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LA REUTILIZACIÓN DE AGUAS RESIDUALES

Reutilización del agua

El tratamiento avanzado y la reutilización de las aguas residuales están siendo


cada vez más comunes cuando los municipios se enfrentan con altas demandas
de agua y se reducen los suministros. Municipios de Australia, España, Italia,
California y Florida, por nombrar unos pocos, deben tener en cuenta el aumento
del crecimiento de la población, los climas secos y las fuertes demandas de riego
agrícola.

La reutilización de las aguas residuales es una estrategia esencial para las plantas
de tratamiento en estas regiones y la desinfección UV es un elemento clave en el
esquema de tratamiento. Los UV ofrecen las ventajas de no producir subproductos
y reemplazan a un proceso de desinfección química complicado de tres fases por
un proceso físico UV simple.Cuando se emplea un proceso de desinfección
químico, el agua reutilizada debe ser clorada, declorada y después aireada si es
necesario. Para reutilizar el agua, pueden ser necesarias dosis elevadas de cloro,
lo que incrementa la posibilidad de formación de subproductos de la desinfección.

La mayoría de las regiones necesitan sistemas UV para cumplir con la National


Water Research Institute (NWRI) / American Water Works Association Research
Foundation (AwwaRF). los requisitos de altas dosis (en California es conocido
como Title 22) basado en la Guía de Desinfección UV para Agua Potable y
Reutilización del Agua publicada por el National Water Research Institute (NWRI) /
American Water Works Association Research Foundation (AwwaRF). 
Las aguas residuales regeneradas constituyen un recurso no convencional de
agua que se ha desarrollado en los últimos decenios. No obstante, para poder
proceder a reutilizar este recurso se requieren las tecnologías adecuadas y unos
estudios previos detallados. Se revisan las tecnologías correspondientes, así
como la legislación respecto a la reutilización de aguas residuales. Si la
evaluamos la reutilización parece presentar unas ciertas ventajas para su uso
como agua de riego, aunque se requieren cálculos y herramientas de toma de
decisión adaptados a cada circunstancia.

Introducción

El desarrollo económico suele implicar la necesidad de disponer de recursos


hídricos adicionales para poder llevar a cabo las nuevas actividades industriales o
agrícolas, o para abastecer la demanda correspondiente a las actividades
domésticas, turísticas y de ocio. Por otra parte, este desarrollo suele implicar un
aumento de población, lo que aún incrementa aún más la demanda de agua.
Estas circunstancias suelen conducir en muchos lugares de clima árido o
semiárido a la escasez de recursos hídricos, tanto temporal como estructural, lo
que conlleva diversas disfunciones y en general una disminución de la calidad del
agua. Incluso en determinados lugares con lluvia suficiente, climas no áridos, la
acumulación de la demanda en el tiempo y el espacio crea deficiencias. En uno y
otro casos, las situaciones de sequía hacen más grave la escasez. Las
consecuencias de la escasez son variadas, y tienen repercusiones sociales, lo que
hace que los caudales de agua destinados a determinados usos, como los
considerados suntuarios, sean objeto de controversia. Esta discusión se está
extendiendo en los últimos años a otros usos tradicionales, como algunos riegos
agrícolas o determinados usos industriales; sin que por el momento se estén
discutiendo los usos urbanos.

En Europa, y más concretamente en España, dependiendo de las actividades


económicas de la zona y de la escasez relativa de recursos, así como de
presiones de tipo político-social, se intenta reducir o incluso negar caudales a
campos de deporte, zonas verdes o determinados cultivos, por ejemplo. En la
vertiente mediterránea de España, por ejemplo, las discusiones suscitadas por el
PHN y las actividades de puesta en regadío de grandes extensiones han
contribuido a exacerbar posturas y a no considerar determinados aspectos
técnicos y tecnológicos que podrían aplicarse sin excesivas dificultades a la
gestión de los recursos hídricos, reduciendo las demandas y aumentando los
recursos disponibles.
Esto no implica que las grandes infraestructuras de transporte de agua no sean
necesarias, sino que se puede disponer de más tiempo para pensarlas y
planificarlas detenidamente y llegar a acuerdos más globales y consensuados.
Pueden discutirse “a priori” varias alternativas para emplear recursos de agua no
convencionales (Tabla 1) en el ciclo antrópico.

El recurso agua residual El agua residual se produce de una forma relativamente


continua; es decir, se trata de una ”fuente”teórica de agua con características de
continuidad en el tiempo. En efecto, por consideraciones sanitarias y socio-
políticas, los gestores tienden a asegurar el suministro urbano con prioridad a
cualquier otro y en ocasiones excepcionales incluso sin reparar en costes. En
todos los países de la cuenca mediterránea y en muchos lugares de centro y
Sudamérica se ha practicado desde hace siglos la reutilización, directa o indirecta,
de las aguas residuales, ya sea para usos agrícolas (riego de cultivos en las
afueras de las ciudades) o como agua de boca después de diversos vertidos. El
conocimiento del riesgo asociado a estas prácticas propició por una parte la
construcción de sistemas de alcantarillado (también se deben incluir aquí los
perjuicios estéticos y sensoriales) que extraían de los núcleos de población las
aguas usadas, y bastante posteriormente la construcción de depuradoras en los
casos en que la sociedad es capaz de asumir este gasto.

Tecnologías de tratamiento

En la elección de las tecnologías de regeneración (tratamiento avanzado) para


agua residual suelen preferirse aquellas que no emplean mucha energía. Esto se
justifica por el hecho de que el agua residual suele emplearse para riegos u otros
usos relativamente poco “nobles”.

- Tecnologías de membrana

Las tecnologías de membrana para desalinización se suelen emplear en islas en


las que no hay otro recurso o en zonas costeras donde los recursos existentes ya
están sobreexplotados. También en algunos casos cuando no se conceden
premisos de explotación para determinados usos suntuarios o en campos de golf o
en explotaciones agrícolas en las que el cultivo permite la inversión y
mantenimiento en estas plantas.

En este sentido, se están instalando en muchas áreas con aguas salobres


numerosas mini-instalaciones de desalinización, creando un problema grave de
eliminación de las salmueras y de demanda de electricidad.

En el caso de que se empleen estos procesos la reutilización posterior podría


considerarse absolutamente obligatoria desde el punto de vista de la
sostenibilidad. Las tecnologías de membrana para regeneración de aguas
residuales se emplean únicamente en aquellos casos en que el uso del agua
regenerada justifica el precio final, o bien en aquellos casos en que debido al
elevado contenido en sales del agua residual, las tecnologías de membrana
cumplen diversos cometidos; la regeneración eliminando diversos compuestos y
prácticamente todos los microorganismos, y al mismo tiempo la desalinización del
efluente. También en aquellos casos en que el agua regenerada se empleará
como agua de bebida, la osmosis inversa será la tecnología de elección (campos
de refugiados, naves espaciales, abastecimientos de emergencia, …). También
puede justificarse la elección en recarga de acuíferos con agua regenerada.
Debemos recordar, no obstante, que para poder aplicar la osmosis inversa de
manera adecuada, se requiere un buen pretratamiento, que puede ser también
una ultrafiltración o similar. Las tecnologías de membrana ( Deocón et al., 2002)
que se pueden emplear son la microfiltración, ultrafiltración, nanofiltración,
ósmosis inversa, electrodiálisis reversible y electrodesionización. Microfiltración
Elimina los sólidos en suspensión de tamaño superior a 0,1 – 1,0 mm. Es efectiva
eliminando los patógenos de gran tamaño como Giardia y Cryptosporidium. Se
suele emplear la ultrafiltración cuando la concentración de STD no es
problemática, ya que los poros de la membrana son comparativamente grandes
para filtrar partículas muy pequeñas. Más usualmente se emplea como
pretratamiento de sistemas con las membranas más delicadas, como la osmosis
inversa o la nanofiltración.

USO DE AGUAS RESIDUALES


El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas propugnó en 1958 la
política de no utilización de recursos de mayor calidad en usos que pueden tolerar
calidades más bajas. Esta política equivalía en la práctica a una mejor
planificación en el uso de los recursos hídricos, teniendo en consideración su
calidad, y conducía obligatoriamente al desarrollo del concepto de reutilización.

Los sistemas de regadío de los campos de golf se basan en su mayor parte en la


reutilización de aguas residuales urbanas.

Desde esa fecha, el continuo aumento de la población, el progresivo deterioro de


las aguas superficiales y subterráneas, la desigual distribución de los recursos
hídricos y las sequías periódicas, han ido forzando a los agentes involucrados en
la gestión del agua a la búsqueda de nuevas fuentes de suministro. La dificultad
para atender demandas crecientes y proteger a la vez los recursos disponibles, ha
afianzando el criterio de que la utilización de las aguas una sola vez, antes de su
devolución al ciclo es un verdadero lujo.
Hoy, la reutilización de aguas residuales urbanas es ya un fenómeno de práctica
habitual en la mayoría de países desarrollados, más allá de cual sea el tamaño de
sus recursos hídricos naturales. En la actualidad, las aguas residuales ya forman
parte del ciclo hidrológico y se consideran un recurso hídrico alternativo que debe
ser tenido en cuenta. A nadie se le escapa que las aguas residuales, previamente
depuradas a diferentes niveles, tienen ante sí un extenso abanico de posibilidades
para su reutilización. Y, aún más, con la reutilización de las aguas residuales no
tan solo se aprovechan mejor los recursos hídricos, sino que se actúa
directamente en una mejor gestión del medio ambiente. La reutilización evita el
vertido de aguas residuales al mar o a los cauces fluviales donde provocan efectos
indeseables, como la eutrofización, malos olores, impacto visual o la propia
contaminación directa de otras aguas.

Con la reutilización de las aguas residuales se actúa directamente en una mejor


gestión del medio ambiente evitando los vertidos directos al mar.

Los sectores en los que más se usa las aguas residuales son
 Agricultura
 Ambiental
 Industrial
 Recreativo
 Urbano

UNA GRAN DIVERSIDAD DE USOS


Los usos que se da a las aguas residuales ya transformadas para un proceso de
reutilización son muy diversos, aunque predominan los usos para todo tipo de
riegos y los usos para recarga artificial. De forma genérica, éstas que siguen
serían algunas de las actividades en que es más común la reutilización de aguas
residuales: riego agrícola (cultivos y semilleros), riego de parques y jardines
(campos de golf, cementerios, medianas, cinturones verdes), reutilización
industrial (refrigeración, alimentación de calderas), recarga artificial (recarga de
acuíferos, control de la intrusión marina, control de subsidencias), usos urbanos no
potables (riego de zonas verdes, lucha contra incendios, sanitarios, aire
acondicionado, lavado de coches, riego de calles, uso medio ambiental (caudales
ecológicos, zonas húmedas) u otros (acuicultura, fusión de nieve, construcción,
eliminación de polvo, limpieza de ganado).

El uso más común para las aguas residuales reutilizables es el riego.

Esta lista, que podría ser más larga, pone de manifiesto la cantidad de agua
potable que se sigue malbaratando y hace evidente la importancia que tiene en
estos momentos la correcta gestión del agua por parte de las Administraciones.
También hay que señalar que la reutilización de las aguas residuales no es la
panacea que cura todos los males ante la escasez de recursos hídricos. Dicha
reutilización está sujeta a algunas limitaciones potenciales como son sus posibles
efectos sobre la calidad del agua superficial o subterránea, sobre la salinidad del
suelo, los propios cultivos o algunos aspectos relacionados con la salud pública,
particularmente la transmisión de patógenos.

La reutilización para riego


Se afirmaba en el párrafo anterior que el uso más común para las aguas
residuales reutilizables era el riego, tanto en un ambiente agrícola (cultivos,
protección forestal...) como urbano (zonas verdes, campos de golf, vías urbanas).
Este hecho se explica muy fácilmente si se tiene en cuenta que en comparación
con otros tipos de aplicaciones, el agua para riego requiere en muchos casos un
nivel de calidad menos estricto, y en consecuencia el nivel de depuración que se
debe alcanzar durante el tratamiento no es tan elevado.
Al margen del menor coste en el proceso de depuración, la reutilización de aguas
residuales para el riego presenta múltiples ventajas. En primer lugar el agua
tratada representa una fuente constante y segura de agua aún en los años más
secos. También es un aporte continuo de nutrientes para las plantas que a su vez
representa un ahorro en gastos de fertilización. Y finalmente con su uso se
contribuye a la conservación de los recursos hídricos y a la reducción del coste
económico del agua destinada a riego ya que aguas de otra procedencia pueden
resultar a mayor precio.

La depuración de las aguas residuales es ya una obligación de cualquier política


medioambiental basada en criterios de eficacia.

¿Con qué agua se puede regar?


Los criterios más importantes para establecer la calidad del agua para riego se
refieren sobre todo al contenido microbiológico ya que la presencia de ciertas
bacterias y virus puede plantear problemas higiénico-sanitarios, sobre todo por
transmisión de enfermedades infectocontagiosas. El estudio de los parámetros
físicos y de los componentes químicos y biológicos del agua residual a tratar
permite conocer su aptitud o inadecuación por posibles afecciones al suelo y al
cultivo a regar e incluso al hombre, así como su capacidad o poder fertilizante. Los
factores a tener en cuenta son: materia o sólidos en suspensión, materia orgánica
biodegradable, elementos nutritivos, pH, metales pesados, microorganismos
patógenos, sustancias orgánicas estables o refractarias al proceso de tratamiento,
sustancias inorgánicas disueltas y cloro residual.

La reutilización en recarga artificial


La recarga artificial de acuíferos es otro de los usos más frecuentes en la
reutilización de aguas residuales. Dicha reutilización supone una depuración final
para el agua residual previamente tratada con métodos convencionales, sobre
todo si se utilizan sistemas de superficie que utilizan la capacidad depuradora de
la zona no saturada para disminuir la carga contaminante del agua tratada.
El tratamiento previo del agua residual es importante realizarlo para reducir
problemas de colmatación en los sistemas de recarga, mejorar la calidad físico-
química y biológica del agua y evitar reacciones indeseables y formación de
sustancias tóxicas. El grado de dicho tratamiento dependerá del sistema de
recarga y del uso final al que vaya destinado el agua recuperada. No hay una línea
de actuación clara en este ámbito y los especialistas en la materia defienden
posturas encontradas. Mientras unos creen que debe tratarse el agua hasta el
punto que su adición al acuífero no impida los potenciales usos del agua
subterránea, otros defienden que el grado de tratamiento debe de ser lo más
elevado posible y así obtener agua de una calidad aceptable para consumo
humano, sea cual sea su posterior uso.
Para tener una referencia clara sobre cuál es la tendencia actual, destacar que
uno de los métodos de recarga artificial con aguas residuales más utilizado está
basado en la Infiltración a través del terreno de importantes volúmenes de agua lo
cual permite, a la vez que recargar el acuífero, una depuración de las aguas
residuales; por tanto, se puede considerar como una técnica de evacuación de
aguas residuales. Este sistema es conocido como SAT (soil-aquifer treatment) y
con él se trata de utilizar el filtro natural que supone la zona no saturada, y, en
algunos casos, la saturada, como un sistema de depuración avanzado.

La Ley prohíbe la reutilización de aguas para el consumo humano.


Usos para las aguas regeneradas
Las aguas regeneradas podrán utilizarse para usos urbanos, agrícolas,
industriales, recreativos y ambientales. En todos los casos el Organismo de
cuenca solicitará a las autoridades sanitarias un informe que tendrá carácter
vinculante.

La recarga artificial de acuíferos es otro de los usos más frecuentes en la


reutilización de aguas residuales.
El agua residual, antes de su reutilización, ha de someterse a un tratamiento de
regeneración para alcanzar los niveles de calidad sanitaria y ambiental necesarios
para el uso que se destina. Por otro lado, se prohíben determinados usos que
presentan riesgos para la salud humana y el medio ambiente. Así, se prohíbe la
reutilización de aguas para el consumo humano –salvo declaración de catástrofe
en las que la autoridad sanitaria especificará los niveles de calidad exigidos a
dichas aguas y los usos–; para los usos propios de la industria alimentaria; para
uso en instalaciones hospitalarias y otros usos similares; para el cultivo de
moluscos filtradores en acuicultura; para el uso recreativo como agua de baño;
para el uso en torres de refrigeración y condensadores evaporativos; para el uso
en fuentes y láminas ornamentales en espacios públicos o interiores de edificios
públicos, y para cualquier otro uso que la autoridad sanitaria considere riesgo para
la salud de las personas o un perjuicio para el medio ambiente, cualquiera que sea
el momento en el que se aprecie dicho riesgo o perjuicio
TRATAMIENTOS DE REGERACIÓN
TRATAMIENTO DE REGERACIÓN CON ELIMINACIÓN DE SALES

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