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UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLAS DE HIDALGO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

SOCIOLOGÍA JURÍDICA

Actividad 6.1 resumen

Profesor

Elsa Clarisa Arroyo Barbosa

Alumno

Emiliano Joel Chávez Abonce

Sección 02, Modalidad en Línea.

10 de Enero del 2022, Morelia, Mich


LAS TECNOLOGÍAS DE LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La Cuarta Revolución Industrial está desafiando a los viejos modelos de negocios


y presentando opciones estratégicas que mejoran la eficiencia de las empresas,
sin importar su tamaño o tipo de industria.
Los cambios tecnológicos son procesos permanentes pero con intensidad variable
en la historia. Se destacan períodos donde dichos cambios han alcanzado
dimensiones mayores en profundidad y extensión, los que se han denominado
revoluciones industriales, las cuales han tenido impactos en el conjunto de la
sociedad no limitados a la industria o los procesos productivos. Se reconocen
cuatro momentos de cambios tecnológicos significativos en el mundo moderno: la
primera revolución industrial, iniciada en la segunda mitad del siglo XVIII, con la
introducción de sistemas de producción mecánicos con tracción hidráulica y de
vapor, llevando a la conformación de sociedades cada vez más urbanas. La
segunda revolución, surgida a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX se
caracteriza por varias modificaciones en los sistemas de producción entre los que
se encuentran la producción en serie y el uso de sistemas eléctricos, además de
avances en la industria química, eléctrica y automotriz. Esta propició sociedades
mecanizadas cada vez más dependientes de la electricidad y las
telecomunicaciones.
La Cuarta Revolución Industrial genera un mundo en el que los sistemas de
fabricación virtuales y físicos cooperan entre sí de una manera flexible a nivel
global. Sin embargo, no consiste solo en sistemas inteligentes y conectados. Su
alcance es más amplio y va desde la secuenciación genética hasta la
nanotecnología, y de las energías renovables a la computación cuántica. Es la
fusión de estas tecnologías y su interacción a través de los dominios físicos,
digitales y biológicos lo que hace que la Cuarta Revolución Industrial sea diferente
a las anteriores.
Cómo surge la cuarta revolución industrial
Para abordar cómo hemos llegado a la Cuarta Revolución Industrial es
conveniente echar la vista atrás y repasar las tres revoluciones industriales
previas, y como cada una de ellas cambió la forma de ser y estar en el mundo en
su época. A continuación, las resumimos:
Primera Revolución Industrial. Llega casi a finales del siglo XVIII, en 1784, con la
aplicación del vapor a la producción mecánica. La aparición del primer telar
mecánico es uno de sus hitos.
Segunda Revolución Industrial. En 1870 se introduce la producción masiva basada
en la electricidad. Se inventa la cadena de montaje y el sector industrial vive una
extraordinaria aceleración.
Tercera Revolución Industrial. En 1969, de la mano de la informática, comienzan a
programarse las máquinas, lo que desemboca en una progresiva automatización.
En torno a 2014, la industria experimenta otro giro de 180º: surgen las fábricas
inteligentes y la gestión online de la producción. Regresando a Schwab, en su libro
La Cuarta Revolución Industrial el economista alemán traducía a palabras lo que
se avecinaba: "Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará la
forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En una escala de alcance y
complejidad la transformación será diferente a cualquier cosa que el género
humano haya experimentado antes". Y efectivamente lo está siendo por tres
motivos que ponen de acuerdo a los expertos: su velocidad, su alcance y su
impacto sin precedentes.
Desde la tercera revolución industrial, los cambios tecnológicos han avanzado a
una velocidad exponencial. Cada día encontramos nuevas ideas que buscan
mejorar un proceso productivo, generar una nueva atención médica o un método
para automatizar una actividad. Estos modifican las formas de producción y el
trabajo pero también producen importantes cambios en los estilos de vida y las
formas de relación de la población, modificando los sentidos de espacio y tiempo
en que las personas y comunidades se desenvuelven, los modelos de
comunicación e interacción, la definición de lo que las personas anhelan y que
consideran menos relevante o rechazan, la relación con el medioambiente, la
política y las formas de gobernar, la manera en que ejercemos nuestra ciudadanía
y otros. Estos avances tecnológicos no solo impactan nuestro presente, sino que
es previsible que desencadenen sus mayores efectos en el futuro con cambios
sucesivos.
Las tecnologías de la cuarta revolución son una gran oportunidad para expandir el
bienestar si se aprovechan para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS). Por ejemplo, en el área de salud generando mejores medicamentos o
nuevas posibilidades de prevención y cuidado de ciertas enfermedades, mejorar la
educación y disminuir brechas de acceso al conocimiento o mejoras en el medio
ambiente y en la calidad de la producción de bienes a través del uso de la
tecnología verde. Asimismo, facilitan la gestión de las políticas públicas a través
del uso de más información de manera más eficiente y oportuna.
Una de las preocupaciones más frecuentes alude al mercado del trabajo y los
cambios experimentados y potenciales que estas nuevas tecnologías traen. La
automatización de procesos, la robótica y la inteligencia artificial tienen el potencial
de afectar algunos sectores productivos, con la preocupación de lo que ocurrirá
con los y las trabajadores de tareas rutinarias en sectores que se verán más
afectados por estos cambios, generando desempleo y/o precarización laboral.
Asimismo, cabe cuestionarse sobre los cambios necesarios en las políticas de
capacitación, reconversión e inserción sociolaboral y los sistemas de protección
social ante este nuevo escenario.
La ecoeficiencia es el resultado de tecnologías 4RI que, aplicadas a la resolución
de problemas de negocios, impulsan al mismo tiempo la productividad y la
sostenibilidad. Esta acepción de la eficiencia consta de tres dimensiones. En
primer término, involucra tecnología digital que permite tomar acciones informadas
y basadas en datos relativas a la producción y la cadena de valor. Segundo,
evidencia mejoras ostensibles en todos los indicadores de desempeño, incluidos
costo, agilidad, conveniencia y calidad. Por último, genera ganancias de
sostenibilidad al reducir el consumo, el desperdicio y las emisiones.
Para poder alcanzarla, las organizaciones deben comprender primero el potencial
de impacto asociado con la ecoeficiencia. Si las compañías no la están buscando,
y menos aún midiendo, es probable que no logren distinguir las oportunidades
ocultas en medio de sus transformaciones 4RI. Las oportunidades están allí: los
datos recolectados desde el inicio de este proyecto revelan que más de tres
quintos de los faros mencionan el impacto en la sostenibilidad entre los logros de
sus transformaciones.
Es difícil imaginar cómo abordar un “código rojo para la humanidad” a menos que
las compañías incorporen ya mismo a la sostenibilidad a sus agendas. Además, la
experiencia de los faros evidencia las sinergias que surgen entre las iniciativas de
tecnología, productividad y sostenibilidad en las diferentes industrias, así como la
manera en que otras organizaciones pueden acelerar sus esfuerzos de
digitalización.
Lanzada en 2018, la Red Global de Faros es una iniciativa del Foro Económico
Mundial en colaboración con McKinsey & Company. Las compañías pioneras que
forman parte de esta red continúan demostrando el potencial real de las
tecnologías 4RI para transformar la propia esencia de la fabricación.
Recientemente se ha reconocido al 90mo. faro, lo que implica un aumento de más
de cinco veces en el número de empresas desde el lanzamiento de la red.
El poder de la red ha crecido gracias a miles de horas de visitas a las plantas,
tanto presenciales como virtuales. Las visitas a plantas revelan el “enigma” detrás
de cada uno de los 450 casos de uso avanzados compartidos hasta la fecha.
Demostraciones detalladas de facilitadores estratégicos y comentarios recogidos
en el piso de trabajo han ofrecido una perspectiva completa de estas
transformaciones digitales. A nivel de planta y a lo largo de las cadenas de valor,
los faros demuestran todo lo que se puede lograr cuando las compañías combinan
una visión audaz, liderazgo imaginativo y métodos de trabajo ágiles para
maximizar el poder de las nuevas tecnologías digitales.
La nanotecnología hace referencia a la manipulación de la materia a nivel de
átomos o moléculas y tiene un alto impacto en las industrias energética, de agua,
química, medicina y farmacéutica. El riesgo o preocupación surge en relación con
los límites de los efectos en el ambiente y la toxicidad de sus residuos.
La inteligencia artificial y la robótica muestran importantes avances ligados a la
neurotecnología. Esta línea de investigación conocida también como tecnologías
inteligentes permitirá, entre otras cosas, responder y adaptarse a los cambios
medioambientales. Una característica es la posibilidad de analizar problemas de
manera virtual, lo que permite avanzar en soluciones vía modelos
computacionales, sin afectar directamente la realidad concreta.
Las herramientas digitales brindan nuevas oportunidades para las política pública,
en general, y las políticas sociales, en particular. Como se vio en el apartado
anterior, la tecnología digital cruza otras tecnologías y algunos elementos están
generando los principales cambios, como Internet, el Internet de las cosas, la
variedad de dispositivos de conexión, la inteligencia artificial y el Big Data o
grandes datos. El uso generalizado de Internet permite que las nociones de tiempo
y espacio tomen otra perspectiva, a lo que se suman los avances en realidad
ampliados y virtuales. Los datos, que están en la base de esta transformación
ofrecen nuevas oportunidades para la gestión de políticas, siempre y cuando se
generen políticas públicas centradas en la población y con un foco inclusivo.
La revolución digital transforma los modelos de negocios y abre una puerta para la
modificación de la entrega de servicios y bienes públicos. Los cambios
experimentados modifican la forma en que la población consume y socializa,
afectándose así su bienestar. Cabe preguntarse que ocurrirá con el trabajo, la
educación, la salud, los sistemas de protección social o la población rural, entre
otros temas. Frente a estos cambios disruptivos solo tenemos certeza de que
seguirán generándose nuevas tecnologías, pero no sobre sus impactos. Muchas
de las políticas en la actualidad están construidas bajo una base de productos,
servicios y relaciones sociales en el mundo físico, lo que requiere ser analizado en
base a estas nuevas demandas. Las características de la transformación digital
son claves para el desarrollo de políticas y programas que permitan aprovechar de
mejor forma las oportunidades que brinda este cambio y reducir sus impactos
negativos. La política pública debe ser capaz de responder a una velocidad a la
que no está acostumbrada y para ello requiere conocer cuáles son las
características de esta transformación y cómo ajustarse a ella, contar con
herramientas que permitan comprender el fenómeno y así prepararse para los
futuros cambios que se puedan generar. En el cuadro 3 se presentan elementos
que, de acuerdo a la OCDE (2019a), la política pública debe tener en cuenta para
aprovechar las oportunidades de los vectores de la transformación digital.
El desarrollo digital puede alterar las fuerzas que están detrás de la inclusión
social y laboral, afectando las dinámicas de la movilidad social. La inclusión, como
una forma de estar o de ser parte de una sociedad se verá afectada por el proceso
de digitalización y la capacidad de respuesta de los individuos, la sociedad, los
mercados y los Estados. Se encontrarán en una mejor posición quienes puedan
acceder a diferentes tecnologías digitales y aprovechar su uso, tanto para mejorar
su bienestar individual como para usarlas en los ámbitos económico, cultural o
social. En el lado opuesto, es previsible que se encuentren excluidas las personas
que no tengan acceso a estas nuevas tecnologías.
CONCLUSIONES

Las previsiones de los expertos apuntan a que la cuarta revolución podría hacer
desaparecer cinco millones de puestos de trabajo en los 15 países más
industrializados del mundo; empleos que serían sustituidos, a priori, por otros que
aún no existen.
La cuestión de la cuarta revolución industrial es la adecuada modificación del
sistema actual, en la que el negocio se está manteniendo y tratar de hacerlo lo
más accesible al segmento de mercado del que depende la empresa.
La revolución trae consigo una tendencia de transformación de la manufactura a la
automatización y corre por cuenta de sistemas ciberfísicos. Estos hechos han sido
posibles gracias al internet y al cloud computing o computación en la nube.
Uno de los retos de esta cuarta revolución industrial es mantenerse actualizado,
personalizar y que los productos ofrecidos sean de la de mayor calidad posible. En
el caso de las pyme, es muy importante mantenerse a la vanguardia con estas
tecnologías, ya que todos los días cambian. Se debe tratar de implementar el Big
Data, la computación en la red y el internet de las cosas.
Más importante aún es tener en cuenta que la manufactura va a ser más exigente
en esta época de cambios, donde las grandes empresas obtendrán impresoras 3D
y robots para la realización de sus producciones a gran escala.
Para los pequeños empresarios la opción más acertada es utilizar sistemas de
comercialización directa a los dispositivos móviles y esta sería el ancla en la que
se fundamentaría el negocio. Tiene que ser diverso, flexible, cambiante y
accesible para una generación inmersa en el mundo digital y sus facilidades.

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