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Si bien Leguía y Fujimori llegaron al poder en forma distinta, uno por golpe de Estado y
el otro por elecciones democráticas, ambos se vieron en la necesidad de ocupar el poder
del Estado y poseer una mayoría parlamentaria para poder manejar a su antojo e interés
la línea del régimen. Fujimori en 1992 ejecuta un autogolpe de Estado y toma
rápidamente una serie de medidas autoritarias para aplacar el inicio de la
“contrarrevolución” y justificar astutamente sus acciones. Leguía ya lo había hecho
apenas pisó el palacio de gobierno, entonces, ambos presidentes supieron congregar la
demanda popular y el apoyo de los mismos en sus respectivos contextos sociales y
políticos.
Una semejanza muy importante en la política es que Leguía y Fujimori gobernaron dos
períodos seguidos y su caída ocurrió cuando quisieron quedarse por tercera vez
consecutiva. A la tercera ocasión, la población estaba harta; si Fujimori se hubiera
retirado pacíficamente el 2000 posiblemente hubiera podido realizar una transición con
impunidad. Así lo hicieron tanto Benavides como Odría. Las enormes dificultades
legales que afronta Fujimori son consecuencia directa de su ilegal proyecto de obtener
un tercer mandato. Después de su caída y abandonado por todo el pueblo, Leguía murió
en prisión, mientras que Fujimori continúa siendo un factor de la política peruana. El
prestigio de Leguía se hizo humo, mientras que Fujimori estando en la cárcel conserva
una bancada parlamentaria. En el mismo sentido, aunque Leguía también promovió la
exportación de materias primas, lo hizo a través de un fuerte compromiso del Estado. El
principal agente del desarrollo en época del "oncenio" fue el mismo gobierno. Leguía
endeudó al país tremendamente y puso al Estado a la cabeza de un proyecto nacional de
modernización. Mientras que Fujimori redujo el Estado, creó algunas entidades
pequeñas y eficientes y desmanteló el resto. Fujimori fue un devoto del mercado y
gracias a la integridad económica obtuvo tanto sus éxitos como sus fracasos.
En conclusión, Alberto Fujimori y Augusto Leguía, no cabe duda que fueron dictadores
para el país querían quedarse en el poder indefinidamente, ya que tenían a favor a la
prensa y congreso, por eso se les hacía más fácil, esto produjo marchas y quejas de las
personas en el país, también teníamos una dependencia en el capital extranjero debido a
esto hubo una crisis económica como también violaciones a los derechos humanos de
las personas que estaban en contra de ellos.
Referencias bibliográficas