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Método

KORA-KI
Chamanismo para una vida fácil

Raquel Puig Pagés

Método Kora-ki, chamanismo para una vida fácil. 1ªedición abril 2020
Autora: Raquel Puig
Edición: Ediciones Kanannda.
Impreso por: Amazon
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establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por
cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento
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préstamo público.

Foto portada y contraportada: Laura Reyes


C o r r e c c i ó n : Te r e s a R o i g
Diseño de cubierta: Raquel Puig
w w w. r a q u e l p u i g . c o m
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
KORA-KI, UNA SEMILLA
APRENDE E INTERACTÚA CON TUS AYUDAS
CONOCERTE Y CONSEGUIR CAERTE BIEN
LA CULPA Y LAS EMOCIONES
MENTE, EGO Y CEREBRO
LA UNIÓN HACE LA FUERZA
LA SOMBRA,
DONDE ESTÁ LA MAGIA
ESPEJOS, TU REFLEJO EN EL MUNDO
MIEDO Y AUTOAFIRMACIÓN, ESE ES TU PODER
EL AMOR, LO ÚNICO QUE HAY
ESPÍRITUS DE LA NATURALEZA, CUIDAR NUESTRO HOGAR
AGRADECIMIENTOS
A ti, mi amor. En tus brazos he aprendido a sostenerme y en tus ojos a amarme.
Y a nuestros hijos, Joan y Arnau, los maestros más grandes que nunca
podré encontrar

.
INTRODUCCIÓN
Me encanta que te unas a mí en este viaje. Lo que te voy a contar es
material de sabiduría ancestral en formato accesible, práctico y fácil de usar.
Son sugerencias, informaciones y técnicas que desbloquearán tu interior.

Hace años, experimenté una técnica chamánica que cambió mi vida, con el
tiempo creé un método que une; la experiencia chamánica, con ejercicios de
crecimiento personal en una formación presencial. Eso es Kora-ki. Viendo
el impacto positivo que supone para las personas que han dominado la
formación, me animé a empezar a transcribir el proceso para que, cualquier
persona se pueda beneficiar de este método y prácticas, aunque no pueda, o
no haya realizado la formación en vivo.
Lo que voy a contarte en este libro son todas esas claves, creo que contiene
toda la sabiduría que tengo hasta hoy.

Voy a estar contigo mientras lees y prácticas todo lo que hay escrito aquí.
Pocas cosas me satisfacen más que acompañar a las personas en su
despertar. Me emociona poder hacerlo también a través de este libro. Te
pido que te involucres. Vas a tener explicaciones, audios y ejercicios para
practicar y no quedarte solo con la teoría. Te garantizo que puedes cambiar
tu vida igual como lo hice yo y los cientos de personas que han pasado por
Kora-ki, tanto en terapia privada como en la formación.

¿Sabes? Des de que me dedico a vivir en vez de amargarme, muchas


personas me preguntan: ¿Como haces para que te pasen tantas cosas chulas?
La respuesta está en estas páginas.
Kora-ki es un curso vivencial, fácil y efectivo, donde en cada capítulo se
usan técnicas chamánicas y herramientas sencillas, para trabajar distintos
aspectos de la persona y poder sanar conflictos, romper patrones, cambiar
creencias, unirte al corazón, trabajar la culpa, ver la sombra, conectar con
los elementos, etc. Lo harás, porque puedes. Dalo por hecho. Quizá aún no
sepas el poder que tienes pero lo vas a lograr.

Si, ya sé que el primer capítulo puede sonarte a chino, a mi me pasó igual


cuando me contaban sobre Maestros, Animales de poder y vuelos
abstractos. Cuando aprendí estas técnicas, pensé: —esto es una ida de olla.
Pero no, resulta que me cambió la vida cuando ya no me quedaba mucho
donde agarrarme. Más adelante iré desgranándolo todo para que te resulte
ligero, te aseguro que si yo lo hice tú también puedes, confía en ti, no es
porque sí, que tienes este libro entre manos, además te ahorraras todos los
porrazos que uno se pega mientras va a ciegas. Estarás conmigo, que es más
fácil ver tu camino si la luz está encendida. Repite conmigo, la vida es fácil,
la vida es fácil, la vida es fácil.
Debemos apoyarnos y cuidarnos entre todos, y eso empieza por dentro.
Podrás dejar de ser cruel con el entorno cuando dejes de ser cruel contigo
mismo/a. Haz las paces contigo, libérate del dolor aprendiendo. El mundo
se merece personas libres de culpa y resentimiento. Tú vas a ser una de
ellas.
Según veo y vivo, tenemos dos opciones; seguir quejándonos de la vida o
empezar a hacer algo al respecto.

Tres partes que suman


En la primera parte te acompañaré y te comunicaras con las ayudas que
todos tenemos, en este caso Maestros y Animales de poder. Esa parte
invisible que nos guía aunque a veces no les hagamos caso. Se trata de
saber escuchar. Aprenderás a hacerlo. Lo haremos juntos e iremos
transitando, por tanto será fácil y exigirá poco esfuerzo.

En la segunda parte te harás responsable de tu vida, depuraras los malos


hábitos para poder expandir y expresar la luz que eres. Veras que, el mundo
es un magnífico reflejo de lo que puedes trabajar en ti. Eso te supondrá
menos esfuerzo todavía, vamos a salir de la idea que el crecimiento interior
es arduo, porque no lo es.
En la tercera parte, conectaras con los espíritus de la naturaleza, que
también están aquí para ayudarnos a comprender una manera diferente,
aunque no nueva, de vivir en la tierra, con más respeto, cooperación y
convivencia.
La Madre tierra se relaciona con el cuerpo físico, el agua con las
emociones, el fuego con tu espíritu y el viento con tus pensamientos.
Aprenderás de ellos.
Cada parte de este libro está totalmente constatada con mi propia vivencia y
la de muchas personas que han transformado su vida a través de la
formación Kora-ki. No te cuento nada que no haya contribuido a cambiar
nuestras vidas de forma clara. No tengo duda, con las técnicas de este libro
vas a poner el contador de tu vida a cero.

Verás que está escrito en femenino, pero es para todos los públicos. Tenía
que decidir el género y he barrido para casa. Permíteme esta deferencia a
todas las mujeres que son mayoría en los grupos de Kora-ki.

Para mí, la base del cambio de paradigma en el mundo es compartir y


cooperar, voy a compartir contigo mi método, te pido que te quedes con lo
que te sirva.
KORA-KI, UNA SEMILLA

«No vayas a ningún lado sin ti, sin tu honestidad, sin tu esencia, sin tu libertad; solo de esa
manera, aunque a veces parezca que no hay nadie, siempre estarás tú y tu presencia »

CLAUDIO NARANJO

Kora-ki es una formación viva para que sepas quién eres y puedas sentirte
siempre junto a ti. Digo que está viva, porque, aunque el temario es el
mismo para todos, en cada grupo surgen nuevas maneras de explicar o
nuevas herramientas para profundizar, es por eso que decidí juntarlo todo.
Tanto si tienes este libro porque cursas la formación, como si lo tienes
porque te ha llegado de otra manera, puedes acceder a través del código QR
o el enlace que te dejo más adelante, a todos los audios de las prácticas que
aprenderás a medida que avancemos.

Te iré contando cómo se fue configurando Kora-ki capítulo a capítulo, por


ahora te puedo decir que es fusión, es la unión de todas las prácticas fáciles
que me propusieron mis Maestros y Animal de poder, para que pudiera
comprenderme mejor.

Desde que Loli, mi maestra de carne y huesos, me enseñó la técnica del


vuelo abstracto con los tambores, empezaron una serie de sincronicidades
que me llevaron entrar del todo en mí. Encontré la manera de responder
mis preguntas. Como resulta que lo conseguí y no fue tan difícil como
pensaba, te lo quiero compartir porque me importas. Este es el motivo por
el que enseño y te escribo.

Durante mi formación descubrí que, por muchas cosas terribles que te


hayan pasado, siempre, escúchame, siempre tienes la opción de
transformarlas o dejar que te transformen. No quiero decir negar la
evidencia, sino aceptarla y aprender a no permitir que te domine la vida.
Tengo la fórmula, y te o voy a contar todo. El rencor y el odio solo hacen
daño a quien los siente, y todos merecemos liberarnos de eso. Tú también,
porque sea lo que sea que haya pasado en tu vida, es eso, pasado, y puedes
dejarlo atrás y renacer de otro modo. Te lo aseguro.
Yo lo hice, tú también puedes y voy a estar aquí. Es asombroso sentir que,
mientras yo escribo esto, tú estás leyéndolo.

Cuando miro atrás, me doy cuenta de todo el camino recorrido. De cómo,


mi mente rabietas, la que se inventaba historias o las interpretaba de forma
dramática y exagerada, la de aquella niña que solo pretendía captar la
atención que precisaba, me hizo alejarme del espíritu de la mente amable: la
que nos hace ver que la vida es muy fácil. La que se conecta con el alma y
fluye en nosotros sin resistencias. Pero todo está bien. Siempre lo está. Tú
también podrás.

El inicio de la transición de mi mente rabietas a la mente amable y amorosa


que tengo ahora, se produjo en un momento clave: el nacimiento de mis
hijos. Fue un punto de inflexión. Me explotó en los morros mi propia
infancia, y vi que necesitaría ayuda para recolocar todas las piezas que se
movían dentro de mí, y que hasta entonces no sentía que estuvieran mal
ordenadas. Pero lo estaban.

A partir de ese momento, cerré un negocio deficitario que había abierto con
21 años y tuve que reinventarme. Empezar de cero. Y aunque tenía al lado
alguien que siempre estaba, y sigue aquí, él, poco podía hacer, más que
sostenerme mientras me hundía en un profundo victimismo sin nada a lo
que agarrarme. Todo eran problemas o posibles problemas… Ahora sé que
todo estaba dentro de mí y así lo proyectaba, pero en ese momento, no me
resultó nada fácil gestionar la ansiedad que me producía el simple hecho de
vivir. Descubrir el dolor de mi infancia me desmontó, pero me transformé,
y tú y yo no somos distintas, también lo harás.

Ahora sé, que la vida es tan simple, como tú sepas hacer que sea. Que
todo, absolutamente todo depende de cómo decidas mirarlo. Sé que hay
ayudas etéricas que constantemente están dispuestas a echarnos una mano y
que, aunque a menudo se lo ponemos muy difícil, nunca tiran la toalla. Sé
que nuestra alma nos envía avisos de mil formas distintas, quiere que
despertemos. Como resultado de lo que voy a contarte, lo podrás
experimentar. Estoy aquí, contigo.
¿Y de qué depende que nuestra existencia sea fácil o difícil? Según mi
experiencia, en primer lugar, de la actitud. Y, en segundo, de cambiar la
idea y la opinión que tienes de ti y del mundo. Pero, no hablo de cambiar
los pensamientos superficiales, hablo de ir a la raíz del asunto. Si las raíces
de un árbol están podridas, de nada servirá podar sus ramas. Yo no buscaba
esto. Yo solo quería ser feliz. Así que me conduje a ello. Y me
acompañaron.
Si tienes el anhelo de sentir paz tanto tiempo como sea posible, también lo
harás. Date el espacio de tiempo necesario para conseguirlo y ya está. Lo
que contiene este libro abrirá tu mente.

También sé algunas cosas de ti. Sé, por ejemplo, que ahora tu estado
anímico cambia en función de las acciones grandes o pequeñas de otras
personas; que en ocasiones permites que otros controlen tu vida, ya sea por
actos u omisiones, y que con demasiada frecuencia, tus emociones te
dominan y no te dejan sentir la grandeza que llevas dentro. Tienes un
montón de maneras de sentir la esencia que eres y te escondes detrás de
bloqueos que te sirven de excusa para no salir de donde estás, porque has
creído que no puedes. Pero debes saber que no hay bloqueo que la esencia
no pueda derribar. En ti, mandas tú, siempre puedes elegir, si quieres.

Como verás más adelante, lo que elijas estará bien, porque todo lo está,
siempre. Confía. Este viaje que te propongo sirve para que quites todas las
piedras del camino. Todas. He visto a personas, hacer fáciles cosas que al
resto de la gente le parecerían imposibles, y gente con muchísimas
posibilidades quedarse paralizados, esperando, quién sabe qué.
Entonces, ¿cómo cambiar una actitud viciada de años? ¿Cómo cambiar lo
que ni siquiera sabes que te está bloqueando?

Verás: empiezas a cambiar cuando te cuestionas todo, sin evitar las


preguntas incómodas, desafiando lo que está escrito, lo que todo el mundo
da por hecho. Aquí comienza el pre calentamiento del viaje interior.
Como dije, yo me planteaba muchos porqués y muchos cómos, y, sin
saberlo, fueron esas preguntas las que me acercaron al chamanismo,
después de vagar de un lado a otro probando y experimentando. No
entendía por qué la vida era tan dura, por qué no podía ser feliz, por qué mi
mente no paraba, cómo podía pararla… Y estas me llevaron a muchas otras.
¿Por qué es difícil el camino interior? ¿Por qué la espiritualidad requiere
austeridad? ¿Por qué creemos que si no aprendemos a golpes no
evolucionamos? ¿Es lo mismo sufrir que sentirse ligeramente incómoda?
¿Por qué duele tanto el amor? Tengo que estudiar para ganarme la vida.
¿Sí? ¿Seguro? Y el concepto de «ganarse la vida», ¿no es un poco raro?
¿El trabajo es siempre duro? ¿Por qué tienes que esforzarte? ¿Por qué tiene
más mérito el que consigue algo con sacrificio, que el que lo consigue sin
ninguno, si al final ambos consiguen lo mismo? ¿Por qué el esfuerzo es la
mejor recompensa? ¿Por qué no se puede tener todo? ¿Quién lo dice?
¿Por qué hay hambre en el mundo? ¿Por qué hay guerras? ¿Por qué Dios
(en cualquiera de sus pseudónimos) permite según qué cosas, si es que las
permite? ¿Por qué nos castiga, si él es amor? ¿Por qué necesitamos caer
para aprender? ¿No podríamos confiar en que somos lo suficientemente
listos para aprender sin tropezarnos? ¿Por qué los malos momentos nos
hacen valorar los buenos? ¿En serio es necesario perder la salud para
apreciarla? Caray, ¿y no nos podríamos educar para atesorarla des del
principio? ¿No sería más fácil? ¿Podemos hacer eso? ¿Por qué el dinero no
da la felicidad? No sé, preguntémosle a quién no puede pagar comida para
sus hijos... Y así hasta más allá del infinito.

A veces las respuestas de las personas a quién preguntaba eran; porque así
es como se vive en la tierra, porque la dualidad nos exige esto, porque en la
tierra este es el juego o porque así lo quiere Dios. Puedes imaginarte que
esas respuestas no me sirvieron.

Luego, empiezas probando y errando y volviendo a probar, hasta que sale,


hasta que encuentras la manera de cambiar los patrones internos, sobre todo
cuando te das cuenta que son la clave de todo. Lo verás en el capítulo de la
sombra. Puede ser muy fácil, sólo hay que empezar. Hasta que seas feliz,
de verdad, en todos los aspectos de tu vida. Busca las respuestas que te
llenen a ti. No pares hasta que las encuentres, porque es una auténtica
pasada vivir des del amor y sabiendo quien eres en realidad. Así de simple y
así de claro te lo digo. Hoy soy capaz de ser feliz a pesar de todo. Hay una
profundidad en mi que no cambia aunque las olas superficiales estén
revueltas. A esa profundidad quiero que llegues.

Hoy creo que lo puedo tener todo y de hecho lo tengo. Y no, no tengo
miedo a perderlo, porque tengo claro que la vida se mueve y que habrá
situaciones que no podré controlar, pero me muevo con ella. Quizás y según
las creencias que tengas, te vas a pegar algún que otro talegazo… Pues bien,
a mi modo de ver, una vez más, tienes dos opciones: te quedas tirada en el
suelo y te regodeas en tu miseria o te levantas, te sacudes el polvo y sigues
tu camino. Tú verás. Te enseñaré a recalcular, para que, si lo decides, no
tengas excusa.

De cualquier modo, todos tenemos un mismo propósito de vida: amarnos y


disfrutar de la vida. Después hay infinidad de maneras de llevar a cabo este
propósito. Hay muchas formas. Yo, por ejemplo, cumplo mi propósito
sanando, amándolo todo y encendiéndome luces que a otros les sirven para
ver más claro.

Otro puede amarse y ser feliz ejerciendo de maestro, vendedor de crepes,


mecánico, médica o banquero, no importa. Todo está bien. La
contribución más grande que puedes hacer al planeta, es cuidarte para estar
en paz contigo. Si tú lo estás, y también tu vecino, y el otro, y el de más
allá… ¿Dónde estarán los problemas? Por lo tanto, ocúpate de ti, porque es
lo que ofrecerás a los demás.

Cuando amas profundamente, te resulta imposible envidiar u odiar; te son


inconcebibles el miedo, o la distorsión. Cuando llegas a este amor
consciente, cuando amas de verdad, toda lucha acaba. Amar es una
decisión que tomas tú de forma consciente y además es la acción, el verbo
de lo que eres realmente: amor.

Ahora, por ejemplo, ya nada me ofende. Ahora puedo ver más allá de la
persona herida que insulta y que, como yo o tú, tiene una historia detrás. Es
bonito.
Ahora, nunca critico, casi nunca me ofusco, ya no me indigno. No me es
necesario ni me satisface pugnar por ser mejor que tú, ni para demostrar
nada a nadie. Ya no asumo responsabilidades que no me corresponden, ni
doy explicaciones de por qué no lo hago. Ya no discuto con nadie para
salvar mi honor o mi nombre. Esto, es solo parte del ego que me ha llevado
a equivocarme y que, al final, no le ha aportado nada bonito a mi vida.
Ya no me angustia quedarme sola, o no ser reconocida; ya no dejo de ser yo
misma para agradar a nadie; ya no me da miedo no ser amada por nadie,
porque ahora sé que estoy yo y con eso basta.

Sé que entramos y salimos de la vida de los demás, igual que otros entrarán
y saldrán de las nuestras en un flujo vital constante, y ya no lo siento como
un drama. No me aferro. Respiro, respiro mucho. Te lo recomiendo. La
respiración consciente lo cambia todo.

Con la forma que tomó mi conocimiento interior y que se convirtió en la


formación Kora-ki, he aprendido que cuándo surgen emociones, me puedo
permitir experimentarlas y aprender de ellas para dejarlas ir tan rápido
como puedo, no porque no quiera verlas si no, porque así vuelvo a
enfocarme en lo que de verdad importa; la profundidad de mi mar y no las
olas. Tú también lo harás, vamos a bucear juntos.

Hoy, ya no me veo como antes; ni siquiera como ayer. Así que, como dicen
por ahí, día a día soy mi mejor experimento, el hallazgo más grande. Me
cuido y me ocupo de mí sin esperar nada de fuera. A cada instante me
descubro, callo y miro hacia adentro. Ya no ando por la vida a ciegas, sin
luz ni magia: sé que soy parte de un todo en el que también estás tú, aunque
como yo en su momento, aún no lo sientas.

Deseo con todas mis fuerzas que Kora-ki te facilite la vida y te ayude a
saberte parte de todo, como lo hizo conmigo.
Lo que he aprendido de este viaje que se ha convertido en Kora-ki, es que
si quieres sentir la seguridad más arraigada que nunca hayas imaginado,
deberás trabajarla en tu interior. Deberás aprender a llenarte de ti. El
método que utilices es indiferente, mientras te lleve de vuelta a ti. Te
enseñaré el mío, pero te pido que vayas más allá, que lo fusiones con
aquello que conozcas y experimentes si eso te acerca a la libertad. Calibra
constantemente si te aporta paz interior. No lo olvides: todo empieza y
acaba en ti. Y todo está bien. Te veo en la última página.

Y de pronto, aparece aquello que lo cambia todo


Cuando mi amiga Laura
me habló del curso de chamanismo que cursaba, hace años, la verdad es que
me quedé un poco en blanco. No conocía nada de este mundo, que me ha
dado tanto, y sentí curiosidad.
Ella fue quien me presentó la persona que me introdujo en algunas de las
técnicas chamánicas que aprenderás en esta formación. Me enseñó quiénes
son los Maestros y los Animales de poder, los espíritus de la naturaleza y la
muerte, sobre símbolos y cómo conectar con la luna, animales de los
sueños, esferas de energía y vidas pasadas.

Empecé con los vuelos abstractos y todo parecía genial, y al mismo tiempo,
todo me costaba un montón. Sí, «vi» bastante rápido, pero al principio
creía que todo era producto de mi mente. Es posible que a lo largo de esta
formación también te suceda. No te preocupes: solo es la desconfianza en
un método que, por cultura, nos queda muy lejos. El aprendizaje con Loli
duró varios meses. Ella me enseñó lo básico y le estoy profundamente
agradecida.

De todos modos, aprendí la técnica, pero no aprendí a lidiar con mi propia


frustración, mi enorme falta de confianza y mi absoluta incapacidad por
responsabilizarme de mí misma.
Por supuesto que ella no tenía que enseñármelo, eso era parte de mi trabajo,
mis muchas preguntas por resolver, ¿recuerdas? Y entonces me encontré
que tenía a los Maestros, y el Animal de poder, y una mente nerviosa e
hiriente. Nerviosa porque no paraba quieta, saltando de un pensamiento a
otro; e hiriente porque no había ni uno agradable sobre mí. ¿Te suena?
Utilizando mi creatividad innata, a pesar de mi querida mente rabietas,
empecé a volar. Con mil intenciones diferentes, pero todas encaminadas a
creer en lo que me había llegado casi por casualidad: el chamanismo. Algo
dentro de mí necesitaba creer, agarrarse a algo. Necesitaba flotar. Así que
decidí dejar de buscar. Me dije que esto era lo último que haría para
encontrar la felicidad. Sí, lo decidí en lo más profundo de mi corazón,
porque ya no podía más. Y, ¡Bendita decisión!

Volaba al mundo de arriba y al de abajo (tú también lo harás), para resolver


mi falta de autoestima; un día y al siguiente también. Muchísimas veces no
veía nada de nada, negro, oscuro, nada. Ahora estoy convencida que la
perseverancia en esos vuelos, aún y no ver nada, me cambió por dentro de
una manera que no era capaz de percibir. Eso hizo que, paso a paso, las
Maestras me fueron enseñando cómo trabajar la culpa, la que sentía hacia
los demás y hacia mí misma. Ellas me hablaban de ejercicios concretos de
los que dudaba, porque creía que eran fruto de mi mente; pero, los
practicaba. Un día tras otro. A veces, me parecía escuchar títulos de libros
desconocidos y, después, «casualmente», alguien en algún lugar me hablaba
de ellos. O simplemente, durante el día, recibía aquella respuesta que lo
encajaba todo, (o parte).
Así, paulatinamente, me fueron enseñando cosas y empezamos a
interactuar. Y aunque recelaba mucho aún, pensando que eran casualidades
o fruto de mi mente, ellas me enseñaron qué es la sombra y hasta qué punto
nos controla. Me enseñaban prácticas, que yo realizaba casi sin ninguna fe,
porque siempre creía que mi cabeza inventaba todas aquellas cosas. Hasta
que entendí algo importante: entender y trascender la sombra es lo que
permite que los sueños, grandes o pequeños, se cumplan.

Debes entender lo que hay en la sombra si quieres alcanzar tus


propósitos de forma sencilla

Mientras iba haciendo vuelos para conseguir autoestima y seguridad, me


hablaron de la muerte, del miedo, de los espejos, del ego, de cómo usar la
mente a favor. Y sin darme cuenta, cada vez me resultaba más fácil
interpretar lo que me decían. La ansiedad iba desapareciendo, y en cada
vuelo tejía una red de ejercicios que me ayudaban a creer en mí. No te voy a
engañar: gestionar mi mente híper creativa, hiriente y nerviosa no fue
fácil. Me llevó un buen tiempo, pero lo hice. Te mostraré cómo en el
capítulo de la mente. Conquistarás tu mente
Llevaba años forcejeando con mi cabeza para evitar que me destruyera... Si
te soy sincera, creo que desde siempre. Estaba muy cansada, de mí y de
ella. Al cabo de unos meses y de muchos vuelos, sin creer en nada de lo
que veía, cuando veía algo, y de sabotearlo todo constantemente, realizando
los ejercicios pero juzgando sin piedad lo que hacía, me adentré en la
sombra, la pude reconocer y «casualmente» empecé a sentirme muy bien.
Empecé, al fin, a ver que mi felicidad estaba lejos del drama y me apliqué
muchísimo. Pero eso era solo el principio, acababa de subirme a una
auténtica montaña rusa. Tú te lo ahorrarás. Lo chulo de enseñar es que
puedes ahorrar tropiezos, por lo de aprender a caricias y no a golpes, mas
adelante te cuento.

Empezaron a generarse casualidades, conocí a diferentes


chamanes
Un día recibí un e-mail por equivocación, hablaba de un encuentro de
temazcal (que no tenía ni idea de lo que era), pero advertía de la presencia
de una temazcalera de México. Bueno, aquí sí que pensé que algo, fuera de
mi mente, se estaba moviendo para echarme un cable.

Acepté, y viví una autentica catarsis. Ese mismo verano me apunté a un


retiro de ayuno de cuatro días, donde aparte de no tomar más que zumos e
infusiones y estar a 35 grados a la sombra, bailaba hasta la extenuación.
No estuvo mal, ni lo uno ni lo otro, para aprender que ya tenía suficiente de
llevar mi cuerpo al extremo. Respeto del todo cualquier técnica que pueda
ayudar y des de luego que, a mí, esas dos experiencias me enseñaron algo
importante que agradeceré siempre, me prometí que a partir de ese
momento lo aprendería todo a base de caricias. Ya bastaba de lo que yo
entendía como mal trato personal y de ponerme al límite, física y
mentalmente para conseguir encontrarme. Respeto a quién lo necesite,
como lo necesité yo en su momento, pero eso ya no va conmigo. Te hablo
de mi experiencia. En ningún caso digo que esté bien o mal. Que cada uno
sienta lo que le vaya mejor. Confía siempre en tu criterio.

Poco después soñé con el Machu Pichu. Era un sueño absolutamente real.
Me veía allí, a la salida del sol, con un grupo de personas vestidas con los
típicos ponchos. Todos con los brazos abiertos, entonando cánticos. Aquella
misma mañana, en casa de mi hermano pequeño, leí una contra en el
periódico sobre una mujer chamán que organizaba viajes iniciáticos a Perú.
De nuevo, supe que tenía que sobrellevar el miedo e ir, fue un viaje
precioso.

Allí, mis maestras me enseñaron cómo funcionan exactamente los espejos,


me dieron unas cuantas técnicas que ponía en práctica con muchísima
dificultad, era duro ver en el otro lo que no conocía ni aceptaba de mí. Lo
verás más adelante, deseo que disfrutes de los espejos.

Así es que, se me despertaron memorias de niñez cuando interactuaba con


el grupo, el miedo a ser excluida, el miedo a no encajar, el miedo al rechazo
y quedarme sola, me transportó a la escuela con todas aquellas sensaciones
tan intensas. Tuve varias crisis interiores en ese viaje que, fui superando
siempre con mi Animal de poder y el sonido de los tambores en todo
momento, y a veces con ayuda externa sobre todo de una amiga a quien
también enredé para viajar. Allí interactuamos con diferentes chamanes, de
todos aprendí muchísimo, pero sobre todo volví con la profunda convicción
de que los vuelos que realizaba, eran reales y que algo pasaba en mi cada
vez que escuchaba los tambores y me movía al mundo de arriba y de abajo.
Llegaremos y te lo mostraré.

Por aquella época yo ya tenía una pequeña consulta de terapias, donde iba
aprendiendo de mis pacientes, ellos me llevaban a auto indagar más para
poder ayudar, porque lo que entendí con los maestros y chamanes con los
que me crucé, es que es más fácil ayudar cuando te sientes cómoda en tu
propia sombra, tienes que conocer toda tu porquería y sentirte bien en ella,
no puedes obviar nada de ti, solo así puedes interactuar y ayudar a otras
personas. Básicamente porque parece poco efectivo que te enseñe a nadar
alguien que no sabe hacerlo.

Dicen los Ancestros que cuando una sombra está totalmente iluminada deja
de ser y es cuando puede mostrar todos los talentos que hay escondidos en
ella. Y yo tenía claro que quería iluminar mi sombra. Ya estaba
encaminada a ser feliz y en terca no me gana nadie.
A los pocos meses de volver del viaje a Perú, mis Maestras me dijeron que
tenía que empezar a enseñar todas las herramientas que había aprendido y
que tenía que enseñarlo con las técnicas chamánicas, tal como había
evolucionado yo. La verdad es que la propuesta me pareció genial, unir las
herramientas chamánicas más fáciles con el montón de ejercicios que me
habían hecho practicar durante ese tiempo y que me habían ayudado
tantísimo.

Pregunté cómo hacerlo y me fueron dictando la formación. Fueron unos


meses de ordenar y recordar todo lo que había hecho y practicado en mí. A
veces solo eran ejercicios conocidos, como meditaciones o visualizaciones,
que al hacerlas con el sonido del tambor y en el mundo de arriba o abajo,
ganaban un extra de vibración que los volvía impresionantes.

Un buen día, estaba pensando en qué nombre ponerle a la formación y me


susurraron: Kora-ki. Ese era el nombre de la técnica que había creado para
ayudar a las personas que acudían a mi consulta, pero esa historia te la
contaré en otra ocasión. Kora-ki, significa cuervo y es el tótem que aporta
sabiduría, inteligencia y conexión interior con nuestra más profunda
conciencia, para buscar respuesta a todo. Algunas tribus norteamericanas, al
cuervo, le dan la propiedad de llevar las almas a la luz. No me podía parecer
mejor nombre para una formación con fondo chamánico. Así que, ya lo
tenía todo y era muy emocionante.

En efecto, me pareció apasionante y apareció el miedo escénico más grande


que he sentido nunca, se cerró el estómago, se activó la química de mi
cuerpo y apareció la negación. ¡Yo no haría nunca eso! Punto. Pero me
trabajé ese miedo con las técnicas que aprenderás aquí, y sí, lo hice, me
decidí a enseñar Kora-ki. Y, cuando creía que ya lo tenía todo listo, me
hicieron quemar todo lo que había recopilado. Casi me da un infarto. Era la
manera que tenían las Abuelitas, (mis maestras) de enseñarme a confiar. ¿Te
he dicho ya que son unas cachondas? Pues eso.
Mi más profunda convicción es que el mundo cambiará
cuando cambien los seres humanos que lo habitan.
Por lo tanto formé el primer grupo. Disponía de un montón de material, (en
mi cabeza) entre lo que había experimentado a título personal, junto con
información que había ido canalizando de mis Maestras las Abuelitas, te
hablaré de ellas, son lo más. Fue una experiencia mágica. Inolvidable. Ese
primer grupo y yo evolucionamos juntos, y nunca olvidaré a cada uno de
los que se prestaron a experimentar con aquella maestra en prácticas.
Crecimos juntos, vaya si lo hicimos.

Empezamos, a ciegas y con la única seguridad que todo iría bien. Cada
noche, antes de la formación, las Maestras me decían qué teníamos que
trabajar y nosotros simplemente lo hacíamos. Así es como nació la
formación Kora-ki. Ellas me recordaban ejercicios que ya había practicado
en mí y que funcionaron de maravilla y le dimos forma al aprendizaje
módulo a módulo.

Desde entonces, ya son muchas las personas que han obtenido un mayor
grado de autoconocimiento, encontrado una ruta de calma interior que las
ayuda a vivir como siempre habían querido y conseguido allanar su camino
hasta la felicidad.
Conociéndote interiormente, aprenderás cuáles son los miedos que te
limitan, las angustias que te frenan, las tristezas y las rabias que acumulas.
Mirándolas, y practicando, podrás transformarlo todo. Te doy mi palabra.
Aprenderás sin juzgarlas, mientras sacas a la luz el amor que hay en ti, bajo
mil capas, en cada rincón de tu cuerpo. Te permitirás integrarlas, este no es
un trabajo que harás deprisa. Tampoco significa que tenga que llevarte
mucho tiempo, pero como cualquier buen guiso requiere fuego lento, y
luego, deberás masticar con calma y degustar cada momento para poder
digerirlo bien. Si lo piensas, la calma, tiene su punto.

Descubrir quién eres en realidad y cómo te mueves en tu mundo es un


trabajo tranquilo que requiere entrega. La impaciencia no te servirá de nada
aquí. Aunque saldrá a menudo, créeme. No es una cuestión de esfuerzo sino
de dedicación. Quieres amarte, ser feliz y que tu vida sea lo más fácil
posible, ¿verdad? Pues deja que la técnica te lleve, macérate en ella,
conviértela en una forma de vivir y añádele todo lo que sume. Hazla tuya.
Porqué de hecho es para ti.

Por lo que he ido viendo, siento que hay tres tipos de personas: las que se
transforman al instante, hacen un clic y encuentran lo que buscaban; las
que se transforman por acumulación, paulatinamente, paso a paso, y las que
se transforman retroactivamente, miran atrás, se dan cuenta donde están y
donde estaban antes ya no les importa. Pero seas tú del tipo que seas, el
cambio te encontrará. Confía en mí. En él. O, mejor aún: en ti.

Lo que aprenderás requiere de un gran nivel de creencia, pero no en la


herramienta o los ejercicios, sino en tu capacidad de conseguirlo. No
necesitas creer en esto para que funcione, lo hará de todos modos, puede
que más lento, pero lo hará. Por ejemplo, el vuelo abstracto gracias al
sonido del tambor, hace miles de años que existe, contigo o sin ti. Pero
cuando crees en algo, pones tu interés, y el interés hace que te impliques, y
si te implicas prácticas, y la práctica hace al maestro. No la teoría: la
práctica.

Qué es esto y qué te va a aportar


Según las Abuelitas, mis Maestras, los orígenes del chamanismo o las
prácticas espirituales de este tipo, comienzan en Siberia. Hace miles de
años, los antepasados (y con ellos sus chamanes) cruzaron el estrecho de
Bering entre Asia y Alaska, cuando se formó un puente glaciar, hace más de
12 mil años y desde allí se extienden y se van particularizando.

Según el lugar y su fauna, flora y las condiciones meteorológicas, se


especializan y sus practicantes crean y usan métodos concretos que
perduran en el tiempo, más allá de su propia existencia, casi inalterables.
Puede que en vez chamanismo debiera llamarse chamanidad. Hay quien
afirma que es la primera de las religiones, el origen de todas. Yo, no sé qué
decirte. Para mí es un conjunto de técnicas específicas, que personas de
diferentes etnias y culturas alrededor del mundo, fueron descubriendo y
practicando simultáneamente. Por lo visto hay muchas similitudes entre
ellas, por lo que se agrupan bajo el mismo nombre, inventado vete a saber
por quién… Pero bueno, yo lo llamo chamanismo porque así me lo
enseñaron y me parece una forma más de expresarlo.

Así es que, los primeros homínidos tenían muy desarrollada su


perceptibilidad sensorial, básicamente porque no tenerla podía costarles la
vida, y usaban la naturaleza para sobrevivir. Eran sostenibles sin siquiera
proponérselo. Tomaban y daban en equilibrio, —por suerte, vamos a volver
a eso— con el paso del tiempo y la evolución se juntaron en tribus y
comunidades, y fueron avanzando hasta lo que ahora somos.

Junto con los modus supervivendi de cada tribu, aparecieron los sistemas de
sanación. Fuera cual fuera la rama o método, las personas que los crearon
tenían un nivel distinto de percepción. Eran, en cierto modo, mucho más
sensitivos que el resto, en todos los aspectos.
Eran sensibles a formas de energía mucho más elevadas, y recibían la
información en forma de dictados, o intuiciones de las que no dudaban
nunca. Ellas eran capaces de ver, percibir y / o sentir y sabían que todo el
mundo podía hacerlo.

Parece que había un vínculo muy claro entre la capacidad de estas personas
y la eficacia de sus métodos. Como si con este talento natural se movilizara
una cierta actividad energética. Las mujeres, por ejemplo, sabían conectar
muy fácilmente con los espíritus de la naturaleza, sin embargo no era un
trabajo exclusivo de ellas. Y aunque parezca que estoy hablando de hechos
pasados, ten en cuenta que todo esto aún es vigente hoy. Aquí y ahora.

Podríamos decir que el chamanismo es, en parte, este conjunto de técnicas


de curación que se transmiten de forma oral y se aprenden de dos maneras:
a través de un chamán, maestro o mujer medicina que inicia al aprendiz, o
directamente de los Maestros de otras realidades.
Parece ser que el objetivo de estas prácticas siempre era, es y será el mismo:
conseguir una relación espiritual del ser con sus ayudas, Animales de poder
o Maestros, y hacer que los espíritus estén con ellos, para traer información
que asista al individuo y a la comunidad de forma real y eficaz.
Estas personas sabias de las tribus, se conectaban con los espíritus de la
naturaleza y con sus guías para saber qué hacer, puesto que se sabían y se
saben parte de un todo mucho más grande, y entienden qué es y qué
significa formar parte del gran Misterio. Aprovechaban y aprovechan
todas las herramientas a su alcance, incluso el sueño, para ser UNO con el
TODO. Se conectaban con la tierra, el agua, el fuego o el viento para
pedirles donde podían encontrar agua, alimento vegetal o animal, lugares
idóneos donde descansar y espacios donde establecerse en función de la
época. Sabían y saben cómo, cuándo y por qué la naturaleza les habla y les
informa. Aprendían a curar siguiendo los dictados de sus Maestros de otras
realidades o con los espíritus o comunicándose con el cuerpo celular de la
persona que pedía curación, ¡toma ya! A mí me pareció brutal. Podían ser
lluvia y ser viento, ser tierra y ser fuego: se transformaban y siguen
haciéndolo. No se a ti, pero a mí esto, a día de hoy y después de todo lo
visto, aún me alucina.

Durante muchos siglos, estos conocimientos han sido custodiados con celo,
pero de unos años para acá están abriéndose al mundo, para enseñar a quién
quiera aprender, cómo conseguir conectar con el propio nagual, el alma.

Los estudiosos del tema aseguran que los chamanes y mujeres medicina, los
brujos y las brujas, logran seguir este camino de autoconocimiento y ayuda,
alterando el estado de conciencia, y lo hacen de muchas maneras: con
brebajes y respiraciones, con cantos, con sonidos, músicas monótonas y
constantes o danzas, dejando extenuada la mente y el cuerpo, o relajándose
hasta dejar de sentirlo. Tú aprenderás a hacerlo mucho más fácil: con el
sonido del tambor, el que comunica y reconecta con la esencia. Es el
sonido de tu corazón y del de la tierra. ¿Puedes notarlo? Cierra los ojos y
siéntelo ahora. Tu corazón está aquí.

¿Pero a qué me refiero con alterar el estado de consciencia?


El estado de conciencia determina la percepción y el conocimiento del
mundo individual y del mundo que nos rodea. La percepción es el primer
conocimiento de las cosas mediante las impresiones que transiten los
sentidos: es la capacidad de recibir información a través de imágenes,
ruidos, sensaciones o efectos externos.
Observas tu entorno, lo decodificas y le das un sentido. En un estado
normal de conciencia, solo puedes percibir una pequeña parte de la
inmensidad que hay a tu alrededor: la que te permiten tus sentidos. Se
podría decir, por ejemplo, que miras gracias a tus ojos, pero en realidad no
ves demasiados detalles.

Tus ondas cerebrales, en este caso son beta. Se producen cuando el cerebro
está despierto e implicado en actividades mentales. Este estado permite
pasar, de una acción a otra, sin prestar mucha atención a los detalles que no
tengan que ver con las acciones que se llevan a cabo. Percibes, solo lo que
es necesario para el momento concreto: como hablar, estudiar, pensar,
plantear un discurso....
En realidad están pasando muchas más cosas a tu alrededor, pero en estado
beta te fijas, de forma consciente, solo en una franja. Aunque tu cerebro
recopila toda la información.

Ahora bien, cuando alteras tu estado de consciencia puedes ver más de lo


que parece a simple vista. Puedes ser consciente de información más
precisa o más amplia, eso es lo que se hace con hipnosis, por ejemplo,
modulando las ondas cerebrales se consigue llegar a información más
detallada de sucesos concretos.

Pero cuando hablamos de alterar el estado de consciencia con el sonido del


tambor, lo que es bonito de verdad, es que conectas con la información de
tu alma. Esa voz que pasa desapercibida porque hay demasiado ruido.
Créeme te interesa estar en conexión con tu alma y no con tu ego. Sino
todo el tiempo, todo el que sea posible.

En efecto, puedes conectarte con tu alma, adentrarte en un montón de


lugares y obtener una percepción mucho más amplia de la realidad.

Alterando el estado de conciencia se logra conectar con otras dimensiones


que interactúan con la nuestra. Mundos paralelos que existen igual que lo
que ves y te parece tan natural. En un estado alterado de consciencia tus
ondas cerebrales se mueven diferentes. En el caso que nos ocupa, las ondas
del tipo theta, con una amplitud más ancha, nos permiten adentrarnos
conscientemente en esos «estados vibracionales» theta, donde podremos;
por un lado, acceder a niveles profundos del subconsciente y, por otro,
inducir a una reorganización de las conexiones, mientras nos movemos por
distintas realidades paralelas. Esto significa que podríamos entender de
forma lúcida, el contenido traumático reprimido en el subconsciente,
reorganizar las redes neuronales que unieron y almacenaron esas respuestas
ante las situaciones de la vida, y cambiarlas drásticamente para mejor.

En resumen: alterar el estado de conciencia es clave para alcanzar los


resultados de bienestar que buscas. Y hay muchos métodos para hacerlo,
pero aquí vas a aprender a usar el sonido del tambor chamánico.
A pesar de que los sabios y místicos del mundo hablan de estas cosas desde
hace muchas vidas, no siempre es fácil incorporar sus prácticas en el mundo
moderno, pero cada vez con más frecuencia se elaboran métodos para
integrarlas.

Estas técnicas ancestrales permiten despertar nuestra capacidad innata para


sanarnos a cualquier nivel, conseguir equilibrio, amor propio, respeto
absoluto, ser uno con el todo, y tener una mente amable, que es la que está
conectada con el alma.
A lo largo del libro te iré mostrando diferentes testimonios de personas que,
como tú, querían dejar de buscar. Me parece bonito que veas que no
necesitas tener ninguna habilidad especial para transitar el camino que te
propongo y sentir que no vas en soledad.

Joana, se sintió agradecida de notar que, después de muchos años de


preocuparse SOLO de los demás, ahora podía funcionar de otra manera sin
dejar de ser ella. Me decía emocionada:
- Es tan revelador y sanador ver que administro mi vida de forma tan
diferente, con calma y expresando lo que siento y pienso, con confianza
en mí misma y sin ponerme la última de la lista.

O Natalia, que de madrugada no pudo esperar a escribir para decirme algo


tan bonito como esto:
- No sé cómo expresar el amor que siento por mí en este momento y lo
más bonito es que se que ¡es para siempre! Nunca, nunca, nunca
habría imaginado llegar a conocerme así. Soy inmensamente feliz.

Nuria, que siente una certeza enorme:


- Ahora cuando tengo que seguir mi instinto sin lugar a dudas, en mi
interior hay algo que me dice si me tengo que tirar a la piscina o no, y
no dudo.

¿Te imaginas poder sentir esa certeza y paz interior? ¿Imaginas como debe
ser amarse tan profundo? ¿Puedes comprender, como es vivir con esa
confianza en ti y en la vida? Sus historias personales, no difieren mucho o
nada de la tuya, te lo decía al principio, nada de tu pasado, por duro que sea,
tiene la potestad de dominar tu vida, a no ser que tú se lo permitas, y digo
yo, que ya no quieres. ¿Cierto?

Te hablo de ganar seguridad, pero no solo mientras haces la formación o


prácticas este libro, eso sería muy sencillo: hablo de una confianza que te
acompañe siempre.
Con Kora-ki aprenderás a hacer posible el cambio dentro de ti, y poco te
importará si se nota fuera, pero lo hará. Lo que aprenderás aquí, aviso voy a
ser muy pesada, es a conocerte mejor a través de unas técnicas concretas y
muy acotadas, que hace mucho que se usan y lo fusionaras con técnicas de
crecimiento personal para que puedas entenderte en toda tu dimensión; tu
parte más egoica, la más mental, la más sensorial y aprovechar al máximo
los potenciales de cada una de ellas y entiendas que esas partes solo son
olas que pasan, nada más. Debajo de eso, estás tú.

Serás pues, un/a practicante de chamanismo haciendo un


curso de crecimiento personal.

He visto y sé, que compartir, cooperar y fusionar es el presente. Y así es


cómo vivo en paz. Lo que pretendo con esta formación es que salgas de la
versión nerviosa e hiriente de tu mente a una más amable, calmada, capaz
de apartarse para que puedas sentir y escuchar a tu alma, que es la que
sabe cómo llevarte a vivir en paz y armonía.

A mi modo de ver, el mundo, tal y como lo conocemos no podrá subsistir si


no hay un cambio de conciencia profundo. Pero hay ganas de cambio. Son
muchas las almas que gritan de mil formas y hacen que los individuos se
muevan a un estado de conciencia superior. Nos están empujando a
amarnos, ¿te lo puedes creer?
Si estás haciendo esta formación o leyendo este libro, estoy segura que una
de ellas eres tú. Nada es porque sí. Nos amo.

Vamos a empezar esta aventura en breve y quiero dejarte aquí este código
QR.
En él tendrás los audios de los que te hablo en este libro, es probable que
vaya añadiendo más. Yo también voy aprendiendo cosas nuevas que me va
a encantar seguir compartiendo contigo. Así es que… ¡empezamos!

https://www.raquelpuig.com/llibre-qr/
PRIMERA PARTE

APRENDE E INTERACTÚA CON


TUS AYUDAS
«Las ceremonias sagradas no pertenecen solo a los nativos americanos, pueden ser realizadas por
todos los que tienen la actitud correcta y son honestos y sinceros acerca de sus creencias en Wakan
Tanka (Gran Espíritu) y siguen las reglas. La supervivencia del mundo depende de compartir lo que
tenemos, trabajando juntos.»
Frank Fools Crow, Teton Lakota

Como dije, el chamanismo es un conjunto de técnicas que se transmiten de


Maestro a alumno. Sirven para traer información veraz y útil a quién la
demanda. Es la relación espiritual de una persona con sus ayudas etéricas.
Se dice que cuando los espíritus están contigo, puedes obtener información
para sanar, evolucionar y trascender.
Lograr poder chamánico significa vivir una experiencia de muerte y
renacimiento. Olvidar la personalidad, eliminar los hábitos que hacen al yo,
prescindiendo de la cháchara mental. Ser capaz de quitarte de en medio y
dejar que tu alma desarrolle la conversación. Morir de ti y renacer en algo
más grande que la personalidad, algo parte del todo y aún así seguir siendo
tu. No te angusties, seguirás llamándote igual y seguirás viviendo tu vida, si
así lo decides, pero tendrás la capacidad de tomar acción. No me dirás que
no te entusiasmas con la idea de dejar de ir sin rumbo. Morir de tu yo
agonías y renacer en un yo de buen rollo. Una vez más, todo está bien.

El chamán es el que ve en la oscuridad, la oscuridad de su propia sombra.


Conoce todos sus rincones, los acepta y ama profundamente. Así es como te
ayuda. Se comunica con todo lo que hay en el universo y lo utiliza para
llevar a su vida los aprendizajes de estos Maestros. Ser chamán es,
además, poder interactuar con todo lo que tiene vida: flora, fauna y
elementos de la naturaleza. Es el que, a través del espíritu, habla con el
alma y se ayuda de ella para sanar el cuerpo y la mente.
Los chamanes se sanan a sí mismos (y ayudan a otros) de muchas maneras.
Moviendo obstrucciones energéticas, eliminando intrusiones, encontrando
centro y equilibrio, y armonizándose. Tú también lo harás, porque lo
haremos fácil. Pero con esta formación no te convertirás en chamán: serás
practicante de chamanismo y despertarás a tu maestro interior, que está ahí
esperando a que espabiles.

Las técnicas chamánicas sirven para fomentar la relación espiritual del ser
con sus ayudas, ya sean Maestros, Animales de Poder, Guías… Las hay de
mucho tipos, quizás tantas como chamanes o tribus. Tú, durante todo el
curso (y ojalá se convierta en una parte de ti), usarás el vuelo abstracto a
través del sonido del tambor chamánico.
Y, ¿Qué es el vuelo abstracto?, te estarás preguntando... Pues llamamos
vuelo abstracto a atravesar la realidad que puedes tocar y ver e ir a
dimensiones paralelas. Te lo dije: hay otras cosas aparte de las que ven tus
ojos. En estas otras realidades hay infinidad de seres y energías
compasivas dispuestos a ayudarte a entender quién eres de verdad y cómo
puedes vivir una vida tranquila donde todo esté bien. Recuerda, lo haremos
fácil.
Su único propósito es ayudarte a recordar tu propia luz. Los maestros y
guías siempre están trabajando codo a codo con tu alma, aunque tú no
tengas consciencia de ello. Siempre ayudan, te des cuenta o no (aunque es
realmente hermoso darse cuenta), y siempre respetan tu ritmo. Algunos los
llaman ángeles, otros, guías; aquí los llamaremos Maestros y Animales de
poder. A menudo tengo la sensación que todo es lo mismo explicado de
maneras diferentes… Y todo está bien.

Vuelo abstracto, realidad ordinaria y no ordinaria


Pero, ¿qué es hacer un vuelo abstracto?
Seguro que, en alguna ocasión, has soñado mientras dormías, ¿verdad? Y al
despertar, posiblemente a veces, incluso recuerdas lo que soñaste, ¿no? ¿Y
nunca te las preguntado donde transcurre el sueño mientras tu cuerpo está
acostado en la cama? ¿O qué pasará con la consciencia de ser tú, cuando
mueras? ¿A dónde irá a parar?

Volar o hacer un vuelo abstracto significa que una parte de ti, sale del lugar
donde estas físicamente y va de forma consciente a otro lugar, parecido al
de los sueños. Unas páginas atrás te explicaba que los sabios de las tribus
recibían información gracias a su sensibilidad, ¿te acuerdas? Y, ¿de dónde
crees que provenía esa información, quién se la daba? Ya hemos dicho que
de los Maestros, los Animales de poder y los espíritus de la naturaleza, pero
¿dónde encontramos a estos seres?

La tradición nos dice que hay dos realidades: una realidad ordinaria (en la
que vives) y otra NO ordinaria, con tres mundos paralelos, el mundo de
arriba, de abajo y de en medio.
Los mundos de arriba y abajo se ubican totalmente en la realidad NO
ordinaria, una realidad etérica y el mundo de en medio, en la realidad
ordinaria, la más tangible, aunque también guarda características de
realidad no ordinaria.
Todos los seres de los que hablábamos antes están en la realidad NO
ordinaria, un espacio que lo une todo y que contiene infinidad de
dimensiones paralelas, ni se sabe cuántas. Estas dimensiones conviven al
mismo tiempo, se solapan e interactúan.
Un chamán experimentado puede ver todas a simple vista, e ir de un lado al
otro sin demasiada dificultad. Y tú, si quieres, también lo harás, porque
puedes. Te pongo un dibujo de los que hacemos en clase:
Aunque ahora mismo no eres consciente, la realidad NO ordinaria, está en
todas partes. Imagina que además del mundo que conoces hay otros
espacios paralelos, cada uno de ellos con información.
Por la realidad NO ordinaria te moverás usando los sentidos, pero no los 5
sentidos que conoces, sino otros como la clarividencia, la clariaudiencia, el
clariconocimiento o la clarisensibilidad, y sobre todo aprenderás a escuchar
la intuición, que es la voz del alma.
De momento, esto puede parecer un poco complicado de entender
conceptualmente. Pero lo harás, porque lo haremos fácil. Te juro que si yo
lo he hecho tú también puedes.

A medida que te vas adentrando en los diferentes mundos de la realidad NO


ordinaria y vas practicando el vuelo abstracto, puedes ir subiendo de nivel
perceptivo y ampliando la visión. Esta ampliación de la visión en la
realidad NO ordinaria, se traduce en una comprensión más extensa de tu día
a día. Te permite estar atenta a un nivel mucho más interesante, viendo qué
hay detrás de las cosas que te pasan. Y cambiando tu percepción de ellas,
puedes crear para ti una vida muy tranquil.la.

Imagina que estás en una habitación, tú la percibes pero no la ves. Cuando


empiezas a hacer trabajo interior es como si en esta habitación se
encendiera una luz, pequeñita al principio. De repente, ves un poco, y te das
cuenta de que hay algunos muebles. Aún no eres consciente de toda la
habitación, pero ahora ya sabes que hay algo más de lo que veías antes.
¿No?
A medida que enciendes otras luces, vas viendo más y más, y puedes fijarte
que quizás las paredes están desconchadas, o las ventanas rotas, tal vez
muchas partes deterioradas… También puedes ver maravillosos muebles y
preciosas cortinas… Quizá que te ofusques con el trabajo que vas a tener a
partir de ahora, a veces, incluso caigas en la tentación de apagar la luz e
irte… Pero, claro, uno no se puede ir de sí mismo.

Entonces recuerdas que ver, siempre te da la posibilidad de arreglar aquello


que está dañado, y que aunque a oscuras no lo verías, seguirías notando los
efectos. Y es precisamente gracias a esas consecuencias como comienza el
viaje interior.

Por otro lado, cuando una parte de ti sale del cuerpo y cambias de realidad,
tu frecuencia de vibración aumenta. Así, paso a paso y sin darte cuenta,
aumenta también tu nivel de conciencia, lo que implica que tu energía
también aumenta y tienes más cantidad disponible para tu día a día.
Más energía significa más niveles de poder operativo para tu conciencia:
eso representa más poder interior, y más autoestima, auto aceptación, menor
duda, menos dolor, menos drama.
Hacer vuelos abstractos, pues, te aporta dos cosas importantes:

Aumentar tu vibración y conseguir más poder interior para el día a día


Interactuar con tus Maestros y conseguir, además, información útil para la vida.
Con la práctica podrás ver niveles de percepción muy profundos y puedes
llegar a ser capaz de estar entre la realidad ordinaria y la NO ordinaria sin
ningún problema y de forma simultánea. Con el tiempo… y la práctica,
(recuerda: es la práctica la que hace al maestro, no la teoría)
Permitete que se convierta en un hábito, que se instale a vivir contigo, y
observa cómo tu mundo interior cambia por completo. Es una auténtica
gozada, quiero que lo vivas porque, tú, vales mucho.

En la realidad ordinaria registras el mundo usando el nivel más básico de


los sentidos y de las creencias sociales. Si no lo ves no lo crees. Esta,
funciona a través de la mente conectada con el ego, el yo personal. Alguien
que solo ve la realidad ordinaria no ve más de lo que parece que hay a
simple vista, solo valida lo que puede constatar, ya sea porque lo ve o lo
puede tocar, ya sea por sus creencias personales o su sistema de valores …
Pero no los valida porque sean ciertos: simplemente lo hace por costumbre.

Un ejemplo: ¿crees en la muerte? Tú me dirás sí, claro, he constatado un


montón de veces que la muerte existe. Ahora bien, si te pregunto ¿qué hay
después de la muerte? ¡Ah! Entonces escucho infinidad de respuestas, todas
aceptables, da igual la que creas tú, pero estarás conmigo que las crees por
afinidad a tu sistema cultural o por inercia, no porque tengas la certeza en
primera persona. Sencillamente das por buenas esas creencias sin rechistar.

Alguien que solo percibe la realidad ordinaria, no podrá entender que haya
algo más que lo que se puede ver o tocar y que encaje en sus creencias más
profundas. Tú eres alguien que solo ve la realidad ordinaria, pero si estás
leyendo este libro es porque tienes el pálpito que hay algo más. O eso
espero, porque veo que no has tirado el libro por la ventana y sigues aquí...

Seguimos. El nivel de procesamiento de datos, en el sentido de percepción


que tienen las personas en la realidad ordinaria, es muy básico. El más
básico de todos, de hecho, por eso es el primero en la escala de percepción,
y también el más denso. El objetivo de todo lo que aprenderás aquí es
ampliar el campo de visión para que puedas ver en vez de mirar. Si ves,
podrás fijarte que hay ideas obsoletas dentro de ti; si ves, podrás observar
que hay otras maneras de ver y vivir la vida que no son nada encorsetadas;
si ves, podrás captar energía a tu alrededor; porque si ves… Puedes.

En la realidad ordinaria impera el ego.


En la realidad NO ordinaria impera el alma. Tenemos la realidad
ordinaria, que es lo
que ves habitualmente y la realidad no ordinaria que de momento no la ves,
pero está. Hasta aquí, bien, ¿no?
Práctica a práctica, con dedicación y a fuego lento, serás capaz de salir de
una realidad y te adentraras en otra con igual facilidad. En nuestro caso, tal
como ya te he dicho, lo conseguirás a través del vuelo abstracto, cambiando
tu frecuencia vibracional al alterar tu estado de conciencia gracias al sonido
del tambor.

No te preocupes por esta parte de la teoría, verás que cuando te cuente


como llevar a cabo la práctica te resultará muy fácil.

Según el conocimiento ancestral, la parte de ti que vuela es una muy


específica. Pero déjame que primero te explique cuáles son las partes del
ser.

Hay una parte evidente: el cuerpo, la carcasa que ves y consideras tú.
Aunque estás muy identificada con tu parte física, eres más que eso, te
habrás dado cuenta. En el momento de creación máxima, las primeras
células se empiezan a multiplicar y van creando el cuerpo que tendrás; al
poco tiempo, entra en acción otra pieza del puzle, hacia el día 49: el
espíritu, accede por la cabeza y baja por la columna del feto llenando todo
el cuerpo de energía e insuflándolo de vida. Ahora ya podemos decir que
eres un ser completo en la tierra. ¡Bienvenido!

Con el tiempo, y a medida que avanzas por la vida, vas creando una
personalidad con la que te identificas, el ego. También es parte de ti. Todo
ello está envuelto, macerado o insuflado de alma. Esa energía vital que lo
une todo. Todo tiene alma, todo tiene espíritu. No todo tiene cuerpo ni ego.

Tenemos que eres un cuerpo, un espíritu y un ego, y un pedazo de alma,


todo al miso tiempo. Todo eso eres tú aquí. Y además formas parte de la
Gran Alma.

El cuerpo, con el ego i la mente, conforman tu yo personal. No hace falta que te


diga más, creo.
El espíritu, es tu yo impersonal. Tu parte de alma. La energía que entra y sale,
cuando naces y mueres. Tiene la información psíquica de tu vida y el recuerdo de
todas tus vidas anteriores y posteriores. Si, ya sé que es raro.

El alma, es tu yo superior. Sin ella no hay nada. Y forma parte de la Gran Alma.
El espíritu, es la energía que te da vida a ti, el alma nutre al espíritu. La
Gran Alma lo engloba todo. Lo sabe todo, lo tiene todo y lo es todo.
El alma es amor puro. Contiene todo lo que somos, hemos sido y podemos
llegar a ser, no solo en la tierra sino como energía. Y cuando ya no seamos
nada, seguirá existiendo. Es un ente energético vivo y su razón de ser en el
universo, es vivir la experiencia de la tierra.

Es ese lugar en ti que no siente dolor ni enferma, no cumple años ni muere.


Ella, vive la experiencia sin etiquetarla como lo hace la persona. Para el
alma todo lo que vivas está bien, todo forma parte del juego.

Aunque aún no lo sepas, en el fondo, aspiras a conectar plenamente con esa


parte que lo sabe todo. La Gran Alma o Gran Espíritu, contiene todas las
almas y por tanto tiene toda la información de todas las vivencias y
posibilidades de cualquiera de las personas que han habitado, habitan y
habitarán la tierra. Pero en cada parte de ti, tanto el cuerpo (yo personal)
como en el espíritu (yo impersonal) como en el alma (yo superior) está el
TODO, la Gran Alma/el Gran Espíritu en todo momento.

Tú eres todo: eres el cuerpo, eres el espíritu y eres el alma. Ya eres esa
partícula divina experimentándose a sí misma a través de ti.
Todo este follón para contarte que el espíritu, es la parte de ti que hará el
vuelo abstracto. Te dejo un dibujo:
Cuando alteramos el estado de conciencia para hacer un vuelo abstracto, la
parte que toma más presencia es el yo impersonal (espíritu) que se conecta
con el yo superior (alma), para entrar en las realidades no ordinarias, a la
vez que entramos de lleno en nuestras profundidades, un lugar excepcional
lleno de oportunidades. Te va a encantar.

Recuerda: el alma tiene mucha más información que el espíritu, pero es a


través de este, que ella se comunica con el yo personal, o sea tú.
Aprenderás a escuchar su voz a través de tu espíritu mediante el vuelo
abstracto. Y te interesa tener una muy buena conexión con ella, puesto que
es la que todo lo sabe y quiere que despiertes.

La energía espiritual que baja con el cuerpo, el espíritu, solo contiene mente
y conciencia. El problema es cuando esa mente solo se identifica con el
cuerpo y no deja escuchar la conciencia. Aquí es cuando nos enredamos en
luchas, miedos, sabotajes y bloqueos…

Resumiendo: cuando hacemos un vuelo abstracto, se mueve tu conciencia


espiritual que se conecta con tu conciencia del alma y te permite ver más
allá de lo que tus sentidos dicen que existe.
Puede que creas que esto es muy complicado y que tú no lo sabrás hacer. Te
aseguro que puedes, pero te entiendo.

Si es así, tengo algo importante que decirte; por si no lo sabías, todos


nacemos con la capacidad de ver más allá de nuestra nariz.
De hecho, los niños ven mucho más que los adultos; el tema es que cuando
ven, no tienen vocabulario para hablar, y cuando lo tienen, no le damos
validez a lo que ven, porque nosotros ya hace mucho que dejamos de verlo.
Y, así, poco a poco, vamos desentrenándonos.

Te ilustro este punto con una experiencia divertida:


Un día estando en la tienda de comestibles, había un chiquillo de no más de
dos años con su abuela, que le hacía niñerías y él se reía. Ambas
esperábamos nuestro turno. Yo estaba con un dolor de cabeza de esos
intensos y decidí pedirle a mi Animal de poder que me ayudara. Le pedí que
se pusiera en mi cabeza y aligerara la carga mental. Claro, lo hizo. Yo
estaba disfrutando del alivio y al momento escuché al pequeño decir algo
así como, «eón» «eón», la abuela le dijo, —no cariño, eso no es un león, es
una chica…— Bueno, ahora ya sabes qué Animal de poder tengo, ¿No? El
pequeñín, también.

Tienes que saber que, nada de la realidad NO ordinaria aparecerá porque tú


lo crees, no se inventa ni se creará debido a que tú lo desees. Lo que verás
son realidades ancestrales que ya existen y por eso las puedes ver, por lo
tanto si ya están, solo tenemos que hacer algo diferente para percibirlas. En
el caso que nos ocupa, alterar el estado de conciencia con el sonido de los
tambores chamánicos. Rápido y fácil, ya verás, todo está bien. De nuevo,
no te abrumes por la teoría.

En todo caso, una vez que estés en la realidad NO ordinaria, hay diferentes
maneras de percibir; pon atención aquí porque en esto es donde se atasca
más gente. Quizá veas imágenes o percibas sensaciones; quizá sean
palabras o expresiones, no te preocupes por la forma, es lo que menos
importa. Intuye. Solo eso, intuye y dalo por bueno sin muchos rodeos. De
lo que se trata es de activar tu intuición, que es la voz del alma.

Mantén la calma, como te decía, llegas a este mundo con la capacidad de


ver, de hecho ya estás viendo mucho más de lo que imaginas, pero tu mirar
se da a un nivel no consciente. Aunque se sabe que el cerebro almacena más
información de la que en realidad nos parece ver, no somos conscientes de
la gran cantidad de información visual y perceptiva del entorno que este
recoge todo el tiempo, puesto que sucede a un nivel subconsciente. Lo que
queremos es ver, no solo mirar. Y a ello vamos.

¿Recapitulamos? Hay dos realidades una tangible, realidad ordinaria y una


intangible, realidad NO ordinaria.
Las respuestas que te llevarán a donde quieres llegar, vienen de la realidad
NO ordinaria. La parte de ti que va a la realidad NO ordinaria es el espíritu,
conectado con el alma, y es desde esta conexión que cambiarás para
siempre tu percepción de la vida. Practica, busca un momento cada día para
dedicarlo a ello. De ti depende no dejar esta información en un cajón, como
una teoría más.
¿Sabes? Puedes hacerlo. Puedes igual que he podido yo, e igual que lo están
haciendo otros. No me cansaré de decírtelo, te vas a hartar de leerlo y no es
casual, te lo voy a decir tanto, porque quiero que cale en lo más profundo de
tu interior, eres capaz de todo lo que te propongas. Aquí, o somos todos
especiales o no lo somos ninguno. En nada te empiezo a contar como es la
técnica, pero antes déjame que te haga sentir unos testimonios.

Muntsa, se encontró con una amiga justo después del segundo módulo.
Apenas había empezado a interactuar con su Animal de poder pero ya notó
una serie de cambios que salieron de si, sin ningún esfuerzo. (Te lo dije,
esto puede ser sin esfuerzo.) Me decía en una conversación:
- Raquel: me sorprendo mucho a mí misma. Estoy hablando con una
amiga y me encanta como hablo, como explico las cosas des de dentro,
sobre cómo me siento, de lo que quiero y necesito. Sé que no son
palabras en vano, son palabras que siento y lo hago desde mi yo. Noto
que crezco de verdad.

O Lali, que en su primer vuelo no vio ni sintió nada, de hecho le costó lo


suyo encontrar su Animal de poder, pero la primera vez que interactuó con
él, eliminó de cuajo un dolor de cadera que arrastraba des de hacía meses.
Yo creo que aún flipa.
Care, no confiaba nada en ella, créeme cuando te digo nada. Cero, nada de
nada. Nos reíamos con ella porque siempre decía que estábamos locos, pero
no se iba del curso y era la primera en llegar siempre. Terminó la formación
con negocio propio, habiendo hecho las paces con su padre (después de 20
años de no hablarse) y riéndose a carcajadas de todo en su vida. ¿Recuerdas
que te dije que hay quién ve su cambio de forma retrospectiva? Ella es un
buen ejemplo.

Eso pasa, y no me cansaré de repetirlo, porque cada vez que haces un vuelo
abstracto, tu energía sube. Más adelante entenderás porqué es necesario
aumentar la frecuencia energética. Por ahora, practica lo que viene a
continuación.

La magia de los maestros y animales de poder


Vamos a lo que vamos, los sabios dicen que en la realidad NO ordinaria hay
tres partes diferenciadas, aunque te hablaré de ello, no pretendo que te lo
creas sin comprobarlo. Son el mundo de arriba, el de abajo y el del medio.
De momento nos vamos a mover siempre en los de arriba y abajo. Pronto
aprenderás como.
En el mundo de arriba, no hay personas ni seres queridos (no es el Cielo ni
nada que se le parezca): hay Maestros y muchos lugares donde ir, ni se sabe
los niveles que contiene, puede darte la sensación de subir y bajar y
seguirás estando en el mundo de arriba.

En el de abajo es donde encontramos a los animales de poder la primera vez


que los vamos a buscar, menos Maestros, y se utiliza mayoritariamente para
sanar la parte física. También hay muchos espacios y niveles, y tampoco se
sabe cuántos, también puedes tener la sensación de subir y bajar por ellos y
seguirás estando abajo. Esto es un hecho.

En cada mundo encontrarás tu Maestro y otros que te pueden dar la


información que estás pidiendo. En todos ellos puedes preguntar y te
responderán, y mientras estás ahí tu frecuencia vibratoria, te des cuenta o
no, se sutiliza. Cuanto más alta y sutil es tu vibración interna, más rica y
creativa es tu vida , Eso es un hecho también. Vuela tanto como puedas.
Aunque no veas nada, aunque creas que no lo estás haciendo, aunque dudes.
Hazlo. Porque mientras estas allí, todo tu mundo mejora. Y es lo que
quieres, ¿o no?

Esto es muy bueno para ti. El chamán o el/la practicante de chamanismo


puede ir, y de hecho lo hace, a estas dimensiones paralelas para crecer y
recordar quién es de verdad. Se deja ayudar, se deja acompañar, y aprende a
confiar en lo que le dicen los Maestros o los Animales de poder, y lo utiliza
para mantenerse conectado con el alma, que es en realidad la que sabe. Un
consejo. Da por hecho cada vuelo, no te cuestiones mucho si es cierto o no
y confía.

En los vuelos abstractos consigues dos cosas:


Aumentar tu frecuencia vibratoria, mejora tu forma de percibir
el mundo.
Comunicarte con tus Maestros y Animales de poder y
conseguir información o sanación.
La primera pasa solo con hacer un vuelo, sin más. La segunda se da con
algo de práctica.

Maestros y Animales de poder que guían


El Maestro:
En la sabiduría ancestral, se entiende como maestro al que aporta luz para
que veas, será quien te enseñe y es una energía sin forma ni color que ayuda
a crecer, es un campo energético evolucionado a quien acudimos para hacer
preguntas y que siempre responde (aunque a veces no como tú imaginas).
Aunque no tienen forma, se nos mostrarán de manera que nos sea fácil
reconocer. Nunca hacen daño, ni engañan, ni sermonean, ni fastidian. Todo
lo relacionado con el dolor y el sufrimiento tienen que ver con el ego, lo
veremos a medida que vayamos avanzando.
Te dije que te hablaría de las Abuelitas, mis Maestras toman forma de
abuelas risueñas. Y siempre me guían. Ahora, después de tantos años
constatando, si ellas me dicen salta, no tengo duda alguna: salto. Ese es el
nivel de confianza. En ellas. En mí.

Los Maestros siempre responden y, siempre están disponibles; nunca te


echan la arenga, ni castigan, ni se enfadan: no lo necesitan. Ellos ya saben
de qué material estás hecha. Son energías compasivas que solo están para
allanarte el camino. Son el espejo del poder que hay dentro de ti.
Resuenan con tu alma. No lo olvides. No son amuletos o supersticiones.
Hacen resonar tu parte más sutil. La hacen presente.

Si no los ves o no los oyes, no creas que no estén o que te hayan


abandonado, solo significa que, por lo que sea, no estás lo suficientemente
centrada o no confías lo suficiente en ti en el momento del vuelo. Pero no
pasa nada, todo está bien. Recibirás lo que les pides de todos modos, por
otra vía. Confía.
Los Maestros siempre están arriba o abajo, no se mueven entre realidades.
El que es de arriba está arriba, el que es de abajo está abajo.
Animal de poder o tótem:
La tradición chamánica también nos enseña que todo está formado por alma
(o nagual) y que est contiene una energía espiritual con la que se puede
interactuar. Se entiende que los animales también disponen de ella, con
unas cualidades concretas que se pueden transmitir a las personas. Según la
sabiduría ancestral cada uno de nosotros tiene un espíritu de poder
acompañándonos.
Cuando aprendes a conectar con este espíritu y recibes estas cualidades, se
dice que has recibido un Animal de poder. Una vez lo tienes, debes
aprender a cuidarlo para que no te abandone. Cuidarlo significa respetar su
energía. Él viene para ayudar y acompañar; si te burlas, reniegas, o no lo
aceptas, no se va a quedar contigo. Aunque si mas tarde quieres rehacer la
relación, volverá sin ningún rencor.
Esta conexión será personal e intransferible. A partir del momento de la
conexión, el Animal de poder acompañará y guiará en su camino espiritual
a la persona que lo ha recibido. En general suele ser el mismo durante toda
la vida, aunque no es muy común, a veces puede cambiar según la
evolución de la persona.
Tanto el Animal de poder como los Maestros, en realidad hacen salir a la
luz el potencial y las cualidades escondidas de la persona a la que guían.
Ayudan a que él/ella conecte con la profundidad mas escondida y hermosa
de su ser. Son un bello espejo de su interior. Te encantará conectar, ya lo
verás, querrás sentir su vibración.

La conexión se hace en un ritual concreto (cada tradición tiene suyo) y, una


vez hecha, se puede invocar el Animal de poder o ir a ver a los Maestros en
situaciones de peligro, daño o para pedir consejo y guía u obtener salud.
Aprenderás a hacerlo fácil. Estamos llegando.

Animal de ayuda:
Energías en forma de animal que aparecen en los vuelos sin ir a buscarlos, y
que ayudan en el propósito específico del vuelo. Son apariciones
esporádicas que aportan información o ayuda extra. Cuando aparezcan,
pregúntales. Aprovecha la oportunidad.
Marta veía en sus vuelos una libélula. No era su animal de poder y no la
veía siempre, pero al final le preguntó, y resulta que lo que est quería
enseñarle es que habría un cambio importante en su vida. A los pocos días,
perdió su trabajo, pero al cabo de tres la llamaron para saber si estaba libre
para empezar uno nuevo.
La libélula, entre otras cosas, simboliza prosperidad, buena suerte, paz,
belleza y cambios. Marta, durante el impás de perder el trabajo y encontrar
el otro, no se sentía con buena suerte. De todos modos, hizo muchos bailes
con el alma para encontrar calma y paciencia durante aquellos días, y
cuando la llamaron para el siguiente trabajo, ya sabía que era para algo
mejor.

Cuanto más confías, menos te saboteas.


La confianza tiene una
vibración muy elevada. Todo lo que vas a hacer durante esta formación va
directamente encaminado a subirla.
Conectarse a menudo con Maestros y Animales de poder, dado que tienen
una vibración muy alta, hace que entres en resonancia con tu alma, que tu
vibración más terrenal se equipare a la suya, y solo con eso ya consigues
sentir paz interior y calma, por lo menos mientras dura la conexión. Pero
eso no es todo, ¿sabes por qué subir la vibración es clave para el bienestar?
Los patrones energéticos de salud, abundancia, plenitud, comprensión y
unidad están en frecuencia alta. Oh, ¡te aseguro que vas a querer eso en tu
vida, amiga/o!

La vibración baja, en cambio, contiene otros patrones que son; el dolor, las
dificultades, el cambio, la muerte, la dualidad, y la incomprensión. ¿Lo
entiendes ahora?

Se trata de interactuar tanto como puedas con esas energías. Es lo mismo


que cuando te juntas con personas alegres: lo más probable es que acabes
con un estado de ánimo alegre. ¿Cierto?
Si solo ves a esas personas de vez en cuando, eso es lo que te llevarás; pero
si te rodeas a menudo de gente optimista y risueña, al final vas a convertirte
en eso, incluso sin necesidad de tenerlos cerca te sentirás así. De eso se
trata: de recuperar la vitalidad intrínseca en ti des del nacimiento. En todos
nosotros.

En consecuencia, escuchar los tambores chamánicos, viajar a la realidad


NO ordinaria e interactuar con los Maestros y Animales de poder, cantar y
bailar con el alma, con paciencia, calma y sobre todo constancia, sirve
esencialmente para:

aportar equilibrio
sentir el amor que eres
tener respeto absoluto por todo y todos
sanar o activar la salud
experimentar la unidad
activar el conocimiento intuitivo
obtener un estado profundamente positivo
sentir inefabilidad, una sensación que no se puede explicar con
palabras y muchísimo más.

¡Ahí es nada!

Nos ponemos en marcha


A continuación detallo el material necesario para todas las prácticas que
harás a partir de ahora:
El tambor chamánico: No hace falta que poseas un tambor, ni
que te gastes dinero en construirlo, aunque si tienes uno puedes
usarlo, claro. De todos modos, al principio, el sonido grabado
facilita muchísimo la concentración, así es que te recomiendo
que, para empezar, al menos, utilices los audios que tienes a tu
disposición. (Tienes el código QR más atrás)
Mircea Eliade, estudioso rumano especializado en mitología e historia de la
religión, afirma que: «está científicamente demostrado que escuchar el
ritmo monótono de los tambores facilita la producción de ondas cerebrales
de rangos alfa y theta. Muchos nativos se refieren al sonido del tambor
como el latido de la tierra. En este aspecto, cabe destacar que la frecuencia
de la resonancia electromagnética de nuestro planeta, que ha sido medida
7,5 ciclos por segundo, resulta equivalente a las ondas cerebrales
theta. Parece que el sonido del tambor permite a los chamanes alinear sus
ondas cerebrales con el latido de la tierra. Es un instrumento poderosísimo
de auto sanación emocional solo con escucharlos.»

Por lo tanto, como te decía páginas atrás, para alterar el estado de


conciencia usarás el tambor chamánico, el sonido concreto que necesitas
para que te familiarices con el funcionamiento del vuelo abstracto. Es el
vehículo con el que haremos que el espíritu se mueva de lugar y vaya a las
otras realidades, y además de ayudarnos a volar, su sonido es sanador. La
vibración del tambor fomenta la salud a todos los niveles. No seré nunca
bastante pesada con esto: escucha los tambores y haz conexiones con el
alma tanto como puedas. Nada te hará encontrar la felicidad dentro de ti
más rápido que estas prácticas.

Alce Negro, chamán sioux que recibía poderes espirituales de sus


antepasados, dijo: «La forma redonda del tambor representa el Universo, y
su toque regular y fuerte es el pulso del Corazón que late en su centro. Es
como la voz del Gran Espíritu (Gran Alma). Este sonido nos pone en
movimiento y nos ayuda a comprender el misterio y el poder de todas las
cosas.»

La maraca: Su sonido tenue sana y ayuda a conectar con el


alma y los animales de poder. También es sanadora cuando la
dedicas a ello. Los animales de poder disfrutan de su
murmullo constante como nadie. El alma se expande cuando
oye el sonido de tu maraca. Si la integras bien, solo te será
necesario hacerla sonar unos segundos para retomar la calma
interior. Tremendamente efectiva en este mundo lleno de estrés
y velocidad. Intégrala usándola a menudo. No hay otra
manera. También puedes usar su sonido repetitivo para hacer
vuelos.

Bases de la técnica chamánica


¡A volar!
Ya hemos dicho que vamos a ir a las otras realidades mediante el vuelo
abstracto, y no es necesario que te diga porque se llama abstracto, ¿verdad?
¿O sí?
En la filosofía, abstracto es toda representación que no corresponda a
ningún dato sensorial o concepto. Un objeto abstracto es algo que no posee
materia. Con estos vuelos se da una paradoja: cuanto más a oscuras estés,
más claro todo lo ves. Por eso, necesitas un pañuelo o antifaz para los ojos,
que tape bien, pero que no apriete.

Cuando vas de una habitación a otra usas una puerta, ¿no? Pues para ir de
una realidad a otra, también. Así es que, antes de empezar a practicar el
vuelo, tienes que pensar en un portal para el mundo de arriba y otro para el
mundo de abajo.
Un portal es un espacio de transición, ¿de acuerdo? Solo pasarás a través de
él con la imaginación. Piensa en un lugar que sea parte de la naturaleza y
que sepas que existe.
Para el mundo de abajo, por ejemplo; alguna gruta que descienda, una
cascada, un acantilado, una madriguera, o el agujero de un árbol. Para el
mundo de arriba; cualquier cosa que pueda subirte hacia arriba: las ramas
de un árbol que conozcas, una pared de escalada, el humo de una hoguera,
un geiser, el arco iris… Lo que tú quieras. Tú decides, y en cuanto lo tengas
comienza la fiesta.

Sintetizando: hemos dicho que para volar alteramos el estado de conciencia


de forma muy fácil con el sonido rítmico y repetitivo del tambor. ¿Sí?
Viajaremos a otros mundos donde nos comunicaremos con seres más
elevados que nos proporcionarán respuestas a lo que los queramos
preguntar. ¿Bien? Seguimos.

El mecanismo del vuelo es muy sencillo. Calma y paciencia. Lo haremos


fácil. Estoy aquí contigo ahora. Solo pon atención.
El vuelo tiene 3 partes claramente diferenciadas y consta de 5 pasos:

VISUALIZACIÓN - VUELO -
VISUALIZACIÓN
1- Importante: escribes la intención con la que quieres volar. Como si
fuera el título de tu vuelo.

2- Pones el audio de los tambores, tomas un momento de silencio, te


serenas, haces unas respiraciones para encontrar un poco el centro, pones, si
quieres, la lengua en el paladar, y las órbitas de los ojos hacia arriba, como
si quisieras mirar tus cejas, o simplemente recuerdas la intención.

3- Te visualizas ante la puerta que hayas escogido como espacio de


transición, y según el mundo al que quieras ir, empiezas a imaginar que
bajas o subes. (Mudo de arriba subes, mundo de abajo, bajas). Usa tu
imaginación aquí, no es problema.
Llegará un momento en que verás, sentirás o sabrás que has llegado. Puede
ser muy claro o muy sutil al principio. Todo está bien. Respira hondo,
exhala... A veces simplemente decidirás que ya has llegado, y también está
bien. Cuando estás en el sitio al que te has propuesto llegar, deja que las
órbitas de los ojos descansen.

4- Aquí comienza el vuelo. Y ya estás en otra realidad. Parte de tu espíritu


se ha movido de lugar, por lo tanto puedes sentir una ligera diferencia en el
interior de tu cuerpo, como si temblara o vibrara de forma muy sutil. O
quizá no percibas gran cosa o nada al principio; no te preocupes: todo es
cuestión de práctica. Tampoco se te marcan los abdominales el primer día
que los ejercitas, pero eso no quiere decir que no estés haciendo nada,
¿verdad? Pues eso: paciencia y práctica. Ya estás aprendiendo a confiar,
así, sin darte cuenta. Dalo por hecho. Practicar hasta conseguir.

Hay más de una manera de «ver», ya lo hemos comentado antes, pero te lo


recuerdo. Puedes ver claramente como si tuvieras los ojos abiertos, puedes
ver borroso o desenfocado o puedes percibir lo que te están diciendo aun y
no estar viendo absolutamente nada y, aun así tener la certeza de que es real
lo que te han dicho. No importa la forma: lo que importa es ir entendiendo
paso a paso, cuál es tu forma de comunicarte. De nuevo; INTUYE.
Si durante el vuelo te distraes o te ofuscas, no pasa nada. Todo está bien.
Cuando te des cuenta de ello, vuelve a centrarte. Haces unas respiraciones
para encontrar un poco el centro, pones la lengua en el paladar, enfocas
arriba y recuerdas la intención. También puedes concentrarte en escuchar
solo los tambores, y volver así a retomar el hilo de tu viaje. O salir del
vuelo, si sientes que no estás por la labor. Todo está bien. De verdad.

5. Cuando ya tienes lo que buscabas, puedes salir del viaje, sin importar
si se ha terminado el audio o no. Pero, escucha bien que esto es importante;
cuando oigas que el ritmo del tambor cambia, es hora de salir. Si o si.
Aunque puedes no sentir nada, aunque te parezca que no has hecho nada o
que todo es fruto de tu mente, la verdad es que tu espíritu se ha movido de
lugar y tienes que hacer que vuelva a ti. Lo haces saliendo el vuelo. No
puedes andar por la vida, con menos energía espiritual. Así es que, a muy
tardar, cuando cambie el sonido del tambor, vuelves.

La forma de salir es de lo más sencillo. Visualizas imaginando que sales


por dónde has entrado. Fin.

Cuando terminan los tambores y has salido del vuelo, date unos minutos de
relajación para asentar todo lo que ha pasado. Y créeme, ha pasado mucho,
aunque a lo mejor tú no lo veas. Escribe todo lo que has sentido y todo lo
que has visto o intuido, si te ha parecido todo mental, escríbelo también.
Sea lo que sea, poco o mucho. Llevar un diario de vuelo es una buena forma
de observar tus progresos, además de una fuente de información para más
adelante. En multitud de ocasiones, los vuelos de tiempo atrás nos dan
información que nos sirve en la actualidad. Esta parte es muy útil pero no es
obligatoria)

Como dije, el audio tiene unos cambios de ritmo, déjame contarte para que
lo tengas claro. Veras que los tambores hacen 3 cambios de ritmo al final.
En el primero, se te avisa que es hora de volver, es momento de terminar lo
que estés haciendo, en el segundo, hay que deshacer el camino o pedirle a
tu Animal de poder que te lleve de vuelta, en el tercero, estas fuera, relájate.
Los vuelos son abstractos y puede pasar de todo. Incluso nada… pero las
apariencias engañan. Confía.
El éxito del vuelo está en la claridad de tu intención
En general, en la vida, las personas que tienen éxito son las que se enfocan
y no pierden de vista su objetivo. En cualquier ámbito, aquellos que no
consiguen sus metas es por qué las cambian constantemente o dudan de
ellas. O de sí mismos, en el peor de los casos. Para los vuelos también es
imprescindible estar enfocado. Piensa antes de empezar que quieres y no te
desvíes. En el enfoque está el éxito.
Intención clara:
¿A dónde vas? ¿Arriba o abajo?
¿Qué quieres? ¿Sanar, información, investigar espacios de los
mundos…?
¿A quién quieres ver? ¿Animal de poder, cualquier maestro o
TU maestro?

Sería algo así:

Sea cual sea tu objetivo, en cuanto empiezas a hacer el vuelo y estás allí
donde debes estar, déjate hacer; y cuando sea la hora de volver,
vuelve. Pregunta cuántas veces tienes que hacer el vuelo con la misma
intención. Puede que te lo digan o puedes notar que ya está; no necesitas
esperar a que el sonido de los tambores cambie. Si ya tienes lo que querías,
simplemente vuelves y listo.

En mi caso este tipo de vuelo, es el que hacía al principio cuando buscaba


confianza en mí misma. No veía muchas cosas, y las que veía creía que eran
producto de mi imaginación, pero lo curioso es que, ahora, cuando miro
atrás, me doy cuenta que cada vez confiaba más en mí. Es lo maravilloso
del proceso. El resultado de sumar práctica y constancia.

Una de las primeras sanaciones que me hicieron fue en la mano derecha.


Me había dado un golpe y no podía cerrarla. Me dolía como mil demonios y
aunque no creí que pudiera irme bien, hice un vuelo para visitar al Maestro
de abajo con toda la intención de la que fui capaz en aquellos momentos. Lo
hice de noche, justo antes de ir a dormir. Al día siguiente no sentía ningún
dolor. La moví y forcé para estar segura, pero no me dolía nada.
Siendo honesta, tengo que decir que, a pesar de la evidencia clara, no me lo
creí. Por aquel entonces yo aún funcionaba así. Pero está bien, es parte del
proceso. A veces.

Puedes pedir información


Preguntar a dónde debes ir para hacer lo que sea, quien te puede ayudar, qué
podrías hacer para resolver algún problema.
Luis, Por ejemplo, pidió dónde podía ir para hacer una web sin que le
tomaran más el pelo, puesto que ya había tenido dos experiencias negativas
y estaba cansado de malgastar tiempo y dinero. Le mostraron el logotipo y
el nombre de una empresa; la buscamos por internet y existía.

Puedes salir a curiosear mundos.


Sirve para afinar la percepción y para encontrar lugares donde gestionar
situaciones o emociones concretas: rabia, tristeza, calma... Puedes pedir que
sea tu Maestro o tu Animal de poder el que te muestre esas localizaciones, y
le puedes ir preguntando a medida que te las enseña. Haciendo vuelos de
este tipo descubrí que existe el lugar de la calma, un sitio al que iba a
menudo desde que me lo enseñaron. Y además mientras te paseas, tu
vibración sube, así, por la cara.
Siempre, y esto es muy importante, tienes que escribir tan detalladamente
como puedas tus vuelos. Pon de titulo la intención y después escribe todo
aquello que hayas visto, sentido, intuido… Cuanto más detalle mejor. A
veces incluso recuerdas mas mientras lo escribes. Es imprescindible hacerlo
inmediatamente después de salir del velo, así serás lo más preciso posible.
A veces costará encontrar respuesta, a veces será muy rápido y sencillo.
Incluso a veces, te pasará que solo con empezar a escuchar el sonido del
tambor, ya tienes la respuesta que buscabas. Confía. Dalo por hecho.
Vale, llegó el momento de la práctica. Busca el audio en el Dropbox. En la
carpeta de tambores, escoge el de 15 minutos.

Primera parada, encuentra tu Animal de poder


Con el sonido de los tambores, vuela al mundo de abajo con intención de ir
a encontrar tu Animal de poder. Usa tu percepción para intuir, ver o sentir.
Cuando estés allí quizá intuirás más de un animal, pero no te preocupes: el
tuyo se plantará frente a ti o te hará alguna señal para que sepas que es él.
Dalo por bueno. Si no es él, no querrá ir contigo: si esto ocurre, sigue
mirando. Cuando lo encuentres pídele que se haga pequeño, súbelo arriba
contigo y termina el vuelo. Si no es el tuyo no se hará pequeño y no podrás
subirlo. Y si lo es… ¡Felicidades!
En este caso la formula sería algo así: Mi intención es ir al mundo de abajo
a conocer/encontrar/buscar mi Animal de poder y traerlo conmigo. Cuando
salgas del vuelo, recuerda, escribe todo lo que hayas notado.

Conoce a tus Maestros


Ya hemos dicho que los maestros son energías compasivas muy
evolucionadas, sin forma ni color. Aunque siempre se te mostraran de forma
que puedas reconocerlos. Algunas veces tendrán forma humana, otras no,
no hay problema: una vez más, siente, vislumbra, percibe.

Ellos son inteligentes y muy hábiles y siempre hallaran la forma en que los
escuches usando cualquier medio. Saben que puede ser difícil conseguirlo,
pero no te van a juzgar jamás. Entienden la desconexión que tenemos con
nuestro yo suprior, ellos solo quieren ayudar. A veces nos frustramos
porque, aunque nos esforzamos, no logramos comunicarnos con nuestros
Maestros o ni siquiera percibirlos.

No pierdas la calma, como te decía, hay muchas formas de recibir


información; pude ser escuchando una voz, en forma de conversación o un
sonido, a veces parecer que es tu propia voz hablándote, puede ser confuso.
En ocasiones, puedes despistarte pensando que son tus propios
pensamientos. Ten en cuenta que si lo que oyes son relatos pesimistas o
negativos o destructivos, no son tus Maestros. Deja de escucharlos en ese
momento y sigue con tu vida.

Puede que, fuera del vuelo, escuches una campana durante tu jornada y eso
indique que te están diciendo que prestes atención a algo en concreto. En
ocasiones, recibo información en los vuelos y en muchas otras la voy
recibiendo a lo largo del día de muchas formas distintas. Algunas veces
podrás ver imágenes, luces, destellos durante el vuelo. De vez en cuando te
podrá parecer que no es nada. Simplemente estate atenta. Observa, siente.

Personalmente, me asombran las sincronías. A lo largo del día o los días


siguientes me llega información sobre lugares o libros, charlas, películas o
alguien dice justo lo que necesito saber. Recuerda, ellos siempre te
contestaran. Encontraran la manera en que los escuches. Si no entiendes lo
que te dicen o el motivo por el que lo hacen, repregunta. Yo, a mis Abuelas,
les digo que si no lo entiendo no voy a poder hacer caso. Ellas siempre
encuentran la manera.
Vamos allá.

Con los tambores, y en compañía de tu Animal de poder, vuela al mundo


de abajo con la intención de conocer a tu Maestro de abajo. Intuye como es.
Pregúntale si es él o ella tu Maestro. A diferencia de los Animales de poder,
los Maestros no se mueven del lugar y en cada mundo tendrás uno distinto
que a priori no cambia de forma. Sé por experiencia propia y ajena que lo
más probable es que pienses que te lo imaginas todo. Está bien, intenta no
cuestionarte mucho. Da por bueno lo que sientas, si lo intuyes, dalo por
bueno, si lo escuchas, dalo por bueno. Paso a paso iras confiando,
confirmando, constatando. Escribe todo lo que hayas percibido.
Haz lo mismo en el mundo de arriba. Y recuerda, practicar hasta conseguir

Practica con tu alma y Animal de poder (con la maraca)


Las conexiones que harás con tu alma y tu Animal de poder son muy
importantes. Estos vínculos te aportan más poder personal y más confianza
en ti. Los que más. De nuevo, insisto, pero es que no seré jamás lo bastante
pesada en este punto. Canta con el alma, danza con ella y el Animal de
poder. TANTO COMO PUEDAS Y SIN MEDIDA. El rato que quieras. Y
más.
Yo creo que el canto del alma me ha salvado de enloquecer en un montón
de ocasiones, cuando mi mente se desbordaba y no paraba de conectar con
la negatividad y el victimismo. Fue justo el antídoto que necesité para no
enfermar. Y estarás conmigo en que no puede ser más sencillo.
De nuevo, ahí van algunas experiencias de gente feliz.
A Mariona, por ejemplo, la conecta muchísimo bailar con su alma en su
sala de yoga. Lo disfruta en el momento y, después, la siente expandida
completamente, una sensación tan indescriptible como satisfactoria.
O, Anna que usa el baile con el A.P. para sentir su propio poder. Dice:
- Bailar con el Animal de poder, aparte de aportarme conocimiento
para saber cómo me siento con él integrado, este baile, es para mí un
movimiento de empoderamiento, de fuerza, de superación. Cuando
necesito sentirme así, integro mi Animal de poder y en un momento me
siento como cuando bailo con él.

Me emocionan todas estas experiencias; Mayka:


- La canción del alma me suele salir sola. Normalmente en momentos
de mucha tensión - frustración - momentos en los que ya no puedo más
(es para reconfortarme, calmarme y traerme al presente). O también en
momentos muy felices, de vibración alta y grandes emociones (para
mostrarme que por ahí es el camino).

Cómo hacerlo
CON LA MARACA y sin tambores ya que no te vas a mover de aquí. Esto
no es un vuelo. Recuerda, intención clara (una vez más):
Intención; quiero bailar con el alma
Empieza a hacer sonar la maraca con el mismo ritmo que el sonido del
tambor, para que te hagas una idea, y ve moviendo el cuerpo. Al principio,
harás tú los movimientos, pero mientras te dejas hipnotizar por el sonido
repetitivo de la maraca, ella se irá abriendo paso. Sentirás que tienes ganas
de moverte, pero ya no mandas tú. Es posible que llegue un momento en el
que, durante la práctica, ya no tengas la necesidad de usarla. Está bien,
déjala y continúa. Eso sí: comienza siempre con ella. Es tan imprescindible
para conectar, como marcar un número de teléfono al hacer una llamada.

Intención; quiero encontrar la canción del alma


Empieza a tocar la maraca, con un ritmo cadencioso. Acompáñala de tu
voz pronunciando vocales o cualquier sonido que te salga de forma
espontánea, y deja que el son repetitivo vaya entrando en ti. Siéntelo.
Llegará el momento en que sentirás una melodía que quiere salir, no la
frenes, deja que salga. Cuando te transporta y te mece; esa es. Es la canción
del alma cuando te serena. La notarás, la sabrás. Tómate tu tiempo para
encontrarla. Es una herramienta muy valiosa al alcance de tu mano, porque
una vez la tengas, te pondrás tararearla en momentos complicados o
simplemente para centrarte.
Estos ejercicios sirven para conectar con tu alma. Cuando uno está
conectado con su alma no hay lugar para el miedo y la incertidumbre. Esto
es un hecho. Posiblemente no lo consigas en un solo día. No importa:
practica. Si de todo lo que vas a leer en este libro consigues interiorizar al
menos estos ejercicios, ya me doy por satisfecha. Son espectaculares.
Pronto tú también lo sabrás.

Intención: bailar con el Animal de poder


Haz sonar la maraca con un sonido repetitivo y constante, y ve moviendo el
cuerpo de derecha a izquierda deslizando todo el peso hacia el pié que está
en el suelo. Levantando un pie y otro en cada golpe de maraca.
Tienes dos opciones:

- Que tu pareja sea el Animal de poder y como si estuvierais en un baile de


fiesta mayor, muévete por la sala bailando con él.
- Que el Animal te baile: inicia de la misma manera que en el ejercicio
anterior, pero, en este caso, invoca a tu Animal de poder para que se integre
en ti y te baile.
Siente la diferencia entre un ejercicio y otro.

Notarás como el cuerpo se mueve muy diferente que de otro modo. Permite
que se mueva libremente. Aprovecha para pedirle ayuda en algo.
Aprovecha para verlo delante de ti antes de empezar. Acarícialo, huélelo.
¿Cómo es tenerlo cerca? ¿Que sientes? Afina tu percepción. El gran
problema de la humanidad es la desconexión con la naturaleza en todas sus
expresiones.
Bailar con el Animal de poder, en cualquiera de las modalidades, sirve para
coger seguridad en los vuelos y certeza de la información que traemos. Te
hace ganar confianza y sube mucho la vibración. Vendría a ser como coger
fondo para hacer una maratón.
Resumiendo; qué hacer con tambores, qué hacer con maracas, o que hacer
sin nada:

Prácticas:
- CON TAMBORES SIEMPRE: Vuelos a la realidad NO ordinaria
¿Dónde?: Arriba o abajo
¿Con quién?: Maestro o Animal de poder (A.P.)
¿Para qué?: Sanar, recibir información, ver realidades…
- CON MARACA:
Baile con el alma o Animal de poder A.P.
Canto del alma
- SIN NADA: Solo intención
Sanación rápida o información con el A.P
—CONFÍA Y DALO POR HECHO —

Un mundo de posibilidades con el Animal de poder


El Animal de poder despierta en nosotros particularidades dormidas que nos
pueden ser útiles para transitar por la vida. Conectar con él a menudo,
ayuda a expresar las propias intuiciones y la naturaleza original. Los
Animales de poder, tienen unas características generales y luego, unas
particulares. Normalmente serán una o dos condiciones específicas.
Pregúntale al tuyo que te aporta de especial a ti. Serán rasgos que ya son
tuyos pero necesitas potenciar.
Raramente nos permitimos ser como somos. En general, hemos perdido el
contacto con el aspecto espontáneo de nosotros mismos, aquella parte que
se sorprende por todo y todo lo admira. Ocultamos quiénes somos, bien
porque culturalmente no se honra nuestra esencia, bien por la educación
familiar, para encajar o para sobrevivir.
El Animal de poder ayuda a identificar tu esencia amorosa, a reconstruir tu
poder interior, a enfocar tu energía, y especialmente, más que cualquier
otra cosa, te ayuda a equilibrar tu energía interior.

¿De qué otras maneras te ayuda y acompaña tu Animal de


poder?
Decíamos que el alma, a través del espíritu, llena tu yo personal. Carga tus
centros energéticos de forma equilibrada, todos con la misma cantidad de
energía. Con el paso de los días, por razones de todo tipo, estos centros
(chacras) se desequilibran y causan disfunciones. Todos son importantes,
aunque nos interesa en gran medida, tener equilibrados los que nos ayudan
a pensar, sentir y actuar, ya que pensar, sentir y hacer lo mismo es una
fuente de felicidad inagotable. A esto se le llama vivir en coherencia.
Es necesario poner energía por igual en todas las partes para estar
equilibrados, y que el pensar, el sentir y el hacer vayan en la misma
dirección, tanto como sea posible.
En esto, el Animal de poder te puede ayudar muchísimo. Si te sientes muy
mental, puedes pedirle que apacigüe los pensamientos. Si te sientes muy
emocional, que calme las aguas. Si te sientes hiper o hipo activa, pídele que
te compense.
Si tienes un día espeso, le pides que se integre en ti, a la altura de la cabeza,
para que saque las nieblas y veas más claro. Si es necesario, al cabo de unas
horas lo vuelves a hacer como si fuera un medicamento prescrito.
Si tienes algún problema físico haces lo mismo: lo invocas con la intención
de que se ponga en el lugar donde tienes el dolor para que sane. Y repites la
operación cada x horas, hasta que mal desaparece.
Por extraño que te parezca — que ya me imagino, puesto que yo también he
estado en el mismo lugar que tú — puedes interactuar con tu Animal de
poder para que sea medicina, al igual que tomas un analgésico o antibiótico
cada x horas. Intégralo cada 6 u 8 horas, con la intención de sanar lo que
precises, ya sea algo físico, emocional o mental. No dejes ningún
tratamiento que estés haciendo, simplemente, súmalos, fusiona, mezcla,
observa y siente.
Hay quién le pide que se ponga en el lugar de las lesiones deportivas e
incluso en las agujetas. También lo puedes integrar para sentirte segura en
cualquier momento en que tengas que decidir algo, o vivir alguna
experiencia.
Si tienes un golpe emocional fuerte, o algo muy gordo que acaba de pasar,
le pides que se integre en ti y te ayude a gestionar esa situación; si ves que
estás fastidiada, lo integras cada diez minutos si es necesario. En este caso
le pides que se ponga donde sientes que la sensación/emoción quedó
retenida en el cuerpo, para así poder liberarla.
Es un gran aliado para las emociones, pero eso lo veremos más adelante.
- Eva integra su animal de poder cuando tiene una reunión de trabajo;
le pide fuerza y seguridad y siempre le da un resultado contundente.
Ella sabe como estaba antes, cuando tenía reuniones y sabe cómo está
ahora. La diferencia es abismal.

- Merche y María integran su Animal de poder antes de ir a dormir y se


les va el insomnio. María ha conseguido dejar de medicarse para ello.
Merche además sufría de lumbagos que la dejaban postrada durante 15
días. La última vez, con su Animal de poder, le duró 3 días y no tuvo ni
que coger la baja. Está encantada.

Todo esto sin tambores ni maracas, solo con el pensamiento y de forma


instantánea; si lo que quieres es conseguir un efecto rápido, sin duda esta es
una opción inestimable. Ahora bien, recuerda que solo la práctica es
garantía de éxito. Si estableces una buena conexión con él, a través de jugar
a integrarlo y pedirle que salga del cuerpo muy a menudo, o bailando con
él, todo esto se potencia.

En definitiva, en su momento pregunté a mis Maestras por infinidad de


cosas. Y ellas me fueron instruyendo, a veces me daban títulos de libros que
leía sin pausa; a veces me hablaban de técnicas ancestrales, a veces de
técnicas que ya existían, y a veces me recordaban ejercicios que ya había
leído en alguna parte o me daban explicaciones que luego constataba de una
forma u otra. La suma de todo ello, es Kora-ki. Ejercicios de siempre,
ejercicios nuevos, técnicas y experiencias con un hilo conductor de
transformación interior profunda, tan fácil que resulta sorprendente. A día
de hoy no tengo ninguna duda que la vida es sencilla como yo sepa
hacérmela. Y el saber es poderoso. Así que tú también puedes. ¿Te digo una
cosa importante? Yo confío en ti y tú también lo harás. A partir de ahora
empieza todo el trabajo que harás en ti, usando las técnicas que has
aprendido hasta ahora y otras herramientas nuevas. Practica tanto como
puedas. Disfruta. Confía. Déjate llevar. Todo está bien. ¿Recuerdas?
Te dejo una propuesta de prácticas, i en el Dropbox tienes una carpeta con
un audio gravado por mi (todos lo van a ser) que te servirá para equilibrarte
con el Animal de poder. Es muy potente, aunque puedes hacer lo que
quieras, sabes que la práctica es lo que hará el cambio que buscas. No hay
ningún peligro en nada de lo que te he contado. Así es que ¡disfruta!

Prácticas:
- Ve en busca de tu animal de poder
- Ve al mundo de arriba y abajo para conocer a tus maestros
- Haz vuelos arriba y abajo, al menos un par de ellos por semana, con intenciones diversas
- Canta y baila con tu alma o baila con tu animal de poder, si es posible, un ratito cada día. -
Prueba a interactuar con tu animal de poder (AP, a partir de ahora) en cualquiera de las
modalidades que te he contado
— CONFÍA Y DALO POR HECHO —

¡Me encanta que hayas llegado hasta aquí y me encantas tú! Que
emocionante me parece sentirte leyendo esto.
SEGUNDA PARTE

CONOCERTE Y CONSEGUIR CAERTE


BIEN

Tal vez, de todo lo que he conocido y aprendido en estos años, caerme bien
ha sido lo más fascinante que he conseguido. Sin duda, ahora no necesito
nada, ni nadie para ser feliz, conmigo me basta, y todo lo demás suma, me
encanta que lo haga. No sobra ni falta nada.

Ahora, es cuando viene la parte en la que te harás responsable de tu vida,


depuraras los malos hábitos para poder expandir y expresar la luz que eres.
Que lo eres. Veras que el mundo, es un magnífico reflejo de lo que puedes
trabajar en ti y lo vas a disfrutar.

Esto va a ser más fácil todavía. Vamos a salir de la idea que el crecimiento
interior es arduo, porque no lo es.
Te mereces todas las cosas buenas, aquí empieza todo.
Como te dije tenía muchas preguntas, ahora iremos entrando paso a paso, a
responder las que me hicieron conocer la potencialidad infinita que hay en
mí, y por supuesto en ti. Y, tú, podrás contestar las tuyas.

En este apartado te hablaré de la culpa, la mente y el ego, la sombra, los


espejos, el miedo, el amor y, qué puedes hacer con todo ello para cambiar tu
vida. Al final de cada capítulo te dejaré ejercicios para que practiques,
algunos de ellos serán audios con vuelos guiados para que saques el mayor
provecho de todo. Si lo precisas. Quiero que tengas el máximo de
información y rutas para que puedas escoger las que te vayan mejor. Veras
que si te resulta complicado o no te apetece algún ejercicio, lo podrás
conseguir con otro. En una primera revisión te recomiendo que los
practiques todos, para luego, quedarte con los que más te resulten. Todos
podemos dejar los errores del pasado en el pasado, a nivel de humanidad,
también hay que hacerlo. No es necesario cargar con el pasado, pero puedes
aprender de ello. ¿Todo listo para conocerte? Seguimos.
LA CULPA Y LAS
EMOCIONES

La Abuelita dijo:
«Responsabilízate y recupera tu poder. Deja de culpar.»

Hubo un tiempo en el que me sentía culpable por todo, y que culpaba a


todos. Hasta que pregunté, y la Abuelita me contó una historia que
compartiré contigo a continuación:

« ¿Te imaginas que un bebé recién nacido se sintiera culpable por ensuciar
su pañal, por babear o por arañar a quien lo lleva en brazos?
No, realmente no puedes imaginarlo, porque sabes que la culpa es algo que
se aprende, que es social, y que tiene que ver con normas establecidas. Los
bebés no saben lo que es la culpa porque es una invención cultural para
que aprendáis y sigáis una serie de normas y códigos de conducta. Y eso,
en principio, no es malo, puesto que os ayuda a una mejor convivencia.
En las sociedades, está bien que haya directrices que os ayuden a convivir,
a organizaros, pero ya sabéis qué pasa con el fanatismo. Los sistemas
culturales pueden llevar a creer que unos son mejores que otros, por el
color de la piel, por el Dios al que rezan, por el lugar donde residen, por
cómo aman o cómo viven, cuando en realidad sois todos lo mismo. Almas
en cuerpos viviendo experiencias a través del ego y el cuerpo. Transgredir
esas pautas os hace sentir culpables en menor o mayor escala.
Cada sociedad y cada cultura tienen sus normas, aunque hoy os pueden
sorprender las de algunas culturas y épocas. Cuando hay muchas reglas
solo te tienes que dejar llevar y no necesitas invertir mucho tiempo en
pensar qué está bien y qué no; todo está marcado, acotado, limitado. Ahora
bien, cuando estas leyes chocan directamente con los deseos internos, entra
en acción el sentimiento de culpa.
El entorno cultural te ha hecho creer que tu existencia debe ser de una
determinada manera. Tú, no defines la manera en que vives tu vida. De
momento, como te mueves, cómo hablas, cómo te vistes, como amas y cómo
crees que te han de amar, como sigues las normas y como no, viene definido
por el entorno cultural, social, familiar y afecta directamente en cómo te
ves y como te vives.
La sociedad y la familia crean un mapa mental de lo que debe haber en tu
vida. Te sientes culpable de esto o aquello solo porque naciste aquí o allá.
Dependiendo de la cultura del lugar donde vivas o las normas de tu
familia, puedes haber entendido que hay cosas que no se pueden hacer o
perdonar, que los que no son como tú deben desaparecer, y te parece
normal…Hasta que deja de parecértelo.»
Experimenté, en primera persona y de forma consciente, que la culpa es una
invención inútil si no la gestionas bien.
La Abuelita me contó que, gran parte de la culpa se genera por una
interpretación concreta de lo que necesito de mis padres y de lo que creo
que ellos quieren de mí. Nos pasamos la vida buscando inconscientemente
la aprobación de mamá y papá. Esto nos genera un montón de creencias
subconscientes que nos dominan la vida y ni tan siquiera sabemos cómo o
hasta qué punto.

Pero hay más.


Según la sociedad en la que hayamos nacido, nos culpamos por lo que
hacemos, por lo que no hacemos, por lo que hemos hecho o no hemos
hecho, y culpamos a los otros de igual manera.
La culpa nace cuando se comete un error o se transgreden normas,
creencias, códigos colectivos, familiares, individuales o todo a la vez. Fíjate
que todo lo que te digo son situaciones cambiantes. Juzgamos la
transgresión y aparecen emociones que nos hacen reaccionar. El desafío que
nos ofrece esta reacción, no es no sentirla, sino ver qué está enseñando.

¿Es malo sentir culpa?


Pues no tiene por qué. De ti depende aceptar el reto y aprovechar la
oportunidad de aprendizaje en positivo que supone. Y, de hecho, tu actitud
es la que te permitirá escoger entre los dos tipos que existen.

La función de la culpa asertiva, es reconocer los errores y poner en marcha


conductas de ajuste y reparación. O sea, responsabilizarte. Punto. También
ayuda a no saltarnos las normas o códigos sociales en pro de la
convivencia… Por ejemplo: sé que, por norma general, no hay que robar, y
si lo hago, según la sociedad en la que viva, tendré un castigo u otro.
Podríamos decir que, primero nos avisa, que nos previene antes de cometer
errores que podrían tener consecuencias. Si, aún así, sucumbes a la
transgresión, aparece la culpa; y las emociones que genera ayudan a
reflexionar sobre el error y reparar el daño causado. Te da la posibilidad de
poner remedio o dejar que el otro repare.

Lo ideal es: te responsabilizas del daño o dejas que quien te ha dañado lo


haga, que se repare hasta donde se pueda, se acepta que no se podía hacer
nada más de lo que se hizo en ese momento, se gestionan las emociones
generadas, y todo el mundo sigue con su vida. Fácil, ¿no? En este caso, la
culpa te ayuda a responsabilizarte. Y eso siempre, siempre es bueno.
Perdonar (se) aquí es la clave. De hecho, siempre lo es.

Pero claro, no en todas las ocasiones se gestiona igual. Vamos a mirar con
lupa la culpa destructiva, esta que es como un virus que se instala y lo
rompe todo. Es la que reclama venganza, tanto si recriminas a otros, como
si lo haces contigo mismo. El escarmiento en cuestión, toma siempre forma
de castigo, y puedes estar seguro de que no será justo, si es que alguno lo
es, porque va cargado de emociones distorsionadas y magnificadas, que son
la excusa perfecta para no ser feliz. La culpa no es una emoción, sino una
decisión subconsciente y automática. Cuando es destructiva, también se
convierte en la excusa perfecta para seguir siendo mediocres y víctimas, ya
sea de ti mismo o de los demás. Te mantiene distraído del presente y, por
supuesto, alimenta el sufrimiento porque si. Exacto, porque sí. NO hay otra
razón ni sentido. Porque, sea lo que fuera que haya pasado, eso, ya no va a
cambiar. Solo tú puedes hacerlo. La culpa es negativa cuando no sirve para
mejorar, y mal gestionada es gasolina para el victimismo y no permite
perdonar (te). Y no perdonar es la prisión más grande en la que puedas
vivir. Te mantiene viviendo en el pasado.
En realidad, se trata simplemente de ver qué papel hemos tenido en la
situación y responsabilizarnos de nuestra parte, evitando el sufrimiento. Eso
significa que tenemos que estar alerta cuando nos regodeamos en la
victimización y salir de ahí —disculpa la expresión— cagando leches.

Supón que la has liado. Bueno, hecho está. Ahora (en el presente, que es el
único tiempo en el que tienes el poder de hacer algo) gestiona las
emociones, aprende, repara, perdona y sigue con tu vida.

Pero no, claro: la culpa destructiva te va a mantener en un estado de


machaque constante: si has hecho, porque has hecho, o si te han hecho,
porque te han hecho, da igual, todo el tiempo enganchado al pasado…
Tu actitud ante las cosas que trae la vida es lo único real que tienes.
Aprende para que no vuelva a pasar. Aprende, y empieza a transformar lo
que sea que se pueda mejorar. Cuando no lo hacemos, la culpa es una mala
hierba que anida tan dentro de uno, que mata lentamente, como la hiedra.
Culpar sin aprender es abrir la puerta al victimismo y dejar que se instale a
vivir contigo. Bueno, está bien si eso es lo que quieres. Pero, asume que
eres tú quién lo está decidiendo y deja la queja. Responsabilízate, al menos
de esta parte. ¿No te parece?

La culpa tiene tentáculos muy largos


Recuerdo un chico que se sentía culpable por tener envidia de su hermano.
Su familia le había enseñado que los celos no son dignos, así que aprendió a
esconderlos. Pero eso no hacía que desaparecieran, sufría mucho, puesto
que experimentaba una inmensa culpa por no poder ser capaz de no sentir
eso. Y, su envidia se disfrazó de rabia. Cuanto más intentaba reprimirla,
más se transformaba. Habría sufrido menos, si le hubiesen explicado cómo
gestionar las emociones y que no está bien ni mal sentirlas; que siempre nos
enseñan algo, en su caso una carencia interior. Sientes celos o envidias a los
demás cuando no confías plenamente en ti y cuando crees poco o nada en
tus posibilidades. Con esta información él hubiera podido trabajar en sí
mismo y solucionarlo mucho antes, y ahorrarse un montón de sufrimiento.
Lo trabajamos y consiguió solucionarlo.
El problema es que no entendemos el problema. Por eso no podemos
encontrar la respuesta. Y uno de los más habituales, es que buscamos la
solución de la falta de amor propio fuera de nosotros.

Nos sentimos cómodos culpando, porque es lo que hemos aprendido, y


cuando exteriorizamos la culpa, la proyectamos en otros y nos reafirmamos
en que el problema viene de fuera. Nadie nos ha enseñado a
responsabilizarnos de lo que sentimos, ser coherentes con nuestras
emociones, y aprender la oportunidad de crecer que nos brindan. Lo más
corriente es que te digan que lo que estás sintiendo está mal. Parece que
socialmente no esté bien visto sentir según qué, pero esas emociones dicen
algo y hay que saber escuchar. ¡Cuán distintos seriamos, si nuestros padres
y los padres de nuestros padres, hubieran sabido cómo gestionar su culpa y
sus emociones!
En resumen: al transgredir o cuando se transgreden normas, sentimos
emociones «negativas» y nos sentimos culpables o culpamos por ello. Hasta
aquí estamos de acuerdo. ¿Verdad? Pues seguimos.

Descubriendo el victimismo que había en mí


Cuando fui a preguntar a mis maestras por qué motivo estaba siempre,
triste, enfadada y a la defensiva, descubrí que había mucho victimismo y
mucha culpa dentro de mí, y entendí, al fin, que aquello era algo a resolver.
La verdad, estaba harta. Había levantado tantos muros, en el pasado, para
protegerme, que ya se me activaban de modo automático ante cualquier
remota posibilidad de amenaza o duda. Pero, entonces tenía una vida mucho
más tranquila, una pareja a mi lado, codo con codo, respetuosa y cariñosa,
que no me juzgaba nunca y me amaba. Exacto. ¡Me amaba!
Cuando no has aprendido a sentir amor, ¿cómo se digiere esto? Me sentía
culpable por no ser tan amorosa como él lo era conmigo, y eso hacía que
incluso despreciara sus muestras de afecto. Me incomodaban, porque
ponían en evidencia mi falta de amor propio. (Aunque eso lo entendí más
adelante, con los espejos.) Pregunté a mis Maestras, y me siguieron
hablando de la culpa, de sus tentáculos invisibles y de los muros que
levanta. De cómo nos limita y nos bloquea. Fueron unos cuantos vuelos…
Y muchos aprendizajes.

Me enseñaron cuál era el antídoto de la culpabilidad, que no es otra cosa


que el amor y el perdón radical, y me hicieron derribar las murallas que
había levantado a mi alrededor. Me dejaron en bolas conmigo misma y tuve
que verme por narices. Verme con el corazón. Y a regañadientes.

Me sentía culpable por no saber amar, por no sentir, por haber hecho daño a
personas y por culpar a los demás de cómo me sentía. Lo que ahora sé, es
que no mejoramos nuestra vida por qué, para hacerlo, debemos
responsabilizarnos de ella y de lo que sentimos al respecto, y eso nadie nos
lo ha enseñado. A parte, da una pereza infinita. Es mucho más fácil culpar
de las existencias mediocres que llevamos; a la vida (en general), a los
demás, a nosotros, a nuestros padres... Digo que es más fácil, simplemente
porque es lo que tenemos normalizado: nos sale, gracias al piloto
automático que hemos integrado.

Pero, ¿por qué culpar? Pues porque así no tienes que fijarte en lo que hay
dentro de ti. Es la táctica del despiste. La vida se convierte en una huida
hacia delante. No nos han enseñado que dentro de nosotras hay un tesoro.
Pero cuando llegó el momento, en vez de pelear con el mundo exterior,
aprendí a entrar en mi interior para trascender completamente mi vida
previa. Y me perdoné por todos los errores de percepción.

La Abuelita me dijo:

«Te liberas a ti misma de la culpa cuando aprendes a soltar el pasado. Si


es algo que no permitirías que volviera a pasar, ya has aprendido la
lección, incluso has mejorado como persona. Tienes derecho a equivocarte,
pero no tienes ningún derecho a menospreciarte ni a cargar con la culpa
por ese suceso. Te mereces perdonarte, te lo mereces, sea lo que sea que
pasara. Mereces liberarte de la culpa y del resentimiento, y mereces
perdonar a todos los que no supieron hacerlo, no para validar lo que sea
que hicieran, sino porque tú te mereces liberarte del odio. Usa la culpa
para hacerlo mejor la próxima vez. »
Comprendí, que la culpa destructiva no nos hace ningún favor. Sentirse
culpable y no aprender, no aporta ningún beneficio; sentirse culpable o
culpar así no aporta nada. Perdona y sigue con tu vida: lección aprendida.
No te permitas entrar en la culpabilidad, ni permitas que se quede a dormir.
Haz legalmente lo que tengas que hacer, pero suelta el malestar interior.
Suéltalo y sigue con tu vida. Si te han hecho daño, aprendes cuando no
permites que vuelvan a hacerlo; si has hecho daño, aprendes cuando no te
permites volver a hacerlo. Estas ideas abrirán tu mente: Si no perdonas
gana el otro y tú sigues preso del dolor. Si no te perdonas, pierdes. Y te
digo un secreto, no hay otro, todo siempre empieza y termina en ti. Tu
puedes decidir que versión de lo ocurrido escoges.

La Abuelita continó:

«Perdonar no significa absolver. Perdonas o te perdonas cuando entiendes


que no se podía hacer nada más que eso. Le das a la afrenta el curso legal
que necesite, si es el caso, y tú… Sigues con tu vida. Perdonar es poner el
contador a cero. No perdonar es la mayor auto tortura que podéis
infligiros.»
Te digo algo que va a dolerte, solo las bobas no perdonan. Hay que estar
muy loca para cargar de forma perpetua una versión dolorosa del pasado.
Tú decides si eres mediocre o grandiosa.
Cuando llegas al perdón radical, ese tan profundo que es más una decisión
interna, pasa algo mágico; te das cuenta que nadie puede dañarte jamás.

Trabajé con una persona que, estando al volante del vehículo, tuvo un
accidente en el que murieron su hermano y un amigo. Este chico se culpaba
de forma exagerada. Pese a tratarse de un infortunio accidental, él se
castigaba constantemente y no se permitía ninguna cosa que le pudiera dar
felicidad. No digo que no sea normal sentir rabia y desesperación, durante
un tiempo, ni pasar por todas las fases del duelo; es normal y sano. Hablo
de emociones distorsionadas, que siguen ahí 20 años después de los hechos.
Ya era suficiente. Debía perdonarse y seguir con su vida. Que este hombre
pasara 20 años castigándose, no resolvió la muerte de su hermano ni de su
amigo, solo destruyó su vida… Al menos hasta que fue capaz perdonarse y
renacer. Porqué se puede.

Curiosamente, la madre del amigo que murió en el coche, cursó Kora-ki. Y


adivina qué salió cuando trabajamos la culpa. Ella tampoco había
perdonado a ese chico, aunque fingía que sí, y también se culpaba por no
haber podido salvarlo, tampoco se había permitido vivir una vida feliz para
no fallarle a su hijo (muerto).
¿Ves como es distorsionado? ¿Y ves como el castigo es excesivo? Los
muertos, muertos están. Hay que enterrarlos, hacer el duelo correctamente,
permitirse sentir las emociones que salgan, recordarlos, pero no dejar que
sean la gasolina de la infelicidad. Porque ellos ya no volverán, —siento ser
tan cruda—, pero hay que soltarlos, y tú aún estás aquí. Aún puedes ser
feliz. A pesar de lo que haya en tu vida.

Después, hay culpabilidades más escondidas, aquellas que se agazapan


detrás de todos los «deberías». Esas obligaciones adquiridas, de forma
consciente o no, esos compromisos o relaciones con las que nos sentimos en
deuda. Los deberes. Debería haber hecho o dejado de hacer, tú deberías
haber dicho o callado… Tendrás que perdonar también esos errores de
percepción.

Lo que aprendí sobre la culpa es que se elige. Es una decisión y, como tal,
la puedes cambiar. Pese a tener su origen en la religión, ni sabemos cómo y
ya nos estamos sintiendo culpables o culpando desde pequeños, es un
aspecto muy marcado en nuestra sociedad, y su protagonismo va en
aumento en la vida adulta. Podría parecer que no la escogemos, pero en
realidad lo hacemos de forma tácita. La culpa nace y se aprende sobre todo
en el núcleo familiar. Cuanto más estrictas son las normas familiares y
sociales, más a menudo aparecerá la culpa.
¿Sabes aquella sensación tan concreta que experimentas tanto si haces
como si no haces? Pues eso es. Si estás porque estás, y si no estás, porque
no estás. Parece que no hay opción ni salida. Y nace sobre todo de la falta
de autoestima. Yo me sentía culpable por todo y ni lo sabía, pero la culpa
es una gran generadora de emociones como rabia, odio y tristeza. Como es
tan sutil, no te das cuenta que la sientes, notas los efectos.
Por ejemplo: te saltas la dieta (lo que sería transgredir tu norma y la norma
social de tener un peso concreto) y, para compensar, te castigas tres días sin
comer; o, peor aún, te maltratas insultándote y menospreciándote por no
tener voluntad, entre otras cosas. ¿Te suena? Este es el castigo que te
infliges, que retroalimenta y genera más emociones en la misma línea, en
este caso frustración y tristeza, porque en realidad no quieres tratarte así,
pero has fallado, tienes que pagar y pagas castigándote. (O al menos es lo
que has aprendido a creer) El castigo de acumular rencor es no poder
perdonar. Pero has pedido otra manera de vivir, y por eso estás leyendo este
libro. Practica con diligencia cada paso. Erra y vuelve a empezar. Practica
hasta conseguir.

Sanar la herida primaria


Luego está la modalidad de culpa mucho más profunda: la herida primaria.
Te hablaba de ella al principio, ¿recuerdas? Esta es la base. La generan los
padres, sin querer, puesto que ningún padre/madre en su sano juicio, hace
daño a sus hijos queriendo. Pero ellos son también personas dañadas sin
querer, por otros adultos que no supieron hacerlo mejor… Hay que parar
esto. Tú también lo sabes, ¿Verdad? Lo haremos.

Llevaba unos meses haciendo vuelos, arriba y abajo, pero mí día a día no
cambiaba demasiado. Seguía estando enfadada, reactiva con todo, y aunque
era más consciente y al menos era capaz de pedir disculpas —todo un
triunfo viniendo de mí—, experimentaba rabia, odio y tristeza infinita… y
no sabía ni que lo sentía. Solo notaba las consecuencias. El enfado
constante.
Lo que ocurre cuando no sabes lo que tienes dentro, es que pasan cosas en
tu vida que te parece que son externas a ti, pero no. Con el tiempo, ves que
todo empieza y acaba en ti. Me pasaba el día enfadada, siempre criticando
o juzgando, siempre acusando y culpando, fuera y dentro de mi cabeza. (El
diálogo interno de la mente hiriente y rabietas era implacable.) Por aquel
entonces en mi vida había infinidad de motivos para criticar y juzgar, claro,
no podía ser de otra manera, como veremos en el taller de la sombra y la
mente. A veces la cabeza me daba una tregua. No, no vivía una vida feliz,
aún y tener todos los ingredientes para hacerlo, pero sabía que quería estar
bien. Por suerte, aquella suave vocecita que susurraba que tenía que haber
algo más que sufrimiento, era muy insistente. Un gran peso interior me
ahogaba, así que pregunté a mis maestras como podía deshacerme de esa
sensación tan punzante, desgarradora y profunda. Estaba muy cansada de
eso.

Cuando consulté, la Abuelita me dijo:

«El miedo a no ser suficiente para tu madre te hace ser muy exigente y esta
exigencia no te deja dar cuenta de que ya ERES y con eso es suficiente.
Hasta que no tengas la certeza absoluta de que ya eres suficiente y que te
lo mereces todo, no lo tendrás. Sois dignos de recibir todo el amor del
mundo. Si, tú también.»
Lloré, como hacía tiempo que no lloraba. Escuchar que era digna de amor
me hizo un nudo en la garganta. De golpe, fui consciente de que nunca me
había amado, ni me había dejado amar. Y me sentí culpable por no saber
hacerlo y culpé a quién me debería haber enseñado… Los adultos son los
que deben enseñar y sostener las emociones de los niños, nunca puede ser al
revés. Pero claro, los adultos no saben hacerlo, y así nos va…Llegó el
momento de empezar a creer que merecía mi amor.

«Con ser tú, basta; con eso es suficiente. —Decía la Abuelita— Te


empeñas en buscar la perfección y tu anhelo de ser reconocida por todos, te
hace perder lo que es importante, a TI. Ya tienes lo que quieres, ya eres lo
que buscas, ya eres suficiente. ¡Ya eres suficiente! Escucha pequeña: ya
eres suficiente.»
Así aprendí sobre la herida primaria. Vi la base de mi victimismo, cómo
anhelaba que mi madre estuviera presente, que me quisiera. ¡Como la
echaba e menos! No digo que no lo hiciera, digo que yo no pude percibirlo,
no me llegaba. La niña que fui, y que aún está dentro de mí, la echaba de
menos y hacía todo lo posible para agradarle, ni que fuera un poco. Lo que
fuera. Sentía que alguna norma familiar, colectiva o individual debía de
haber transgredido, aunque no supiese cual era, porque no creí que mi
madre me amara... Qué cosa, ¿verdad? Los niños aprenden de los adultos
mucho más de lo que se les enseña.
De este modo, con la sensación interior de no ser nunca suficiente. Con esa
creencia enterrada en lo más hondo de mi ser, entré en la sociedad y sustituí
agradar a mamá, por agradarle a todo el mundo, y me transformé en un
montón de personajes… ¿Te suena? ¿Quién no haría lo que fuera para
obtener la atención y el afecto que necesita?

Trabajando con la culpa, Gloria, lo vio claro. Ella es adoptada, y darse


cuenta de que el rechazo y la rabia que sentía hacia sus padres adoptivos,
tenía una raíz mucho más profunda y subconsciente, la liberó. Los
rechazaba simplemente, por la percepción de su niña interior. Ella fue
abandonada por su madre y, aunque no se daba cuenta, sentía culpa de no
ser lo bastante buena para que se quedase con ella. Cuando sus padres
adoptivos le demostraban su amor, una parte muy interior de sí, no lo
comprendía y los rechazaba. En su interior había una contradicción. Si no
soy suficiente buena para mi madre biológica, nadie me puede amar. Lo
resolvió hablando con su niña interior, la relación con sus padres ahora es
muy buena. Pudo derribar el muro de rechazo que levantó sin saberlo. Y tú,
si quieres, también lo harás, cualquiera que sean tus muros.

Por mi parte, me costó lo mío, pero, perdoné a mi madre y me perdoné a


mí. Ya era suficiente dolor. Solté lastre hasta que sentí que no había nada
que perdonar, supe en el corazón, que todos hacemos lo que podemos.
Decidí alimentar otra versión de la historia e hice que valiera para mí.
Empecé a ver que mi madre, realmente no podía hacer nada más. Decidí
que no quería pensar que ella podría haber hecho algo distinto de lo que
hizo. Decidí que la versión dolorosa que me estaba contando ahora, ya no
era de recibo. Decidí borrar mis interpretaciones y empezar de nuevo.
Cuando lo perdonas todo como actitud de vida, te das cuenta que te liberas
del pasado y además eres capaz de ver a todos libres de su pasado.

El tema de base es sentir que ya eres suficiente como eres ahora, que no hay
nada de malo en ti, que mereces ser amado y que mereces amar sin barreras
de miedo. Y eso pasa, cuando lo perdonas todo. Estés donde estés, seas
quien seas, ya eres suficiente y eres merecedora de amor. Conseguir que
todo para ti sea suficiente es liberador. Y si para otro no lo eres, es su tema,
no el tuyo; que se lo trabaje si quiere.

Y una cosa más; ¿crees que alguien se equivoca adrede? No, a nadie le
gusta. Erramos porque no contamos con la suficiente experiencia en ese
momento. Personas dañadas, dañan, porque no tienen suficiente
información para hacerlo de otro modo. Así que si quieres juzgar a quien te
hizo daño, puedes, pero también puedes perdonarlo y liberarte de la ilusión.
Porque nadie puede hacerte daño a no ser que tú lo permitas.

Culpar, juzgar y no perdonar, en general, nos hace acumular muchas


emociones negativas que no son gestionadas correctamente y sobre todo lo
hacemos cuando hay culpa de por medio. Al ocurrir esto, la energía vital o
gran parte de ella se desvía, se bloquea o merma, y las células y los órganos
se quedan sin fuerza para funcionar correctamente. Hace miles de años que
las medicinas tradicionales trabajan entendiendo que es necesario equilibrar
la energía vital, —el qi, chi o prana— se llama de mil maneras. Esto es
exactamente lo que pasa en tu cuerpo cuando vives anclada al pasado o te
encallas en cómo crees que deberían ser las cosas. En el capítulo de la
mente lo veremos mejor. Tú dirás que la vida es así, que a todo el mundo le
pasa, somos humanos, bla, bla, bla… Pero es mentira. No es normal, ni te
acerca a la paz interior, sentir este vacío. Y se puede resolver, para siempre.
No tienes la vida que quieres porque no te libras de la víctima que
llevas dentro. El perdón facilita renunciar a esa pauta. Y gestionar tus
emociones te permite afrontar cualquier situación que vivas.
Saberte capaz de gestionar cualquier cosa que te pase en la vida, créeme, te
empodera de una manera que nunca has imaginado. Y puedes, en serio, tú
también. Quiero que lo vivas, ¡por Dios!

En conclusión, la culpa empieza cuando se transgreden sistemas de


creencias; individuales, familiares y/o colectivas, y lo juzgamos (con mayor
o menor dureza), eso nos hace sentir emociones «negativas». A partir de
aquí, acostumbran a darse dos escenarios:

Gestionar y aceptar la situación, y permitir la posibilidad de


reparación y resolución (aprendizaje). Llegados aquí, se
perdona el error, se acaba el episodio y se sigue con la vida.
No gestionar ni aceptar la situación, no se podrá reparar y
por tanto no habrá resolución (aprendizaje) y entonces sigues
juzgando y entras en la rueda de sentimientos sin fin. Y
también sigues con la vida, pero con más carga. Que según mi
experiencia, e intuyo que la tuya también, no compensa nunca.

Entonces, el camino para liberar la culpa, es descubrir la que arrastras,


detectar las emociones que genera, aceptarlas, hacer las paces con la
situación y las personas involucradas. Y no hay más. Así se resuelve.
Ahora bien. Tienes que querer hacerlo. Tienes que querer soltar tu pobrecita
de mí. Y si ves que no puedes soltar eso, perdónate por no ser capaz de
momento. No pasa nada, ¿recuerdas? Es que aún no tienes suficiente
información para hacerlo fácil. Pero intenta no engañarte. Se crece con
honestidad.

Lo que aprendí fue a detectar de qué me culpaba, a quién y por qué


culpaba. Luego perdoné, perdoné mucho, perdoné todo lo que pude. Y sigo
haciéndolo. Cuando hice todo, me mostraron como destruir los muros que
levantamos. El rol de víctima genera muchas barreras entre uno y los
demás, defensivas o para atacar; aprendí a derribarlos todos. No me cansé,
una y otra vez de tumbar muros. Así empecé a amar. Comencé a liberar
tensión y se suavizó mi carácter. Un montón, te lo aseguro. Las Abuelitas
me dictaron estos ejercicios y los grabé para concentrarme mejor. Lo
tendrás todo.

Había hecho un montón de trabajo y me sentía satisfecha. Entonces me


enseñaron la meditación «llamada: dar y recibir». Se llama así porque das
amor y por aquello de la retroalimentación del universo, lo que das, recibes.
Como me apasiona, también la puse en un audio precioso que espero que te
ayude, como lo hizo conmigo, a desear lo mejor a todos los que te hicieron
daño.
En aquel momento me parecía que ya había hecho mucho, pero este
ejercicio me mostró, más aún, de la compasión que empezaba a despertarse
en mí. Todo un regalo que comparto contigo encantada.
Vivir a través de la culpa, es de las opciones de vida más desgastadoras que
existen. ¿Es así cómo quieres vivir?
Para ser una influencia positiva, debes aceptar que todo lo que está
generando culpa —y las emociones que la acompañan— ya ha pasado y no
cambiará. Dejar que nos condicione a perpetuidad es una pérdida de tiempo,
además de cruel, ¿no te parece?

Hacer las paces con lo que nos hicieron otros, es, como mínimo, romper el
cordón umbilical con:

con el sufrimiento
los agresores
con los maestros de la infelicidad

Y me reitero, no es justificar lo que hicieron: es simplemente decidir que ya


no te harán más daño. Es una sensación indescriptible de libertad que,
mereces sentir, te lo aseguro. No permitas que el odio te domine y que el
otro te quite lo único sobre lo que tienes control: tu capacidad de perdonar.
En eso solo mandas tú. Lo haremos juntas, sigo estando aquí, contigo.
Perdonarte a ti misma significa, como mínimo, romper el cordón con:

el causante del propio sufrimiento


todos los debería...
las cadenas interiores
la carga del peso del mundo

Sí, posiblemente te culpas de cosas que deberías haber hecho, de acuerdo.


¿Quién no? Puede que las hicieras o no. ¿Qué importa? ¿Cuánto tiempo vas
a castigarte impidiéndote ser feliz? Yo misma, robé cuando era jovencita, y
me costó Dios y ayuda perdonarme. Hecho. Punto. Ya está. Lección
aprendida. Porque, sea lo que sea, no puedes cargar un error toda la vida; no
es justo, ni es necesario. De verdad. Pero si lo consideras necesario, sigue.
Todo está bien.

Todas merecemos vivir felices y todas nos merecemos poder gestionar las
emociones que generan las experiencias que vivimos. Porque todas tenemos
una historia detrás.
El camino más rápido para deshacer la creencia de la culpa destructiva a
nivel interno es hacer las paces con cualquier sensación, sentimiento, idea,
imagen y experiencia del pasado. Poner en orden nuestro pasado y
comenzar el viaje interior hacia uno mismo. Quitar el dolor de la
experiencia y quedarse solo con la sabiduría de la vivencia.
¿O acaso crees que aprendizaje conlleva dolor? La sabiduría es quedarse
con la experiencia y trascender las emociones que iban asociadas a ella. Es
lo que hay, la alternativa, ya la conoces.

No perdonas porque el otro lo merezca, perdonas porque no es justo que en


tu corazón haya odio: por lo tanto lo haces por ti. Y si a quien perdonas es
a ti, exactamente igual: no te perdonas porque lo que hayas hecho esté bien,
te perdonas porque no es justo arrastrar tanto dolor por algo que ya ha
pasado. Aprende, pide disculpas o perdona, y sigue con tu vida.
Cuando haces las paces con tu pasado te liberas. Se disuelven tus recuerdos,
las heridas se curan y se cierran. Eso es libertad.
Es hora de cambiar de verdad tu mundo y no se me ocurre una mejor
manera que empezar por dentro. Es hora de perdonarlo todo, hasta que
sientas que no hay nada más que perdonar. Haz que tu vida sea fácil y sé un
ejemplo para tus iguales. Que tu respeto exterior venga de un respeto
profundo por tu interior. Haz que sea honesto. Lo mejor de la humanidad es
la compasión, búscala dentro de ti y espárcela por el mundo, y sobre todo
por los que te hirieron.

En una ocasión leí que, en un estudio, hicieron el experimento de


comprobar en qué frecuencia se movía un cerebro en meditación y
descubrieron por azar, que cuando perdonas entras en estado theta. Me
parece muy curioso y viene a colación, porque ya sabes que aumentar tu
producción de ondas alfa y theta, te permite conectar con el alma. Lo
comprobé, —no me iba a quedar solo con la teoría—. Cuando perdonas,
esa vibración se queda contigo. Para siempre. Pero solo hay un perdón
posible. El perdón total sin condicionantes. No sirve, eso de te perdono
cuando tu….o te perdono si a cambio…O una que me hace mucha gracia, te
perdono si siento que de verdad te arrepientes. Perdonas perqué tu lo
decides y nadie tiene porque saberlo.

Con todo el trabajo hecho, me di cuenta de algo importante, la culpa es un


anclaje muy poderoso que se disuelve entendiendo y perdonando.
Para terminar, te propongo algunas prácticas para erradicar la culpa antigua
y gestionar la que asome la nariz en cualquier momento, si es que ocurriera:

Prácticas:
- Conecta con tus maestros, ellos son una fuente fiable, pregúntales dónde se encuentra la culpa en
ti y trabájala. También, haz vuelos arriba y abajo con la intención de soltar la culpa conocida o
desconocida, ya que a veces no sabemos muy bien lo que nos pasa, yo soy de ir a por todas.
Y si necesitas que te eche una mano, cómo te decía, tienes a tu disposición los audios con
meditaciones grabadas por mí, de los ejercicios que hice con las Abuelitas. Por ahora usa los de la
carpeta «culpa», y:
- Vacíate de culpabilidades irracionales acumuladas hasta ahora con el audio de liberar la culpa.
- Perdona lo que tengas que perdonar con el del perdón.
- Derriba los muros que levantaste para protegerte y defenderte, con el del romper muros. Ahora
eres una adulta responsable no necesitas estar al ataque ni a la defensiva de nada.
- Haz dar y recibir, un hermoso vuelo guiado, para redondearlo y comprobar cómo te sientes
enviando amor y buenos deseos a las personas que te han hecho daño e incluso a ti mismo.
Puedes practicar todos estos ejercicios sin mesura, no te vas a intoxicar. Practica, dedica tiempo a
reparar todo lo que se ha dañado con tantos años y conviértete en una preciosa alma, en un
hermoso cuerpo.
Una vez más, CONFÍA Y DALO POR HECHO.

Sal de las rotondas emocionales, gestiona tus emociones


— ¡Mamá: yo no tengo la culpa que estés enfadada!
Me quedé helada cuando, el mayor de mis hijos me dijo eso, gritando en
medio del parque. Me enfadó tanto que casi le arranco el brazo al meterlo
en el coche… (Y me perdoné por eso también, lección aprendida) Pero
tenía razón: se la estaban cargando ellos y no era su historia. Tuve que
disculparme y lo hice allí mismo. Mi hijo pequeño me dijo que respirara,
que todo estaba bien— ¡Diosa mía, cuando digo que son mis más grandes
maestros, no miento! — Resultó evidente que tenía que ponerme manos a
la obra, y por supuesto pregunté qué narices hacer con esa rabia que había
en mí.

La Abuelita me respondió que: «gestionamos las emociones cuando


dejamos que estén el tiempo necesario y es importante que no sea ni más ni
menos».
Me explicó que; cuando aparecen emociones, por supuesto las «negativas»,
tendemos a no querer que estén y queremos sacudírnoslas de encima lo más
rápido posible, sin sentirlas lo más mínimo. Estas emociones están ahí para
que las aprendamos, y no lo podemos hacer si no les damos espacio. Dar
espacio es darte permiso para sentirlas. Puede resultar inquietante, es
cierto; no queremos malestar y nos esforzamos en enterrar cualquier
emoción que no nos aporte nada de «bueno»… Pero, fingir que no existe,
ocultar o enterrar una emoción que surge, es de las cosas más nocivas
que puedes hacer por ti. Eso es un auto maltrato del que ni eres
consciente. Una vez más tenía razón, lo vi clarísimo.
Hace mucho que no exploto. De hecho, hace tanto, que me parece un
recuerdo lejano. Como de otra vida. Y la causa es que ya hace tiempo que
aprendí a manejar todas mis emociones. Todas.

A día de hoy puedo decir que no permito que se bloquee en mí ninguna de


ellas, las vivo todas eso sí, pero solo la parte química y no me enredo en la
parte mental. Y te estarás preguntando: ¿es que hay diferentes partes?
Te cuento: la parte química es por lo que la emoción aparece. Cada una de
ellas te enseña algo, tiene una meta, y te ayuda en momentos concretos de
la vida.

Así pues; por ejemplo, la tristeza: proporciona un espacio de


recogimiento para poder gestionar la pérdida, del tipo que sea, y seguir
viviendo la vida con normalidad. Si no te permites estar triste o si entras en
el victimismo y la alimentas expresamente (aunque sea sin querer), esa
emoción se queda contigo y se acumula. Si la vives como es, la sientes y
dejas que te ayude, todo está bien. Solo si la magnificas o la reprimes, se
convierte en algo mucho más difícil de gestionar, como por ejemplo una
depresión.

La rabia enseña a poner límites. Cuando sientes alguien está invadiendo


tu espacio, si sientes rabia y no aprendes a expresarla con respeto, se
acumula y sale en forma de brotes. Por tanto, la rabia bien gestionada da la
posibilidad de decir basta o hasta aquí; la obviada o reprimida te convierte
en una persona agresiva.

El miedo te ayuda a sobrevivir ante peligros inminentes, si no le haces


caso se acumula, y entonces aparece el miedo limitante, que frena cuando
menos te lo esperas. Si el miedo es usado para lo que sirve, como
protección, no hay problema; pero si no lo gestionas de forma óptima se
puede convertir en fobias.

La alegría ayuda a compartir, pero cuando no es bien administrada se


convierte en euforia desmedida, que sale en los momentos menos oportunos
o dificulta la vida o el sueño por la sobrexcitación.

Cada una de estas emociones segrega unos químicos específicos en el


cuerpo que retroalimentan la sensación y condicionan el pensamiento.
Pienso que estoy fatal, mi cerebro envía impulsos electromagnéticos, las
glándulas activan las segregaciones de los químicos correspondientes, luego
siento las emociones en el cuerpo, y vuelta a empezar. Así, una y otra vez.
¿O no?

La parte mental es la que hace que, o bien retroalimentes la emoción


metiéndote en rotondas emocionales, o bien la reprimas para no sentirla.
Ambas opciones son absurdas, porque, aunque no la sientas directamente o
la exageres, va a continuar trabajando en tu interior, sin nadie que la dirija.
¡Será como un pollo sin cabeza!

Cuando no nos dejamos sentir las emociones o cuando las nutrimos en


exceso, crean un bloqueo del flujo energético que genera disfunciones. Si
nos imaginamos nuestro ser como un organismo energéticamente líquido,
las emociones que no expresamos, no aceptamos y/o nos avergüenzan,
serían como cubitos de hielo esparcidos por el cuerpo. Es fácil imaginar
que en un circuito lleno de cubitos, el líquido no circula fácilmente, ¿cierto?
Pues una emoción retenida es la que no se expresa y se convierte en un
cubito, impidiendo la sana circulación de la energía. Las emociones
sobredimensionadas producen el mismo efecto. Las dos alternativas son
emociones atrapadas. Una emoción atrapada pues, es un bloqueo y ya
sabemos que muchos bloqueos emocionales pueden ser la causa de
infinidad de enfermedades psicosomáticas.
La tensión muscular, sin ir más lejos, puede ser causada por la acumulación
de miedo, ira, ansiedad o culpa. La rabia no expresada de forma asertiva
durante mucho tiempo, puede generar problemas del aparato digestivo; la
tristeza, problemas del aparato respiratorio; el miedo, del sistema urinario, y
así un sinfín de historias que se solucionan aceptando y gestionando lo que
sientes en todo momento. Porque todo está bien y sirve.

Las emociones retenidas se alimentan a sí mismas


¿Te has fijado que cuanto más intentas no tener miedo, más miedo sientes?
Cuanto más intentas no estar ansioso, más ansiedad sientes.
Pero, cuando permites que el miedo (o cualquier otra emoción) esté ahí, lo
sientes sin preguntar-te a que es debido, y solo dejas que esté, significa
aceptación, y le concedes el permiso total para existir en este momento,
entonces es el momento de dejar ir.
Si peleas contra él, si te resistes, te sentirás abrumado por esa sensación, y
tendrá poder sobre ti. Te sentirás incapacitado para salir de esta terrible
situación. Tendrás la percepción de que eso que sientes, aparenta ser tan
grande e inmenso, que creerás que es imposible permitirle Ser. Permitirle
ser, también significa ser completamente honesto contigo mismo: «Tengo
miedo, estoy asustado, siento ansiedad».
Porque cuando eres completamente honesto contigo misma, esto conlleva
un efecto.
Cuanta más resistencia pongas, más tiempo tardarás en salir de este estado
de dolor.
Por el contrario, cuanto más aceptes esta situación y permitas que esté ahí, y
la comprendas como un proceso sin más, más pronto lograrás que la ola
pase y el mar vuelva a estar en calma.

Ríndete ante lo que es. Deja de luchar; relájate con plena confianza en este
proceso.
Haz una pausa. Respira hondo. ¿Cómo te sientes, ahora mismo, en este
preciso instante? ¿Experimentas algún dolor o malestar en alguna parte de
tu cuerpo? ¿En cuál? No lo ignores o lo combatas: siéntelo, respíralo por un
momento. A menudo lo reprimes o no le prestas atención, y es algo que
probablemente llevas haciendo mucho tiempo… Pero ya no necesitas seguir
fingiendo, si no quieres. Tus emociones no son un enemigo a eliminar: sois
un equipo o, mejor dicho, ellas trabajan para ti, siempre a tu favor.
El problema de las emociones no sentidas es que se acumulan mal, como en
el Tetris, y salen cuando quieren, descontroladamente. Si, por ejemplo,
sientes rabia por tu jefe (con razón o sin ella) y no encuentras la manera de
expresar tus límites, esa rabia te la llevarás a casa y te vas a desahogar con
cualquier otra persona que no será el responsable. Se la cargará tu pareja,
tus hijos, tus padres... Si te la tragas, se la cargará tu cuerpo. ¿Qué
prefieres? Aprender a gestionarlas, ¿no?
Nuestras emociones profundamente reprimidas son el ingrediente principal
de los patrones de conducta. Aquello que nos lleva a afirmar «yo soy así»
aunque no siempre nos guste. De ellos hablaremos más extensamente luego.
Además, con las emociones retenidas, pasa algo curioso: te llevan a hacer
suposiciones equivocadas, y reaccionas de manera exagerada a comentarios
inocentes que no tienen ninguna malicia o segunda intención, pero que tú sí
se la otorgas.
Es como si llevaras unas gafas con filtro todo el tiempo: si tu emoción reina
es la rabia, estarás siempre a la defensiva o atacando, y te va a parecer que
los demás siempre te atacan, que sus comentarios llevan algo escondido.
¿Te suena el dicho de «todo depende del cristal con que se mira?» Pues eso:
todo lo veras a través del enojo. Y no te darás cuenta que eres tú quien
provoca esas situaciones, porque no puedes interpretar de forma fidedigna
los hechos, por lo condicionado que estás con tus emociones dominantes.
Solo podrás ver el mundo del color que lo mires, y lo miras según tus
emociones atrapadas. Puede incluso que sabotees tus relaciones, sin saber
que una de las causas, son tus propias emociones no vividas…
En general, las acumulamos en nuestra memoria y nuestro cuerpo y llenan
nuestro saco, añadiendo una suave carga, casi imperceptible a nuestra
espalda. Buscamos constantemente formas para no afrontar lo que hay
dentro de nosotros, ya sea porque creemos que socialmente no estaría bien
visto, «los hombres no lloran», «no seas una histérica» o ya sea porque no
sabemos cómo lo podemos hacer. Venga, confiésalo, entre tú y yo: ¿cuántas
veces te ha pasado que explotas con quien no toca, que lloras por un
anuncio de champú o te comes una tableta de chocolate, por citar algunos
ejemplos fáciles? Esto sucede porque siempre sale de nosotros lo que
llevamos dentro. Aunque no queramos.
Decía Wayne Dyer que si se exprime una naranja sale zumo de naranja,
porque eso es lo que hay dentro. Y yo me pregunto: si la vida te aprieta
¿que sale de ti? ¿Rabia? ¿Ira? ¿Tristeza? ¿Amargura? ¿Amor? ¿Lo
sabes?
Las emociones retenidas, o sea, no aceptadas ni tratadas con el respeto que
se merecen, SIEMPRE, —recuerda bien esto—, siempre encontrarán un
espacio para manifestarse. Ya sea en un momento poco oportuno o con
alguna enfermedad psicosomática. Quieren su lugar y lo cogerán. Mejor
darles un espacio preparado y limitado para que puedan manifestare, ¿no te
parece?
Aunque hay algo a tener en cuenta, y es que cuando uno se pone de verdad
manos a la obra para conocerse mejor, aparece alguien en escena. ¿Sabes de
quién te hablo? Se trata del señor EGO. Se pondrá de culo cuando estés
llegando al tuétano. De hecho, justamente te dará la pista de que estás
trabajando a fondo. Sus formas de auto sabotaje son muy sutiles y variadas.
¡Es un crack! Puede aparecer en forma de pereza, desidia, abandono,
prepotencia, justificaciones infinitas, rechazo, etc. Te digo algo, tú verás
quién quieres que decida en tu vida… Y decidir, es actuar en consecuencia.

En la danza de la vida, hay pensamientos, sensaciones y sentimientos que


van y vienen; aparecen y después se van; situaciones que se dan o no, y
respecto a las que tienes sensaciones y emociones. Pero si sacas todo eso y
lo ves como simples olas que pasan, te das cuenta de que solo son
obstrucciones energéticas y, de que lo que siempre ES, en lo hondo de tu
existencia, no cambia, independientemente de las sensaciones, emociones o
experiencias que tengas.
En su día, pregunté cómo gestionar las emociones. Muchas veces no sabía
qué sentía, me costaba identificarlas; a veces porque eran una mezcla de
muchas, otras porque no podía.

La Abuelita me dijo:
«Pídele a tu animal de poder que se coma tus emociones»
Y me enseñó a hacer algo tan simple, tan sencillo… que si lo supiéramos de
pequeños, nos ahorraría un montón de problemas. Eso hice, y me encantó lo
fácil que resultó. Toma nota que vamos a por ello, pero antes te cuento una
anécdota bonita que ilustra muy bien a lo que me refiero.
Pepi tenía mucho enfado con sus padres.
- Se metían constantemente en su vida, sobretodo su padre. Ella era
consciente de que no lo hacía con mala intención, pero la ponía de muy
mal humor ir a verlos cada semana, porque se sentía atacada. Había
acumulado mucha rabia durante tantos años, porque él era alguien
con quien no se podía hablar, siempre tenía que decir la última palabra
y nunca dejaba que ella pudiera expresarse.

Ella no sabía que su enfado galopante tenía que ver con su padre, pero
estaba todo el tiempo enfurruñada. Y llegó un punto que ya no le
gustaba. Así pues, empezó con el día a día. Por la mañana se levantaba
un poco antes y hacía revisión de la jornada anterior, recordando
pequeños momentos en los que se había sentido mal, fuera de la
manera que fuese y usaba la técnica del Animal de poder. A medida que
iba gestionando las emociones, su comportamiento en el trabajo se
suavizó. Recuerdo que al principio me decía que, casualmente, ya no se
enfadaba en el trabajo; que «ellos» estaban más simpáticos… Le dije
que siguiera, que había más. Y siguió. Hasta llegar el día de la visita
semanal a sus padres. Cuando se dio cuenta que su rabia venía de allí,
salió hecho un basilisco. Desesperada, pero resuelta, enfocó su trabajo
matinal a ir recordando las historias con su padre, paso a paso, desde
lo último hasta lo más antiguo que la mente le trajo.

Estuvo un tiempecito, pero supo que lo había conseguido, sin lugar a


dudas, cuando en la visita semanal le dijo a su padre: «Papá, déjame
decirte que te quiero. Y que no me gusta que me hables así. Ya sé que
no lo haces con mala intención y que seguramente es costumbre para ti,
pero he visto que no me gusta y quiero que dejes de hacerlo.» Su padre
se quedó mudo.

El hombre siguió haciendo lo mismo porque le salía automático, pero al


menos, ella veía que lo intentaba, y no se tomaba a mal las veces que se
lo recordaba con mucha paciencia: «Papá, así no, ¿recuerdas?»

A partir de entonces, supo que ya ninguna otra emoción se le resistiría.


Se sintió liberada, capaz de vivir un montón de experiencias sin que la
dominaran y, de paso, empezaron a crecer las semillas de la compasión
real en ella.

Cuando tenemos una emoción retenida nos domina, perdemos el control y


nos alejamos de nuestra esencia.
Para gestionar las emociones que sentimos, primero tendremos que
reconocerlas y no juzgarlas. Y reconocer, no significa que tengas que ser
capaz de saber exactamente qué emoción es la que sientes, ni dónde está el
origen, es simplemente notar la sensación corporal. Permitirte sentirla.

Busca un lugar tranquilo donde, al menos por un rato, no te molesten. Ponte


cómoda, y recuerda la situación que quieres gestionar, por ejemplo: algo del
trabajo, la familia, los amigos... Invoca a tu animal de poder y pídele que se
quede delante de ti. Recuerda el momento que has vivido tal como si lo
estuvieras viviendo ahora. Date un minuto solo, no tienes que regodearte en
el drama, siente esa emoción. No hace falta que la etiquetes, si no quieres, y
cuando ya le hayas dado su espacio de un minuto o dos máximo, imagina
que haces una bola con esa sensación, o que se evapora de ti, que la sacas
de tu cuerpo y se la entregas al Animal de poder. Lo tienes delante y está
aquí para ayudarte. Confía. Todo está bien. Repite cuantas veces sea
necesario hasta eliminar por completo la sensación interior, esa que conoces
tan bien.

Limpia todas tus emociones estancadas, empezando por las últimas que has
vivido. No te metas en pantanos de hace siglos, aunque sepas que están ahí.
Empieza a practicar con las situaciones del día a día, y así podrás ir
vaciando lo más reciente, que aún tienes fresco, sin llenarte de lo nuevo. De
esa manera te acostumbras a darle espacio a esas emociones diarias, a
reconocerlas, entenderlas y soltarlas. Ya habrá tiempo para hacer limpieza a
fondo más adelante cuando le hayas pillado el tranquillo.
Es cierto que, a veces, hay situaciones que no cambiaran por el simple
hecho que tú gestiones las emociones que generan, pero, por lo menos, no
le añadirás esa carga de tu parte. Y aunque sea solo eso, en la mayoría de
los casos, ya se obran cambios.
El día a día está repleto de emociones que no se pueden gestionar con la
persona concreta, a veces no es tan sencillo, pero si te acostumbras a
vaciarte a diario de las turbulencias generadas, verás que empiezas a saber
expresarte de otro modo, y que puedes incluso decir cosas que antes no te
habrías atrevido. Y ahora toca mirar dentro de ti. Te doy dos modalidades.
¿Estás lista? ¡Vamos allá!

Prácticas:
- Versión larga:
Ponte los tambores e invoca tu Animal de poder para ir al mundo de arriba a revivir las emociones
retenidas y liberar la tensión acumulada.
Párate y siéntela. Aprende de ella, siéntela ahora, aquí en este momento. Escaparte de esto no te ha
servido de mucho y lo sabes. Reproduce la emoción, deja que sea; no la juzgues, ni la etiquetes;
experimenta la sensación corporal. ¿Donde la sientes? ¿En el pecho, en la boca del estómago?
¿Notas calor o frío en alguna parte del cuerpo? ¿Puedes notar cómo te hierve la sangre o como la
tristeza aflora? Tira de recuerdos momentáneamente para dejar salir esta emoción y revivirla. Una
vez aquí, date permiso para sentir, deja que sean un momento, no pasará nada. Es la resistencia a
soltar lo que mantiene viva la sensación, acepta lo que sientes, está bien. No es ni buena ni mala:
solamente es una emoción. Deja que el animal de poder se la lleve. ¡Ya está! No ha sido tan
difícil, ¿verdad?

- Versión corta:
Entrégale tus emociones al animal de poded en el momento que las sientas. El mecanismo es
parecido, aceptas que estas sintiendo lo que estas sintiendo sin juzgar si es correcto o no, date unos
momentos para sentir toda la dimensión de la emoción. Y cuando estés lista se lo entregas a tu
animal de poder. Sin vuelo arriba, sin tambores ya que él está siempre contigo.
- Tienes dos audios;
1. para equilibrar tus centros energéticos con el Animal de Poder
2. para gestionar y liberar tus emociones con el Animal de poder, también

Una emoción aprendida es aquella que ha tenido su espacio. Ahora puedes


ir buscando tus emociones atrapadas y, con paciencia infinita, porque te
amas ya mucho, trabajarlas. Tú puedes.
- Juan nos contaba que, para poder dejar ir las emociones que sientes,
primero tienes que admitir que las sientes, y que eso fue lo que más le
costó: admitir que sentía lo que sentía. Lo habían educado en la
evitación. Pero cuando las dejas ir, sientes un descanso interno
maravilloso, como si se hubiera deshecho un nudo que te apretaba o
soltaras un gran peso de golpe.

Y ahora, piensa cómo sería gestionar conscientemente tus emociones;


piensa en cómo vivirás cuando hagas esto todo el tiempo. ¿Te gusta?
Por supuesto, también puedes conectar con tus maestros, haz vuelos para
que te cuenten otras maneras de hacerlo, te dirán muchas, estoy convencida.
Escucha, aprende. Confía. No tires la toalla, por favor. Y dalo por hecho. El
cambio está en ti. Y yo sigo aquí contigo. No vas sola, no vas solo.
MENTE, EGO Y CEREBRO
LA UNIÓN HACE LA FUERZA

«Si realmente estamos queriendo un mundo mejor; si realmente estamos comprometidos con un
cambio; si queremos, en verdad, interrumpir los círculos viciosos de sufrimiento, necesitamos
conocer el funcionamiento de la mente y del ego. Porque solo habrá cambio allá afuera si hay un
cambio adentro. Solo habrá un cambio en la sociedad si hay un cambio en nuestra conciencia.»
Sri Prem Baba
En una ocasión, se me ocurrió preguntar qué diferencia había entre mente y
ego, y la Abuelita me dijo que volviera otro día con más tiempo. Sí, a mí
también me pareció una broma… Pero lo hice. Y ese, fue el primero de los
vuelos largos que empecé a hacer. El primero en el que interactúe con las
Maestras como si fuera una conversación normal y corriente en el bar del
pueblo. Creo que hasta que no terminó no fui consciente de lo que había
ocurrido. Fue un tanto raro, porque escuchaba mi voz en su voz.

El principio de todo
Así pues me contó lo siguiente: ¿Preparado/a?
«Eso a lo que llamas yo, es un alma dentro de un cuerpo, con un ego para
moverse por el mundo y una mente materializadora, todo ello empastado y
engrasado con una sustancia etérica llamada amor. Pero no el amor
apegado que vivís normalmente, sino amor del bueno. Tu yo en la tierra, es
la suma de todo esto y lo puedes usar todo para ser feliz. Si quieres, claro.»
Vamos por partes.
«Allí, en algún lugar sin coordenadas, existe el Gran Espíritu, un vacío que
solo ES. A veces lo llamáis Dios, todo está perfecto.
Este Vacío un día pensó en hacer extensiones de sí mismo, y así lo hizo.
Empezó a tejer un juego ilusorio que transcurriría en un patio al que llamó
universo, la tela de araña, un espacio donde existirían todas las
posibilidades y que contenía todo lo que el Gran Espíritu es. Un espacio
donde todo está inventado.»
¿Por qué? Pregunté.
«Porque al Gran Espíritu le encanta jugar y le gusta compartirse. Él es la
realidad y el juego es la ficción. En su creación imaginó un artefacto al que
llamó mente universal, igualmente sin localización. Pero decidió que este
sería el mecanismo que llevaría a cabo las manifestaciones, o sea,
materializar todo lo que el Vacío absoluto es, y crear el universo donde
jugar consigo mismo. Esta mente, hizo lo que, aparentemente, suelen hacer
las mentes, pensar.
Se hizo una pregunta, ¿qué pasaría si hubiera dualidad?
Y en ese instante empezó a materializar toda una suerte de opuestos. Por el
momento, todavía no existía el universo tal como lo conoces, solo había un
montón de posibilidades y un artefacto, la mente universal, capaz de
materializarlas. Esa mente universal empezó a crear materia y
antimateria, y más y más y más. A medida que la mente iba materializando
parte de lo que hay en la matriz, un buen día… ¡PAM! Se juntan todas las
creaciones hechas y aparece el multiverso, con absolutamente todas las
posibilidades susceptibles de ser materializadas.
El Vacío Absoluto, o la Fuente o Dios, es tan estupendo que hizo que en
cada una de las creaciones que materializara la mente siempre hubiera un
trocito de Él. Por tanto, tenéis un montón de creaciones en el mundo y por
suerte siempre hay alma en ellas. En el multiverso se materializaron
especies de plantas, animales minerales, seres… Y todos ellos contenían las
dos partes de la creación: la que es real, alma, y la que es ficción, materia.
Para diferenciar qué es real y qué es ilusión, solo tienes que observar si
tiene la particularidad de cambio. Si algo puede cambiar, es parte de la
ilusión, si algo no cambia pase lo que pase, es parte de la realidad.»
Entonces, dije: — si todo lo que cambia es ilusión, ¿mi cuerpo no existe en
realidad?
«Exacto, tu cuerpo cambia, es ilusión; tu personalidad cambia, es ilusión;
tu amor cambia según el interlocutor, es ilusión.»
Entendí que es como si vas al teatro y piensas que ese personaje de la obra
es real. Es evidente que sabes que el que es real, es el actor que interpreta lo
obra. Quise más…

¿Qué es lo que siempre se mantiene intacto?


«Tu alma, tu esencia. Hagas lo que hagas, seas quien seas, tu esencia
siempre será la misma a través de los siglos. Esa es la realidad. Y además
es la misma alma para todos.»
O sea, somos almas disfrazadas de personajes. Lo real es el alma, la ficción
es la persona. ¿Estás flipando ya? ¿No? Pues espera. Para mí esto fue muy
chocante. Sigo:

«Hay que diferenciar entre crear y materializar. La verdad es que todo lo


que podáis imaginar, e infinidad de cosas que aún ni las habéis imaginado
remotamente, ya existen en el plano de todas las posibilidades, ya están
creadas. Materializar es el hecho de volver tangible algo que solo es una
posibilidad. Todas las películas, todos los libros, todas las experiencias,
todos los inventos, todas las vivencias evolutivas ya existen latentes
esperando a que alguien se las descargue y las viva. La posibilidad de la
bombilla ya existía cuando la humanidad estaba en pañales de cueva en
cueva; solo se necesitaron años de evolución para que alguien pensara en
la posibilidad y la convirtiera en tangible.»
Tenía que ver si entendía bien lo que me decían así que apunté: —Entonces
tenemos que, el universo y todo lo que es materialmente visible, sensible,
audible…, en cierto modo, y en un espacio concreto (la matriz), está ya
creado, todas las posibilidades y opciones que me pueda imaginar o que ni
imagino están creadas; ese yo al que tengo tanto apego es una ilusión, una
invención, una fantasía, como todo lo que hay en el universo—.

« ¡Exacto! —Dijo ella quedándose tan fresca y riéndose de mi cara


de pasmarote— «Y tienes en tu interior la chispa del Gran Espíritu, del
Vacío absoluto, la Fuente, Dios, esa chispa no es más que el alma, la
partícula divina, la partícula de Dios, o llámalo como quieras. Y este juego
es tan perfecto que como humanos siempre tenéis la posibilidad de
conectaros con esa parte que ya sois, pero se ve que habéis olvidado.»
En algún lugar y momento leí que los hindúes tienen una palabra para este
concepto. Ellos a la ilusión la llaman maya y upaya es el arte de vivir esa
ilusión.
Continuó: «el Gran Espíritu creó todo este tinglado en un nanosegundo, y
vosotros estáis viviendo este nanosegundo, esa ilusión. Es como cuando
duermes, que te parece que ha pasado un instante, pero en cambio han
pasado horas. El tiempo es relativo porque es una ilusión también. Y todo
esto tiene un final. El juego acaba, y acaba bien.
El cuerpo es denso, el alma es sutil. Sus vibraciones tampoco son iguales.
El cuerpo necesita de tiempo y espacio para ser: el alma ES y punto.
Dentro de ti hay el recuerdo de lo que realmente eres, escondido bajo
capas y capas de ideas, creencias y suposiciones.»
Sí, leíste bien.
El ego, tu personalidad, el yo soy
Vi en un montón de imágenes, que nacemos siendo un núcleo puro, como te
decía páginas atrás. A un bebé no le preocupan las cosas como a un adulto.
Nadie nace siendo racista o intolerante. Nacemos libres, de culpa y
personalidad. Y mientras avanzamos por la vida, nos vamos envolviendo en
capas, aunque con el tiempo esas capas acaban convirtiéndose en muros que
separan. Ya lo vimos.
Sería algo así:

En cuanto nacemos empezamos a vernos, a reconocernos, a adoptar una


conducta, una manera de ser, después una personalidad. Las palabras
escuchadas, emociones sentidas y asociadas a esas palabras, deseos,
necesidades, percepciones, pensamientos, creencias, sistemas de valores,
todo eso va conformando a la persona que serás.

Dependiendo del entorno social y familiar serán una u otras completamente


distintas. Todas esas percepciones las aprendemos y las instalamos para
adaptarnos al medio y sentirnos amados. Porque en la tierra, el objetivo no
es, ni ha sido, ni será nunca sufrir, sino evolucionar. EL OBJETIVO
SIEMPRE ES DAR Y RECIBIR AMOR. Recuerda: un amor que ya
viene en ti de origen y está en ti todo el tiempo, te guste o no, lo sientas o
no.

Y siguió contándome:
«A esa identidad que se va creando en el proceso, se le llama ego. Ego no
es nada más que tu personalidad en la tierra, aquello que defines como tú.
Respecto al ego, tú eres la suma de tus creencias. Pero todo eso no sirve
para nada cuando te mueres: todas esas creencias sobre lo que eres y lo
que no, son una ilusión que se desvanecerá en cuanto te vayas a otro plano.
Al ego no le gusta pensar que su paso por la vida sea un parpadeo diminuto
e insignificante del tiempo cósmico — aunque lo es— o que la carcasa que
te rodea (cuerpo) no es permanente. Él lo sabe, pero no quiere que
descubras quién eres, porque cree que esto supondría su muerte.»
Tenía mucha curiosidad para entender qué era el ego y cómo eliminarlo,
porque según había leído y escuchado ese era el enemigo a abatir si uno
quiere estar en paz, y…

La Abuelita me dijo:
«Cualquier sistema de creencias sostenido durante el tiempo, tiende a
convertirse en miedo al cambio, y, según esta visión, el ego, es el rey de las
creencias limitantes y negativas. Es el rey en ver ellos y los nosotros y
alimentar y fomentar la separación de naciones, pueblos y personas, sin
daros cuenta que eso es el reflejo de vuestra propia separación interior.
Juntar tantas creencias de separación constituye un ente propio al que
llamáis ego y desde luego que tiene toda la fuerza de millones de años de
condicionamientos, creencias y decretos que la vida se esmera en
corroborar.
Pero en realidad hay otro juego. Sois seres espirituales viviendo
experiencias humanas, almas en cuerpos. Cuando andas por la calle eres
un alma en un cuerpo andando por la calle. Quien trastea por la vida es tu
alma a través de tu cuerpo, pero habéis hecho tan grande al ego, le habéis
dado tantas herramientas de separación, que os parece realmente que
tenéis entidad única separada de todo lo demás, cuando la verdad es que
sois unidad.
Hay otra manera de interactuar con el ego. En realidad, el ego, , es la
única forma que tenéis de cambiar creencias, el único espacio donde podéis
hacer los cambios necesarios para poder vivir la vida de amor por la que
nacisteis. El Ego, pues, es vuestro amigo y el único vehículo para sentir la
unión. ¿Como si no, interpretarías nada? ¿A través de que parte de ti
experimentaras la unidad? La entenderás con la mente, la sentirás con el
cuerpo y la vivirás a través de tu personalidad. Porque este es el juego en
la tierra.
Habéis convertido al ego en vuestra única descripción, cuando solo era
una herramienta para transitar por la vida, le habéis dado toda vuestra
vida a ese ego. El Ego es el vehículo sin ubicación física mediante el que
interpretáis la vida en la Tierra.»
Resumiendo: que aquello a lo que llamamos ego es el personaje, una suerte
de creencias, en general negativas, y, sobre todo, lo que creemos que somos.
Yo, Raquel. Tú, quien creas que eres. Entendí que hay mucho más por allá
debajo, y que si el ego se conectaba y se entendía con eso más profundo, la
persona realmente podía hacer cambios espectaculares en su forma de vivir
en el mundo. Pues eso. El caso es que vivirías tu existencia con una
seguridad nunca vista. Cosa que a mí, personalmente me encanta. ¿Lo
quieres para ti?

Usa el ego/personalidad para sentirte, que para eso lo tienes. Olvídate


de destruirlo: lo único que tenemos que hacer con él, es darle la importancia
que merece. Es solo una parte más de ti en la tierra. No es lo más
importante, ni lo único. Y lo sabes.
La Abuelita me dijo:
«No se trata pues de vivir sin ego. Ningún maestro espiritual ha hecho
semejante estupidez, todos ellos sabían de su conveniencia. Incluso tenían
una personalidad marcada y fuerte. Si alguien se imagina la santidad como
carencia de personalidad, está atrapado en el dogma de las religiones. Se
trata de vivir sin identificarse con el ego.»

Dime, ¿cómo crees que sería tu vida si vivieras a través del


alma y no a través de tus creencias ancestrales, sociales y
familiares?
¿Qué pasaría si las creencias que forman tu
ego/personalidad fueran otras?

¿Y cómo nos liamos tanto?, pregunté. ¿Cómo se generan las creencias que
nos hacen sentir que solo somos nuestra personalidad y que nos hacen vivir
como lo hacen?

El cerebro, la maquinaria perfecta


«Tenéis un cuerpo y en ese cuerpo está el cerebro, que tiene dos partes muy
diferenciadas. El hemisferio derecho, que piensa en imágenes y aprende
con el movimiento. La información entra en los cuerpos simultáneamente a
través de los sistemas sensoriales y explota en el momento presente. Es
como sientes y como escuchas, como eres aquí, en el presente. Sois seres de
energía conectándoos a la energía de alrededor mediante los hemisferios
derechos.
Y el hemisferio izquierdo, que es lineal y metódico. Está diseñado para
captar todo el collage del hemisferio derecho, coger detalles y archivarlos
organizados y categorizados. Lo que aprendéis con las experiencias
sensoriales lo comprende cómo pasado y proyecta en el futuro como un
montón de posibilidades condicionadas. Piensa utilizando el lenguaje, es la
voz continua que tenéis en la cabeza y que conecta el mundo interno y el
mundo externo. Se ocupa del pasado y del futuro. Tú no eres tu mente, pero
tu mente hace siempre eso que tu le digas que haga.»
Y siguió, —te dije que fue uno de los primeros vuelos largos
¿verdad? — «Tenéis al hemisferio derecho captando un montón de
información de los padres, familiares, profesores, amigos, etc. En forma de
imágenes y movimiento junto con sensaciones. Los niños de -1 a 7 años,
captan absolutamente todo y toman nota subconsciente. Con esa
información el hemisferio izquierdo organiza y etiqueta.
O sea, que si un niño observa a su padre tirar un papel al suelo, el
hemisferio izquierdo lo archiva como correcto (solo porque lo hace el
padre, Dios con patas para su hijo a esa edad). Si los padres ven un desfile
de las fuerzas armadas y sienten pavor, el niño captará ese miedo y su
hemisferio izquierdo archivará, ejército con miedo. Si sus padres pasan
apuros económicos, el niño archivará, dinero, malo. Y así se va creando un
montón de entresijos de creencias y de «yo soy», ficticios, pero que hacen
que la vida sea como es en estos momentos.
Quizá has escuchado o percibido a través de tus padres cosas como «la
vida es dura», «hay que ganarse el pan», «el dinero no da la felicidad»…
Todas esas frases dichas y sentidas por los adultos «responsables» que se
ocupan de los niños, hace que entren directamente en el torrente de
creencias de los pequeños y se instalen a vivir allí. Igual tú, no escuchaste
nunca estas frases, pero en tu familia, sociedad, escuela… había maneras
de hacer que copiaste, porque a muy temprana edad uno no sabe cómo
moverse en el mundo y lo que hace, es copiar todo. Absolutamente todo. Si
no sabes cómo se resuelve un problema de tu vida, mirarás y copiaras del
entorno.
Esa información queda archivada en el cerebro como maneras de ser y
comportarse y ya lo tenéis todo para proyectar. Y es que, por si no lo sabías
Todos tus pensamientos son energía proyectada.»
Flipé mucho. No te engañaré. Así es que, tenemos un cerebro recopilando
información y convirtiéndola en creencias que se transforman en nuestra
personalidad/ego, y tenemos una mente que necesita material para
manifestar. ¿Qué te parece? ¡Todo a punto!

Es decir, la mente se conecta con tus creencias y proyecta en tu vida


exactamente lo que hay en tu subconsciente. Tus creencias archivadas y
normalizadas. Tu mente siempre hará lo que crea que quieres que haga. Es
siempre coherente con la información de la que dispone. Si tu creencia es
que el dinero no da la felicidad, te traerá problemas económicos para que no
tengas nunca mucho dinero. Así, no habrá peligro de ser infeliz. ¿No?

LA Abuelita, me toco la cabeza con cariño y dijo:


«Debéis recordar que la guerra y la paz, comienzan en la mente de las
personas.»
La mente es el artefacto materializador, ¿recuerdas? Si quieres saber qué
creencias hay en tu subconsciente, solo tienes que mirar que tipo de
vida tienes. En tu vida ¿hay escasez? ¿Siempre parece que tropiezas con las
mismas piedras? ¿A menudo los mismos problemas con los compañeros de
trabajo, aunque cambies de empleo? ¿Te encuentras siempre con los
abusones de turno? ¿Te encallas en problemas de salud, una y otra vez? En
tu vida no hay lo que quieres, hay lo que crees.

Todo eso responde a tu subconsciente. Y puede que tú no te des ni cuenta,


pero créeme tienes la clave en ti.
Para empezar a cambiar tú vida de verdad hace falta conocer qué
mecanismos usa la mente para manifestarla, en qué se fija, a qué le hace
caso, y qué tipo de personalidad/ego revela.
Lo primero a lo que se engancha la mente para crear es el pensamiento, esa
vocecita interior de la que hablábamos antes. ¿La oyes, cierto?
Murmurando, —a ver por donde sale est ahora…— Salúdala de mi parte.
Pensar en algo concreto de forma prolongada tiende a materializarse. Si
eres de pensamientos mayormente negativos, tu cerebro solo te hará fijarte
en cosas negativas de tu alrededor, y atraerá para ti ese tipo de experiencias,
para corroborar tu discurso interior.

La mente, un fantástico artefacto materializador


Entonces pensé en mi mente, y me pregunté si no sería nada más que un
pedacito de la mente cósmica… Y como si me leyera el pensamiento me
contestó:
«Igual que hay una mente cósmica que materializa todo, las personas
tienen una mini mente: su propio artefacto materializador ya integrado.
Por suerte. La mente es esa parte que te permite crear tu vida como tú
quieras. Úsala para descodificar lo que dice tu alma no lo que dice tu
historia»
¿Pero, qué pasa normalmente? Que la mente conectada con la sombra solo
hace que tener pensamientos negativos y limitantes. De hecho, se dice que
puede tener unos 70.000 pensamientos diarios y que le 90 por ciento son
negativos y repetitivos. Así es que, cuando no estás pensado en algo
especifico de forma consciente, ella reproduce, como un loro, todos los
pensamientos que tuviste ayer y anteayer…
No piensa por si misma, o sea que tira de recuerdos o imaginación. Una
de sus funciones, es crear coherencia entre las creencias que tienes y la
realidad.

La Abuelita me contó que: «si quieres cambiar tu vida, aparte de ver lo


que hay en la sombra, le tienes que dar de comer cosas sabrosas a tu
mente.» Interpreté que significaba darle pensamientos positivos
deliberadamente.
En consecuencia empecé a entonar afirmaciones en forma de mantra. Sabes
lo que es un mantra ¿no? Leí que, el mantra es una combinación de sonidos
de palabras, silabas o grupo de ellas que liberan la mente de lo material o de
la experiencia mundana. Los mantras funcionan a través de la repetición
constante de oraciones y sonidos en voz alta e internamente y, de esta
manera se logra desechar los pensamientos. Los hindúes y budistas los usan
para prepararse para la meditación, a mi ese concepto me sirvió para parar
mi mente negativa e irla convirtiendo en amable.
Cuando no estaba centrada en los quehaceres del día que precisaban de mi
atención plena, en ningún caso dejaba a mi mente deambular a su rollo, así
que le daba de comer cosas bonitas como: «soy amor», «todo está bien»,
«soy abundancia…» Repetido una y otra vez.

La mente consciente y la subconsciente no pueden funcionar a la vez. O


rige una o lo hace la otra. Así que, todo el tiempo que podía, estaba
consciente de mis pensamientos. Y cuando no lo conseguía, tenia paciencia
conmigo. Sabía que estaba cambiando años de condicionamientos.
El dialogo interno es muy importante porque da forma a nuestra vida.
Aprender a dominar la mente, enseñarle a pensar distinto para que se
conecte con las imágenes de nuestra sombra que nos acercan a la felicidad,
es vital, si quieres una vida plena.
Ahora bien, no confundir en que eso se traducirá en la ausencia de
situaciones difíciles. Hay una parte de la vida que es inesperada, pero tener
herramientas para tener una actitud concreta ante ella, es lo que te da la
calma de fondo, que te permite sortear las olas firmemente. A eso vamos.
Quiero para ti, la posibilidad de crear situaciones y vivencias que te aporten
paz constante. Quiero para ti, una vida fácil, ligera. ¿La quieres?

Proyecta tu vida con consciencia


En ese, momento de mi conversación con la Abuelita reflexioné en voz alta:
—dije: si yo me digo o pienso algo repetitivamente, durante un tiempo,
terminaré creyéndolo y haciéndolo realidad, por esa fuerza increíble
llamada sugestión. Leí una vez que, «lo que piensas, atraes». Pero veo que
esto va más allá del pensamiento, ¿no?
A lo que ella respondió que: «a veces quieres tener pareja, por ejemplo,
o un empleo, y piensas en eso todo el día, pero tu vocabulario es
contradictorio. Piensas que quieres pareja o empleo, pero dices que está
muy difícil y que los mejores ya están pillados, que es muy complicado, que
el patio está fatal… Siempre tendrá más fuerza lo que hablas que lo que
piensas. Los decretos tienen mucha fuerza, puesto que la energía sonora de
la voz, vibra en todas las células de tu cuerpo. Y más allá.
Ya tienes dos aspectos a tener en cuenta: piensa en algo y habla
coherentemente sobre ello. Que todo sea acorde y vaya en el mismo
sentido. Piensa en abundancia y que todas tus conversaciones sean de
abundancia. (Querer prosperidad y fijarte en la crisis no es ser coherente;
pretender ser abundante y pensar en lo que no tienes, tampoco) ¿No te has
fijado nunca que la gente que se queja, cada vez tiene más motivos para
quejarse? ¿Qué parece que todo les pasa a ellos?
Usa correctamente el poder de cada palabra que dices. Tu mente está al
acecho.»
Vale, dije. ¿Qué más?
A lo que me contestó; «suma uno más: las emociones. Estas son más
fuertes. Puedes pensar algo repetidamente, puedes declararlo, pero cada
vez que sientes algo, envías directamente una señal magnética a tu mente
que a su vez la envía al universo, y el universo no puede hacer nada más
que devolverte eso que has sentido. La emoción es magnética. Imagina
cómo es tu vida si al pensamiento le sumas el decreto y la emoción.
Pero aún queda mucho por hacer y es apasionante tener tantas
oportunidades de convertir tu existencia en algo distinto.
Tu vida, también es lo que vibras. ¿Qué sientes que eres? ¿Qué vibra en ti?
¿Te sabes merecedora? ¿Tienes todo lo que necesitas en tu vida? Siéntate y
espera paciente a que llegue, porque no hay otra opción; si te sabes
abundancia, tendrás abundancia; si te sabes amor, tendrás amor; si te
sabes felicidad, tendrás felicidad. El problema de la escasez es si tú te
sientes merecedora de abundancia. Y fíjate que no digo que pienses que
eres tal o cual cosa. Tienes que darlo por hecho y darte un tiempo de
manifestación. Cuando lo das por hecho, hecho está. Es igual lo que
tarde.»

El que está seguro del resultado, puede esperar sin ansiedad.

Entonces mi imaginación se disparó. ¿Puedo imaginar, pensar, sentir y dar


por hecho algo y ese algo será realidad?
Las Abuelitas se rieron, pero me habló otra distinta a la que me contaba
hasta ahora:
«Si, puedes, pero tienes que tener en cuenta el tiempo, ya sabes que aquí en
la tierra es necesario para todo. Así que, imagina que puedes manifestar
cualquier cosa en el momento de pensarlo. ¿Sí? —Si—. Piensas en una
jirafa, la sientes, lo das por hecho. Si estuvierais creados para manifestar
sin intervalo de tiempo, esa jirafa ¡Pam! Caería del cielo al momento. ¿Te
imaginas el caos? No, eso no funciona así.
Cuando quieres que haya algo en tu vida, debes tener la certeza inamovible
que eso será realidad y darle tiempo. Cuanto mas prácticas la certeza, más
corto será ese tiempo. Pero relájate. Ahora practica manifestar cosas
pequeñas. ¡Practica, niña!»
Y lo hice, vaya si lo hice. Y entendí a la perfección que significaba darlo
por hecho y olvidarse de ello.
He de decir que el paso de dar por hecho, de vibrar lo que quieres ser, hacer
o tener, me pareció muy bonito, porque, cuando llegas aquí realmente ha
habido un cambio de consciencia. Ya no piensas, ni hablas, ni sientes, sino
que eres; te has convertido en eso que quieres, aunque aún no lo puedas
tocar.
La verdad es que, por aquel entonces estaba entusiasmada. Me di cuenta
que con los ejercicios de la culpa y la gestión de las emociones ya había
hecho mucho para acercarme a la paz dentro de mí… Pero aún no la sentía
del todo.
La Abuelita, que me vio sonreír, dijo:
«Ahora que llegaste a este punto ya no eres la misma, hubo una
transformación en tu interior y por eso la realidad se alinea a tu frecuencia
con mucha más facilidad. Llegar a materializar tus deseos sin esfuerzo está
a una luna de distancia»
Me recordó que hay que ir paso a paso. La transformación se produce con
la certeza que uno la siente. La duda limita, ralentiza, disipa el objetivo.
Paso a paso. Todo está bien, no te preocupes. Recuerda que tu mente es tu
artefacto personal de manifestación. Cuando la mente se conecta con la voz
del alma funciona sin ningún esfuerzo. Y la mente aprende por repetición.
Úsala para conectarte con tu alma y vive experiencias preciosas y fáciles. Sí
fáciles. ¿Por qué deberían ser de otro modo?
Así que, desarrolla todas tus capacidades mes deseadas, puesto que ya
existen.
Aprende a usar la maravillosa energía de tu alma/conciencia a través de tu
pensamiento/mente, y vívelo todo en tu personalidad/ego.
Así llegué a comprender que la mente es solo una herramienta, genial, por
cierto, y tremendamente efectiva. Y me pareció muy interesante descubrir a
qué se conectaba para materializar mi vida. Resultó obvio que, al menos
hasta entonces, mi mente se conectaba con mis creencias para convertirse
en una mente rabietas que solo buscaba situaciones para quejarse. Y, la
tuya, ¿donde crees que está conectada? Lo sabrás por lo que hay en tu vida.
Al final, me di cuenta que es como si anduviéramos con dos mentes, la
espiritual y la material, y que cuando conviven en equilibrio, no hay ningún
problema:
Estás conectada con la conciencia/alma: si sientes certeza,
seguridad, confianza, amor, y en tu vida hay sincronías,
facilidad, fluidez.
Estás conectada con el Ego/personalidad cargada de creencias
negativas: si experimentas duda, inseguridad, miedo, conflicto,
malentendidos, bucles emocionales, problemas.

Tal como he dicho, el ego te da una visión muy particular de lo que está
pasando ahí fuera, hará lo que sea para que te lo creas y que consideres que
lo que te pasa en la vida no tiene nada que ver contigo. Son muchos siglos
de condicionamiento. Se amable contigo. A pesar de ello el ego no es malo,
solo lo parece. Es como un chiquillo malcriado. Solo hay que darle amor y
límites claros.
El ego se crea con la información de tu subconsciente. Allí está como en
casa; hace y deshace a su gusto, y deja que la mente cree realidades según
lo que haya en tu sombra. En lo subconsciente están las creencias, ideas,
juicios y experiencias colectivas e individuales. El mundo no es nada
más que tu proyección de él. Recuerda: lo que está dentro, está fuera.
El ego también es un experto en crear sensaciones y emociones, y para ello
tiene una herramienta fabulosa: el cerebro, el gran archivero. Si según
estoy, busco evidencias en el exterior para reforzar estas sensaciones, ante
una situación concreta reaccionaré según soy yo, y ya hemos dicho que yo
soy, según pienso, hablo, siento y vibro, y que puedo pensar de forma
consciente o subconsciente. Recuerda los mantras.
Si además me emociono cuando pienso que sí puedo, estoy fomentando una
actitud concreta. Estoy reforzando el mecanismo biológico del cuerpo a
buscar evidencias que refuercen que sí puedo. Es genial darse cuenta que el
mismo sistema funciona de una u otra forma. Una vez más, tú eliges.
Ya en aquel entonces, me pareció hermoso ver el proceso en el que me
acompañaban las Abuelitas, porque me hicieron vaciar de emociones
retenidas, para poder llenarme luego de emociones distintas, y poder crear
una nueva vida desde la raíz y para siempre. ¡Una maravilla! Me apasiona
sentirte aquí, conmigo y que puedan ayudarte todos sus aprendizajes.
Siéntelo

Prácticas:
- sube o baja para sentir tus sueños hechos realidad, cuando estés allí, simplemente imagínalos
cumplirse, con todo lujo de detalles. ¡Siéntelos!
- habla con tus maestros para saber que limitaciones hay en tu mente
- busca tu «mantra» uno o varios, para ir repitiendo cuando estés en modo automático, al caminar,
conducir, limpiar…
- me gravé un audio que te comparto, para poder proyectar deseos en tu vida y otro más, en el que
crear un proyecto e ir desbloqueándolo con la Madre Tierra, si es que no consigues llevarlo a cabo.
- también tienes otro para limpiar la mente de etiquetas. Ya que nos ponemos, vamos a aligerar la
carga.
- y otro más para sentir tu alma
YA SABES, CONFÍA Y DALO POR HECHO

Salir de la zona de confort, abre un montón de posibilidades, por tanto,


sueña en grande, porque tú, lo tienes todo para conseguirlo. Al lío.
Los sueños se sienten primero con el corazón, se piensan
con la mente y se llevan a cabo con las
manos.

Un día la Abuelita me dijo, de refilón: «Cuanto más te ames, más


abundancia habrá en tu vida.»
Me di cuenta, que cuando decía, «soy amor» o «me amo profundamente»
algo se me resquebrajaba por dentro, y volví a beber del pozo de sabiduría
que tenía conmigo siempre. Descubrí entonces que había más aún por
preguntar, por responder, por descubrir y por resolver. Hazlo tú también y
verás. ¡Pregunta a tus maestros!
LA SOMBRA,
DONDE ESTÁ LA MAGIA
«Solo tendrás en tu vida aquello que responda al concepto que tengas de
ti.
Ni más ni menos.»
La Abuelita

Estaba decidida a ser feliz e iba a por todas, e intenté poner un poco de
orden.

Partimos de la base que la realidad es el vacío absoluto y es unidad, y que el


universo y todo lo que contiene es la ilusión y la dualidad. Sabemos que en
nosotros también hay esas dos partes diferenciadas: espíritu/alma (unidad) y
personalidad con mente, ego y cuerpo (dualidad), y que no hay nada de
malo en ello. Solo son olas en el universo cósmico de la vida. Estas aquí.

Todo está bien. Repite conmigo. Todo está bien.


Si aceptamos que la mente es el artefacto capaz de manifestar cualquier
posibilidad que se te ocurra, siempre que creas profundamente en tu
capacidad y la normalices, habría que ver por qué no puedes creer en todas
tus capacidades… O dicho de otro modo: ¿por qué no confías en ti
plenamente?

Y ahí está el quid de la cuestión.

Viendo la sombra que hay en todos nosotros, vamos a indagar un poco más
en la mente y la personalidad, porque, al fin y al cabo, es a través de ellas
que nos sentimos de una manera u otra aquí en la tierra.

Al preguntar, descubrí que la mente tiene tres partes diferenciadas: la


consciente, la inconsciente y la subconsciente.
Usamos de forma consciente aproximadamente un 10% —o siendo muy
generosos un 15— del cerebro. Lo que esto realmente quiere decir es que
nuestra mente utiliza alrededor del 15% de los recursos de nuestro cerebro
para movernos, hablar, pensar, escoger, reír, comer, o todo aquello que
decides hacer.

El 85 % restante se divide en dos partes:

Una más pequeña, pero tremendamente útil: el inconsciente,


que rige todo aquello que pasa en tu cuerpo, y que funciona de
forma automática y sabia y, a lo que afortunadamente no
tenemos que prestar atención. Gracias a él, tu corazón late, las
defensas trabajan, tu sangre circula, las neuronas ejecutan…

Y la parte, para nada menos importante, que es el


subconsciente: la que toma nota de absolutamente todo lo que
ocurre a tu alrededor y cómo te sientes al respecto, sin que te
des cuenta. Hemisferio derecho, hemisferio izquierdo.
¿Recuerdas? Todo lo que a ti te pasa desapercibido, es captado
y grabado por la parte subconsciente de la mente. Y cuando
digo todo, me refiero a TODO. Lo que ven tus ojos, lo que
oyen tus oídos, lo que sientes en cada instante, queda
almacenado tomando forma de creencia, y va construyendo un
relato, una historia personal. La tuya. Mis abuelitas la llaman
sombra.

El mundo se vive a través de creencias.


Todos nos influenciamos unos a otros. Todos estamos compenetrados a
niveles profundos. Culturalmente copiamos y reproducimos lo que
copiamos. Primero del núcleo familiar, después de los amigos y de la
sociedad. Todo está bien. ¿No me crees? Dime, como formaste tus ideas
sobre el amor, el dinero, la familia, la religión, la amistad, la vida…
¿Recuerdas como adoptaste esas ideas? ¡Exacto! Lo más seguro es que no
lo recuerdes, porque lo has ido aprendiendo y adoptando e integrando como
verdades absolutas. Pero… ¿Son tú? ¿Cuáles de ellas te sirven aun? ¿Cuáles
te limitan?
Vivimos a través de las historias que nos contamos, y nos las contamos
escuchando y observando el entorno.
La mayor parte de la vida vamos en piloto automático sin cuestionar
mucho, nada. Por ahora, te digo que esas creencias forman parte de tu
historia, pero quizá empiezas a ver que ya no cuadran, pronto te cuento.

Nuestras creencias son como órdenes irrebatibles, las instrucciones


personalizadas, que nos cuentan cómo es lo de afuera; que es posible hacer
y qué no. Cada una de nuestras acciones, pensamientos y sentimientos lleva
el sello de una creencia. Si crees que puedes, puedes; si crees que no
puedes, también va a ser cierto para ti.

Recuerda, en tu vida no hay lo que pides, hay lo que crees. Primero creas
tú tus creencias y luego ellas te crean a ti, en un círculo sin fin. ¿Entonces
porque tendíamos que creer que no podemos? Porque de alguna forma
quedó instalado en el subconsciente. Te contaste alguna historia que refuta
esa idea.

Entenderás que es fundamental cambiar el sistema de creencias que hay


instalado en ti, si quieres transformar de forma profunda tu vida. De hecho,
si no los cambias en la sombra, estás haciendo nada o poco.

Es decir: si los ejercicios del capítulo de la mente no te dan resultado


siempre, es porque, en la sombra, sigue habiendo una creencia diferente y
con más fuerza que domina el resultado. O directamente lo impide. Las
contra intenciones, que son lo que das por hecho subconscientemente.

Lo que hay en nuestro subconsciente determina por qué hacemos lo que


hacemos.
Por qué somos como somos, y por qué nos comportamos de un modo u
otro. La sombra ejerce la fuerza que nos impulsa o detiene a la hora de
movernos en cualquier acción. Te darás cuenta de que tus programas
internos te hacen preocuparte o anticiparte, generan un grado concreto de
éxito o fracaso; son los que te llenan de pereza o te activan, los que te hacen
ser alegre o triste, optimista o pesimista, destructiva o constructiva. Los que
te hacen recaer una y otra vez.

En tu sombra está tu historia, el motivo por el que te comportas como lo


haces. Ahí está escondida la razón por la que tú eres como eres y vives
como vives. Y quién dice tú, dice todo el mundo.

« ¿Eres arisca?», me decían las Abuelitas. «Tienes una historia que lo


explica. ¿Eres sumisa?, tienes una historia que lo explica. ¿Eres
conservadora o reaccionaria? Tienes una historia que lo explica. Todo.
Siempre. Debes cambiar lo que te cuentas de ti y del mundo sobretodo»

Entendí que todos tenemos una historia que nos describe, como si fuera una
receta. De hecho, me enseñaron que mi receta personal se componía de
algunos ingredientes claros que dominaban el sabor del plato. Tenía estos:

- un quilo de trauma por un padre fallecido en la más tierna infancia; 600


gramos de madre inaccesible emocionalmente; unos gramos de no soy
suficiente; una cucharada de orgullo desmedido; un pedacito de ego, con un
necesito ser mejor que nadie; un pellizco de maltrato; un gran trozo de
autoestima baja; aroma de confianza y un buen chorro de interpretación
negativa.

Mezclar todo lentamente, remover con calma y paciencia el tiempo


necesario y… ¡listo! Tenemos a una amarga Raquel.

La Abuelita me enseñaba imágenes de un caldero de bruja en el que se


mezclaban todos esos ingredientes y, en el vapor que desprendía el puchero,
se proyectaban las fotos de mi vida… Si, efectivamente... esa era yo.

Me sintió triste y me dijo:


«Como con cualquier receta, si algún ingrediente (interpretación) ya no
encaja o no gusta, se puede cambiar. Para ello tendrás que ver, cual es el
que ya no vale y sustituirlo por otro de tu gusto. Así es que, dime, niña:
¿Qué interpretación quieres cambiar de tu historia? Instala nuevos
programas y vive una vida distinta.»

Te contaré una historia que ilustra este punto. En consulta privada, me


llamó un señor que quería que visitara a su hermano. A la primera visita,
vinieron los dos y pedí que me contaran un poco cual era su historia
personal. — Me gusta saber un poco los antecedentes, cuando trabajo en
consulta — Habló el hermano que buscaba terapia, y me contó que eran
gemelos, y perdieron a su madre en el parto.

Pregunté en qué era eso determinante para tener que hacer terapia. Y me
respondió, que vivía amargado y no hacía nada de provecho con su vida,
que esa experiencia le había marcado la vida y no salía adelante, se sentía
abandonado y solo constantemente. Que no hubiera tenido madre que lo
cuidara y que su padre fuera tan exigente y distante le había marcado de por
vida. El otro, asentía la cabeza mientras su hermano contaba la parte
objetiva de la historia. Me dijo que no se había casado, que no tenía oficio,
que le costaba tener amigos y que había tenido muchas relaciones que no
llegaron a nada. Solo repetía, me siento solo y abandonado. Realmente,
podía ver su inmenso vacío.

Le tocó el turno al hermano acompañante, su vida era radicalmente distinta:


Era un hombre de éxito, con vaivenes normales, pero con una vida solida y
estable. Familia, empresa, círculo de amigos…
Estuvimos hablando un largo rato de la diferencia tan grande entre dos
vidas con una historia en común, hasta que pregunté al hermano «exitoso»
¿Que te contaste de la muerte e tu madre? Y, su respuesta, fue reveladora.
Había decidido pensar que su madre lo acompañaba en todo momento, y lo
guiaba como si fuera un ángel de la guarda. Jamás se sentía solo.
¡Caramba! ¿Lo ves?
Lo que decidieron contarse, no cambió la muerte de su madre, pero cambió
por completo sus vidas.

Lo que te has contado sobre tu infancia, define exactamente como de fácil o


difícil va a ser tu vida. En esa parte escondida están todas las creencias de
quién crees que eres, las etiquetas sobre ti, todo aquello que das por hecho.
Así es que, si en tu sombra hay el ingrediente «la vida es dura», no te
preocupes que TU vida va a serlo. Si en la sombra hay «el dinero no da la
felicidad», tranquilo: tú jamás vas a tener mucho dinero (porque nadie
quiere ser infeliz). Hagas lo que hagas, tu sombra domina casi por
completo tu vida— casi. Muchas más veces de las que quisieras, tiene la
última palabra. Hasta ahora. Y todo ello, no lo olvides, no es más que un
juego. El alma esta viviéndolo a través de ti. Solo son olas, nada más. Todo
eso se va a quedar aquí cuando te vayas a otro plano. ¿Qué fuerza le quieres
dar?

En mi sombra había todos esos ingredientes y muchos más, como, «mejor


sola que mal acompañada». Este, hacía que saboteara todas mis relaciones,
empezaban bien pero de un memento a otro, algo hacia que los demás se
apartaran de mí. Y, no lograba entender que pasaba, por supuesto
responsabilizaba a todo el mundo menos a mí. Ya no, ahora está
solucionado. Tengo todo el dinero que quiero y soy feliz con ello, mi vida
es fácil, muy fácil diría yo, y no tengo remordimientos, tengo un buen
grupo de personas alrededor que me aceptan como soy y respetan mucho mi
espacio. ¿Sospechas ya, que todo empieza en ti? Porque te aseguro que mi
vida cambió, cuando cambié las interpretaciones de mis experiencias.
Cuando en vez dejar que las carencias de mi infancia mandaran en mi vida,
decidí sacarle provecho y pensar que podían ser mi poder. Viví a través de
una cicatriz, en vez de vivir a través de una herida. Grandísima diferencia.
Mi opinión es que, ya que estamos en estos cuerpos, viviendo estas vidas,
vamos a hacer que sea tan chulo como podamos.

Hay que saber que tenemos una sombra o subconsciente colectivo, que
domina a nivel ancestral, y una sombra individual que domina a nivel
personal y familiar. Las dos se entremezclan. Puedes trabajar mucho en la
individual. Todo el trabajo que se haga a ese nivel, será recogido a nivel
colectivo. Así es que… manos a la obra. Por ti, por todos.

Como te decía; todas las ideas que has conformado sobre la vida y que
conforman tu receta, generan patrones de conducta y en eso la Abuelita fue
muy clara:
«Ahora sabes qué os gobierna la vida y sabes que ahí está la clave de la
transformación. Porque las creencias, están ancladas en la sombra y todo
lo que hay en la sombra va a manifestarse en tu vida como un patrón de
conducta.
Un patrón de comportamiento es la forma insistente que lleva una persona
a reaccionar, física o mentalmente, y actuar ante determinada situación.
Una vez que esa manera de comportarse se repite en varias ocasiones, se
interioriza de tal manera que acaba por activarse de forma automática, sin
que vosotros decidáis proceder así.
Los patrones se instalan en vosotros de forma multidimensional, y están
formados por pensamientos, creencias esenciales, referencias sobre el
mundo y como moverse en él, normas inconscientes e ideas, emociones,
sentimientos experimentados en cada momento e imágenes mentales. Las
creencias esenciales vienen de la más tierna infancia, sobre todo entre los 0
y 7 años; en ese momento la mente está en ondas theta, que son las más
creativas. Solo hacéis que absorber como esponjas todo lo que hay a
vuestro alrededor, y le dais la etiqueta y el lugar que vuestro hemisferio
izquierdo decide, en base a lo que veis, sentís y recibís de los que os cuidan.
Para cambiar un patrón de conducta automático, debes reescribir los
recuerdos y las sensaciones y emociones ligadas a ellos »
La Abuelita me decía también: «a partir de los dos años
aproximadamente, la criatura empieza a desarrollar la percepción de quién
es en base a lo que recibe desde el exterior. El ego es la personalidad que
adquirís. Cualquier niño/a necesita unos cuidados básicos, alimento, un
techo y afecto. El afecto es igual de necesario para sobrevivir que el
alimento, y el niño aprenderá rápidamente cómo debe comportarse para
recibir atención.»

Por tanto, empezamos a interpretar lo que vemos y empezamos a formarnos


un relato de quienes somos (basándonos en las etiquetas que nos ponen) y
cómo debemos comportarnos para recibir lo que necesitamos. Así un niño
que interprete de forma inocente que, cuando se porta mal le hacen caso
(aunque sea a gritos), sin darse cuenta se pone el traje de niño travieso y se
portará mal para tener la atención de sus cuidadores; si identifica o
interpreta que debe ser una persona que no haga ruido, que no llame la
atención, así es como se comportará.
Esa es la etiqueta que se dejará poner, porqué no tiene criterio para discernir
si eso le va a ir bien o no en el futuro. Esas maneras de reaccionar se
instalan gracias a las ondas cerebrales theta. Están programándote
totalmente en todo momento cuando eres niña/o. ¿Y recuerdas que te dije
que el sonido de los tambores te hace entrar en ese mismo estado? Vamos a
usarlos, ya verás. Te vas a reprogramar.

Repetimos patrones cuando nuestras interpretaciones se disparan de forma


subconsciente. Puede que interpretaras que la vida en pareja suponía perder
libertad y, ahora, aquello quedó archivado en la sombra como miedo al
rechazo y llevas puesto el vestido de solterona sin saberlo. Y cada vez que
alguien se te acerca lo suficiente, sin darte cuenta, saboteas la relación o
directamente eliges a alguien que no se pueda comprometer. Y no consigues
entender tu mala suerte, porque, en realidad, tu yo adulto tiene ganas de
tener pareja... Pero en tu sombra, tu niño interior no opina lo mismo, y se
ejecuta el archivo denominado «pareja, ni de coña».
A medida que vamos creciendo construimos una historia de cómo y quién
somos, con todo lujo de detalles. Cada palabra, cada acción, cada
interacción, responde a este relato y lo fomenta. ¿Estamos de acuerdo? Si
estás leyendo este libro, será que hay algo dentro de ti que te está diciendo
que debes hacer algo. Lo sientes, ¿verdad? Esta «cosa» interior es tu alma,
aquella parte de ti que te guía a que busques las respuestas para encontrar la
paz interior.

No somos felices porque no somos capaces de soltar nuestra historia. Nos


aferramos como si nos fuera la vida en ello y resulta que cuanto más
aferrados estamos, menos la vivimos, porque, no te engañes: estar aferrado
a tu historia es vivir en el pasado. Y, lo fuerte es que muy a menudo, ni nos
damos cuenta. Y además, ¡gran parte de tu historia es trola!

Descubrí que aprendí a gritos, y a gritos me comunicaba; no porque pensara


que estuviera bien o mal, sino porque así se instaló en mi sombra, creó un
camino neuronal y luego, como una profecía auto cumplida, solo hacía que
repetir ese comportamiento aunque yo intentara por todos los medios no
gritar.
Si exprimes una naranja, sale zumo de… ¡Premio!

¡Bienvenido a tu lado oscuro!


¿Cómo saber qué creencias hay en la sombra?

Hagamos un poco de auto indagación, venga, tus creencias o sistemas de


valores: ¿son tú? ¿Qué creencias te limitan? ¿Cuáles no? Agarra un papel
y algo para escribir. Tómate un momento para reflexionar anota las
creencias que piensas que tienes. Ponlas en dos grupos: limitantes y
expansivas.

Cuando hacemos este ejercicio en clase, aparecen historias como la de


María:
- María se dio cuenta que lo tenía todo para ser feliz y no conseguía
sentirlo hasta que descubrió que en su sombra había un programa
interesante: su abuela fue quién la crió y como ella había vivido un
montón de desgracias, siempre le decía: «¡Niña, la felicidad duele,
duele mucho, mejor se del montón y no quieras reír tanto, porque la
felicidad duele mucho!» Su abuela murió cuando ella tenía 14 años,
suficiente tiempo escuchando esa afirmación para que quedara
instalada en su subconsciente. Se quedó grabado a fuego que la
felicidad duele, y en su vida, por supuesto, había poca o ninguna. Lo
cambió y ahora disfruta de todos los pequeños momentos, y se siente
feliz por ello. Y se ríe, se ríe alegremente a carcajadas de forma
automática. ¡Es precioso ver esos cambios!

- Elisa era una niña traviesa, o eso le decía de pequeña a todas horas, y
ella no hacía más que seguir siéndolo para dar la razón a sus padres.
Inocentemente interpretaba que, como se lo decían tanto, eso debía ser
exactamente lo que querían que hiciese; para cuando tuvo el
razonamiento para entender que no era así, ya era demasiado tarde:
tenía el patrón instalado y por un motivo u otro siempre estaba metida
en líos. De adulta, le costaba entender cómo podía meterse con tanta
facilidad en todos los barullos de su alrededor, aunque no fueran con
ella. Entendió que atraía a su vida el conflicto para poder portarse mal
y corresponder a su patrón en la sombra, ¡ese era su relato personal!
Fue precioso el último día de curso, cuando se dio cuenta del cambio
que había hecho su vida, en 4 meses no se había metido en ningún
follón, y de lo que supondría en adelante.

- Jordi encontró una creencia muy curiosa: en su familia sostenían que


en cuanto entraba dinero algo se rompería. Efectivamente, así sucedía
en todas las ocasiones: la reparación o reposición costaba lo mismo
que el extra que había entrado. No hace falta que te diga que le sucedía
a él cuando formó su familia, ¿verdad? ¡Pues exactamente lo mismo!
Se dio cuenta y lo arregló. Hizo sus ejercicios con la sombra y giró esa
creencia; trabajó en el mundo de arriba y la cambió por la de «cada
vez que entra dinero extra, nos regalan algo». Y así le sucede ahora, en
todas las ocasiones, hasta donde yo sé.

De nuevo, para ver los programas que quieres desinstalar, solo tienes que
mirar qué es lo que no te gusta de tu vida. Vamos a trabajar con esta parte
escondida y te vas a reescribir. Trabajar la sombra es devolverle la luz a
tu ser.

Muchas veces las creencias, son interiorizadas des de pequeños, son


aquellas etiquetas que nos dejamos poner entonces, sin querer, y nos hemos
creído firmemente (porque no teníamos criterio). Si no, ¿de qué?

Para saber que hay en tu sombra, observa que situaciones aparecen


constantemente en tu vida, o que auto concepto tienes de ti. ¿Cómo hablas
de ti? ¿Con qué piedras te tropiezas, cada dos por tres? Observa.
Simplemente. ¿Qué rechazas? Actitudes, personas, acciones. Escríbelo.

Debes saber que todo lo que das por hecho, no tiene más opción que
aparecer en tu vida. Y lo das por hecho cuando dices, «soy», «estoy»,
«tengo», «hago». Asume en tu interior, el estado de ánimo que tendrías si
ya fueras esa persona que quieres ser. Y deja que tu mundo lo refleje.

Cuantas más ideas negativas de la vida se esconden en la sombra, más


complicada se vuelve; cuantas más ideas positivas y fáciles haya en tu
sombra, mas fácil será tu existencia. ¿Lo bonito? Que la clave la tienes tú.
Siempre es así.
La sombra te habla de cómo el exterior te moldea, pero nos interesa ver
como cambiar el interior para que en exterior haya una vida plena en todos
los sentidos. Aprender a equilibrar y ordenar la sombra, hará que haya
equilibrio y orden en tu vida.

La forma que tienes de pensar, es la forma que tienes de sentir y luego la


forma en la que te sientes, se vuelve tu forma de ser.
Empiezas aceptando que las cosas son como tú las interpretas, pero lo haces
según lo que observas alrededor; y en cuanto esa interpretación de la
realidad entra en la sombra y crea un camino neuronal, es palabra de Dios:
se ejecutará a sí misma y te parecerá que no puedes hacer nada.

Quizá siempre que hablaban delante de ti decían que eras una persona
responsable; archivas y lo grabas en la sombra; luego, actúas en
consecuencia, pero con los años se te va de las manos y te vuelves una
persona incapaz de soltarse en ningún caso. ¿Te suena la necesidad de tener
todo bajo control? Se ejecuta el archivo «todo tiene que estar perfecto» y ya
no puedes dejar de sentirte insatisfecha en todo momento. Nunca es
suficiente.

Quizá te dijeron que no serías nada en la vida; seguramente te lo decían


porque pensaban que así espabilarías, y lo que sin querer —siempre es sin
querer—, lograron, es que para ser fiel a esa etiqueta/ historia de ti, cada
vez que estuvieras a punto de ser alguien, se despertara la pereza o llegaras
tarde, o te olvidaras justamente aquello que necesitabas en el momento
justo. Qué mala suerte, ¿no? Siempre te pasa igual: cuando estás a punto
de conseguir aquello que más quieres… ¡Zasca! Pasa algo «ajeno» a ti y
por «culpa» de eso no lo consigues… ¿Si? ¿Seguro?

Lo que en realidad pasa es que se ejecuta el programa «ni de coña seas


alguien en la vida» y listo.
Hay muchas personas que me dicen, que es verdad, ¡que tal cosa no hace
más que pasarles! Y no digo que no, eh. Y si quieres, tú también puedes
quedarte con la idea de que te pasa por alguna extraña razón, totalmente
ajena a ti. Pero la pregunta es… ¿Te pasa porque ERES así o por qué
CREES que eres así?

Adivina: si lo crees, lo puedes cambiar.

Y llegados a este punto... Respira hondo. Vamos a darle la vuelta a la


tortilla, ¿de acuerdo?

Reescribir la historia.
Estoy a punto de revelarte algo importante, algo que es tan simple como
interesante. Tienes que entenderlo tan pronto como sea posible, porque de
ello depende tu modo de moverte en la vida. Entiendo que tienes ganas de
saber cuál es la fórmula para el cambio de vida que buscas.
Pues bien; es esta: según la historia que te hayas contado y sigas
contándote, tendrás esperanza o miedo ante la vida, porque las historias
que te cuentas de ti, serán las que construyan tu vida. Recuerda a la mente y,
de dónde saca la información para crear.

Párate unos instantes y piensa en ello. (No te olvides de respirar hondo; a tu


cerebro le irá genial un buen aporte de oxigeno extra, respira, lo estás
haciendo muy bien)

¿Cuál es el relato que te describe? ¿Quién eres? Tómate unos segundos y


escribe tu melodrama. Escribe lo que sientes que eres ahora, no la imagen
distorsionada de lo que te gustaría ser. Sé honesta. Deja que salga la
«pobrecita de mi» vamos a trabajar en ella.

Te lo decía antes, descubrirás la verdad de tu interior, siendo consciente de


tu manera de hablar, de comportarte. Cuando lo hice, me fijé en las
incongruencias dentro de mí y las fui alineando en la coherencia que quería
en mi vida.
En el lado oscuro está la historia que te has contado basándote en tus
experiencias. Si, por ejemplo, tu madre no te da un beso en un momento
dado, y tu mente lo etiqueta como que ya no te quiere y que por eso no eres
digna de amor o atención, esa idea te saboteará cualquier relación que
puedas tener. Pero hay muchos más ejemplos:

Xavier, lo tuvo clarísimo y se sorprendió al ver, como una cosa tan simple,
le pudo condicionar la vida así:
-Raquel, he visto que el origen de mi fobia a volar es que, en un viaje a
Roma, en el que yo tenía 3 años una mujer se cayó entre el túnel de
entrada al avión y el avión, se pegó un susto de muerte. Pero eso no fue
lo que se me instalo en la sombra, sino la reacción de mi padre,
gritándole a esa pobre mujer. Aún no se cómo, entendí que si viajabas
en avión, cosas malas podían ocurrir. Así que la semana pasada,
reescribí esta interpretación. Sé que está resuelto, porque te escribo
desde un avión rumbo a Nueva york, feliz como una perdiz.

A veces las interpretaciones son bastante más crudas y difíciles, pero


también se pueden solucionar. El ejemplo de Montse viene al caso ahora:
- Siendo niña un familiar abusó de mí, cuando se lo conté a mi madre,
hizo ver que no me escuchaba, me sentí ignorada y sola en ese dolor.
Interpreté que el amor era doloroso. Eso debía ser, si mi madre me
trataba así. Esa experiencia se transformó en un par de maridos
maltratadores y una fatiga crónica galopante. He ido a reinterpretar
esa situación y he hablado con mi niñita interior. Le he dicho que no
teníamos la culpa, que no merecemos que nadie nos dañe y que a partir
de ahora lo vamos a hacer distinto y vamos a permitirnos el amor. Me
siento en paz, como nunca en la vida me he sentido.

Al poco tiempo conoció a una persona que la hizo sentir amada y respetada.
Entonces entendió que se había solucionado mucho del dolor instalado en
su sombra.

Un ejemplo más de algo más simple. Yo, quería abundancia económica y


me pasaba la vida diciendo, —cuando tengamos dinero, haremos esto y lo
otro…— ¿Ves la incongruencia? No puedo decir; soy abundancia y luego
que mi discurso sea ese. Por tanto cambié, y empecé a decir, —cuando
tengamos tiempo (dando por hecho que ya tenía el dinero) haremos esto y
lo otro—. Y, ¡oye, funcionó!
Me quedó clarísimo que tanto los patrones como las creencias se instalan en
el subconsciente los 0 y 7 años; a partir de esa edad, parece ser que solo
hacemos que validarlos con el entorno y se ejecutan a sí mismos
gobernando tu vida una y otra vez. Y otra…

Creo que sería más lógico aceptar que, en el fondo, no sabes quién eres y
eso es espectacularmente esperanzador, porque ¿sabes? puedes ser quien
quieras ser.

Somos muchos los que hemos descubierto el maravilloso cambio que


ocurre en la vida cuando abrazas la sombra y le das nuevas instrucciones.
Lo que equivale a reproducir las mismas ondas cerebrales theta que tenias
cuando creaste tus patrones y creencias, para desprogramarte. Solo hace
falta decidir, tener claro dónde vas, y empezar. Trabajar con la sombra es
ver de dónde vienes, cambiar la versión, reprogramarte y seguir con tu vida.

La sombra te dice de dónde vienes pero no a dónde vas. Eso


lo decides tú.

¿Cómo sería reproducir las mismas ondas cerebrales que usaste para
instalar tus programas/creencias de niña, pero ahora instalando nuevos
programas con criterio y enfocada en un resultado concreto? Si quieres
saberlo, acompáñame.
Para seguir adelante con la labor que nos ocupa, debes entender que todas
las ideas que tienes de ti en la sombra son las que va a usar tu mente
para crear tu vida.
Como te decía al final del anterior capítulo, yo misma experimenté que
cuando decía «me amo» o «soy amor» algo muy intenso dentro en mí se
rompía. Y cuando fui a hablar con mis Maestras, para entender un poco
más el porque nos cuesta tanto soltar patrones de conducta, me encontré con
que mi programa era el «no merecimiento». No me sentía merecedora de
amor, por tanto, cuando intentaba dármelo a mí misma, algo en mi interior
lo rechazaba impulsivamente. Oh, vaya, pensé. Tengo que solucionarlo. No
quería vivir así. Ya no más.

Y me dijeron:
«Siempre tendrás, harás o serás aquello que responda al estado de
conciencia que tengas en este momento, y tu estado de conciencia depende
de todo lo que has aprendido y aceptado como natural. Diríamos que eres
un alma con unos cuantos vestidos, estos vestidos son las creencias,
sistemas de valores, ideas pensamientos que has ido adoptando desde que
te engendraron y un poco antes incluso. Son las capas que te conforman, la
historia que te contaste sobre ti, tu relato interior.
Tu madre, cuando enviudó, lo pasó mal y se tuvo que ocupar de traer
dinero a casa; por eso tuvo que sacrificar otros elementos de la educación,
en este caso ser afectiva y próxima como vosotros hubierais necesitado. No
supo, porque su dolor no le permitía, ser nutridora. No lo hizo ni bien ni
mal, lo hizo como pudo. ¿Puedes ver que ella hizo lo que pudo, pero que tu
interpretación de los hechos te hizo sentir no merecedora? Ese sentimiento
se instaló en ti, y se creó el camino neuronal. Sabes cómo puedes gestionar
la culpa, y sabes qué hacer con esas emociones que están aflorando ahora
mismo. Gestiónalas, como tú ya sabe»
Me quedé muerta.

Era cierto, no sentía que mereciera nada bueno de la vida. La interpretación


infantil de lo sucedido fue, «si mamá no me quiere, no merezco nada». No
era cierto que mi madre no me quisiera, pero yo lo interpreté así. (Y por
suerte o por desgracia no soy la única…) Todo eso me hizo ser consciente
de la importancia de los padres en la educación emocional de los hijos. Y se
repetían en mí las palabras: personas heridas sin querer, hieren sin
querer, personas sanas, sanan.

También me di cuenta que siempre habrá una parte de nuestros actos que no
nos pertenecen, pertenecen a los que los interpretan.

Todo aquello de ti que no se ilumina, que no le des lugar y aceptes y


abraces, irá presentándose ante ti de mil formas diferentes, no para que
aprendas a golpes (otra creencia muy arraigada) — aquí no hay ningún Dios
castigador que te pone pruebas duras y difíciles para que aprendas, no sé
qué clase de Dios «amoroso» sería este— aparecerá ante ti, porque tu alma
es tan sabia, que a través de la vida, siempre te lleva a despertar. Si lo
quieres hacer complicado o fácil, depende solo y exclusivamente de ti y
obviamente de tus creencias y tu relato interior.

Lo invisible gobierna lo visible. Si quieres de verdad que tu vida cambie,


tienes que poner mucha, muchísima atención a la sombra.

Para reescribirte tienes que entender que eso implica soltar y perdonar
personas. No importa. Lo que importa eres tú, aquí y ahora, hazlo. Recuerda
que las cosas que te pasaron ya pasaron, y que puedes soltar y cambiar la
percepción de lo que pasó. Conquista tu libertad.
Si quieres cambiar una situación interna, debes empezar por aceptarla
tal como es. Reconocer que tal como es, ES, por mucho que te quejes y
patalees, por mucho que quieras olvidar esa experiencia, o desees que sea
distinta, simplemente eso es como tuvo que ser en ese momento. Y punto.
¿Por qué tuvo que ser así? Ni lo sé, ni, para lo que nos ocupa, me importa.
Acepta que tu madre nunca te querrá como tú quieres que lo haga, tu padre
no dirá o hará nunca aquello que crees que necesitas. Acepta que te sientes
invisible y acepta hasta donde estas dispuesta arrastrarte para que te vean.
Esa persona que se fue, nunca volverá. Si esa persona te dice que dejará a
su pareja por ti, ya va tarde, porque lo que te interesa oír, no es lo que va a
hacer, sino que ya lo ha hecho. Asume que hay situaciones que no
cambiaran solo porque tú tengas una visión concreta de la vida. Deja de
patalear y asume que hay cosas que son como son y que, aún así, siempre
hay algo que nunca va a faltar. TU.

Aunque no sepas porque son así las cosas, ni quieras pensar que eso que
viviste sirvió para algo. Aceptando y reconociendo, viendo la belleza de la
situación, —si quieres— o simplemente aceptando que lo que pasó, ya
pasó, y que lo que es, ES, puedes transformar todo lo que quieras. Todo.
Pensé que no sabía si eso sería engañarse un poco…

Pero las Abuelitas me hablaron de algo interesante que no se me habría


ocurrido nunca, al menos a mí:

«No todos tus recuerdos son ciertos. Vuestra memoria no lo recuerda todo
exactamente como pasó. Tiene fallos que provocan que no recordéis
fielmente lo ocurrido y eso modifica vuestros recuerdos. La memoria se
queda con las ideas principales de lo sucedido. Solo la parte importante
por así decirlo, lo que es vital para ti. Los flecos se eliminan y queda un
recuerdo incompleto. A la hora de rememorar, el cerebro intenta encontrar
coherencia y llena lo que falta con deducciones fruto de otras
experiencias.»
Imagina por un momento que tienes un examen de historia de la Primera
Guerra Mundial. Y para estudiar haces, lo que hacen muchos, un esquema
básico para recordar lo importante y luego desarrollarlo en el examen. Para
poder desarrollar el esquema tendrás que haber estudiado el tema. ¿Sí? Pues
bien, nuestro cerebro, a la hora de archivar un suceso, saca un esquema de
lo vital y lo guarda. Lo hace así por economizar espacio y tiempo. Pero,
siempre hay un pero, en este caso, a la hora de rememorar, lo hace, no con
lo que paso en realidad (no lo tiene archivado) sino con recuerdos similares
o deducciones o ideas de otros. Es como si en el examen te preguntaran
sobre la primera Gran Guerra y tú respondieras sobre la pelea que hubo el
otro día en tu barrio y que ni tan siquiera viviste, sino que te la contó otro.
Estarás conmigo que es remotamente parecido. Pero es cómo funcionan los
recuerdos. Tiene una parte fidedigna y otra completamente falsa. Por
ejemplo: yo no sé si los tres recuerdos que tengo de mi padre, los recuerdo
porque los viví, o porque me contaron que los viví. Y si te fijas, no tengo
manera de comprobarlo, así que los doy por buenos y ya está.

«En mayor o menor medida vuestros recuerdos son inventados, te puedo


asegurar que son una suerte de distorsiones. Y no hay nada de malo en
ello. A veces, el cerebro archiva según que historias para que sean menos
dolorosas. No es problema. Pero tienes que entender que cuando te ofuscas
en tener la razón a la hora de recordar algo, puedes estar segura que lo
que recuerdas es distorsionado. Por mucha memoria fotográfica que
tengas. »
Y me pareció estratosférico, porque yo tenía unos recuerdos que
alimentaban constantemente mi victimismo. El pobrecita de mí. Y ahora, de
un plumazo, ya no tenían validez. Entendí lo que significaba reescribir. Ya
que voy a recordar distorsiones, por lo menos que no me perjudiquen.

Claro que ocurrieron situaciones concretas, es cierto que sentí otras muchas
y, de igual modo, es cierto que hay mucha paja en los recuerdos, que lo más
probable es que no sea cierta. Decidí ver la parte bonita del asunto.

Mira, me dio la gana darle la vuelta, y reconocí la parte bonita de mi


historia; si no hubiera vivido lo que viví, y no lo hubiera recordado tanto
tiempo como lo recordé, posiblemente no estaría escribiendo esto para ti.
¡Ojo! Que no digo que tengan que pasar cosas desagradables para
convertirnos en personas estupendas y tal, — ni de coña creo, que tiene que
haber algo malo para que surja lo bueno— pero si pasa, ¡saquémosle el
mayor provecho!

La mente siempre te mostrará aquello que está en tu sombra,


pero no para fastidiarte, sino para que tengas la oportunidad
de cambiarlo. Si quieres.

Abrazar la sombra es quitar poder a los miedos e interpretaciones de la


infancia, sobretodo, a aquello que hemos creído como cierto y que, ahora,
que somos adultos maduros, vemos que nos impide tener una existencia
más plena. La única que se vive en el presente.

Aceptamos cuando entendemos cuál es el hecho de la infancia que nos hizo


creer que la vida es de una determinada manera.
Cuando aceptamos que todo el mundo (sí, todo el mundo, si aún no lo ves
así vuelve al capítulo de la culpa y perdona, por Dios, perdona) lo hizo
como mejor sabía y podía en ese momento, y que al final solo son
circunstancias de nuestra vida, solo son olas que pasan, todo cambia de una
forma espléndida. Aceptamos nuestra sombra cuando salimos del drama y
admitimos los rollos mentales que nos hemos montado, que hay situaciones
que han pasado y personas que se han cruzado en nuestra vida, que han
dejado una huella, y que gracias a todo ello, somos quienes somos. ¡Si!
Gracias a ello, estás ahora en disposición de cambiar creencias personales y
colectivas. No se me ocurre un regalo mejor para cambiar el mundo, que
tomar consciencia de nuestro poder. ¿Sería mejor que fuera más fácil?
Cierto. Pero de momento nuestra sombra colectiva nos lleva aquí. Y oye, si
yo puedo tú también. Y juntos, ¡más aún!

Hay que conectar con el yo infantil y explicarle que está a salvo, que ahora
ya estás tú, un adulto maduro y responsable a cargo. Cuando puedas mirar a
los ojos a este/a niño/a y quedarte con él/ella para siempre, tus problemas
se habrán acabado. Interesante ¿no crees?
Escucha atentamente lo que voy a decir: te mereces ser feliz, te mereces
liberarte de las creencias limitantes y disfrutar de las creencias expansivas
que ya están en ti, te mereces vivir una vida plena. Te lo mereces, punto.
Porqué sí. No hay nada que hayas hecho, que te hayan hecho, no hay
ninguna experiencia vivida que no se pueda iluminar y aprovechar para
poner el contador a cero y recomenzar. No hay nada malo en ti, nunca lo
hubo y nunca lo habrá. Todo está bien, aquí y ahora. Recuerda, ¡eres alma!

¿De acuerdo? A partir de hoy vas a hacerte cargo de todo lo que hay en ti.
Porque te lo debes. Porque llegó el momento, y porque sabes que no hay
mejor manera de ayudar al mundo que arreglar tu interior. Y por algo se
empieza: por el principio. Hay alguien a quien tienes que pedir perdón. ¿Lo
vas pillando? Seguro que sí. A ti, por no haberte hecho caso, por haber
pasado de ocuparte de ti, por hacer oídos sordos a tus llamadas, por
ignorarte, por obviarte, por dejarte de lado.

La Abuelita siguió:

«Ahora sabes que te mueves y vives en base a lo que aprendiste de


pequeña; esa es tu historia, la que te domina, la que te hace ser como eres.
Quizás ahora estés en disposición de entender que no hay ninguna persona
en el universo que no sea perfecta y digna de amor, del amor más profundo
y cierto que nunca hayan podido imaginar. Básicamente porque sois amor
en estado puro, todo el tiempo a todas horas, pero aún no lo sabéis. Sí,
todo el mundo: el violador, el asesino, el psicópata, el enfermo mental, la
que hace bulling, la que maltrata, el agresivo, el indefenso, el cobarde, la
prepotente… Todos, absolutamente todos, llevan a una receta, una historia
que los hace ser como son, y créeme, nunca sabes qué historia te podrían
explicar.
Te preguntarás si eso lo justifica todo, y te diré que no soy nadie para decir
qué está bien y qué no; solo te podemos decir que detrás de esas personas,
esta su alma, detrás de tu historia, estás tú. Lo que sí te puedo decir, es que
iluminar tu sombra, entender qué te pasó a ti y qué hizo que interpretaras
las cosas de una determinada manera, cuáles son tus patrones y resolverlos
te hará estar en paz. Y cuando estás en paz, todo está bien. Puedes elegir
sentirte víctima de las circunstancias y seguir quejándote de tu vida y del
universo, Dios y no sé cuantas cosas externas a las que puedes culpar de
ello... Pero ahora ya sabes que lo que hay en el exterior, refleja lo que hay
en el interior. Tienes fuera el reflejo de ti misma. Ya sabes que culpar es una
pérdida de tiempo, que las emociones hay que sentirlas, y que todo eso lo
sientes por la actitud e interpretación de los hechos que hizo la niñita que
fuiste. Y que además tus recuerdos, son más paja que realidad. Enséñale a
entender diferente.»

Me hicieron ir a buscar el origen de todos mis malestares. Fue mucho más


fácil de lo que me pareció a simple vista. Solo tenía que relajarme y dejar
que mi mente trajera el primer recuerdo asociado a lo que me preocupaba y,
reescribirlo. Súper simple. Así lo hicieron las personas de los testimonios
que compartía contigo. Xavier fue a buscar el primer recuerdo doloroso de
volar en avión, Montse fue a buscar el primer recuerdo doloroso sobre el
amor.

Substituir las creencias, las sensaciones, los sistemas de valores, referencias


o estados emocionales y sobre todo, cambiar la interpretación que hiciste
de determinados aspectos de la vida, proporciona un regalo grandioso en
la forma de vivir, muchas veces inmediato y contrastable.
En las sombra están las raíces de lo que queramos cambiar. No basta con
quitar las hojas secas o podar las ramas.
Te anticipo algo; debes hallar el modo de liberar tu sombra y, la manera más
rápida es recuperar a tu niño interior, perdonando lo que pasó y
reescribiendo lo que sentiste.

En el Dropbox tienes un audio, confío que te ayudará a descubrir tu sombra.


Cuando halles el recuerdo, ve al mundo de abajo o arriba con los tambores
o la maraca, para cambiar la interpretación que hiciste de los hechos. No
cambiaremos lo que pasó, verás la misma situación pero te la harás
interpretar diferente. Hablaras con la niña o el niño que vivió esa situación
y le contarás con todo el amor del que seas capaz ahora (créeme que ya es
mucho) que puede vivir la historia de forma distinta. Siguiendo con los
ejemplos, Xavier le dijo a su niño interior de 3 años, que su padre reaccionó
de esa manera porque tuvo miedo. Que en realidad no pasa nada por volar,
que en la vida pasan situaciones que no podemos controlar, pero que eso no
es motivo para vivir con miedo. Montse, le dijo a su niña interior que no
había nada de malo en ella. Que era perfecta y hermosa y digna de amor
verdadero. Que el amor es lo más bonito que hay y que jamás duele.

Algunos ejemplos más, para que te hagas una idea:


Si interpretaste que debías ser perfecta, te explicas que te querrán igual si
no lo eres siempre.
Si abusaron de ti siendo una niña/o, vuelves ese momento y te explicas que
no hay nada de malo en ti, que lo que está pasando no tiene que ver contigo,
ni en cómo eres o qué haces, te dices que ahora ya eres un/a adulto/a
maduro para protegerte y cuidarte.
Si creíste que un padre responsable no puede dejar nunca el trabajo y que
tiene que aguantarlo todo, te explicas que no tiene porqué ser así, que la
dignidad va por delante, básicamente porque si te valoras, te valoran. ¿Me
sigues? ¿A que es sencillo?

Otras preguntas que ayudan a diferenciar la sombra:

¿Cuál es el primer momento doloroso de tu vida?


¿Cuál es tu historia?
¿De qué puedes tener miedo si renuncias a ella?
¿A quién culpas por no estar viviendo la vida que querías?

Decretos que escuchamos de pequeños y que pudieron marcar nuestra
forma de vivir en el mundo:

Nadie hace dinero trabajando


Ya te está bien, por tonto
Que ganas tengo que te marches de casa
Cuando naciste arruinaste mi vida
¿Te crees que la vida es un juego?
Estoy enferma por tu culpa
No hay triunfo sin dolor

Vamos a recapitular: primero creamos nuestras creencias y después ellas


nos crean a nosotros, en un bucle sin fin.

Eso significa que primero alguien hace una afirmación sobre ti o sobre el
funcionamiento del mundo, luego tu lo aceptas y lo validas, porque aún no
tienes un criterio formado respecto lo que hablan los mayores, además los
admiras como a los dioses omnipotentes que parecen, y lo aderezas con tus
propias interpretaciones, y a partir de ahí, tú ya no tienes que pensar en eso,
LO DAS POR HECHO y por esa fantástica ley de la asunción, lo atraes a
tu vida constantemente, para ir reafirmando que es cierto para ti.
Por eso interpretas todo y generas tu historia particular de cómo funciona el
mundo, y tú en él.
Entonces, tu mente, para dar coherencia a todo y hacer que en tu vida pasen
cosas, irá a buscar información en tu base de datos (la sombra) y solo te
dejará ver, experimentar, vivir, las situaciones que se parezcan a lo que hay
ahí, por coherencia y porque es lo que reconoce.
Si crees que el mundo es hostil, tu mente solo te mostrará situaciones que
sean hostiles. En realidad, habrá de todo delante de ti, pero tú solo serás
consciente de lo mal que está el mundo. Recuerda esto, porque es
importante: tú solo sintonizas con un programa, en este caso la hostilidad,
pero no es lo único que pasa.
Reescribes la sombra cuando identificas la creencia y la cuestionas, ¿Te la
crees? ¿Crees realmente que eres así o asá? Cuestiona la propia creencia,
¿crees realmente lo que crees?
Luego, cambias tus ondas cerebrales, te posicionas en theta y reescribes lo
que quieres que haya en tu sombra. Más sencillo imposible.

Prácticas:
- reconoce qué quieres cambiar de tu vida y ve al mundo de arriba o abajo a buscar qué
interpretaciones hiciste. Cuando las tengas reinterprétalas como mejor te parezca. Si lo prefieres, te
ofrezco otros audios en la carpeta de la sombra para ir en busca de las interpretaciones que hiciste
y cambiarlas por nuevos programas.
1. Hazlo con el de conocer tu sombra.
¿Sientes que vives en la carencia? Cambia a abundancia.
¿Sientes que no te mereces? Cambia a merecedora.
¿No te amas? Cambia.
2. con el de vaciar la sombra, aprovecha para limpiar tu subconsciente sin tener que saber lo que
hay. Este es más genérico pero no dudes de su efectividad.
3. y uno más para hablar con tu niña interior y hacer las paces con ella. Dile que siempre vas a
estar allí, haz que se sienta segura contigo y librera el pedazo de mujer que llevas dentro.
CONFÍA Y DALO POR HECHO

Lo único constante es el cambio, la naturaleza lo sabe y se reinventa,


recalcula, cambia. Y, tú eres parte.
Interactúa con tus Maestros o pídele ayuda a tu Animal de poder. Usa los
poderosos audios, en los que te acompaño arriba y abajo para solucionar y
crear nuevos paradigmas para ti. Con los tambores, entras en estado theta
fácil, para desbloquear todo lo que te pase por la cabeza, solo tienes que
cambiar la polaridad.
Cambiar tu vida nunca fue más fácil. ¡Juega! ¿No me crees? Pruébalo y
luego hablamos.
Felicidades, llegaste muy lejos ya. Me siento orgullosa de ti y te propongo
un ejercicio, ya que nos vamos a adentrar en los espejos.
Por unos cuantos días, y unas cuantas veces al día, mírate en el cualquier
espejo de tu casa y dile a la niña que ha dentro de ti:

No necesitas ser distinta de lo que eres para que te ame.


ESPEJOS,
TU REFLEJO EN EL MUNDO

«Una persona amorosa vive en un mundo amoroso.


Una persona hostil vive en un mundo hostil. Todo lo que encuentras es tu reflejo».
Hen Keyes Jr.

- No la soportaba, no podía estar dos minutos cerca de ella. Cada vez


que abría la boca se le encendían las entrañas, y no podía entenderlo,
porque a todo el mundo le caía bien… Pero a ella la llevaban los
demonios cuando tenía que hablar con su compañera de trabajo.

Alicia, tenía un espejo delante y no lo veía

Así funcionan los espejos.


De vez en cuando, en mis vuelos, escuchaba a las Abuelitas hablarme de
espejos, ¡como si supiera de qué iba el asunto! Hasta que un día indagué
sobre eso y me dijeron:

«Todos los seres humanos tenéis sombra, lo hablamos hace tiempo, una
parte de vuestro ser en penumbra, oculta. Vuestras zonas oscuras están
compuestas por aquellas características personales que no podéis aceptar
como propias. Cada vez que os enojáis, que algo o alguien os irrita,
cuando rechazáis alguna persona y hasta cuando idealizáis a otros, estáis
en presencia de vuestra sombra. Todo aquello que vuestros códigos
morales, éticos, colectivos… no acepta como bueno, queda relegado en la
sombra.
Todas esas características que rechazáis o sobre admiráis están en vuestro
interior, inconscientemente las fuisteis separando, rechazándolas y
creyendo que no son parte de vosotros. Por ello cada vez que os topáis con
ellas sentís esa sensación de incomodidad y temor.
Fíjate en las situaciones y personas que te molestan o rechazas
sobremanera. Cuando algo externo a vosotros os incomoda
constantemente, os está mostrando que alguna parte de vuestro ser no ha
sido aceptada y es reprimida, mostrando un desequilibrio interno. Te
toparas constantemente con tus sombras, porque el exterior equilibra lo
interior, atrayendo constantemente esas situaciones que te recuerdan día a
día, que algo tienes que reparar dentro. Tu alma siempre va a llevarte al
equilibrio, te ayudará a liberarte de la culpa y el dolor, de la ceguera y
critica, tendrás que dejarlo todo atrás. Solo así podrás SER la verdad. Así
es que, si reniegas de lo que sientes y lo relegas a la sombra, te lo traerá en
forma de mensajero para que puedas darte cuenta.
Reconocer vuestra sombra os hace más flexibles, amorosos y menos
enjuiciadores, ayudándoos a desarrollar todo vuestro potencial innato, con
frecuencia adormecido. La integración de la sombra, la luz, es el único
remedio para generar un cambio colectivo positivo en un mundo totalmente
fragmentado y violento. Por ello, vuestras sombras, son las personas que,
aunque sin saberlo, os muestran el camino a casa. Son vuestros grandes
maestros hacia el equilibrio, la sanación y la armonía. »

¡Vaya! ¿Resulta que tendré que agradecer su gran ayuda, a todas esas
personas que me sacan de quicio? Me encantó la idea, ya llevaba un tiempo
trabajando en mí y esto me acabó de convencer que solo hay una manera de
ser feliz plenamente. Mirar bien los rincones interiores. Eso sí, también me
di cuenta que para este ejercicio hacía falta una dosis muy grande de
humildad. Reconocer que esa persona que no soportas, te está enseñando
algo de ti, no es nada fácil. Lo experimenté en mi viaje al Perú. Fue todo un
reto.

Sabrás que una persona te muestra cómo estás por dentro,


cuando su comportamiento te llama la atención sobremanera,
te crispa, te irrita, te pone de los nervios

Esa es la premisa para reconocer un espejo: la reacción exagerada.


A mí me pasaba muy a menudo. En general no me relacionaba bien con las
personas, me irritaban, me cansaban, me hastiaban. En ese viaje me di
cuenta que estaba harta ya, de tanta reacción adversa sin motivo (aparente)
y la abuelita continuó…

Dijo:
«No es que no soportes a los demás: es que te muestran algo que no
soportas de ti, y lo hacen porque el mecanismo de juego en la tierra es tan
perfecto que usa cualquier oportunidad para haceros despertar.
Los espejos, o proyecciones, son una manera muy efectiva y rápida de
saber algo más de lo que hay en tu sombra, niña, sobre todo lo que tú no
quieres o no puedes ver de ti. Vamos a trabajar en tu sombra a través de
sus mensajeros, las personas con las que te cruzas. ¿Por qué crees que los
comportamientos de las personas, parecen hastiar a unos sí y a otros no?
Porque solo remueven a quienes resuenan con el comportamiento
específico, y si resuena es porque está en ti, no podría ser de otra manera.
Busca el Kybalión y La ley del espejo y empezamos.»
Como te dije, me encanto la idea, hasta que empecé a observar, no te
engañaré, se me hizo complicado aceptar que, algunas conductas que veía
en los demás fueran algo que yo también hacia. Estaba tan contenta con los
desbloqueos de la sombra que pensé en no hacer caso, pero… Ahora uso el
trabajo con los espejos a diario y me parece fascinante limpiar capas de mí
gracias a los demás. Es una buena forma de conocerme mejor. Por todo ello
agradezco cada espejo que se me presenta, porque sé que va a ser
fundamental para abrazar mi sombra y ser cada vez más libre. O cambias, o
todo se repite.
Cuando veo algo en los demás que me molesta, sé que es mío y ya no me
cargo al mensajero.
Así como en el capítulo anterior hablábamos de las creencias y los patrones
de conducta asociados, en este veremos cómo sacar provecho de lo que nos
cuenta el entorno.
Los espejos nos ayudan a reconocer como estamos por dentro a través de
los otros. Podríamos decir que los demás nos hacen de mensajeros de
nuestra propia conciencia.
El funcionamiento es simple: como no puedo admitir que yo siento esto, lo
veré en ti. No puedo admitir que soy así y por tanto veré que tú eres así. O
sea, que el problema no es que el otro sea o no sea, el problema es cómo
reaccionas ante eso. Un poco como aquello de la culpa, que resulta más
cómoda echársela al vecino.

La parte subconsciente que no queremos admitir de nosotros, se nos


muestra en el exterior a través de cómo vemos y «sufrimos» a los demás. Y,
fíjate que no digo que lo veremos a través de cómo «son» ellos, sino que es
nuestra reacción ante ellos, lo que nos dará la pista de lo que no está siendo
reconocido y abrazado en nuestro interior.
Entonces, lo que no te gusta de otro, lo puedes corregir en ti y eso es una
auténtica maravilla.
Igual que un espejo refleja tu imagen, tus experiencias reflejan tus creencias
internas.

Me encantó esta aventura.


Es la ley de la causa y efecto. Lo que veo en ti es el efecto, pero la causa
está en mí. Estas experiencias pueden ser una vía muy rápida de
comprensión. Y requiere un elemento básico, humildad, porque reconocer
que; el cabrito de tu jefe, la insoportable de tu suegra o tu vecina odiosa, te
muestran cómo eres tú, a veces es durillo. Tal como vibras por dentro,
atraes situaciones, personas y experiencias del exterior. Al ser
subconsciente, tú no te das cuenta: solo ves el resultado. Ahora
aprenderemos a usar el «exterior» para conocer más tu interior, y
reescribirlo de nuevo, ya que, lo veíamos anteriormente, no hay nada oculto
que no llegue a manifestarse.

Los espejos revelan nuestros puntos ciegos. Las relaciones que tenemos con
las personas, son la oportunidad de vernos de formas inimaginables.
Magnifican algo que está en ti. Repito: lo que ves en otro y te llama la
atención, te habla de ti. Algo así como que: eres todo aquello que odias y
eres todo aquello que amas de los demás.

Las reacciones que tenemos ante las personas que nos hacen de espejos
nunca mienten, siempre muestran exactamente lo que está pasando en tu
interior; otra cosa es que estemos preparados para ver lo que nos enseñan.
Si no estamos preparados, seguiremos culpando al mensajero, pero cuando
de verdad tenemos ganas de estar bien, aprovecharemos cualquier
oportunidad para encender una lucecita más en la sombra. De nuevo; hace
falta ser muy humilde para reconocerse en los demás.

¿Todos son espejos?


Los espejos son las otras personas, pero significa que ¿todo el mundo te
hace de espejo? NO. Solo aquellas, que su comportamiento te altera de
alguna manera especial, te llaman la atención, no soportas, no aguantas o te
saca de quicio. La causa está en el subconsciente y el efecto en el
consciente. Dices: él es tal o cual cosa, y en realidad te estás definiendo ti, a
aquella parte de ti que no puedes reconocer.
Cuando no somos conscientes reaccionamos automáticamente ante las
situaciones; cuando somos conscientes, respondemos, de forma pausada y
comprensiva. ¿Te imaginas cómo sería vivir siempre así?

Somos maestros en suprimir/ocultar aquello que no nos gusta o no sabemos


manejar. Ahora, se trata de mirar de cara la sombra gracias a los demás.
¿Aceptas el reto? Piensa un momento en alguien con quien te pase.
Reflexiona sobre qué es exactamente lo que tanto te irrita.

Directo, opuesto, juicio, niñez


Vamos al grano con algunos ejemplos para que se integre mejor.

Podemos dividir la experiencia de los espejos en cuatro tipos básicos:


Directo
Opuesto
Etiqueta/juicio
Niñez

Llamamos espejo directo cuando nos muestra directamente algo que nos
hacemos a nosotros mismos o a los demás. Lo que me molesta de ti, es
exactamente lo que me hago a mí o a otro.

Por ejemplo: si no soportas a los criticones, te está enseñando que tu


criticas, y mucho. A otros o a ti mismo. Dime, ¿cómo te hablas? Si no
soportas que el otro sea agresivo/a, te enseña que tú lo estás siendo contigo.
¿Y cómo eres agresivo contigo? Quizás maltratas tu cuerpo de alguna
manera, quizás comes mal a sabiendas que no te es bueno, o puede que no
hables por no molestar a otro, esto sería una forma muy clara de ser
agresivo con uno mismo, porque por miedo a hacerle daño al otro te lo
haces a ti mismo callando y aguantando. El directo enseña claramente que
lo que no me gusta que hagas tú, me lo estoy haciendo yo en algún aspecto
de mi vida, o se lo estoy haciendo a otro en otro ámbito. Tendré que
preguntar, ¿cuando me trato así, en qué circunstancias hago yo esto? Y, ser
honesta/o. Si no, no solucionaras nada.
Los descubrirás, escuchando como hablas de la persona o situación en
cuestión.

¿Te acuerdas de Alicia?


A ella le molestaba soberanamente su compañera de trabajo. Decía que era
muy criticona, que solo hablaba mal de la gente, que siempre estaba al día
de todos los chismorreos, que era desordenada y siempre iba mal aseada.
Alicia se molestó mucho con esta práctica, claro. Ella no pensaba de
ninguna manera que estuviera haciendo lo mismo que su compañera…
Pero, si la manera de hablar de su compañera no es una crítica, ¡que baje
Dios y lo vea! Además, hizo el ejercicio y se preguntó, ¿cuándo soy yo
criticona con migo misma? Se dio cuenta enseguida que no paraba de
hablar mal de sí misma, desde que se levantaba por la mañana hasta que se
acostaba. «Llevo el pelo fatal, la ropa hecha un asco, mi coche es una
carraca, no entrego bien mis tareas, soy lo peor, no me aguanto…» Al fin,
vio que lo que decía de su compañera ¡era, exactamente lo que se decía a sí
misma! Lo resolvió y, ahora, su compañera es como si no existiera.

- No soporto que mi hijo no se defienda cuando los matones de la clase


van a por él.
Le pregunté, ¿en qué momentos dejas que otros abusen de su poder?
Clara descubrió que ella no se defendía de los ataques de una
compañera de trabajo, a sabiendas que eran todo calumnias. Ella
prefería hacer oídos sordos antes que defenderse. Puso una queja a su
superior y los abusos terminaron. Además la relación con su hijo
mejoró de forma radical.

En las clases ocurren cosas estupendas cuando aprendemos a indagar en los


espejos:

- Marta se volvía loca con el desorden de la habitación de su hija


adolescente. Fíjate que no digo que le molestara, digo que se ponía
hecha una energúmena solo entrar por la puerta. Se peleaban,
discutían, se dejaban de hablar, (todo por el desorden de una
habitación) algo un poco exagerado.

Le pregunté en que situaciones de su día a día, ella era desordenada.


Por supuesto dijo que ¡en ninguno! Hasta que al cabo de un rato, al
fijarse en la zona donde estaba sentada, se dio cuenta que tenía todo
por medio, agua, pañuelos, un envoltorio de comida, papeles
arrugados, tres bolis tirados, la funda de sus gafas. En un espacio de
metro y medio cuadrado, todo era desorden. Encima se dio cuenta que
era desordenada en algo que la llevaba del revés des de hacia años…
su alimentación. Comía fuera de horas, mal y demasiado. Lo solucionó
y consiguió empezar y seguir un cambio de vida alimentaria y además,
de la noche a la mañana su hija se volvió más ordenada, o al menos, a
ella se lo parecía.

Quizá veas que realmente tú no haces lo que te molesta tanto del otro, quizá
sea así, pero te remueve y eso significa que, hay algo escondido en ti
gritando para ser atendido.

Veamos otra manera de sacar información de un espejo.


Si no es algo que te haces a ti, o es una manera de ser contigo, no es algo
que le hagas a otro, (asegúrate bien), quizá sea todo lo opuesto.
Este tiene dos partes diferenciadas y muy útiles: una, que lo que te molesta
de otro es lo que quisieras hacer tu; o dos, que estas exageradamente en el
lado contrario.

Si anhelamos poder ser de una determinada manera, diferente de lo que


somos ahora, pero por miedo, pereza o el eterno victimismo no lo
conseguimos, y tenemos cerca a alguien que es exactamente como
quisiéramos, se despierta la envidia. Ese alguien nos enseñará de manera
exagerada, qué es exactamente lo que quisiéramos conseguir. Como no
somos capaces de admitir que no nos movemos a causa del miedo, nos da
rabia que otro lo consiga, y esa rabia, esa reacción exagerada ante los logros
ajenos, pone en evidencia nuestra falta de confianza interior. ¿Lo ves? A
trabajarla y listo.

- Juan, tenía un hermano al que todo le salía bien, ellos no se llevaban bien, en cuanto
se encontraban siempre acababan discutiendo, estaba cansado y miró a ver si no sería
un espejo de sus propios anhelos, trabajó en ello, te daré ejercicios para que puedas
hacerlo tú también y ahora tiene una muy buena relación con él, de hecho su
hermano, al ver el cambio en ella, decidió hacer también la formación.

María, nos decía:


- No soporto a mi vecina. — Bien, dije: qué no soportas: — todo el
tiempo de viaje y todas esas fotos en las redes, ¡que pesada! Le
pregunté si no seria que a ella le gustaría tener ese ritmo de vida. No se
había dado cuenta que era exactamente lo que le pasaba. Entregó esa
necesidad a su animal de poder y listo.

A veces no es tan sencillo, cierto es. A veces nuestro modo víctima, no nos
deja entender que eso de fuera, nos muestra como estamos dentro. Pero,
cuando de verdad quieres saber todo de ti, te rindes a la evidencia y puedes
trabajar a fondo.
Si reaccionamos de forma exagerada con alguien, también nos puede
mostrar que actuamos totalmente al revés; eso podría parecer que no es un
problema, pero si reaccionamos mal y no descubrimos un espejo directo,
sigue buscando. El opuesto te muestra que estás exageradamente en el otro
polo.

Para muestra, alguna de estas: si describes a alguien como extremadamente


egoísta, te molesta y no te está enseñando que eres egoísta en algún aspecto
de tu vida (sería un directo), te está diciendo que te ocupas de los otros
antes que de ti. Ocuparse de los demás no es mala cosa, pero que TODOS
pasen delante de ti, que priorices a todos antes que a ti, que únicamente te
preocupes del bienestar ajeno, sí es un problema, porque tú eres IGUAL de
importante que los demás. Entonces cuando ves como alguien solo piensa
en él (aparentemente), te revelas, porque te gustaría poder ser un tanto así y
además te muestra que tienes que empezar a cuidarte y ser «un poco más
egoísta». ¡Pero claro! A ti te enseñaron que una buena persona siempre se
deja para el final y nadie quiere ser mala persona, ni parecerlo ¿verdad?
Y, ¿qué tal este? Que no soportes a alguien que tiene las cosas claras y no
duda de nada (o lo parece), te enseña que ser una indecisa ya te está
cansando más de la cuenta, lo suficiente para empezar a hacer cambios.
- Jaime no soportaba que su hijo de 40 años jugara como un niño
pequeño con sus sobrinos. Simplemente no podía soportarlo. Cada vez
que lo veía tirado en el suelo se ponía enfermo. Descubrió que era
incapaz de relajarse y ser espontáneo como un chiquillo, que se había
vuelto rígido; su hijo le mostraba que tenía que hacer caso a su niño
interior y permitirse jugar de vez en cuando. Lo hizo— ¡vaya si lo hizo!
—, y está encantado.

Marisa entendió por fin, que narices le enseñaba su ex maltratador y fue una
sesión memorable, nos contaba con lágrimas en los ojos:
- Acabo de ver claramente que mi marido me enseñaba un espejo
opuesto, madre mía. Su excesiva violencia, era lo opuesto a mi excesiva
sumisión. Su maltrato me estaba enseñando que yo no tenía mi lugar y
además veo que también es un directo porque yo estaba siendo violenta
conmigo ¡al permitir ese abuso y no valorarme! Esto es muy fuerte, si
lo hubiera sabido antes, jamás habría llegado tan lejos con él.

Al cabo de unos días, me escribía para decirme que por primera vez en
muchos años sentía que podía confiar en encontrar a una pareja respetuosa.
Me encanta esta formación por los cambios que veo en vosotros.
¿Recuerdas que te dije que se evoluciona siendo honesto con uno mismo?
Pues tenlo presente.

También hay otro espejo, que se descubre viendo qué situaciones o tipos de
personas hay a menudo en tu vida. ¿Qué se repite? ¿Te encuentras a todos
los mentirosos del mundo? ¿Te tropiezas con cantidad de maleducados? ¿La
gente te es desagradable por costumbre?

¡Enhorabuena! Estás ante un espejo Etiqueta / juicio.


Esta me encanta. ¿Y sabes por qué? Porqué todo aquello que generalices de
forma despectiva y criticona, todo aquello que condenas, aparecerá
constantemente en tu vida. Este me parece el más interesante, porque
cuando opinas y etiquetas a alguien, esa persona, se verá obligada,
subconscientemente, a ser de esa manera contigo. Cuanto más la juzgues,
mas va a ser de ese modo (contigo), cuanto menos la juzgues menos va a
ser así. Recuerda somos co-creadores de nuestra vida.
Cuando te escuches diciendo, — ¡yo nunca lo haría! Eso será exactamente
lo que harás. Cuando condenas al otro, cuando lo juzgas te estás condenado
a ti a vivir esas situaciones una y otra vez, y te pregunto, ¿parque vas a
hacerte eso? Así es, que se acabó juzgar.
Que todos hacemos lo que podemos. Si no quieres sentirte juzgado/a,
deja de hacerlo tú.

Tengo todos estos ejemplos para ti:


¿Que no entiendes que las parejas engañen a sus cónyuges? Tendrás amigas,
conocidos, familiares, a quien le pasará esto. ¡O a ti mismo/a! ¿Qué juzgas
a la gente que estafa? Te estafaran repetidamente. ¿Qué juzgas a las
personas que no se responsabilizan de sus tareas? Pues tendrás compañeros
de clase que no hacen los trabajos de grupo, parejas que no se
responsabilizan de su parte, etc. ¿Qué criticas a tus amigas madres o a tus
padres con el ya famoso «yo jamás lo haría» cuando los ves actuar con sus
hijas/os? Ya puedes tener claro qué tipo de hijas/os tendrás tú y qué tipo de
cosas harás EXACTAMENTE IGUAL. Este espejo se presenta cuando eres
extremadamente duro/a criticando el comportamiento externo. Tu interior
se muestra en tu exterior, recuerda. Nada de lo que hay en tu vida, aparece
por arte de magia.

Félix decía:
- No paro de pensar que mi mujer es una despistada, y es curioso,
porque solo lo es en casa. En el trabajo, o con sus amigas nunca se
olvida de nada, yo pensaba que lo hacía a posta para fastidiarme y
ahora veo que ¡quizá no!

Su hermano que también estaba en las sesión corroboraba su historia y


además añadía que ambos trataban de tonta a su hermana menor, una chica
con dos carreras, que cuando se juntaba con sus hermanos, ni siquiera
conducía para no meter la pata. Se dieron cuenta que tenían que dejar de ni
siquiera pensarlo.
Mira este ejemplo:
- Teresa tenía muchos pisos en alquiler y siempre decía «que los
inquilinos nunca pagan a tiempo». ¿Ves la generalización? ¿Qué tipo
de inquilinos crees que tenía? Exacto: el entorno le mostraba su
prejuicio instalado en la sombra.

Resumiendo: Ocúpate de tu vida, porque todos actuamos según nuestra


propia historia, con el fin de aprender las lecciones que nos correspondan.
Lo viste en el capítulo de la sombra, ¿recuerdas? Por lo tanto, si tú fueras
esa persona —con sus vivencias, sus experiencias y sus mismas
interpretaciones de la vida—, te puedo garantizar que harías exactamente lo
mismo.

No eres consciente de estar generando estas etiquetas o juicios, por eso


aparecen tan a menudo. Por lo tanto, si una situación o un tipo de persona
se repiten en tu vida, en diferentes momentos y formas, pregúntate si no
será que algo estás juzgando sobremanera y deja de hacerlo. Deja en paz lo
de afuera y ocúpate de lo de dentro si realmente quieres estar en tranquila/o.

Sabes que es un reflejo de tu interior, cuando tu reacción


ante la situación o persona es desmesurada

A veces los espejos en los que nos vemos son difíciles de aceptar, pero es
una vía súper rápida para eso que tanto ansías: La paz interior

Y, finalmente, llegamos al más chulo: La niñez. Ya la trabajamos en la


sombra, pero es que ¡es un filón!

Vimos entonces que en la infancia se generan muchas creencias que forman


patrones de conducta. ¿Recuerdas? Pues bien, a menudo, cuando el
comportamiento de alguien nos molesta, también puede estar enseñando
alguna emoción de aquella temprana época de tu existencia, no ha sido
correctamente integrada.

La infancia se refleja en la adultez. El adulto no es más que el eco de su


niño interior. El que cuida de la carga emocional es el yo pueril y hay que
coger el timón. Muchos de los espejos muestran una parte de esa criatura
que está llamando la atención, y hay que dársela.

La Abuelita me dijo:
«Si te altera el comportamiento de alguien y descubres que te recuerda al
de tu padre o tu madre, sabrás qué hay que resolver y donde. Si el
comportamiento que te altera es de alguien menor a ti, podrías ir a ver que
hay pendiente en tu niñez a la edad que tiene el sujeto que te molesta.»
En clase lo vimos con este ejemplo:
- Pepe, tenía muy buena relación con sus cuatro hijos. Vivió la
adolescencia de los mayores de forma natural, con lo típico de esa
edad, pero sin ningún trasiego extra, hasta que llegó la adolescencia de
su hija menor. Empezó a crear animadversión contra ella; no podía ni
aguantar su mirada, le gritaba, la menosprecia y no podía soportar su
presencia… Por supuesto, enseguida puso en práctica el ejercicio de
los espejos y empezó ver si el comportamiento de su hija le estaba
mostrando algo que él se hacía a sí mismo (espejo directo), pero no
encontró nada. Vio entonces si sería un opuesto y tampoco. Se fijó en
cómo hablaba de ella para descubrir si había una etiqueta juicio, tipo
«todos los adolescentes son iguales» o «esta juventud no hará nada de
bueno», o si la etiquetaba de alguna forma concreta y tampoco… Así
que, finalmente, decidió mirar si había algo que resolver cuando él
tenía 12 años, que era la edad actual de su hija, y… ¡Bingo! Allí
encontró que cuando él tenía esa edad se sintió despreciado y
abandonado por su propio padre, quien fue a trabajar dos meses fuera
del país justo cuando Pepe cambió de colegio. Lo pasó mal, entonces, y
no pudo decírselo a nadie. Pero lo resolvió, hizo lo que debía con los
ejercicios específicos para trabajar su niño interior en la sombra, cortó
vínculos cerrando círculos vitales, y así la relación con su hija se
volvió tranquila respecto a su reacción previa. Ella siguió teniendo su
adolescencia dramática, pero él pudo acompañarla mejor, tal como lo
hizo con los demás hijos.

En cuanto descubrimos qué nos enseña un espejo y cambiamos la actitud


que lo propició, este pierde su fuerza o incluso desaparece de nuestra vida y
lo que nos reflejaba, queda resuelto en nuestra sombra.
Pero quise saber más, y pregunté qué podía hacer con los espejos, aparte de
entenderlos y cambiar conscientemente. Porque a veces el cambio no es tan
sencillo.
Mis maestras me hicieron recordar un ejercicio para cerrar etapas que me
enseño una amiga. Lo mismo servía para cerrar círculos vitales, que para
cortar vínculos energéticos. Me lo llevé al mundo de abajo y cobró una
fuerza asombrosa.
Lo tienes en un audio, listo para ti. Úsalo siempre que lo necesites. Te
servirá para cerrar historias antiguas o cortar cordones energéticos con
espejos, para liberaros ambos des del amor.

Correspondencia entre papá y mamá, dinero y pareja


En un momento dado y, al mismo tiempo me preguntaba si la teoría de los
espejos tendría algo que decir en las relaciones de pareja o con el dinero. Lo
consulté y… ¡Por supuesto!

En este caso fueron dos Abuelitas las que me hablaron:


«Considerando como arquetipos madre / padre y teniendo en cuenta que se
considera la madre (o parte femenina) como proveedora de alimento
emocional y el padre (o parte masculina) de seguridad, tenéis algunas
cosas que os pueden enseñar las relaciones con vuestros padres.
En el caso de ser chica:
Si tienes problemas en el trabajo, económicos, no terminas de encontrar tu
sitio laboralmente, o tienes un proyecto que no acaba de materializarse
nunca, puede indicar que hay algo por resolver con la madre.
Quizá te hubiera gustado que fuera de otra manera, tal vez te hubiera
gustado que fuera menos o mas cariñosa, tal vez la amas de forma
posesiva, puede que no, quizá la idealizas, no importa mucho… Algo hay
que resolver o soltar con la madre. No significa que hayas tenido ningún
trauma grave, ni tiene porque ser que ella sea mala contigo, solo es algo
que quedó grabado en la sombra. Mira, resuelve y constata que tu vida
económica y laboral mejora.
Si tienes problemas con la pareja, ya sea a la hora de encontrarla, ya sea
que no te entiendes con ella, que en la relación no acabas de encontrar el
equilibrio, por desavenencias, peleas absurdas, o en los roles internos, etc.,
puede indicar algún tema a resolver con el padre.
Quizá lo idealizas, o lo odias, lo sientes demasiado protector o demasiado
poco, tal vez no estuvo, tal vez murió, tal vez hay algo que quisieras haberle
dicho o que hubiera entendido... Averígualo y resuelve
Si eres chico:
Cualquier problema económico o laboral, tendrá que ver con el padre.
Quizá no supo tomar su lugar, tal vez lo cogió con violencia, directa o
indirecta, tal vez es muy exigente, quizá tiene creencias muy profundas de
cómo debe comportarse un «hombre decente»; tal vez no lo dice, pero tú
sabes (porque lo entendiste / interpretaste así) lo que piensa y lo que cree
perfectamente; tal vez lo amas, pero no lo puedes expresar, o puede que no
lo ames... Algo hay que resolver o soltar con él. Hazlo. En breve te digo
cómo.
Si tienes problemas con la pareja, ya sea a la hora de encontrarla, ya sea
que te entiendes con ella, no encuentras el equilibrio en la relación…
Puede indicar algún tema a resolver con la madre. Quizá la idealizas o la
odias, quizá la sientes demasiado protectora o demasiado poco, tal vez hay
algo que quisieras haberle dicho o que hubiera entendido, tal vez esperas
que te cuide y te haga de la madre que no tuviste; incluso, tal vez esperas
que resuelva tus temas emocionales y no lo hace,... Averígualo y resuelve.
Sirve para todo tipo de relaciones, sea tu pareja de tu mismo sexo o del
contrario, es exactamente igual.»
Recuerda: La manera que tiene la conciencia de enseñarnos a sacar capas de
mentiras es magistral, ¿no crees? Ella siempre está, ayudando,
acompañando.
Venga, vamos al grano ya, ¿te parece?

Prácticas:
- Haz una lista de las personas que te alteran de un modo u otro, descubre qué conducta te
muestran y corrígela.
- Quizá no tienes tiempo de indagar mucho y quieres ir al lío. Este es fácil, rápido y sin
complicaciones. Deberás repetir hasta que, estando ante la persona que te hace reaccionar, ya no
sientas nada de verdad. Pero, ¡eh!, no vale fingir que no sientes nada…Ya sabes que, tarde o
temprano, te estallará en las narices. Ve al mundo de arriba y pide sanación de lo que te molesta del
otro, sea quien sea. Muy efectivo.
1. Con el audio de cortar vínculos y cerrar círculos; puedes resolver cerrando los círculos vitales,
cortando vínculos reactivos. Te servirá para soltar amarras. Úsalo con papá, mamá, hermanos,
amigos, personas concretas, situaciones, trabajos, parejas o ex parejas, e incluso puedes utilizarlo
para soltar amarras con tus hábitos antiguos y que ya no quieres en tu vida. Corta con todo lo que
te hace reaccionar automáticamente.
- Ponte los tambores y ve al mundo de arriba:
Escribe en un papel todo lo que odias de tu padre o tu madre, todo lo que te molesta, lo que no le
perdonas, lo que te hubiera gustado, lo que echas de menos…
¿Qué hubieras necesitado de pequeña/o? Dale voz a esa niña/o. Vacíate sin filtros, insulta si lo
necesitas. Esto es entre tú y la otra persona, nadie más tiene que saberlo, y en ningún caso es algo
de lo que tienes que hablar directamente con ellos. Jamás.
Cuando sientas que ya está, quema la cata y entierra las cenizas. El espíritu del fuego sanará lo que
hay que sanar y la tierra transmutará lo que sea necesario.

Acto seguido; escribe, intenta observar, descifrar, ¿de qué puedes disculparte tú? En toda relación
cada uno debe responsabilizarse de su parte. Quizá cuando eras pequeño/a y solo eras un/a niño/a
no tenias que disculparte por nada —es evidente que el adulto es el que tiene que dar ejemplo—,
pero, ahora, ¿cómo es tu comportamiento? Sabiendo lo que sabes a día de hoy, que todo el mundo
tiene una historia detrás, que aunque no justifica ninguna conducta, al menos sabes qué la motivó.
¿Qué crees que podrías hacer mejor ahora? ¿Crees que podrías hacerlo distinto? Escríbelo en un
papel, lo que sea, poco o nada. Piensa en ello. Y cuando termines, quémalo y entierra las cenizas.
Por último, pero no menos importante; intenta encontrar qué cosas les agradeces, qué cosas
aprendiste de él o ella, qué te enseñó. Dale las gracias. Escríbelo en una carta.
Ponte de nuevo el sonido de los tambores e imagina que lo/a tienes delante; díselo, dile todo por lo
que estás agradecida/o. En este caso si te parece mejor, puedes hablar con él o ella y decírselo en
persona. Luego entierra lo escrito en el bosque o jardín, deja que la Madre Tierra lo potencie y
haga crecer esas semillas. Permítete ese ejercicio. Es maravilloso encontrar la bondad dentro de ti.

Estas prácticas liberaron a Marta:


- Ella sufrió abusos por parte de su padre, y aunque ya los había
trabajado mucho en el taller de la culpa y en el de la sombra, aún
sentía que quedaba algo en un rincón por trascender, y lo hizo. Se dio
cuenta que con todas sus parejas había tenido problemas. Se armó de
valor e hizo todas las partes. Escribió y, además, añadió cortar
vínculos con la parte odiosa de su padre. Cortó y cerró ese círculo.
Estábamos en la sesión 6 de la formación, aún nos quedaban unos
cuantos módulos para terminar, pero al final, unos meses después,
conoció a la primera persona con la que realmente pudo imaginarse
teniendo hijos. Y, hasta donde sé, están felices. Marta, está
infinitamente agradecida con el trabajo que se dio permiso hacer. Eso
es iluminar la sombra a través de los espejos.

A mí, me sirvieron para terminar de limpiar la carencia económica; al ser


chica tuve que arreglar el espejo que me hacia mi madre. El resultado (no sé
qué palabras usar aquí…) se sale de todas mis expectativas.

Las Abuelitas me enseñaron también un ejercicio sutil para hacer las paces,
que deseo compartir contigo:
- Cuando reacciones ante alguien, aunque sea una reacción interna, dite: —gracias por mostrarme
esto (lo que sea) que hay en mí. Por ejemplo si veo a alguien y siento que es falso, puedo decir
mentalmente, me muestras mi propia falsedad, gracias. Y luego, actuar en consecuencia.

Vuela y pregunta a tus maestros: ellos te darán tus respuestas, que te van a
servir solo a ti y va a ser genial.
MIEDO Y AUTOAFIRMACIÓN, ESE
ES TU PODER

«El peligro es real, el miedo es una opción.


Si tienes miedo en cualquiera de tus empresas, hazlas con miedo y desaparecerá.»
La Abuelita

Una noche desperté sobresaltada y decidí que ya era hora de saber más
sobre eso que, dicen, nos limita tanto.
Me preguntaba, ¿y si el miedo solo fuera una creencia?

Llegados a este punto habría que dilucidar el concepto miedo, puesto que
no es lo mismo el miedo, que un miedo psicológico. Podríamos decir que el
primero es un mecanismo ancestral de defensa, la respuesta natural ante un
peligro potencial, (recuerda esto), que hace que huyamos o ataquemos y
nos mantiene alerta.
El miedo psicológico, seria todo aquello con lo que lo aderezamos y
sobredimensionamos de forma mental.
Si la intuición está desarrollada, el miedo nos ayuda a protegernos; pero
para que lo esté, tiene que haber silencio interior, a estas alturas ya lo habrás
pillado, ¿no?

Puedes encontrar el silencio interior con el canto del alma, con el baile del
alma o integrando tu animal de poder. Por supuesto, escuchar los tambores
sin ninguna intención también ayuda mucho. Sí, también puedes meditar,
hacer yoga, pasear, nadar... Pero este es un libro con técnicas de crecimiento
interior con energía chamánica, así es que…

Y, ¿qué ocurre cuando no hay suficiente conexión con el yo interior y su


voz, la intuición? Pues que se nos hace muy engorroso diferenciar cuáles
son los peligros reales. La mente material toma el poder, y como si se
tratara de un programa con un virus comienza a ejecutar archivos sin ton ni
son. Aquí empieza el miedo psicológico, el que es inventado, el que se
alimenta de los «y si». Habrás notado que es el que da más por saco, ya que
te hace sentir complejas, cosas que no lo son y, hace que todo tu cuerpo
reaccione con sensaciones muy concretas —y absolutamente reales— en
ocasiones terriblemente limitantes… Fíjate en las fobias por ejemplo.

La parte más oscura de la personalidad es el miedo. Se queda anclado en


nosotros desde muy temprana edad. A cada uno le bloquea de forma
distinta, pero lo que está claro es que el alma no teme a nada. Entonces,
perder el miedo nos acerca al alma. Simple y llanamente. No se trata de
volverse temerario, sino de trascender los miedos psicológicos.

Perder el miedo psicológico transforma. Te permite evolucionar.


¿Pero qué pasa con él?

Niña —dijo la Abuelita— La cháchara mental entra en presunción e


invierte el tiempo imaginando posibles resultados, negativos, claro.
Presuponéis todo lo que puede pasar por miedo a afrontarlo. Os escudáis
en los «¿y si…?» Para no moveros, porque el sufrimiento os da pavor.
Tenéis miedo a los cambios porque a vuestra mente le gusta lo conocido.
Entonces, recurre a los antiguos programas para evitar que os mováis de
la zona de confort.
Tenéis miedo al dolor, a la responsabilidad, al cambio; lo habéis heredado
de la conciencia colectiva. En el fondo no habéis evolucionado tanto, por
eso vuestra razón tiende a protegernos de lo desconocido, y lo hace a
través del miedo psicológico.
Las personas que son controladoras, por ejemplo, necesitan tener poder
sobre lo que controlan por miedo. Miedo a quedarse solos consigo mismos,
a perder, a ver su propia sombra, a sentir que son imperfectos. Y se centran
en controlar todo lo externo para no tener que centrarse en su interior.
A las personas que ejercen poder sobre otras, les pasa exactamente lo
mismo: tienen miedo a no ser reconocidas, a no ser parte de algo, a
sentirse solas, porque en realidad no soportan la soledad que no es
escogida. El empoderamiento jamás tiene que ver con ejercer poder sobre
los demás. Te empoderas cuando crees en ti sin necesidad de controlar ni
de humillar.
El miedo es la gran distracción. Evita que encontréis vuestras propias
miserias y las trasciendas, porque no os apetece ver lo que hay ahí dentro,
en lo más profundo de uno mismo. Pero tú ya has trabajado la sombra con
amor, y has descubierto más sobre ti trabajando con los espejos, ¿verdad?
Y cuanto más sabes de ti, menos miedo hay.»
Des de luego que sentía un gran cambio en mí, y, sin miedo a equivocarme,
siento que mientras lees, lo vas haciendo tú también. En este tiempo que
llevamos juntos/as has hecho un gran trabajo, déjame felicitarte.
Ahora sabes que ya no puedes culpar al mundo de cómo es tu vida, tú
tienes el mando. Te diré que, todo lo que no sea la verdad, la honestidad, la
claridad, es miedo.
La pereza, también; miedo al cambio. Tu mente no conoce lo que quieres
cambiar y te sabotea con vagancia. O puede servir también para dominar a
otros; si yo no me responsabilizo de mi vida, exigiré, por activa o por
pasiva, que lo haga otro…
Sobre la pereza, tengo un truco para ti, si eres de procrastinar
continuamente: te diré que las personas de éxito, hacen primero lo que más
les cuesta, lo que más odian, lo que más esfuerzo les supone. Por algo será.
Cambia la percepción y empieza a enfocarte en cómo te sentirás cuando
consigas, hagas o tengas aquello que más pereza te da. Porque es lo que te
lleva a justificarte y la justificación alimenta el victimismo. Me atrevería a
decir que ya no quieres eso para ti, ¿verdad? Estás transformándote, paso a
paso, y ahora vas a ir un mucho más allá.

El miedo es del ego


Es de la personalidad, es de la parte más humana de nosotros.
No es del espíritu, ni mucho menos del alma.
Transformamos nuestra vida fluyendo con ella. Se trata de no necesitar
nada, de conseguir el desapego absoluto. Tienes miedo a morir porque no
estás viviendo. Si estuvieras viviendo de verdad…
Debemos empezar el cambio vibracional sin apegos, ni a las
cosas, ni a las personas, para finalmente, desapegarse de
uno mismo, de la propia personalidad, para poder habitar la
tierra sin necesidad de destruirla
Eso no quiere decir desaparecer, sino quitarle protagonismo al ego y
devolvérselo al alma. Tú seguirás siendo tú, pero vivirás desde otro lugar,
mas fácil, más amable, más sencillo, más bonito. Fluyendo con
todo. Upaya, ¿recuerdas? El arte de vivir en la ilusión.
Aprenderás a no entrar en pánico, pase lo que pase en tu vida. Tienes a tus
ayudas para que, en un momento dado, cuando la vida te traiga situaciones
inesperadas, puedas gestionarlas sin problemas. Al final lo habrás
interiorizado hasta tal punto que ya no las necesitarás.
Cuando te sientes seguro/a de ti, cuando te sabes capaz de todo, capaz de
gestionar cualquier cosa que te traiga universo, dime ¿dónde estará el
miedo?
Si confías en ti, ¿dónde está el miedo? Recuerda que los pensamientos
forjan tu realidad.
Si has ido trabajando paso a paso, cada capítulo, con dedicación y
compromiso, ya habrás observado que sientes menos miedos; que te
paralizas menos, aunque notes que, de vez en cuando, aún asoman temores
incontrolados y sin sentido.

¿Cómo dejamos el miedo, pues?


Viviendo aquí y ahora. Siendo totalmente consciente del momento, puedes
cambiar el miedo. Sintiéndolo. Dejando que esté aquí, contigo. De hecho, el
presente, es ese lugar mágico, en el que realmente puedes cambiar tu
vida. Piensa que tu mente tapa tu consciencia, así que se trata de parar la
mente, de no escuchar su voz serpenteante. Recuerda que tenemos dos
mentes, la espiritual y la material.
La que genera miedos, es la material, obvio, ¿no?

Sabemos cómo la mente crea nuestra realidad, en base a nuestro


subconsciente, (si lo deseas, puedes releer el capítulo de la mente y el ego)
No pienses que tu mente no puede hacer que el coche se estropee, porque
así de potentísimos somos. —Recuerdo a Victoria que el día en el que tenía
el taller del ego y la mente, su coche decidió no arrancar, por supuesto que
no pudo llegar y se perdió el modulo. Creo que ella supo que su mente la
había traicionado— También sabemos que las emociones duran unos 90
segundos, y que todo lo que va más allá lo estamos alimentando con el
intelecto. Y si, este miedo es tan tangible que parece totalmente real. De
hecho llega un punto que para ti lo es, pero…
Hay miedos primarios tan hondos que se esconden anclados en la sombra y
no nos dejan SER. Esos ya sabes cómo trabajarlos. (Relee los capítulos de
la mente y la sombra. Y usa los ejercicios)

Tenemos miedo a lo desconocido


Respecto al miedo, ya solo puedo decirte que trabajes mucho con el alma y
el Animal de poder. Ilumina tu oscuridad entendiéndote, conociéndote, eso
hará desaparecer tus temores.

Si te da pavor tomar una decisión, busca en tu sombra, cuál es el primer


momento en que sentiste un miedo relacionado con el que sientes ahora. Y
resuelve, hazlo conocido. Tu mente siempre hace especulaciones en base a
lo que has vivido, ¿recuerdas? Pues utiliza su funcionamiento a tu favor.

Las raíces del miedo psicológico están en la falta de confianza y en el


desconocimiento. Busca confiar más en ti. Descubre cómo puedes
reprogramarte y desbloquearte con los audios de la sombra y la mente.
Derriba las murallas del miedo con el audio de romper muros. Este es un
buen muro por derribar ¿no crees? Hazlo constantemente. Hazlo sin
descanso.

El mayor miedo que se nos presenta, es el miedo al cambio, lo desconocido


nos asusta. Fíjate bien.
Pero, entonces tenemos un mecanismo genial— ¡y fácil! — para que la
mente se sienta cómoda con los cambios. Lee, lee…

La Abuelita me contó sobre las neuronas y, francamente, me encantó:


«Niña, el cerebro crea caminos neuronales para absolutamente todo. —Leí
que puede haber 1.000 billones de conexiones sinápticas en el
cerebro, flipa—Cuando aprendiste a andar, unió una serie de neuronas y
creó un itinerario. Primero un paso, luego otro, ajusto el equilibrio y sigo.
Así una vez y otra, por suerte a esa edad no tenias programas de miedo
aún, sino a la primera caída te habrías quedado en el suelo. ¿Te imaginas?
Pero no, a base repetición se crean y refuerzan esos caminos hasta que se
automatizan; entonces, ya no tienes que esforzarte en nada: el movimiento
se ejecuta solo.
El cerebro crea circuitos constantemente, son caminos neuronales para
automatizar comportamientos y ejecutar modos de hacer. El cerebro y el
cuerpo, en general, siempre buscan ahorrar energía. Entonces, en tu
cerebro hay millones de conexiones neuronales que ejecutan órdenes: para
beber sin derramar el agua, para comer sin pensar en acertar con la
cuchara en la boca, y…los hay de más complejos aún, como, el habla, la
lectoescritura, la apreciación crítica, el desenvolvimiento de ideas... Todo
es una red de neuronas conectándose entre sí. Cada vez que quieres hacer
algo, en una milésima de segundo, el cerebro activa el camino neuronal.
Del mismo modo, las creencias también tienen su camino neuronal, igual
que las actitudes, las reacciones ante las emociones; todo, absolutamente
todo lo que hace tu yo, tiene su mapa neuronal.
Hasta ahora has ido cambiando caminos neuronales concretos. A medida
que has ido viendo la culpa, la mente, la sombra, los espejos, le has dado al
cerebro la posibilidad de crear nuevas conexiones, y lo ha hecho.
Y ahora te ves teniendo un miedo sin sentido. Se ha despertado y activado
un camino neuronal. Solo es eso. Nada más.»
Bien, dije, pero ¿cómo deshacerse de esos caminos neuronales?
«Fácil, tienes dos opciones: o dejas de accionar esas conexiones o le das al
cerebro nuevas vías de conexión.»
¿Pueden ser las dos?, pregunté. Llegados a este punto prefiero adelantar
faena.
(¡Todavía se ríen! Y yo al recordarlo)
Me contaron que; «igual que en la naturaleza, si transitas por un
sendero, a base de pasar por él, acaba siendo un camino y luego una
carretera. De igual modo, cuando se deja de transitar un sendero, la
vegetación lo tapa y desaparece.»
Se trata pues de esforzarse por poner atención en las actitudes automáticas y
cambiarlas expresamente por otras. Dejar de caminar por ellas.

¿Cómo aplicar esto al miedo?


Cada vez que haces algo que nunca has hecho antes, te estas encaminando a
la sanación. Al romper los hábitos, crece una nueva dimensión de nosotros
mismos. Salirse de los patrones predefinidos, es el camino del despertar.

Te decía que el miedo se activa sobre todo cuando hay un cambio a la vista
o algo desconocido. Quizá una mudanza, decidir un cambio de tarifas en tu
trabajo, un viaje, la conversación con tu jefe, o pedirle a tu chico de ir a
vivir juntos, quién sabe.
El miedo psicológico te puede paralizar tanto por cualquier estupidez, como
alguna cosa de peso. Se trata de romper ese camino neuronal. Hacer lo que
quieras hacer, con el miedo acuestas. Hazlo con miedo, pero hazlo. Siéntalo
en tu regazo y sigue tu camino. Si te acostumbras a hacer las cosas pese a
experimentar temor, tu mente lo normaliza y ya no le teme al cambio, por
tanto la red llamada «ojo que vienen curvas» ya no se activa. Creas una
nueva red de conexiones listas para vivir sin límites. De nuevo; no eludas la
sensación de miedo, déjala estar ahí. Empieza por situaciones pequeñas.
Aprende a estar cómoda/o en el miedo. ¿Recuerdas? Estar confortable en
nuestra propia oscuridad.

Leía por ahí que el valiente no es el que no tiene miedo, sino el que hace lo
que quiere a pesar de tenerlo. Pues eso. ¡Te imaginas las conexiones
neuronales que tendría una persona así!

Para acostumbrar a tu cabeza a lidiar con los cambios debes enseñarle que
no pasa nada por cambiar. Hazlo, primero con pequeñas metamorfosis,
pequeños canjes que den un poco de recelo, y a medida que lo normalices
irás ampliando tu capacidad de vivir sin miedo.
Te sorprendería la capacidad de adaptación progresiva de la mente. Mira, si
no las personas maltratadas, cómo normalizan situaciones extremas que, si
llegaran de golpe ni de coña aceptarían. Pero al darse poco a poco, su red
neuronal las va asimilando, tolerando, y ni se dan cuenta... Usa la
plasticidad del cerebro a tu favor.
El regalo que lleva escondido el miedo es, que te da la posibilidad de
mostrar coraje. Crea ese camino neuronal. Autoafirmarse, crea caminos
neuronales distintos a los del miedo, empodera, y te permite dejar de
transitarlos. Si te lo tomas como un juego vas a disfrutar, ya verás.
Crea una lista de quién eres, autoafírmate.
Tu lista tiene que ser clara y concisa, y tiene que mostrar acciones que
rompan tus miedos. Por ejemplo:

Soy valiente. Haz algo que para ti requiera valentía. No tiene porque ser
nada exagerado:
- Alba, afirmó: soy valiente y ese verano usó un biquini minúsculo que
no escondía su gran sobrepeso. Tuvo vergüenza y miedo mientras se
quitaba la ropa, eran muchos años de menosprecio por su peso y de
intentar esconderlo, pero fue consciente que estaba creando un nuevo
camino neuronal y siguió. Se empoderó.

Soy amoroso. Y, haz alguna acción que muestre que eres amoroso.
- Javi quería demostrar su amor, pero le daba mucho miedo el rechazo
social. Muchas veces se habían reído de él y lo habían llamado
afeminado, hasta que lo ocultó. Ese día, en una cena con sus amigos,
decidió que les daría un largo abrazo y dos besazos a cada uno. Y si se
reían de él, aunque fuera con cariño, repetiría la acción. Estaba muy
nervioso, en el coche antes de entrar al restaurante. Pero lo hizo a
sabiendas que estaba rompiendo sus miedos. Se empoderó.

Soy capaz de decir que NO de la mejor manera. Haz alguna acción que
sirva para decir lo que piensas:
- María, sabía que siempre que iba a una tienda de ropa la dependienta
le colaba más ropa de la que ella quería, porque no sabía decir que no.
Le pasaba a menudo, siempre se las colaban todas. Fue expresamente a
esa tienda y aunque no necesitaba nada, entró a mirar sabiendo que la
dependienta estaría al acecho. Cuando se le acercó, le dijo, no quiero
nada solo estoy mirando. Se lo tuvo que repetir 5 veces, pero no se dio
por vencida. Se empoderó… y salió de la tienda sin nada.

Voy a hablar cuando vea una injusticia.


- Cesc sabía que su vecino abusaba de su hija. Puesto que era alguien
muy imponente, él se paralizaba ante ese hombre, y bajaba la cabeza.
Él se dejaba intimidar por figuras masculinas con frecuencia, lo
trabajó en el taller de la sombra e hizo una gran labor; únicamente le
faltaba cambiar el camino neuronal. Y no solo se lo dijo a la cara,
llamando a su puerta, sino que contactó con una educadora social
quién puso en marcha todo el engranaje para ayudar a la niña. Se
empoderó.

Pequeñas acciones muy repetidas: un gran cambio


Te
empoderas cuando, de forma continuada, haces pequeñas acciones que te
dan miedo, como ves en los ejemplos, no tiene que ser cosas muy grandes.
Haz tu lista de empoderamiento con cosas simples y del día a día. Aunque
si quieres meter miedos más grandes, adelante, ¡eres libre!
Pero recuerda: es la acción la que hace que el camino neuronal del miedo
desaparezca, con que lo pienses o imagines no es suficiente. Practica a
diario. Eso te dará valor para entender, aceptar y cambiar tus temores más
profundos cuando aparezcan. Imagina que, con cada acción grabas encima
del miedo antiguo y creas otro camino.

Y solté el miedo a la muerte


Uno de mis miedos más grandes, era que murieran mis hijos o mi pareja. Ya
sé, ese es un miedo que puedes tener tú también. Pero, al morir mi padre de
forma repentina siendo yo muy pequeña, la posibilidad de la muerte estaba
muy presente en mí, sin yo saberlo. Lo descubrí en la sombra. Vi porque
tenía un miedo tan exagerado. La niña de 3 años, asumió que las personas
se pueden ir y no volver, sin ninguna explicación y de un momento a otro.
Entonces, en mi día a día, si mi pareja llegaba cinco minutos tarde, en mi
mente; había tenido un accidente, lo había enterrado y hasta lo había
llorado. Claro, cuando asomaba por la puerta, yo ya estaba desquiciada, con
una ansiedad desmesurada y un apego infinito. Él no tenía ni idea de mis
elucubraciones, pero recibía las consecuencias, estaba irascible y
malhumorada. El miedo al abandono, sea cual sea su cara, me producía un
pavor interior muy intenso.
Así es que, me agarré los machos, e hice un ejercicio guiada por mis
Abuelitas, ¡Dios, cuanto las amo! Me liberó por completo del miedo a la
muerte de los míos. Prepárate porque esto no es sencillo de leer, y mucho
menos de escribir, no por doloroso, ya no, sino por encontrar las palabras
justas, pero, bueno, allá voy….
La Abuelita me pidió que me pusiera cómoda y lo hice. Por un pálpito
interior (mira tú por dónde), me dio por poner el audio largo de los
tambores, dos horitas de nada, y empezó el festival: (aviso, esto puede ser
un poco chocante):

«Imagina que llaman al timbre, abres la puerta y detrás de ella hay una
agente de policía, ella te da la peor noticia que puedas imaginar, tu familia
ha fallecido. Entras en el bucle de sensaciones, tu cabeza se siente
abotargada, tu mundo se hunde, los recuerdos asoman, quédate ahí,
¡siéntelo!» —y lo hice, me quedé allí, dejando que surgieran todas
esas sensaciones y gestionándolas, no puedo describirte lo real que
fue, yo, honestamente no tengo ese vocabulario— Siguió: «Siente los
pasos que vas a tener que dar, vive como te vistes y acompañas a los
agentes al reconocimiento, como llamas a tus familiares, cómo reaccionan
ellos, cómo los consuelas, cómo transcurren los tres días siguientes, los
amigos de tus hijos, los padres de tu pareja, tu hermano, tu familia,
vuestros amigos…
Ahora, ya todo terminó, el revuelo de los funerales, las emociones
encontradas… y tienes que volver a vuestra casa, tu casa. Entra, cierra la
puerta y… siéntela, vacía, siente ese dolor tan punzante. Solo son
sensaciones, solo son olas que pasan, tu cuerpo está viviendo esto, tu ego lo
está interpretando, pero fíjate que contigo hay algo más. q
¿Quién, qué, está observando todo lo que el cuerpo y el ego están
sintiendo?»
—Mi alma, dije— bien, ¿y ella siente ese dolor? —y de repente lo vi claro,
incluso las cosas más duras de la vida, incluso la soledad mas grande, el
dolor más punzante, solo son anécdotas en la inmensidad del alma. Todo es
pasajero, nada es mío, solo son sensaciones, solo son experiencias. Nada
más. Solo eso, pero la mente conectada con el ego, no resiste los cambios.
Se aferra a la vida porque cree que solo hay esto, que se puede tocar y
mirar. Me vi, abrazando a mi marido y a mis hijos, todos siendo almas. Más
allá del cuerpo y el personaje. Más allá del mundo y sus limitaciones. Lo
supe. Lo fui.

Supe, sin lugar a dudas, que con la muerte no termina nada. Para mí, est,
dejó de ser una frase hecha, para convertirse en la realidad más aplastante.
Aunque el ejercicio te puede parecer duro, entendí que soy capaz de
gestionar cualquier cosa que me traiga la vida. Se, (y tu también), que la
muerte está presente en la vida y que puede aparecer en cualquier momento.
Nos empeñamos en fingir que este juego no va con nosotros, pero la
realidad es que si.

Así es que, ¿por qué no mirar de frente la posibilidad y transcender el


miedo a lo desconocido? La muerte existe. Punto. Y lo mejor que puedes
hacer por ti, es tener el máximo de herramientas y sabiduría para que,
cuando llegue, no te pille en bragas.
Esto no quiere decir que no sentiré la muerte, cuando venga. Mi ego/
personalidad tendrá que transitar el duelo, tendré que llorar y seguir con mi
vida, porque para eso estoy/estamos aquí. Eso quiere decir, que se que solo
es una anécdota. Nada más. Y sabré actuar en consecuencia. Salí de ese
vuelo, con un desapego absoluto a todo. Lo amo todo y lo disfruto, pero no
necesita nada, porque nada me pertenece.
Me gustó tanto la sensación de liberarme de condicionamientos sociales
respecto al cambio, que practique este ejercicio, con un montón de
situaciones. Por ejemplo, imagine que todo el mundo me daba la espalda,
que estaba sola completamente sin el amor ni el cariño de nadie, imagine
que mis hijos me repudiaban, también lo hice con el dinero e imagine que lo
perdía todo y vivía en la miseria. Y al final de cada ejercicio, sentía… ¿y
qué?, pues si tengo que vivirlo lo viviré. ¿Qué más hay por aquí?
Me encantan los cambios que se producen llegados a este punto. ¿Y a ti?
¿Lo notas ya? Cuando las Abuelitas me hablaron del miedo me sentí
eufórica y acojonada al mismo nivel. Pero me moví, me empoderé y ahora
soy otra persona. ¡Hazlo tú también! Busca crear nuevas conexiones,
pregunta a tus maestros qué tendría que haber en tu lista, en qué no has
pensado que pueda ser importante.
Por aquel tiempo, empezaba ya a sentirme cómoda con el amor que sentía
hacia mí, empezaba a amarme. ¡Me caía muy bien! Empecé a valorar cada
paso que daba. A agradecer todo, nacía de mi. Solo podía ir por la calle con
una sonrisa. Y, entonces, me hablaron del amor.
EL AMOR, LO ÚNICO QUE HAY

«Solo el amor es real.»


Brian Weiss

« ¡Ya estás lista mihijita! Vamos a hablarte del amor. — ¡Ala, así a bote
pronto!— «Dime, ¿qué se ama cuando se ama?»
No supe responder, y tuve la pregunta rondando en mi cabeza un rato. Todo
lo que me venía, eran frases hechas que sentí que estaban vacías. Y después
de la experiencia con la muerte, sentía que lo amaba todo distinto. Pero en
el día a día me preguntaba: Amo a mi pareja, pero si cambia, ¿la seguiría
amando? ¿Es amor eso, entonces? Y si lo es, ¿de qué tipo se trata?
Incondicional seguro que no… ¿Lo amo a él o al personaje que representa?

La Abuelita dijo:
«Si no lo amas todo, no amas nada en absoluto.»
Y me quedé unos días más pensando. ¿Qué tipo de amor ofrecemos? (Sí, te
lo pregunto a ti también.) La respuesta, a mi modo de ver es; amor
condicionado.
Si yo te doy, tú me tienes que dar. Si yo lo dejo todo, espero que lo valores.
Y en ese esperar, todo se prostituye. Porque, si espero del otro, ni que sea
unas gracias o un darse cuenta, si lo espero o lo necesito, no estoy amando,
estoy queriendo. O por lo menos tengo que ser honesta y ver que no es
amor incondicional, ese amor está condicionado a que tú me des las gracias,
por lo menos. Y no pasa nada, está bien, sientes amor humano. Eso es
mucho más que nada. Pero… ¿puedes aspirar a más?

Ofreces el amor que eres tienes


Me dijeron las Abuelitas:
«El amor es todo, es lo que hace que este mundo funcione. Tú solo puedes
amar según te ames a ti. No puedes dar lo que no tienes, entonces si tú te
amas un 10, podrás amar un 10; si la persona que tienes delante se ama un
10, te amará un 10. Y no estoy hablando de amor de pareja: estoy hablando
de amor en general. Si te amas un 30, amaras a tus hijos, a tu pareja, al
vecino, al desconocido, como máximo un 30. No podría ser de otra manera.
A veces se preguntan cosas tan absurdas como, ¿qué podría hacer yo para
que el otro me ame más? La respuesta es: ¡Nada! No puedes hacer nada,
porqué, que el otro te ame más, depende única y exclusivamente de que él
o ella se ame más, así tiene más amor disponible, así y solo así podrá
amarte más.»
Y yo pensé: ¡pues estamos jodidos! Porque, aunque empezaba a amarme a
un nivel bastante amplio, aunque había experimentado cambios enormes,
aún me sentía en pañales.

«Luego, el amor no necesita. Escucha bien, si te oyes decir necesito esto o


lo otro de ti para estar bien contigo; no estás amando, estas queriendo y
eso es muy distinto. Ahora bien, sí puedes decir: amo estar contigo y amo
estar sin ti. Cuando sabes que te encanta estar con cierta persona, pero
también eres igual de feliz sin ella, ¡amiga, has triunfado! Eso es amor sin
propiedad. Si amas solo la parte bonita de ti, amaras solo la parte bonita
de los demás. Si rechazas la parte oscura de ti, rechazaras la parte oscura
de los demás. Amor propio es amar todo lo que refiere a ti: tu sombra, tu
porquería, tu caótico desván, tus vergüenzas. Amar lo que está bien es fácil,
pero amar lo que es oscuro, ¡eso si es grandeza! Eso si es amor
INCONDICIONAL. (Sin condiciones, es sin condiciones;) no vale decir, te
amaré cuando seas como necesito. O me amaré cuando pese 30 kilos
menos. O siento que me amas, cuando me amas como yo considero que se
tiene que amar.»
De repente me di cuenta de algo que me sorprendió: amo a mis hijos
cuando se equivocan, no deseo que sean otra cosa más que lo que ellos
están siendo. Los voy a amar aunque ellos no me amen, y si eso pasa, no
me va a doler. No me deben nada, son libres. Sé que solo somos
experiencias en las vidas de los demás y eso no nos ata a nada. A veces les
digo a mis hijos que hagan lo que hagan los voy a amar siempre. Da igual lo
que decidan ser, hacer o tener. Yo voy a amarlos siempre. Evidentemente, si
roban o asesinan, los amaré igual. Porque no estoy amando lo que hacen o
son: amo su esencia, que está más allá de su cuerpo y sus decisiones… Y
puedo hacerlo, puedo amar así, porque amo toda mi sombra. Todo mi
ser, todas las partes que lo conforman. Incluso las que aún no conozco, sé
que voy a amarlas.
Por fin, amo a mi pareja como es y no deseo que sea otra cosa, puedo ser
feliz sin él y con él de la misma manera. Si no puedo aceptar que mi pareja
tiene sus sombras, como yo tengo las mías, no lo estoy amando. E incluso si
lo amo, si amo su manera de ser, puedo decidir no quedarme con esa
persona; amar a alguien no significa soportar a alguien, el amor se trata
de aceptar al otro como es, y en esa aceptación decidir si quedarte o
marcharte. Pero desde la aceptación del otro como es. La mayoría de
relaciones se basan en cómo me gustaría que fueras, estoy esperando a que
seas lo que a mí me parece que tendrías que ser. Y espero y te fuerzo, y
espero y te fuerzo, y busco ayuda para que cambies… Pero eso no es amor
y, sobre todo, no es respeto. Este ejemplo lo ilustra a la perfección:

- Durante uno de los talleres de la formación, hubo una chica que se


esmeró en amarse lo máximo para poder amar a su ex
maltratador(entre otros objetivos). Lo consiguió. Amó cada una de las
heridas que tenía ese hombre. ¡Dios, cómo lloramos ese día! Amó cada
rincón de su historia. ¿Volvió con él? Por supuesto que no, porque
aunque ella amó cada parte de su ser, sabía que él no se amaba lo
suficiente, por tanto no podría dejar de hacerle daño.

En ese momento me di cuenta de lo mucho que había cambiado y me


emocioné. ¡Lo había conseguido!
Afirman las ancestras, que el único propósito de vida es amarse uno
mismo y disfrutar de la vida, porqué en ese amarse, es cuando amamos
todo. De hecho, pienso que es de las cosas más importantes que puedes
hacer por la humanidad: amarte y cuidarte y desde ese lugar de profunda
comprensión, expandir ese amor hacia fuera.

En los talleres que hemos ido haciendo hasta ahora, he visto muchas
variantes de falta de amor propio. La culpa nos hace creer que necesitamos
castigo, el miedo nos corrompe la intuición (el susurro del corazón), los
espejos nos enseñan qué es lo que no aceptamos de nosotros mismos, y para
aceptarnos plenamente es necesaria una dosis muy grande de amor
incondicional. ¡Un proceso fascinante!

¿Puedes imaginar por un momento que todo el mundo se amara tan


profundamente que pudiera vivir en paz? Ya lo dije en alguna otra
ocasión: —Si tú vives en paz, yo vivo en paz, y todo el vecindario vive en
paz. ¿Dónde estaría el conflicto?

El amor es un mundo aparte que vive en el corazón. Es capaz de romper


las más grandes murallas. Dime, si no, ¿qué es lo que te ha hecho seguir
leyendo este libro? Si estás aquí es que crees que quizá en la siguiente frase,
en la siguiente página, quizá un poco más allá encuentras la respuesta. Uno
no sabe nunca si estará en la siguiente esquina. Pero, ¿puede que haya algo
en tu interior que pugna por salir y ser escuchado?
El amor, no es un sentimiento, ni una emoción: es mucho más, muchísimo
más. Es la pasta que lo engrasado todo, la pieza que mueve el mundo, es lo
que hace que todo funcione y la humanidad no desaparezca. Gracias al
amor que impera en la humanidad, todo el mundo está siendo sostenido. Si
como piensan algunos, fuera verdad que lo que impera es el odio, ya hace
mucho que nos habríamos extinguido.
Por suerte, hay mucho más amor que odio. Las Abuelitas me contaban que,
aquí en la tierra, llamamos amor a distintas formas sentir, pero que debemos
tender hacia una única forma.

«Hay el amor humano, que cambia según tu cambias, cuanto más te amas,
mas puedes hacerlo fuera, por eso es humano, porque tiene recorrido. El
amor espiritual, en cambio, es el que siempre está, aunque el otro haga
cosas que no nos gustan, es un amor que siempre está presente y que muta
poco o casi nada. Y, por último, aunque no menos importante, tenemos el
amor divino o del alma, que es el que nunca cambia y, el que es intrínseco
en ti, al que debes aspirar a sentir. »
¿Puedes imaginar un amor que solo vea las almas? ¿Que no vea la historia
de la persona, sus condicionamientos, sus recetas, que no vea el relato de la
personalidad? ¡Pues existe! Así puede ser para ti, también, si lo deseas.

La humanidad está llegando a unas cotas muy altas de comprensión


espiritual; seguro que has notado que hay, en las personas, inquietudes
diferentes a unos años atrás. Queremos saber cómo ser felices, queremos
sentir paz interior y nos movemos para conseguirlo. — ¡Lo cual es
maravilloso!— Estamos alcanzando un punto de madurez espiritual que
hace que emerjan capacidades muy diferentes de mostrar y sentir amor.
Estamos recordando lo que olvidamos: que nos podemos amar de forma
incondicional, y, además, que no hay ningún peligro en hacerlo.
Sí, buenas noticias: ¡podemos amar libremente, sin condicionantes ni
temores de ningún tipo!
Cuando trabajamos el amor en las sesiones, se siente bonita la energía del
grupo y pasan cosas como esta:
- Isidro, “por primera vez me he mirado al espejo y he sentido amor
profundo hacia mí, era algo inmenso que nacía de dentro y se esparcía
hacia todas partes.”

Pilar se emocionó y nos hizo llorar a todos, todo su ser desprendía amor:
- ¡Solo puedo deciros que os amo, os amo, solo eso, os amo! ¡Sois lo
más grande!

En general se mueve mucha energía y solo nos quedan sensaciones. Me doy


cuenta que, cuando el amor está presente, las palabras sobran.
El Amor del que me hablaron las abuelitas es el incondicional, aquel que
sientes solo por el hecho de existir tú y el otro. El que no mira etiquetas ni
juicios, el que no critica. El que no divide las cosas en categorías. El que
simplemente ES. Sin más.

Puedes parar un momento y sentirlo. Hazlo, ¡venga!


Un Amor así genera un tipo de mente muy concreta: la mente amable. Y,
en una mente así, libre de juicios, etiquetas o críticas, el amor se despliega
completamente, sin límites. Entonces, ¿cómo podemos hacerlo para
recordar ser este amor?
Aquí tengo que hacer un matiz: solo por el hecho de estar en la Tierra ya
eres portador de amor, por lo tanto, el amor está, y si le das la oportunidad
encontrará el camino para desplegarse. Pon esta intención en tu día a día y
verás.
Empieza por el amor propio.

El amor propio es aquel que sientes por ti mismo/a. Es el que ama todas las
partes de ti. Ámate. Tú puedes. Y sabes que quieres. Para eso estamos aquí,
¿cierto? Si has ido comprendiendo y practicando los ejercicios, estoy segura
que tu dedicación te ha llevado a sentirte más plena. Muchos bloqueos han
desaparecido y eso te permite ser más amable contigo. Siento que algo ha
cambiado en ti, me asombra nuestra capacidad de cambio.

Una vez más, podemos aprovechar el contacto con los demás y profundizar
en una herramienta que ya hemos usado, los espejos. En este caso los
veremos desde otro prisma, todo lo que valoras, te gusta, te encanta y
admiras en los demás, es algo que ya existe dentro de ti, solo que como no
tienes práctica en valorarte, quererte y aceptarte, necesitas verlo primero
fuera.

Cuando admiras algún aspecto de alguien, estás, en realidad, valorándote a


ti, porqué aquello que ves en los demás, siempre, siempre, siempre existe en
tu interior. Recuerda que según la Ley universal de la correspondencia,
como es adentro es afuera, como es arriba es abajo.

El amor lo puede absolutamente todo. Y esta, no es una frase para decir a la


ligera. Pero el amor que lo puede absolutamente todo, es el
incondicional. Es compasivo, atraviesa todos los muros y las capas, y
reconstruye todas las heridas. Aquí no hay orgullo que valga.

A la mayoría le es más fácil amar a los demás, o eso decimos. Si no quieres


amarte por ti mismo/a, hazlo al menos por (y aquí pon a quien quieras: tu
madre, tu padre, tus hijos, tu pareja…), pero hazlo. Sube esa vibración,
elévate hasta el amor, hasta la dicha, hasta la libertad de no tener cadenas de
ningún tipo. Te mereces vivir esa experiencia. Ni que sea a ratitos.
Recuerda que el amor está en todas partes y, además, es una fuente
inagotable de abundancia. Si te amas un 30 en tu vida habrá experiencias de
30; si te amas un 100, en tu vida habrá experiencias de 100. Así de fácil.

Ámate, cuídate, ocúpate de ti; no es egoísmo, es amor, y eso es lo que


podrás ofrecer a los demás. Mírate al espejo y dite: estoy aquí para aprender
a amarte y te juro que no voy a parar hasta conseguirlo. Mírate a los ojos,
háblale a tu reflejo y ¡díselo! Ve ahora. Hazlo, te espero. Hazlo tantas veces
como sea necesario.

¿Te has dado cuenta alguna vez del dialogo del amor? Normalmente cuando
amamos a alguien decimos «TE amo» y el otro responde «yo también TE
amo» luego, en general nos fundimos en un abrazo en el que nos sentimos
mutuamente.

¿Cómo sería el mundo si en vez de eso, dijéramos «ME amo», y el otro


respondiera, «yo también ME amo»?
Se me ocurren muchas cosas, pero la primera es que normalizaríamos el
hecho de AMARNOS para AMAR. Simplemente.

A día de hoy, cuando les digo a mis hijos, te amo hijo, ellos me responden:
— ¡Ya, yo también me amo! Me río un montón con ellos. La verdad, es que
en otro momento de mi vida habría pensado que eran unos creídos. Ahora
no, ya no. Estoy fascinada con ellos. Y con migo.
Amor es una palabra de transformación. Al decir te amo, dices te
transformo, pero en realidad lo que dices es me transformo a mí a través de
tu espejo. Gracias.

Te contaré una historia de una tribu de nativos americanos, para ilustrar una
buena forma de perdurar con la pareja:

Cuenta la leyenda que dos jóvenes enamorados que acababan de empezar su


relación se acercaron a pedirle consejo al chamán del poblado. Temían,
según le dijeron al anciano chamán, que el amor que entonces disfrutaban
se apagara algún día. ¿Habría algún conjuro para conseguir que ese amor
durara eternamente? Lo había.
A modo de ejercicio práctico el chamán encargó a los jóvenes que subieran
cada uno por su cuenta hasta las colinas. El joven tendría que atrapar un
águila y la joven un halcón para reunirse después. Así lo hicieron. Después
de tres días, los jóvenes se presentaron ante el chamán con dos hermosas e
inquietas aves que estaban deseando echar a volar.
- ¿Qué hacemos con las aves ahora?- Preguntaron los jóvenes enamorados.
El chamán dio sus instrucciones para que ataran una cuerda de forma que
las aves quedaran unidas por una de las patas. Así estarían siempre juntas,
¿verdad? Y luego indicó que las echasen a volar. No pudieron. Las aves no
podían volar porque estaban atadas por las patas y lo único que
consiguieron fue enzarzarse en una pelea a picotazos intentando escapar la
una de la otra.
Los jóvenes observaron asombrados el comportamiento de las aves atadas y
no hizo falta ni un conjuro ni un hechizo para entender que la única forma
de mantener el amor para siempre es volar sin ataduras. Porque el amor
vincula, pero no ata.
Así que, vamos a seguir con las prácticas, ¡no te creas que hemos
terminado!

Prácticas
- Ve arriba a macerarte al lugar del amor. Tu intención debe ser quedarte allí lo que duren los
tambores y sentir el amor que llevas dentro, ese amor que ERES. Lo encuentro sencillamente
maravilloso. Te lo recomiendo encarecidamente.
- Haz una lista de las cosas que valoras de ti misma/o.
Tiene que haber al menos 25 cosas. Esmérate, ya has trabajado mucho capítulo a capítulo. Seguro
que ya las encuentras sin demasiado esfuerzo.
- Y te dejo un audio para que aprendas a ser suficiente y lo encuentres perfecto.
Pero no te olvides de ir a ver a tus maestros, ¡ellos saben más que nadie!
1. Tienes un audio llamado autoestima, úsalo sin medida.
2. Y otro par despertar tu poder.
Amate y dítelo constantemente. Estas aprendiendo a hacerlo así que es muy buen entrenamiento
que cada vez que te mires al espejo, o en un reflejo cualquiera, te digas en voz alta o en silencio;
voy a amarte, voy a hacerlo con todas mis fuerzas. Voy a amarte, profundamente.
Este es el recorrido evolutivo que hice, aprendí tanto de mí, que, mi
existencia pasó de caótica a ordenada, de pesimista a optimista, de miedosa
a amorosa. Y con el paso de los años entendí que la vida ES fácil. Cuando
no lo está siendo, se debe a la existencia de algún programa interior que no
lo permite. Y que se puede cambiar. Si yo pude, tú también. Lo sé con total
certeza. Y, a estas alturas del cuento, tú también lo sabes.

Entendí que ir hacia adentro, es descubrir quién eres cuando no eres todas
las cosas que acumulas que no son tu, por ejemplo; los problemas son tuyos
pero no son tu, los objetos son tuyos pero no son tu, las creencias son tuyas
pero no son tu, la culpa puede ser tuya pero no es tú. Me di cuenta como de
efectivo es trabajar con la sombra, soltar la culpa, que simple es liberar el
miedo. Entonces, con todos los ejercicios que había practicado — y espero
que tu también — había ido muy adentro de mí, hasta el punto de saber, un
poco más, qué hay de mí, en realidad, y entendí y supe quien era yo, sin
lugar a dudas. Y se hizo la magia, la mayor parte del tiempo, ya no me
identificaba con mi personalidad.
Al principio, el sonido del tambor me llevaba directa a ese estado y de tanto
practicar, finalmente ya me mantenía allí aún no escuchando su sonido.

Entrénate en esto, practica sin prisa pero sin pausa. Haz que esto funcione
para ti, usa este libro para decidir qué quieres trabajar cada día, o cada
momento, y si no sabes que hacer, abre una página al azar y déjate macerar
por ese capítulo. Seguro que tu alma sabrá escoger la pagina indicada.
Confía, fluye, crece.

Y ahora, vamos a adentrar-nos de lleno en los espíritus de la naturaleza.


Déjate seducir y abandónate sin resistencias.
TERCERA PARTE

ESPÍRITUS DE LA NATURALEZA,
CUIDAR NUESTRO HOGAR
«Tenemos el sol, la luna, las estrellas, la tierra, el mar, las flores, los frutos... Tenemos toda la
naturaleza ofreciéndonos absolutamente todo lo que necesitamos. ¿Y por qué nos quejamos? Porque
aún no estamos percibiendo el regalo que la existencia nos ofrece.»
Sri Prem Baba

En esta tercera parte, conectarás con los espíritus de la naturaleza, que están
aquí también para ayudarnos a comprender una manera diferente—aunque
no nueva—, de vivir en la tierra, con más respeto, cooperación y
convivencia.

Los ancestros siempre han interactuado con la naturaleza y sus espíritus, y


aunque ahora estamos en una era de aparente desconexión, siempre
podemos volver a ella para sanarnos y comprendernos. Por todo el mundo
es sabido que la naturaleza cura. Estoy segura que lo has notado.

La Abuelita me contó sobre la gran importancia que le daban las


comunidades nativas a la preservación del entorno y la colectividad, ellos se
movían siempre teniendo en cuenta garantizar el bienestar de las siguientes
siete generaciones, me pareció hermoso y muy alejado de lo que hasta hoy,
se ha hecho en la tierra, ya que parece que solo importa lo que ocurre ahora,
sin pensar en el futuro.

Me dijo;
«Lo que te vamos a contar abrirá tu mente para no volver a ser la misma;
los ancestros seguían unos principios universales que serán vigentes hasta
el fin de los tiempos. Recuerda que estos principios, son para vivir con
amor en la tierra, siendo almas que se conectan con el entorno.
Aquí están:
Tratar a la tierra con respeto; no contaminar o deteriorar en
ningún caso.
Ser agradecido al Gran Espíritu; eso significa honrar el estar
vivos y agradecer esa existencia.
Honrar la palabra; no pienses que las palabras se las lleva el
viento, todo lo que sale de tu boca tiene consecuencias. Se
responsable.
Trabajo en cooperación; siempre se gana cuando se coopera.
Es más fácil, afianza lazos y une a las tribus, así se consigue
ser uno.
Toma solo lo que necesites; tanto de la tierra, como para
alimentarte. Cualquier exceso es desequilibrio. Desequilibrio,
es destrucción.
Toda vida es sagrada; tú eres importante igual que el otro.
Atentar contra su vida, es atentar contra la tuya.
Cuida el bienestar del cuerpo y la mente; como vehículos en la
tierra, cuida tu templo de todas las formas posibles.
Haz lo que debas hacer en beneficio de todos; el beneficio
individual no es posible si no es beneficio colectivo. Trabaja
para el bien supremo de todos y estarás haciéndolo por ti
también.
Sigue los ritmos de la naturaleza; sincroniza tus ritmos con la
naturaleza para un bienestar profundo. Adáptate y se flexible.
Disfruta del viaje de la vida y no dejes huellas; se presente y
dilúyete con igual facilidad. Que el ego no sea lo más
importante.

Me pareció un bonito decálogo para implementar en el día a día y así lo


hago. Te invito a que lo adoptes.
En los espíritus de la naturaleza siempre encontraremos respuestas. Los
vientos, las mareas, las tierras distintas, el crepitar de los fuegos, todo habla
a quien se entrena en el Silencio de escuchar.
Has aprendido a interactuar con tus Maestros y Animal de poder, ya
conoces bien su potencial. Como ellos, la naturaleza te puede guiar a
encontrar respuestas y sanción.

Los espíritus elementales se han comunicado con los humanos desde hace
milenios. No es de extrañar que se encuentren dibujos casi idénticos,
legados por los distintos pueblos del mundo, en épocas diversas, donde se
puede apreciar claramente la comunicación de sus gentes con los espíritus
de la naturaleza. No, no es casualidad.

Así que, La Madre tierra se relaciona con tu cuerpo físico, el agua con tus
emociones, el fuego con tu espíritu y el viento con tus pensamientos.
Aprenderás de ellos.

El elemento tierra representa la forma y la estabilidad.


El elemento aire el intelecto, la objetividad, el pensamiento y
la adaptabilidad.
El elemento fuego proporciona fuerza y genera actividad.
El elemento agua presta cambio y mutabilidad.

La mística relación de los humanos y su entorno natural


Sentí curiosidad por la relación de las tribus pobladoras de la Tierra, con la
naturaleza. Había leído al respecto y me asombraba la capacidad de
conexión de esas personas con los espíritus de todo lo que les rodeaba,
como eran capaces de saber, qué, cómo y cuándo hacer o no hacer. Ya
sabes, pregunté y me respondieron. (Aún alucino, con sus conversaciones,
créeme)
Aprendí de los 4 elementos y me conecté a ellos para aprender aún más de
mi y de cómo ayudar.

La madre de todos, La Pachamama


Tenemos en primer lugar a la tierra, quien nos confiere solidez. La Madre
Tierra es LA Madre, en mayúsculas. Como todas, tienen la capacidad de
convertir su cuerpo en alimento para sus hijos. Sostiene las semillas y los
embriones de los hombres.
Ella siempre nos sostiene, y ama incondicional y absolutamente a todos los
seres que la habitamos. Sí, a nosotros también. Ella confía, sabe que
encontraremos la manera de respetar el lugar donde vivimos.

Las culturas ancestrales son conscientes que somos TODOS hijos de la


tierra, solo una hebra de la creación, y que lo que se le hace a la tierra, nos
lo hacemos a nosotros mismos. Ella sabe que sabremos hacerlo, que
sabremos cuidarnos y cuidarla.

Su amor va mucho más allá de lo que nunca hayas sentido. Ella existe
mucho antes que la humanidad y, como es más antigua, tiene más sabiduría
que el hombre. Es lo bastante sólida y potente, pero firme para
acompañarnos en nuestra oscuridad. Nunca nos dejará caer. Pero no creas
que no es implacable en sus enseñanzas: es clara y rotunda, amorosa y
flexible. La Tierra siempre ha estado, siempre está, y siempre estará.

Si quieres que te eche una mano en algo, lo que sea, solo tienes que
conectar con ella para que te transmita su conocimiento ancestral. Hazlo y
verás. Acalla tu mente y escúchala. Siempre responde a quién escucha. En
nada, te contaré como hacerlo, es muy sencillo. Pero antes, déjame que te
cuente algunas curiosidades de como se movían los nativos de la tierra.

Algunas tribus nómadas, se negaban a cultivar la tierra porque consideraban


que era como rasgar el pecho de la madre. Se limitaban a tomar lo que ella
ofrecía. Para ellos era suficiente siempre. Jamás explotaban la tierra y jamás
tomaban más de lo que era preciso.

Otras, en sus visiones, percibían Patehinralasanwi; la Mujer búfalo blanco,


que les contaba donde encontrar a tatanka, el Hermano Bisonte. Los
bisontes que eran su sustento, de donde sacaban casi todo lo que
necesitaban, pieles, carne, huesos para construir armas y utensilios…
La Abuelita me contó sobre las personalidades en el universo: todos
tenemos fortalezas, distintas entre sí, así nos podemos ayudar unos a otros.
Donde no llega uno llega el otro. En una fantástica sincronía. Hoy día, se
nos ha olvidado un poco, y nos hemos vuelto un tanto individualistas, pero
esto está en proceso de solución. Todo está bien y todo es parte.

Los hombres y mujeres tierra tienen el talento de la perseverancia. El


trabajo duro no les asusta. Entienden que el proceso evolutivo de las cosas
es lo importante para llegar a la cima. Son muy concretos y esforzados,
saben que la constancia y el tiempo los llevará dónde quieran llegar. Son
responsables y comprenden su propio funcionamiento y el de la
Pachamama, sus ritmos y sus etapas. Si eres una de esas personas te
necesitamos para que nos ayudes a concretar y a tener la paciencia de las
madres.

Valores del elemento tierra: trabajo, esfuerzo, tenacidad, concentración,


vitalidad, paciencia, solidez, cautela, sobriedad, capacidad de disfrutar,
placer y sensualidad.
Aprende a conectar con ella y recibe sus enseñanzas.
Una de las veces que medité con la tierra, yo estaba muy agitada y decidí
unirme a ella. Al instante sentí paz. Me mostró como la hierba crece
lentamente y su belleza. Me enseñó a los arboles impasibles y como los
siglos pasaban ante ellos. Qué gran sabiduría tienen. Me reveló, que todo
en la vida tiene su tiempo y que es precioso vivirlo. Que si paras y miras.
Ves.

¿Vamos?

No necesitas tumbarte cada vez que conectes con la tierra. Eso es solo la
primera vez. Luego envías el cordón y ya está.
Una vez hayas conectado con la Madre, aprende a creer en su espíritu y
siéntelo en todo momento y lugar. Comparto contigo estos testimonios para
ilustrar esta parte:
-Toni es un especialista con los elementos, sobretodo el viento y la
tierra. Los usa para calmarse y encontrar respuestas y créeme cuando
te digo que son infalibles. Él lo sabe bien. Se conecta con el viento
mientras conduce y se conecta con la tierra cuando está cansado o
necesita encontrar algo o a alguien. Es fantástico ver sus resultados.

Ángeles la usa para ir por el monte:


- Sabes que hago senderismo, ayer me desorienté, nada grave, pero,
esta vez, en vez de mirar mi GPS, decidí preguntar a la Tierra, hacia
donde tenía que dirigirme para encontrar el camino de vuelta al coche.
Empecé a andar y sentía como si algo me guiara. Paso a paso, empecé
a reconocer el sendero y enseguida me orienté. Fue bonita la conexión.
Siempre la había sentido y ahora es mucho más potente.

Prácticas
Usa el sonido del tambor para conectar con la tierra.
- Para hacer la primera conexión con la Pachamama, debes poner tus manos en el regazo a modo
de cuenco, y cerca del segundo centro de energías sin taparlo. Deja que se forme entre tus manos y
tu cuerpo una nebulosa de energía, y haz que de esa nebulosa, salga un cordón luminoso hacia la
Madre Tierra. Nota, siente como ese cordón se hunde en sus adentros, y túmbate boca abajo para
sentir la conexión. Deja que Ella te nutra, y cuando sientas que ha terminado, recoge ese cordón
energético y acepta sus presentes.
- Puedes pedirle comprensión, ayuda, sanación, orientación… Cada vez que quieras conectar con
ella, necesitas estar en contacto con tierra, aunque sea de forma visual. Practica. Siente sus
respuestas. Pídele que active en ti sus valores. Llénate de su presencia y aprende a encontrar el
camino hacia ti.
Algunos trucos o ejercicios más simples:
-Entierra tus manos en la arena, y deja que ella te calme, te sosiegue y te llene de energía vital.
- Mueve tus caderas de forma sensual para conectarte con la tierra. Mueve tu pelvis haciendo
círculos o dibuja el infinito con ella, activa cuádriceps y siente la energía de la madre entrando por
la base de la columna. Si lo haces con los pies descalzos en el suelo, aún mejor.

-Mientras paseas por el campo o el bosque, háblale a las piedras, las flores; pídeles cuál es el
camino si te pierdes. Habla con los árboles, ellos cuentan cuentos hermosos.
- Además, puedes usar los tambores e invocar a tu Animal de poder con la intención de viajar al
espacio del espíritu de la tierra en el mundo de abajo o arriba y, pedirle ayuda en lo que creas
oportuno. En cuanto termines, escribe todo lo que hayas sentido.
Recuerda que llevar un diario de tus vuelos es una buena forma de ver y disfrutar tu evolución.
Encuentra tu elemento principal y disfruta aun más de sus beneficios. Que
te cuente qué puedes hacer tú para contribuir al sostenimiento del planeta.

El Abuelo Sol, el fuego


En gran parte del mundo, el Sol se ha abrazado y se abraza como uno de los
espíritus más poderosos. Porque lo es. La adoración del fuego y el culto al
sol es una particularidad de casi todas las culturas. Es la luz que ilumina el
camino.

Quien tiene una buena conexión con el elemento fuego obtiene la paz
mental, la claridad y el conocimiento. Es el elemento de transformación
por excelencia, se considera que si atraviesas el fuego, transmuta la
condición humana, esto significa que quemas cualquier apego a esta vida y
vives en la libertad del ser. Purifica las sombras y da visión.

El Abuelo Sol representa la vida, limpia, transforma, dinamiza y libera


cualquier tipo de energía. El fuego tiene el poder de reunir una comunidad,
fíjate que todo el mundo se acerca o reúne alrededor de cualquier hoguera.
El Fuego es el Sol mismo y preside, desde el centro, muchos de los círculos
ceremoniales y rituales nocturnos de nuestros pueblos. El fuego representa
la luz, y es por eso que trabajar con él, se equipara a dar luz interior a
cualquier proceso: ilumina y permite ver qué hay más allá de la sombra. Se
necesita mucho corazón y mucho fuego interior para llevar a cabo los
sueños.
Contempla el Fuego. ¡Siente la llama que prende en tu interior!

Con la conexión con este elemento, puedes contactar para pedirle que su
fuerza entre en ti y encienda tu fuego interno, ese fuego que queme
impurezas, carbonice las oscuridades de la sombra. Que te alumbre sobre
algún asunto oscuro o e dé guía sobre decisiones.

Los valores del elemento fuego son:


Creatividad, inspiración, eficiencia, optimismo, productividad, vitalidad,
amor por la libertad y nobleza.
Las mujeres y hombres fuego: Eres fuego, cuando eres independiente,
líder. No te gusta seguir a las masas. Tienes la visión, el poder y la
confianza para guiar a otras personas y empoderarlas, ayudarlas a ser
autosuficientes…

Te necesitamos para que nos ayudes a conectar con nuestro poder y con
nuestra pasión, para que podamos saber qué queremos de verdad, qué nos
mueve por dentro. Te necesitamos para que nos muestres el camino, nos
guíes, nos lideres, nos ayudes a movernos, a emprender cualquier acción.
Para transformar nuestras vidas, quemar nuestros obstáculos y creencias, ser
auténticos. ¡Ayúdanos a tener un corazón alegre y a protegerlo!

Enciende una hoguera o una vela y observa cómo se mueve.


Al poco de mirarlo entrarás en un estado profundo de calma. Medita con
fuego. Sé Fuego, y que quemen todos los bloqueos que arrastras.
Ayúdate del sonido del tambor.
La conexión con el sol/ fuego nos facilita purificar y transmutar, porque
todo lo que pasa por el fuego, necesariamente cambiará de forma.

Cuando queramos sanar algo— ya sea una emoción o situación— usaremos


el fuego, en este caso, ni humo, ni hierbas, siempre usaremos una llama.
Con el fuego purificamos espacios y damos luz, eliminamos cualquier
energía bloqueada. Igual como le entregamos nuestras emociones al Animal
de poder, en este caso, recogemos la energía en forma de pensamientos o
emociones que queremos eliminar y lo entregamos al fuego, él sabrá qué
hacer.

Antes de empezar con la primera conexión con el fuego, nos prepararemos


para recibirlo:

Haz unas respiraciones profundas; inspira y expira haciendo ruido, y


cuando inspires nota que el corazón se pone de color rojo y el rojo se
extiende por todo el cuerpo. Lleva la respiración al corazón y deja que las
arterias se llenen de rojo, de luz, de la fuerza del amor. Es un rojo de vida,
nos relaja y nos sana, arterias venas y vida. Imagina el sistema digestivo
todo de color rojo, que sana y se ilumina, se llena absolutamente de vida.
¿Sientes, un poco de calor? Es vida, es circulación; deja que el rojo
regenere. Sana relaja, suelta, vitaliza, llena. Inhala y exhala mientras
sientes el latido del rojo por todo tu cuerpo.

Elena quemó las raíces de rencor de su relación;


- Ha sido muy fuerte porque he sentido muy fuerte que ya he dejado
atrás ese dolor, mientras hacíamos el ejercicio con el fuego, lo he
sentido claramente. Pero he querido esperar a llegar a casa para sentir
a mi pareja. Ya sabes que hace años que arrastramos rencor
por parte de los dos, pero yo, no era capaz de soltarlo. En cuanto he
entrado en casa, lo he sentido. Esa etapa está cerrada, definitivamente,
por completo. No se como explicar como lo sé tan seguro, pero es
así.

Prácticas:
Usa el sonido del tambor para conectar con el fuego.
- Cuando los ojos están estables, tu mente también lo hace, si los ojos están fijados en un solo
lugar, es imposible que la mente divague.
Así es que, dejamos los ojos entreabiertos en su mínima expresión, y mirando directamente el
fuego o el sol, invocamos al espíritu del fuego y le pedimos que nos deje conectar con él.
Sentiremos un sí o un no. Debemos aceptar cualquiera de las dos respuestas.

Si es que si, una vez conectados, podemos trabajar lo que hayamos elegido, quemar, transmutar,
eliminar:
- Recuerdos
- Sensaciones
- Emociones
- lo que se te ocurra.
Siente como el fuego transmuta todo aquello que le entregues y al acabar da las gracias
profundamente; si es que no, lo podemos probar más tarde o repasar qué es exactamente lo que
queremos trabajar por si falta intención.
Invoca a tu Animal de poder, con la intención de viajar al espacio del fuego en el mundo de arriba
o abajo, para pedirle al espíritu del fuego que te ayude a… (Lo que creas conveniente).

Este ejercicio lo aprendí en Perú, es maravilloso y cada vez que tenemos un


sol radiante, no pierdo la oportunidad de llevarlo a cabo:
- Conexión con el sol para recibir los códigos de luz.
Imagina un circuito en el que, de ida hacia el sol, llevas tus códigos antiguos archivados e
inconscientes como si fueran paquetes; llegan al sol y él los transforma, y ahora de vuelta vienen
unos nuevos paquetes de información que se instalan en tu subconsciente y comienzan a actuar
desde allí. Deja que entren. Pon las manos a la altura de los ojos y aleja como si quisieras tocar el
sol. Con la exhalación giras las manos hacia el sol y las alejas tanto como puedas, con la
inhalación las acercas a los ojos como si quisieras recoger los códigos e instalarlos en la cabeza
(que, de hecho, es lo que haces). Exhalas enviando e inhalas recibiendo.

Haz una danza entre la inhalación y la exhalación, entre el movimiento de los brazos y la
imaginación. Haz que sea tu ritual y no solo un ejercicio que ejecutas de forma mecánica.
Para saber si lo has hecho correctamente debes notar un cierto hormigueo por todo el cuerpo, o una
cierta sensación de vacío o flotabilidad.

Laura, quemó el resto de odio que sentía por una familiar, se lo trabajó a
fondo y con el espíritu del fuego lo terminó.
Siento que ha quedado limpio, tenias razón cuando decías, que se nota
la diferencia. Ya no siento nada de odio por ella.

Sin necesidad de tambres:

Puedes usar la energía del fuego para transformar la


energía de un lugar:
Conecta con el fuego de la vela de la forma que has aprendido. Dile que
quieres limpiar de energía negativa el espacio o, activar la energía del amor
que hay en el lugar, el resultado es exactamente el mismo, pero la
connotación de la petición no; puedes hacerlo partiendo de lo positivo o de
lo negativo. Todo está bien. Para hacerlo, puedes dejar en un lugar fijo la
vela programada con la petición; utilizar una chimenea con esta intención, o
puedes pasearte por el espacio con la vela centrándote en los rincones.
Cuando sientas o quieras apagarla, lo haces y ya está.

Para Transformar las emociones:


Conecta con el fuego, ya sea una vela, una hoguera o el abuelo Sol, y le
pides que queme todo lo que no te allana el camino, o que active tu
capacidad de hacerte la vida fácil. Lo que desees. Todo está bien. Puedes
sentir como el fuego entra en ti y hace limpieza o puedes imaginar que
entras en la hoguera y bailas con el fuego mientras te vuelves ligera como el
humo, o incluso que te consumes entera y vuelves a renacer con el poder de
la luz… Usa la imaginación para romper la barrera mental. ¡Experimenta!

Si tienes un brote emocional:


Conecta con el fuego y escribe el dolor, la tristeza, la rabia, la
incomprensión que sientes en un momento dado; después, quema el escrito
con intención de transmutar y/ o purificar. Escribe y quema, escribe y
quema, hasta que sientas que esa sensación desapareció. ¡Nota la fuerza
transmutatoria del fuego y de la intención!

Usar el fuego como Oráculo:


Cuando queremos aportar luz a alguna decisión, conectamos con una vela
que puedas pasear o una tea. Haces la petición al fuego, qué es lo que
quieres aclarar, qué es lo que quieres decidir, y sin quitar la mirada del
fuego te paseas de forma automática por el espacio donde estés. La
respuesta en general será muy clara. Lo sabrás.

Tal como has aprendido a lo largo del libro, los retos se encuentran en la
parte que no se ve, en el subconsciente y, de todas las emociones, la ira es la
que más distorsiona. Puedes quemar las raíces de la ira (o de la emoción
que te desborde) sin necesidad de ver su origen, solo con la intención. Para
eso enciendes fuego y le pidas que queme sus raíces y las transmute en
adobo donde plantarás las semillas de la compasión, por ejemplo. Salta por
encima de fuego de forma repetida, imaginándolo o literalmente (con
cuidado de no quemarte) o imagina que estás dentro de una hoguera sagrada
que transforma todo en potencial puro.
¡Quema (virtualmente) sin miedo, todo aquello que no te deje ser alma!

El agua que todo lo mueve


El agua es la fuente de la vida y el principio femenino, e inicia y sustenta la
existencia, nutre la tierra circula por ella, y es símbolo de unión universal.
El agua tiene el poder de higienizar, unir, amalgamar y también deshacer.
Es la expresión máxima de la fluidez y también la adaptabilidad, es decir:
tiene la capacidad plástica de coger cualquier forma y contiene todas las
memorias.

El agua te enseña a tolerar y a adaptarte a las situaciones que no puedes


transformar. Es símbolo de regeneración y nos enseña a ser transparentes;
limpia y purifica. En muchísimas tradiciones se usa como primer paso al
prepararse para cualquier ritual. En muchas ceremonias indígenas en el
continente americano, asiático y oceánico, comienzan con un «lavado»
ritual, ya que el agua es una energía vital.

Te muestra como cambiar de forma sin perder la esencia, a adaptarte sin


dejar de ser tú. El cuerpo humano está formado por un 70% de agua, por lo
tanto, puedes imaginarte que interesante es una buena conexión con este
elemento. Cuando la hay, tienes la posibilidad de movilizar el interior,
aflojar enfermedades, suavizar emociones densas. Ella lava y purga sin
destruir. Une, acompaña, nutre. Es uno de los elementos vitales en la tierra,
puesto que sin ella no habría vida.
Puede relajar o activar según nuestra intención. Somos agua, por lo tanto
una buena conexión con ella produce equilibrio a todos los niveles. El
elemento Agua está directamente relacionado con el mundo de los
sentimientos y las emociones, los instintos, los presentimientos, el
inconsciente, el psíquico. Aparentemente, no tiene la fuerza de la tierra,
pero no subestimes el poder de la persistencia: gota a gota se forman las
estalactitas y las goteras… ¡Ella siempre encuentra un camino! Observa.
Entra en el Agua. Sumérgete en ella. Permite que te mueva. Practica la no
resistencia. Honra tus emociones y sentimientos, y déjalos ir. Eres Agua.
Fluye. En movimiento. ¡Aprovecha cada ducha, para que ella se lleve todo
lo que tu mente carga!
Las lágrimas te ayudan a desintoxicar tu cuerpo de químicos que se han
generado con la tristeza o la rabia. Encuentra en qué te puede ayudar a ti,
¡fluye!

Los valores del agua son: Espiritualidad, profundidad, capacidad psíquica,


intuición, imaginación, ductilidad, compasión, creatividad, solidaridad.
Hombre o mujer agua:
Eres el/la que sabe sentirse y conocerse, entiendes las emociones y ayudas a
su fluidez.
Ayudas a los demás a escuchar lo que les cuesta, acompañas los
sentimientos y las emociones; te es muy fácil conectar con las emociones de
los seres vivos. Escuchas, apoyas, acompañas.
Te necesitamos para que nos ayudes a conectar con nuestras emociones, a
aceptarlas sin drama y soltarlas sin miedo. Te necesitamos para que nos
enseñes, como cuidar nuestro corazón y nuestros sentimientos. Enséñanos
a ver nuestras habilidades psíquicas e intuitivas. ¡Ayúdanos a conectar los
unos con los otros! ¡Fluidifícanos!

Prácticas
Técnica para conectar con el agua:
Usa el sonido del tambor para conectar con el espíritu agua por primera vez:
- Igual como lo hiciste con la Tierra; hacer nebulosa, sacar el hilo y enviarlo al agua. Para la
primera conexión hay que estar tocando agua directamente; después, basta con que la tengas a la
vista.
Una vez hecha, pídele que limpie cualquier sensación idea o creencia que haya en tu aura.
- Invoca a tu Animal de poder, con la intención de viajar al espacio del agua en el mundo de arriba
o abajo, para pedirle al espíritu del agua que te ayude integrar la sutileza, la fluidez y la
determinación del espíritu del agua- Puedes hacerlo también sin tambores, pero entonces no vayas
ni arriba ni abajo.

Sin necesidad de tambores:

Práctica de de transparencia:
Conecta con el agua y pregúntale quién eres. Ella te contará tu verdad y
podrás usar esa información para crecer.
Programa del agua con frases escritas en las botellas:
El agua resuena con la intención que le pongas. Masaru Emoto vio como
los cristales de agua se modifican según las palabras, pensamientos,
emociones que se les imprima.
Si estás enferma ingiere agua programada con salud y que cuando la
excretes lleve la enfermedad. Dale más fuerza a esa intención escuchando
los tambores y conectando con el espíritu del agua.

Igual que el fuego, el agua nos puede hacer de oráculo.

Llena un vaso de agua por la noche, antes de acostarte; coge el vaso con los
dedos de las dos manos separados, cierra los ojos, y mira hacia arriba unos
minutos; piensa en lo que quieres resolver. Mientras bebes ½ vaso de agua
piensas o dices en voz alta: «esto es lo único que necesito para recibir una
respuesta a la pregunta que quiero resolver»
Deja el vaso en la mesita de noche, y cuando te levantes repite el proceso y
bebe el resto de agua.
Deja que durante la noche o durante el día venga la respuesta; puede ser de
diferentes maneras: tal vez alguien te hablará de alguna cosa, o leerás un
libro o un título, o escucharás algo, o tendrás una intuición, y te vendrá la
respuesta de forma espontánea, como cuando estás buscando una palabra
que tienes en la punta de la lengua y no te sale hasta que dejas de pensar en
ello.
Cuando bebes con una intención, el agua la lleva a todas tus células y hace
que se activen las memorias que tienen todas las respuestas, recuerda. En
nosotros ya están todas las posibilidades y, todas las soluciones.
Potencias del ejercicio cuando añades unas gotas de limón al agua; entonces
conviertes el vaso en un electrolito y hace que sea mejor conductor. Los
pensamientos son energía, ¿recuerdas?

El viento, el viajero
Como dijimos al principio de esta aventura, para el chamán todo lo que
existe está vivo, todo tiene espíritu, y aunque parezca que el viento es
muy volátil, también tiene el suyo.

El espíritu del viento o aire, es el menos denso de todos, y por eso se le


relaciona sobretodo con el pensamiento. El espíritu del aire o el viento, es el
viajero, el que comunica, el que transporta la semilla y la posa. Es la música
y el movimiento. El aire está en todas partes, en tu respiración, en los
huracanes y en un, suspiro. Puede ser muy fuerte, igual que un tifón, o muy
suave, como una caricia.
Cuando se crea mucha comunicación con el aire, se puede recibir, mediante
su voz, información de todo lo que pasa en el mundo. Transmite los
mensajes de la Madre Tierra a quien sabe escuchar, de ese modo, los
ancestros sabían dónde ir y cómo moverse en la tierra según las necesidades
de la tribu. El viento explica historias y da conocimiento. A nivel espiritual
el aire se usa para movilizar energías densas. Lo mandamos para que limpie
situaciones, movidas familiares, espacios conflictivos.
También le pedimos que calme nuestra mente inquieta y que se vuelva
susurrante hasta convertirla en una mente amable. El espíritu del aire es un
gran aliado para todos los que dicen ser mentales. Conéctate con él para
acallar tu mente. Siéntelo en tu cabeza como un huracán, agitando todos los
pensamientos recurrentes, y obsesivos. Invocar al espíritu del aire, nos
ayuda eliminar de un soplido todo aquello que nos preocupa.

Los valores del espíritu del viento son:


Inteligencia, capacidad comunicativa, rapidez mental, habilidad lingüística,
creatividad, talento artístico, genialidad, armonía, amabilidad e idealismo.

Hombre o mujer aire, es una persona independiente y libre, con mente


abierta y dispuesta al cambio. No acepta las prisiones mentales en forma de
dogma, ningún otro tipo de limitación. Te necesitamos para que nos
ayudes a comunicarnos de forma honrada, nos enseñes a ver nuestra propia
libertad, y a seguir nuestro instinto, a aceptar sin apegos los cambios que
trae la vida. Enséñanos a dinamizar situaciones a remover obstáculos.
¡Ayúdanos a emprender el vuelo!

Para los rituales, el espíritu del viento se considera en el humo. El es el


único que se disipa ante nuestros ojos. Invitamos al humo a nuestros
hogares para que se lleve todo lo que no forme parte de nuestra esencia.
Todo aquello que quieras soltar se disipará con el humo. Pon mucha
intención en ello. Que así sea.

Prácticas:
- Conecta con el viento igual que con el fuego, con la intención. Usa el sonido de los tambores
unos minutos y pide al espíritu del aire que te deje conectarte con él. La respuesta será clara, como
de costumbre: si o no. Si no lo tienes claro, es un no.
- En tu casa, por ejemplo, conéctate con el viento a través del humo de un incienso con la intención
de limpiar densidades.
- Un día de viento, conéctate y envía amor para que lo reparta por todo el mundo. O también
puedes pedirle que se lleve los pesares del cuerpo y la mente.
- Irás al mundo de arriba o abajo a buscar el espacio del viento y allí dejarás que él haga su trabajo
de limpieza. Recibe la información que precises.

Con los tambres:


- Irás al mundo de arriba o abajo a buscar el espacio del viento y allí dejarás
que él haga su trabajo de limpieza. Recibe la información que precises.
Invoco a mi animal e poder con la intención de ir al mundo de arriba o
abajo al espacio del viento para que me ayude a:
Ser más flexibles en general o en alguna situación en particular
Limpiar la mente
Renovar relaciones enquistadas, con nosotros mismos o con los
demás
Quita rigidez i movilizar
Des enquistar situaciones de rigidez mental
Sanar
Dar luz
Tener capacidad de comunicación asertiva.

Sin tambores:

Interactúa con el aire para limpiar por adelantado situaciones


conflictivas:
Cuando sepas que vas a tener una reunión complicada puedes enviar el aire
a ese lugar con la intención de limpiar la energía negativa del espacio, o que
se quede en la puerta limpiado la energía de cada persona que entre. Invoca
al espíritu del viento para pedirle que lleve a cabo tu petición. Solo con
poner la intención y pensando en el lugar o espacio a limpiar, deja que el
aire penetre en todos los rincones para limpiar la energía densa acumulada.
Paso a paso se irá aligerando la densidad.
El humo es el espíritu del aire.
A través del incienso podemos enviar amor a una persona; con el humo
podemos limpiar y sanar espacios y personas. Solo hay que programar ese
incienso para que el humo haga lo que pedimos. ¿De qué manera?

Pídele al incienso que lleve a cabo tu demanda y luego lo prendes: déjalo


consumir del todo. Esto no es un amuleto ni una forma de superstición: los
espíritus nos ayudan y potencian nuestro chamán interior. Es un hecho des
de hace mas años de los que tú existes.

Al espíritu del aire le encanta el movimiento, por lo que si te conectas con


él antes de bailar, vas a sentir toda su expresión.
Con los ojos vendados, y en el aire libre, vas a dejarte llevar. Puedes
ponerte los tambores o cualquier otra música, conectar con el viento y dejar
que él te mueva. Paso a paso con el sentir llega la comunicación. Créeme: te
encantará lo que te puede enseñar este espíritu.
A Marisa le fascina conectarse con el viento cuando va en moto, se
sube, conecta y le pide al viento que se lleve los malos rollos de la
oficina, llega tan renovada a su casa que tiene la energía al 100%.

Anna: -Me encanta el viento, nunca lo hubiera imaginado, con la rabia


que me daba, desde que conecte por primera vez, noto una conexión
especial con la tierra, con los elementos y me da respuestas súper
rápidas. A mí que siempre voy corriendo, es un elemento esencial para

Usaremos el espíritu del aire para ritualizar objetos.


Ponemos un incienso, hierbas para quemar, tabaco o resina, cualquier cosa
que haga humo. Cogemos lo que haya que ritualizar y lo bajamos al mundo
de abajo, invocamos al espíritu del viento y le pedimos que lo llene de lo
que precisemos según para lo que vayamos a usar el objeto:
Amor
Sanación
Fuerza
Voluntad
Paciencia
Sosiego
Concentración

Cuando ya no necesitemos esa ayuda, veremos que no necesitamos llevar
tanto ese objeto, hasta que al final ya no lo necesitaremos para nada. Se
puede volver a cargar con otra intención y seguir creciendo.

Recuerda: no son amuletos son, potenciadores de lo que ya hay en ti.


Usa estos ejercicios para ritualizar de amor cualquier regalo que quieras
hacer, para que, sin saberlo, el destinatario reciba ese valor añadido.

HACE FALTA TENER LA INTENCIÓN MUY CLARA EN


TODO AQUELLO QUE QUERAMOS HACER.

Ten en cuenta que todo lo que se controla se bloquea, se pudre, se enferma.


Por lo tanto hay que aprender a fluir con la vida sin reservas. Los espíritus
de los elementos nos facilitan ese tránsito. Te acompañan siempre. Sal a la
calle, cierra los ojos. ¿Lo sientes? Ojalá así sea.
Los ancestros sabían bien como habitar la tierra, te dejo unas preciosas
palabras que se atribuyen a Toro Sentado, jefe de la tribu Sioux.

Ten tus cuatro puntos cardinales, sentados.


Adora al cielo y al gran espíritu
Respeta al suelo y a la madre tierra
Estate en tu lugar
Reposa la mirada en el horizonte
Y descansa tu columna
Como lo hace el árbol de la vida
Y sé, se tu mismo y entrega
Para que el árbol se haga grande
Debe de tener unas raíces fuertes
Estate en ti mismo, respétate
Y cuando ya encuentres tu fuerza
Entonces, vuela como el águila
Utiliza tu agudeza visual
Su fortaleza y su ligereza unidas
Amanece por la mañana
Mira al sol que sale
Une tu corazón con el astro
En tu silencio sagrado
Deja que el viento
Acaricie tus sueños
De un mañana próspera
Lleno de vida y alimento
Báñate en el río
Siente el agua por tu cuerpo
Moja tu alma sumergida
En la clara pureza del frío
Descansa tu cuerpo en la tierra
Siente su profunda sabiduría
El amor rodeará tu esencia
Y la verdad alcanzará tu vida
El espíritu de Manitú
Vive en todos nosotros
Cada trozo de su ser
Es una estrella de nuestro cuerpo
Todos somos el universo
Y el respeto por tu vida
Y el amor a tu corazón
Es la apertura al infinito
Hacia el mundo y sus gentes...
Que el gran espíritu esté contigo
Y te proteja siempre...
Tatanka Yotanka
(Toro Sentado 1831-1890)
Jefe Sioux

Y, llegamos al final, que es el inicio


Llegados aquí quiero decirte algunas cosas. Me emocionas, me llenas y me
alegras el día. Sentirte leyendo, mientras yo escribía ha sido un proceso
precioso. Hemos hecho un gran trabajo y quiero felicitarte. Ha habido
cambios en ti y, en mí y te agradezco tu parte. Por supuesto que le doy las
gracias a mis Maestras por haberme guidado —de nuevo—esta vez en la
escritura de este libro. Somos amor infinito y quiero que lo recuerdes a
menudo hasta que sea un hecho para ti, como lo es para mí. Empiezas de
nuevo. Te has reiniciado, sigue así. Te amo. (Si estas dos palabras, aún te
resuenan raro, ¡sigue! Busca los capítulos y ejercicios y practica.)

Debemos volver al amor, nuestro instinto intrínseco y fundamental. No lo


tienes que trabajar, no lo tienes que fomentar, puesto que ya está en ti. Solo
hace falta derribar todos los condicionantes que impiden que lo sientas.
Tienes muchas herramientas aquí y sé que vas a encontrar muchas más por
el camino. Recuperar esa sensación interna de estar aquí, ese mar profundo
que no cambia, es el objetivo vital.
Te hablé de un mundo que no se ve ni es tangible, pero existe.
Este mundo está dirigido por sus propias leyes. La sabiduría ancestral hace
siglos que lo estudia, lo aprende con mucho respeto, y le da la necesaria
validez, porque se sabe, que todo importa de forma holística, todo tiene su
peso y su importancia.

Estoy convencida que la energía de todas las personas que han participado
en las formaciones en vivo, está en ti ahora. Sé y siento que todos somos
uno y que, por tanto, las experiencias de unos, enriquecen a otros y
viceversa. Siempre es así en la danza de la vida. Así que, te llevas la
sabiduría de todos los que hemos vuelto a nuestro SER interior. Y nosotros
nos llenamos de un poquito de ti. Deseo ese camino de amor infinito para ti
también. Deseo que tengas algo que usar en tu vida. Puedo amarte,
querido/a, porque me amo profundamente.
AGRADECIMIENTOS
He descubierto que escribir un libro es un trabajo en equipo, y no puedo
hacer más que agradecer a todos los participantes de Kora-ki. Su absoluta
dedicación, ha hecho posible esta comunidad que somos. A Teresa Roig,
por su delicadeza en la corrección de este texto. He aprendido mucho de ti,
has sido clave para que no me perdiera en este mundo creativo, eres un ser
hermoso y generoso. Por supuesto a mi pareja, Jordi, eres la paciencia con
patas y a mis hijos, sois enormes y preciosos. Al otro Jordi de mi vida;
hermanito eres una gran luz. Gracias por apoyarme. A mi hermana postiza,
Elena, te he sentido animándome cuando me faltaban las horas. Gracias. Al
Equipo Kannanda, que se encarga de organizar mi Retiro Memorias de Luz
para la expansión del amor, sin vuestra ayuda, no habría tenido el tiempo
necesario para escribir. A todos los que directa o indirectamente habéis
aportado vuestro granito de arena. Os amo y os doy las gracias a todos. Me
siento agradecida.

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