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Isaias 40:29-31

Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. Los


muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que
esperan a Dios tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán,
y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Mateo 22:37

“Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, alma y con toda tu mente.”

2 Timoteo 2:22

“Huye de las pasiones juveniles, sigue la justicia, el amor, la fe y la paz, con los que
de corazón limpio invocan al Señor.”

1 Corintios 16:13

“Permanezcan firmes en la fe; pórtense varonilmente, y esfuércense.”


Salmos 119:9-11

“Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus


mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.”

Salmos 119:105

“Tu Palabra es lámpara a mis pies, y lumbrera a mi camino.”

Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios.

Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.

(Isaias 41:10)

Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y
por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.

(1 Timoteo 6:12)
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos
de angustia. Por eso, no temeremos, aunque se desmorone la tierra y las
montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas,
y ante su furia retiemblen los montes.

(Salmo 46:1-3)

Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los
que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán
y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

(Isaías 40:30-31)

Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con


cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Ya te lo he
ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el
Señor tu Dios te acompañará donde quiera que vayas.

(Josué 1:8-9)

Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día
malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.

(Efesios 6:13)
El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te
abandonará. No temas ni te desanimes.

(Deuteronomio 31:8)

El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.

De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.

El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.

El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.

(Salmo 121:5-8)

El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá
tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano.

(Salmo 37:23-24)

Se me afligía el corazón y se me amargaba el ánimo por mi necedad e ignorancia.


¡Me porté contigo como una bestia! Pero yo siempre estoy contigo, pues tú me
sostienes de la mano derecha. Me guías con tu consejo, y más tarde me acogerás
en gloria.

(Salmo 73:21-24)

Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu justicia


resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía. (Salmo 37:5-6)
Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para
nadie en este mundo.

Colosenses 3:23

Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian.

Salmo 34:8

Salmo 34:17-19

Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. El Señor está
cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. Muchas
son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas.

Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por


el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella
significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.

(Hebreos 12:2)
Hebreos 12:3

Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de
los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.

Filipenses 3:13-14

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago:
olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante,
sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su
llamamiento celestial en Cristo Jesús

Jeremías 29:11

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—,
planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.

Salmo 73:23-24

Pero yo siempre estoy contigo, pues tú me sostienes de la mano derecha. Me


guías con tu consejo, y más tarde me acogerás en gloria.
Salmo 91:14-16

Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre.


Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo
libraré y lo llenaré de honores. Lo colmaré con muchos años de vida y le haré
gozar de mi salvación.

Deuteronomio 31:6

Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor
su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.

Isaías 40:28-31

¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno,


creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es
insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Aun los
jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que
confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no
se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

Juan 14:13-14

Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el
Padre en el Hijo. Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré.
2 Tesalonicenses 3:13

Ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien.

Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en


todos tus caminos, y él allanará tus sendas.

(Proverbios 3:5-6)

Romanos 12:11

Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el
Espíritu.

Isaías 61:10

Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con


ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un
novio que luce su diadema, o una novia adornada con sus joyas.
Gálatas 6:7-8

No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que
siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza
cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu
cosechará vida eterna.

Gálatas 6:9

No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no


nos damos por vencidos.

Mateo 19:26

Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, más para
Dios todo es posible.

Juan 10:10

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y la tengan en abundancia
“El Señor es mi pastor; nada me faltará” (Salmos 23:1)

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni


desmayes, porque El Señor tu Dios estará contigo en dondequiera
que vayas” (Josué 1:9)

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal


alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento” (Salmos 23:6)

“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El Señor es


la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmos
27:1)
Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque El Señor
sostiene su mano” (Salmos 37:24)

“Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre;


Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas” (Salmos 61:4)

“El Señor cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh


Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos”
(Salmos 138:8)

“Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le


pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y
yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le
glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación”
(Salmo 91:14-16)
“Porque yo El Señor soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano
derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo” (Isaías 41:13)

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y


ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3)

“He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les
revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6)

“Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible”


(Marcos 9:23)
Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan. (Salmos
31:24)

Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes!


Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. (Josue 1:9)

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán
aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi


vida; ¿quién podrá amedrentarme? (Salmos 27:1)
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de
dominio propio. (2 Timoteo 1:7)

El Señor dice: Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré


consejos y velaré por ti. (Salmos 32:8)

El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.


(Salmos 46:7)

Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo. (1


Tesalonicenses 5:11)
Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré
descanso. (Mateo 11:28)

Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. (1


Corintios 16:13)

¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en
contra nuestra?. (Romanos 8:31)

Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos
desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. (2 Corintios 4:16)
Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él
confían. (Nahúm 1:7)

Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi


juventud. (Salmos 71:5)

Bueno es que el hombre aprenda a llevar el yugo desde su juventud.


(Lamentaciones 3:27)

Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en
ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y
pureza. (1 Timoteo 4:12)
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
(Proverbios 4: 23

Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. (Efesios 6:10)

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días


malos y vengan los años en que digas: No encuentro en ellos placer alguno.
(Eclesiastés 12:1)

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu


adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero
sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. (Eclesiastés 11: 9)

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