienda social tiene consecuencias


diferentes según el tamaño de la ciudad y, además, efectos de distinta in-
tensidad. En las ciudades grandes tiene mayor gravitación la segregación
objetiva. Se reducen las oportunidades en materia de acceso al empleo
y los servicios. Y en las ciudades de provincia, cobran mayor peso los
efectos subjetivos de la segregación. Los estigmas territoriales resienten
el acceso al empleo y hacen crecer las ganas de abandonar los barrios.

También hemos visto cómo la segregación afecta especialmente a las


mujeres jefas de hogar en su posibilidad de hacer compatibles el trabajo
remunerado fuera del hogar con su roles de crianza y de dueña de casa.

Pero los efectos negativos, tanto de la segregación objetiva como de


la subjetiva, son más marcados cuanto más segregado sea el conjunto
de vivienda. La guetización de estos barrios populares, en vez de su
tradicional aunque lenta conversión en lugares de clase media, es un
peligro latente.

Los estigmas que la sociedad descarga sobre los conjuntos de vivienda


social como los estudiados debilitan con particular fuerza a los más segre-
gados, minando el proyecto colectivo del barrio como comunidad, afec-
tando especialmente las posibilidades de progreso de los jóvenes y favo-
reciendo una lógica de querellas y discriminaciones internas; una lógica
9 Capítulo 7: “Bifurcación de senderos: entre la segregación que guetiza los barrios populares
urbanos y la gentrificación que ayuda a su moyenización”.

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Capítulo I _ Segregación de la vivienda social: reducción...

consistente en gran medida en la reproducción a pequeña escala de la


misma segregación y discriminación a que los somete el sistema social.

En último término, la cohesión social se debilita porque determina-


das categorías de personas son excluidas o discriminadas a nivel de la
ciudad y porque la misma segregación socioespacial resultante favorece
un ambiente interno de división, discriminación y desconfianza.

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segregación de la vivienda social: ocho ...

Referencias

Aguirre Cerda, P. (1939). Mensaje de S. E. el Presidente de la República


en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional, 21 de
Mayo. Santiago: Imprenta Fiscal de la Penitenciaría de Santiago.

Galster, G. & Killen, S. (1995). The geography of metropolitan oppor-


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