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Resumen
Resumen
Las autoridades deben tomar en consideración que los hechos victimizantes y los
impactos traumáticos que éstos generan se presentan en un determinado contexto social,
por lo que el enfoque psicosocial debe estar encaminado a reconocer ese contexto para
integrarlo a la atención que se brinde y evitar enfocarse únicamente en los aspectos
subjetivos del impacto del hecho victimizante. Con este enfoque, la atención a
las víctimas debe incorporar una visión capaz de fomentar acciones más integrales a fin
de promover el bienestar, el apoyo médico, emocional y social de las víctimas
estimulando el desarrollo de sus capacidades, su resiliencia y su empoderamiento para
la exigibilidad de derechos y recuperación del proyecto de vida.
La atención debe ser proporcionada de forma inmediata, rápida y oportuna con una
protección efectiva brindando una atención integral, dando prioridad a la protección de
los derechos humanos y a los derechos de la víctima.
La ayuda inmediata se otorgará a partir del momento en que las autoridades tengan
conocimiento del delito o de la violación de sus derechos, siempre con un enfoque
transversal de género y diferencial, y durante el tiempo que sea necesario para
garantizar que la víctima supere las condiciones de necesidad inmediata.
La Unidad de Atención Inmediata y Primer Contacto determinará qué tipo de ayuda o
asistencia requiere y las acciones de protección inmediata necesarias para garantizar el
respeto a sus derechos humanos.
Palabra Clave
Podemos decir que la víctima es el sujeto que padece un daño por culpa propia o ajena o
por causas fortuitas, causando un sufrimiento físico, emocional y social a consecuencia de
la violencia de una conducta agresiva antisocial.
Se estima en 21.2 millones el número de víctimas de 18 años y más en el país durante 2020,
lo cual representa una tasa de prevalencia delictiva de 23 520 víctimas por cada cien mil
habitantes, cifra estadísticamente inferior a la estimada en 2019. El 28.4% de los hogares
del país contó con al menos una integrante víctima del delito, en 93.3% de los delitos no
hubo denuncia, o bien, la autoridad no inició una carpeta de investigación, lo que se
denomina cifra negra.
La tasa de incidencia delictiva por cada cien mil habitantes en 2020 fue de 30 601, cifra
estadísticamente menor a la estimada en 2019 que fue de 33 659, el delito de robo en la
calle o transporte público presentó una reducción en su frecuencia, al pasar de 27% del total
de los delitos ocurridos durante 2019 a 22.5% en 2020. En 2020, el costo total a
consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares representó un monto de 277.6 mil
millones de pesos, es decir, 1.85% del PIB. Lo anterior equivale a un promedio de 7 155
pesos por persona afectada por la inseguridad y el delito. La cifra negra, de delitos no
denunciados o denunciados que no derivaron en carpeta de investigación, fue de 93.3% a
nivel nacional durante 2020.
La ENVIPE 2021 estima que los principales motivos que llevan a la población víctima de
un delito a no denunciar son por circunstancias atribuibles a la autoridad, como considerar
la denuncia como pérdida de tiempo con 33.9% y la desconfianza en la autoridad con 14.2
por ciento, la incidencia delictiva en los delitos personales que afectan a la persona de
manera directa y no colectiva (tales como el robo a casa habitación), es mayor en los
hombres para la mayoría de los delitos, excepto para los delitos sexuales donde las mujeres
son más vulneradas por este tipo de delitos al contar con una tasa de incidencia de 3 140
delitos por cada cien mil mujeres, cifra estadísticamente inferior a los 4 752 delitos
estimados en 2019.
Se les canaliza con las siguientes áreas para una correcta atención:
Trabajo social: asistencia social tales como búsqueda de Refugios, albergues, servicios
funerarios a bajo costo, derivación a otras Instancias (salud y social) del Gobierno de la
Ciudad de México, realiza estudios socioeconómicos.
Psicología: atención psicoterapéutica de primera instancia en las modalidades individual,
familiar y grupal relacionados al estrés postraumático y proceso de duelo, derivado del
hecho victimizante, proporciona intervención en crisis, asistencia psicológica durante la
práctica de diligencias ministeriales y judiciales, talleres psicoterapéuticos para niños y
niñas a fin de trabajar el duelo, atención psicoterapéutica en los Centros Penitenciarios de la
Ciudad de México para víctimas de Tortura.
Asesoría y Seguimiento: orientación, asistencia y seguimiento jurídico de averiguaciones
previas, carpetas de investigación y causa penales, a través de los abogados victímales y
asesores jurídicos; cuyo fin es lograr que las víctimas u ofendidas del delito tengan acceso a
la justicia y la reparación del daño. Promueve ante la autoridad competente el recurso de
inconformidad en contra de las determinaciones del no ejercicio de la acción penal o
reserva, y en su caso el Juicio de Amparo.
Comprende una serie de reglas y pautas que se recomiendan utilizar por personas que
atienden a víctimas, a fin de brindar una atención integral óptima para el bienestar de
la persona.
Lo que se realiza es el primer contacto de las víctimas con las instituciones pues es
fundamental. Se debe procurar un ambiente en el que la víctima se sienta cómoda
para estar en posibilidad de narrar los hechos, evitando en todo momento acciones u
omisiones que puedan generarle una doble victimización.
Es probable que la persona llegue en estado de crisis, por lo que el servidor público
debe estar capacitado para contener la crisis, una vez estabilizada la víctima,
proporcionarle los servicios victimológicos que requiere.
El interventor deberá valorar a la víctima y decidir si debe ser remitida a los servicios
de atención médica, psicológica o brindar la asistencia jurídica.
Atención Psicológica: Intervención en crisis: tiene por objeto contener el estado de crisis
que presente la víctima y/o sus familiares, con la finalidad de que puedan estar en
condiciones de tomar decisiones acerca de su situación inmediata, como la presentación de
la denuncia, someterse al proceso penal, así como aceptar asistencia psicológica para el
fortalecimiento de la víctima. En condiciones ideales, todo servidor público que establece
un primer contacto con la víctima debe tener preparación suficiente para intervenir en la
contención de la crisis, desde policías, auxiliares de la justicia, ministerios públicos,
personal médico y hospitalario, psicólogos y trabajadores sociales, entre otros.
Terapia breve: Una vez estabilizada la víctima, son importantes las decisiones que
ésta deba tomar para resolver su situación a mediano plazo, como la aceptación de
la condición de víctima, comprender las causas y soluciones frente a los
acontecimientos que está viviendo, controlar el estrés postraumático, revisar su
proyecto de vida, tomar decisiones.