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Fundamentos filosóficos:

John Dewey fue uno de los mayores representantes de la psicología experimental


en la pedagogía. Realizó de una propuesta pedagógica que tuvo una gran trascendencia,
dicha pedagogía se sustentaba en tres pilares que van a estar presentes durante toda su
trayectoria: filosofía, política y educación. Ese cruce indisociable de lo filosófico, lo
educativo y lo político es precisamente lo que constituye el rasgo más característico de
la obra de Dewey.
El principal concepto relacionado con la teoría del conocimiento de Dewey, y tal
vez el más importante de todo su sistema filosófico, es el de experiencia. La
experiencia, en efecto, es para Dewey un asunto referido al intercambio de un ser vivo
con su medio ambiente físico y social, y no meramente un asunto de conocimiento.
También implica una integración de acciones y afecciones, y no se refiere, por tanto, a
algo simplemente subjetivo. Además, la experiencia supone un esfuerzo por cambiar lo
dado y en este sentido posee una dimensión proyectiva, superando el presente
inmediato, está basada en conexiones y continuidades, e implica de manera permanente
procesos de reflexión e inferencia. Experiencia y Pensamiento no son términos
antitéticos, pues ambos se reclaman mutuamente.
Dewey estaba convencido de que muchos problemas de la práctica educativa de
su época se debían a que estaban fundamentados en una epistemología dualista errónea,
por lo que se propuso elaborar una pedagogía basada en su propio funcionalismo e
instrumentalismo. Tras dedicar mucho tiempo a observar el crecimiento de sus propios
hijos, Dewey estaba convencido de que no había ninguna diferencia en la dinámica de la
experiencia de niños y adultos ya que unos y otros son seres activos que aprenden
mediante su enfrentamiento con situaciones problemáticas que surgen en el curso de las
actividades que han merecido su interés. El pensamiento constituye un instrumento
destinado a resolver los problemas de la experiencia y el conocimiento es la
acumulación de sabiduría que genera la resolución de esos problemas.
Dewey se adhirió a una corriente llamada pragmatismo, la base para la
elaboración de una filosofía general del conocimiento a la que se dio el nombre de
“instrumentalismo”, ya que ponían en evidencia el valor instrumental del pensamiento
para resolver situaciones problemáticas reales. Esta teoría general es una de las bases de
su propuesta pedagógica.
En la pedagogía de Dewey es importante subrayar los rasgos de continuidad e
interacción, que dan sentido al concepto de experiencia. La experiencia y el
pensamiento son, en cierto modo, la misma cosa. La experiencia implica un cierto grado
de reflexividad y supone cinco estadios:
1- Perplejidad
2- Anticipación por conjetura
3- Revisión cuidadosa
4- Elaboración consiguiente de la hipótesis
5- Plan de acción

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