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CHAPARRAL TOLIMA

COSTUMBRES
Teniendo en cuenta que las expresiones de un pueblo se dan
conjuntamente, el folclor ha sido clasificado en cuatro ramas, con el fin de
obtener una mayor claridad y comprensión.
Folclor literario: Se expresa por medio de la palabra hablada o escrita,
como literatura oral o como literatura gráfica.
Folclor musical: Es la forma de comunicación por medio del sonido
instrumental o vocal.
Folclor coreográfico: Se expresa por medio del movimiento del cuerpo
humano acompañado de música, acción dramática, o palmotéo.
Folclor demosófico: Está relacionado con todo lo típico de una región o de
un pueblo. Relacionado con: vivienda, artesanías, medicina empírica,
bromatología, usos y costumbres y las supersticiones.
Origen de las Danzas Folclóricas Chaparrales
En la etapa primitiva nuestros aborígenes danzaban al ritmo de tambores
y palmas.  Estas danzas eran en su mayoría realizadas en grupo con
sentido mágico y religioso, para celebrar nacimientos, inicio de la
pubertad, celebración de cosecha, la siembra, preparativos a la guerra, etc.
El indígena tenía danzas y las ejecutaba con sencillez y espontaneidad.
Los europeos trajeron sus danzas con diferentes modalidades como: el
trabajo por parejas, que no conocían los indígenas, aportó el manejo del
suelo, con figuras como los ochos, círculos, giros, movimientos
combinados entre hombre y mujer, el espaldeo, el abrazo, el coqueteo y
manejo de faldas, entre otros; además de instrumentos musicales, y
ritmos.
RITUALES
El Aguardiente: Yo soy el Aguardiente, soy la alegría campesina; el tónico
de los pobres, que viven en el Tolima.
La Chicha: Mi nombre típico es Chicha, indígena hasta las cachas; Chicha
de maíz nacido, buena la de Ortega y Soacha.
El Guarapo: Mi nombre burdo es Guarapo y mi mamá es la panela; les
gusta hacerme enjuertar, pa´ fomentar borrachera.
El Tabaco: Soy Tabaco “Cosechero”, compañero de los caminos, o ese Que
llaman “Clueca”, famoso desde hace siglos.
CREENCIAS
Chaparral es un municipio colonial donde su fundación se remonta al año
1586 y el nombre se dio gracias a la gran cantidad de plantas y vegetación
de este municipio, al ser colonial la iglesia católica consagró al catolicismo
como la religión oficial, sin embargo, aunque la libertad religiosa existe en
todo este territorio.
VESTIMENTA
Las mujeres lucían faldas también con un gran colorido y amplitud. Las
usaban de “zaraza” floreada, “jula” o “pancho”. Cuando eran de un solo
color, las adornaban con galones y randas de colores encendidos,
formando contraste, que era lo que las hacía alegres.
Con estas faldas anchas resultaron las blusas blancas con arandelas,
ruchas y alforzas, adornadas con randas, letines y encajes bordados. Las
mangas unos cuatro dedos abajo del codo y con buches y pasacintas. El
cuello era subido, no descotado. Tenían la mayoría una pechera de
alforzas de pellizcos alternando con pasacintas y bordados.  La tela
preferida era el olán blanco, delgado, especial para la tierra caliente. Como
faldas interiores usaban “la enagua blanca” o pollera, que era
confeccionada en tela blanquísima llamada “bretaña”, a la cual le prendían
en el ruedo un letín bordado bien ancho, que se alcanzaba a ver cuando
bailaban el bambuco y el rajaleña. Se recogía en la cintura con una pretina
angosta.
La mujer campesina vivía descalza. La que luchaba en la agricultura al
lado del marido usaba “quimbas” de cuero crudo, que aprendieron a hacer
de los españoles.
Mucho más tarde llegó el uso de las alpargatas, cuya suela es de fique y la
capellada tejida de pabilo o de lona, con pespuntes negros y rojos,
amarrados con galones negros. Por razones de clima, este calzado gustó a
los amos y a los sirvientes. Pero luego entre la clase distinguida llegó la
moda de las ”chinelas”, que en tierra fría se confeccionaban en paño y en
la tierra caliente eran de pana o dril de colores oscuros. También, el
pañolón de “cachemira” se cambió por la elegante “mantilla” española que
llevaba en vez de flecos un ancho encaje bordado llamada “blonda”.
Pero las campesinas siguieron usando sus amplias faldas, sus al pargatas
de fique, sus enaguas blancas hasta el tobillo, sus trenzas adornadas con
una flor y todos los collares llamativos dando colorido a las blancas
blusas. Olvidaba decir que las trenzas las sujetaban en los extremos con
una cinta de color alegre, preferiblemente el rojo. El uso de las
gargantillas, collares, cadenas, pulseras, zarcillos y demás abalorios, ya
sabemos que es de herencia. 
El sombrero femenino se llamaba pastora; ala ancha y cinta con lazos en
colores vivos.
Indumentaria masculina para abrigarse, por asuntos de clima, el
montañero descendiente de pijaos, sustituyó la capita que usaban sobre el
dorso, hecha de pieles de animales, por el poncho de lana que traían de
Santa Fe. En la cabeza, el bonete que usaban también de pieles para
resguardarse del frío, lo cambiaron más tarde por el célebre sombrero “de
pelo” que fabricaban en Cundinamarca. El “Poncho”, era una capa
rectangular, abierta adelante, pero confeccionada de lana virgen, bien
abatanada. Ya sabemos del comercio que se hacía de tales abrigos, lo
mismo de las cobijas o mantas del altiplano que más tarde aprendieron a
confeccionar en el Guamo y que se hicieron tan famosas.
Al poco tiempo del pantalón corto que usaban los sirvientes en las grandes
haciendas llamado “marranero”, surgió el pantalón largo, hecho de
“diagonal”, asegurado con dos grandes orejas que prendían de los lados de
la cadera y se cruzaban por medio de un ojal y en la otra un botón. Nació
la necesidad del “pantaloncillo”, llamándose “calzoncillos” y que se
aseguraban en el tobillo con dos cordoncitos del mismo material, es decir
“lienzo de la tierra”. En la cordillera, el pantalón ya no era de “diagonal”
sino de tela de paño. Los calzoncillos sí, idénticos.
Vino la moda de la camisa en ambas zonas. Era de colores subidos como
rosado, tabaco y habano. No llevaba cuello para corbata, sino una fajita
como de tres centímetros de ancha, una pechera con alforzas de medio
centímetro de anchas. Mangas largas con puño sencillo y cerrado.
Completaba el atuendo el pañuelo “raboegallo” anudado en el pecho y que
no podía faltar para las fiestas y cabalgatas. Con el uso del “poncho” en
tierra fría, vino la célebre “ruana” de lana, cuadriculada y con un ojal
gigante en el centro. Les resultó más cómoda para su uso.
En tierra caliente se fabricó una de tela de algodón blanca, con rayitas
azules y rojas, en una forma delicada. Al campesino le agradó esta moda y
la aceptó con gusto, porque le evitaba la postura de la camisa cuando
afanosamente tenía visita o debía salir al poblado a un mandado urgente.
La llevaba al trabajo, era una ayuda porque le servía para múltiples usos.
El tolimense vivía descalzo. Los españoles le enseñaron a los campesinos
dedicados a la agricultura, a confeccionar las “quimbas” de cuero crudo de
res. Era como una sandalia con correas angostas, pero lo libraban del
suelo caliente, de las espinas, de la humedad, etc. Vino después la moda
de la alpargata de fique y luego el de suela de cuero con capellada de lona
llamados “cotizas”. Este se aclimató mas en la cordillera y el de fique en la
llanura, amarrados ambos con galones negros.
Mas tarde, cuando se dedicaron a tejer la palma y se multiplicó la
industria, éste de paja, sustituyó al de iraca o palmicha, es decir, el mismo
“murrapo”. Las sombrereras surgieron por distintos pueblos del sur,
siendo célebres las de “Chaparral”, de donde nació la guabina “La
Sombrerera”, del ya desaparecido compositor Patrocinio Ortiz. Otros
centros famosos eran Purificación, Saldaña, Guamo y Espinal.
Este es el sombrero más usado no sólo en la vida diaria sino en las
coreografías de nuestras tradicionales danzas. Se acompaña con la ruana
de hilo, las alpargatas de fique, el pañuelo “raboegallo” y la peinilla
“crucera” con cartuchera engalanada de flecos de la misma badana.
Para los bailes se pueden remangar un poco una manga del pantalón, más
que la otra. El campesino del Tolima Grande nunca usó cinturón de cuero
o badana. Cuando le quedaban flojos los pantalones, los aseguraban con
atadero de plátano o con una cabuya. El cabello recortado a la usanza de
los “hombres” nunca cabellera ni corte indígena porque ese ridiculiza la
presentación de una danza como el bambuco o todas las mestizas.

COMIDA
Las comidas de la región Tolimense y en todo el territorio de chaparral son:
- La Lechona
- El Sanconcho
- Los Tamales
- Las almojabanas
- Las achiras
- El biscochuelo
- El caldo de pajarilla
- Los enmochilados
- Los insulsos
- El viudo de bocachico o capaz

ETINICIDAD
El folclor tolimense chaparral es rico en variedad, diversidad y tradiciones,
forma parte del gran conjunto de las costumbres colombianas que
analizaremos a continuación.
Al continente penetraron nuevas razas con características culturales y
étnicas muy diferentes. De la fusión de estos grupos étnicos resultó el
pueblo colombiano, y es así como nuestro país es uno de los más ricos en
su expresión folclórica.
La herencia colonial en este punto especifico de la región con todo su
bagaje cultural de los siglos XV,  XVI, XVII, XVIII y XIX, empapada de
todas las corrientes continentales y aún del mediterráneo, fue factor
predominante en la formación de la raza colombiana.
Raza indígena: De las familias lingüísticas existentes en Colombia las más
importantes por su número de hablantes y el desarrollo cultural fueron: la
familia Chibcha, Caribe y Arawac. Los Muiscas y los Taironas fueron los
que alcanzaron el mayor desarrollo cultural. Trabajaban con muy buena
técnica la tierra y crearon un sistema de riego artificial. Los Chibchas
hablaban una misma lengua, pero no lograron unidad político y social.
La presencia cultural indígena precolombina la podemos palpar en los
rasgos étnicos (color de piel, estatura, facciones, etc) de nuestra población;
así por ejemplo los habitantes de Cundinamarca y Boyacá presentan
rasgos muiscas; los naturales del Magdalena y Cesar influencia Tairona,
algunos pueblos de Bolívar, Sucre y Córdoba, presentan los rasgos
característicos de los Caribes, y así, cada región guarda sus rasgos físicos
según los grupos indígenas que la habitaron o habitan.
Raza negra: Su origen es africano.  Fueron traídos como esclavos y
llevados a los sitios donde los indígenas se habían extinguido a causa de
los trabajos forzados e inclementes por parte de la dominación española.
Los negros trabajaron en las minas, agricultura, ganadería, plantaciones,
trabajo doméstico y, en algunas regiones en trabajos artesanales.
Raza Blanca: Esta raza es procedente de los diferentes lugares de Europa,
llenando con su cultura nuestro país. Los españoles en su proceso de
expansión colonizadora y difusión cultural transmitieron sus danzas, aires
musicales, cantos e instrumentos los cuales tuvieron amplia acogida
nacional.
IDEOLOGIA
El espíritu indomable de la raza altiva, fuerte y aguerrida que defendió con
vigor y rebeldía hasta la muerte, la tierra en que sentó sus dominios.
Los Chaparros representan la nobleza y la cultura, la inmensa, la exquisita
y variada riqueza intelectual de que se enorgullece este pueblo. Es la lista
infinita de sus hijos que en múltiples oportunidades le han dado lustre y
prestigio nacional e internacional.
Teniendo el fuerte de su economía la agricultura y ganadera en señal de
gratitud a la naturaleza, que ha sido inmensamente pródiga con su suelo
por lo cual es incomparablemente rico en valiosos y variados metales, en
flora, en fauna y frutos. Igualmente es un homenaje al hombre labriego por
sus méritos en el campo.

CLASES SOCIALES
En el municipio de chaparral se divide en el sector urbano y rural

 En el Casco Urbano cuenta con 34 barrios, divididos en tres


comunas
-Comuna 1: Compuesta por Nueve barrios: Ambeima, Beltrán, La Loma,
Las Cabañas, Libertador, El Edén, Los Laureles, Santa Luisa, Villa Café.
Comuna 2: Compuesta por 11 barrios: Roció parte Alta Algodones, El
paraíso, El Rocío, José María Melo, Las Brisas, Pueblo Nuevo, San
Fernando, San Juan Bautista, Veinte de julio, Versalles y Villa del Rocio.
Comuna 3: Compuesta por 12 barrios: Carmenza Rocha, Castañal, El
Jardín, La Primavera, Las Américas, Los Fundadores, Obrero, Primero de
Mayo, Jaime Salomón Umaña, Santofimio, Tuluni, Villa Esperanza y Santa
Helena.
 En el área Rural se encuentra dividido en 5 corregimientos con un
total de 153 veredas:
Divididas en 5 corregimientos que se subdivide en veredas que se
encuentran repartidos de la siguiente manera: MOYÁ (36), CALARMA (25) ,
EL LIMÓN (38) , LA MARINA (25) y LAS HERMOSAS (28).

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