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Capitulo 341 La llegada de Carla marco un punto de inflexién en la vista judicial. Al fin y al cabo, los casos civiles como las batallas por les de resolver. No la custodia de los hijos eran los mas difi habia reglas en blanco y negro al respecto, pero era casi una practica comtn que los deseos del nifio tuvieran un gran impacto en el veredicto del tribunal. Santiago fruncié el cefio de inmediato. —Sefiorita Bisconti, gquién le ha dejado traer a mi hija aqui? jPaco, saca a Carla de aqui ahora! Hernandez se levantd de inmediato. —Su Sefioria. El juez golped el mazo en su mano. —j{Silencio! La escena queds en silencio de inmediato. Hernandez acusé con dureza: —jComo puede crecer un nifio bajo el contro! de un padre tan dominante? Santiago parecia tan negro como un trueno mientras se esforzaba por reprimir su disgusto. —Delfina, {por qué tienes que hacer que traigan a Carla aqui? En lugar de responderle, Delfina siguid exponiendo su caso. —Sefioria, hay otra cosa que debo aclarar. Di a luz a Carla estando divorciada y técnicamente soltera. El momento de su nacimiento y el de mi divorcio podrian verificarse, asi que su custodia deberia haber sido mia desde el principio. De inmediato, se desaté una discusi6n entre el jurado. Santiago quiso decir algo, pero su abogado lo detuvo, diciendo: —Sefioria, me gustaria pedir un receso. —Después de todo, la repentina presencia de Carla habia complicado un poco la situacién. El juez asintiéd un poco. —E] tribunal hard un receso de quince minutos. Santiago detuvo a Delfina en cuanto salieron de la sala. —Ven conmigo. Me gustaria hablar contigo. —Santiago. —Hernandez traté de detenerlo. Sin embargo, Delfina se mostré imperturbable. —No pasa nada. Volveré en un minuto. Solo entonces cedid Herndndez. Después de seguir a Santiago al salon, Delfina pregunto directo: —{Qué quieres decir? Dispara. Santiago respiré hondo y lo dejé salir poco a poco. Después de calmarse a duras penas, dijo: —Delfina, sea cual sea el medio que utilices’ para este pleito, puedo entenderlo, pero zpor qué tienes que ser tan cruel? ;Por qué dejar que Carla nos vea enfrentados? Es sdlo una nifia. Delfina argumento: —Ya tiene seis afios. {Crees que no sabe nada? En lugar de engatusarla para que viva un cuento de hadas, es mejor dejarla elegir su propia vida futura. Al menos no me culpara en el futuro por no haberle dado la oportunidad. —jEso es demasiado cruel! Tu eres su madre. —jJusto porque soy su madre quiero que sepa que nunca la he abandonado! Haré todo lo posible para ganar esta demanda. Santiago estaba a punto de derrumbarse. —Tienes que hacer esto? Te he dicho que puedes visitarla cuando quieras. TU... —jNo quiero eso! —le interrumpid Delfina con brusquedad—. Me senti muy incémoda la primera vez que lo escuché de ti. Sonabas como si hubieras hecho una gran concesi6n o algo asi. De verdad crees que deberia estar eternamente agradecida por eso? Santiago se quedo sin respuesta. Las palabras de Delfina perforaron el timpano del hombre y le atravesaron los nervios una tras otra como agujas. —Si no hay nada mas, tengo que irme. La audiencia continuara en un minuto. —Espera un momento. —Santiago agarré el brazo de Delfina. Su voz profunda goteaba humildad cuando dijo—: No estoy haciendo concesiones; te lo ruego. No puedo perder a Carla. Con un pequefio movimiento, Delfina se liberd del agarre de Santiago y sacudié el polvo inexistente del pufio de su camisa. Cuando Santiago vio esto, su coraz6n se apreté de repente. «jPensar que me odia hasta tal punto!» En ese momento, Delfina dijo: —No te creo. Ya que pudiste casarte conmigoy luego divorciarte por tus propios intereses en el pasado, también podrias abandonar a Carla por tus propios intereses en el futuro. —Su coraz6n estaba desolado al volver a sacar a relucir su pasado. Mientras miraba a Santiago, todo lo que habia sucedido cinco afios atras pasé vividamente por sus ojos—. Lo mas probable es que lo hayas olvidado, pero en aquel entonces perdi un bebé. —El bebé que habia perdido antes de concebir a Carla siempre fue un dolor en su corazon, y nunca lo habia superado en los ultimos cinco ajios. Al escuchar sus palabras, Santiago se puso palido y se tambaled. —Yo... no lo he olvidado. Todavia lo recuerdo, Delfina. Todavia lo recuerdo. Delfina volvid la cara, sin querer mirarle. Mientras ambos se negaban en silencio a ceder, la voz de Santiago sonaba cada vez mas apagada, —Sé que es inutil que diga nada, pero me pasaré toda la vida compensandoos a ti y a Carla. Tendré las acciones del Grupo Echegaray que he afiadido al testamento. —Ante la mencién de su testamento, sintid como si se aferrara a su salvavidas, y sus ojos se iluminaron un poco-. Delfina, gno habiamos acordado que haria un testamento para proteger los derechos de Carla en la familia Echegaray para que no tengas que preocuparte de que sufra agravios? Por favor, deja que Carla se quede conmigo. Témalo como una suplica para ti. Sin embargo, Delfina respondié con frialdad: —Tu testamento sdlo sera valido cuando estés muerto. —Con eso, abrid la puerta de un tirdn y salié del salon de inmediato sin mirar atras, dejando al hombre de pie en la puerta con la cara tan blanca como una sabana. —jSefior Echegaray! —Su abogado se apresur6 a acercarse con una expresion ansiosa—. {Por qué esta aqui? Tenemos que volver a discutir nuestra estrategia. —iQué mas puedo hacer? —Los deseos de tu hijo son cruciales para el caso. Si puedes convencer a tu hijo de que viva contigo, basicamente no habra problemas. Santiago apenas se recompuso. —{Dénde esta Carla? —E| area de descanso publica. En ese momento, Carla tenia en la mano una botella de zumo de frutas que le habia dado Claudia en la zona de descanso publica fuera de la sala, pero no se la bebio. — Por qué no lo bebes, Carla? ,No te gusta? La carita de Carla se nublé de infelicidad. Pregunté con el cefio fruncido: —Madrina, ;por qué papa y mama se pelean por mi custodia? éNo pueden estar juntos? —Probablemente todavia no entiendes los asuntos entre adultos. En ese caso, déjame preguntarte lo siguiente: si tienes que elegir, gcon quién deseas vivir? Los ojos de Carla se enrojecieron un poco. —Papa y mama me han hecho esta pregunta antes. —En el pasado, ella lloraba ante la pregunta, y Delfina y Santiago se compadecian de ella y dejaban de interrogarla. Pero ahora, parecia que seria inttil por mas que llorara. —{Ves? {No quieres estar siempre con tu madre? Ahora tu mamé ha vuelto por ti. Si en el futuro vives con ella, podras jugar con Samuel, que ira contigo al.colegio todos los dias y los fines de semana ird contigo al parque. Viajaremos juntos durante las vacaciones de invierno y de verano... ;Qué felices seremos! —Pero también estoy muy contenta de estar con papa. El también es muy bueno conmigo. —{Qué tiene de bueno? E! Antes de que Claudia pudiera terminar su frase, fue interrumpida por la voz de Santiago desde atras. —Carla. Al ver a Santiago, Carla bajé enseguida de la silla, corrié hacia el hombre y se arrojé a sus brazos. Sollozo con voz muy agraviada —j{Papa! —Santiago se entristecié mucho al ver el aspecto agraviado de Carla. En ese momento, Carla dijo—: Papa, la madrina dijo que tengo que elegir entre tu y mama, y no puedo elegir a los dos. —A quién te gustaria elegir, entonces? Carla se recosté en los brazos de Santiago sin hablar. Habian vivido juntos durante mucho tiempo como padre e hija, asi que si ocurria algo, Santiago seria el mayor apoyo de Carla. Independientemente de lo que Claudia hubiera dicho, Santiago seguia confiando en ello. «Delfina ha cometido un error al intentar utilizar a nuestra hija para ganar el caso». Al ver la escena, Claudia apreté los pufios en secreto y se decidié. «Esta vez no puedo dejar que Delfina sea facil para él. Si todavia no endurece su coraz6n, sera demasiado tarde». Capitulo 342 Estilo de vida despilfarrador La vista continu6 tras el receso del tribunal. E| juez pregunté a Carla con quién le gustaria vivir. Sin embargo, antes de que Carla pudiera dar su respuesta, Hernandez se levanto de repente. —Sefioria, antes de preguntar a la nifia con quién le gustaria vivir, me gustaria presentar un nuevo material de referencia para el caso. Creo que usted, el jurado presente y la propia nifia tienen derecho a verlo. El juez asintié un poco. Hernandez susurré algo al proyeccionista de la escena. Poco después, aparecieron unas fotos en la pantalla LED. Al ver las fotos, Santiago se puso palido de inmediato. Las fotos eran selfies tomadas en una gran’cama de hotel por una mujer que apoyaba su cabeza en el brazo'de Santiago, la mujer que habia aparecido junto a él anteayer. Paco se apresuré a cubrir los ojos de Carla, pero era demasiado tarde. Carla se quedo atonita durante un rato con los ojos tapados. Luego, murmuré en voz baja: —{Papa tiene otra novia nueva? Delfina se sobresalté por un momento antes de apretar los. pufios, Hernandez intercambié una breve mirada con Claudia en la tribuna del puiblico. Luego, se puso de pie y explico: —La mujer de las fotos es una trabajadora sexual, 0, en términos simples, juna prostituta! En un instante, las pupilas de Santiago se encogieron y sus sienes palpitaron. Nunca habia sido humillado de esta manera. Las peculiares miradas del jurado se centraron en el hombre mientras discutian las fotos. Justo entonces, Hernandez continud: —La contratacion de prostitutas esta prohibida por la ley y por las normas morales. Mi cliente no queria sacar este tema al principio, pero como abogada, creo que es un dato clave que puede demostrar que el acusado tiene un estilo de vida despilfarrador. Es un desvergonzado que carece de la moralidad necesaria para criar a una nifia. El abogado de Santiago entré en panico. —jPor favor, cuide su lenguaje, sefior Hernandez! Al acusar a mi cliente de tener un estilo de vida despilfarrador basdndose s6lo en unas fotos, justed y su cliente estan cometiendo esencialmente una difamacion! —jSilencio! —El mazo golpe6. El juez dijo en tono serio—: Sefior Hernandez, por favor, no saque materiales irrelevantes para el caso para argumentar. Hernandez asintid, aceptando las palabras del juez con la mente abierta. Naturalmente, como abogado, sabia muy bien que esas fotos no tendrian ninguna repercusion directa en el fallo; a lo sumo harian que el jurado las tuviera en cuenta. Sin embargo, la utilidad de estas fotos residia en Carla. Tal y como esperaba, cuando el juez volvid a preguntar a Carla con quién le gustaria vivir, ella respondio: —Quiero vivir con mama. La sangre se escurrié de la cara de Santiago. Exclamo incrédulo: —jCarla! Carla se dio la vuelta y abraz6 a Claudia, con los ojos enrojecidos. Todavia era demasiado pequefia para saber lo que significaban las palabras «la contratacion de prostitutas» pero en su opinién, Santiago habia encontrado otra nueva novia, lo cual era un gran golpe para ella. Los chicos eran los més inseguros y, sin embargo, Santiago siempre tenia todo tipo de mujeres a su alrededor. Ahora que habia aparecido otra después de que Ambar se hubiera ido por fin, como podia aceptarlo? Con la carta de triunfo jugada, todo estaba decidido. Como Hernandez y los demas esperaban, el tribunal dictaminé que Delfina tendria la custodia de Carla. Cuando Hernandez salié del edificio del tribunal con la sentencia escrita en sus manos, Delfina esbozo la sonrisa mas relajada que habia tenido en los Ultimos dias. —Vamos, Chris. —La voz de Claudia soné desde la entrada; llevaba la mano de Carla.a su lado. Delfina se acercé enseguida a Carla y la agarré en brazos antes de darle un beso. —Carla, a partir de ahora, te quedaras conmigo y nunca nos separaremos la una de la otra. Deja que te lleve a casa. Sin embargo, Carla parecia algo cansada; enterré la cabeza en el hombro de Delfina sin emitir ningun sonido. De repente, unos pasos rapidos llegaron desde atras. —jCarlal Era Santiago. Con una barbilla barbuda, tenia un aspecto lamentable y ya no era tan animado como en el pasado; incluso sus pasos eran débiles. Levantando la cabeza del hombro de Delfina, Carla miré a Santiago con ojos negros y brillantes. Sus ojos enrojecieron un poco y sus labios temblaron, pero no emitié ningtin sonido. En cambio, se limit6é a pronunciar la palabra «papa». —Carla, gya no quieres a papa? —Santiago se apresuré a acercarse a Carla en un intento de explicarle lo de las fotos. Sin embargo, Hernandez lo detuvo. —Lo siento, sefior Echegaray. El tribunal ha establecido en la sentencia escrita que usted puede visitar a la nifia una vez ala semana, pero hoy no es el dia. —jApartate! —Los ojos de Santiago estaban inyectados en sangre. Exudaba frialdad por todos los poros de su cuerpo, como si odiara las entrafias de Hernandez. —No hay necesidad de decir nada mas, Hernandez. Vamonos. —Delfina se fue con Carla en brazos sin mirar atras. Hernandez lanzo una mirada de advertencia a Santiago antes de ponerse rapido a su altura. Santiago se qued6 congelado en su sitio durante un buen rato antes de que se le ocurriera ir tras ellos. Se precipité tras ellos, pero ni siquiera consiguid tocar la tapa del maletero de su coche. Al final, solo pudo observar impotente como el coche se alejaba de la entrada del juzgado. Cuando el verano estaba pasando al otofio, el viento otofial barria las hojas caidas a la luz del sol. —jPresidente Echegaray! —Paco se apresuré a acercarse a Santiago—. Esa mujer era una prostituta y publico las fotos en las redes sociales. Ahora las fotos han sido retuiteadas mas de diez mil veces, jy las noticias de que usted contraté a una prostituta estan por todas partes! Los precios de las acciones del Grupo Echegaray han empezado a caer. Santiago miré inexpresivamente en la direccién que habia tomado el coche, como si no hubiera escuchado las palabras de Paco. En ese momento, sono un tono de llamada como el ultimo clavo en el atatd. Al ver el identificador de llamadas, Paco palidecié de inmediato. —jPresidente Echegaray! Es el viejo sefior Echegaray llamando! —No hace falta decir que Arturo llamaba para preguntar por los rumores de que Santiago habia contratado a una prostituta. El teléfono seguia sonando. Después de un largo rato, Santiago respondié al teléfono. En un instante, las preguntas cayeron sobre el hombre desde el otro lado de la linea. —{Qué has hecho? {Qué demonios pasa con esas noticias en Internet? Vuelve ahora. —Abuelo, no puedo volver ahora. — De qué estas hablando? —He perdido el juicio. Voy a solicitar un nuevo juicio. Al oir esto, Arturo se puso atin mas furioso. —jCabeza de chorlito! ;Sabes que has sido engafiado por Delfina, esa mujer? —Esto es un asunto entre ella y yo, y no necesito que intervengas. Se oyé a Arturo golpear su bastén contra el suelo al otro lado de la linea: —jCrees que quiero intervenir? Te ha tendido una trampa tan despreciable y desvergonzada, jy todavia eres incapaz de darte cuenta de lo siniestra que es esta mujer incluso ahora? No solo te esta arrebatando al nifio, sino que también esta tratando de hundir al Grupo Echegaray. Desde el principio no ha hecho nada bueno. Santiago fruncié el cefio. —{Qué quieres decir, abuelo? —Todavia no lo entiendes, ,eh? Esa mujer fue contratada por ella. Santiago no esperaba escuchar tales palabras de Arturo. En el instante en que las oy6, su mente se quedo en blanco al instante, como si hubiera explotado con un fuerte estruendo. «ilmposible!» —No me crees, {eh? —Arturo solté un bufido—. Si no me crees, intervengas. Se oyd a Arturo golpear su bastén contra el suelo al otro lado de la linea. —<¢Crees que quiero intervenir? Te ha tendido una trampa tan despreciable y desvergonzada, zy todavia eres incapaz de darte cuenta de lo siniestra que es esta mujer incluso ahora? No solo te esta arrebatando al nifio, sino que también esta tratando de hundir al Grupo Echegaray. Desde el principio no ha hecho nada bueno. Santiago fruncié el cefio. —{Qué quieres decir, abuelo? —Todavia no lo entiendes, eh? Esa mujer fue contratada por ella. Santiago no esperaba escuchar tales palabras de Arturo. En el instante en que las oy6, su mente se qued6 en blanco al instante, como si hubiera explotado con unfuerte estruendo. «imposible!» —No me crees, eh? —Arturo solté un bufido—. Si no me crees, jinvestiga tu mismo! Esta mujer ha hecho muchas cosas a tus espaldas, jy ésta es sdlo una de ellas! El discurso del otro lado continud, pero Santiago ya no escuchaba. —jCof, cof! —iPresidente Echegaray! —grité Paco alarmado. Con rapidos Teflejos, se aferré a Santiago, evitando que éste se cayera. — jEstas bien? Un charco de sangre broté de la boca de Santiago y se extendio por el suelo como los brotes rojos de las flores de los manzanos espinosos. Se agarro el pecho, que le dolia con un dolor agudo y asfixiante, como si fuera a explotar en cualquier momento.

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