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Reflexiónanos el texto biblico: Juan 8,34 “Jesús les contestó: «En verdad, en verdad les
digo: el que vive en el pecado es esclavo del pecado”.
¿Qué nos quiere decir el evangelio en este texto?
El pecado es una palabra, pensamiento, acto, deseo u omisión contrarios a la ley de Dios.
¿Lesiona el pecado la naturaleza del hombre? Sí, el pecado es una ofensa a Dios que lesiona la
naturaleza del hombre, y además atenta contra la solidaridad humana.
Según el evangelio de lc 15,7:” Yo les digo que de igual modo habrá más alegría en el cielo
por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen
necesidad de convertirse.”
El pecado es un acto personal. Pero nosotros tenemos una responsabilidad en los pecados cometidos por
otros cuando cooperamos a ellos:
- Participando directa y voluntariamente;
- Ordenándolos, aconsejándolos, alabándolos o aprobándolos;
- No revelándolos o no impidiéndolos cuando se tiene obligación de hacerlo;
- Protegiendo a los que hacen el mal.
Las consecuencias del pecado confieren al mundo en su conjunto una condición pecadora, Así el pecado
convierte a los hombres en cómplices unos de otros, hace reinar entre ellos la codicia, la violencia y la
injusticia. Los pecados provocan situaciones sociales e instituciones contrarias a la bondad divina. Las
“estructuras de pecado” son expresión y efecto de los pecados personales. Inducen a sus víctimas a cometer a
su vez el mal. En un sentido analógico constituyen un “pecado social”
Jesús distingue perfectamente el pecado y al pecador. Con el pecado, Jesús es exigente e intransigente. Con
el pecador, tierno y misericordioso. En todo pecador ve a un hijo de Dios que se ha descarriado. Sus palabras
se ablandan; su tono de voz se suaviza; corre él a perdonar antes de que el pecador dé signos evidentes de
arrepentimiento.