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ORACIÓN: LECTURA COMUNICATIVA DEL EV.

DE LUCAS 15,11-32

Oración inicial: Invocación al Espíritu

L: Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Escritura, en los acontecimientos y en

Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo las personas, sobre todo en los pobres y

modo con el cual Tú la has leído a los en los que sufren.

discípulos en el camino de Emaús.


L: Tu palabra nos oriente a fin de que
T: Con la luz de la Palabra, escrita en la también nosotros, como los discípulos de
Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la Emaús, podamos experimentar la fuerza
presencia de Dios en los acontecimientos de tu resurrección y testimoniar a los otros
dolorosos de tu condena y muerte. que Tú estás vivo en medio de nosotros
como fuente de fraternidad, de justicia y de
L: Así, la cruz, que parecía ser el final de
paz.
toda esperanza, apareció para ellos como
fuente de vida y resurrección.
T: Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de
María, que nos has revelado al Padre y
T: Crea en nosotros el silencio para
enviado tu Espíritu. Amen
escuchar tu voz en la Creación y en la

 LEER LC 15,11-32
 Ambientación

El capítulo 15 del evangelio de Lucas ocupa un puesto central en el tercer evangelio. Es


el capítulo de la ternura y de la misericordia acogedora de Dios, temas que se encuentran
en el centro de las preocupaciones de Lucas. Esta parábola nos puede sonar a historia tan
sabida que no nos dejamos cuestionar por su sorprendente mensaje. Empecemos por
advertir que el centro del relato no está en el comportamiento de uno de los dos hijos; la
parábola se centra, más bien, en la actitud que mantiene el padre en toda la historia: en
ella lo decisivo no es qué cosas se atrevieron a hacer o decir los hijos, sino qué hizo y dijo el
padre a ambos.

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DIÁLOGO CON EL TEXTO
1. La imagen que una persona tiene de Dios influye mucho en su modo de pensar
y de obrar.

La imagen que una persona tiene de Dios influye mucho en su modo de pensar y de obrar.
En tiempos de Jesús, la idea que la gente tenía de Dios era la de uno muy distante, severo,
juez que amenazaba con el castigo. Jesús revela una nueva imagen de Dios: Dios Padre, lleno
de ternura con todos y con cada uno en particular. Y esto es lo que la parábola del hijo prodigo
nos quieren comunicar.

Nexo pragmático:

A lo largo de la lectura, trata de fijarte en cada detalle, más bien, deja que esa parábola
entre en ti y te provoque. Intenta descubrir lo que tienen de común y trata de confrontarla con
la idea de Dios que tú tienes.

Oración (todos):

Señor te pedimos perdón por las veces en que no te hemos respondido y hemos pedido
más de lo que no merecemos, y por las veces que nos hemos parecido al hermano menor, de
haber malgastado tu amor y tu misericordia y también te pedimos perdón por ser como el
hermano mayor que no ha conocido el amor del Padre.

Óyenos, Padre, necesitamos volver a aprender cómo encontrar tus pasos, cómo
entender tus señales, cómo escuchar tu voz. Muéstranos el camino que nos conduzca a decir
con fe y esperanza: Tú eres el Dios de la vida, Tú eres el Señor de la historia. Amén

2. Enfrentarse a las dificultades engendra madurez

Colocando esta reflexión en el corazón de su Evangelio, Lucas está dando un aviso a las
comunidades cristianas que se están organizando en el sistema económico del imperio
romano, Este sistema está simbolizado en la parábola por la casa del patrón, donde los
cerdos reciben más atención que los trabajadores. En las comunidades cristianas no
puede dominar este sistema.

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Nexo pragmático:

La amabilidad y la bondad deben ser rasgos característicos de nuestra Congregación.


Hay que esforzarnos por vivir plenamente el ideal evangélico de comunidad que predicamos
a los demás.

Oración (todos):

Ayúdanos a dar y recibir, a evangelizar y ser evangelizado, a hablar y a escuchar.


Ayúdanos a aprender a caminar con la gente y a respetar el ritmo de su caminar, a cambiar y
ser cambiado, a formar y ser formado, a invitar a la conversión y ser convertido y
transformado. Amen

3. Hemos aprendido a volar como los pájaros a nadar como los peces pero no
hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos

Lucas quiere recordarnos a través de esta parábola que la señal mayor del Reino es la
mesa común en la Casa del Padre, quiere decir, compartir todo en la mesa común de la
comunidad. Ninguno puede ser excluido de esta mesa. Todos estamos llamados a compartir.
Como recordamos continuamente en nuestras celebraciones: no hay ninguno tan pobre que
no pueda compartir algo. Y no hay uno tan rico que no tenga nada que recibir. La mesa común
se construye con el compartir de todos.

Nexo pragmático:

Como religiosos y misioneros debemos centralizar nuestra vida en el compartir la


vida y de los bienes. Compartir la vida/bienes quiere decir romper con el sistema imperial
de la dominación y del individualismo. Es Pasar del “individualismo” a la “mutua
colaboración”. En Hch 2,44-45; 4,32-37, vemos que una de las características de la
comunidad cristiana estaba en el compartir los bienes.

Oración (todos):

Quédate con nosotros, que nuestra vida declina cuando tú no estás a nuestro lado.
Quédate con nosotros, para que nuestra esperanza no muera y no caminemos solos, sin
rumbo, a la deriva. Quédate con nosotros, para saberte vivo en nuestra vida, cambiando
nuestra tristeza en gozo y nuestras horas tristes y aburridas en esperanza sin ocaso, hecha

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compromiso y urgencia. Siéntate con nosotros a la mesa, para devolvernos el ardor original,
para rehacer los proyectos quebrantados y recrear la amistad maltrecha.

Pregunta Para meditar:

Los 60 años de nuestra presencia verbita en México nos desafían y motivan para leer
y reflexionar sobre Lc 15,11-32 que nos puede orientar ante el proceso de reconciliación y
ante los nuevos retos en la búsqueda de nuevas sendas y caminos de misión como en el
redescubrimiento y renovación de nuestro carisma.

1. ¿Qué sentimientos despierta Lc 15,11-32 en ti?

2. ¿Qué significa para ti entrar en la dinámica del amor incondicional del Padre?

Oración final: Invocación a los Patronos y Titulares de la Congregación


L. Verbo de Dios Encarnado.
T. Danos vida con tu Espíritu.
L. Madre Inmaculada del Señor.
T. Conduce a todos a tu Hijo.
L. Santos Miguel, Gabriel y Rafael,
T. Protejan el Reino de Dios en la tierra.
L. Santos José, Joaquín y Ana.
T. Consígannos pregoneros del Evangelio.
L. Santos Pedro, Pablo, Juan y Andrés.
T. Ayuden a los mensajeros de la fe.
L. Santos Gregorio, Agustín y Vicente.
T. Rueguen por todo el pueblo de Dios.
L. Santos Arnoldo Janssen y José Freinademetz.
T. Abran nuestros corazones a todos los pueblos.
L. Beatas María Elena, Josefa y mártires verbitas.
T. Fortalezcan nuestro servicio misionero
L. Ante la luz del Verbo y el Espíritu de T. Y viva el Corazón de Jesús en los
gracia, desaparezcan las tinieblas del corazones de toda la humanidad. Amén
pecado y la noche de la incredulidad,

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