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Derecho Admi Jose Castro
Derecho Admi Jose Castro
17
Apuntes 17 Jose� Castro Estrada.indb 1 12/07/18 13:50
Sistema Bibliotecario de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
Catalogación
ISBN 978-607-630-421-1
Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio, sin autorización escrita de los
titulares de los derechos.
Impreso en México
Printed in Mexico
Primera Sala
Ministra Norma Lucía Piña Hernández
Presidenta
Segunda Sala
Ministro Eduardo Medina Mora Icaza
Presidente
Presentación............................................................................................................ XV
Prólogo.................................................................................................................... XVII
Prefacio................................................................................................................... XXXI
I. Introducción........................................................................................................ 1
II. El contenido de la actividad del Estado............................................................ 3
1. De las intervenciones del Estado.................................................................. 7
a. Reglamentación...................................................................................... 7
• De las diversas clases de normas jurídicas........................................ 9
b. Fomento y ayuda de la actividad privada............................................... 11
c. Vigilancia que el Estado realiza sobre la actividad privada.................... 15
d. De la sustitución de la actividad privada por la pública........................ 17
• El establecimiento público............................................................... 19
• De la concesión................................................................................ 21
e. Conclusiones.......................................................................................... 24
2. De las que deben ser las intervenciones del Estado..................................... 25
a. Doctrina individualista........................................................................... 25
b. Doctrinas colectivistas o estatistas.......................................................... 37
3. Intervenciones del Estado en el derecho positivo mexicano....................... 51
III. De los “servicios públicos”............................................................................... 63
1. Concepto del servicio público...................................................................... 65
a. La noción de servicio público de Gabino Fraga.................................... 67
2. Diferenciación entre los servicios públicos y los privados........................... 73
3. Clasificación de los servicios públicos ........................................................ 78
IV. Las funciones del Estado.................................................................................. 83
1. La teoría del acto jurídico............................................................................. 86
a. Definición de acto jurídico..................................................................... 86
b. Clasificación de los actos jurídicos........................................................ 87
IX
XV
XVII
1
Albert L. Michaels, “Las elecciones de 1940”, Historia Mexicana, vol. 21, núm. 21, El Colegio de México,
pp. 80-81.
2
El resultado oficial de estas elecciones se anunció con 2,476,641 votos a favor de Ávila Camacho, contra
151,101 votos por Almazán y 9,840 para un candidato independiente, Daniel Hernández Celaya. Las
crónicas de la época mencionan que Almazán se pronunció contra el resultado electoral en La Habana,
pidiendo el apoyo de los Estados Unidos. Elecciones federales de México. https://es.wikipedia.org/wiki/
Elecciones_federales_de_Mexico.
3
En el Senado también los partidarios de Almazán, liderados por Rafael Zubarán Capmany, protestaron
por la intervención de Lázaro Cárdenas y ambos designaron a Héctor F. López presidente sustituto.
Aaron W. Navarro. Political intelligence and the creation of modern Mexico, 1938-1954. Penn State Press,
2010, p. 57.
4
“Palabras del señor Ministro Mariano Azuela Rivera, pronunciadas en la sesión solemne del Pleno
de la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación, del 5 de diciembre de 1967, en la que fue despedido el
Señor Ministro José Castro Estrada”. El Ministro José Castro Estrada, Serie Semblanzas, núm. 13, Suprema
Corte de Justicia de la Nación, México, 1991, p. 17.
5
Fue ponente en la tesis ARRENDAMIENTO. CONSIGNACIÓN DE LA RENTA EN. TÉRMINO
PARA HACERLA. (SJF, 6a. Época, 3a. Sala, vol. cvii, 4a. parte, p. 11), recaída en el AD 3456/65, donde
se fija la interpretación de que la renta se consigna en los diez días siguientes al vencimiento.
6
El 28 de noviembre de 1966 se aprobó la tesis propuesta sobre CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. SON
INOPERANTES, SI NO ATACAN LOS FUNDAMENTOS DEL FALLO RECLAMADO. Derivada de
los casos AD 5867/65, Antonio Mixtega y AD 4245/65, Óscar Villaescusa.
7
El Ministro José Castro Estrada, op. cit., p. 28.
8
Op. cit., p. 30. Igual concepto expresó el Ministro Castro Estrada desde la Presidencia de la Tercera
Sala de la Suprema Corte con anterioridad, en 1954: “la desobediencia de las ejecutorias de amparo
produciría consecuencias desquiciantes en el orden social y menguaría la confianza pública depositada
en nuestras instituciones jurídicas y en el más Alto Tribunal del país.” Ibid., p. 42.
9
El primer apéndice fue al tomo xxxvi (10 de junio de 1917 al 15 de diciembre de 1932), después
continuó el apéndice al tomo L con terminación al 15 de diciembre de 1936, y le siguieron los corres-
pondientes al tomo lxiv (15 de junio de 1940), al tomo lxxvi (30 de junio de 1945), tomo xcvii (30 de
septiembre de 1948) y el cxviii (15 de diciembre de 1954), según refiere Castro Estrada, op. cit., pp. 103-104.
10
Op. cit., p. 105. Se reconoce la colaboración de los Ministros María Cristina Salmorán de Tamayo y
José Luis Gutiérrez, así como de Héctor Fix Zamudio.
11
Compendio de Legislación Universitaria, UNAM, 2003, p. 2399.
12
Librairie Sirey. La primera edición de esta obra titulada Précis élémentaire de Droit Administratif, había
sido publicada por la misma editorial en 1926. A estas ediciones siguieron otras en 1940 y en 1943, por
lo que fue muy popular en México para el estudio del Derecho Administrativo en dicha época.
13
“Introducción, Teoría General y Filosofía”, Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, Números
21-22, enero-junio 1944, pp. 159-167.
14
“La teoría del servicio público en el Derecho Mexicano”, Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia,
núm. 4, septiembre-diciembre de 1939, pp. 451-459.
15
“No hago política, pero estudio la política”, El Ministro José Castro Estrada, op. cit., p. 189.
apuntes deben leerse con la cautela de los años que esa disciplina
ha acumulado, pero seguro se disfrutará el conocimiento y las opi
niones de un jurista nada convencional que aportó su esfuerzo a la
docencia jurídica.
XXXI
público; y, por otra parte, el Estado va teniendo cada vez mayor inje
rencia para resolver problemas antiguamente reservados a los particu
lares; en consecuencia, está por demás que yo trate de poner de relieve
ante los ojos de ustedes el interés, muy fundamental en su provecho,
de atender, estudiar y asistir a las clases que hoy iniciamos.
Hay que recordar, con Georg Jellinek, que el Estado tiene órganos
y que éstos no tienen derechos sino competencias; que la noción de
competencia es exclusiva de los órganos, de la facultad de los órganos,
Ahora vamos a ver que las intervenciones del Estado pueden ser
de distintas clases, mejor dicho, de distinta naturaleza. La actividad del
Estado se había venido caracterizando, históricamente, por ser una
actividad no lucrativa, es decir, una actividad política, y la actividad
particular, la actividad privada, se caracterizaba, propiamente, por lo
contrario, por ser una actividad económica y no política; sin embargo,
vemos desde hace años que el Estado interviene cada vez más en la
actividad económica de los particulares y que, a su vez, los particulares
cada día intervienen más en las actividades políticas del Estado. Las
organizaciones profesionales y obreras participan cada día más en
la cosa pública; esta interdependencia de las dos actividades, esta
invasión recíproca, ha hecho que el problema del estudio del Estado
no sea puramente político, sino un estudio fundamentalmente
económico.
este estudio puede realizarse, que son, primero, ¿cuáles deben ser las
intervenciones del Estado?; y, en segundo lugar, ¿cuáles son las inter
venciones del Estado en México de acuerdo con el derecho positivo?
a. Reglamentación
• El establecimiento público
• De la concesión
e. Conclusiones
a. Doctrina individualista
Vamos, pues, con estas ideas, a ver cuáles deben ser las interven-
ciones del Estado en la actividad privada, según la escuela liberal
individualista. La primera forma de intervención posible es la de la
reglamentación que se lleva a cabo por medio de normas jurídicas de
distinta naturaleza: imperativas y supletorias, represivas y preventivas.
La escuela liberal defiende y pugna porque se prescinda de la legisla
ción imperativa y de la preventiva, pero pide que, en cambio, se adop
ten normas jurídicas de naturaleza represiva y supletorias. Hay que
garantizar, dice la escuela liberal, el principio de la libertad de contra-
tación, que nosotros, en la doctrina jurídica, conocemos con el nom
bre de teoría de la autonomía de la voluntad, que tiene su mejor
expresión en la máxima que dice: “la libertad de las partes es la supre
ma ley de los contratos”.
Para la escuela liberal las actividades del Estado deben ser las que
garanticen los servicios de seguridad interior y exterior y el servicio
público de justicia. Toda actividad económica debe estar reservada,
de acuerdo con los liberales, son los mismos postulados de los fisió-
cratas de “dejar hacer, dejar pasar”. De aquí nace el principio de la
libertad de contratación, que hemos repetido varias veces, de que
la voluntad de las partes es la suprema ley de los contratados. Vamos
a ver si esta libertad es efectiva en la realidad. Dicen, naturalmente
los socialistas: cuando un individuo está sin trabajo, si le llega la nece
sidad de un modo apremiante, se ve obligado a aceptar las condicio
nes que el patrón quiera imponerle. Esas condiciones pueden ser que
la jornada sea de 15 horas diarias, que no haya descanso semanal,
LIBERALISMO
COMUNISMO INTEGRAL
Ésta es una gráfica para darles una idea del problema que estudia
mos. Vamos a considerar que el fenómeno económico tiene fundamen
talmente cuatro factores: la producción, la circulación, la distribución
y el consumo de las riquezas. Vamos a tomar el primer factor y el último:
la producción y el consumo para que adviertan ustedes la diferencia
entre un régimen y otro. Cuando la producción y el consumo se hacen
por separado, cuando cada quien produce lo que quiere, como quiere
y lo consume como quiere también, entonces estamos dentro de la
escuela liberal, dentro del liberalismo clásico. Cuando la producción es
en común y el consumo es por separado, como en el liberalismo, se trata
de una forma de semicomunismo o de socialismo científico, que es el
marxismo. Por último, cuando la producción y el consumo son
También doy por conocida la crítica que hacen las escuelas esta-
tistas a la doctrina del derecho natural, pero recuerden ustedes que
esta escuela hace su crítica al liberalismo desde un punto de vista
doble: racional e histórico.
Los párrafos que he leído demuestran que los autores del Código
Civil vigente tuvieron el propósito de desarrollar una doctrina solida
rista en el derecho privado mexicano. Por otra parte, recuerden que
se igualó la capacidad civil del hombre y de la mujer, y aun cuando en
materia contractual el artículo 1796 del Código Civil dice que “los
contratos se perfeccionan por el mero consentimiento; excepto aque
llos que deben revestir una forma establecida por la ley, y desde que se
perfeccionan obligan a los contratantes no sólo al cumplimiento
de lo expresamente pactado, sino también a las consecuencias que,
según su naturaleza, son conforme a la buena fe, al uso o a la ley.” “Está
consignando el principio de la autonomía de la voluntad, es decir, el
principio de libertad de contratación de que la voluntad de las partes
es la suprema ley de los contratos. Pero este artículo tiene que enten
derse en relación con los artículos 6, 7, 8 y 16 del Código Civil. Los
tres primeros artículos establecen que por la voluntad de las partes,
no pueden éstas eximirse de la observancia de la ley ni alterarla o
modificarla; qué derechos son los que pueden renunciarse y la sanción
por el incumplimiento, así como la sanción por los actos efectuados
contra el tenor de las leyes prohibitivas o de interés público.
H
régimen jurídico.
emos dicho que el problema de la actividad del Estado
reviste tres aspectos: su contenido, su forma y su
63
la relación que había entre los fines del Estado y las necesidades
públicas, manifestando que las necesidades públicas son aquellas que
inmediatamente nacen de los fines del Estado, es decir, que los fines
del Estado engendran las necesidades colectivas y que éstas no son
necesidades comunes. Las necesidades públicas son aquellas que
inmediatamente nacen de los fines del Estado, es decir, que los fines
del Estado engendran las necesidades colectivas y que éstas no son
necesidades comunes. Expusimos que la continuidad del “servicio
público” nace del carácter permanente de la necesidad colectiva y que
la rapidez y la exactitud tienen su origen en la confianza del público.
Nos falta, pues, examinar el elemento de la seguridad. Se dice que los
servicios públicos requieren seguridad, significa que todos los usua
rios tienen el mismo derecho para beneficiarse del servicio; así, por
ejemplo, los ferrocarriles, no se pueden negar a trasladar a cualquiera
de nosotros de un punto a otro de la República; es decir, gozamos
como usuarios de una situación jurídica general, y una vez que reuna-
mos los requisitos reglamentarios del caso, tenemos igual derecho
a beneficiarnos del servicio.
Son diversos los criterios a los que acude la doctrina para hacer la
diferenciación de los servicios públicos y privados. Unos atienden a
Estado por sí mismo, y los indirectos son los que otorgan los particu-
lares con su autorización y bajo su control y vigilancia constantes.
83
Acto regla es todo acto jurídico que crea una situación jurídica;
el acto regla crea situaciones jurídicas generales. El mejor ejemplo que
podemos citar de acto regla es la ley. Acto regla es también el contrato
colectivo, pero como todos estos problemas se refieren, al estudio de
la formación del derecho, vamos a tomar el primero de los ejemplos
mencionados, el de la ley.
La ley o el acto regla es, en primer lugar, un acto que crea situa
ciones jurídicas generales o abstractas, impersonales, no renunciables
y que solamente pueden ser modificadas por un acto jurídico de la
2. La función legislativa
3. La función administrativa
a. La función gubernamental
que les hablé de que algunos autores consideraban que hay dos fun-
ciones exclusivas del Estado: la legislativa y la ejecutiva, comprendiendo
esta última tanto la función ejecutiva como la jurisdiccional. Antes
de abordar el estudio de estas doctrinas, quiero referirme a que, tanto
los problemas de la formación como los de la realización del derecho,
formación del derecho por vía general e impersonal o por vía indi
vidual o la ejecución o realización del derecho por medio de actos
materiales, suponen, en un momento dado el desconocimiento o la
oposición para que el acto se realice; entonces surge un conflicto, se
está en presencia no de una situación general o concreta o individual;
se está en presencia de una situación jurídica contenciosa. Esta situa
ción supone, desde luego, un conflicto, y como conflicto que es, claro
que altera la normalidad de la realización del derecho; es de vida efí-
mera y tiende a desaparecer. La violación a la regla de derecho supone
una alteración a la paz pública y tiene que haber una función del
Estado encargada de restablecer la paz social alterada que venga a deci
dir en forma definitiva y la ejecutoria al conflicto surgido; que nece
sariamente, repito, restablezca la paz social alterada. Esta situación
jurídica contenciosa es la que viene a crear la función jurisdiccional y
a fundar su necesidad.
4. La función jurisdiccional
He dicho a ustedes que algunos autores consideran que sólo hay dos
funciones en el Estado: la legislativa y la ejecutiva. Hay autores que
admiten que son dos las funciones del Estado, pero en vez de llamar
la administrativa la llaman legislativa a esa función; esto me hace
decir que la expresión de función ejecutiva es inadecuada, porque la
111
119
a. La ley
Esto de que el acto regla sólo pueda modificarse o suprimirse por otro
acto regla, constituye un principio jurídico conocido en la doctrina
con el nombre de principio de la autoridad formal de la ley. Nuestra
Constitución lo establece en el inciso f) de su artículo 72, que dice:
“todo proyecto de ley o decreto, cuya resolución no sea exclusiva de
alguna de las Cámaras, se discutirá sucesivamente en ambas, obser
vándose el Reglamento de Debates sobre la forma, intervalos y modo
de proceder en las discusiones y votaciones. […] f) En la interpreta-
ción, reforma o derogación de las leyes o decretos, se observarán los
mismos trámites establecidos para su formación”.
b. El reglamento
• Reglamentos autónomos
Las dos excepciones que podemos mencionar son las que esta
blecen los artículos 10 y 21 constitucionales. El artículo 10 constitu
cional se refiere al derecho de portación de armas y establece que “los
habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen libertad de poseer
armas de cualquiera clase, para su seguridad y legítima defensa, hecha
excepción de las prohibidas expresamente por la ley y de las que la
Nación reserve para el uso exclusivo del Ejército, Armada y Guar
dia Nacional; pero no podrán portarlas en las poblaciones sin sujetarse
a los reglamentos de policía”. Los reglamentos de policía que limitan
la facultad de los nacionales o de los extranjeros, de los habitantes de la
República, para portar armas, son reglamentos que se derivan inme
diatamente de la Constitución y no de una ley ordinaria. Además, el
artículo 21 constitucional señala la competencia de las autoridades
administrativas y judiciales respecto de la imposición de las penas;
hace exclusiva la imposición de las penas al Poder Judicial, y reserva
el castigo de la violación a los reglamentos gubernativos y de policía,
a las autoridades administrativas.
• La costumbre
vos indicándoles el sentido en que deben aplicar las leyes o los re
glamentos; pero es indudable que esta clase de circulares no obligan
a los administrados.
• La jurisprudencia
141
1. La competencia
2. Naturaleza de la competencia
Ustedes saben que, más que los tratadistas de derecho público gene-
ral, de derecho administrativo o de derecho constitucional, han sido
los tratadistas del derecho procesal los que han estudiado la compe
tencia. Fraga, inspirado al parecer en algún autor de derecho procesal
civil, hace la exposición de una clasificación que yo preferiría no
llamar con las palabras con que él la denomina, sino siguiendo a
Chiovenda, quien clasifica esos criterios para fraccionar la competen-
cia de los órganos administrativos, en objetivo, funcional y territorial.
a. Criterio objetivo
b. Criterio funcional
c. Criterio territorial
Por último, habremos de decir que para Fraga hay casos como el
del Municipio de México, en que la competencia para decidir los
asuntos corresponde al cuerpo edilicio, mientras que las facultades de
ejecución de las resoluciones edilicias es exclusiva del presidente
municipal.
153
varía sin alterar la continuidad en la vida del Estado; que ese titular
investido de la esfera de la competencia que al órgano corresponde,
aun cuando representa al Estado, tiene, fuera de esa función, un
interés personal; y que cuando obra en vista de su interés personal,
sus actos no son actos del Estado. En conclusión, no es lo mismo el
órgano que el titular del órgano del Estado. Desde luego, para estu
diar la relación entre los titulares y los órganos del Estado, debemos
atender a que la Constitución, en el Capítulo de Responsabilida
des, hace un distingo entre altos funcionarios, funcionarios y empleados
federales.
ración? Los funcionarios que señala el artículo 108; los demás son
funcionarios o agentes. ¿Cuál es la diferencia entre funcionario y
agente administrativo? Son muchos los criterios que la doctrina sigue
para hacer la distinción. Un primer criterio atiende a la duración del
empleo: se dice que los funcionarios tienen empleos temporales. El Pre
sidente de la República, los Diputados y los Senadores al Congreso
de la Unión, los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, también
ahora, tienen una función temporal que varía según el funcionario de
que se trate. El Presidente de la República y los Ministros de la Corte
duran seis años en el desempeño de su cargo; los diputados duran
tres años y los Senadores seis. Los empleados, en cambio, no tienen
una duración definida sino indefinida.
fica; y que los empleados o agentes reciben una remuneración por sus
servicios. Recuerden que el artículo 127 de la Constitución prohíbe a
los altos funcionarios el desempeño de los cargos públicos sin retribu
ción; de manera que conforme a las disposiciones de nuestro derecho
positivo no será posible atender al criterio expuesto para hacer la
distinción.
Es claro que hay toda una legislación civil que prevé las relacio
nes entre los vendedores y los compradores, pero esa legislación es de
carácter supletorio y se aplica en tanto que la misma supone que
su texto es la voluntad presunta de las partes. De allí que, en mi con-
cepto, no pueda decirse que la noción de contrato sea exacta para
explicarnos las relaciones entre el Estado y sus servidores. La relación
que se establece entre el órgano y su titular se inicia, desde luego, por
el nombramiento, y éste no es otra cosa que un acto en virtud del
otra parte, a que esos mismos candidatos pueden ser propuestos por un
órgano distinto del facultado para hacer esa designación.
177
Debe ser una ley o un reglamento el estatuto que fije las condi
ciones de las relaciones entre el Estado y sus servidores, es una discusión
que desde un punto de vista teórico no tiene importancia, porque
tanto el reglamento como la ley tienen la misma validez y la misma
generalidad; mejor dicho, crean la misma categoría de situaciones
jurídicas; sin embargo, es pertinente observar que el artículo 89 cons
titucional establece de un modo terminante que deberá ser una ley la
que fije la forma en la que deban hacerse los nombramientos y la des
titución de los servidores públicos. Por lo demás, hemos visto que
cuando la Constitución habla o emplea la expresión de ley, lo hace en
4. El sueldo
a. Pecuniarias
b. Honoríficas
c. Materiales
d. Protectoras
6. La pensión
Las causas que dan origen a la pensión son tres. En primer lugar,
se tiene derecho a la pensión en los términos de la ley, por razón del
tiempo de duración de los servicios prestados. Los maestros tienen
derecho a la pensión después de 25 años de servicio; los empleados o
funcionarios públicos, después de 35 años.
un solo caso en que una persona pueda hacer valer algún recurso
ordinario o extraordinario para hacer que se le conceda esa pensión.
205
a. Remoción o cese
d. Muerte
e. Renuncia
211
legales, los actos que ejecutan son válidos con la condición de la com-
placencia de los gobernados en que ellos continúen desempeñando la
función; en cambio, tratándose de los usurpadores, los actos que
éstos realizan ostentándose como titulares de una función pública están
viciados de absoluta nulidad.
a. La asociación
Por otra parte, dijimos que los derechos objetivos a que me refiero
existen como tales derechos, en cuanto a que permiten a los funcio-
narios y a los agentes administrativos defender los que se derivan de
los estatutos vigentes; por ejemplo, si uno de los funcionarios o agentes
administrativos tiene derecho, de acuerdo con la ley del presupuesto,
a un sueldo de diez pesos diarios, no pueden pagársele solamente
cinco; y es indiscutible que el funcionario o empleado afectado tendrá
derecho a reclamar la diferencia. Esta clase de derechos (o los de otro
empleado que se inhabilitara y que exigiera el pago de la pensión) son
perfectamente lícitos y pueden exigirse con ayuda de una fuerza
corporativa.
b. Derecho de huelga
227
a. Centralización
b. Descentralización
Los Secretarios del Despacho, luego que esté abierto el periodo de sesio-
nes ordinarias, darán cuenta al Congreso del estado que guarden sus
respectivos ramos. Cualquiera de las Cámaras podrá citar a los Secreta
rios de Estado para que informen, cuando se discuta una ley o se estudie
un negocio relativo a su Secretaría.
Pero, decía yo, así se explica que el artículo 92 excluya a los jefes
de los departamentos administrativos de la obligación del refrendo, de
la obligación de acudir a las cámaras a rendir informes, pero sí impone
tales obligaciones a los secretarios de Estado.
3. La descentralización administrativa
órganos y hace que todos ellos se conserven unidos pero sin confun-
dirse, que a pesar de ser distintos no se separen; todos constituyen la
administración general del Estado.
Ustedes saben que hay dos tendencias: una que persigue la muni
cipalización de los servicios locales y otra que tiende a disgregar el
régimen ya descentralizado que el municipio constituye en determi
nados servicios públicos locales (como el de agua, el de alumbrado) y
otorgárselos a empresas particulares mediante concesiones para que,
con espíritu de lucro, se obtenga una mejor satisfacción de las necesi
dades colectivas que los servicios satisfacen. Cualquiera que sea el
régimen que se prefiera, el régimen de municipalización de los servi
cios locales o el régimen de concesión de los servicios locales por el
municipio, de todas maneras es importante advertir que a cambio de
cada servicio, los usuarios que se benefician tienen la obligación
293
• Los impuestos
establece el 10% de hasta quinientos pesos; hasta dos mil pesos 5%;
de veinte mil pesos en adelante, nada. Es una tasa regresiva que dis
minuye a medida que la renta aumenta.
o sea dos mil doscientos cincuenta pesos. Luego, porque hay progre
sividad en la tasa, hay más equidad en esta forma impositiva.
En la ley vigente tenemos una primera cédula que grava las rentas
obtenidas en negociaciones que se dedican al desempeño de activi
dades comerciales, industriales o agrícolas; y una segunda cédula que
comprende las rentas provenientes exclusivamente del capital. Rédi
tos sobre capitales impuestos, intereses de hipotecas, de pagarés, etc.
La cédula cuarta comprende los ingresos provenientes de salarios o
emolumentos. Como observarán ustedes, las rentas clasificadas en la
primera cédula son aquellas que se obtiene en una forma combinada,
por medio del capital y del trabajo. Los réditos de los capitales impues
tos a que se refiere la cédula segunda, tienen como fuente única el
capital. Por último, los ingresos gravados en la cédula cuarta, se obtie
nen puramente con el trabajo. Afirmamos que el sistema cedular, al
c. Regulación constitucional
Los gastos públicos consisten en el uso efectivo y diverso que las enti-
dades públicas hacen de una parte de la riqueza nacional. Los gastos
se hacen por las entidades públicas según los fines del Estado. Recuer
den ustedes que de los fines del Estados derivamos el concepto de la
necesidad pública o colectiva, y que la necesidad pública se distingue
de la necesidad común. La necesidad pública no es aquella que es
común a los gobernados, sino la que tiene su origen inmediato en los
fines del Estado. Según sean las necesidades públicas, así son los gas
tos del Estado; naturalmente que los gastos tienen como límite los
ingresos, pues no se concibe que el Estado disponga de toda la riqueza
nacional porque está constituida no solamente por las percepciones
que el Estado obtiene mediante los impuestos; el Estado también tiene
bienes propios y tiene bienes de uso común respecto de los cuales
carece de atribuciones para disponer de ellos. Los ingresos de los cua
les el Estado utiliza para sostener los servicios públicos son una parte
de la riqueza pública, de la riqueza nacional, constituida principal
mente por cantidades en efectivo para el pago de sueldos, alquileres,
bonos, etcétera.
b. El presupuesto
creo que la objeción es cierta, y más que otra cosa, creo que el ejercicio
del Presupuesto supone la ejecución inmediata de una serie de actos
administrativos. Sin embargo, desde el punto de vista formal, claro
que es una Ley el presupuesto.
No podrá haber otras partidas secretas, fuera de las que consideren nece
sarias con ese carácter, en el mismo Presupuesto; las que emplearán los
Secretarios, por acuerdo escrito del Presidente de la República.
fracción ii. La razón de que el Presupuesto sea una ley de vida limitada
supone varias garantías que tienen su origen en la misma Constitución.
En primer lugar, que en ningún caso puede el Congreso facultar al
Ejecutivo para hacer gastos en forma continuada, se obliga por la Cons
titución a la Cámara de Diputados que sea ella la que determine,
vigile y controle la forma en que habrá de invertirse la riqueza pública.
Este carácter no permanente del Presupuesto tiene otra consecuencia
inmediata, que es la limitación a las facultades de los Poderes para no
obligar a los Estados a contraer obligaciones por más de un año, que
se traduzcan en erogaciones para el Erario por periodos mayores del
que tiene de vida el Presupuesto. Recuerden que suele haber necesi-
dad particularmente en el capítulo de obras públicas, de que el Estado
contrate la ejecución de determinados trabajos que es imposible rea
lizar en un solo ejercicio; pero la validez de los contratos adminis
trativos cuando los titulares de los órganos celebran en estos casos,
está subordinada siempre al refrendo que el Congreso haga, como
única autoridad competente en esta materia, para poder distribuir y
disponer de los fondos públicos.
pública nacional interior o exterior, según los casos, sin que la Cámara
de Diputados, en uso de la facultad que le concede la Constitución,
autorice determinada cantidad para hacer su liquidación.
El derecho que se tiene sobre las cosas en ningún caso puede ser
objeto de una afectación por autoridades ajenas a las judiciales.
Se viola el artículo 17 constitucional, agregan, porque según dicho
precepto, “ninguna persona puede hacerse justicia por sí misma ni
ejercer violencia para reclamar su derecho. Los tribunales estarán
expeditos para administrar justicia en los plazos y términos que fije la
ley; su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas
las costas judiciales”.
345
del orden federal. De manera que es una ley federal que, a mi juicio,
ha derogado la Ley de Bienes Inmuebles de la Federación de 2 de
diciembre de 1902 en todas aquellas disposiciones que establecen
un sistema jurídico diverso del seguido por la ley anterior; y nos encon
tramos en él con los artículos 764 a 773 del Código Civil, que com
prenden un capítulo denominado “De los bienes considerados según
las personas a quienes pertenecen”. Las disposiciones citadas estable
cen una diferencia entre los bienes del dominio del poder público y
los bienes de propiedad de los particulares.
Los bienes de dominio del poder público son los que pertenecen
a la Federación, a los Estados o a los Municipios. Los bienes de domi
nio del poder público, según disposición expresa del artículo 766, se
rigen por las disposiciones del Código Civil (“Los bienes de dominio
del poder público se regirán por las disposiciones de este Código
en cuanto no esté determinado por leyes especiales”); no hace ya el
Código Civil referencia a la Ley de Bienes Inmuebles de la Federación
de 2 de diciembre de 1902, no obstante que los autores del Código
Civil dividen los bienes de dominio del poder público en bienes de
uso común, bienes destinados a un servicio público y bienes propios.
Los bienes de uso común son los que hemos señalado; los bienes
afectados a un servicio público son aquellos sin los cuales no podría
subsistir el servicio, y por último, los bienes propios son aquellos que
no están afectados a un servicio público y que no son de uso común,
pero que pertenecen al Estado.
Los bienes públicos pueden ser de dos clases: el primer grupo está
constituido por los edificios de las oficinas públicas, las bibliotecas,
los cuarteles, etc.; el segundo grupo por aquellos bienes inmuebles
que son propiedad del gobierno federal, pero que no están, por su
propia naturaleza, destinados a un servicio público. Voy a explicar
esta diferencia: hay bienes sin los cuales el servicio público no puede
existir; por ejemplo, tratándose de las vías de comunicación, no
puede haber ferrocarriles sin caminos de fierro. De manera que, tra
tándose de esta clase de servicios públicos, los bienes afectados al ser
vicio son la condición esencial para la existencia misma del servicio;
sin ellos, los servicios no podrían existir.
Llama la atención que todas las órdenes y los decretos reales expe
didos en aquella época daban instrucciones terminantes y precisas
para que se respetaran no solamente las propiedades de los indíge
nas, sino el régimen jurídico como consuetudinariamente los indígenas
habían venido explotando sus tierras. Sin embargo, hay que hacer
notar que eran muchas las autoridades coloniales con competencia
para expedir, en nombre de la Corona, mercedes para aprovechar las
tierras, y de allí que en 1700 la determinación de cuál era la propie-
dad territorial en el país haya constituido un problema casi insoluble;
se expidió una legislación que ordenaba la revisión de toda la titula-
ción. Claro que, en todos los casos, la Corona se había reservado el
derecho de revocar las mercedes o concesiones según que las condi
ciones resolutorias o suspensivas se realizaran; pero además de esta
facultad permanente para revisar la titulación, se expidió una ley obli
gando a hacer la revisión general de toda la propiedad territorial en el
país, con el fin de que los que tuvieran mercedes expedidas con ante
rioridad al año de 1700 inscribieran en un registro sus títulos para
que fueran revisados.
Pero hay una segunda corriente doctrinal que afirma que los bie
nes de riqueza minera, el petróleo, los hidrocarburos y sus derivados,
solamente pueden ser apropiados con intervención del Estado. Esta
intervención del Estado se puede manifestar de dos maneras: bien
porque dichos bienes se consideran también una res nullius, pero que
no puede ser ocupada sino mediante concesión, o por un particular
sujeto a un régimen de dominio público. Son tesis que consideran
que hay un traspaso de la propiedad, es decir, que el Estado conserva
la propiedad de las minas y de todos los productos del subsuelo, pero
que cede el uso y la explotación de tales bienes, conservando la propie
dad y dando el derecho de explotación a los particulares el cual puede
ser revocado en cualquier momento.
5. La expropiación
c. Expropiación de uso
Decían los propietarios afectados, por voz de don Luis Cabrera, que
la Nación no son los Estados, sino que para el artículo 27 constitucio-
nal es sinónimo de Federación, y que si una facultad es del gobierno
federal, no se explica que hagan uso de ella en las Legislaturas de los
Estados. Los ejidatarios, o mejor dicho, el Banco de Crédito Ejidal,
sostuvo el punto de vista contrario: dijo que la Nación eran los Esta-
dos y el gobierno federal, todos; que no era cierto que la Nación fuera
el gobierno federal como tampoco era cierto que el gobierno federal
lo constituyeran los Estados; que se trataba lisa y llanamente de una
facultad concurrente; que además, había servidumbres como la de
paso, que suponen limitaciones al derecho a la propiedad; es decir,
que tienen el carácter de modalidades impuestas a la propiedad pri
vada desde la época de los romanos, que siendo la servidumbre de
paso una modalidad impuesta al derecho de la propiedad privada, la
misma servidumbre de paso es indiscutible y está establecida por
todos los Códigos Civiles de todos los Estados y que éstos son leyes
locales y no federales, lo que quería decir que desde hace mucho
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a. La concesión
No está por demás decir que todas las concesiones otorgadas hasta
1876 fueron declaradas revisables de oficio, en virtud de que con ellas
se otorgaron a los particulares franquicias para explotar el subsuelo, en
condiciones que conducían al monopolio y el acaparamiento.
mente por vencimiento del plazo, por recisión y por caducidad. Vamos
a estudiar estas tres formas de terminación de las concesiones.
Los sistemas de ejecución de las obras públicas son de dos clases: los
que se llevan a cabo por la Administración, o por el contratista.
Las formas que reviste este contrato son tres: la subasta, el con-
curso y la contratación directa. La subasta supone, como ustedes saben,
un llamamiento general a todos los que se interesan por la realiza
ción de los proyectos de la Administración. Las convocatorias se
formulan con el ofrecimiento de adjudicar el contrato a la propuesta
c. Contrato de suministro
Desde luego que, como contrato que es, el suministro puede con
cluir por voluntad de las partes o por rescisión de contrato. La resci
sión del contrato, como se trata de obligaciones recíprocas, sólo
puede ser demandada por quien ha cumplido respecto de quien ha
faltado al cumplimiento de las obligaciones contraídas. Sin embargo,
la forma más frecuente de la terminación de estos contratos es la del
vencimiento del plazo. El plazo de los contratos de suministro no
puede exceder de un año, porque cualquier pago, también por dispo-
sición constitucional, sólo puede hacerse cuando está autorizado en
el presupuesto. Como el presupuesto se renueva precisamente cada
año, siendo la facultad de la Administración de vida limitada, el ejer-
d. Contrato de empréstito
Digo que las situaciones jurídicas que pueden crearse con motivo
de la reglas de derecho aplicables a la Administración pueden ser con
cretas o individuales, y situaciones generales, porque recordarán que
el contenido de la función administrativa lo constituye la realización
de actos administrativos. Recordarán también que cuando abordamos
el problema del estudio de la forma de la actividad del Estado, diji
mos que el acto administrativo era un acto complejo, integrado por
425
Esta obligación jurídica puede ser impuesta por actos subjetivos y por
las leyes o reglamentos. Si la obligación a cargo de la Administración
surge con motivo de un acto subjetivo, es evidente que la existencia
del derecho público subjetivo se notará porque produce una situación
jurídica individual o concreta.
c. El Estado
• La obligación
Claro que el acto administrativo como acto jurídico tiene los mismo
vicios que todos los actos jurídicos: error, dolo, violencia, y ahora en
el nuevo Código Civil, también la lesión, que no es ya un vicio de
contrato de compraventa sino un elemento esencial del consentimiento.
Diremos que es un vicio del consentimiento. Estos vicios se refieren
al elemento “voluntad” del acto jurídico, pero además de que el
acto administrativo tiene todos los motivos de invalidez de los
demás actos jurídicos, tiene también causas de anulación específicas
y exclusivas de él.
respetuosa; pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese dere
cho los ciudadanos de la República. A toda petición deberá recaer un
acuerdo escrito de la autoridad a quien se haya dirigido, la cual tiene
obligación de hacerlo conocer en breve término al peticionarlo”.
Ya ven ustedes que la autoridad administrativa está obligada a dar
respuesta precisamente por escrito, requisito formal de su actividad
administrativa. El artículo 14 constitucional en el segundo párrafo
dice que: “nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus
propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido
ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho”. Ya no solamente se está con
signando el principio de la legalidad, sino que se está consignando
también el derecho a la sujeción a un proceso legal para que la auto
ridad pueda privar a un particular de su vida, de su libertad, propie-
dades, posesiones o derechos.
El artículo 16, por último, dice que: “nadie puede ser molestado
en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en vir-
tud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde
y motive la causa legal del procedimiento…”. Como ustedes ven, se
necesita una causa legal para que el procedimiento se establezca y
pueda causar molestias a una persona, a su familia, domicilio, papeles
o posesiones; y por otra parte, que la autoridad de la cual emane el
acto tenga competencia para realizarlo. La competencia, como ustedes
recordarán, es al mismo tiempo que facultad una limitación de atri-
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vía jurisdiccional para resolver los conflictos que surgen entre los par
ticulares y la Administración.
leyes: una del mes de agosto de 1790, y otra del mes de septiembre del
mismo año. En la primera se estableció la prohibición de que el Poder
Judicial conociera en cualquier forma de los asuntos que incumbie
ran a la Administración; de allí se supuso implícitamente la com
petencia que la ley de agosto de 1790 daba a la Administración para
conocer las situaciones contenciosas que surgieran con motivo del
desarrollo de las intervenciones administrativas. Claro que esto tiene
sus antecedentes políticos: no hay más que recordar que el absolutismo
anterior a la Revolución Francesa hizo desconfiar y condujo a un serio
desprestigio a las famosas Cortes Especiales, que en el último análi
sis dependían de la jurisdicción del monarca. Por otra parte, la “ley
del mes de septiembre del año 1790” vino a aclarar y a definir la com
petencia de la Administración para resolver sus propios conflictos. Pero
esta ley vino a establecer excepciones al principio consagrado en la ley
anterior en cuanto a que se reservó para el Poder Judicial el cono
cimiento de determinados asuntos contencioso-administrativos. Ade
más, la desconfianza a los Tribunales Administrativos (es decir, a los
Tribunales Especiales) hizo que no se separaran las funciones admi
nistrativas en activas y pasivas, sino que se siguió el principio del
administrador-juez.
reglas del derecho civil a la Administración, sin que ello obste para
que aquella conserve su situación privilegiada, derivada de las normas
adjetivas en que el procedimiento consiste. Conforme a este criterio,
es notorio que el contencioso de anulación, en el cual se debate la
legalidad o la ilegalidad de un acto administrativo, no puede exigir
que el Ministerio Público deba ser oído en los juicios administrati
vos que se ventilen en el Tribunal Fiscal de la Federación.