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El mercantilismo es un sistema político y económico basado en la idea de que los países son más
ricos y prósperos mientras más metales preciosos puedan acumular.
El mercantilismo y sus ideas se desarrollaron en Europa entre los siglos XVI y XVII y la primera
mitad del siglo XVIII. Uno de sus pilares fundamentales fue la creencia de que los países que
querían mantener una posición relevante en el contexto internacional y desarrollar su poder,
debían acumular riqueza (principalmente en la forma de oro y otros metales preciosos).
Influenciado por el colonialismo y la gran cantidad de metales preciosos, materias primas y mano
de obra barata que los países invasores pudieron obtener de ellas, el mercantilismo reforzó la idea
de la acumulación de riqueza como reflejo de poder.
El Estado tiene el rol de utilizar e imponer todos los mecanismos que sean necesarios para lograr
el objetivo de acumulación de riqueza (controles, restricciones, subsidios, etc.) Su intervención
tendrá un carácter proteccionista, incentivando la producción local al mismo tiempo que la
protege de la competencia de productores extranjeros.
El comercio a nivel global es inalterable. Para que el comercio ayude a la acumulación de riqueza
se deben controlar los flujos de entrada y salida de modo de mantener una balanza de pagos
positiva (exportaciones superan a las importaciones)
Algunas de las medidas más importantes que se aplicaron para lograr el objetivo del mercantilismo
fueron:
Entre los principales autores mercantilistas, conviene resaltar a Thomas Mun; Jean Baptiste
Colbert (Colbertismo); Antonio Serra; Jean Bodin.
La fisiocracia, como se denomina a esta corriente, fue una escuela de pensamiento económico
fundada en el siglo XVIII por el economista francés François Quesnay. Esta corriente nace y se
desarrolla exclusivamente en Francia, como respuesta al mercantilismo y su ideología.
La fisiocracia, nacida en el 1750, fue una corriente de pensamiento económico, la cual basaba su
ideología principal en la escasa intervención del Estado en la economía. Los fisiócratas, en
contraposición del mercantilismo y su fuerte apuesta por la intervención del Estado en la
economía, apoyaban una corriente más libre.
Una corriente basada en que la economía poseía un fenómeno natural, el cual da origen a parte
del término “fisiócrata» (“physis”, naturaleza en griego), que regulaba el mercado por sí solo.
Quesnay, así como Turgot, formaron lo que sería una de las primeras escuelas en contra de la
intervención del Estado. Por otro lado, dando origen, posteriormente, al liberalismo económico, al
influir en la vida de Adam Smith.
La propiedad privada. Para los fisiócratas, la propiedad privada era un derecho fundamental. Pues
aspiraban a la garantía total del derecho a que el hombre pudiese poseer lo obtenido con su
propio trabajo. Solamente garantizando la propiedad privada podría existir el progreso económico.
De esta forma, la garantía de la retroalimentación entre trabajo y propiedades garantizaba el
esfuerzo de los individuos y los intereses de seguir progresando. Además, en base a la desigualdad
y la concentración de riqueza, los fisiócratas consideraban la desigualdad como un factor
determinante para el crecimiento. Su punto de vista acerca de la economía proponía que la
igualdad absoluta impedía la generación de riqueza, consideraban.
A la propiedad privada la sigue el cuestionamiento del sistema mercantilista y la defensa que hace
este del comercio exterior como fuente de riqueza. Los fisiócratas consideraban el comercio
exterior como un trueque, el cual era una fuente de riqueza “estéril”. Con esto no es que los
fisiócratas rechazasen el comercio, pues consideraban que toda la actividad económica era
relevante. Los fisiócratas que el comercio no era la principal fuente de riqueza, así como un error
el principio mercantilista de acumular oro y plata como riqueza. Para los fisiócratas, el comercio
debía ser libre y servir como método para obtener recursos que no pueden obtenerse en el país,
pero no como motor de crecimiento y desarrollo. Además, consideraba el comercio como una
amenaza para el bienestar al ser el posible causante de las guerras al enriquecerse unas de otras.
También se encuentra entre los principios, aún habiendo sido mencionado superficialmente en la
creencia de la ley natural, el liberalismo económico, o lo que los fisiócratas hacían referencia en la
expresión “Laissez faire”. Para los fisiócratas, el liberalismo económico era irrenunciable para el
cumplimiento del orden natural. Estos consideraban que la excesiva regulación del Estado, las
prohibiciones, los controles y límites de la producción, así como cualquier intervención del Estado,
impedía el buen funcionamiento de la economía. Incluso, toda intervención para corregir la
desigualdad de un país, en consonancia con la idea de la acumulación de riqueza, en la mente de
los fisiócratas no estaba justificada. Es por ello que uno de sus principios más básicos es el
liberalismo económico, rechazando así cualquier intervención que impida el desarrollo económico
que contempla el orden natural.
Por último, se encuentra lo que los fisiócratas denominaban como impuesto único. Para los
fisiócratas, la mejor manera de gravar con impuestos a una economía era la de gravar con un
impuesto único directo al producto neto. Para los fisiócratas, aplicar impuestos a otras actividades
económicas que no fuese la producción neta, exenta de relación con costes de producción,
acabaría perjudicando a la economía, ya que trasladaría estos impuestos vía costes hasta el
producto neto. Una teoría que también defendía el filósofo John Locke, considerado como el
padre del liberalismo clásico.
La economía clásica es una escuela de pensamiento económico que se basa en la idea de que el
libre mercado es la forma natural del funcionamiento de la economía y que esta produce progreso
y prosperidad.
La economía clásica reorientó el pensamiento económico alejándose del enfoque que se basaba
en las preferencias de los gobernantes o las clases sociales. Los clásicos enfatizaron los beneficios
del libre comercio y desarrollaron un análisis organizado del valor de los bienes y servicios como
reflejo de su costo de producción.
El inicio de este pensamiento económico se suele fijar en el año 1776, cuando se publicó la obra
de Adam Smith “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”.
Su desarrollo posterior se vio marcado por una época en donde el capitalismo era el sistema
económico dominante y la revolución industrial generaba importantes cambios socio-económicos.
Ver orígenes de la economía.
Algunos de los economistas que se asocian a la economía clásica son: Adam Smith, Jean Baptiste-
Say, David Ricardo, Francois Quesnay, Thomas Malthus, Frederic Bastiat y John Stuart Mill.
El libre mercado dará como resultado una asignación óptima de los recursos.
Los precios se ajustan de manera natural al alza o a la baja (incluyendo los salarios) para que los
mercados logren su equilibrio.
El mercado del trabajo se encuentra en pleno empleo. Si se observa desempleo este será de
carácter friccional o voluntario.
La producción total está determinada por el pleno empleo de los recursos. De esta forma, la oferta
está dada y los cambios en la demanda sólo generan cambios de precios.
El valor de un bien está determinado por la cantidad de trabajo que se utiliza en producirlo.
La producción ofrecida por las empresas viene determinada por el nivel de pleno empleo (a través
de la función de producción). Por tanto, la oferta domina sobre la demanda. La curva de oferta es
vertical y es la que determina el nivel de producción y por lo tanto de equilibrio; variaciones en la
demanda tan sólo producen variaciones en los precios.
Fue desplazado en gran parte por escuelas marginalistas de pensamiento (tal como la escuela
austriaca), que desde su perspectiva el valor deriva de la utilidad marginal que los consumidores
encuentran en un bien antes que en el costo de los insumos que componen el producto.
Atendiendo a su surgimiento con las hipótesis planteadas por Karl Marx y Friedrich Engels, entre
otros, el socialismo científico se erige como el tipo de socialismo que entienda la lucha de clases
como elemento necesario para una sociedad igualitaria y justa.
Marx y Engels definieron que el camino del socialismo debía ser la eliminación de las clases en una
sociedad. Afirmaban que la historia de la humanidad así lo demostraba y conformaron con sus
ideas y publicaciones el grueso del pensamiento socialista. Nacía el socialismo científico, reglado
formal, académica y científicamente.
En otras palabras, el socialismo científico es entendido como el socialismo más aplicable a los
distintos contextos sociales y políticos por su citada formalización. Es decir, se basa en
comportamientos de los pueblos y estudia el efecto de fenómenos como la globalización, la
industrialización o el capitalismo.
Las características más importantes del socialismo científico se resumen tal que así:
No existirá plusvalía del empresario y, por tanto, cada trabajador será remunerado según su
creación de valor, pero siempre bajo unos estándares de igualdad.