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Cómo enamorar a una mujer casada

Enamorar a una mujer casada (o con novio)


Conquistar a una mujer generalmente no es un proceso fácil, sin embargo
cuando se trata de una mujer casada las cosas se complican un poco más ya que
obviamente existe un tercero en discordia. En cualquier caso en este artículo
hablaremos de cómo enamorar a una mujer casada a través de una
estrategia probadamente efectiva.
Para empezar es importante que dejes a un lado el papel de Casanova; para
seducir a una mujer casada vamos a representar un papel muy diferente.
Cabe aclarar que esta forma de seducir no sólo es efectiva con las mujeres
casadas, sino también con mujeres en cualquier otra relación: ya sabrás tú
hacerle los ajustes necesarios para adaptarla a tu situación.

Para seducir a una mujer casada, disfrázate de príncipe azul


Los hombres saben que las mujeres excelentes no abundan. De modo que
al encontrar a la mujer de sus sueños, son capaces de hacer cualquier cosa para
enamorarla, incluso si ella ya está en pareja.

Por otro lado, las mujeres siempre están al acecho de ese príncipe azul que
han soñado desde niñas. Aunque ningún hombre es perfecto, ellas llevan en sus
genes cierta ilusión de que algún día aparecerá. Es cierto que muchas de ellas
están muy enamoradas de su marido, pero no hay ninguna, no hay una sola, que
se sienta TOTALMENTE satisfecha con su pareja. Incluso, muchas mujeres
eligen continuar su relación sólo porque desprecian la vida de solteras o porque
todavía no han hallado un buen reemplazo.

Pero llegada la oportunidad, algunas mujeres abandonan sin dudar a su


hombre, por otro que, ellas suponen, es mejor que el que tienen en casa. El
hombre que conozca esta verdad y sepa armarse de una buena estrategia, podrá
enamorar a casi cualquier mujer.

Armando tu estrategia de conquista


Tienes que tener muy en claro el modo en que abordarás a una mujer
casada, y no puedes lanzarte a la conquista sin una buena estrategia.
En primer lugar, es necesario que ocultes tus verdaderas intenciones. Ella
debe percibir tu actitud como algo inocente, tiene que pensar que sólo estás
tratando de ser amable con ella.
Para esta estrategia es fundamental que te vea como un amigo, porque más
adelante ella pedirá tu opinión sobre su relación de pareja. Pero si ella nota tus
intenciones de conquistarla, entonces tu opinión no será tenida en cuenta.
Debes lograr una amistad firme, tanto como para que ella pueda confiarte
sus problemas.

El secreto es hacer que ella piense


Uno de los secretos para enamorar a una mujer casada, es empujarla a que
ella piense. Sí, sí, eso es lo que dije: ella debe pensar. Tú debes lograr que ella
piense en por qué sigue con él. ¿Siguen juntos porque él la trata
respetuosamente? ¿Continúan su relación porque están juntos desde hace
tiempo y dan por sentado que así debe ser? ¿Y por qué él no está con ella en este
preciso momento? ¿Por qué prefirió estar con sus amigos? ¿Y por qué ella está
con sus amigos en vez de estar con él? Es tu parte del trabajo pensar de qué
modo sembrar dudas en ella.

Todos sabemos que en este mundo no hay nadie perfecto, y esto incluye al
amante que queremos desbancar. ¿Por qué, entonces, no sacar sus defectos a la
luz? Saca a relucir el tema de las relaciones; discute con ella acerca de las típicas
cuestiones que son un fastidio en la vida de los casados. Poco a poco encamina
la conversación para saber qué le molesta a ella de su marido.

Al permitir que ella misma cuente defectos de su amante, obtendrás tres


ventajas. La primera: ella sentirá que eres un buen oyente, algo así como un
psicólogo pero gratuito. La segunda: no eres tú quien lo estará criticando, y por
lo tanto no serás visto como alguien que viene a perturbar la relación. Tercero: a
través de sus palabras descubrirás más defectos en él, que, a su tiempo, podrás
traer a colación. Asegúrate de sentarte o estar de pie en una posición vertical y
con la cabeza ligeramente inclinada para dar la apariencia de un hombre con
confianza. Junto con esto también es importante mantener el contacto visual ya
que esto le demuestra que estas interesado en su conversación.

Te sugiero que en primera instancia te pongas del lado de su marido o


novio. Destaca las acciones de él como algo positivo, y a continuación justifica
su manera de actuar. Imagínate que ella te ha contado que no le gusta que hable
con otras mujeres; en ese caso, tú puedes reponer: "Bueno, quizá lo hace porque
no está satisfecho y quiere sentirse deseado por una mujer"... Es decir, a simple
vista parecería que apoyas la causa de su amante, pero en verdad lo que haces es
aumentar las dudas de ella pues le insinúas que tal vez está coqueteando con
otras mujeres.

Cuando ya has defendido dos o tres veces la postura del amante, deja de
hacerlo, como dándote por vencido por los argumentos de ella. Luego empieza a
mostrarte comprensivo con su padecimiento. Dile cómo deberían ser las cosas
según tu parecer y asegúrate de que ese parecer coincida con la postura de ella.

Importante: nunca le digas que el amante es una mala persona y que tú


eres bueno. Sólo limítate a hacerle conocer tu impresión sobre cómo debería ser
una relación perfecta y remarca que algunas actitudes de su amante son por lo
menos cuestionables para el buen funcionamiento la pareja.
Los actores seducen: conviértete en actor

¿Has notado que las mujeres se enamoran de los actores de las


telenovelas? ¿Sabes por qué? Porque ellos representan al hombre perfecto, esos
personajes (nada perfectos en sus vidas reales) son el prototipo de hombre que
ellas quisieran a su lado.

Pues bien, el siguiente paso para seducir a la mujer de otro hombre


requiere de tu parte un poco de talento para la actuación. Es fundamental que
actúes exactamente como a ella le gustaría que actuara su marido y no lo hace;
por ejemplo, si ella te ha contado que le molesta que su pareja sea un hombre
aburrido, tú debes convencerla de que eres muy divertido. Tu objetivo es hacer
que ella piense así: "¿Por qué estoy todavía con mi marido, cuando hay otros
hombres que saben cómo tratar a una dama?"

Cuando hayas hundido por completo a tu adversario y ella poco a poco


empiece a revolcarse en su propia miseria, es tiempo de que le demuestres que
tú estás allí, a su disposición. Ahora sí, debes comenzar a seducirla. Invítale una
bebida con la excusa de que quieres ayudarla a olvidar los problemas. Luego
invítala a bailar, y muéstrale la diversión que se ha estado perdiendo hasta
ahora. Mientras bailan, coméntale algo que te guste sobre su personalidad y
elógiale su forma de bailar. También dile que te parece muy divertida, pero sólo
elogia su forma de ser, y NO te refieras a su belleza física.

Desde este momento, excepto que ella toque el tema, ya no hables más de
su amante. Al final de la noche, dile lo mucho que has disfrutado de hablar con
ella y déjale claro que te gustaría volver a hacerlo otro día. Dale tu número de
teléfono diciéndole que te llame cada vez que se sienta sola o si simplemente
desea hablar con alguien.

La paciencia es la principal virtud de todo cazador


Si has hecho bien tu trabajo y ella cree que eres una buena persona, que
sólo trata de ser amable y que no estás interesado en acostarte con ella,
seguramente te llamará. Cuando lo haga, esfuérzate por mantener una
conversación agradable, que la haga sentirse bien. De este modo ella verá lo bien
que se siente hablando contigo y lo comparará con las discusiones cotidianas
que tiene con su marido. En consecuencia, ella querrá compartir más tiempo
contigo.
Nunca te apresures a concluir tu trabajo, porque puedes arruinarlo todo.
Tú no debes confesarle tu atracción hasta darte cuenta de que ella se sienta
atraído por ti. Eso ocurrirá lentamente, con el trascurso de las citas.
A fuerza de representar el papel del hombre que ella desea, ella terminará
por mirarte y hablarte de manera diferente: esto será tu indicio de que la semilla
que has estado sembrado en su inconsciente por fin está floreciendo. Es
entonces momento de decirle que admites que ella te gusta mucho (ahora
también físicamente), pero que no quieres interferir en su relación. De esa
manera, indirectamente la obligarás a que decida si quiere quedarse con el
hombre que tiene en casa con todos sus defectos, o si quiere estar con usted: el
hombre amable, servicial, divertido, respetuoso y sensual, el príncipe azul que
desde hace unos días le hace humedecer su ropa interior.

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