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Análisis de Caso ° 1

Caso: La industria farmacéutica

Históricamente, la industria farmacéutica ha sido rentable. Entre 2002 y 2006, la tasa de rendimiento
promedio sobre el capital invertido (ROIC) de las empresas en la industria era de 16.45%. Dicho de otro
modo, por cada dólar de capital invertido en la industria, la empresa farmacéutica generaba 16.45
centavos de ganancia. Este porcentaje contrasta con el rendimiento promedio sobre el capital invertido
de 12.76% de las empresas que operan en la industria de las herramientas de computación, 8.54% de las
de víveres y 3.88% de las de la industria electrónica. Sin embargo, el nivel de rentabilidad promedio de la
industria farmacéutica ha disminuido en años recientes. En 2002, su ROIC era de 21.6%; en 2006 había
caído a 14.5%.

La rentabilidad de la industria farmacéutica se comprende mejor si se analizan varios aspectos de su


estructura económica implícita. Primero, la demanda de medicamentos había sido intensa y había
aumentado durante décadas. Entre 1990 y 2003, junto al auge del crecimiento económico, ocurrió un
aumento anual de 12.5% en los gastos en medicamentos recetados en Estados Unidos (ECONOMICOS).
Este crecimiento fue impulsado por condiciones demográficas favorables (SOCIALES). A medida que la
población envejece, tiende a requerir más medicinas recetadas, y la edad de la población en casi todos
los países más avanzados ha aumentado (SOCIALES)., pues es la generación que nació después de la
Segunda Guerra Mundial.

Cuando se mira hacia el futuro, las proyecciones sugieren que el gasto en medicamentos recetados
aumentará entre 10 y 11% anual hasta 2013. (ECONOMICOS).

Segundo, los nuevos medicamentos recetados exitosos son muy rentables. Lipitor, el medicamento que
vende Pfizer para reducir el colesterol fue introducido en 1997 y en 2005 había generado la
sorprendente cantidad de 12 200 millones de dólares en ventas anuales para Pfizer. Los costos de
fabricación, empaque y distribución de Lipitor equivalían a sólo 10% de los ingresos. El laboratorio gastó
cerca de 500 millones de dólares en la promoción del producto y una cantidad equivalente para
mantener su fuerza de ventas. De acuerdo con estas cifras, la utilidad neta que obtenía Pfizer era de
alrededor de 10 000 millones de dólares. Como el medicamento está protegido de la competencia
directa con una patente (LEGALES) de 20 años, Pfizer tiene un monopolio temporal y puede cobrar un
precio alto. Una vez que caduque la patente, lo cual está programado que ocurra en 2010, otras
empresas podrán producir versiones genéricas de Lipitor y el precio disminuirá 80% en un año.

Las empresas competidoras pueden producir medicamentos similares (pero no idénticos) a uno
protegido por una patente. Las empresas patentan una molécula específica y la competencia puede
patentar moléculas similares, pero no idénticas, con un efecto farmacológico semejante. Por lo tanto,
Lipitor tiene competidores en el mercado de medicamentos para reducir el colesterol como Zocor, que
vende Merck, y Crestor, de AstraZeneca; pero éstos también están protegidos por una patente. Además,
los costos y riesgos altos asociados con desarrollar un medicamento nuevo y llevarlo al mercado limitan
a los nuevos competidores. De cada 5.000 compuestos que una empresa somete a pruebas en el
laboratorio, únicamente cinco pasan a ensayos clínicos y sólo uno de ellos llega al mercado
(TECNOLÓGICOS). En promedio, los cálculos sugieren que cuesta 800 millones de dólares y se requiere
de 10 a 15 años para llevar un nuevo medicamento al mercado. Una vez en éste, sólo tres de cada diez
medicamentos recuperan sus costos de investigación, desarrollo y comercialización, y generan
ganancias. Por lo tanto, la alta rentabilidad de la industria farmacéutica depende de unos cuantos
medicamentos exitosos. En Pfizer, la empresa farmacéutica más grande del mundo, 55% de sus ingresos
fueron generados por sólo ocho medicamentos. Para producir un medicamento exitoso, las compañías
deben gastar mucho dinero en investigación, pero un porcentaje muy grande de ellas no consigue
generar un producto.

Sólo las empresas muy grandes pueden respaldar los costos y los riesgos de hacerlo, y es muy difícil que
compañías nuevas entren en la industria. Por ejemplo, Pfizer gastó alrededor de 7 440 millones en
investigación y desarrollo sólo en 2005, lo cual equivale a 14.5% de sus ingresos totales. Como prueba de
cuán difícil es entrar en la industria, aunque se han fundado muchas empresas durante los últimos veinte
años con el propósito de desarrollar medicamentos nuevos, sólo dos de ellas, Amgen y Genetech, fueron
clasificadas entre las 20 más importantes de la industria en términos de ventas en 2005. Casi ninguna
consiguió introducir un producto en el mercado.

Además de los gastos en investigación y desarrollo, las empresas bien establecidas en la industria
farmacéutica gastan mucho dinero en publicidad y promoción de ventas. Si bien los 500 millones de
dólares que invierte Pfizer cada año en la promoción de Lipitor representan relativamente poco
comparados con los ingresos que generó el medicamento, es una suma muy importante para que la
iguale un competidor nuevo, lo cual dificulta su entrada en el mercado, a menos que tenga un producto
mucho mejor.

Existen algunas grandes oportunidades en el horizonte para las empresas de la industria . Nuevos
descubrimientos científicos en genómica prometen que en la década siguiente las compañías
farmacéuticas introducirán en el mercado medicamentos para algunas de las enfermedades más difíciles
de tratar, como Alzheimer, Parkinson, cáncer, trastornos cardiacos y SIDA (TECNOLÓGICOS).

No obstante, existen algunas amenazas para el dominio y la rentabilidad a largo plazo de los gigantes de
la industria como Pfizer. Primero, a medida que aumenta el gasto en la atención de la salud , los políticos
tratan de encontrar modos de limitar esos costos, y una posibilidad es alguna forma de control de
precios de los medicamentos recetados (POLÍTICOS). En casi todos los países desarrollados ya se aplica
un control de precios, y aunque eso todavía no ocurre en Estados Unidos, es una posibilidad.

Segundo, entre 2006 y 2009, 12 de los 35 medicamentos de mayor venta en la industria perderán la
protección de su patente. Según una estimación, alrededor de 28% de las ventas mundiales de la
industria, que suman 307 mil millones de dólares, enfrentarán el reto de los genéricos sólo en Estados
Unidos, debido a los medicamentos cuya patente expira entre 2006 y 2012. Para muchos observadores
de la industria no está claro si las empresas establecidas tienen suficientes proyectos de medicamentos
nuevos en proceso para reemplazar los ingresos de los que tienen patentes vencidas. Además, las
empresas de medicamentos genéricos han desafiado con energía las patentes de las compañías de
medicamentos patentados al establecer el precio de sus productos. Como resultado, ha aumentado su
participación en las ventas de la industria. En 2005 representaron más de la mitad de todos los
medicamentos (Legal y social) recetados por volumen en Estados Unidos, cuando en 1990 representaban
sólo una tercera parte. Tercero, la industria ha estado sometida a un renovado escrutinio después de
que algunos estudios demostraran que ciertos medicamentos recetados aprobados por la FDA,
conocidos como inhibidores COX-2, estaban asociados con un mayor riesgo de padecer ataques
cardiacos. Dos de éstos, Vioxx y Bextra, fueron retirados del mercado en 2004.

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En 2016, la fundación sin fines de lucro Changing Markets publicó el informe "Impacts of Pharmaceutical
Pollution on Communities and Environment in India", en beneficio de Nordea Asset Management, una
importante empresa de inversión localizada en Suecia.

Según este informe, el grave problema de la contaminación del agua (AMBIENTALES) en la India podría
originarse, en gran medida, en la industria de los medicamentos genéricos. Entre 2010 y 2015, en India,
el número de vías fluviales contaminadas aumentó más del doble, y en 2015, más de la mitad de los ríos
de la nación estaban contaminados.

Esto es de especial relevancia considerando que el bajo costo de fabricación de la India atrajo a un sin
número de empresas farmacéuticas para establecer allí sus plantas, por lo que se congregaron en la
ciudad de Hyderabad, y a lo largo de la costa de Andhra Pradesh, en “el contexto de la subcontratación
de la producción en mercados emergentes, donde la mano de obra es económica, la fuerza de trabajo es
calificada y las normas ambientales son laxas, se ha convertido en una práctica común entre las
empresas farmacéuticas, de las cuales muchas se encuentran localizadas en los Estados Unidos y
Europa", señala el informe.

Con base en las visitas al área, entrevistas con expertos locales y análisis de investigaciones publicadas y
artículos de los medios, el informe concluye que las empresas farmacéuticas en Hyderabad continúan
"descargando aguas residuales sin tratamiento o inadecuadamente tratadas en el medio ambiente, y que
las autoridades locales y nacionales no han logrado mantener la situación bajo control".

De hecho, en los dos años transcurridos desde la publicación del primer informe, la situación en
Hyderabad se ha deteriorado aún más. Lo que es peor, los planes para expandir la producción de
medicamentos en la ciudad, combinados con la falta de regulaciones para controlar las emisiones de
desechos tóxicos, han creado un "futuro sombrío" para los residentes locales del área, advierte el
informe.

Además de la liberación de estas aguas residuales sin tratar, las investigaciones de los medios locales han
descubierto prácticas ilegales de vertido de residuos tóxicos, a través de las cuales las empresas
farmacéuticas desechan residuos peligrosos de forma furtiva durante la noche, con la ayuda de vehículos
camuflados.

La muerte masiva de peces también ha llegado a los titulares, y se descubrió que los peces muertos
contenían solventes tóxicos utilizados durante el proceso de fabricación de los medicamentos.

La contaminación por antibióticos no solo es un problema en la India, sino también en China, Pakistán,
Corea, Dinamarca, Noruega y Croacia, y promueve el desarrollo de patógenos resistentes a los
medicamentos.

Pero hasta el momento, tanto los reguladores como la industria, prácticamente, no han tomado ninguna
acción. Dada la falta de transparencia dentro de la industria y el lento progreso que los gigantes
farmacéuticos globales han tenido hasta el momento, es de suma importancia que los reguladores
introduzcan criterios medioambientales que eviten esas malas prácticas, tanto a nivel nacional como
internacional.

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