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El manejo de los límites

es una de las competencias más


importantes para cualquier
padre.

¿Quieres averiguar qué tan bien los estableces en tu


hogar? Responde el siguiente test...
Recomendaciones:
Sé honesto(a) en tus respuestas, lee cuidadosamente cada una. Este es
un PDF interactivo, es decir, lo puedes contestar directamente en tu
dispositivo.

Es una buena idea llenar este cuestionario por cada uno de tus hijos
para observar el manejo de límites que tienes con ellos; es muy posible
que tu resultado sea distinto con cada uno.

Procura realizarlo en un momento de tranquilidad, sin enganches por


alguna situación reciente con tu hijo(a).

Califica del 1 al 5 cada respuesta (preguntas de la 1 a la 4).

1 No, nunca
2 Muy poco
3 Algunas veces
4 Casi siempre
5 Sí, muchísimo / Totalmente

1
TEST:
1. ¿Consideras que los límites que estableces con tus hijos funcionan?

1 2 3 4 5

2. ¿Marcas los límites de manera distinta en cada caso?

1 2 3 4 5

3. ¿Eres congruente con los límites que estableces?

1 2 3 4 5

4. Cuando tu hijo rompe una regla,


¿actúas sin lastimarlo física o emocionalmente?

1 2 3 4 5

5. ¿Para qué marcas límites y estableces reglas en casa?


Elige solo dos de las siguientes opciones:

a) Quiero que mis hijos se sientan seguros.

b) Mis hijos tienen que estar bajo mi control.

c) Es importante que sepan cómo convivir con los demás.

d) Deben aprender a manejar la frustración.

2
¡Excelente!
Ahora que lo has respondido, compartimos contigo esta información sobre
cada una de las preguntas. Te ayudará a comprender tus respuestas y a
calcular tu puntaje.

1.- ¿Consideras que los límites que estableces con tus hijos funcionan?
La respuesta a esta pregunta es de apreciación subjetiva y personal. Siem-
pre y cuando seas honesto(a), será la correcta.

2.- ¿Marcas los límites de manera distinta en cada caso?


Escuchamos a muchos padres decir: “Yo soy igual con todos mis hijos”. En el
manejo de límites y reglas... ¡Esto es un error! Niños de distintas edades
necesitan límites distintos; además, cada uno tiene un temperamento y un
estilo diferente. No es lo mismo marcar un límite con un niño fuerza (volun-
tarioso y dominante) que con un niño seguridad (sensible y cauteloso).

3.- ¿Eres congruente con los límites que estableces?


Si tú sueles decir groserías, no esperes que tus hijos no lo hagan. Si fumas,
tampoco. La paternidad es un acto de liderazgo. Como dice el refrán: “La
manzana no cae lejos del árbol”.

4.- Cuando tu hijo rompe una regla, ¿actúas sin lastimarlo física o
emocionalmente?
Si bien lastimar “funciona” en el momento, el costo de hacerlo es muy alto.
Educar sin lastimar requiere preparación porque tendemos a proyectar
aquello que no hemos procesado. Si tú estás cargando heridas sin sanar, es
posible que las repliques con tus hijos.

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5.- ¿Para qué marcas límites y estableces reglas en casa? Elige solo
dos de estas respuestas:

“Quiero que mis hijos se sientan seguros”

Esta es la razón más importante para marcar límites. Debido a que los niños
no pueden protegerse a sí mismos (no saben cómo), nosotros debemos
hacerlo por ellos y ayudarles a ir tomando consciencia de cómo hacerlo por
sí mismos a medida que crecen.

Si marcaste este punto en el test suma uno (+1) a tu total.

“Mis hijos tienen que estar bajo mi control”

Los límites no existen para controlar el comportamiento de tus hijos, la


necesidad de controlar proviene del miedo. Muchos padres operan desde la
idea de que al niño hay que controlarlo; hay mucha desconfianza en esta
forma de ser. La crianza desde la desconfianza y el miedo funciona, pero
tiene consecuencias.

Si marcaste este punto en el test no sumes nada.

“Es importante que sepan cómo convivir con los demás”

Esta es una razón muy válida para marcar límites con los niños. Como el niño
pequeño vive “egocentrado” (que quiere decir: yo soy el centro de mi expe-
riencia), no toma en cuenta las necesidades de los demás, solo las suyas. Es
toda una ciencia y un arte el ayudar a nuestros hijos a poco a poco aprender
a reconocer y tomar en cuenta las NECESIDADES de otros (0 a 7 años), a
COMPARTIR (8 a 14 años) y eventualmente a SERVIR (15 a 21 años de edad).
Es un proceso gradual que muchos padres violentan al pretender que sus
hijos lo hagan antes de tiempo.

Si marcaste este punto en el test, suma uno (+1) a tu total.

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“Deben aprender a manejar la frustración”

Si bien esto es muy importante para el desarrollo sano de nuestros hijos, no


se marcan límites para enseñarles cómo frustrarse bien. La frustración es
parte del proceso, pero no es una razón para hacerlo.

Si marcaste este punto en el test, no sumes nada.

Consideración importante:

Muchos padres manejan los límites de manera diferente con cada hijo o lo hacen del
mismo modo pero obtienen resultados distintos; esto puede deberse a favoritismos,
identificación, proyección u otros mecanismos que estén detonándose en ti.

5
RESULTADO FINAL:
Suma todos los números que corresponden a los círculos que marcaste en el
test en las primeras cuatro preguntas. Ahora suma los puntos que obtuviste
en la quinta pregunta.

Si tu puntaje es de:
4 a 10 : Tu manejo de los límites es muy pobre. Esto está teniendo consecuencias
serias en casa y posiblemente en el desempeño académico de tu hijo.
¡Capacítate!

Si este fue tu resultado, ¿qué harás diferente HOY?

¿Tienes las herramientas para lograrlo?

11 a 15 : Batallas con tus hijos. Algunas cosas funcionan y otras no. Mucha de tu energía
se va en tratar de que tu hijo te entienda o haga caso. Posiblemente en el fondo sien-
tes miedo de hacerle daño y como consecuencia eres inconsistente. Hay pocas
reglas, estructura y recurres a castigos, chantaje emocional, retirar privilegios como:
no televisión, tablet, juguetes, etc., sueles imponer tu autoridad por la fuerza con
gritos, regaños o incluso golpes. ¡Capacítate! No esperes a que llegue la adolescen-
cia cuando realmente no sabrás qué hacer. ¿Tu hijo ya está en la adolescencia? ¡Aún
estás a tiempo!

Si este fue tu resultado, ¿qué harás diferente HOY?

¿Tienes las herramientas para lograrlo?

6
16 a 19 : Tienes un buen manejo de reglas y límites en casa. Tiendes a usar palabras
y amor para establecer acuerdos y probablemente usas "la fuerza" cuando no fun-
ciona "por las buenas". Procuras mantener una buena conexión emocional con tu
hijo, pero no por ello dejas de dar seguimiento al cumplimiento de las normas de
la casa. A veces puedes recurrir al castigo, chantaje emocional, retirar privilegios
como: no tele, tablet, juguetes, etcétera. Tu corazón está en el lugar correcto:

¡quieres educar a tu hijo sin lastimarlo! Te beneficiaría mucho el capacitarte, segu-


ramente lo has hecho a través de libros y cursos porque reconoces el valor que te
aporta.

Si este fue tu resultado, ¿qué harás diferente HOY?

¿Tienes las herramientas para lograrlo?

20 a 22 : ¡Excelente! En tu hogar prevalece un ambiente de orden, respeto y armonía.


Te comunicas amorosamente con tu hijo y él responde ante tu liderazgo. Segura-
mente hay muy buenos acuerdos parentales entre tú y tu pareja. De una u otra
forma te has capacitado para lograr esto, ya sea a través de cursos y lectura o
porque tus padres te legaron esta forma de ser ¡hicieron un excelente trabajo!
Continúa con las buenas prácticas.

Ahora que ya tienes un panorama más amplio de cómo puedes comenzar a esta-
blecer límites sanos en tu hogar, lo siguiente es que veas un poco cómo lo hace-
mos dentro del Método Paternidad Efectiva…

¡Es a través de las Líneas Claras! Que es uno de los cuatro componentes de la Dis-
ciplina Rítmica...
“Cuando las líneas están claras no es necesario enojarse, se reducen al mínimo las
posibilidades de engancharse porque sabrás recordarle de forma calmada a tu
hijo que no puede rebasar cierto límite. El semáforo rojo está para que pares el
carro y no hay más, la única opción es hacer alto total: no hay peleas, ni negocia-
ción.”

Parece magia, ¿verdad? No lo es, es claridad…

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¡Auxilio! No sé cómo marcar límites
¿Qué sucede si estás constantemente dando órdenes, controlando, hasta
gritando y simplemente no funciona?

Déjame decirte que, entre más lo hagas, más fácil será que se generen luchas de
poder en casa. Las personas que tratan de poner límites y consecuencias dando
órdenes o queriendo controlar el comportamiento de su hijo(a), notarán que caen en
esta situación: ser “el mosquito” en su vida, fracturando su valía.

Y las consecuencias en ti son: sentirte irritado(a), enojado(a), incapaz, inútil e insufi-


ciente… pero como a nadie le gusta sentirse así, de ahí es que empiezan a surgir
muchos comportamientos disfuncionales y terminas diciendo frases como:

“No hables”
“No te pares”
“No comas así”
“No corras”

La invitación es: ¡deja de hacer lo que estás haciendo! Ahora, comienza a hacerlo de
manera efectiva. ¿Cómo? Capacitándote y dando un paso a la vez. Recuerda que la
crianza, y en este caso aprender a poner límites, no es una receta de cocina, necesi-
tas ir al fondo de los comportamientos para entender la raíz y poder transformarlos
sin aplastar el brillo de tu hijo(a). Pero no te preocupes, a continuación te comparto
un primer paso, será un buen inicio si lo llevas a cabo desde hoy mismo y lo haces
tuyo como un hábito, es muy sencillo y verás los cambios de inmediato:

¿Cómo pedirle algo, sobre todo si está en el Primer Septenio?

Dale instrucciones en positivo, que sean claras y concretas:

“Cuando el bebé está dormido: caminamos de puntitas y usamos


nuestra voz bajita”.

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Es clara y descriptiva. Le estoy diciendo qué comportamiento quiero lograr.
Esto es parte de los límites: el cómo sí de manera clara y asertiva.

¿Y para el Segundo Septenio?

Es clara y descriptiva. Le estoy diciendo qué comportamiento quiero lograr.


Esto es parte de los límites: el cómo sí de manera clara y asertiva.

¿Y para el Tercer Septenio?

“Si vas a llegar más tarde a casa, recuerda avisar para que yo no me preocupe.
Si estás en clases o el trabajo, atiende por favor el teléfono cuando te sea posi-
ble si te envío un mensaje o te marco”.

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¡Nos vemos en la clase!

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