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Es una buena idea llenar este cuestionario por cada uno de tus hijos
para observar el manejo de límites que tienes con ellos; es muy posible
que tu resultado sea distinto con cada uno.
1 No, nunca
2 Muy poco
3 Algunas veces
4 Casi siempre
5 Sí, muchísimo / Totalmente
1
TEST:
1. ¿Consideras que los límites que estableces con tus hijos funcionan?
1 2 3 4 5
1 2 3 4 5
1 2 3 4 5
1 2 3 4 5
2
¡Excelente!
Ahora que lo has respondido, compartimos contigo esta información sobre
cada una de las preguntas. Te ayudará a comprender tus respuestas y a
calcular tu puntaje.
1.- ¿Consideras que los límites que estableces con tus hijos funcionan?
La respuesta a esta pregunta es de apreciación subjetiva y personal. Siem-
pre y cuando seas honesto(a), será la correcta.
4.- Cuando tu hijo rompe una regla, ¿actúas sin lastimarlo física o
emocionalmente?
Si bien lastimar “funciona” en el momento, el costo de hacerlo es muy alto.
Educar sin lastimar requiere preparación porque tendemos a proyectar
aquello que no hemos procesado. Si tú estás cargando heridas sin sanar, es
posible que las repliques con tus hijos.
3
5.- ¿Para qué marcas límites y estableces reglas en casa? Elige solo
dos de estas respuestas:
Esta es la razón más importante para marcar límites. Debido a que los niños
no pueden protegerse a sí mismos (no saben cómo), nosotros debemos
hacerlo por ellos y ayudarles a ir tomando consciencia de cómo hacerlo por
sí mismos a medida que crecen.
Esta es una razón muy válida para marcar límites con los niños. Como el niño
pequeño vive “egocentrado” (que quiere decir: yo soy el centro de mi expe-
riencia), no toma en cuenta las necesidades de los demás, solo las suyas. Es
toda una ciencia y un arte el ayudar a nuestros hijos a poco a poco aprender
a reconocer y tomar en cuenta las NECESIDADES de otros (0 a 7 años), a
COMPARTIR (8 a 14 años) y eventualmente a SERVIR (15 a 21 años de edad).
Es un proceso gradual que muchos padres violentan al pretender que sus
hijos lo hagan antes de tiempo.
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“Deben aprender a manejar la frustración”
Consideración importante:
Muchos padres manejan los límites de manera diferente con cada hijo o lo hacen del
mismo modo pero obtienen resultados distintos; esto puede deberse a favoritismos,
identificación, proyección u otros mecanismos que estén detonándose en ti.
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RESULTADO FINAL:
Suma todos los números que corresponden a los círculos que marcaste en el
test en las primeras cuatro preguntas. Ahora suma los puntos que obtuviste
en la quinta pregunta.
Si tu puntaje es de:
4 a 10 : Tu manejo de los límites es muy pobre. Esto está teniendo consecuencias
serias en casa y posiblemente en el desempeño académico de tu hijo.
¡Capacítate!
11 a 15 : Batallas con tus hijos. Algunas cosas funcionan y otras no. Mucha de tu energía
se va en tratar de que tu hijo te entienda o haga caso. Posiblemente en el fondo sien-
tes miedo de hacerle daño y como consecuencia eres inconsistente. Hay pocas
reglas, estructura y recurres a castigos, chantaje emocional, retirar privilegios como:
no televisión, tablet, juguetes, etc., sueles imponer tu autoridad por la fuerza con
gritos, regaños o incluso golpes. ¡Capacítate! No esperes a que llegue la adolescen-
cia cuando realmente no sabrás qué hacer. ¿Tu hijo ya está en la adolescencia? ¡Aún
estás a tiempo!
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16 a 19 : Tienes un buen manejo de reglas y límites en casa. Tiendes a usar palabras
y amor para establecer acuerdos y probablemente usas "la fuerza" cuando no fun-
ciona "por las buenas". Procuras mantener una buena conexión emocional con tu
hijo, pero no por ello dejas de dar seguimiento al cumplimiento de las normas de
la casa. A veces puedes recurrir al castigo, chantaje emocional, retirar privilegios
como: no tele, tablet, juguetes, etcétera. Tu corazón está en el lugar correcto:
Ahora que ya tienes un panorama más amplio de cómo puedes comenzar a esta-
blecer límites sanos en tu hogar, lo siguiente es que veas un poco cómo lo hace-
mos dentro del Método Paternidad Efectiva…
¡Es a través de las Líneas Claras! Que es uno de los cuatro componentes de la Dis-
ciplina Rítmica...
“Cuando las líneas están claras no es necesario enojarse, se reducen al mínimo las
posibilidades de engancharse porque sabrás recordarle de forma calmada a tu
hijo que no puede rebasar cierto límite. El semáforo rojo está para que pares el
carro y no hay más, la única opción es hacer alto total: no hay peleas, ni negocia-
ción.”
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¡Auxilio! No sé cómo marcar límites
¿Qué sucede si estás constantemente dando órdenes, controlando, hasta
gritando y simplemente no funciona?
Déjame decirte que, entre más lo hagas, más fácil será que se generen luchas de
poder en casa. Las personas que tratan de poner límites y consecuencias dando
órdenes o queriendo controlar el comportamiento de su hijo(a), notarán que caen en
esta situación: ser “el mosquito” en su vida, fracturando su valía.
“No hables”
“No te pares”
“No comas así”
“No corras”
La invitación es: ¡deja de hacer lo que estás haciendo! Ahora, comienza a hacerlo de
manera efectiva. ¿Cómo? Capacitándote y dando un paso a la vez. Recuerda que la
crianza, y en este caso aprender a poner límites, no es una receta de cocina, necesi-
tas ir al fondo de los comportamientos para entender la raíz y poder transformarlos
sin aplastar el brillo de tu hijo(a). Pero no te preocupes, a continuación te comparto
un primer paso, será un buen inicio si lo llevas a cabo desde hoy mismo y lo haces
tuyo como un hábito, es muy sencillo y verás los cambios de inmediato:
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Es clara y descriptiva. Le estoy diciendo qué comportamiento quiero lograr.
Esto es parte de los límites: el cómo sí de manera clara y asertiva.
“Si vas a llegar más tarde a casa, recuerda avisar para que yo no me preocupe.
Si estás en clases o el trabajo, atiende por favor el teléfono cuando te sea posi-
ble si te envío un mensaje o te marco”.
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¡Nos vemos en la clase!