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|POR UNA NUEVA REFORMA UNIVERSITARIA|

11 de Agosto, 2022

PRESENTACIÓN

Somos integrantes, en diferentes grados y espacios, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.


Nos sentimos orgullosas y orgullosos de pertenecer a esta comunidad universitaria y valoramos su
historia, su identidad y sus altos estándares de excelencia en diversas áreas. Para nosotras y
nosotros, la UC es parte de nuestras vidas, de la misma forma en que nuestro esfuerzo y
participación resulta indispensable para el desarrollo de la institución a través de su comunidad; es
por esto que la manera en la cual se adoptan las decisiones y se establecen los lineamientos
generales tanto externos como internos de la Universidad nos concierne directamente.

NUESTRO DIAGNÓSTICO

Creemos que una auténtica comunidad universitaria, integrada y proactiva, tiene como
responsabilidad ineludible reflexionar críticamente acerca de los marcos formales e informales bajo
los cuales se desarrolla la actividad al interior de la institución a la cual pertenece. Los espacios de
discusión multiestamentales existentes han sido insuficientes para abordar desde nuestra comunidad
las profundas transformaciones que ha experimentado el país y la institución en el curso de la última
década. Nuestra Universidad acarrea, por largos años, una deuda importante en términos de
democracia interna, que limita y condiciona los avances logrados en otras áreas. Además, no hemos
logrado reparar íntegramente las heridas que dejó la cruenta intervención militar que interrumpió el
proceso de Reforma Universitaria iniciado en 1967, manteniendo hasta el día de hoy estructuras de
participación, decisión y representación que no responden adecuadamente a las demandas de la
comunidad y a las necesidades del país. No obstante haber aprendido las debidas lecciones de aquel
proceso histórico, consideramos que es necesario iniciar un proceso de reforma interna que
profundice en algunas de las orientaciones de la actual Rectoría, corrija el rumbo en otras, y resuelva
inquietudes que permanecen sin ser abordadas.

NUESTRA VISIÓN

Nuestra Universidad Católica necesita una nueva Declaración de Principios y unos nuevos Estatutos
Generales, sin dejar de considerar aquellas reformas más recientemente implementadas, para
reemplazar definitivamente aquellos documentos que fueron redactados bajo la dirección de una
intervención militar que consideramos ilegítima. Estos nuevos documentos deben ser acordados y
redactados de forma democrática entre los distintos estamentos, y deben sentar las bases para un
nuevo entendimiento al interior de la comunidad universitaria. Asimismo, deben garantizarse mayores
estándares de democracia interna en la elección de cargos unipersonales y la ejecución de Planes
Estratégicos y de Desarrollo, tanto a nivel universitario como de facultades y unidades académicas,
que permitan la participación efectiva y vinculante de todos los miembros de la comunidad.
Valoramos los avances realizados en los últimos años en torno a cuestiones fundamentales para
nuestra comunidad y su posicionamiento de cara al país, como la igualdad de género, la ampliación
de los espacios de representación, el cuidado del medioambiente, y el debate constitucional. Al
mismo tiempo, creemos firmemente que una mayor democracia interna es indispensable para una
Universidad Católica con vocación pública. No sólo para enriquecer y profundizar en lo ya avanzado,
sino también para poner sobre la mesa desafíos pendientes tales como el significado del rol público
de la Universidad, el lugar de la docencia en el marco de su transformación en una universidad de
investigación, la efectiva igualdad de oportunidades para mujeres en los distintos estamentos, el
sentido y alcance de la libertad académica, la inclusión efectiva de estudiantes desaventajados, y la
vinculación con el medio. Las virtudes de la democracia no se agotan en la legitimidad que otorga a
las decisiones que afectan a la comunidad que toda institución alberga. Cuando la deliberación
universitaria es una experiencia amplia y vinculante, no sólo formamos ciudadanos críticos que
adhieren a una cultura política democrática; aumentamos también sustantivamente la calidad de los
acuerdos alcanzados. Por ello, aspiramos a una composición más representativa de los espacios de
discusión multiestamentales porque creemos que nuestro sentido de comunidad depende, en parte
importante, de la pluralidad de perspectivas que concurren a dialogar sobre lo común de la
comunidad universitaria. Tenemos la convicción de que, para ser una Universidad Católica moderna,
en sintonía con el país y fiel a su misión, debe ser primero capaz de reformar sus estructuras
internas.

NUESTRAS PROPUESTAS

1. Convocar a un Claustro Pleno, compuesto por autoridades y representantes electos de


todos los estamentos que componen a la Universidad Católica, con el objetivo de redactar
una nueva Declaración de Principios y nuevos Estatutos Generales por medio de un proceso
abierto, participativo y transparente, ratificado en última instancia por un plebiscito general.
2. Modificar sustancialmente el proceso de elección de la Rectoría. Una vez finalizado el
período de Ignacio Sánchez Díaz, proponemos convocar un Claustro extraordinario para
elegir, bajo sistema de votación papal, al nuevo Rector o Rectora. Este Claustro deberá estar
compuesto por distintos estamentos en la misma proporción de aquel que eligiese a
Fernando Castillo Velasco en 1967: un 75% para los académicos, un 20% para los
estudiantes y un 5% para los representantes de la Conferencia Episcopal.
3. Recuperar el sistema de elección de autoridades locales e intermedias implementado
durante la Reforma Universitaria para los Decanatos y las Direcciones de Carrera. Este
consiste en un voto universal ponderado según estamentos, con participación de
académicos, estudiantes y funcionarios administrativos, incluyendo un período de campaña,
debates y la presentación de programas de público conocimiento antes de cada votación.
4. Establecer la realización periódica de un Claustro Pleno Universitario, cuya composición
esté inicialmente fijada tal como durante la Reforma: 202 representantes del estamento
académico, 67 del estamento estudiantil y 30 del estamento administrativo, además del Gran
Canciller, la Rectoría y 12 representantes del Episcopado. Este Claustro Pleno se encargará
de proponer reformas a los documentos oficiales de la Universidad, formular
recomendaciones de política universitaria y trabajar junto a Rectoría en el Plan de Desarrollo.
5. Establecer la realización periódica de Claustros de Facultad, con atribuciones y criterios
de representación democrática similares al Claustro Pleno Universitario.
6. Mejorar ostensiblemente la representatividad del Honorable Consejo Superior, con
representantes adicionales de cada estamento electos directamente con duración bianual.
7. Garantizar la participación en igualdad de condiciones por parte de las mujeres en
todos los espacios colegiados de decisión dentro de la Universidad, así como crear un
programa especializado para atender a la inequidad existente dentro del cuerpo académico.

CONVOCATORIA

Nos moviliza la convicción profunda de que nuestra Universidad requiere cambios significativos en su
manera de organizar la toma de decisiones en su estructura interna y su posición frente al país.
Queremos realizar esta convocatoria de forma sincera, modesta, respetuosa, fundamentada y con
sentido histórico, entendiendo que lo que aquí se propone no es más que una recuperación de
aquellos valores democráticos que han caracterizado a la UC en otros tiempos, con su debida
actualización en atención a los cambios que ha experimentado nuestra sociedad. Estaremos siempre
llanos al diálogo, buscando levantar debates y discusiones dentro de la comunidad universitaria en su
conjunto para construir una voluntad mayoritaria que impulse estas transformaciones, y dejar como
legado para las futuras generaciones la realidad concreta de una Nueva Reforma Universitaria.

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